Demanda Contencioso Administrativa Caso 65 Soles
Demanda Contencioso Administrativa Caso 65 Soles
Demanda Contencioso Administrativa Caso 65 Soles
Cuaderno : Principal
Sumilla : DEMANDA CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVA
I.- COMPETENCIA
Siendo que el presente proceso, versará sobre las pretensiones referentes a las
Resoluciones emitidas por SUNAFIL; será competente el Juez Especializado de Trabajo con
1
“Artículo 13°. - Legitimidad para obrar activa
Tiene legitimidad para obrar activa quien afirme ser titular de la situación jurídica sustancial protegida que haya
sido o esté siendo vulnerada por la actuación administrativa impugnable materia del proceso”
1
Subespecialidad en Contencioso Administrativo conforme se indica en el artículo 2°, numeral
4 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo o Ley N° 294972.
III.- EMPLAZADO
El artículo 47° de la Constitución Política del Perú de 1993 indica “La defensa de los
intereses del Estado está a cargo de los Procuradores Públicos conforme a ley”, por lo que se
deberá de emplazar con la presente demanda al Procurador Público de la
Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral, a quien se deberá de notificar en la
dirección ubicada en el Segundo Piso de la Avenida Salaverry N° 655, en el distrito de Jesús
María, en la provincia y departamento de Lima.
IV.- PETITORIO
2
“Artículo 2°. – Competencia por materia de los juzgados especializados de trabajo
Los juzgados especializados de trabajo conocen de los siguientes procesos:
(…) 4.- En proceso contencioso administrativo conforme a la ley de la materia, las pretensiones originadas en
las prestaciones de servicios de carácter personal, de naturaleza laboral, administrativa o de seguridad social,
de derecho público; así como las impugnaciones contra actuaciones de la autoridad administrativa de
trabajo (…)” (Resaltado nuestro)
2
Fiscalización Laboral, que desestima el recurso de revisión presentado, contraviniendo la
normativa vigente; asimismo:
El artículo 4, inciso 1 del Texto Único Ordenado de la Ley N° 27584 o Ley que Regula el
Procedimiento Contencioso Administrativo, establece que serán impugnables – en el proceso
contencioso administrativo – los actos administrativos y cualquier otra declaración
administrativa.
Siendo así, en el presente caso hemos optado por impugnar la Resolución N° 741-2022-
SUNAFIL/TFL-Primera Sala, la Resolución de Intendencia N° 1641-2021-SUNAFIL/ILM y
la Resolución de Sub Intendencia N° 267-2021-SUNAFIL/ILM/SIR2, por no ajustarse a la
normativa jurídico laboral establecida y vulnerar los derechos constitucionales de mi
representada en notorio perjuicio de sus interés.
El artículo 228°, literal e) del Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General, ha optado por calificar que los actos respecto a los
cuales no procede impugnación ante una autoridad u órgano superior en la vía administrativa
deberán de ser calificados como aquellos que agotan la vía administrativa y procede su
impugnación ante del Poder Judicial mediante el proceso contencioso administrativo; por lo
3
cual siendo que la Resolución N° 741-2022-SUNAFIL/TFL-Primera Sala se encuentra dentro
del ámbito de aplicación de dicho supuesto, tendremos que dicha Resolución Directoral ha
agotado la vía administrativa facultándonos a iniciar el presente procedimiento contencioso
administrativo; asimismo nos encontramos dentro del plazo procesal (3 meses) para la
interposición de un recurso judicial ante el acto administrativo lesivo de derechos.
VIII.- ANTECEDENTES
4
remunerativo que sí se les ha cancelado a aquellos trabajadores empleados que no se
encuentran agremiados a la referida organización sindical y que no es posible la
suspensión del proceso – debido a que en sede judicial se están conociendo los mismos
hechos – debido a que no se estaría cumpliendo el requisito de la triple identidad para la
aplicación del principio del non bis in ídem.
5
psíquica y moral, al libre desarrollo y bienestar, al honor y buena reputación, a la vida
en paz, al goce de un ambiente adecuado, al desarrollo de la vida y a no ser víctima
de violencia ni sometido a tratos humillantes, son derechos constitucionales
aplicables a todo ser humano, sin que interese su grado de educación, sus
costumbres, su conducta o su identidad cultural. En lo que respecta a estos derechos
fundamentales, todas las personas son iguales, y no debe admitirse, en algunas
personas y en otras no, la violación de estos derechos”.3
1.7. En el segundo caso, “esta regla de igualdad asegura, en lo relativo a los derechos
laborales, la igualdad de oportunidades de acceso al empleo. […]. La igualdad de
oportunidades –en estricto, igualdad de trato– obliga a que la conducta, ya sea del
Estado o los particulares, en relación a las actividades laborales, no genere una
diferenciación no razonable y, por ende, arbitraria. En ese sentido, la discriminación
en materia laboral aparece cuando se afecta al trabajador en sus características
innatas como ser humano (lo propio y privativo de la especie), o cuando se vulnera la
cláusula de no discriminación prevista por la Constitución”.4
1.8. Asimismo, complementando lo anteriormente señalado, el máximo intérprete de
nuestra Constitución ha manifestado que “el derecho a la igualdad, consagrado en la
Constitución, no significa que siempre y en todos los casos se debe realizar un trato
uniforme. El derecho a la igualdad supone tratar ‘igual a los que son iguales’ y
‘desigual a los que son desiguales’, partiendo de la premisa de que es posible
constatar que en los hechos no son pocas las ocasiones en que un determinado
grupo de individuos se encuentra postergado en el acceso, en igualdad de
condiciones, a las mismas oportunidades”.5
1.9. Asimismo, ha indicado que “la primera condición para que un trato desigual sea
constitutivo de una diferenciación admisible, es la desigualdad de los supuestos de
hecho. Es decir, implica la existencia de sucesos espacial y temporalmente
localizados que poseen rasgos específicos e intransferibles que hacen que una
relación jurídica sea de un determinado tipo y no de otro. […], la existencia de una
diferenciación debe perseguir una intencionalidad legítima, determinada, concreta y
específica, debiendo asentarse en una justificación objetiva y razonable, de acuerdo
con juicios de valor generalmente aceptados. [En consecuencia], se trata pues de un
tema que, en la doctrina, se conoce con el nombre de ‘discriminación inversa’, esto
es, un caso en el cual se debe realizar un tratamiento diferenciado precisamente
para promover la igualdad. Para ello se incita a que el Estado adopte una labor
3
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 0018-1996-AI/TC, Fundamento Nº 2.
4
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 0008-2005-AI/TC, Fundamento Nº 23.
5
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 0261-2003-AA/TC, Fundamento Nº 3.
6
legislativa positiva y diligente, ya sea para corregir las disparidades en el goce de los
6
derechos fundamentales o para alcanzar su integral realización”
1.10. Nuestro Tribunal Constitucional entiende que el derecho a la igualdad tiene dos
vertientes o facetas. Así, expresa que “el derecho a la igualdad tiene dos facetas:
igualdad ante la ley e igualdad en la ley. La primera de ellas quiere decir que la
norma debe ser aplicable por igual a todos los que se encuentren en la situación
descrita en el supuesto de la norma; mientras que la segunda implica que un mismo
órgano no puede modificar arbitrariamente el sentido de sus decisiones en casos
sustancialmente iguales, y que cuando el órgano en cuestión considere que debe
apartarse de sus precedentes, tiene que ofrecer para ello una fundamentación
suficiente y razonable”.7
1.11. Finalmente, ha señalado que “la igualdad se encuentra resguardada cuando se
acredita la existencia de los dos requisitos siguientes: a) paridad, uniformidad y
exactitud de otorgamiento o reconocimiento de derechos ante hechos, supuestos o
acontecimientos semejantes, y b) paridad, uniformidad y exactitud de trato o relación
intersubjetiva para las personas sujetas a idénticas circunstancias y condiciones. En
buena cuenta, la igualdad se configura como un derecho fundamental de la persona
a no sufrir discriminación jurídica alguna; esto es, a no ser tratada de manera dispar
respecto a quienes se encuentren en una misma situación, salvo que exista una
justificación objetiva y razonable para esa diferencia de trato”.8
1.12. En virtud de lo citado, queda claro que para que se configure la vulneración al
principio de igualdad, contenido en los incisos 2 de los artículos 2 y 26 de nuestra
Constitución, no solo basta que la finalidad de una norma o hecho sea ilegítima, por
no decir discriminadora, también es necesario que concurra el elemento de la
diferenciación material, es decir, que se trate desigual a los iguales e igual a los
desiguales.
1.13. Así también, y ya en estricto en el marco laboral, la igualdad implica que las
oportunidades de acceso y promoción al y dentro del empleo sean justas y
equitativas para todos los trabajadores. En este sentido, todo empleador, ya sea el
Estado o los particulares, tienen la obligación de no discriminar o de no generar actos
de diferenciación subjetiva que impidan que la persona del trabajador pueda ejercer
libre y plenamente sus derechos fundamentales.
1.14. En suma, en el seno de la relación laboral las condiciones para acceder a un empleo
y, una vez conseguido, para alcanzar o ser promovido a un mejor puesto de trabajo,
6
Loc. cit
7
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 0048-2004-AI/TC, Fundamento Nº 60
8
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 2510-2002-AA/TC, Fundamento Nº 2.
7
no deben contener restricciones que impliquen discriminación; no obstante, sí podrá
haber diferenciación, la cual, para ser legítima, deberá basarse en criterios objetivos
y razonables.
1.15. Ahora bien, es importante mencionar que “la igualdad, además de ser un derecho
fundamental, es también un principio rector de la organización del Estado social y
democrático de Derecho, y de la actuación de los poderes públicos. Como tal,
comporta que no toda desigualdad constituye necesariamente una discriminación,
pues no se proscribe todo tipo de diferencia de trato en el ejercicio de los derechos
fundamentales; la igualdad solamente será vulnerada cuando el trato desigual
carezca de una justificación objetiva y razonable”.9
1.16. Lo expuesto resulta clave para entender cuándo determinado hecho resulta
discriminatorio y, por ende, rechazado. En esencia, los parámetros principales que
nos servirán para conocer si estamos frente a un acto discriminatorio son: la
objetividad y la razonabilidad.
1.17. El primero puede ser entendido como “la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es
perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia
manera de pensar o de sentir”10; en otras palabras, supone la facultad de ver las
cosas como son y no como queremos que sean, para lo que es necesario
desprenderse de toda arbitrariedad, sinrazón, parcialidad y todo criterio que
modifique la real esencia de las cosas.
1.18. Por su parte, en cuanto a su aplicación en el marco de las relaciones de trabajo, la
razonabilidad “implica que el acto del empleador debe mantener su justificación
lógica y axiológica en los sucesos o circunstancias que fueran, de tal manera que se
produzca una consonancia entre el hecho antecedente generador y el hecho
consecuente derivado de este. En consecuencia, la razonabilidad es el resultado de
una adecuada relación lógico-axiológica entre la circunstancia motivante, el objeto
buscado y el medio empleado”.11
1.19. Asimismo, “estas precisiones deben complementarse con el adecuado
discernimiento entre dos categorías jurídico-constitucionales, a saber, diferenciación
y discriminación. En principio debe precisarse que la diferenciación está
constitucionalmente admitida, atendiendo a que no todo trato desigual es
discriminatorio; es decir, se estará frente a una diferenciación cuando el trato
desigual se funde en causas objetivas y razonables. Por el contrario cuando esa
desigualdad de trato no sea ni razonable ni proporcional, se está frente a una
9
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 00027-2006-PI/TC, Fundamento Nº 2.
10
En www.rae.es.
11
ÁVALOS JARA, Oxal Víctor, “¿El principio de inmediatez constituye una formalidad no esencial del despido?”, en JuS
Doctrina & Práctica, Nº 7, Lima, 2007, p. 370.
8
discriminación y, por tanto, frente a una desigualdad de trato constitucionalmente
intolerable”.12
1.20. En el presente caso, es preciso señalar que el incremento es parte del pliego de
reclamos del SINDICATO de la negociación colectiva 2017-2018. El respectivo
convenio colectivo no se celebra aún no hay acuerdo respecto a los otros aspectos
del pliego de reclamos, por lo que el trabajador sindicalizado, al concluir la
negociación colectiva, percibirá no solo los ingresos remunerativos, sino también
otros beneficios.
1.21. Estas aseveraciones son fundamentales para comprender que en ningún momento
se ha vulnerado el principio de igualdad y no discriminación en desmedro de los
trabajadores sindicales conforme desarrollamos a continuación.
1.22. Como el Tribunal Constitucional ha señalado en la sentencia recaída en el
Expediente Nº 0018-1996-AI/TC, el principio de igual plasmado en la Constitución no
solo exige la simple verificación de un tratamiento desigual, sino que aquellos que
reciban el trato desigual sean en verdad desiguales. Además, que esta diferenciación
obedezca a hechos objetivos.
1.23. En la Resolución recurrida, se nos impone una multa muy grave con respecto a la
materia de Relaciones Labores, por supuestamente haber incurrido en actos de
discriminación por razón sindical, lo cual no ha sucedido y resulta errado, en la
medida que no se puede pretender que únicamente los sindicalizados puedan tener
derecho a mejoras, o, en todo caso, sus mejoras siempre deben ser mejores que las
de los no sindicalizados; conforme se puede inferir de lo dispuesto en el
procedimiento administrativo sancionador que nos fue impuesto
1.24. No podemos perder la perspectiva de que el derecho a la libertad sindical no es un
absoluto y de naturaleza prevalente que el de la progresividad de los derechos
laborales; por el contrario, estos derechos deben ser comprendidos e interpretados
sistemáticamente, lo que va a conllevar a entender que, así como los trabajadores
tienen el derecho fundamental a no ser parte de una organización, no pueden estar
sometidos a la voluntad de los “sindicalizados”, menos aun cuando estos son
minoría, lectura que es compatible con el artículo 46 del Texto único Ordenado de la
Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo.
1.25. A la luz de lo vertido, no es posible afirmar que los trabajadores “no sindicalizados”
constituyen un grupo de segundo nivel o categoría por el simple hecho que
decidieron legítimamente no sindicalizarse, pues dar a entender ello sí constituye un
acto de discriminación.
12
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Expediente Nº 02974-2010-PA/TC, Fundamento Nº 8.
9
1.26. Ahora bien, existen algunos pronunciamientos judiciales que han establecido que el
otorgamiento de beneficios a trabajadores no sindicalizados ante la existencia de un
sindicato minoritario no constituye un acto discriminatorio, más bien supone el
reforzamiento del principio de igualdad en virtud de darle la posibilidad de mejoras a
quienes no tiene la prerrogativa constante de obtenerla por su propia decisión y
derecho legítimo de no ser sindicalizado.
10
someter a los no “sindicalizados”- tienen el derecho a obtener mejoras de acuerdo a
la decisión que adoptaron en su momento y en la forma en que la Ley les establece.
1.28.Siendo así, negamos tajantemente que haya existido discriminación o trasgresión al
principio de igualdad de trato en el otorgamiento del incremento en cuestión abonada
en el mes de mayo de 2018, por las razones que pasamos a exponer.
1.29.En nuestra empresa, el incremento de remuneraciones se realizó en aplicación de la
política salarial interna, buscando esencialmente atenuar las diferencias entre los
trabajadores no sindicalizados y los sindicalizados; sin embargo, en ningún momento
se ha negado este derecho para los trabajadores sindicalizados.
1.30.Ahora bien, es menester indicar que el otorgamiento del incremento en cuestión para
los trabajadores no sindicalizados no constituye un acto de discriminación per se; por
el contrario, es un acto que supone la observancia del principio de igualdad, dado
que quienes tienen menos posibilidades de mejoras van a poder obtener un mejor
estatus de situación laboral, no igual o mejor que los sindicalizados, pero se atenúan
las diferencias.
1.31.Entender esta acepción de otro modo, implicaría también aceptar que la libertad
sindical positiva tiene mayor valor que la libertad sindical negativa; dicho de otro
modo, que los sindicalizados tiene mayores derechos que quienes no solo son y, en
todo caso, este último siempre estará supeditado a lo que determine el primer grupo,
no pudiendo tener una “progresividad” de su estatus laboral, reiteramos,
contrariamente a lo que establece el artículo 23 de nuestra Constitución.
1.32. La decisión de no afiliarse a una organización sindical (libertad sindical individual
negativa) supone el ejercicio legítimo de un derecho fundamental y, no por ejercer
ese derecho, el trabajador se convertirá en uno de segunda categoría o sus derechos
se verán disminuidos, empeorados o recortados. El no afiliarse a una organización
sindical no convierte a la persona en un paria, pues finalmente tiene los mismos
derechos que los agremiados a un sindicato, y no por ello sus derechos pueden ser
desconocidos.
1.33. Entonces, no puede concebirse el derecho a la libertad sindical en su vertiente
afiliativa (individual positiva) como aquel que se sobrepone y quebranta otros
derechos fundamentales u otras manifestaciones de la misma libertad sindical (como
la individual negativa), y que convierte a los no afiliados en desplazados o excluidos.
Si esto fuese así, entonces los no sindicalizados no tienen el derecho de
progresividad o mejora de sus derechos laborales que establece el artículo 23 de
nuestra Constitución, y nunca podrán ascender u obtener otros beneficios, pues se
les condicionará el futuro a afiliarse contra su voluntad.
11
1.34. Esto demuestra que nuestra representada actuó paritariamente respecto a los
trabajadores (no sindicalizados) puesto que no se encuentran en las mismas
condiciones y situaciones que los trabajadores afiliados. Precisamente, lo que se
buscó fue reducir las brechas de diferencias entre uno (sindicalizados) y otro grupo
(no sindicalizados), y evitar esa desigualdad menguándola.
1.35.De hecho, el Reglamento de la Ley General de Inspección del Trabajo, aprobado por
el Decreto Supremo N° 019-2006-TR, no establece de modo expreso una prohibición,
transgrediéndose el principio de tipicidad cuando se nos sanciona por ello.
1.36.En efecto, el numeral 25.10 del artículo 25 del referido Reglamento señala que: “La
realización de actos que afecten la libertad sindical del trabajador o de la
organización de trabajadores, tales como aquellos que impiden la libre afiliación a
una organización sindical, promuevan la desafiliación de la misma, impidan la
constitución de sindicatos, obstaculicen a la representación sindical, utilicen
contratos de trabajo sujetos a modalidad para afectar la libertad sindical, la
negociación colectiva y el ejercicio del derecho de huelga, o supuestos de
intermediación laboral fraudulenta, o cualquier otro acto de interferencia en la
organización de sindicatos”.
1.37.Como se ve, en ningún caso se prohíbe la extensión de beneficios logrados por un
sindicato minoritario, siendo subjetivo y arbitraria la interpretación de la SUNAFIL
para aplicarnos las multas, desnaturalizando los alcances del principio de tipicidad.
1.38.Por lo expresado, no entendemos el accionar discrecional, arbitrario y no sujeto a
derecho, que ha tenido el Tribunal de Fiscalización Laboral al declarar infundado el
recurso de revisión presentado, en base a una supuesta discriminación y a la
ejecución de actos antisindicalistas; siendo que el aumento, que hemos dado a
nuestros trabajadores, se ha dado en respeto al principio de igualdad y no
discriminación, e igualmente hemos procedido de manera objetiva conforme
demuestra los párrafos anteriormente mencionados.
12
2.2. Esta afirmación la justificamos en que el numeral 2 del artículo 139 de nuestra
Constitución señala que: “Ninguna autoridad puede avocarse a causas
pendientes ante el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus
funciones. Tampoco puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecución […]” (el resaltado es nuestro).
2.3. No hemos negado y es bien sabido que inicialmente la SUNAFIL era competente
para conocer el caso materia de controversia; sin embargo, desde el momento en
que EL SINDICATO debidamente asesorado por sus abogados decidieron interponer
la demanda judicial que ha dado origen al proceso seguido ante el Vigésimo
Segundo Juzgado de Trabajo Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima,
mediante el Expediente N° 03888-2019-0-1801-JR-LA-09, debieron conocer que, al
tratarse exactamente de los mismo hechos, se ha sustraído la competencia
administrativa, siendo el Poder Judicial el encargado en adelante en emitir
pronunciamiento por el caso materia de la presente investigación.
2.4. En esa medida, una autoridad administrativa, no puede soslayar lo que
establece una autoridad jurisdiccional, pues precisamente ello conllevaría a
establecer que se ha vulnerado el referido numeral 2 del artículo 139 de nuestra
Constitución, siendo evidente que se debió disponer la conclusión del dicho
procedimiento.
2.5. Sin embargo, el Tribunal de Fiscalización Laboral concluyó que no corresponde
inhibirse del trámite del presente procedimiento al amparo del artículo 75 del Texto
Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley de Procedimiento Administrativo General.
En efecto, en el considerando 6.44 de la Resolución N° 741-2022-SUNAFIL/TFL-
Primera Sala señala lo siguiente:
13
2.6. Dicha interpretación es errónea, en la medida que de la citada norma se desprende
que será necesaria – para la inhibición de la Autoridad Administrativa – que exista
una cuestión contenciosa entre dos administrados tramitada en sede jurisdiccional y
que requiere ser esclarecida de manera previa al pronunciamiento administrativo,
que la cuestión contenciosa verse sobre relaciones de derecho privado y que exista
identidad de sujetos, hechos y fundamentos.
2.7. Siendo así, no concordamos con la posición adoptada por el Tribunal de
Fiscalización Laboral, máxime cuando el procedimiento administrativo – en el cual
nos han imputado la comisión de dos faltas con la calificación de muy graves – se ha
dado en virtud de la relación de derecho privada en la cual se han visto inmersos dos
administrados como lo son la empresa TRANSVIAL LIMA S.A.C. y EL SINDICATO
de trabajadores de la misma.
2.8. Sin perjuicio de lo mencionado, procederemos a desarrollar que, en el presente caso,
ha habido una triple identidad – correspondiente a sujetos, hechos y fundamentos –
el cual es un requisito fundamental para la aplicación del principio del NON BIS IN
IDEM y el sustento mediante el cual se hubo de suspender el procedimiento
administrativo sancionador seguido en contra
2.9. El catedrático MORÓN URBINA señala que el principio del NON BIS IN IDEM,
“constituye la garantía en favor del administrado que por un mismo hecho no podrá
ser sancionado dos veces (dimensión material), ni podrá ser objeto de dos procesos
distintos (dimensión procesal), operando como un límite a la acción persecutoria y
sancionadora propia del Estado de modo que tenga una sola oportunidad para
ejercer su ius puniendi”.
2.10.Aunado a aquello, la Corte Suprema de Justicia de la República – en la Sentencia del
Recurso de Nulidad N° 1077-2021, Lima – ha expresado que la aplicación del
principio del non bis in idem requerirá la presencia de tres presupuestos:
Identidad personal, teniendo en cuenta que este principio constituye una
garantía individual, a lo apunta es que debe de tratarse de la misma
persona a quien se le sancionó.
Identidad del hecho, en términos generales debe tratarse del mismo
hecho.
Identidad de fundamento, debe tratarse de los mismos fundamentos. El
Tribunal Constitucional señala que: “El elemento consistente en la
igualdad de fundamento es la clave que define el sentido del principio; no
cabe la doble sanción del mismo sujeto por un mismo hecho cuando la
14
punición se fundamenta en un mismo contenido injusto, esto es, en la
lesión de un mismo bien jurídico o un mismo interés protegido.”
15
“De lo expuesto, se evidencia que existe una identidad de sujetos, pues existe
un proceso judicial en trámite entre la impugnante y los trabajadores miembros
del Sindicato de trabajadores de la empresa Transvial, los cuales han sido
también considerados como afectados en el presente procedimiento
administrativo. Respecto a la identidad de hechos y fundamentos: Tanto en el
proceso judicial (con la información obtenida del Sistema de Consultas de
Expedientes Judiciales, del expediente Nº 03888-2019-0-1801-JR-LA-09),
como en el procedimiento administrativo sancionador, se trata de dilucidar si el
aumento remunerativo de S/65.00 soles dispuesta por la empresa para sus
trabajadores no afiliados, constituye una práctica antisindical y si este
beneficio les asiste a los trabajadores afiliados. Se concluye, entonces, que el
objeto contencioso que debe dilucidarse en sede judicial, coincide con el del
presente procedimiento administrativo sancionador. En ese sentido, se
cumplen los requisitos del artículo 75.2 del TUO de la LPAG, al existir la triple
identidad de sujetos, hechos y fundamentos. En consecuencia, es
indispensable conocer la decisión de la magistratura para poder culminar el
proceso sancionador.”
“Si bien el proceso administrativo se inició antes del proceso judicial; sin
embargo, la norma establece que si durante el trámite del proceso
administrativo se toma conocimiento que en sede judicial se viene tramitando
una cuestión litigiosa que debe ser esclarecida previamente al
pronunciamiento administrativo, se debe solicitar al órgano jurisdiccional
16
comunicación sobre las actuaciones realizadas y solo si estima que existe
triple identidad (sujetos, hechos y fundamentos), podrá inhibirse hasta que la
litis sea resuelta.”14
1. Artículo 2°, 23°, 139° y artículo 26° incisos 1 y 2 de la Constitución Política del Perú
2. Artículo 2° inciso 4 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo
3. Artículo 13° y artículo 7° de la Ley del Procedimiento Contencioso Administrativo
4. Artículo 75° y artículo 203° de la Ley del Procedimiento Administrativo General
5. Artículo 9°, artículo 41° y artículo 42° de TUO de la Ley de Relaciones Colectivas del
Trabajo
6. Artículo 28° del Reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo
14
Fundamento séptimo de la Casación Laboral N° 8389-2018 MOQUEGUA
17
7. Decreto de Urgencia N° 038-2020
18
La finalidad de este medio probatorio es acreditar que SUNAFIL debió de
haber suspendido el procedimiento administrativo sancionador seguido en
nuestra contra.
11. Cargo de ingreso de la Medida Cautelar, de fecha 05 de setiembre de 2022,
recaída en el expediente No. 14766-2022-61-1801-JR-LA
La finalidad de este medio probatorio es acreditar que hemos actuado de
manera diligente para la protección de nuestros derechos.
POR LO TANTO:
A usted señor Juez pedimos tener por presentada la demanda en los términos expuesto, y
declararla FUNDADA en todos sus extremos.
19
SEGUNDO OTROSÌ DIGO: Que nombramos nuestro abogado patrocinante al letrado que
suscribe y autoriza el presente escrito, así como a la doctora Katherina Oré Arce con Reg.
C.A.L. N° 43382, otorgándole las facultades de representación procesal contenidas en el
artículo 74° del Código Procesal Civil, manifestando estar instruidos de las mismas, de
acuerdo con lo prescrito en el artículo 80º del mismo cuerpo de leyes.
TERCER OTROSÌ DIGO: Que, adjunto al presente una (01) tasa judicial por ofrecimiento
de pruebas y tres (02) tasas judiciales por derecho de notificación.
CUARTO OTROSÌ DIGO: Que, autorizo al señor Miguel Ángel Paredes García identificado
con DNI N° 73905920, al señor Luis Carlos Lopez Malásquez con DNI N° 70275695, al
señor Jorge Abraham Mejía Lucana con DNI N° 70570074 y a la señorita Grace Stephanía
Carrero Mori con DNI N°72543881 para que cualquiera de ellos, indistintamente, estén
autorizados a dar lectura de expediente, recabar copias certificadas, tramitar y recoger
oficios, partes, copias de audios, partes, anexos, entre otras labores de procuraduría que
pudieran solicitarse a nombre de la empresa.
20