Catequesis para Sacramentos
Catequesis para Sacramentos
Catequesis para Sacramentos
3.-SACRAMENTOS
9.-OBRAS DE MISERICORDIA
10.-BIENAVENTURANZAS
DESARROLLO
El nombre de mi mamá:_________________________________________________________
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El nombre de mi papá:__________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________
Fecha de mi bautismo:__________________________________________________________
Estudio en:____________________________________________________________________
Mi dirección es:________________________________________________________________
Mis cualidades:________________________________________________________________
Mis defectos:__________________________________________________________________
Mi historia
_____________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________
___________________________________________________________________________.
concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María
Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica, la comunión de los
santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida
eterna. Amén.
13. El SANTO ROSARIO. Rezar los misterios del santo rosario, que es
una oración bíblica. Con esta Oración poderosa, alcanzamos la
conversión de los pecadores, la Paz del mundo, y todas las gracias que
pidamos a Dios por intercesión de nuestra Madre María Santísima.
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1.-EL BAUTISMO
Es el sacramento con el cual nos iniciamos a la vida cristiana. Su
significado es sumergir, simboliza la muerte de Cristo y su resurrección.
Muere el “hombre viejo” y nace el “hombre nuevo”. Dios nos une a Jesús
con su gracia, nos hace sus hijos, nos libra del pecado original y nos
hace miembros de su Iglesia, y se recibe una sola vez. “El Señor les
dijo: Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la
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2.-DE LA CONFIRMACIÓN
Es el sacramento por el cual recibimos el Espíritu Santo, se imprime en
nuestra alma el carácter de Soldado de Cristo y nos hacemos perfectos
cristianos. CIC 1285. La Imposición de las manos, significa un momento
especial de autoridad, donde el Obispo pone las manos y hace una
oración especial donde le pide a Dios que envíe el Espíritu Santo sobre
las almas de aquellos confirmandos.
3.- LA EUCARISTÍA
Institución de la Eucaristía. Mientras Jesús cenaba con sus discípulos, tomó
pan, pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos
diciendo: Tomen y coman esto es mi cuerpo. Tomando la copa,
pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo: Beban todos de ella,
porque esta es mi sangre de la alianza, que se derrama por todos para el
perdón de los pecados. (Mateo 26-28) CIC 1337.
Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y
murieron. Este es el pan que baja del cielo, para que quien coma de él
no muera. Yo soy el pan vivo del cielo. Quien coma de este pan vivirá
siempre. El pan que yo doy para la vida del mundo es mi carne.
Los judíos se pusieron a discutir: ¿Cómo puede éste darnos de comer su
carne? Les contestó Jesús: Les aseguro que si no comen la carne y beben
la sangre del Hijo del Hombre, no tendrán vida en ustedes. Quien come
mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último
día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el
Padre que me envió vive y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá
por mí. (Juan 6, 48-58)
Este sacramento contiene verdadera, real y substancialmente el cuerpo,
sangre, alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo. Es fuente y cima
de toda cristiandad, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir
al propio Cristo (Nuestra pascua-paso para ir al cielo).
Materia: Pan de trigo y vino de uva
Forma: Palabras de consagración
Ministro: El Sacerdote
Parábola de la oveja perdida (Lc 15, 1-7). Parábola de la moneda perdida (Lc 15, 8-10). Parábola
del hijo pródigo Lc 15, 11-31).
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1.-Soberbia. Orgullo, prepotencia, deseo de alto honor, altivez y gloria. Humildad. Reconocer
que de nosotros mismos solo tenemos la nada y el pecado.
2.-Avaricia. El deseo de acaparar riquezas. (2 Ped 2,3). Generosidad. Dar con gusto de lo
propio y de lo poco que tengo a los pobres y necesitados.
4.-La ira. Inclinación desordenada del ánimo que incita al odio, a la venganza y a la ofensa del
prójimo (Ef. 4, 31-32). Paciencia. Sufrir con paz y serenidad todas las adversidades.
5.-Gula. Inclinación de comer y beber sin límites (Lc 16, 19). Templanza. Moderación en el
comer y en el beber.
6.-Envidia. Es pesar del bien ajeno (Ec 14,8). Caridad. Desear y hacer siempre el bien al
prójimo.
7.-Pereza. Es la falta culpable de ánimo y esfuerzo para trabajar y obrar el bien (Mt 25, 18-26).
Diligencia. Prontitud de ánimo para obrar el bien.
Pecado venial.
1.-Examen de Conciencia. Ponernos ante la presencia de Dios que nos ama y quiere ayudarnos.
Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin engaños. Podemos arrodillarnos ante el
Santísimo y pedirle nos ayude a recordar los pecados cometidos de pensamientos, palabras y
obras, con los cuales hemos ofendido a Dios.
Examinar nuestra vida, mirar lo que somos y cómo actuamos, descubrir los actos con los que
hemos ofendido al Señor y al prójimo. Recordar cada uno de los mandamientos de la Ley de
Dios y pensar con toda serenidad, si he quebrantado alguno de ellos. También recordar las
virtudes teologales, las obras de misericordia y los mandamientos de la Santa Iglesia.
No olvidar que la confesión debe hacerse con frecuencia, no dejar que el tiempo pase y el pecado
eche raíces y nos destruya. El Señor dice: “Yo no vine a llamar a los justos sino a los pecadores”
(Mateo 9, 13). Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y
nueve justos, que no necesitan convertirse. (Lucas 15, 7).
Si vosotros perdonáis a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los
perdonará; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
(Mateo 6 14-15)
2.-Dolor de los pecados o CONTRICIÓN DE CORAZÓN. CIC 1451. Sentir un dolor verdadero
porque hemos lastimado y ofendido a Dios, con nuestros pecados. La contrición es un dolor del
alma y una detestación del pecado, cometido con el propósito de no volver a pecar.
“Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de
su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio
de la Iglesia, el perdón y la paz. Y ya te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo”. 1449-2CIC.
Estas palabras son el certificado donde consta que Dios te ha levantado de nuevo, naciendo a
una vida de gracia y vuelves a reconciliarte con el Padre Misericordioso, restaurando la amistad
con la Santísima Trinidad. Y te conviertes en una persona plenamente feliz.
Pregunta: ¿Puedo confesarme directamente con Dios, pues me da vergüenza decirle los pecados a otro
“hombre”?
Respuesta: El sacerdote no es “otro hombre”, es un ministro de Cristo. Sólo el sacerdote debidamente
ordenado y con facultades para confesar puede absolver los pecados (cánones 965 y 966).
1.-Diácono
2.-Sacerdote
3.-Obispo
El Orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles sigue
siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos: es, pues, el sacramento del ministerio
apostólico. Comprende tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado. CIC 1536.
Jesucristo instituyó el sacramento del Orden Sagrado para consagrar y ordenar a los Obispos,
Sacerdotes y Diáconos de su Iglesia (Hechos 6, 1-7).
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6.-DEL MATRIMONIO
Es un sacramento que da a los esposos la gracia para amarse santamente y educar a sus hijos
cristianamente, estableciendo entre ellos una santa e indisoluble unión. Deben hacer una buena
preparación con un Equipo Profesional (El Sacerdote, Abogado, Trabajador Social, Médico).
Deben estar debidamente confesados. CIC 1601-1602. Tob. 8, 1 y sgtes.).
Los hijos son un don de Dios. Deben ser educados cristianamente, bautizarlos y prepararlos para
que continúen recibiendo los demás sacramentos, enseñándoles a orar, cumplir los
mandamientos, asistir a la misa dominical, y a hacer obras de misericordia, etc. (El amor a Dios
y al prójimo)
En algunos casos, la pareja puede solicitar que se anule el sacramento matrimonial, cuando no
se cumplieron los requisitos exigidos para este sacramento o se llegan a conocer causales legales
dentro desde la etapa del noviazgo hasta la convivencia como esposos, contenidas en el
Derecho Canónico, las cuales son estudiadas y dirimidos por los Abogados encargados para
estos asuntos en el Tribunal Eclesiástico de la respectiva Diócesis. En el matrimonio católico no
existe el divorcio, sólo la cesación de efectos civiles y separación de bienes.
La iglesia acepta la separación de los esposos, para evitar que se causen daños psíquicos o
psicológicos y lesiones personales graves por agresión de uno de los cónyuges o por parte de
ambos, pero deben permanecer en castidad; o sea que no pueden casarme o vivir en unión
libre, con otra persona porque cometen Adulterio. (Mateo 19, 3-9). Los Sacramentos de la
curación (cuerpo y alma) CIC 1420-1421.
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Si alguno de ustedes sufre, que ore; si está contento que cante alabanzas. Si uno de ustedes
cae enfermo que llame a los ancianos de la comunidad para que recen por él y lo unjan con
aceite invocando el nombre del Señor. La oración hecha con fe sanará al enfermo y el señor lo
hará levantarse; y si ha cometido pecados, se le perdonarán. Confiesen unos a otros sus
pecados, recen unos por otros, y se sanarán. (Sant. 5, 13-16).
“Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera
encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso
los anime a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir así, al bien del pueblo
de Dios” CIC 1499.
garantía de la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser humano. Tres son
las virtudes: La Fe, Esperanza y Caridad.
1.-La Fe. Es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y
revelado y que la Santa Iglesia nos propone porque Él es la Verdad misma. Por la fe “el hombre
se entrega entera y libremente a Dios”. Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la
voluntad de Dios. “El justo vivirá por la fe” (Rm 1, 17).
2.-La Esperanza. Es la virtud teologal por la que aspiramos al reino de los cielos y a la vida eterna
como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos
no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la Gracia del Espíritu Santo. “Mantengamos firma
la confesión de la esperanza, pues fiel es el autor de la promesa” Hb 10, 23).
3.-La Caridad. Es la virtud teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas, por Él mismo
y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Jesús hace de la caridad el
Mandamiento Nuevo.
Amando a los suyos “hasta el fin” (Jn 13, 1), manifiesta el amor del Padre que ha recibido.
Amándose unos a otros, los discípulos imitan el Amor de Jesús que reciben también ellos (1Jn 4,
8).
VIRTUDES CARDINALES:
1.-Prudencia. ES la virtud que dispone la razón práctica a discernir en toda circunstancia nuestro
verdadero bien y a elegir los medios rectos para realizarlo. “El hombre cauto medita sus pasos.
(Pr 14,15).
2.-Justicia. Es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al
prójimo lo que es debido. El hombre justo evocado con frecuencia en las Sagradas Escrituras,
se distingue por la rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo.
“Siendo juez no hagas, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu
prójimo” (Lc 19, 15).
4.-Templanza. ES la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio
en el uso de los bienes creados, asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene
los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus
apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar para seguir la pasión de su
corazón. (Eclo 5,2)
9.-OBRAS DE MISERICORDIA
Espirituales
1.-Enseñar al que no sabe (Mc 4,2)
2.-Dar buen consejo al que lo necesita (2 Cor 8,10-11
3.-Corregir al que yerra (Hb 12,7)
4.-Perdonar las injurias (2 Cor 2-10
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Corporales
10.-LAS BIENAVENTURANZAS
Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las
promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham, pero las perfecciona ordenándolas no solo
posesión, sino al Reino de los Cielos:
Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece
Felices los afligidos, porque serán consolados
Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados
Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios
Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios
Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece (Mt 5, 3-
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11.-Modestia
12.-Castidad (Gl 5,22-23
Es el sacrificio de Cristo en la cruz que se ofrece todos los días a Dios sobre el altar, por medio
del Sacerdote y bajo las especies de pan y vino.
1.-Llegar a tiempo. Seamos puntuales al encuentro con Cristo, recordemos que el que llega
tarde perturba y distrae a los demás.
2.-Saludar al Señor que está en el Sagrario. Cuando llegues a la puerta del Templo que es la
casa de Dios, haz una genuflexión (doblar la rodilla con la bendición: en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo).
3.- Ocupemos las primeras bancas. Para escuchar mejor al Celebrante, siempre y cuando éstas
no se encuentren reservadas para Grupos Apostólicos, Matrimonios, Primeras Comuniones,
bautizos, etc. Una vez saludes al Señor con una pequeña oración, debes quedarte en completo
silencio, esperando al Sacerdote.
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4.Responder a las oraciones del Sacerdote. Respondamos en voz alta, oremos con fe y
cantemos con entusiasmo y sin temor.
5.-Guardar silencio. Durante la celebración no debemos conversar, ni rezar rosarios, novenas u
otras prácticas de piedad. Recuerden que el Templo o Parroquia es la Casa de Dios. Debemos
permanecer esperando al Celebrante en completo silencio.
6.-Vestir debidamente. Debemos ir vestidos adecuadamente a la Santa Misa. No usar sandalias,
bermudas, camisetas sin mangas o vestidos escotados y demasiado cortos. La Santa Misa es
una fiesta con el Jesús, el Rey de Reyes, nuestro Salvador.
7.-No recibir alimentos antes de Comulgar. Si vamos a comulgar debemos estar en ayunas, o
sea; no haber ingerido alimentos una hora antes, tampoco podemos entrar al Templo comiendo
chicles o dulces, etc.
8.-Recibir a Cristo con devoción y respeto. Al ir a recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo debemos
hacerlo en fila ordenadamente y en silencio, no mirar atrás, tampoco se debe conversar, ni
saludar.
3.-Porque uno de los momentos más importantes en la historia de la humanidad fue cuando
Cristo quitó el pecado del mundo ofreciéndose a Dios Padre en la Cruz.
4.-Porque la Santa Misa es un tesoro, es la alianza nueva de Dios con los hombres; que se
renueva en el Altar cada día.
5.-En la Santa misa adoramos a Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Reflexión: No bastar decir: ¡Señor, Señor! “No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el
reino de los cielo, sino el que haga la voluntad de mi Padre del cielo” (Mateo 7, 21)
Reflexión: Todo árbol se conoce por su fruto. Cuídense de los falsos profetas que se acercan
disfrazados de ovejas y por dentro son lobos rapaces.
“Cuando llegue aquel día muchos me dirán. ¡Señor!, ¡Señor! ¿No hemos profetizado en tu
nombre? ¿No hemos expulsado demonios en tu nombre? ¿No hemos hecho milagros en tu
nombre? Y yo entonces les declararé: Nunca los conocí; apártense de mí, ustedes que hacen el
mal”. ( Mateo 7, 22).
1.-El mundo
2.-El demonio
3.-La carne
Se vence las malas inclinaciones de la carne con ayunos, la Eucaristía y demás mortificaciones
(Rm 8 6-8).
Reflexión: Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Él corta los sarmientos que en mí no
dan fruto; a los que dan fruto los poda para que den aún más. Ustedes ya están limpios por la
palabra que les he anunciado. Permanezcan en mi como yo permanezco en ustedes. Así como
el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no
permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; quien permanece en mí y yo en él dará
mucho fruto; porque separados de mí no pueden hacer nada. (Juan 15 1-5)
Si el mundo los odia, sepan que primero me odió a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo
los amaría como cosa suya. Pero, como no son del mundo sino que yo los elegí sacándolos del
mundo, por eso el mundo los odia. (Juan 15, 18-20)
1.-La oración. Es cuando elevo mi mente a Dios para adorarlo, darle gracias y pedirle lo que
necesito. Lo puedo hacer de una manera oral o mental, privada o pública.
3.-La Eucaristía. Cuando recibo el Cuerpo y la Sangre de Cristo me comunico con Él. Debo estar
en gracia de Dios. (Mt 5,23). En perfecto silencio contemplando y adorado su presencia
dentro de mí.
Debemos ser coherentes con lo que somos y decimos, por eso todo cristiano debe comportarse
como verdadero hijo de Dios, escuchando a Jesús que es la verdad y viviendo sus mandamientos
todos los días, para que el mal se aleje.
"El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El
fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz."