Jaime y Otros - Introducción A Las Políticas Públicas - Cap. 3
Jaime y Otros - Introducción A Las Políticas Públicas - Cap. 3
Jaime y Otros - Introducción A Las Políticas Públicas - Cap. 3
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ed. - Florencio Varela : Universidad Nacional Arturo Jauretche, 2013.
240 p. ; 24x17 cm. - (Manuales)
ISBN 978-987-29188-3-5
Realización Editorial:
Universidad Nacional Arturo Jauretche
Av. San Martín 2002 - Florencio Varela
Tel.: 011 5087 9301
Impreso en la Argentina
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INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS FERNANDO M. JAIME, GUSTAVO DUFOUR, MARTÍN ALESSANDRO Y PAULA AMAYA
que persiguen o desean alcanzar y los recursos que movilizan para ello, quienes y por HOOHQJXDMHFLHQWt¿FRFRPRRUGLQDULR±HQFRQWH[WRV\VLWXDFLRQHVGLIHUHQWHV\FRQ
qué las respaldan, los intereses económicos, sociales y políticos que afectan (favorable GLVWLQWRVVLJQL¿FDGRVRYDORUDFLRQHV$GLIHUHQFLDGHOLGLRPDLQJOpVHQHOTXHH[LVWHQ
RGHVIDYRUDEOHPHQWH ORVFRQÀLFWRVGHLQWHUHVHVTXHHPHUJHQDVtFRPRORVHIHFWRVTXH GLVWLQWRVFRQFHSWRVSDUDLGHQWL¿FDUODVWUHVGLPHQVLRQHVRQLYHOHVGHODPolítica (po-
estas pretenden producir o producen sobre el contexto en el que intervienen. lity, politics y policy), el idioma castellano –y muchos otros idiomas europeos– no
(VSRUHOORTXHHQHVWHFDStWXORVHSUHVHQWDQHQSULPHUOXJDUDOJXQDVGH¿QLFLR- nos provee de estas herramientas para poder diferenciar conceptualmente bien estos
nes sobre qué es una política pública, planteando una serie de dimensiones descrip- niveles. Como consecuencia de ello “resulta problemático distinguir entre ‘políticas’
WLYDVTXHSDUHFHQVHUGLVWLQWLYDVGHWRGDSROtWLFDS~EOLFDHLGHQWL¿FDQGRGHIRUPD (policies) y ‘política’ (politics)” (Parsons, 2008: 47).
breve los puntos de contacto con algunos de los conceptos trabajados en los capítu- En el lenguaje del “sentido común” (un lenguaje distinto al de los especialistas o
los anteriores. Seguidamente, se realizará un sintético repaso sobre la forma en que FLHQWt¿FRV SRUHMHPSORODSROtWLFDHVXVXDOPHQWHFRQFHELGDFRPRXQDDFWLYLGDGDVR-
se constituyó el “campo” de las políticas públicas, así como la evolución que dicho ciada, según los distintos momentos históricos, a cargas valorativas diversas. Hasta
campo ha experimentado hasta la actualidad. En tercer lugar, la atención se cen- hace poco tiempo atrás, la política se concebía como una actividad en la que predo-
trará en el análisis de políticas y su vinculación con, o contribución a, los procesos minaban los intereses mezquinos de sus protagonistas, y en algunos casos extremos
de toma de decisión. Finalmente, se plantearán diferentes abordajes metodológicos a la presencia extendida de prácticas corruptas. Es por ello que no resulta extraño
para analizar las políticas públicas, tratando de plantear algunas respuestas prelimi- que el término política fuera utilizado muchas veces en el lenguaje ordinario con una
nares a las preguntas sobre qué y cómo estudiar las políticas públicas. intensión peyorativa. Hoy el escenario parece ser otro, y la política parece disponer
en la sociedad de una valoración más positiva, puesto que es concebida como una
actividad con un alto potencial de transformación de la sociedad en la que predominan
2. LAS POLÍTICAS PÚBLICAS: UNA DEFINICIÓN CONCEPTUAL
los intereses o proyectos colectivos, aunque no necesariamente exenta de prácticas
En esta sección se procura brindar algunos elementos que permitan una mejor com- mezquinas. Sin embargo, los problemas que plantea la utilización del concepto política
prensión de qué son las políticas públicas. La tarea no es, por supuesto, sencilla. Las en el lenguaje ordinario trascienden la cuestión estrictamente valorativa. En efecto,
GL¿FXOWDGHVVHPDQL¿HVWDQHQWUHViPELWRV3RUXQODGRHVSUHFLVRGDUFXHQWDGHOD desde el conocimiento del “sentido común” el término política ha perdido gran parte
polisemia que caracteriza al concepto políticaWUDWDQGRGHLGHQWL¿FDUORVDOFDQFHV GHVXVSURSyVLWRVGHVFULSWLYRVSRUTXHVHORKD PDO XWLOL]DGRSDUDQRPEUDURFDOL¿FDU
que tiene la utilización de dicho concepto en la construcción política pública. Por GLVWLQWDV DFFLRQHV DFWLYLGDGHV \ SHUVRQDV OR TXH UHÀHMD XQD SURIXQGD FRQIXVLyQ R
otro, resulta importante reconocer que no existe un consenso en el campo de las desconocimiento de las dimensiones que abarca o comprende la política.
SROtWLFDVS~EOLFDVVREUHODVGLPHQVLRQHVRFDUDFWHUtVWLFDVTXHSHUPLWHQODLGHQWL¿FD- (QHOOHQJXDMHFLHQWt¿FRHOGHORVHVSHFLDOLVWDVH[LVWHXQDGLVSXWD TXHQRYD-
ción de una política pública. Aquí el mayor desafío gira en torno a la necesidad de mos a desarrollar) en torno a la posición a adoptar ante la carga valorativa que los
pensar la relación entre política pública, decisión pública y no-decisión. Por último, conceptos indudablemente poseen al ser apropiados y utilizados por las sociedades.
una vez precisado el concepto y sus alcances, es necesario recuperar una mirada in- (VWD GLVSXWD SRQH GH PDQL¿HVWR HO ³FKRTXH´ GH GRV SDUDGLJPDV SRU XQ ODGR HO
tegral que vuelva a poner en conexión a las políticas públicas con los otros conceptos SRVLWLYLVPROyJLFRTXHSRVWXOD\GH¿HQGHHOSULQFLSLRGHODQHXWUDOLGDGYDORUDWLYD
presentados en los capítulos precedentes. (Popper, 1971); por otro, el posempirismo, que sostiene la necesidad de poner en el
centro de la investigación el lenguaje y los valores en tanto formas de construcción
3ROtWLFDXQFRQFHSWRFRQP~OWLSOHVVLJQL¿FDGRV social de la realidad (Schuster, 2002; Schuster y Pecheny, 2002). Pero más allá de
Si bien en el Capítulo 1 ya se ha introducido la discusión sobre el concepto política, HVWDGLVFUHSDQFLDSRUFLHUWRQRPHQRUHOGLVFXUVRFLHQWt¿FRUHFRQRFHH[SOtFLWDPHQ-
resulta relevante retomar aquí aquel debate para relacionar los conceptos de polí- te las diferentes dimensiones que abarca el concepto. Tal vez por ello, en el idioma
tica y política pública. El término política es utilizado recurrentemente –tanto en FDVWHOODQRDOJXQRVVLJXHQUHFXUULHQGRDORVWpUPLQRVGHOLQJOpVSDUDSRGHULGHQWL¿-
carlas con mayor precisión.
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INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS FERNANDO M. JAIME, GUSTAVO DUFOUR, MARTÍN ALESSANDRO Y PAULA AMAYA
/D GLPHQVLyQ PiV DPSOLD R HVWUXFWXUDO GH OD SROtWLFD HV OD TXH UH¿HUH DO FRQ- GHOHJLWLPLGDGJXEHUQDPHQWDO´ 0HQ\\7KRHQLJ (VWDSULPHUDGH¿QLFLyQ
cepto de polity. Esta es la dimensión institucional de la política, entendida como el resalta el espacio institucional (las estructuras de autoridad) en el cual la política
conjunto de instituciones y reglas que establecen cómo el poder está organizado y pública se origina, y lo que le brinda su legitimidad de origen. El gobierno, o las au-
distribuido y cómo puede ser ejercido al interior de un orden político. Esta dimen- toridades que transitoriamente ocupan las posiciones de autoridad en una sociedad,
sión comprende el análisis del Estado, el sistema político y el régimen político ya y que acceden a ellas a través de los mecanismos institucionalmente establecidos
trabajadas en el primer capítulo, pero también de las distintas formas institucionales (conjunto de reglas), aparecen aquí como el actor decisivo o “autor” de la política
que puedan adoptar los regímenes poliárquicos en tanto establecen las reglas que re- en cuestión. Seguidamente los mismos autores señalan que una política “se presenta
gulan la distribución del poder y las formas en las que se pueden adoptar decisiones bajo la forma de un conjunto de prácticas y normas que emanan de uno o varios
legítimas. actores públicos” (1992: 89), reconociendo así que la política pública puede cris-
/D VHJXQGD GLPHQVLyQ GH OD SROtWLFD HV OD TXH UH¿HUH DO FRQFHSWR GH politics. talizarse en normas (de distinto nivel), pero que también abarca aquellas prácticas
Este nivel es el que habitualmente asociamos (en especial en el lenguaje ordinario) (informales) que las ponen en funcionamiento.
DOFRQFHSWRGHSROtWLFDSXHVWRTXHHVHVWDGLPHQVLyQODTXHUH¿HUHDODGLQiPLFD 8QDGH¿QLFLyQDOWHUQDWLYDHVODTXHQRVEULQGD'\H HQVX\DFOiVLFDREUD
LQKHUHQWHPHQWHFRQÀLFWLYDGHODSROtWLFD/Dpolitics se vincula estrechamente con Understanding Public Policy. Según el autor, “una política pública es todo los que
IHQyPHQRVFRPRODOXFKDSRUHOSRGHUODHVWUXFWXUDGHOFRQÀLFWRSROtWLFR\VRFLDO los gobiernos deciden hacer o no hacer” (1995:2). Como sostiene explícitamente el
el comportamiento de los actores (políticos, estatales, económicos y sociales), así autor “nótese que estamos focalizando el interés no solo en las acción del gobierno
como sus mapas cognitivos (valores e ideologías), intereses y preferencias; la movi- sino también en la inacción gubernamental, esto es, en lo que el gobierno elige no
lización de recursos (políticos, económicos y simbólicos); y los procesos de negocia- hacer” (1995: 4). Consecuentemente se amplía enormemente el campo de aplicación
ción y cooperación que se ponen en marcha con el propósito de reproducir o alterar del concepto, puesto que esto requiere tomar en cuenta lo que un gobierno inten-
determinadas situaciones de poder. cionalmente no hace. En este sentido, las políticas pueden ser el producto de cursos
)LQDOPHQWHODWHUFHUDGLPHQVLyQGHODSROtWLFDHVODTXHUH¿HUHDODpolicy (o poli- de acción adoptados sin clara explicitación de sus fundamentos y orientaciones. La
cies). Esta es la dimensión de la política que se vincula con las acciones o decisiones GL¿FXOWDGUHVLGHDTXtSRUFLHUWRHQSUREDUODLQWHQFLRQDOLGDGGHWUiVGHODQRDFFLyQ
que un gobierno adopta (políticas públicas) y que están orientadas a la resolución de esto es en generar evidencias que demuestren que la noacción es un curso de acción
DTXHOORVSUREOHPDVTXHXQDVRFLHGDG\XQJRELHUQRGH¿QHQFRPRS~EOLFRV HVWRHV elegido de forma consciente por las autoridades gubernamentales.
que merecen atención por parte del gobierno). En este nivel el interés se dirige a los 8QDWHUFHUDGH¿QLFLyQTXHFRPSUHQGH\VXSHUDDODVDQWHULRUHVHVDTXHOODTXH
objetivos que las políticas públicas persiguen, pero también a los resultados e impac- concibe la política pública como “un conjunto de acciones y omisiones que mani-
tos que las mismas efectivamente producen en la sociedad, reproduciendo situacio- ¿HVWDQXQDGHWHUPLQDGDPRGDOLGDGGHLQWHUYHQFLyQGHO(VWDGRHQUHODFLyQFRQXQD
nes prexistentes o alterándolas radicalmente. Es por ello que cuando la atención se cuestión que concita la atención, interés o movilización de otros actores en la socie-
centra en las políticas públicas se vuelve importante analizar no solo la dimensión GDGFLYLO´ 2V]ODN\2¶'RQQHOO (VWDGH¿QLFLyQUHFXSHUDHOFRPSRQHQWH
sustantiva de las políticas, sus contenidos, sino también la dimensión operativa, esto FRQWURYHUVLDOGHODGH¿QLFLyQGH'\H DOLQFOXLUODRPLVLyQFRPRXQDDFFLyQ
es su implementación. pero es mucho más amplia por dos razones. Por un lado, reconoce la existencia de
un componente relacional detrás de toda política pública al plantear que la política
¢4XpHVXQDSROtWLFDS~EOLFD"(QEXVFDGHXQDGH¿QLFLyQ es una “respuesta” a una cuestión que ha generado la atención o interés de ciertos
actores sociales o económicos. Se asume por tanto que la política pública supone una
6RQPXFKDVODVGH¿QLFLRQHVTXHSXHGHQGDUVHGHODVSROtWLFDVS~EOLFDV&DGDXQDGH
demanda, y que detrás de esa demanda existen actores e intereses potencialmente en
ellas destaca distintos aspectos o elementos que la componen.
FRQÀLFWR3RURWURSRQHHQHOFHQWURGHODGH¿QLFLyQDO(VWDGR±QRVRORDOJRELHU-
8QDSULPHUDDSUR[LPDFLyQDOFRQFHSWRGHSROtWLFDS~EOLFDHVDTXHOODTXHODGH¿-
ne como “el resultado de la actividad de una autoridad investida de poder público y
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INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS FERNANDO M. JAIME, GUSTAVO DUFOUR, MARTÍN ALESSANDRO Y PAULA AMAYA
no– en tanto conjunto de instituciones públicas que ponen en ejecución a través de GHODV¿QDOLGDGHV PDSDVFRJQLWLYRVHLGHRORJtDV \SUHIHUHQFLDVTXHHOORV
un conjunto de acciones esas decisiones, desplazando el interés desde el momento decisor/es no pueden dejar de asumir.
decisional al momento de implementación de la política pública. vi) Un factor de coerción: toda política pública procede de una autoridad
Una última aproximación es aquella que trata de articular los aspectos presentes gubernamental legítimamente investida, dotada de los recursos de coerción
HQODVGH¿QLFLRQHVDQWHULRUHVGH¿QLHQGRDODSROtWLFDS~EOLFDFRPR³XQFRQMXQWR necesarios para imponer las decisiones de política adoptadas.
(secuencia, sistema, ciclo) de acciones, estructuradas en modo intencional y cau- v) Una competencia social: las políticas públicas se dirigen hacia determina-
sal, que se orientan a realizar objetivos considerados de valor para la sociedad o GRVJUXSRVRSREODFLRQHV\EXVFDQPRGL¿FDUVXVFRPSRUWDPLHQWRVDIHFWDU
DUHVROYHUSUREOHPDVFX\DVROXFLyQHV FRQVLGHUDGDGHLQWHUpV REHQH¿FLRS~EOLFR VXVLQWHUHVHVRPRGL¿FDUORVFRQWH[WRVHQORVFXDOHVHVWRVVHGHVHQYXHOYHQ
FX\D LQWHQFLRQDOLGDG \ FDXVDOLGDG KDQ VLGR GH¿QLGDV SRU OD LQWHUORFXFLyQ TXH KD (QXQDGLUHFFLyQVLPLODUVHPDQL¿HVWD$JXLODU9LOODQXHYD DOUHFRQRFHU
tenido lugar entre el gobierno y los sectores de la ciudadanía; que han sido decididas TXHWRGDSROtWLFDS~EOLFDVHGH¿QHSRUODSUHVHQFLDGH
por autoridades públicas legítimas; que son ejecutadas por actores gubernamentales i) Un componente de autoridad (institucional): puesto que la política pública
y estatales o por estos en asociación con actores sociales (económicos, civiles), y constituye un acto de autoridad adoptado por una autoridad que dispone
que dan origen o forman un patrón de comportamiento del gobierno y la sociedad” de la legitimidad y que se ajusta a todos los procedimientos establecidos
(Aguilar Villanueva, 2009: 14). legalmente.
/DGH¿QLFLyQGH$JXLODU9LOODQXHYDSRQHGHPDQL¿HVWRTXHODSROtWLFDVXSRQH ii) Un componente decisional: en tanto toda política pública implica la pre-
XQSURFHVRFRPSOHMRTXHVHLQLFLDDOLGHQWL¿FDUXQDFXHVWLyQVRFLDORSROtWLFDPHQWH sencia de una decisión (acción o inacción).
relevante, que continúa con una toma de posición por parte del gobierno ante dicha iii) Un componente conductual: dado que toda política pública desencadena
cuestión, y que requiere un conjunto de acciones estatales dirigidas a mantener, un conjunto de acciones, actividades y comportamientos de múltiples acto-
WUDQVIRUPDURPRGL¿FDUODUHDOLGDGRHOFRQWH[WRHQHOTXHORVDFWRUHVLQWHUYLHQHQ res, no necesaria o exclusivamente gubernamentales.
o los propios comportamientos de los actores afectados por la política. Pero lo que iv) Un componente causal: en la medida que toda política busca producir
HVWDGH¿QLFLyQLQFRUSRUDH[SOtFLWDPHQWH\SDUHFHHVWDUDXVHQWHHQODVSULPHUDVGRV determinados resultados o efectos sobre los comportamientos de ciertos
GH¿QLFLRQHVHVODD¿UPDFLyQGHTXHWRGDSROtWLFDS~EOLFDLPSOLFDXQDWHRUtDFDXVDO actores o grupos sociales o sobre los contextos o situaciones en la que des-
respecto a cómo resolver o mitigar el problema que la política viene a atender. La im- pliegan sus acciones los ciudadanos.
portancia de ello reside en que pone en primer plano el vínculo entre conocimiento Finalmente, en la misma línea se expresa Martínez Nogueira (1995) al señalar
\SROtWLFDRPiVHVSHFt¿FDPHQWHODUHODFLyQHQWUHFLHQFLD RFRQRFLPLHQWRFLHQWt¿FR que por política pública puede entenderse un:
y política pública. i) Campo de acción: un aspecto de la realidad que intenta ser impactado por
6LQWHWL]DQGR DOJXQDV GH ODV FXHVWLRQHV DQWHULRUPHQWH PHQFLRQDGDV SXHGH D¿U- la actividad estatal (política social, política exterior, política de innovación,
marse, siguiendo a Meny y Thoenig (1992), que una política pública contiene las etc.). A su vez, a un nivel más desagregado, este campo de acción puede
siguientes características: considerarse como un conjunto de problemas a cuya resolución se orienta la
i) Un contenido: toda política pública moviliza recursos de todo tipo para DFFLyQGHOHVWDGRDWUDYpVGHLQVWUXPHQWRV\DFFLRQHVHVSHFt¿FDV
generar ciertos resultados o productos. ii) Declaratoria de intención: conjunto de promesas y compromisos de ac-
ii) Un programa: una política pública no se reduce a un acto o decisión con- FLyQ6HUH¿HUHDFRQGXFWDVGHOLEHUDGDVSDUDHOORJURGHREMHWLYRVODGH¿-
siderado aisladamente sino que detrás de cada acto existe un marco de nición de lineamientos para la acción, la regulación de comportamientos,
referencia que integra y da coherencia a esos actos o actividades. la asignación de recursos y la determinación de responsabilidades. Estas
iii) Una orientación normativa: la política pública no es la resultante de res- promesas tienen su expresión material en la enunciación de los contenidos
puestas aleatorias, carentes de sentido o direccionalidad, sino la expresión de la política.
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iii) Proceso de conversión: una movilización de recursos (de diferente tipo: recuperar las concepciones del poder que provienen de los enfoques pluralistas y
de poder, de conocimiento, institucionales y organizacionales, de legiti- marxistas que han sido tratadas en el Capítulo 1).
midad social, simbólicos) para el logro de objetivos políticos. Las capaci-
dades existentes, su naturaleza, dotación, atributos, relaciones recíprocas,
compatibilidad y convergencia determinarán el grado en que la promesa se
convierta en resultados e impactos efectivos.
iv) Ciclo de acción: actividades de formulación, ejecución, seguimiento y
evaluación, cada una de las cuales supone la realización de acciones dife-
renciadas pero a la vez articuladas, que comprende además las intervencio-
nes de múltiples actores como agencias con competencia política o técnica
o como participantes con distinto grado de responsabilidad, involucra-
miento o continuidad.
v) Conjunto de productos, resultados e impactos: consecuencia del proceso
de conversión en el marco de ese ciclo de acción que permiten atribuir sen-
tido y consecuencias a la intencionalidad del Gobierno y el Estado.
De este modo, las políticas públicas no son solo la expresión de una intencionali-
Como sostiene Skocpol (1989) estas “formas de explicar la política y las activi-
dad dirigida a resolver algún problema incorporado a la agenda de gobierno. Supo-
dades gubernamentales centradas en la sociedad eran características sobre todo de
QHQWDPELpQGH¿QLFLRQHVGHHVWRVSUREOHPDVSRVWXODFLyQGHUHODFLRQHVFDXVDOHVHQ
las perspectivas pluralistas y estructural-funcionalistas predominantes en la ciencia
torno a ellos, lineamientos y criterios para orientar decisiones y acciones, mandatos
política y la sociología de Estados Unidos en las décadas del 50 y del 60. En es-
y atribuciones de competencias y recursos a distintas organizaciones públicas (el
tas perspectivas, el Estado era considerado como un concepto antiguo, asociado a
Estado), así como las consecuencias efectivas (resultados e impactos) que producen.
tediosos estudios jurídico-funcionalistas de principios constitucionales de ámbito
nacional. […] El “gobierno” era considerado primordialmente como un terreno en
2.3. Política pública, poder y sistema político el que los grupos de interés de carácter económico o los movimientos sociales nor-
Con el propósito de vincular algunos de los conceptos hasta aquí trabajados, consi- PDWLYRVFRQWHQGtDQRVHDOLDEDQHQWUHVtSDUDFRQ¿JXUDUODDGRSFLyQGHGHFLVLRQHV
dero oportuno recuperar de manera explícita el vínculo entre los conceptos de polí- VREUHSROtWLFDS~EOLFD6HHQWHQGtDTXHHVDVGHFLVLRQHVHUDQUHSDUWRVGHEHQH¿FLRV
tica pública, poder, y sistema político([LVWHQYDULDVIRUPDVGHSRQHUGHPDQL¿HVWR entre los grupos que los reclamaban. […] El propio gobierno no era tomado muy en
este vínculo. serio como actor independiente […]” (1989: 76-77).
La primera es reconocer que las políticas públicas implican, o son la resultante A pesar que algunas investigaciones realizadas en el marco de los enfoques plu-
GHFRQÀLFWRVHQWUHDFWRUHVVRFLDOHVHFRQyPLFRV\SROtWLFRVTXHVHPDQL¿HVWDQDO ralistas parecían resultar prometedoras (Dahl, 1961; Polsby, 1963), estas no condu-
interior del sistema político. Según esta concepción las políticas públicas tienen una jeron –a pesar de la evidencia empírica disponible– a la reformulación o abandono
matriz societal, puesto que estas “respuestas” que brinda el sistema político a esas de ciertos supuestos pluralistas. Estos y otros autores situados en este enfoque si-
GHPDQGDV SUHIHUHQFLDV FRQÀLFWLYDVHQWUHVtVRQHOUHÀHMRGHODVOXFKDVGHSRGHU guieron aferrándose a la idea de que el Gobierno o el Estado no constituyen actores
que al interior del sistema político entablan estos actores a partir de la asimétrica SRUWDGRUHV GH SUHIHUHQFLDV SURSLDV VLQR TXH UHÀHMDQ D WUDYpV GH VXV GHFLVLRQHV \
posición que estos poseen y la desigual distribución de recursos que pueden movi- acciones quienes son los grupos de interés que han logrado imponer sus preferencias
lizar para ver realizadas o satisfechas sus propias preferencias. (Se recomienda aquí (en palabras de Dahl, quien o quienes gobierna/n).
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INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS FERNANDO M. JAIME, GUSTAVO DUFOUR, MARTÍN ALESSANDRO Y PAULA AMAYA
Esta matriz societal también puede rastrearse en autores neomarxistas que conci- intensidad o fuerza, según la cual la coerción que la política genera puede ser di-
EHQODVSROtWLFDVS~EOLFDVFRPRPHURUHÀHMRGHODGHVLJXDOGLVWULEXFLyQGHSRGHUHQWUH recta (inmediata) o indirecta (remota); b) una dimensión horizontal, que diferencia
las clases sociales (Miliband, 1978). A diferencia de los pluralistas, que tienen una vi- aquellos casos en los que la coerción se ejerce sobre el comportamiento individual o
VLyQPiVGLQiPLFD\ÀXLGDGHOSRGHUORVHQIRTXHVPDU[LVWDVWLHQGHQDUHVDOWDUHOFRP- sobre el contexto en el cual la conducta individual se despliega.
SRQHQWHHVWUXFWXUDOGHOFRQÀLFWRGHFODVHVFRPRHOIDFWRUTXHH[SOLFDODOXFKDSRUHO
poder, y cómo este factor estructural se cristaliza en las políticas públicas adoptadas. Dimensión Horizontal
Como sostiene Skocpol (1989) “A nivel teórico, prácticamente todos los neomarxistas Dimensión Vertical La coerción se ejerce a nivel de la La coerción se ejerce sobre
conducta individual el entorno de la conducta
que han escrito sobre el Estado han mantenido unos supuestos, profundamente arrai-
gados, centrados en la sociedad, lo cual no les ha permitido dudar de que, en la base, La coerción es remota Políticas distributivas Políticas constitucionales
ORV(VWDGRVHVWiQFRQ¿JXUDGRVLQWUtQVHFDPHQWHSRUODVFODVHVRODVOXFKDVGHFODVHV\
La coerción es inmediata Políticas regulatorias Políticas redistributivas
sirven para mantener y ampliar los modos de producción” (1989: 79)
Una forma alternativa para comprender el vínculo entre las políticas públicas y Fuente: Elaboración propia en base a Lowi (1972).
el poder, que desafía la perspectiva hasta ese momento dominante en el campo de
la ciencia política, resulta de la inversión de la relación postulada por pluralistas y A partir de ambas dimensiones el autor reconoce cuatro tipos de políticas. Las
PDU[LVWDV 'HVGH HVWD SHUVSHFWLYD TXH KD VLGR VR¿VWLFDGDPHQWH GHVDUUROODGD SRU políticas distributivas son aquellas en las que la probabilidad de la coerción es re-
Lowi (1964, 1972), las políticas públicas son concebidas como factores que explican PRWDSHURVHHMHUFHDQLYHOLQGLYLGXDO(VWDVSROtWLFDVUH¿HUHQDDTXHOORVDFWRVPH-
(y no explicados por) la estructuración de distintas arenas de poder. GLDQWHORVFXDOHVVHFRQFHGHXQDDXWRUL]DFLyQ EHQH¿FLRV DFDVRVSDUWLFXODUHV/DV
(QVX\DFDQyQLFDFODVL¿FDFLyQ/RZL UHFRQRFHWUHVFODVHVGHSROtWLFDVD políticas regulatorias, en cambio, son aquellas en las que la coerción se ejerce sobre
políticas distributivas, b) políticas regulatorias, y c) políticas redistributivas. Cada el individuo (igual que las distributivas) pero donde la probabilidad de la coerción
una de ellas genera una arena de poder con características singulares. Las políticas es inmediata o directa. Este tipo de políticas consisten en dictar normas (reglamen-
GLVWULEXWLYDVJHQHUDQXQDDUHQDUHODWLYDPHQWHSDFt¿FDSXHVVHWUDWDGHDWUDYpVGH taciones) que afectan directamente el comportamiento de los afectados por la re-
ellas de ofrecer a la sociedad recursos o bienes públicos no rivales que son divisibles. gulación. Las políticas redistributivas, por su parte, son aquellas en las que la pro-
(QFDPELRODVSROtWLFDVUHJXODWRULDVJHQHUDQDUHQDVGHFRQÀLFWR\QHJRFLDFLyQHQWUH babilidad de la coerción es inmediata (al igual que las regulatorias) pero donde la
JUXSRVGHLQWHUpVTXHWLHQHQLQWHUHVHVRSUHIHUHQFLDVGLVWLQWDVFRQÀLFWLYDVHQWUHVt coerción se ejerce sobre el entorno del comportamiento individual. Finalmente, las
en torno a una misma cuestión y que se ven obligados a desplegar sus recursos (po- políticas constitucionales (también llamadas constituyentes) son aquellas en donde
der) para lograr que sus preferencias sean bien atendidas por las políticas. Con tal la coerción se ejerce sobre el entorno de la conducta (al igual que las redistributivas)
propósito se ven obligados a realizar concesiones y formar coaliciones. Por último, aunque la probabilidad de la coerción es remota o lejana.
las políticas redistributivas son aquellas que constituyen arenas de poder frontal- Cada uno de los tipos de política pública que se reconoce en la tipología (políti-
PHQWHFRQÀLFWLYDVDGYHUVDULDOHVGRQGHODHVWUDWHJLDGHFRDOLFLyQ\QHJRFLDFLyQQR cas distributivas, regulativas, redistributivas y constitucionales) determinan el tipo
está disponible pues los intereses son irreconciliables. HLQWHQVLGDGGHOFRQÀLFWRHOiPELWRLQVWLWXFLRQDOHQHOTXHVHGHVDUUROODDVtFRPR
$xRVPiVWDUGH/RZL UHYLVyVXFODVL¿FDFLyQSUHVWDQGRPD\RUDWHQFLyQDO el número y tipo de actores (jugadores) que participan en cada una de esas arenas.
hecho que las políticas públicas tienen la característica de ser colectivamente obli- Dicho de otro modo, y retomado la distinción realizada en el punto 2.1., para el
gatorias e implican algún nivel de coerción. Es basándose en la naturaleza de la autor la politics no determina o explica las policies (supuesto en el que descansan
coerción que una política pública introduce que el autor construye su tipología. Esta enfoques como el pluralismo o el neomarxismo) sino que las “policies determinan
coerción se despliega en dos dimensiones: a) una dimensión vertical, que denota su
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INTRODUCCIÓN AL ANÁLISIS DE POLÍTICAS PÚBLICAS FERNANDO M. JAIME, GUSTAVO DUFOUR, MARTÍN ALESSANDRO Y PAULA AMAYA
la politics” (Lowi, 1972: 299)5. El esquema argumental que desarrolla el autor para SRQHSRGHUORVDXWRUHVD¿UPDQTXHH[LVWHXQDIRUPDDOWHUQDWLYDRFRPSOHPHQWDULD
sostener esta relación de determinación es el siguiente: ±TXHLQFOXVRFRQVLGHUDQPiVH¿FLHQWH±TXHFRQVLVWHHQHMHUFHUHOSRGHULQÀX\HQGR
i) las relaciones entre las personas y los grupos o actores están determinadas en el comportamiento de otros actores para que estos no hagan algo.
por sus expectativas, esto es lo que cada actor espera obtener de su relación ¿Por qué es importante esta nueva dimensión o cara del poder? Lo que los autores
con los otros; GHVHDQSRQHUGHPDQL¿HVWRHVTXHHOSRGHUVHSXHGHHMHUFHUHYLWDQGRXQFRPSRUWD-
ii) las expectativas están determinadas por los productos gubernamentales PLHQWRORTXHLPSOLFDSRUWDQWRTXHQRHPHUJHUiXQFRQÀLFWRREVHUYDEOH(QHVWDV
(políticas públicas); situaciones el poder se va a desplegar con el propósito de impedir se genere una
iii) consecuentemente, la relación política (politics) está determinada por el demanda que ingrese al sistema político. Lo que se busca a través de esta forma de
tipo de política en juego –redistributiva, distributiva, regulativa, o cons- ejercicio del poder es remover la capacidad de acción colectiva de ciertos grupos o
WLWXFLRQDO±SXHVWRTXHFDGDWLSRGHSROtWLFDJHQHUDXQWLSRHVSHFt¿FRGH poblaciones. Pero el hecho de que no haya una movilización / acción colectiva no
relación política. VLJQL¿FDTXHSRGDPRVLQIHULUTXHQRKD\SUREOHPD V /RVSUREOHPDVHVWiQSHURVRQ
Una tercera forma de repensar el vínculo es aquella que reconoce que las políti- WDOFRPRORGH¿QHQORVDXWRUHVSUREOHPDVSRWHQFLDOHV6RQSUREOHPDVTXHH[LVWHQ
FDVHVWiQFRQGLFLRQDGDVSRUSHURDOPLVPRWLHPSRLQÀX\HQVREUHODGLPHQVLyQGH pero que no han adquirido el status de problemas políticos.
la politics, pero que enfatiza el factor coercitivo como uno de los rasgos distintivos Lo que este nuevo enfoque bidimensional propone, siguiendo la terminología de
de toda política pública. Esta concepción parte de la herencia intelectual de Lowi /XNHV HVWHQHUHQFXHQWDORVFRQÀLFWRVTXHSXGLHURQKDEHUVXUJLGRSHURQR
(1972), quien sostenía que cada tipo de política pública implica distintos tipos de surgieron. Tiene por tanto una visión más amplia del sistema político pues incluye la
coerción, que operan a su vez a través de diversos niveles (individual o ambiental). SRVLELOLGDGGHQHXWUDOL]DUFRQÀLFWRVDQWHVGHTXHRFXUUDQ
Desde esta perspectiva las políticas públicas son en sí mismo instrumentos para el
ejercicio efectivo del poder, con independencia de la direccionalidad o la intencio-
nalidad con la que dicho poder se ejerce.
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ii) /DLQÀXHQFLD supone la capacidad de evitar el comportamiento de un actor L HO (VWDGR HQ WDQWR DFWRU FDSD] GH LQÀXLU HQ OD GLQiPLFD GH ORV SURFHVRV
sin la necesidad de una amenaza sino convenciéndolo de no llevarlo a cabo. sociales a través de las políticas públicas;
iii) La autoridad: implica la presencia de la obediencia por parte del actor ii) el Estado en tanto marco institucional, es decir, en tanto sistema de reglas
sobre el que se ejerce el poder, quien reconoce que la orden que recibe es de organización de la vida política y social.
razonable. Considerar al Estado como actor es considerarlo como un colectivo de funciona-
iv) La fuerza: tiende a despojar al otro actor de la opción de obediencia o no rios. Este colectivo puede (aunque no siempre) actuar de una manera autónoma en el
obediencia. sentido de tener la facultad y la posibilidad para desarrollar políticas sin responder
Este nuevo enfoque supone ampliar el campo de lo que constituye una política necesaria y directamente a los intereses de los actores sociales involucrados, sean
pública. De este modo la política pública no es solo la respuesta que emerge de las grupos o clases sociales (Skocpol, 1989). Si bien considerarlo como actor no implica
estructuras institucionales de autoridad ante determinados problemas o demandas necesariamente la capacidad para desplegar un comportamiento autónomo, es esta
que ingresan al sistema político, sino que abarcaría las decisiones que se adoptan posible autonomía la que le otorga al Estado la cualidad de ser una institución/orga-
con el propósito de “decidir no decidir”, esto es, impidiendo que ciertos problemas y nización con capacidad de incidencia social.
demandas ingresen al sistema. Pero la autora va más allá al señalar que estos colectivos de funcionarios no se
comportan siempre ni necesariamente de forma monolítica, lo que la lleva a soste-
2.4. Política pública y Estado ner que constituye un grave error asumir que el Estado se comporta como un actor
unitario. Por el contrario, el Estado es un actor que se desagrega en una pluralidad
En el marco de las posiciones dominantes en el campo de las ciencias de políticas
de actores, que pueden encontrarse más o menos coordinados entre sí, cada uno de
hasta la década de los 70, las políticas públicas son concebidas como resultantes del
ellos con distintas dotaciones de recursos (de todo tipo) y con objetivos diferentes o
FRQÀLFWRVRFLDODXQTXHODHVWUXFWXUDGHHVHFRQÀLFWRYDULDUiHQIXQFLyQDODVWHRUtDV
incluso contradictorios, y que tienen la capacidad para desplegar esos en función a
GHODVFXDOHVVHSDUWH YHUSXQWR (VWRVHQIRTXHVVRFLRFpQWULFRVLGHQWL¿FDURQ
sus propios intereses y preferencias.
así como fuente explicativa de las políticas a actores extra estatales como las clases
Considerar el Estado como marco institucional, supone según Skocpol (1985)
sociales, los capitalistas y el capital, los grupos de interés y las coaliciones sociopolí-
evaluar el impacto que este puede tener en tanto sistema de reglas, procedimientos
ticas, relegando al Estado a una situación de mero epifenómeno de estos eventos. De
RHVWUXFWXUDV(QHVWHVHQWLGRODDXWRUDUHVDOWDTXHODVGLVWLQWDVFRQ¿JXUDFLRQHVLQV-
este modo, le negaron al Estado capacidad explicativa propia, siendo este concebido
WLWXFLRQDOHVTXHDVXPHQORV(VWDGRVWLHQHQXQDLQÀXHQFLDGHFLVLYDVREUHODIRUPD
como un conjunto de organizaciones públicas involucradas en la ejecución acrítica
como se desarrolla la dinámica política o las modalidades de acción colectiva de los
de las políticas públicas y en algún sentido como un espacio o arena neutra en el cual
actores sociales. De este modo, a diferentes formas de organización del Estado le
VHH[SUHVDRGLULPHODFRQÀLFWLYLGDGVRFLDO
corresponden diferentes formas de hacer política, o diferentes estrategias políticas o
Sin embargo, a partir de la década del 70, se desarrollan algunas investigaciones
de acción colectiva de los actores sociales.
que parten de otras premisas analíticas, rescatando la importancia del Estado como
De lo expuesto se advierte que estos nuevos enfoques que “ponen al Estado en
factor explicativo. A mediados de la década del 80, Evans, Rueschemeyer y Skocpol
primer plano”, implican una nueva forma de conceptualizar la relación entre Estado
(1985) publican una obra, Bringing the State Back In, que cuestiona tanto desde el
y política pública. El Estado es considerado ahora como un posible actor con capaci-
punto de vista teórico como empírico mucho de los supuestos que estaban detrás de
dad para imponer sus intereses a los distintos actores y grupos sociales.
los enfoques sociocéntricos. En esa obra, pero también en un artículo que se publi-
En este sentido esta recuperación del Estado supone escapar, por un lado, a la
cará cuatro años después en español, Theda Skocpol (19851989) se propone mostrar
idea de que los procesos de implementación de políticas son estrictamente técni-
ODLQÀXHQFLDHVWDWDOHQRWUDVYDULDEOHVDQDOtWLFDV6HJ~QODDXWRUDODLQÀXHQFLDGHO
cos y neutrales (Weber, 1992), y enfatizar el componente político que caracteriza la
Estado en la sociedad se puede analizar a partir de dos perspectivas:
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ejecución de cualquier política pública (Wldavsky, 1979). En este proceso político FRPXQHVFRQOD¿QDOLGDGGHUHYHUWLUORVHIHFWRVQRFLYRVGHODH[FHVLYDDWRPL]DFLyQ
entran sin duda el Estado, o las organizaciones estatales, como actores con intereses del conocimiento. En el ámbito de la política, comienza a prestarse mayor atención
propios. Por otro, supone reconocer que el Estado, o los colectivos de funcionarios y otorgarle mayor importancia a la planeación y los sistemas de información como
públicos, no solo intervienen en el proceso de implementación sino que participan, HOHPHQWRVIXQGDPHQWDOHVSDUDDSR\DURMXVWL¿FDUODVGHFLVLRQHV
en algunas situaciones, en los procesos de toma de decisiones6. A juicio de Lasswell se ha ido desarrollando de forma progresiva una “orienta-
FLyQKDFLDODVSROtWLFDV´TXHDWUDYLHVDDWRGDVODVHVSHFLDOL]DFLRQHVFLHQWt¿FDV/D
orientación hacia las políticas se despliega en dos dimensiones de forma simultánea
3. LA CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN DE UN CAMPO DISCIPLINAR: LAS
(Lasswell, 1951: 5):
CIENCIAS DE POLÍTICAS PÚBLICAS
i) Por un lado, se interesan por el proceso de la política (el policy-process):
En un trabajo ya clásico publicado en el año 1951, Harold Lasswell –el padre funda- esto implica el desarrollo de una ciencia de la formación y ejecución de las
dor de las ciencias de políticas– desarrolla un programa de investigación que busca políticas utilizando los métodos y saberes de las todas ciencias sociales y
DUWLFXODUGHIRUPDVLVWHPiWLFDODFLHQFLD RHOFRQRFLPLHQWRFLHQWt¿FR FRQHOSURFHVR la psicología.
de toma de decisiones. A juicio de Lasswell (1951) el proceso de la política requiere ii) Por otro, en las necesidades de inteligencia de ese proceso de la política:
de más y mejores estudios que contribuyan a aumentar la racionalidad de las deci- esto supone mejorar la calidad y cantidad de la información disponible y
siones públicas. GHODVWHRUtDVFLHQWt¿FDV PHMRUHVPRGHORVFDXVDOHV SDUDORVWRPDGRUHVGH
El programa desarrollado por Lasswell se constituyó en una respuesta a la exce- decisiones de política pública.
siva fragmentación que caracterizaba a las ciencias sociales norteamericana, por un Sin embargo, esta orientación hacia las políticas “no debe confundirse con la idea
lado, y a la necesidad de dotar de mayor conocimiento a los gobiernos para que pue- VXSHU¿FLDOGHTXHORVFLHQWt¿FRVVRFLDOHVGHEHUtDQDEDQGRQDUODFLHQFLDHLQYROXFUDU-
dan adoptar mejores políticas públicas. La paradoja que caracterizaba al escenario se a tiempo completo en la práctica directa de la política” (Lasswell, 1951: 9). Lo
en el que se inscribe su proyecto de las ciencias de políticas, residía en el predominio que el autor quiere destacar, en cambio, es que todos los recursos de la ciencia social
de poderosas “fuerzas centrífugas” al interior de las ciencias sociales –de la mano GHEHQRULHQWDUVHKDFLDORVFRQÀLFWRVEiVLFRVGHQXHVWUDVVRFLHGDGHV&RPRVRVWLHQH
GHXQSURFHVRYHUWLJLQRVRGHHVSHFLDOL]DFLyQFLHQWt¿FDTXHFRQWULEXtDDLQFUHPHQWDU Aguilar Villanueva, aquellos “eran los años tensos de la guerra fría, que provocaban
ODLQGLIHUHQFLD\SRFDYLQFXODFLyQHQWUHORVGLYHUVRVVDEHUHVFLHQWt¿FRV±MXVWRHQHO la crisis persistente de la seguridad nacional, (…), y que obligaban moral y política-
mismo momento en el que la política (o los gobiernos) requerían más conocimiento y PHQWHDOJRELHUQRQRUWHDPHULFDQRDUHD¿UPDUORVYDORUHVGHODGLJQLGDGKXPDQD
XQDPD\RULQWHJUDFLyQGHORVVDEHUHVFLHQWt¿FRVSDUDSRGHUHQIUHQWDUGHIRUPDPiV la democracia (…)” (1996: 39). Pero también aquellos eran los años de desarrollo y
H¿FD]\H¿FLHQWHSUREOHPDVS~EOLFRVFDGDYH]PiVFRPSOHMRV\PXOWLGLPHQVLRQDOHV H[SDQVLyQ GH ORV (VWDGRV .H\QHVLDQRV GH %LHQHVWDU HQ GRQGH OD SODQL¿FDFLyQ VH
En palabras de Lasswell “La unidad de la vida intelectual y la armonización entre transforma en un instrumento fundamental. En este escenario, la preocupación de
la ciencia y la práctica han sido minadas por estas ‘fuerzas centrífugas’” (1951: 4). Lasswell reside en cómo utilizar los recursos intelectuales con la más sabia econo-
6LQHPEDUJRHQORVDxRVSRVWHULRUHVDO¿QGHOD6HJXQGD*XHUUD0XQGLDOFR- PtD\FyPRORJUDUTXHLQÀX\DQHIHFWLYDPHQWHHQHOSURFHVRGHWRPDGHGHFLVLRQHV
mienzan a vislumbrarse algunos indicadores auspiciosos, que muestran una crecien- (QVtQWHVLVHVSRVLEOHGH¿QLUDODVFLHQFLDVGHODVSROtWLFDVFRPRHOFRQMXQWRGH
te tendencia hacia la integración. En el área de investigación de las universidades disciplinas que se ocupan de explicar los procesos de elaboración y ejecución de las
comienzan a conformarse equipos multidisciplinarios para trabajar sobre problemas políticas, y se encargan de localizar datos y elaborar interpretaciones relevantes para
los problemas de políticas de un período determinado. Entre sus rasgos característi-
cos vale la pena resaltar los siguientes:
6 Estas cuestiones se retomarán en el capítulo siguiente al caracterizar las distintas fases o etapas i) La elección de problemas centrales: se pone énfasis en los problemas fun-
del ciclo de las políticas públicas. damentales de la sociedad, más que en los tópicos del momento.
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En el diagrama de la izquierda la política pública es considerada la variable de- tical Science Review, 56 (4): 947-952, 1962.
pendiente y los actores intervinientes en el proceso de formulación e implementa- Bulcourf, Pablo y Nelson Cardozo, “Por qué comparar las políticas?”, Boletín de
Política Comparada, Documento de trabajo N° 3, Buenos Aires, 2008.
ción, así como factores estructurales e institucionales, son considerados como po-
Dahl, Robert, La Poliarquía, Madrid, Tecnos, 1997.
sibles variables independientes. Por el contrario, en el diagrama de la derecha, la
Dahl, Robert, Who Governs? Democracy and Power in an American City, New
política pública es tratada como la variable independiente, mientras que los efectos Haven, Yale University Press, 1961.
(resultados en impactos) constituyen las variables dependientes de estos estudios. Dunn, W. N., Public Policy Analysis, Nueva Jersey, Prentice Hall, 1981.
Los estudios de la “caja negra” de las políticas públicas pueden entroncarse tanto en Dye, Thomas, Understanding Public Policy, New Jersey, Prentice Hall, 1995.
una dimensión como otra. Si se considera que las sucesivas “tomas de posición” del Evans, Peter, Dietrich Rueschemeyer y Theda Skocpol. 1985. Bringing the State
DSDUDWREXURFUiWLFRUHVXOWDQHQXQDPRGL¿FDFLyQGHODSROtWLFDS~EOLFDWDOFRPRIXH Back In. Nueva York: Cambridge University Press.
diseñada en el proceso político, podría pensarse dentro de la primera lógica. Por el Grau, Mireia, “El estudio de las políticas públicas: enfoques y metodologías de
análisis”, En M. Grau y A. Mateos (eds.), Análisis de políticas públicas en
contrario, si se analiza como la implementación a través de las agencias burocráticas España: enfoques y casos, Valencia, Tirant lo Blanch, 2002.
que gestionan una determinada pública generan determinados efectos, más allá de Heclo, Hugh, “Review Article: Policy Analysis”, British Journal of Political
FyPRIXHSODQL¿FDGDGHEHUtDSHQVDUVHGHQWURGHOGLDJUDPDGHODGHUHFKD Science, 2: 83-108, 1972.
Lasswell, Harold, “The Policy Orientation”, en D. Lerner y H. Lasswell (Comps.)
The Policy Sciences, Stanford, Stanford University Press, 1951.
6. EN RESUMEN Lasswell, Harold, The Emerging Conception of the Policy Sciences, New Haven,
Yale University Press, 1970.
El propósito de esta primera clase ha sido acercarnos, en primer lugar, al concep-
Lasswell, Harold, A Pre-View of Policy Sciences, Nueva York, Elsevier, 1971.
to de política pública, con el propósito de comprender los alcances del mismo. La Lipset, Seymour M., El hombre político, Buenos Aires, Eudeba, 1977.
utilidad de esta aproximación conceptual no solo remite al plano teórico sino que Lowi, Theodore, “American Business and Public Policy Case Studies and Politi-
SHUVLJXHXQD¿QDOLGDGHPLQHQWHPHQWHSUiFWLFDODGHSRGHULGHQWL¿FDUQXHVWURREMH- cal Theory”, World Politics, 16 (4): 677-715, 1964.
to de estudio. Seguidamente, se ha realizado una breve presentación sobre cómo se Lowi, Theodore, “Four Systems of Policy, Politics and Choice”, Public Adminis-
tration Review, 32 (4): 289-310, 1972.
ha construido el campo de las ciencias de políticas. A continuación se ha destacado
Martínez Nogueira, Roberto, Análisis de políticas públicas, Buenos Aires, INAP
la importancia del análisis de políticas, colocando en el centro de la discusión los (Mimeo), 1995.
diversos paradigmas así como la naturaleza del rol desempeñado por el analista. Por May, Peter, “Politics and Policy Analysis”, Political Science Quarterly, 101 (1):
último, se han planteado algunas cuestiones de índole teórico-metodológica sobre 109-125, 1986.
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