Filosofia Resumen Santo Tomas

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Filosofía Resumen Santo Tomás

Historia de la Filosofía (Instituto de Educación Secundaria El Carmen)

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1. CONTEXTUALIZACIÓN.
A. CONTEXTO HISTÓRICO
Tomás de Aquino vivió en el s. XIII, el siglo de oro de la Edad Media, donde üorecen todos los
fenómenos en los que se enmarca su vida y dan razón de la génesis de sus obras. En primer lugar, la
filosofía y teología escolásticas, nacidas en las escuelas palatinas y catedralicias, son transformadas
merced a las Universidades.
La ûlosofía de Tomás pertenece a la escolástica, desarrollada en las Universidades. En segundo
lugar, la entrada de las obras de Aristóteles, comentadas por Avicena a ûnales del s. XII y luego por
Averroes, hacia 1230. Esto será determinante para la evolución del pensamiento de Tomás. En
tercer lugar, dicha entrada de las obras aristotélicas pone en primer plano la cuestión de las
relaciones entre fe y razón, y la autonomía de la razón humana, lo cual inüuye directamente en la
problemática de la demostración de la existencia de Dios.

B. VIDA, OBRAS Y EVOLUCIÓN DE SU PENSAMIENTO


Tomás de Aquino nació en el castillo de Roccasecca, al norte de Nápoles, en 1225, y murió en la
abadía de Fossanova en 1274. Su padre, noble, lo ingresó a los 5 años en el convento benedictino de
Montecassino, para incrementar el poder familiar. Allí Tomás recibió su primera educación
religiosa, literaria y teológica. Con 14 años fue a la Universidad de Nápoles, donde estudió filosofía
y artes liberales. Allí conoció a los dominicos y quiso tomar su hábito. Su familia se opuso y tras
encerrarlo un año en uno de sus castillos, ûnalmente accedieron a que fuera al noviciado
dominico. Entre 1245-48, Tomás completó sus estudios ûlosóûcos y teológicos en París y Colonia,
en esta última ciudad bajo la guía de Alberto Magno. A partir de 1248 consagró su vida a la docencia
y la investigación en filosofía y teología.

En el heterogéneo pensamiento de Tomás es distinguen tres etapas, en función de sus inüuencias:


1. Primera etapa (1248-1259). El pensamiento ûlosóûco y teológico dominante era el agustinismo
avicenizado. Así, en este periodo, sus escritos siguen este pensamiento tradicional. Asimismo,
comenta textos de la Escritura de teólogos (las Sentencias de Pedro Lombardo) y de filósofos
(Boecio). Escribe el De ente et essentia, opúsculo muy famoso, pero fuertemente aviceniano.
Además, por encargo, comienza una gran obra: una Summa contra Gentiles. Escribe
Quaestiones disputatae, obras de investigación ûlosóûca y teológica y Cuestión sobre la verdad,
especialmente famosa.
2. Etapa de transición (1259-1268). En estos años continúa comentando la Escritura, escribiendo
opúsculos, concluye la Summa contra Gentiles y comienza la Summa theologiae. Durante su
importante estancia en Nápoles Tomás entra de nuevo en contacto con Aristóteles y los
comentarios de Averroes. Así, desplazaría el platonismo y comenzaría su acercamiento al
aristotelismo genuino. En 1265, le encargaron fundar en Roma un Studium generale, donde
comienza a dar clases de teología siguiendo las Sentencias de Pedro Lombardo, aunque
insatisfecho. Concibe, pues, hacer una obra magna de teología: una exposición sistemática y
especulativa de la teología, destinada a sus alumnos, pero siguiendo el método de las
cuestiones. Es la Summa theologiae. Es importante mencionar como en la primera parte de la
esta, Tomás asume tanto tesis del platonismo como del aristotelismo, y aún no es plenamente
consciente de las tensiones e inestabilidad de sus posiciones.

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3. Tercera etapa (1269-74). Tomás fue enviado a París en diciembre de 1268. Comienza así el
tercer periodo, el más fecundo e importante. La Orden dominica encargó a Tomás fundar un
Studium generale en Italia. Tomás escogió Nápoles (1272-74), donde permaneció hasta su
muerte. Además de seguir comentando la Escritura, escribió sin completar la segunda y
tercera parte de la Summa theologiae, sostuvo abundantes Quaestiones disputatae y
quodlibetales, escribió numerosos opúsculos, pero sobre todo comentó las obras aristotélicas.

Los escritos de Tomás son muy variados y pueden clasiûcarse en 3 grupos:


➢ Comentarios a las Escrituras, a diversos autores y, sobre todo, a Aristóteles.
➢ Cuestiones disputadas: obras de investigación, debate y exposición de temas, expuestas en
clases y las cuestiones quodlibetales ante la Facultad, suscitados por alumnos y profesores.
➢ Obras sistemáticas:
○ Opúsculos:pequeños tratados circunstanciales como De ente et essentia o De aeternitate mundi.
○ Grandes obras sistemáticas o sumas. Además del Comentario a las Sentencias y de la Suma
contra gentiles, escribió la Suma de Teología, inacabada, su obra teológica principal.

C. LUGAR EN LA FILOSOFÍA
Santo Tomás es el ûlósofo cristiano más importante y en él culmina la escolástica. Platón tiene
inüuencia en el pensamiento de Santo Tomás, como es en el caso de la participación, que Tomás
tomará para explicar la relación entre Dios y las criaturas, o para la demostración de la existencia
de Dios, por los grados de perfección. Sin embargo, su inüuencia más importante es la de
Aristóteles, al que cita como <El Filósofo=. La aûnidad de Aristóteles con la ûlosofía de Santo Tomás
se da en casi todas las áreas de la ûlosofía, aunque matizadas y completadas por su cristianismo.

En el pensamiento medieval, Santo Tomás marcó a ûlósofos como Avicena, Averroes o


Maimónides, muy apreciado por Santo Tomás por su defensa de la creación del mundo de la nada y
por su entendimiento de las relaciones entre fe y razón. Es importante destacar a Averroes pues
Santo Tomás tuvo que enfrentarse a sus seguidores cristianos para mostrar que sus
interpretaciones de Aristóteles relativas al origen del mundo y a la inmortalidad del alma eran
erróneas, justiûcando la posibilidad de aceptar la filosofía aristotélica desde el cristianismo.

La polémica contra la teoría de la doble verdad de los averroístas le permitió defender la armonía
entre las dos órdenes de conto: la del racional y la del sobrenatural. Los textos fundamentales del
cristianismo fueron importantes para él; pero, limitándonos al pensamiento cristiano, las más
importantes inüuencias son San Agustín (354-430) y San Alberto Magno, que lo introdujo en el
conocimiento de Aristóteles.

En el S. XIII, la ûlosofía de Tomás fue vista como una forma de averroísmo y fue condenada en 1277.
En el S. XIII, predominó el agustinismo avicenizado y luego su variante: el escotismo (Francisco
Suárez). Esta fue la preponderante en los siglos siguientes y en el racionalismo, especialmente en
Descartes y Malebranche. Puede verse su inüuencia incluso en Husserl o en Heidegger.

Por último, en el S. XIX un grupo de pensadores, inspiradores de la encíclica de León XIII Aeterni
Patris (1879), renovó el pensamiento tomista, naciendo el neotomismo o neoescolástica. Los
principales representantes del neotomismo contemporáneo son J.Maréchal, J. Maritain y E. Gilson.

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2. TEMA: LAS VÍAS Y SU ESTRUCTURA LÓGICA

El término vía reûere a la expresión tomista via ad demostrandum Deum esse, <argumento para
demostrar que Dios existe=. Esto supone que se trata de un camino para conocer la divinidad.

Las cinco vías de Tomás son cinco argumentos distintos para demostrar que Dios existe y estas
pueden encontrarse en su Suma Teológica, concretamente, en su primera parte. Esta comienza
explicando qué es la teología en la cuestión primera. A continuación, en la segunda cuestión, una
investigación principalmente ûlosóûca, comienza su exposición sistemática del contenido de la
teología, tratando el problema fundamental de toda la teología: si hay Dios. .

Primero, en el artículo primero, investiga si la existencia de Dios es o no evidente, concluyendo


que no lo es, y, en consecuencia, es objeto de demostración. Pero tal demostración podría ser
imposible, por eso, dedica el artículo segundo a argumentar que tal existencia es demostrable
racionalmente, por la pura fuerza de la razón. Por último, en el artículo tercero, concreta esa
posible demostración, exponiendo cinco argumentaciones en favor de que Dios existe.

Este tema ya había sido tratado en la Summa contra gentiles, donde aduce pruebas semejantes, pero
más largas y completas. Así la Summa theologiae nació como libro para los estudiantes de teología,
para instruir a los que comienzan, lo que explica su carácter. Es importante tener en cuenta que se
trata de un texto de 1266, del periodo de transición de Tomás, desde un agustinismo avicenizado
hacia un aristotelismo averroísta. Eso explica la presencia de elementos aristotélicos y platónicos.

Las cinco vías, que constituyen el artículo, tienen una estructura lógica común. Todas ellas
desarrollan su argumentación quia en cuatro pasos. Primero, parten de la constatación sensible de
la existencia de algo real; en segundo lugar, aûrman que eso real constatado tiene que tener una
causa que lo justifique; en tercer lugar, niegan que estas causas sean infinitas; y concluyen, por
tanto, en la existencia de una causa primera, Dios.

Son cinco los fenómenos sensibles que Tomás considera como punto de partida de cada vía: en la
primera, el movimiento que observa en las cosas; en la segunda, el orden causal ; en la tercera, la
contingencia de los seres; en la cuarta, los grados de perfección que observamos en las cosas; y en
la quinta el orden o la regularidad de los fenómenos naturales.

Dichos fenómenos sensibles exigen una causa. En general, está presente la teoría aristotélica de la
potencia y el acto: ninguna potencia pasa al acto a no ser que haya algo que la actualice. Tomás
argumenta en la primera vía, que si hay algo en movimiento, tiene que haber algo que lo mueva. En
la segunda, si hay causas ordenadas, nada puede ser causa de sí mismo, sino que depende de otra
causa. En la tercera, todo lo que comienza a existir necesita un agente que lo haga. En la cuarta, la
gradación de perfecciones remite a un máximo respecto al cual se dicen más o menos, y del que
proceden. Al ûnal, en la quinta, el orden y regularidad son causa de una inteligencia ordenadora.

Tomás de Aquino aûrma que es imposible un proceso al infinito en las causas, pero no lo justiûca
en las vías. Dice que, si se niega una primera causa de la cual las demás obran, no habría ninguna
causalidad. Se necesitan causas operantes para explicar lo que hay, y tales causas no pueden ser
inûnitas, ha de existir una causa primera como término. Esta causa es Dios. Se trata del mismo ser,
pero conocido de distintos modos: como causa del movimiento, causa eûciente, ser necesario, ser
perfectísimo e inteligencia ordenadora del universo.

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Así se puede concluir que, prescindiendo de las discusiones acerca de las vías, aún hoy en día son
dignas de consideración, porque constituyen un ejemplo del esfuerzo humano por trascender lo
puramente empírico e intentar elevarse hasta un principio suprasensible de todo lo real.

3. NOCIONES.
A. EL MOVIMIENTO Y EL PRIMER MOTOR (1ª VÍA)
La primera vía para demostrar la existencia de Dios parte de la existencia del movimiento. De
inspiración aristotélica, demuestra la necesidad de un primer motor inmóvil, causa primera del
movimiento del resto. Este es concebido por Aristóteles como el paso de la potencia al acto. Es en
potencia lo que todavía no es, pero puede llegar a ser, y en acto lo que ha desarrollado plenamente
su tendencia o posibilidad de ser. La potencia no es una posibilidad abierta e indeûnida, sino que lo
es en relación con aquello hacia donde cada ser tiende de acuerdo con su naturaleza.

Al movimiento y al cambio se añade que todo lo que se mueve es movido por otro, es decir, se
mueve o cambia pues otro ser ya está en movimiento y se lo transmite. Una potencia no puede
pasar de potencia a acto si no es a través de una realidad que, estando previamente en acto, la
actualice o la induzca a desarrollarse.

Pero si cada móvil necesita un motor para moverse y cada motor, a su vez, se mueve gracias a otro,
nos remontaremos al infinito, lo cual es imposible pues nuestro entendimiento es finito y, si no
hubiera un primer motor que explicara el movimiento del resto, estos no moverían a ningún ser, y
no existiría el movimiento, lo cual queda como absurdo, gracias a los sentidos que se ha tenido en
cuenta al principio de la vía: hay seres que se mueven y cambian.

Por ende, concluye Tomás, es necesario un primer motor que mueva sin ser movido. Finalmente, la
vía establece una analogía entre dicha conclusión de la prueba racional y Dios, el dato de la
Revelación, alcanzado mediante la fe, cuya existencia pretendía demostrar.

B. CAUSA EFICIENTE Y EL SER NECESARIO (2ª Y 3ª VÍA)


Esta pareja de nociones se reûere a las conclusiones o términos de dos demostraciones tomistas de
la existencia de Dios, concretamente y de forma respectiva a las vías segunda y tercera.

La segunda vía se basa en el concepto de causalidad eficiente. Se basa en el movimiento y su


fundamento, pero aborda la causalidad desde un punto más genérico. Parte de un hecho
observable: una unión entre las causas eûcientes, entre los efectos, sus causas, etc. Ya que no
podemos remontarnos al inûnito, ha de existir necesariamente una causa primera incausada que
explique la existencia del resto.

Esa primera causa es, a su vez, un ser absolutamente necesario, que tiene la razón de su necesidad
en sí mismo y que justiûca la existencia de los seres contingentes. Esto da paso a la 3ª vía, que
parte de la constatación de la existencia de seres contingentes que tienen la razón de su necesidad
en otro ser distinto. No obstante, ningún ser natural es necesario por sí mismo, pues todos tienen la
causa de su existencia en otro ser distinto de ellos.

En conclusión, Tomás declara que ha de existir un ser necesario, que no tenga en otro la razón de
su existencia y que sea causa de la existencia de los seres contingentes. Así, a esa causa eûciente
primera absolutamente necesaria Tomás la identiûca con lo que llamamos Dios.

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C. SER PERFECTÍSIMO E INTELIGENCIA ORDENADORA (4ª Y 5ª VÍA)


Estas nociones son tratadas en la 4ª y 5ª vía. Son dos conceptos básicos de la concepción del
mundo de Tomás, y tienen especial interés al recoger la posición fundamental de las dos grandes
fuentes ûlosóûcas de Tomás: Platón y Aristóteles.

Ser perfectísimo (4o vía)


El cosmos sensible es visto por Platón como participación del mundo de las ideas. En él, las ideas
están jerarquizadas en un orden descendente de más a menos generales, formando una cascada de
géneros y especies.

En consecuencia, este mundo creado por Dios es visto como un todo jerarquizado, donde los seres
que participan de las ideas más imperfectas tienen un grado menor de ser que los que participan de
ideas más perfectas. En línea con el platonismo, sostiene que Dios es el ser perfectísimo,
identiûcado con todas las perfecciones puras; mientras que siguiendo el neoplatonismo, aûrma que
el máximo en cada género es causa de que los restantes participantes posean esa perfección. De
este modo, los grados de perfección maniûestan la existencia de Dios.

Inteligencia ordenadora (5o vía)


Desde el punto de vista aristotélico, el cosmos es un todo teleológico armonizado. Este se trata de
coordinación de ûnes. La concepción de la naturaleza como teleológica coordinada se maniûesta en
su regularidad. Todo esto hace un sistema natural o un sistema ecológico que muestra una
inteligencia ordenadora. Esta ûnalidad en el mundo no podría darse ni por el hombre ni por azar.

En consecuencia, cuando Tomás contempla que hay fenómenos en la naturaleza que se dan
regularmente y que se dirigen a fines, considera que la única explicación posible es que tal orden
procede de una inteligencia capaz de concebirlo e imponerlo en la naturaleza. De este modo, dicha
inteligencia ordenadora solo puede ser Dios.

D. EXISTENCIA DE DIOS Y EXISTENCIA DEL MAL (1ª OBJECIÓN Y RESPUESTA)


En la primera objeción, Tomás expone una argumentación clásica contra la existencia de Dios: la
incompatibilidad entre el mal y un bien infinito (Dios). La idea del mal es una objeción que aparece
desde el inicio de la ûlosofía, y su discusión está presente en los principales ûlósofos de la
antigüedad y ha permanecido como una constante de la teología ûlosóûca.

Esta podría solucionarse diciendo que Dios, inûnitamente bueno, carece de poder para eliminar el
mal o que no lo conoce. No obstante, en la objeción se presupone que Dios es un ser omnisciente,
omnipotente, absolutamente bueno y que, por tanto, conoce el mal, tiene poder para eliminarlo y,
por su bondad, tendría que querer hacerlo. Sin embargo, hay mal, luego tal ser Sabio- Poderoso-
Bueno no existe.

Tomás no comparte esa argumentación e intenta mostrar, en la correspondiente respuesta, que no


es concluyente. Una solución fácil sería afirmar que se trata de males aparentes, pero tal solución
es desechada pues aûrma realmente la existencia del mal en el mundo.

Para responder, Tomás toma la solución propuesta por Agustín citando a este como la fuente que
le ha aportado la solución. Esta consiste en insertar el mal en un contexto más amplio. En primer
lugar, hay que considerar que siempre que hay males es porque hay otros bienes mayores que son
condición de posibilidad de tales males concretos. En suma, la existencia del mal conlleva a la
existencia de bienes mucho mayores.

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