Muletillas

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Muletillas

¿Has escuchado conferencistas, oradores y figuras públicas de todo tipo que


repiten una y otra vez una frase hasta el cansancio? Eso es una muletilla: algo
que dicen en forma recurrente, que cualquier persona utiliza para llenar su
discurso, de manera inconsciente.
Como es una palabra o un sonido que no aplica sentido propiamente dicho a la
esencia de lo que se busca transmitir, queda descolgada. Y al ser repetida una y
otra vez durante la alocución, aburre, cansa y transmite varias sensaciones
desafortunadas: falta de preparación, insolvencia en el tema, poco léxico, bajo
profesionalismo, inseguridad y miedo a hablar en público.

Obsérvate en el lenguaje cotidiano, ya que también las utilizas todo el


tiempo: puedes empezar a corregirte desde allí.
Como es un efecto vocal producido en la mente de la persona, se emplean
inconscientemente en el habla común, y, cuando están frente al público de
cualquier tipo, también las utilizan ya que forman parte de su vocabulario
coloquial.

Las muletillas son un fenómeno que se extiende a todos los idiomas, y es más
contundente en personas con poca lectura, un léxico sumamente limitado, o muy
nerviosos al exponerse.

Algunas de las más frecuentes son “este…”, “pero…”, “eh…”, “a ver…”, “¿se
entiende?”, “¿hace sentido?”, “mmm…”, “asimismo…”, “¿no?”, “sí?”, “OK”,
“Pero…”, “Pues nada, eso…”, “¿Sabes qué?”, “Verdaderamente”, “En verdad”,
“Así es”, "Tal cual". ¿Te reconoces en alguna?

 Eliminando las muletillas


El propósito de eliminar las muletillas es enriquecer la calidad de tu presentación.
Cuanto más preciso sea el lenguaje, tendrás mayores oportunidades de
lucimiento. Aquí van 8 trucos prácticos para eliminar tus muletillas. Como en todo
proceso, se requiere que lo practiques lo suficiente, ya que, al ser un hábito
inconsciente, deberás en primer término hacerlo consciente. Y luego, corregirlo.

Truco 1 Frena y haz una pausa. La mayoría de las personas piensan que ser
verborragias y hablar sin parar es garantía de ritmo. Puede que sea garantía de
velocidad, que no es lo mismo. Cuando vayas a decir tus muletillas, toma uno o
dos segundos. Detén por completo tu oratoria, toma consciencia de tu dificultad, y
continúa expresando la idea que sigue. Los silencios en oratoria son tan valiosos
como en la música.
Truco 2: Utiliza frases puente. Hay miles de frases adecuadas que puedes
incorporar a tu oratoria, para establecer puentes según el sentido de lo que
expresas. A diferencia de las muletillas, éstas sirven para acentuar tus ideas.
Algunos ejemplos son: Además, De igual forma, Me interesa resaltar que…,
Quisiera enfatizar, Una idea central de este aspecto es, Para movernos y avanzar,
Tal como hemos visto, Sin embargo, Avanzando en esta conferencia, y cualquier
otra construcción gramatical que permita transmitir contenido sin estar vacía o
hueca.

Truco 3:Repite la última palabra del párrafo anterior. Este es un recurso


sencillo de implementar. Enfatizas la última o últimas palabras que has dicho;
luego, haces una pausa de uno o dos segundos; y retomas, repitiendo con otra
entonación lo mismo que expresaste. Te ahorrarás tus muletillas de siempre.
Ejemplo: supongamos que finalizas diciendo “… y de esta forma concluiremos
esta parte del proyecto.” (Pausa) Retomarías, por ejemplo, con: “Esta parte del
proyecto requiere que ahora pasemos a analizar juntos…” Y de esa forma,
estableces una comunicación entre lo anterior y lo presente, sin necesidad de tus
molestas muletillas.
Truco 4: Enfoca tu idea antes de seguir hablando. Otro error frecuente es que
la muletilla aparece cuando tienes la sensación de que te quedas “en blanco”. Ese
instante de milésimas de segundo parece que define todo en tu cerebro y que ya
no podrás continuar. Tranquilo: haz una pausa muy breve y concentra tu cerebro y
tu actitud corporal para enfocar la siguiente idea. Una vez que la tienes -por
ejemplo, con la ayuda de la imagen en pantalla que sigue, o una tarjeta con la
estructura principal de tu discurso-, sigues adelante. Cuando sales de una
pequeña pausa sería conveniente que tu tono de voz sea un poco más arriba que
tu último final de frase, para marcar la diferencia. Es como un “punto y aparte” en
la escritura.
Truco 5: No temas si no te sale la palabra precisa: dilo claramente. Si estás
hablando y, de pronto, olvidas una palabra exacta que redondea tu idea, díselo al
público: serás bien recibido y te ayudarán a traerla a tu memoria. Estos pequeños
gestos de humildad del orador crean una gran empatía con el auditorio, sin
abusar.
Truco 6: Si te equivocas, sigue. El orador inexperto suele meter las muletillas
cuando se equivoca, y, para salir del paso, siempre quiere decir algo. Lo mejor
que puedes hacer es silencio; o bien, asumir que te equivocaste, y sigues
adelante. No pasa nada e, incluso, humaniza tu presentación, si lo haces en forma
moderada y no continuamente -en ese caso, las personas dejarán de confiar en ti-.
Truco 7: Aprovecha y recibe feedback del público. El espacio entre una idea y
otra, cuando no logras “coserla” o “enhebrarla” (tal como se le dice
profesionalmente), puede ser el momento ideal para evitar tu muletilla lanzando
una pregunta retórica (esas que se responden usualmente por sí o no), y, de paso,
calibras (otro término de la jerga de oradores) a tu audiencia. Antes de seguir con
la muletilla recurrente, cámbiala por “¿Cómo vamos hasta aquí?”, “¿Avanzamos?,
“Si les parece bien, al final tomaré preguntas”, y cualquier otra frase por el estilo.
De paso, sumas un feedback de la gente, y te nutres en tu energía y discurso.
Truco 8: Lee y enriquece tu vocabulario. Como hemos visto más arriba, una de
las principales causas del abuso de muletillas proviene de un escaso vocabulario.
Entonces, disciplínate en la lectura de todo tipo de materiales, incluso aquellos
alejados de tu perfil profesional: te darán mayor cantidad de palabras para
incorporar a tu diccionario personal.

Las muletillas o palabras de relleno pueden dividirse en cuatro categorías:

Muletillas conjuntivas

Insertamos las palabras entre las cláusulas, llenando los espacios que
necesitan pausas. En lugar de decir “Mi nombre es María y tengo tres hijos
atléticos. Durante la primavera, pasamos mucho tiempo jugando futbol.” Suena
así: “Mi nombre es Maria y um, tengo tres hijos atléticos. Durante la primavera,
pasamos um mucho tiempo jugando futbol.” Es difícil leer este ejemplo y también
lo es escucharlo en vivo. Todos hemos oído a alguien así, las probabilidades son
que tú lo has hecho también.

Muletillas dramáticas

Estas palabras se usan para dramatizar o hacer énfasis. “Había literal como un
millón de moscas.” Todos amamos las dramatizaciones cuando contamos una
historia pero, como oyente, esas repeticiones son molestas y pueden destruir la
credibilidad de una persona cuando habla.

Muletillas de pasarela

Estas palabras se filtran al principio de las oraciones, como una larga pasarela
cuando iniciamos una idea y antes de que despegue. Es más fuerte si eliminamos
estos repetitivos filtros. Los culpables son “como”… “en teoría”… “este”...”osea”.

Muletillas de revisión

Se usan cuando pides permiso terminando la oración con un “¿verdad?” o “¿ok?”


o “¿ya sabes?” Hay maneras para revisar la información con la audiencia.
Prácticamente no hay ningún problema cuando usas estas palabras, lo hay
cuando se vuelve tan repetitivo, que es difícil concentrarse en el resto de tu
contenido. Algo que tal vez no sepas: eliminar las muletillas es una de las cosas
más fáciles.
Tips para dejarlas de decir:

1. Déjate un mensaje de voz. Cuando lo escuches, date cuenta de las palabras


que repites cuando no estás concentrado. Cuando teníamos un entrenador de uno
a uno, le dábamos siempre a los ejecutivos una grabadora para que pudieran
escucharse. También puedes usar tu smartphone.

2. Trata de exagerar una pausa. El poder de pausar tiene un impacto increíble.


Rétate a seguir adelante sólo cuando la siguiente cosa que salga de tu boca no
sea una muletilla sino la siguiente idea. Puedes sentirte como que estás
esperando una eternidad, pero no parecerá tan largo para tus oyentes. Después
de un tiempo esas pausas se acortarán.

3. Si proyectas tu voz, es difícil decir “umm”. Esa energía, pitch y la


proyección, eliminan la tendencia a agregar un “umm” o un “este” y lo hace más
atractivo para otras personas que están escuchando.

4. No te deprimas. Si te enfocas en lo negativo, puedes crear una profecía auto


cumplida del exceso de la muletilla. En lugar de eso, enfócate en lo positivo. Uno
de nuestros entrenadores les pedía a las personas que dijeran en fuerte la frase
“Soy un individuo de pausas perfectas”. No solamente vas más lento y enuncias la
frase, sino que también cambias tu enfoque hacia lo que haces bien.

Eliminar las muletillas no te tomará tiempo extra, sólo un esfuerzo extra. Lo bueno
de hacer esto, es que aumentará tu credibilidad, presentarás mucho mejor y tu
mensaje será claro y sin distracciones.

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