Primeros Auxilios Emocionales

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Primeros auxilios emocionales 1

CONCEPTO

Los primeros auxilios constituyen una práctica común en el área de la salud física. La mayoría de las personas
sabe algo o han aprendido a curar una herida, entablillar un miembro roto o socorrer a un niño que se ha
atragantado.
Los primeros auxilios emocionales son la primera ayuda que se brinda a personas que se encuentran afectadas
ante una crisis. Las personas que lo efectúan no necesitan ser profesionales de la salud mental así que
cualquier persona puede recibir entrenamiento básico para su aplicación.
Es importante establecer que los primeros auxilios emocionales no son terapia, son una respuesta
circunstancial e inmediata a una crisis que requiere atención inmediata. Si el caso amerita, el profesor podrá
derivar a la persona para atención especializada posterior.

APLICACIONES

Habitualmente resulta fácil identificar las manifestaciones de una crisis emocional; por ejemplo: un estudiante
que recibe una mala noticia de su casa. Quizá la persona se desmaye, llore o se paralice; o bien, puede suceder
que los síntomas sean más sutiles; sin embargo, de una u otra manera, la persona a cargo, deberá actuar. Por
lo común, toda persona que se encuentre bajo el influjo de un trastorno emocional que interfiera con su
capacidad para trabajar, requiere unos primeros auxilios emocionales hasta que pueda disponer de ayuda
profesional.

¿QUÉ ES UNA CRISIS?

Las crisis son un estado transitorio de desorganización, que dificulta la capacidad de respuesta para manejar
una situación y que provoca una serie de reacciones psicosociales que están relacionadas con el grado del
trauma. Existen 2 tipos de crisis: evolutivas (normativas) vs. crisis circunstanciales (no normativas).

Evolutivas. Son las que son esperables dentro del desarrollo evolutivo de los miembros y muchas veces tienen
que ver con la etapa en el ciclo de vida de la persona. Por ejemplo, un nacimiento, la adolescencia, etc.

Circunstanciales. Son las que no son esperadas, accidentales y de mayor magnitud que las evolutivas, por
tanto, son más sensibles a generar trauma. Por ejemplo, embarazo no deseado, enfermedad o muerte de un
progenitor, etc. Las crisis no normativas pueden ser expresadas y vivenciadas en mayor o menor grado
dependiendo de los propios recursos internos de la persona y el contexto donde ocurre la situación.

FASES DE UNA CRISIS.


En el siguiente cuadro se detallan las fases que se identifican en una crisis.

1Si bien el concepto de Primeros Auxilios emocionales ha sido adoptado para intervención en crisis en desastres naturales,
parte de este artículo, así como el nombre han sido tomados de Uris, A. (1992). 101 Ideas de los genios de la
Administración. México: Editorial Limusa S.A. siendo modificados para el curso.

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Figura 1. Fases de una crisis. Adaptado de Rodríguez y Sáez. (S/A). PAE. Manejo de crisis universitarias. Editorial DAE.

EJEMPLOS

1. El profesor Ray Olds, se alarmó cuando escuchó unos gritos que provenían del corredor; ya que sus
estudiantes trabajaban en equipos, salió de su aula y vio que dos estudiantes se golpeaban con
fuerza. Olds corrió hacia ellos y, con ayuda de otros estudiantes, los separó. Poco después y a pesar
de que el enfrentamiento había adquirido un carácter meramente verbal, ya se había reunido una
multitud de gente en torno a los contendientes.
“Se robó dinero de mi mochila”, dijo uno de ellos, tembloroso de coraje.
“Estas loco”, contestó el otro.
Olds se dio cuenta que tenía que resolver dos problemas distintos: el primero consistía en calmar a los
estudiantes: el otro, en aclarar la disputa del dinero perdido. Decidió que el personal de seguridad que
ya había llegado debía encargarse del segundo. Se concentró en tranquilizar al estudiante que
denunció la pérdida.
“Ven conmigo”, le dijo, y lo condujo al edificio de oficinas. Al llegar, el estudiante empezó a
despotricar en contra del sospechoso; Olds dejó que se desahogara. Acto seguido le señaló que no
tenía pruebas sino sólo sospechas del pretendido delito, y le indicó que posteriormente se trataría el
problema del dinero faltante, “por ahora – anotó – debes entender que las instalaciones de la
Universidad no son un cuadrilátero. Si tienes una dificultad habla con los profesores o el personal de
seguridad”. Luego derivó la situación al personal de seguridad que esperaba con el otro estudiante.
Cuando éste llegó, le explicó lo que sucedía, y concluyó: “ahora todo depende de ti, Greg”, mientras
el funcionario acompañaba al estudiante, ya tranquilo, fuera del despacho. El profesor Ray Olds volvió
a su aula para continuar su clase.

UTILIZACIÓN

El principal riesgo al intentar resolver una situación con carga emocional, consiste en adoptar el papel de
psicólogo. En casos extremos, se debe buscar ayuda médica inmediata. Sin embargo, si el trastorno emocional
se mantiene dentro de los límites normales, como cuando existe ira justificada o depresión por una causa
lógica, probablemente se pueda ayudar. En la mayoría de los casos, usted simplemente deberá evitar que se
agrave el problema. Cuando pasa la crisis inmediata, lo que suceda después, como la búsqueda de atención
profesional, depende de la seriedad del trastorno. En todos los casos se debe guardar discreción.

Las siguientes instrucciones se fundamentan en las sugerencias del Dr. Mortimer Freinberg y de su personal
especializado de BFS Psychological Associates, de Nueva York.

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Cómo actuar durante ataques de llanto

1. Demuestre preocupación. Exprese claramente el deseo de ayudar.


2. Conduzca al estudiante a una oficina o a un lugar tranquilo.
3. Espere a que recobre la compostura. No le presione. Cuando se dirija a él, utilice un tono de voz
sereno y afectuoso.
4. Pregúntele qué le pasa, pero no insista en obtener una respuesta.
5. Pregúntele cómo puede ayudarlo. Si la respuesta es una negación explícita o tácita, como, por
ejemplo: “en esto usted no puede auxiliarme”; contéstele: “¿Por qué no me permites intentarlo?”. Si
persiste la renuencia, no insista. Ofrézcale un vaso de agua o un refresco.
6. Si el estudiante explica la causa de su llanto, escúchele y bríndele apoyo y comprensión. No formule
juicios, ni dé recetas. Si se trata de un asunto grave, sugiérale la posibilidad de buscar ayuda
profesional.
7. Cuando el afectado recupere la calma, déle la opción de volver a su clase o marcharse a casa.
8. Si decide quedarse, asegúrese de hablar con el profesor de la siguiente clase y explique de forma muy
general la crisis.

Cómo reaccionar ante ataques de ira o comportamientos antisociales

1. Enfréntese con firmeza al individuo alterado y haga valer su autoridad.


2. Actúe firmemente y evite enojarse. Deje bien claro que su intención es clamar las cosas antes de
tomar cualquier decisión.
3. Conduzca al estudiante a un rincón o a un lugar aparte.
4. Pregúntele la razón del trastorno, pero no le permita que lance injurias; inquiera por “los hechos
únicamente”.
5. Escuche la queja. Esto ayudará a tranquilizar las cosas.
6. Quizás se presente un cambio de actitud si el estudiante se arrepiente de su estallido. Si llegara a
suceder lo anterior, prepárese para enfrentar las demostraciones de culpa o de vergüenza por parte
del estudiante, reconfórtelo y dígale: “sólo es una de esas cosas que suelen suceder”.
7. Si le parece conveniente sugerirle algún tipo de ayuda profesional, hágalo, pero evite decirle que
consulte a un psiquiatra o algo por el estilo. Con este tipo de indicaciones se da a entender que se
considera que su comportamiento es anormal, y quizás el afectado lo resienta. Formule la indicación
en forma tentativa. Aceptarla o no dependerán del estudiante.

Cómo comportarse ante un caso de abatimiento extremo

1. Hable con el estudiante en privado.


2. No emita juicio con respecto a su situación. Dígale: “te ves muy mal, ¿te pasa algo? La respuesta
puede ser negativa, sin embargo, sea paciente, en forma amistosa exprésele: “quisiera ayudarte”.
3. Permítale llorar. El llanto usualmente constituye un buen desahogo.
4. Si el amplio conocimiento que usted tiene del estudiante afectado, le hace suponer que su
abatimiento se debe a una razón de peso, sugiérale algo así como: “Quizás quieras consultar con un
profesional”. Si el edificio cuenta con una oficina médica o con un servicio médico externo, aconséjele
que los visite, para que sea el médico quien refiera al estudiante con un especialista.

3
RECOMENDACIONES FINALES

Finalmente, en el siguiente esquema encontrará algunas recomendaciones de lo que se debe hacer y lo que no
es aconsejable durante una crisis.

Elaborado por Rodríguez y Sáez. (S/A). PAE. Manejo de crisis universitarias. Editorial DAE

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