Shadow
Shadow
Shadow
Habilidades de Combate:
HA: 210 Artes Marciales, 220 Espada larga +10, 210 Capricornius, 210 Umbra, 225
Dunkelschwert +15
HP: 210 Esquiva
Daño: 40 Artes Marciales (CON, ENE), 90 Espada larga +10 (FIL, ENE), 130 Capricornius (PEN,
ENE), 85 Umbra (ENE), 140 Dunkelschwert +15 (FIL, ENE)
Habilidades Naturales: Uso de Espada larga (Arma Inicial), Tabla de profesión: Asesino, Kung
Fu (Avanzado), Capricornius: Agujas, Umbra: Ataque de Sombras
Llevar Armadura: 10
Armadura: Completa de Cuero (Completa +10) + Armadura de Energía por Ki
TA: FIL 3 CON 2 PEN 4 CAL 3 ELE 4 FRI 3 ENE 2
Ki: 56
Acumulaciones: Agi 2, Con 1, Des 2, Fue 1, Pod 1, Vol 1
Habilidades del Ki: Uso del Ki, Control del Ki, Detección del Ki 410, Eliminación de peso,
Extrusión de Presencia, Armadura de energía, Extensión de Aura al Arma, Velocidad
incrementada, Destrucción por Ki, Uso de la energía necesaria, Ocultación del Ki 480,
Eliminación de necesidades, Eliminación de penalizadores
Habilidades de Némesis: Uso del Némesis, Anulación de Ki, Anulación de Magia, Anulación de
Matrices, Anulación de Lazos, Extrusión de Vacío, Indetección, Inhumanidad, Zen
Límite: Mors: Límite de la Muerte
Ars Magnus: Capricornius: Agujas), Umbra: Ataque de Sombras
Habilidades Secundarias: Acrobacias 120, Atletismo 80, Montar 50, Nadar 50, Trepar 50,
Saltar 80, Estilo 80, Intimidar 40, Liderazgo 50, Persuasión 50, Advertir 200, Buscar 180,
Rastrear 50, Animales 50, Ciencia 50, Herbolaria 50, Historia 80, Memorizar 80, Ocultismo 80,
Tasación 30, Frialdad 120, Resistir el dolor 80, Cerrajería 30, Ocultarse 200, Sigilo 200, Venenos
50, Arte 40, Baile 50, Forja 50, Alquimia 50, Música 50, Truco de manos 80
Habilidades Secundarias: Acrobacias 120, Atletismo 70, Montar 30, Nadar 30, Saltar 80,
Trepar 30, Estilo 80, Persuasión 40, Advertir 180, Buscar 160, Animales 20, Historia 20,
Memorizar 80, Tasación 20, Frialdad 90, Disfraz 120, Ocultarse 200, Sigilo 200, Trampería 100,
Venenos 90, Arte 30, Baile 50, Música 20, Truco de manos 80
Equipo: Varias mudas de ropa, una montura, un par de armas (Espada Larga y Capricornius),
comida para una semana, una mochila con algunos objetos personales, un colgante de la
suerte personalizado (también falso)
Artefactos: Dunkelschwert: Espada Larga Calidad +15, capaz de dañar energía. Dentro de un
cuerpo, las cuchillas usan las estadísticas reflejadas en la ficha, pero mantienen el mismo grado
de calidad y aplican todos los modificadores pertinentes. Fusión: Como si tuviera vida propia
Dunkelschwert se fusiona con cualquier persona que la empuñe introduciéndose en su brazo.
El efecto es automático e involuntario, por lo que aquellos que intente resistirse a la unión
deberán superar un RF contra 140 o el arma entrará en su cuerpo lo quieran o no. Una vez
dentro la espada permanece de por vida en el cuerpo de su anfitrión, y la única manera de
separarse de ella es cortar el miembro donde reside el arma, momento en el que es expulsada
y vuelve a tomar su forma original. Impía: Dunkelschwert se considera una espada de
naturaleza impía, que infecta gradualmente a la persona en la que reside. Pasado un mes el
aura de su poseedor se ensombrece y, al llegar al año, su esencia es la de una entidad quasi
demoniaca. Arma Oculta: Mientras la espada este oculta no existe manera física de discernir
su existencia, aunque el brazo en el que está emite un aura sobrenatural muy tenue
(Valoración Mágica Imposible para poder detectar la energía, o Inhumano para percibir que se
trata de un artefacto sobrenatural impío). Llamada: A voluntad, del brazo de Shadow pueden
surgir látigos de cuchillas que obedecen todos sus deseos. Es posible manifestar hasta cuatro
cuchillas a la vez, pero Shadow debe sacrificar 10 Puntos de Vida por cada una de ellas, los
cuales se recuperan a ritmo de Sacrificio. Devolverlas al interior del brazo no provoca daños
adicionales ni deja marcas visibles. Simbiosis: Más que controlarla, las cuchillas de
Dunkelschwert se mueven acorde a los deseos y pensamientos de Shadow, por lo que usan y
dependen de la Habilidad de Combate de este. En contra de las reglas generales, el número
máximo de ataque por asalto que puede realizar Shadow no depende de su habilidad ofensiva,
sino de cuantas cuchillas halla exteriorizado con la habilidad Llamada. Cada látigo le permite
realizar un ataque diferente, aplicando únicamente un penalizador de -10 a su habilidad por
cada ataque adicional. Por ejemplo, si hubiera exteriorizado tres cuchillas, podría realizar hasta
tres ataques por asalto aplicando únicamente un -20 a todos ellos. Ladrona de Felicidad: La
consciencia de Dunkelschwert es excepcionalmente egoísta y no soporta que Shadow sienta
afecto o respeto por otros. Por tanto, el arma aprovecha cualquier descuido para asesinar a las
personas importantes para Shadow que se pongan a su alcance. En caso de que Shadow pifie
al atacar mientras esta cercano a alguien a quien aprecie, Dunkelschwert desvía el ataque
hacia dicho individuo (sumando a la Habilidad de Ataque de Shadow el Nivel de Pifia).
TRASFONDO
Gavril Drakos, conocido en las sombras como Shadow, es una figura inmortal cuya
existencia se extiende a lo largo de los siglos, marcada por la tragedia y la oscuridad que
han sido sus constantes compañeras desde su nacimiento en las Tierras Oscuras de
Moth. Su historia es un relato de poderes antiguos, conflictos internos y una lucha
perpetua contra la maldición que lleva en su sangre.
Descendiente de una noble familia mestiza humano D’Anjayni, Gavril fue el fruto de
una de las siete princesas entregadas al temible Orochi. Desde su nacimiento, un tatuaje
en forma de serpiente marcó su piel, presagiando la maldición y el destino que le
esperaban. La muerte de su madre durante el parto y los signos de su linaje maldito
hicieron que su familia lo rechazara desde su infancia.
La infancia de Gavril Drakos, conocido como Shadow, fue una época de aislamiento y
descubrimiento, marcada por la dualidad de su herencia y la maldición que pesaba sobre
él. Nacido en las Tierras Oscuras de Moth, su vida comenzó bajo el signo de la
tragedia con la muerte de su madre durante el parto, un evento que sembró el rechazo en
el corazón de su familia.
Criado en un colegio lejano y solitario, Gavril fue un niño que rara vez experimentó la
calidez del afecto familiar. Sus hermanas, aunque distantes, eran su único vínculo con el
amor y la aceptación. Ellas, conscientes de la maldición que llevaba, lo visitaban en
secreto, brindándole momentos de consuelo y cariño que aliviaban su soledad.
El colegio era un lugar sombrío, donde los otros niños le temían y los maestros lo
trataban con una mezcla de respeto y miedo. Desde muy temprano, Gavril mostró
signos de una inteligencia y una intuición excepcionales, así como una afinidad innata
con las artes oscuras y las habilidades marciales. A menudo, se le encontraba
practicando solo en los vastos jardines del colegio, moviéndose con una gracia que
desmentía su edad.
A medida que crecía, comenzó a notar el efecto que tenía sobre los demás: su presencia
podía hacer que la ira y la violencia afloraran en aquellos a su alrededor. Los incidentes
en el colegio se volvieron más frecuentes, con peleas estallando sin razón aparente y
accidentes que ocurrían con una regularidad inquietante. Gavril, con su tatuaje en forma
de serpiente y su aura oscura, se convirtió en un paria, evitado por todos excepto por los
más valientes o los más tontos.
El incidente que definió su infancia ocurrió en su séptimo cumpleaños. Durante una
visita de sus hermanas, una discusión estalló entre dos sirvientes, escalando rápidamente
a una violencia que resonó con la ira latente en Gavril. Incapaz de controlar la fuerza
que despertaba dentro de él, desató un poder devastador que dejó a su familia y a los
sirvientes muertos, sus cuerpos marcados por la furia inhumana de un niño poseído por
su legado maldito.
Este evento catastrófico llevó al monje de Shivat a su vida, quien lo encontró entre los
cuerpos de su familia caída. El monje, viendo tanto el peligro como el potencial en el
joven Gavril, lo llevó al templo de Shivat, donde comenzaría su entrenamiento y su
lucha por controlar la oscuridad que lo rodeaba.
La infancia de Gavril fue, por tanto, una mezcla de aislamiento y descubrimiento, de
rechazo y búsqueda de aceptación. Fue un tiempo que forjó su carácter y su destino,
llevándolo por un camino que lo convertiría en la leyenda conocida como Shadow, un
ser inmortal cuya historia se entrelaza con los siglos de historia de Gaïa.
La estancia de Gavril Drakos en el templo de Shivat fue un período de intensa
transformación y aprendizaje. Bajo la tutela de los monjes, Gavril se sumergió en el
estudio de las artes marciales, la meditación y la disciplina espiritual. Los maestros de
Shivat eran conscientes del poder que residía en su interior y se esforzaron por enseñarle
a canalizar su ira y su fuerza para fines constructivos.
Durante años, Gavril progresó en su entrenamiento, aprendiendo a controlar su cuerpo y
mente con una destreza que asombraba a sus maestros. A pesar de los sellos impuestos
para contener su poder, Gavril se convirtió en un luchador formidable, respetado y
temido por igual entre sus compañeros.
Fue en Shivat donde Gavril conoció a Lysandra, una mujer cuya belleza y gracia eran
tan cautivadoras como su inteligencia y espíritu. Lysandra no era una monja, sino una
erudita que había venido al templo en busca de conocimiento antiguo. Su presencia en
Shivat era un misterio; ella era tan enigmática como el propio Gavril, y su interés por él
parecía ir más allá de la simple curiosidad.
Con el tiempo, Gavril y Lysandra desarrollaron una relación profunda, compartiendo
largas conversaciones sobre filosofía, el destino y la naturaleza del poder. En Lysandra,
Gavril encontró una conexión que nunca había experimentado, un sentimiento que iba
más allá de la amistad o el afecto. Era amor, una emoción que Gavril nunca había
permitido que floreciera en su corazón.
Sin embargo, la felicidad de Gavril estaba destinada a ser efímera. Un día, durante una
sesión de entrenamiento intensivo, Gavril perdió el control. La ira y la violencia que
había mantenido a raya durante tanto tiempo estallaron con una fuerza devastadora. Los
sellos que contenían su poder se rompieron, y en un frenesí ciego, Gavril desató su furia
sobre el templo.
Cuando la neblina de su ira se disipó, Gavril se encontró rodeado de destrucción y
muerte. Los cuerpos de sus maestros y compañeros yacían dispersos por el suelo del
templo, víctimas de su incontrolable poder. Y entre ellos, estaba Lysandra, la mujer que
había tocado su alma, ahora sin vida por su propia mano.
El dolor y la culpa que sintió Gavril en ese momento fueron inmensurables. Había
matado a la única persona que había amado, junto con aquellos que habían intentado
ayudarlo a encontrar la paz. Con el corazón roto y el espíritu destrozado, Gavril huyó de
Shivat, marcado por una nueva cicatriz en su ya atormentada existencia.
Desde ese día, Gavril Drakos vagó por Gaïa, llevando consigo el peso de su
inmortalidad y las sombras de su pasado. Aunque buscaba redención, sabía que la
oscuridad de su linaje siempre sería una parte de él, una amenaza constante para
aquellos que se atrevieran a acercarse demasiado.
Tras la devastadora pérdida de Lysandra y la masacre en Shivat, Gavril Drakos, sumido
en la desesperación y el tormento, vagó por las tierras de Gaïa. Su alma, una amalgama
de dolor y oscuridad, lo llevó a los rincones más sombríos del mundo, donde la luz del
día rara vez tocaba el suelo. Fue en uno de estos lugares olvidados donde Hugo Azulan,
líder del Clan Barakah, lo encontró.
Hugo, un hombre de carisma oscuro y presencia imponente, vio en Gavril no solo un
asesino nato sino también un alma perdida en busca de dirección. Le ofreció un
propósito: convertirse en la espada del Clan Barakah. A cambio, Hugo prometió ayudar
a Gavril a contener la bestia interior que había causado tanto sufrimiento. Con pocas
alternativas y un deseo ardiente de dominar su maldición, Gavril aceptó.
Bajo la tutela de Hugo, Gavril se convirtió en Shadow, un asesino cuya fama creció con
cada encargo cumplido. Se movía a través de las sombras, un espectro que dejaba tras
de sí una estela de cuerpos y secretos desenterrados. Pero cada vida que tomaba, cada
secreto que revelaba, alimentaba la ira y la violencia que residían en su corazón
inmortal.
La vida de Gavril tomó un giro inesperado durante una misión para asesinar a un señor
de la guerra. Al observar al hombre y ver reflejada su propia lucha interna, Gavril
decidió revelar el complot del Clan Barakah. Juntos, él y el señor de la guerra planearon
y ejecutaron una estrategia que llevó a la caída de Hugo y al desmantelamiento del clan.
Liberado de las cadenas de su pasado, Gavril abandonó su vida como asesino. Comenzó
a viajar por Gaïa, buscando un nuevo propósito. Se convirtió en un espía y
guardaespaldas, utilizando sus habilidades para proteger y servir a aquellos en
necesidad. En esta nueva vida, Gavril encontró una forma de redención, luchando por
mantener la oscuridad a raya y vivir una vida que no estuviera definida por la violencia
de su linaje.
Como espía, Gavril utilizó su inmortalidad para infiltrarse en las más altas esferas de
poder, desentrañando complots y desbaratando conspiraciones antes de que pudieran
echar raíces. Como guardaespaldas, su presencia se convirtió en un símbolo de
seguridad infalible. Aquellos a quienes protegía dormían tranquilos, sabiendo que la
sombra que los vigilaba era más temible que cualquier amenaza que pudiera acechar en
la oscuridad.
A pesar de su maldición, Gavril Drakos, ahora conocido como el protector Shadow,
encontró un camino hacia la redención, luchando por mantener la oscuridad a raya y
vivir una vida que no estuviera definida por la violencia de su linaje. Su historia, tejida a
lo largo de los siglos, continúa siendo escrita con cada elección que hace, cada vida que
toca y cada sombra que conquista.
Gavril Drakos, cuya fama como Shadow se extiende más allá de los confines de las
Tierras Oscuras de Moth, es un ser de poderes insondables y un pasado envuelto en
misterio. La Sangre de Orochi que corre por sus venas le confiere habilidades que
desafían la comprensión mortal: una regeneración que borra las heridas del tiempo y del
combate, y los Ojos de la Muerte, una dádiva que le permite percibir el delicado hilo
de la vida, anticipando los movimientos de sus adversarios y desentrañando sus más
íntimos secretos.
Como maestro de los Ars Magnus de Capricurnius, Gavril maneja agujas con una
precisión letal que rivaliza con la puntería de los arqueros más hábiles. Estas agujas,
más que simples armas, son extensiones de su voluntad, capaces de atravesar la
armadura más dura y silenciar corazones con un susurro metálico.
Sus Habilidades de Umbra y del Némesis le permiten tejer las sombras a su antojo,
convirtiéndolo en una figura esquiva, un fantasma entre los mortales. La oscuridad se
pliega a su alrededor como un manto, ocultándolo de la vista y permitiéndole moverse
con una libertad que muchos envidiarían.
En el arte del combate, Gavril es un prodigio, un artista marcial cuya destreza es el
resultado de siglos de práctica y perfeccionamiento. Cada golpe, cada bloqueo, cada
movimiento es la expresión de una danza mortal que ha sido refinada a lo largo de
incontables batallas. Como espadachín, su espada es una extensión de su ser, cortando el
aire y la carne con igual facilidad, una danza de acero que ha sido ensayada en duelos
que han pasado a la leyenda.
La vida de Gavril Drakos es un tapiz tejido con hilos de poder y conflicto, una búsqueda
constante de redención. A través de su transformación de asesino a espía, y finalmente a
guardaespaldas, busca un equilibrio entre la oscuridad de su pasado y la promesa de un
futuro más brillante. Con cada decisión, cada acción, Gavril escribe un nuevo capítulo
en su vida, uno que refleja no solo el legado de su sangre sino también la fuerza de su
voluntad y la profundidad de su alma.
Su inmortalidad, un regalo envenenado de su linaje, le ha permitido existir desde hace
siglos, siendo testigo y protagonista de la historia en constante cambio de Gaïa. En su
búsqueda de un lugar en un mundo que evoluciona con cada amanecer, Gavril Drakos
continúa su viaje, un inmortal en busca de un propósito, un guerrero en busca de paz, y
un hombre en busca de sí mismo.
La historia de Gavril Drakos, conocido como Shadow, y Akemi Eguchi es un relato de
destinos entrelazados y almas encontradas en el vasto tapiz de Gaïa. Akemi, una vez
doncella del Clan Asakura y ahora hermana de Selene, se cruzó en el camino de Shadow
bajo circunstancias que ninguno de los dos podría haber anticipado.
En su primer encuentro, ambos estaban inmersos en la caza de un objetivo común, un
artefacto de poder incalculable que había atraído la atención de muchos en el mundo de
las sombras. Shadow, con su habilidad innata y su maldición de sangre, y Akemi, con su
destreza y su recién descubierta hermandad, se encontraron en una carrera contra el
tiempo y contra cada uno. Pero fue Shadow quien reclamó la victoria, dejando a Akemi
con el sabor amargo del fracaso.
En el tenso encuentro que siguió, las habilidades de ambos se pusieron a prueba en un
juego de astucia y fuerza. Shadow, con su inmortalidad y sus poderes oscuros, defendió
a su protegido con una determinación férrea. Akemi, armada con las bendiciones y el
entrenamiento de las Hermanas de Selene, lanzó un asalto implacable para cumplir su
cometido.
La batalla fue intensa y reveladora, con cada movimiento y contraataque llevando a
ambos al límite de sus capacidades. Pero fue Shadow quien emergió victorioso, su
experiencia y su habilidad para anticipar y contrarrestar los ataques de Akemi le
aseguraron la ventaja. A pesar de su victoria, Shadow no buscó la muerte de Akemi; en
cambio, reconoció su valentía y ofreció una oportunidad para aprender y crecer.
Este momento de comprensión mutua fue el comienzo de una relación compleja y
multifacética. Aunque comenzaron como adversarios, con el tiempo, Shadow y Akemi
encontraron en el otro un respeto y una camaradería que trascendía sus misiones
opuestas. Shadow se convirtió en mentor y amigo de Akemi, y ella, a su vez, se
convirtió en un refugio y una aliada para él.
Juntos, navegaron por los mares tumultuosos de Gaïa, enfrentando desafíos que iban
más allá de sus misiones individuales. En su compañía, encontraron una rara aceptación
y entendimiento, forjando un vínculo que resistiría las pruebas del tiempo y del destino.
A pesar de este comienzo turbulento, marcado por la tensión y la rivalidad, algo cambió
entre ellos. En las misiones subsiguientes, sus caminos se cruzaron una y otra vez, y con
cada encuentro, la relación entre ellos se transformó. Shadow vio en Akemi una
determinación y una fuerza de voluntad que resonaban con su propia lucha interna. A su
vez, Akemi encontró en Shadow un mentor, alguien que la guió a través de los
laberintos de poder y peligro que ambos navegaban.
Con el tiempo, la relación entre Shadow y Akemi se profundizó. Se convirtieron en
aliados, amigos y, finalmente, en refugios el uno para el otro. En Shadow, Akemi
encontró una fuente de sabiduría y una presencia tranquilizadora que la ayudó a superar
sus propias inseguridades y a aceptar su pasado y su futuro. Para Shadow, Akemi se
convirtió en un recordatorio de que incluso un corazón inmortal podía encontrar
consuelo y compañía.
Juntos, enfrentaron desafíos que habrían abrumado a cualquiera de ellos por separado.
En batallas, en intrigas políticas y en los momentos tranquilos lejos del caos del mundo,
se apoyaron mutuamente, creciendo en fuerza y comprensión. La relación entre ellos se
convirtió en una de las pocas constantes en la vida eterna de Shadow, un faro de
humanidad en la inmensidad de su existencia solitaria.
La historia de Gavril Drakos y Akemi Eguchi es una crónica de redención y amistad, un
testimonio de cómo incluso los seres tocados por la oscuridad y destinados a caminar
por la eternidad pueden encontrar luz en la conexión con otro. A través de su vínculo,
ambos descubrieron aspectos de sí mismos que habían permanecido ocultos, y juntos,
continuaron su viaje por Gaïa, enfrentando lo que el destino les tenía reservado.
La relación entre Gavril Drakos y Akemi Eguchi se desarrolla a lo largo del tiempo a
través de una serie de fases, marcadas por la confianza, el aprendizaje mutuo y la
superación de desafíos compartidos. A continuación, se detalla cómo evoluciona su
vínculo:
Inicio Tumultuoso: Su primer encuentro es conflictivo, con Gavril protegiendo a un
objetivo y Akemi intentando eliminarlo. A pesar de la tensión inicial, Gavril reconoce la
valentía de Akemi y le ofrece una oportunidad para aprender y crecer.
Respeto Mutuo: Con el tiempo, la rivalidad se transforma en respeto. Ambos
reconocen las habilidades y la dedicación del otro. Gavril se convierte en un mentor
para Akemi, mientras que ella le ofrece una perspectiva fresca y un desafío a sus propias
habilidades.
Camaradería: A medida que trabajan juntos en varias misiones, su relación se
fortalece. Se convierten en aliados confiables, apoyándose mutuamente en situaciones
peligrosas y aprendiendo el uno del otro.
Amistad Profunda: La camaradería da paso a una amistad profunda. Comparten
experiencias personales y se abren el uno al otro sobre sus pasados y esperanzas para el
futuro. Esta conexión emocional añade una nueva dimensión a su relación.
Refugio y Consuelo: En momentos de duda o desesperación, se convierten en un
refugio el uno para el otro. Gavril encuentra en Akemi un consuelo para la soledad de su
inmortalidad, mientras que Akemi ve en Gavril una fuente de sabiduría y estabilidad.
Confianza Inquebrantable: La confianza entre ellos se vuelve inquebrantable. Se
convierten en los confidentes más cercanos, capaces de compartir sus miedos más
profundos y sus deseos más íntimos sin temor a ser juzgados.
Crecimiento y Cambio: A medida que enfrentan nuevos desafíos y enemigos, ambos
personajes crecen y cambian. Gavril aprende a aceptar su humanidad, mientras que
Akemi descubre su propia fuerza interior y capacidad de liderazgo.
Amor y Sacrificio: Eventualmente, su relación podría dar paso a sentimientos más
profundos. El amor podría florecer, llevándolos a hacer sacrificios el uno por el otro y a
luchar por un futuro común.
Legado Conjunto: Juntos, Gavril y Akemi podrían dejar un legado en Gaïa, no solo
como guerreros y protectores sino también como símbolos de esperanza y redención
para aquellos que luchan contra sus propias oscuridades.
A lo largo de los siglos, la relación entre Gavril y Akemi se convierte en una parte
integral de sus vidas, enriqueciendo sus inmortales existencias con una profundidad de
experiencia y emoción que solo puede surgir de un vínculo forjado en el crisol de la
adversidad y la compasión.