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Madrid
Junio, 2022
Resumen:
Con este trabajo pretendemos aproximarnos a la muerte del budismo tibetano desde
una perspectiva psicológica y antropológica con objeto de entender e intentar trasladar
sus enseñanzas a la tradición occidental con el propósito de calmar el traumatismo
colectivo que esta nos supone, reflexionando sobre el más allá y el sentido de la
muerte tanto a nivel individual como colectivo y revisando a través de la historia las
actitudes del ser humano frente la muerte, y como convivimos con ella. Concluyendo
en que la manera de concebir la realidad a nivel cultural estructura nuestra mente y
ello es lo que nos hace tener unas determinadas actitudes hacia la muerte y por
consiguiente estas premisas organizan nuestro estilo de vida, y encontrando en el
budismo tibetano una guía para poder entender muchos de los procesos internos que
vivenciamos en nuestra cotidianeidad y pudiéndoles dar un sentido.
Abstract:
With this work we intend to approach death in Tibetan Buddhism from a psychological
and anthropological perspective in order to understand and try to transfer its teachings to
the Western tradition with the aim of calming the collective trauma that this entails for
us, reflecting on the afterlife and the meaning of death both at an individual and collective
level and reviewing through history the attitudes of human beings towards death, and how
we live with it. Concluding that the way we conceive reality on a cultural level structures
our mind and this is what makes us have certain attitudes towards death and therefore
these premises organise our lifestyle, and finding in Tibetan Buddhism a guide to be able
to understand many of the internal processes we experience in our daily lives and to be
able to give them meaning.
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Índice
Introducción..................................................................................................................... 4
Planteamiento y Justificación ......................................................................................... 5
Metodología y Objetivos .................................................................................................. 7
El hombre prehistórico y la muerte ................................................................................ 8
Conexión entre Budismo y Psicología .......................................................................... 10
Diferencias y similitudes entre budismo e hinduismo .................................................. 12
Doctrinas comunes a todas las corrientes del Budismo ............................................... 12
Introducción a la Historia y a los conceptos de la Doctrina Mahayana. .................... 13
Realidad en Budismo ..................................................................................................... 15
Las leyes que Regulan el mundo ................................................................................... 16
Los cinco skandhas ........................................................................................................ 18
Karma ............................................................................................................................. 19
Nirvana........................................................................................................................... 20
La Verdadera Naturaleza de la Mente .......................................................................... 21
Una aproximación a la muerte ..................................................................................... 21
Culminación del proceso de morir a través de los bardos Chikkay, Chonyid y Sidpa 23
Practicar el Morir .......................................................................................................... 28
Asistencia a moribundos ............................................................................................... 29
Aproximación psicoanalítica al aferramiento de la identidad. .................................... 30
Aproximación de la Relación con la muerte en el Occidente ...................................... 31
Estructuración de la vida oriental a través del Budismo ............................................. 35
Discusión ........................................................................................................................ 38
Conclusiones .................................................................................................................. 41
Bibliografía .................................................................................................................... 45
3
Introducción
Toda manera de vivir se estructura partiendo de un eje en común en todos nosotros, que
es, nuestras actitudes ante la muerte y ante el después de esta. Estas actitudes se
configuran de una manera inconsciente. Un ejemplo superficial podemos observarlo en
las personas religiosas: la fiel creencia de que posteriormente al hecho de morir seremos
enviados al cielo hace que vivamos nuestras vidas de manera cautelosa, evitando la
tentación de caer en el pecado, asegurándonos un buen puesto en el más allá donde
presuponemos encontrar el goce verdadero. Sin embargo, esta es una persona que
probablemente no tendrá la oportunidad de disfrutar de los placeres sin remordimientos.
Esto ilustra la afirmación anterior, ya que, dependiendo de cuales sean estos pensamientos
ante la muerte, viviremos de una manera u otra. En el ejemplo anterior estos pensamientos
podrían ser: si no caigo en la tentación de los placeres terrenales, entonces iré al cielo.
Este pensamiento cristiano que configura una actitud ante la muerte organiza y direcciona
crucialmente el estilo de vida que llevamos en la tierra, convirtiéndose esta, en una
persona que probablemente lleve una vida austera lejos de lujos y de diversiones carnales.
Por ello podemos afirmar que nuestras actitudes y pensamientos ante la muerte
estructuran nuestra manera de vivir.
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arquetipos al tener un origen tan primigenio como este, en épocas donde no se concebía
a la muerte entendiéndola como final, pueden explicar nuestras inquietudes y nuestro
imaginario mental acerca de la existencia de un más allá, ya que el concebir un más allá
significa que la muerte no se concibe como fin.
En otras culturas al alma se le atribuye el concepto de energía, y ello como concepto deja
entrever lo que rige como principio físico. Su prolongación mas allá de lo que supone la
muerte y el cuerpo al no poder destruirse ni crearse, solo transformarse (Lavoisier, s. f.).
Por tanto, aunque la muerte sea concebida de diferentes maneras en muchas culturas y
religiones nunca esta se entiende como final, (Morin, 1970) tampoco existe el concepto
de finitud cuando se habla de muerte en el budismo tibetano.
Después de estas observaciones nos surge la pregunta… ¿Para hablar de muerte primero
debemos hablar de vida?, ¿la muerte siempre equivale al no-ser?, ¿Qué debemos entender
por mas allá? Estas y más cuestiones son las que nos asaltan a medida que crecemos y
vamos incorporando en nuestro “yo” la conciencia de muerte, que se instala y habita en
nosotros con la promesa de no abandonarnos nunca. La muerte desde que el ser humano
puede recordar nos ha generado mucha incertidumbre tanto colectiva como
individualmente. Creer en algo es un alivio para el vivo.
Planteamiento y Justificación
Nuestra pregunta de partida es esa necesidad de pensar la muerte y como abordamos esta
desde la antropología. Desde los primeros hombres, queda constancia de que la inquietud
5
por la muerte nos ha acompañado desde la prehistoria. Los enigmas que esto despierta,
este interés para entender la muerte, siempre nos ha llevado a la creación de mitos a partir
de transmutaciones y proyecciones noologicas bióticas de las estructuras de reproducción
(Morrin, 1970). Si profundizamos en esto nos damos cuenta de que es una metáfora del
propio sistema del vivir y del nacer (si bien todo vivir es ya en un cierto momento un
envejecer y un acercarse a la muerte, vida es crecer y también declinar). Bajo estas
estructuras se han elaborado todas las ideologías y las creencias en torno a la muerte. Esto
nos lleva a pensar en una incapacidad para la aceptación de esta, que responde a este
rechazo y alivian la conciencia colectiva. (Platón en el Fedón enseñaba que aprender a
vivir es e implica a su vez un aprender a morir).
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Metodología y Objetivos
Con este trabajo tenemos la pretensión de hacer un estudio sobre la muerte, pero más
concretamente indagando en el sistema de creencias del budismo tibetano, en la corriente
Mahayana, sus prácticas funerarias y los significados que estas tienen desde una
perspectiva antropológica, nos centraremos para la elaboración de este, en el gran Sogyal
Rimpoché, y en sus enseñanzas plasmadas su libro Bardo Tohol, centrado en la corriente
Mahayana y en el concepto del bardo intermedio, (estado de transición entre la muerte y
la reencarnación o el Nirvana) y en la investigación e interpretación que hacen de sus
enseñanzas varios autores.
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creación todo lo que hemos inventado sobre ella, solo teniendo consciencia de esto y de
cuales son estas creaciones podremos mirarla desnuda y establecer todo lo que nos aleja
de esta. Hoy la muerte se tiene presente en nuestra cultura como un accidente, un fallo de
la salud; sabemos que la vida es finita, pero no se habla del sentido más allá de la muerte,
si hay una cultura de la memoria de los fallecidos, pero nos centraremos en un mirar y un
pensar más cara a cara el hecho inevitable y a la vez más indeterminable de toda la vida:
que (un día) todos moriremos.
• Revisar a través del contexto y la historia, las actitudes del ser humano frente la
muerte, como la integramos en nuestras vidas y convivimos con ella.
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fauna era rica y abundante en ese y en los territorios colindantes, por tanto, el alimento
no escaseaba. Así pues, se concibe que estos canibalismos se llevaban a cabo de una
manera ritual.
Las tres principales características del homo sapiens que lo definen como humano son la
inhumación de los muertos, los primeros vestigios de arte y la creación de viviendas
complejas, por tanto, la creación de cultura. No podemos refutar que estas prácticas eran
de veneración y en memoria a los muertos. La representación del sentido de la muerte era
clara, creían en la supervivencia de sus muertos, pareciéndoles la muerte una especie de
sueño, a la mayoría se les halló colocados en posturas de dormir. Otra peculiaridad es que
los todos muertos de “La Ferraise” estaban mirando hacia poniente. Esto sugería un
razonamiento trascendente sobre la muerte, un poder ver más allá de la recepción pasiva
de los estímulos, y quizá la idea de un viaje invisible a otro lugar. (Azcárate, 2007).
Los neandertales no solo daban sepultura y enterraban a sus muertos sino que reunían a
todos en un lugar especifico, el cadáver humano ha promovido emociones que han
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adquirido un matiz social en forma de prácticas funerarias, estas institucionalizan un
complejo de emociones: “reflejan las perturbaciones profundas que una muerte provoca
en el círculo de los vivos” (Morin, 1970 pp. 25) la cuestión yace en si esta conducta
implica colectivamente una prolongación de la vida, y por lo tanto una celebración del
transito a otro estado o tiene función de aliviar el traumatismo colectivo que supone la
muerte… ¿son los cementerios en realidad para los vivos? ¿cumplen una función para
ellos? Pensar que al “seguir residiendo” en algún sitio calmamos nuestro sentimiento de
perdida pensando que nuestros muertos yacen allí y el tener un sitio para volver a
visitarles ¿pero realmente están allí?, ¿Qué representan o cual es la función que proveen
los cementerios para el propio muerto?
Con estos apuntes pretendemos demostrar que ya existía una inquietud y una reflexión
respecto a la muerte desde los inicios de la humanidad. La capacidad que poseemos de
poder imaginar un mas allá (siendo siempre una apuesta indemostrable) y que hemos
heredado de nuestros ancestros a través del inconsciente colectivo, nos dice que la muerte
tiene un significado y que es la esperanza de trascendencia lo que nos humaniza. El dar
sepulcro a los muertos podría ser una de las características más antiguas del hombre
culturizado; desde entonces, cultura y muerte van mutuamente determinadas. Vemos con
el paso del tiempo que las formas en que se presenta esta relación son especificas,
particulares de cada pueblo y cada era, y así ocurre con cada sujeto dentro de cada sistema
cultural. (Bello-Quiroz, 2021)
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han construido sus bases orientadas e inspiradas por los contenidos tanto budistas como
hunduistas. Por ejemplo, estos procesos mencionados en el primer párrafo se materializan
para el budismo en el skandha de la conciencia, que forma parte de los cinco agregados
(Contenido dentro de los cinco agregados que explicaremos posteriormente). Se habla
también de proyecciones, tema que trata Freud de manera muy similar, al esta figura
representar también en budismo los miedos y los traumas que han configurado las propias
percepciones del individuo. Así el como el humanismo (escuela muy influyente en el
mundo de la psicología) estudia el proceso de energetizacion de las emociones, el cual es
un tema también muy recurrente en budismo. El ejemplo más claro quizá sea el de los
bardos que se presentan en el momento de morir.
El budismo trata muchos de los procesos que la misma psicología trata con distinta
terminología, sus enseñanzas se pueden aplicar para identificar los procesos internos del
día a día, como el recorrido de las emociones o los procesos de conciencia , donde esta
surge y se acaba, para dar lugar a otro instante de conciencia.
La muerte en budismo se concibe nada menos que como tres fases de un proceso de
manifestación gradual de la mente, porque considera que vida y muerte existen solo en la
mente (Rympoche, 2000). En el proceso de morir se despliegan 3 dimensiones del ser, es
muy interesante como encontramos estas 3 dimensiones y este proceso de muerte en otros
aspectos de la vida cotidiana, en concreto, en las fases y ciclos circadianos: el bardo del
devenir es una clara simbolización de la fase Rem. En el bardo, los hábitos pasados,
impulsan a la mente ordinaria a aferrarse a las experiencias ilusorias del bardo como si
fueran reales y solidas siendo estas solo nuestras proyecciones. En la fase Rem se nos
aparecen representaciones inconscientes al igual que en los bardos, formadas a partir de
nuestras proyecciones, donde nuestra sombra crea representaciones de monstruos que
simbolizan aspectos oscuros de nuestra psique y que pueden ser atemorizantes para
nosotros, como en las pesadillas, que es justo lo que sucede en el bardo del devenir. Otra
cosa común es que el tiempo es muy subjetivo en ambas y no se experimenta como en la
vida consciente. Todos nuestros sueños, todas las representaciones y símbolos que
aparecen pertenecen al mundo del inconsciente, al igual que las proyecciones que
aparecen en el bardo mostrando en este caso que somos esclavos de nuestra propia
percepción. La realidad de los bardos se sucede tanto en la vida como en la muerte, son
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pequeños aspectos de la vida cotidiana que nos acercan a la iluminación y que se asemejan
o a la propia experiencia de iluminación solo que trasladada a otros escenarios.
A pesar de que ambas teorías muy antiguas que tienen nacimiento en la India no son la
misma teoría, como muchos piensan en Occidente, haremos un breve apunte sobre las
principales semejanzas y diferencias.
Buda, procede de una familia de origen Hindú, los hindúes lo conciben como la
reencarnación del Dios Vishnu. En ambas religiones se conserva la idea de la
reencarnación de las almas, por lo tanto, creen en que la persona transmigre a otra
existencia después de la muerte y renazca en una forma nueva. El concepto del karma es
compartido también, aunque su contenido si presenta diferencias, y a su vez comparen la
idea sobre la iluminación, es decir la verdadera esencia de la mente y creen en la
trascendencia a través de la meditación por lo tanto hacen hincapié en la importancia de
esta, y de las enseñanzas. También existe en que la realidad ultima, en el estado de
conciencia superior, solo que se le acuñe un distinto termino y las maneras de llegar a el
son distintas. (Universo Hindu, 2018) Otras similitudes son la inexistencia de comienzo
(anaditva) que es uno de los más importantes principios de la filosofía de la India, tanto
hindú como budista. (Tola y Dragonetti, 2003), y en el budismo, así como el hinduismo,
sostiene que el samsara, la realidad empírica, con sus mundos, universos, hombres,
dioses, etc., los procesos que tienen lugar en ella, y las leyes que la gobiernan, no ha
tenido comienzo, es eterna aparte ante. (Tola y Dragonetti, 2003)
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La verdad del origen del sufrimiento: Toda causa de sufrimiento es deseo
La verdad del cese del sufrimiento: El cese del deseo conlleva el fin del dolor
La verdad es el camino que lleva al cese del sufrimiento: compuesto por la recta opinión
y propósito, que constituyen sabiduría, la recta palabra, conducta y sustentamiento que
constituyen la moralidad y el recto esfuerzo, atención y concentración que constituyen la
concentración” (Azcárate, 2007, pp. 279)
La tradición del budismo tibetano se originó hace siete siglos, y fue desde sus orígenes
una tradición oral. El budismo esta formado por dos grandes escuelas: El Mahayana
(Gran Vehículo) y el Himayana (Pequeño Vehículo) (Sancler, 2018) La doctrina
Mahayana inspiró el Libro Tibetano de los Muertos por el que nos orientamos para la
elaboración de este trabajo.
13
Cuando Siddharta Gautama (el Buda) muere, no nombra discípulo a nadie (ausencia
jerárquica que inspira a la doctrina budista a lo largo de los años), en los años venideros
se formarían dieciocho comunidades de monjes que posteriormente se fueron
dispersando, en las que cada una tenia su propio código de conducta, dentro de estas, nos
interesara la que afirmaba la naturaleza supramundana de Buda, es decir, la mahayana
(Arnau, 2010). Esta en concreto, nace debido a la consideración de una falta de altruismo
en los monjes del II A.C., orientados solamente a la salvación individual. Entiende que
Buda es un mortal, como nosotros, que ha alcanzado la iluminación y ha pasado a ser la
personificación del principio de Dharmakaya: pretende la liberación de los seres dolidos
condenados a la imperfección. Encontramos en la imperfección: el mal (personificado
por Mara) y la muerte, estos intentan alejar a Buda de la divulgación de sus enseñanzas.
Estas enseñanzas se acomodan a los oídos de quien quiera entenderlas. (Azcarate, 2007).
Hay una vinculación muy fuerte entre los budas (personas que han alcanzado la
iluminación) y los seres mundanos que continúan sufriendo, esta vinculación nace de la
identificación que sienten los budas con ellos. Por ello, en esta corriente se concibe que
el hombre solo, no puede librarse del samsara (mundo terrenal lleno de sufrimiento), es a
través del boddhisthava superior cuando consigue la iluminación. El boddisthava superior
es denominado arhat, que ayuda en la muerte y en vida del individuo a librarse de las
proyecciones a través de enseñanzas, son guiadores hacia la iluminación de los demás
mortales, estos, son monjes que rechazan entrar en el Nirvana para ayudar a otros
mortales, permanecen envueltos en la rueda karmica, con el fin de salvar a los seres
presos del deseo. La figura del boddhistava alude a los que ya como Buda han alcanzado
la iluminación. Se pretende el beneficio para todos los seres, como propósito. (Arnau,
2010)
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Realidad en Budismo
Es muy relevante este punto en nuestro trabajo, ya que esta vision particular de la
realidad pone de manifiesto un ideal de la concepción budista que se formula como
postulado y consiste en la necesidad de infinitud: el deseo de no permanecer confinado
dentro de los estrechos limites-temporles unido a las ansias de trascender (Tola y
Dragonetti, 2003). Esta referencia es una idea que orienta e inspira otras nociones del
budismo como la idea de que la mente esta encerrada en sus proyecciones no
reconociéndose a si misma, y que cuando esto pase y descubre su verdadera
esencia trasciende y se desencadena, (que desarrollaremos mas adelante), que esta
muy relacionada con el significado de realidad.
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• Se le otorga también una concepción dinámica, la realidad esta regida por la ley
de causa y efecto, los dharmas surgen de esta misma ley y actúan conforme a
ella. Los dharmas son partículas que constituyen y forman todo lo que existe,
incluyendo la realidad. Son concebidos como impermanentes e instantáneos
según la corriente Mahayana. Los dharmas están en un constante devenir, perecen
y son reemplazados rápidamente, pero las causas que provocaron el origen del
primer dharma permanecen. Esto implica que la realidad no sea estática, que este
sujeta al movimiento imparable del devenir de series de dharmas. La realidad en
si también es un proceso sin inicio, de muerte y renacimientos cíclicos sin pausa.
(Tola y Dragonetti, 2003)
David Bohm, (citado por Rympoche, 1992 pp. 408) siguiendo estos postulados, ha
descrito la realidad como “una totalidad ininterrumpida en fluido movimiento”.
Esta perspectiva sigue una línea de cultivar actitudes diferentes ante la muerte. El
comprender que la vida y la muerte son dos procesos que forman parte de un movimiento
continuo en ese contexto de totalidad, al ser una parte de ese movimiento sin principio ni
fin morir significaría seguir en el movimiento. Para aceptar la muerte es necesario una
visión colectivista de la propia existencia, lo veremos más tarde cuando hablemos de la
no existencia del yo, de los cinco skandhas y de la no concepción de la identidad.
La realidad no es caótica esta sometida a leyes que la regulan, se presenta como un sistema
organizado. Procederemos a comentar las dos más importantes.
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La ley de la causalidad: Se concibe como la gran ley del universo, es una teoria
fundamental del budismo, tiene una gran importancia dentro de esta rama, se dice que fue
descubierta en el momento más relevante de la vida de Buda. Todo esta regido por la ley
de la causalidad, todo es causado por alguna otra entidad, no existe el azar en la realidad,
todo se encuentra dependiendo de otras causas. Todo existe como consecuencia de una
interrelación compleja de causas. Todos los contenidos de la realidad son
interdependientes. Esta condición de dependencia es lo que provoca que la realidad sea
insustancial (anatta). El que los individuos no lleguen a entender esta ley es lo que hace
que su conciencia se encuentre nublada. (Tola y Dragonetti, 2003)
A su vez existen otras muchas leyes, como la ley referente al orden físico, la ley referente
al orden moral, la ley constituida por las Cuatro Nobles Verdades…
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Los cinco skandhas
Los cinco skandhas, son la expresión de la historia previa regida por la ley del karma
(Azcarate, 2007). Para el budismo el ego no tiene una esencia ni una identidad, dado a su
carácter temporal, solo se concibe el yo como un estadio variable de cuerpo, sensación,
percepción, formaciones mentales y conciencia que cambiará y formará el siguiente, este
yo no se concibe como una realidad porque no es permanente. Por tanto, no existe el yo
(Obregón, 2005).
Los cinco agregados esta compuestos por: cuerpo, sensaciones, percepcion, formaciones
mentales y conciencia. Sometidos al cambio constante después de cada muerte,
estructuran la vida de cada uno. Se tratan de como interpretamos el mundo. Dentro del
skandha de conciencia encontramos sus ocho contenidos a los que es importante aludir;
llamados los ocho tipos de conciencia, encontramos la sexta, conciencia mental;
relacionada con la función adaptativa del miedo y a su vez integra la información recibida
de las conciencias sensoriales y los produce en forma de conceptos, la séptima, la
conciencia aflictiva; relacionada con la aparición de emociones, esta es la que renace
después de la muerte, ambas tanto sexta, como séptima, producen Karma, nos avisan
18
de cuando algo puede ser perjudicial y elicitan la respuesta de huida, también cuando
debemos permanecer si detecta placer, la octava, la conciencia de base, esta guarda los
efectos positivos y negativos de las acciones, contiene lo que llamamos las “semillas
kármicas” es como un archivo que contiene la información sobre la benevolencia o la
maldad de la voluntad con la que se realizan las acciones, acumula información de
costumbres, y las cinco conciencias sensoriales (visual, auditiva, táctil, olfativa y
gustativa), que contendrían los cinco sentidos; oído, gusto, olfato, tacto y vista
transmisores de información, se dedican a transmitir pasivamente contenidos del mundo
exterior. (Rympoche, 1998 y Obregon, 2016))
Karma
El Karma (acción) explica la existencia del mundo y de los que habitan en el, el
significado más destacable que conceptualiza esta palabra es la misma voluntad
(Rympoche, 1998).
Rympoche afirma que acciones, enfocadas a los intereses terrenales de “placer, alabanza,
fama y ganancia defendiéndonos así del dolor, crítica, fracaso y pérdida” (Obregon, 2016)
producen tendencias que se mantienen a lo largo de las continuas existencias, llamado
“karma acumulado” (Obregon, 2016) y determinando así nuestra vida, nuestra
reencarnación y por lo tanto como ya hemos visto, nuestra muerte la que propicia nuestro
devenir y siguiendo esta línea lo más probable es que terminemos divagando durante la
eternidad por el “samsara”
“Cuando una llama prende otra vela ¿es el mismo fuego? No y si porque el uno es causa
del otro, el ser que renace no es el mismo, pero tampoco diferente del que murió”
19
(Obregon, 2016, pp. 13 ) Es por causa de las acciones llevadas a cabo por el anterior
cuerpo por las que renace el otro. Así se da la relación causal donde la nueva
configuración no se libero de las consecuencias de las acciones de la otra.
Nirvana
El Nirvana (extinto) se concibe como una condición y como una no-condición donde no
existe el espacio ni el tiempo, no pertenece al mundo ni tiene relación con el, ni existe
dentro del un mundo.
Simplemente es el final del dolor que no ha sido alcanzado con la muerte; y por lo tanto
el cese ultimo de los deseos y afán de goce. Es el cese del ciclo kármico y por lo tanto,
de las emociones que nos tenían atadas a el, no existen causas para un nuevo renacimiento
(Azcarate, 2007)
No tiene nada que ver con Dios, porque este si mantiene relación con el alma de los
individuos, y el Nirvana no tiene ninguna relación con el mundo. La nada que conforma
el Nirvana “es el ser puro absoluto” (Morin,1970).
Según Font es “la sabiduría máxima, la felicidad pura y es concebida como realidad
presuponiendo que todo lo demás es irrealidad” (Font, 1988).
Podemos acercarnos al Nirvana gracias a los que como Buda lo alcanzaron en vida, y a
los “bodhisattvas”; nuestros salvadores; personas que rechazan entrar en el para asistir a
otros en este camino, esta figura es propia de la corriente Mahayana, por lo tanto, del
budismo tibetano.
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• Supone la separación absoluta (Nirvana indeterminado), y se identifica con la
intuición (Nirvana contemplativo).
Los tibetanos llaman a la mente ordinaria Sem, la cual, funciona como punto de relación
de conceptos y acontecimientos propio pero proyectado, por lo que percibimos
falsamente. Confirma su existencia, mediante la conceptualización de la experiencia, y
maleable por la misma. La entendemos como inestable y proyectando hacia afuera. Pero
a su vez, presenta un inamovible arraigamiento hacia ciertos hábitos. Dentro de esta, se
conserva encerrada por las proyecciones la naturaleza misma de la mente, la esencia mas
profunda, la pureza imposible de cambiar que es inmune a la muerte: Rigpa o
Dharmakaya. Concebida por Rympoche propiamente como “el conocimiento del propio
conocimiento”. Es esta la que tratamos de descubrir y reconocer en los bardos, y se
encuentra tan camuflada por discursos rápidos y emociones pasionales.
La creencia de que esto es algo propio de cada individuo es errónea, esta es la naturaleza
universal. La naturaleza esencial de la mente es a lo que en otras culturas denominamos
“Dios”. Por eso cuando hablamos del Dios en el budismo o del señor estamos hablando
de la naturaleza de Buda (Rympoche, 1998). En todas las religiones encontramos la
verdadera certeza de que existe una gran verdad universal. Buda no se entiende como una
persona, es más bien en su significado profundo cualquiera que se haya despertado y ha
encontrado su torrente de sabiduría, alcanzado el nirvana poniendo fin a su sufrimiento y
conociendo la felicidad que se encuentra al alcance de todos. Buda tiene un significado
colectivista y de totalidad, así como la mayoría de los conceptos que en budismo se
presentan. Todos tenemos esa naturaleza interior igual que Buda, nuestra esencia esta
encerrada por Sem, la mente ordinaria, pero si nos liberamos todas las proyecciones se
vuelve lo mismo y nos damos cuenta de que siempre fue así. Esta naturaleza es llamada
también la luz del Señor Trascendente (Azcarate, 2007)
La muerte es denominada “cuti”, concebida como otro momento fugaz y pasajero entre
otros muchos, en el ciclo de transformaciones y en la totalidad interrumpida de
movimiento, la muerte es importante por ser en ella donde se da esa reorganización de
21
skandhas con un resultado distinto a no ser que, por el contrario, hayamos logrado la
iluminación (Azcarate, 2007)
La muerte se puede dar por tres razones distintas: porque el plazo de la persistencia de
los cinco agregados ha finalizado (karma neutral), porque el karma ha llegado a un punto
de agotamiento en el que se extingue, cuando se agota la capacidad de producir karma y
por una acumulación de karma destructivo que exige la misma muerte. (Rympoche, 1998)
La ligera forma de conciencia que permanece después del momento del morir es la
conciencia aflictiva, se la relaciona con el karma acumulado, no tiene fin puesto que ha
renacido millones de veces.
En este momento encontramos dos caminos a los cuales la mente puede acceder:
(Azcarate, 2007)
22
Culminación del proceso de morir a través de los bardos Chikkay, Chonyid y Sidpa
En el Bardo thos grol (Libro Tibetano de los Muertos), trata propiamente el estado
intermedio, conceptualizado por la palabra bardo. Bardo, hace referencia al estado entre
muerte y renacimiento.
En esta etapa encontramos como los cuatro elementos que nos componen se disuelven,
acompañado cada uno de la desaparición de nuestras funciones vitales en forma de
metáfora. Encontramos los huesos y la energía como tierra que se disuelve en el agua,
elemento que se identifica con la fluidez de la sangre, por ello hace que nos
desvanezcamos. (Azcarate, 2007)
Los bodhistavas proceden a leer unos textos a la persona moribunda, es a través de este
bardo cuando el moribundo caminará y reconocerá la Clara Luz Primordial, si esto no se
da, aparecerá la Clara Luz Secundaria (donde no es posible reconocer si se está muerto o
vivo) (Azcarate, 2007)
23
nuestra mente humana. Este bardo, también llamado, Luminosidad Base, descrito según
Rympoche como “La dimensión de la verdad vacía e incondicionada, en la que jamás han
entrado el engaño, la ignorancia ni ninguna clase de concepto”, (Rympoche,1998) en ella,
trascendamos a nuestras propias limitaciones proyectadas o no, se extinguen lo
relacionado con la agresión y el deseo. A continuación, la naturaleza absoluta de la mente
aparece en forma de sonido, colores y luz, dando paso así al resplandor interno de energía
y luz que se descubre en el bardo Dharmata y se llama Sambhogakaya, esta, es el estadio
del placer absoluto, del éxtasis y del esplendor, encontramos riqueza plena, trascendiendo
más allá de limitaciones dualistas y del tiempo y el espacio. Es interesante para la
psicología porque estas proyecciones se adelantan a Freud y siguiendo su línea, el texto
tibetano habla de que todo lo que este vivirá y los espejismos que puedan aparecerse de
manera aterradora, son simplemente sus propias percepciones. (Azcarate, 2007) El no
reconocimiento de estas proyecciones como nuestras después de la luminosidad, hará que
vaguemos por el estado intermedio.
A ello le siguen siete días donde vivenciara apariciones de las Deidades Apacibles,
representadas a través de los cuatro elementos, (fuego, aire, tierra, agua), que se según la
medicina antigua formaban el cuerpo. En cada una de esas visitas será posible alcanzar la
realización, (Azcarate, 2007) sino sucede, pasaremos al día siguiente:
Todos los días encontraremos dos luces, la segunda siempre representa a un buda
• En el 1º día encontramos dos luces, en la más tenue se encuentran los dioses, los
devas, en otra se encuentra la naturaleza del alma, al ser esta una luz tan potente
puede asustarse y ante el miedo, sin saberlo, elegir vagar por el reino de los dioses
• En el 2º día aparecen también dos luces, la luz de la compasión del Señor, que
contiene la pureza del agua, y la luz de los infiernos: el karma negativo
acumulado. Puede verse confundido y atemorizarse ante la primera, refugiándose
en la segunda: los infiernos.
• En el 3º día se encuentra ante la luz amarilla que contiene: la pureza de la tierra y
de la sabiduría igualadora y ante la luz azul, la del reino humano
• El dia 4º la que se muestra ante el es la luz del elemento fuego, que representa la
compasión del señor y la luz amarilla que simboliza a los espíritus: petra
24
• El dia 5º luz verde: del aire y la luz roja: de la envidia, que es donde se encuentra
el reino de los titanes
• El dia 6º, encontramos las cuatro luces anteriores cada cual representa un elemento
y contiguamente las luces opuestas
• El dia 7º la luz de los cinco colores como el arcoíris y la luz verde del reino animal.
(Azcarate, 2007)
A partir del 3º día ante las luces que representan la liberación del alma podemos tener la
impresión de sentirnos amenazados por terribles dolores como el aplastamiento,
abrasamiento, ahogamiento etc. Que no son mas que la presentación de los cuatro
elementos al formar un nuevo cuerpo. Creyendo al huir de estas proyecciones, nos
encontraremos con abismos, que no serán abismos, sino la representación de tres
emociones propias del samsara; ira deseo e ignorancia, que nos configuran al igual que
los elementos, en esta huida metafóricamente estamos buscando un refugio, un cuerpo
donde renacer, elegir como refugio las propias proyecciones de la ira, el deseo y la
ignorancia nos llevara a seguir en este proceso de renacimiento. (Azcarate, 2007)
El deber nuestro en todo este viaje es huir de los límites que nuestra sem, la mente
ordinaria, esta poniendo a la verdadera esencia que encapsula. Es un reto que deberá ser
superado venciendo a las emociones pasionales como el miedo, reconociendo así que
nada es real y que todo lo que nos rodea son nuestras propias proyecciones, (Azcarate,
2007) es decir: darse cuenta de que la verdadera esencia del alma no son nuestros
pensamientos irracionales ni nuestras proyecciones configuradas por el miedo y las
heridas, entendiendo si no que esta, nuestra realidad es solo lo que proyectamos desde
nuestra propia cabeza, es subjetiva, y única para cada uno, con lo que juega la mente y
en lo que cree habitar es una percepción falsa del exterior. Todo es fruto de la mente una
vez más. No existe la realidad de la vida ni las experiencias, solo es nuestra mente. Todos
nuestros pensamientos sobre ella son falsos, por lo tanto, si seguimos en este camino
ignorante, seguimos condenados al sufrimiento proyectado de nuestra mente ordinaria
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vagando una y otra vez por estos reinos de los demonios, este ultimo reino representan
propiamente al samsara y a su inherente sufrimiento. (Azcarate, 2007)
En este momento tendremos un cuerpo mental (ser de bardo), aunque parezca de carne y
hueso. En este momento se reactivan nuestras emociones y hábitos mentales, al ser
nosotros incapaz de reconocer el dharmakaya, la mente (Azcarate, 2007) Este estadio es
como un viaje astral, podremos atravesar y hacer lo que queramos, tendremos ese cuerpo
de energía con el que participamos y poseemos en nuestros sueños. (Obregon, 2016)
El tercer bardo, llamado Sidpa Bardo, o bardo del devenir, relacionado con el
nacimiento, es prácticamente el fracaso de iluminación. En el principalmente se busca
que el renacimiento sea bueno y permita avanzar en el encuentro del Dharma. Tendremos
visiones del reino en que vayamos a nacer, deberemos evitar aferrarnos a ellas. Nos
encontramos en el período de cristalización, después del despertar de la conciencia esta
el bardo del devenir, llamado Nirmanakaya; regresa a su mente ordinaria cuando esta es
reconocida como pura por la conciencia y es donde se asume la forma del cuerpo mental
que se manifiesta en función del contenido kármico, como Rympoche describe en su libro
es “la dimensión de la manifestación incesante.” Todos la poseemos alcancemos la
iluminación o no (Azcarate, 2007).
Si aun así el karma negativo provoca aferramiento, nos reconocemos muertos por nuestra
imposibilidad de comunicarnos con los vivos. Estaremos en un estado parecido al de la
parálisis del sueño, en este estadio la muerte misma se vuelve a experimentar una vez por
semana, siendo otra vez alucinaciones de la propia mente. Al comprender que se está
muerto se siente mucho pánico. (Azcarate, 2007)
Las lecturas que los monjes continúan realizando, instan a huir del temor y del anhelo de
placeres, estas dos, como la sensación de hambre que se experimenta, es puramente
mental. En este punto estamos ante la existencia intermedia, los vivos habrán enterrado
al cadáver o lo habrán incinerado, por tanto, en este momento no podremos encontrar
nuestro propio cuerpo, buscaremos uno nuevo y ante la imposibilidad, tendremos la
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tentación de sentirnos tristes, volviendo a experimentar el sufrimiento que nos aleja otra
vez de la verdadera naturaleza. (Azcarate, 2007)
Después de todo este camino, si nos dejamos llevar otra vez por las proyecciones de
nuestra mente ordinaria experimentando otra vez emociones pasionales, nos
encontraremos con Yama, el juez de la muerte, y a su lado encontraremos la figura del
ángel y el demonio, ambos sostienen una piedra blanca por virtud y una negra por pecado.
Yama entonces nos matará en el ultimo intento de que descubramos que nuestro
sufrimiento y nuestro cuerpo es mental, que son nuestras propias alucinaciones y formas
de vacío. (Azcarate, 2007).
Todas estas proyecciones que arrastramos en los bardos existen con el único fin de
descubrirnos la verdadera esencia de la mente. Si se supera este terror nos convertiremos
en Buda, pero si después de ello terminamos llevándonos por alguna sensación de amor
u odio, aún existe la posibilidad de renacer. Hay que mantener una actitud positiva,
preservar una actitud negativa hace que perdamos el sentido del cuerpo y de la vida
anterior, se hace más palpable el nuevo cuerpo. Si nos concentramos en la luz que
proyecta la Deidad arquetípica de cada estadio, podremos escoger evitar renacer en una
realidad miserable, sin embargo, si nos concentramos en la codicia, nos veremos rodeados
de tempestades y se renacerá en un lugar horrible. Escogiendo este camino sentiremos un
éxtasis en el que padeceremos los sufrimientos del estado de pensamiento engañoso. En
este momento se irán haciendo evidente las señales y el contenido del siguiente
renacimiento, entre ellos los cinco agregados. (Obregon, 2016)
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• Ede los semidioses (predominación de envidia)
• El de los humanos (gobierna el deseo), aquí es donde se puede aprender el dharma
que nos permite soltar el samsara.
• El reino animal (ignorancia)
• El mundo de los espíritus (avidez)
• El de los Narak, que es el infierno (ira). Este infierno puede ser tanto una
interpretación metafísica como simbólica ello depende del budista que interprete.
El karma negativo acumulado es lo que suscita las alucinaciones que surgen y provocan
todo el sufrimiento y el terror en los bardos. Buda no salva al difunto, es él quien decide
salvarse: reconociéndolo, reconociéndose y entregándose a la naturaleza del alma
(Azcarate, 2007).
Según el budismo las energías psíquicas en el momento de embarazo dan forma a los
órganos y sistemas del cuerpo humano, en el proceso de cuerpo intermedio (bardo)
después de que el cuerpo empiece a morir, los sistemas que habitan nuestro cuerpo pasan
a una fase en la que toda la energía que constituyen se transforma en agua, aire, tierra,
fuego y espacio y pasan a ser luminosidad y vacío. En esta fase, el cuerpo humano no es
consciente en esta de estar muriendo. (Obregon, 2016)
Practicar el Morir
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meditaciones que son esenciales y cuyas temáticas tratan la muerte y la transitoriedad del
cuerpo; las encontramos en el “Visuddhimagga” de Budhaghosa. ( Obregon , 2016)
• En forma de asesino
• Como ruina del éxito
• Hacia nosotros en semejanza a aquellos que fueron grandes y también murieron
• Se reflexiona sobre los parásitos que habitan en nosotros y también mueren ahí
• Se piensa como algo constante cercano a nosotros
• Como algo impredecible en el tiempo
• Como algo que pone un confín hasta a las existencias más longevas
• Como algo que nos manifiesta que lo único que poseemos es el presente y por
tanto así debemos considerar que existe.
Asistencia a moribundos
“No tenemos posibilidad de ayudar a otros a morir si no enfrentamos nuestra propia
muerte” (Leaf, 1984). Debemos experimentar todo ese dolor, y esa frustración en nuestras
carnes para aproximarnos a los que necesitan de nuestra ayuda, pudiendo así empatizar y
tender puentes de conexión con los moribundos, no podremos acercarnos sino a
comprender que es la muerte.
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El Libro tibetano de los muertos asume que debemos practicar y ensayar la muerte, para
saber por lo que esta pasando al que tratamos de brindar nuestra ayuda, a pesar de esto la
muerte es un hecho único e intransferible. En terapia clínica para llegar más a la vivencia
de nuestro cliente también tendemos puentes de conexión con este (Población, 2021),
buscamos así en nuestras propias vivencias esos sentimientos con la finalidad de estar
mas cerca de la persona, de poder conectar con ella a través de nuestras experiencias con
la finalidad de poder ayudarla mejor. Para acompañar en la muerte solo encontraremos
esos puentes de conexión y podremos adquirir esas capacidades de acompañamiento,
experimentando lo que la muerte es en nuestras carnes a través de la meditación. (Leaf,
1984)
Dos elementos muy importantes son la compasión y el amor que deben estar siempre
presentes en este proceso que se presenta como un acompañamiento a morir. Una de las
partes más elementales de ayudar a otros a morir es estar en el presente y prestar atención
a los detalles, saber que en el momento de muerte toda teoría previamente estudiada o
deducida es inútil. Mas que la filosófica, buscamos relacionarnos con la muerte desde una
perspectiva humana, que abarca la esfera de los sentimientos (Leaf, 1984). Como hemos
visto tantas veces a lo largo de este trabajo el mayor de los sufrimientos devenidos del
morir nace de la visión solida del yo.
En Mahayana, el acompañante, boddhistava, recita unas oraciones que ayudan en el
estado intermedio, referido normalmente como estado de transición. Se recitan antes de
la muerte y después de esta. Se leen unos textos en diferentes momentos de esta muerte
y reencarnación que instan al moribundo a caminar por la luz, describiendo siempre en el
momento de lectura de cada texto, el estado en el que se encuentra la persona moribunda,
lo que le acontecerá posteriormente, y lo que este debe hacer y evitar en cada momento.
(Leaf, 1984).
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(o por lo menos, creemos que no somos), asegurarnos de no ser nosotros eso que
señalamos y que no podemos aceptar en nuestra identidad y ubicarlo fuera, colocarlo en
otra persona: “porque tu eres y yo no soy” encontramos en esto el denominado narcisismo
de los conflictos (Pitillas, 2018). Nos ayuda a caminar por la vida y permitirnos mantener
una visión integrada de lo que es el yo, al no poder integrar cosas que cambian nuestra
propia idea de lo que somos y representamos como individuos, ya que fragmentarían
nuestra identidad o lo que viene a ser lo mismo, la conciencia que de ella tenemos. Lo
que deviene en un aferramiento malsano a esa idea ilusoria de identidad. Este mecanismo
de colocar en el otro lo efectuamos debido a la creencia irracional inconsciente de que no
deberíamos sentirnos mal nunca y por ello tratamos de mantener estados fugaces y
perecederos de felicidad. (Obregon, 2016)
Muchas veces, nuestras actitudes y los mitos que creamos para tratar de darle un
significado a la muerte representan nuestras defensas racionales ante el malestar y el
conflicto emocional que ella genera. Debemos entender que la importancia reside en que
estos conceptos sobre las creencias en torno al después de la muerte estructuran y
significan la vida como tal, es necesaria una mirada a lo que existe y se encuentra
presente. Mas que desvelar los secretos de la muerte, porque no podremos acceder a ese
conocimiento hasta que muramos, es imprescindible desvelar estas pasiones ocultas que
acechan nuestro interior, solo así podremos acercarnos a ella (Morin, 1970). Lo único que
observamos cuando miramos a la muerte es a nosotros mismos, ya que es de creación
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nuestra todo lo que pensamos o hemos inventado sobre ella. Solo teniendo consciencia
de esto y de cuales son estas creaciones podremos mirarla desnuda, tal y como es, y
establecer todo lo que nos aleja de esta (Morin, 1970) puede ser alivio, terror,
incomprensión, incomodidad, pánico…
Debemos tener en cuenta también, que la cultura occidental actual esta muy influida por
la crisis de la modernidad tardía afirmamos y creemos en que “Dios es una mentira que
crearon los adultos porque nos gustaría creer que existe un orden en el universo y que
portarse bien lleva a la felicidad, pero lo cierto es que no es así” (Roman, 2019). En la
visión de la vida de Nietzsche: “Dios ha muerto”, plantea las incoherencias tanto de quien
vive creyendo que Dios no existe, pero no lo asume, como de quien se aferra a Dios, pero
ya no cree en él realmente. Esta es la metáfora que se utiliza para explicar la progresiva
separación y ruptura de la esfera política y la esfera religiosa, y el creciente descredito de
la religión. (Roman, 2019)
El no tener ni un fin ni una esencia intrínseca y la angustia que esto genera desemboca en
lidiar con esta angustia a través de la distracción guiada por los placeres mas banales, a
fin de llenar el vacío que esta misma muerte de Dios nos produce, intentamos llenar
nuestras vidas de insignificancias banales para pasar el tiempo rápido con
entretenimientos vacuos hasta la tumba. (Roman, 2019)
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El duelo, la respuesta que se da ante la muerte propia o de un tercero cercano, es el proceso
defensivo que aparece muchas veces como respuesta defensiva ante las emociones que
suscita el morir por el sistema de creencias que conservamos en Occidente, el dolor
aparece para protegernos.
Jorge Montoya Carrasquilla (citado por Bermejo, 2013, pp. 1), hace un apunte sobre la
estructuración del duelo a través de la concepción occidental de l muerte: “En ninguna
situación como en el duelo, el dolor producido es total: es un dolor biológico (duele el
cuerpo), psicológico (duele la personalidad), social (duele la sociedad y su forma de ser),
familiar (nos duele el dolor de los otros) y espiritual (duele el alma). En la pérdida de un
ser querido duele el pasado, el presente y especialmente el futuro. Toda la vida, en su
conjunto, duele”.
El buen morir navega en los procesos de aceptación de uno mismo, “la reconciliación
con el yo, con el pasado, el perdonarse y el perdonar, el aceptar la frustración y la rabia”
(Judith Leaf, 2004, pp. 1 )
Etapas de los enfermos terminales occidentales y su relación con la muerte, o del duelo
por la muerte de un tercero según Leaf, (2004):
Negación de la propia muerte; Se pretende que esta condición sea inventada y que todo
haya sido causa de un error o de alguna otra razón que imposibilite o niegue dicha
condición. Ante la muerte de un tercero vivimos una sensación de irrealidad y de
incredulidad que tiende a congelar los sentimientos que una muerte en nuestro circulo
suscita.
Rabia o enojo; de pronto tras la negación aparecen las emociones en forma de ira,
aparece la frustración fruto del intento de combatir al devenir inevitable, es el sentirnos
propiamente rechazados por la vida, el no expresar lo que este rechazo provoca en
nosotros (la depresión) surge un mecanismo de defensa (enfado o rabia) tratando así de
conseguir una posición de poder frente a la muerte, (Población, …) al final la realidad
siempre se encarga de frustrar nuestras expectativas y caemos por nuestro propio peso
dándonos cuenta de la imposibilidad de la inerudición. Pensamos que, si nos enfadamos,
nos podremos poner inconscientemente en una posición superior, por encima de la
muerte; como vemos son cualidades humanas las que percibimos en la muerte ya que solo
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un humano puede perdonar al ver que nos enfadamos con el, la muerte no es humana y
no puede escucharnos. En el duelo por un tercero esta rabia puede venir por la atribución
de responsabilidad propia o a otro sujeto, ante la perdida. La reclamación continua del
objeto amado impide despedirse efectivamente del mismo y este duelo puede quedar
patologizado.
Es frecuente, en algunas personas que han dejado de creer a raíz del fallecimiento de un
familiar encontrar sentimientos de rabia dirigidos a Dios, y en los creyentes cultivar
sentimientos de esperanza por el reencuentro y con el ser querido que ahora habita en el
“cielo”, para los de diversas espiritualidades cavilan sobre alguna forma de supervivencia
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en el cosmos (Bermejo, 2013). Vemos como la muerte se elabora mejor cuando no se
concibe como un fin, como estas creencias elaboran el sentido que se le da al más allá,
también como la muerte de un ser querido afecta a los sistemas de creencias y puede hacer
tanto que desarrollemos más nuestro lado espiritual y que tengan mas presencia en nuestra
vida las creencias del mas allá, como que rechacemos o la dudemos sobre la fe.
Por ello, aunque las practicas religiosas no son únicas para los momentos de muerte y
vacío, los individuos occidentales nos dirigimos hacia la religión procurando una mano
que nos brinde ayuda en aquellos momentos donde la vida nos parece demasiado dura y
estresante. “Los mecanismos religiosos parecen estar diseñados específicamente para
ayudar a las personas en sus momentos más difíciles de su vida” (Bermejo, 2013, pp. 3).
Se ha descubierto que la religión es beneficiosa para etapas de dolor. “La esperanza en lo
que nos espera en la hora suprema marca nuestra forma de abordar la propia muerte, así
como la de las personas queridas.” (Bermejo, 2013, pp. 3).
En budismo, la existencia se aprecia como una globalidad y una totalidad mas extensa
compuesta por diferentes partes, “Lo que nosotros en nuestra ignorancia llamamos «vida»
y lo que nosotros en nuestra ignorancia llamamos «muerte» solo son aspectos distintos
de esa totalidad y ese movimiento que es la realidad” (Rympoche, 2000). Esta visión es
colectivista ya que la naturaleza de la mente puede habitar en muchos más cuerpos, la
colectividad acaece a nuestra alma al no ser finita y poder reencarnarse, por lo tanto, si
existe ese propósito de reencarnación y de libertad del alma conseguida a través del
nirvana, el factor reencarnación estructura así la vida y le da sentido, por ello buscamos
cultivar la bondad.
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abrir y enseñar el camino de la iluminación a los demás, de hecho, se denomina Buda a
todo quien haya alcanzado la iluminación.
La creación se debe al sistema del karma, pero es importante remarcar que en la corriente
Mahayana si hace referencia a un salvador, pero esto no es otra cosa que la misma
naturaleza de la mente. Existe un rechazo hacia los dioses indios al considerar que el
mundo obedece a ciclos asiduos e innumerables. El medio para alcanzar el propósito de
los budistas es el Nirvana, el punto más álgido de la meditación, la palabra Nirvana
implica iluminación, donde todos los placeres y deseos están suspendidos, eso es la
verdadera libertad perseguida en vida, buscan ser libres y no esclavos de las propias
pulsiones, ni de los estados de animo, el propósito de la vida budista es ser libre, conciben
que todo el dolor y el sufrimiento están causados por la codicia y el placer, y por ende
por la vida, la primera Noble Verdad explica que el nacer es sufrir, ya que “estar sujeto a
lo que desagrada y privado de lo que agrada es sufrimiento, no conseguir lo que uno desea
es sufrimiento” La liberación de todos los deseos y placeres se da mediante la meditación.
Eso cambia mucho la estructura y la concepción de la vida, al estructurarse en torno al
más allá, al post-mortem, siendo la muerte otro proceso de la existencia, un viaje, un
estado de transito, el cambio de ropajes añejos por otros nuevos, concibiendo la vida como
una preparación a este mas allá, intentando escapar y sobrepasar los deseos y placeres
que esta supone, para que la conciencia iluminada reconozca a la mente como pura.
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David Bohm ha concebido un nuevo enfoque científico de la realidad basado en la
comprensión de la totalidad (que mencionábamos antes) y unicidad de la existencia como
un todo ininterrumpido y sin fisuras, muy relacionado con la visión de realidad del
budismo que estructura la mente y la vida de las personas orientales. “Lo que propongo
aquí es que el modo general en que el hombre concibe la totalidad, es decir, su visión
general del mundo, es crucial para el orden total de la propia mente humana, así universo
y mente son la misma cosa, Si concibe la totalidad compuesta por fragmentos
independientes, así es como su mente tenderá a funcionar, pero si puede integrarlo todo
de una manera coherente una totalidad que sea indivisa, ininterrumpida y sin fronteras su
mente tenderá a moverse de una manera semejante” aquí Bohm (citado por Rympoche,
1998 pp, 422) sugiere que nuestra conciencia y mente se estructura a la semejanza de
como nosotros entendamos el universo y sobretodo el mundo que nos rodea, estas
estructuras quedarán grabadas en nuestra mente configurándose de esta manera y
siguiendo este orden, si vemos que el funcionamiento del mundo sigue un patrón de causa
efecto, entonces, de la misma manera nuestro cerebro también se regirá por las mismas
leyes (por las mismas por las que interpreta el mundo) y comenzará a actuar y a responder
de la misma manera. No solo interpretara el ambiente y las acciones ajenas como tal, sino
que dentro de su mente las cosas empezarán a funcionar esa misma manera siguiendo ese
patrón, y todo en su interior comenzará a funcionar por la integración de esos patrones
propios de causa-efecto. Por ello, Bohm dice que la mente puede tener una estructura
semejante a la del universo, entonces, si nuestro cerebro puede entender el ambiente y el
mundo y las acciones desde una perspectiva global de totalidad, este mismo, podrá
funcionar en su interior de esta manera, y esto le ayudará a sobrevenir todos esos placeres
y evitar el aferramiento a lo terrenal y efímero, al estar configurado su todo ser, desde una
perspectiva de totalidad. (Rympoche, 1998)
Lo incierto y por tanto inquietante del morir muchas veces viene dado por aferrarse, los
practicantes del budismo no viven aferrados a lo mundano, ni a lo material, van más allá,
para ellos no existe ninguna sustancia real a la que podamos aferrarnos (Trungpa, 2013b:
349). La mente prima sobre la materia al producir cuerpos y mundos, en el ciclo infinito
al que llaman samsara. “La mente es la base universal de la experiencia” (Rympoche,
1998)
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Discusión
La pregunta que se hacía Brakhage era… ¿Cuántos colores puede ver un niño en un
campo, si no es consciente del color verde?, sin mediar voluntad alguna, intercambiamos
esto por una serie de códigos y símbolos que explican y categorizan nuestro mundo y a
su vez restringen y tutorizan nuestra percepción, convirtiéndolo en un molde. En el
momento en que categorizamos todas las posibles sombras y luces que podemos percibir
en colores primarios y secundarios, nosotros, de alguna manera, estamos eligiendo no ver
los colores para los cuales no tenemos nombre. (Cinema Cartography, 2021)
Dejar atrás nuestra percepción e imaginación infantil y nuestra experiencia del mundo de
luz y color es también dar de lado nuestra verdadera visión, así como ignoramos ese
momento vacuo al no estar configurados para percibirlo. Olvidando en el pasado este acto
de percibir como un hecho complejo variado y subjetivo, completamente diferente y
asilado de toda la historia toda la vida. (Cinema Cartography, 2021)
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Por otra parte, es interesante darle una vuelta a la subjetividad de toda la existencia, el
budismo afirma que la realidad, vida y muerte solo existen en nuestra mente. «La idea de
somasignificación implica que soma (lo físico) y su significación no existen
separadamente en ningún sentido, sino que más bien son dos aspectos de una realidad
global» (Bohm, citado por Rympoche, 1998, pp. 421) Por ello es imposible entender a la
realidad como partes individuales y disociables, no puede existir un soma sin significado,
por lo tanto, el significado existe también en la realidad, ya que lo físico existe, no se
puede desvincular lo físico del significado. Todo lo que existe tiene un significado, a
diferencia del Nihilismo, el significado si existe, y es primordial. Aunque la realidad solo
exista en nuestra mente, en el acto mismo de interpretar el universo creamos el universo.
La realidad solo tiene cabida en la mente, somos una conciencia subjetiva que se
experimenta a si misma constantemente. Bohm aporta un nuevo enfoque postulando que,
al significarlo, hacemos que exista: «En cierto modo, podríamos decir que somos la
totalidad de nuestros significados» (Bohm, citado por Rympoche, 1998) aludiendo a la
cristalización continua de esa energía en forma y manifestación. (Rympoche, 1998)
En cuanto al aferramiento del cuerpo, es algo inconcebible puesto que este esta en
constrante transformación, todos los cuerpos correrán el mismo destino que es la muerte,
usualmente la muerte biológica viene antes que a lo que llamaremos la muerte social y
los proximos a ella son abandonados en hospitales y residencias tratando así de pasar por
alto un proceso costoso en una cultura hedonista y un sistema que solo da importancia a
la productividad y “una sociedad que valora la juventud y la buena salud más allá de toda
lógica” (Marí-Klose y de Miguel, 2000). Todos los diferentes cuerpos estarán condenados
siempre a la muerte, el Dhaammapada insiste en la fragilidad del cuerpo. “Como todos
los seres vivos, el cuerpo finalmente enferma y muere. La vida acaba en la muerte”. El
cuerpo es efímero, cuando vemos un cadáver, o nos imaginamos a un cadáver sepultado,
hinchado y putrefacto, no nos olvidemos de que esa es la misma suerte que correrá el
nuestro propio, la percepción se voltea a nuestro cuerpo, “Es verdad que este cuerpo mío
tiene la misma naturaleza, se volverá igual y no escapará a ello” (Rympoche, 1998, pp.
298) Esto nos conecta con lo que afirma el budismo otra vez sobre la esencia transitoria
y el hecho de que no existe ninguna realidad en esta existencia, no hay absolutamente
nada que no sea transitorio.
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Una noción que creo necesario comentar al hilo de lo tratado sobre el aferramiento es el
hecho de que la sucesión de instantes de conciencia nos hace creer que existe continuidad
en nuestra experiencia (Obregon, 2016). A contrario de los sueños, que no los
concebimos como una vida paralela o como una realidad porque no existe continuidad en
ellos ni una consciencia constante. Un instante de conciencia da lugar al siguiente y así
sucesivamente. Esta sucesión es lo que de manera ordinaria crea que tengamos una
memoria autobiográfica subjetiva y por lo tanto la ilusión de una identidad estable a lo
lago del tiempo (Mori, 2012) el que experimenta lo que llamamos realidad, el sujeto de
toda experiencia. Esto es lo que nos aferra a la vida ¿Porque nos aferramos la concepción
de esa esencia fija, del yo si es en si lo que nos hace sufrir?
Es del aferramiento de donde proviene tanto dolor, también llamado apego a la existencia,
por ello sufrimos tanto con los duelos, Buda establece “los cinco agregados de apego a la
existencia son sufrimiento, al morir ser la disgregación de los cinco skandhas que
provocan ese apego a la existencia, es deshacerse del agotamiento, morir es el cese del
sufrimiento” (Niyay, 2013) En el mundo occidental la muerte se entiende sino como
pérdida, perdida de amistades, pareja, etapas… la pregunta viene dada de si nos duele
tanto, porque atenta de forma directa a nuestra identidad… Nosotros cuando nos
aferramos a una pareja o una amistad también tenemos una identidad compartida.
Sin ese aferramiento nos cuesta creer que tengamos una identidad, sin mi madre no soy
hija de, sin mi etapa universitaria, sin mi matrimonio, sin mi hijo… ¿que soy? A su vez
facilita una idea de continuidad por ello confiere identidad, “no se que viene ahora ni que
soy ahora, pero se lo que he vivido, tengo una historia, se que ya no soy esta etapa de mi
vida” El yo en este caso significa un yo construido por cosas externas. Por eso en el
budismo el yo no existe porque el yo solo se define por cosas no permanentes, finitas no
hay una idea de un yo sin esas cosas externas finitas, entonces no existe el yo y tampoco
existe la identidad.
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Conclusiones
• Todo lo que creemos que existe es no permanente, por ello no comporta realidad
al no tener constancia. Instintivamente la evolución nos ha configurado para que
nuestro cerebro reptiliano esté orientado para mantener el flujo de la permanencia.
La muerte más entendida como duelo y pérdida nos aterra porque amenaza a
nuestra identidad y a nuestra continuidad, y sobretodo a la esencia permanente
que creemos que tienen las cosas. Esa incertidumbre y esa confusión que viene
dada de no poder controlar lo que pasa, a nuestra idea de poder controlar el mundo
supone una ruptura del aferramiento, por ello somos incapaces de no aferrarnos,
porque atenta directamente a nuestra identidad y también supone una confusión
que ataca a nuestro sistema de coherencia interna (Rueda, 2022)
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de una realidad ininterrumpida que no concibe un final, así hemos podido
comprobarlo al ver estos procesos en muchas esferas de la vida, sujetos a un
perecer y renacer cíclico. Estos arquetipos nos pueden servir en la vida cotidiana
para acceder y entender mejor como somos y nuestra esencia humana. Y que,
aunque no creamos en los postulados de esta religión si enseñan a comprender y
a entender procesos internos científicamente probados.
• Sacamos en claro que todo el contenido que contienen tanto religiones como el
imaginario colectivo acerca de la muerte, la cultura y las actitudes estructuran
nuestra manera de vivir. Morimos como vivimos, los budistas estructuran la vida
como es la muerte, todos estos conceptos de karma, reencarnación, esencia,
nirvana, iluminación… crean la perspectiva de lo que representa la vida en esta
cultura; a partir de la concepción de la muerte el mundo cambia y por lo tanto los
significados y pensamientos cambian, la experiencia de la vida tibetana deriva de
la representación de esos conceptos.
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• En Occidente ya la manera de concebir la realidad estructura los procesos que
rigen el funcionamiento interno de la mente, esto estructura nuestras creencias
desde el aferramiento y desde la identidad y desde la no integridad de los procesos
existentes en la realidad, puesto que en Occidente lo concibel la muerte y vida
como un todo integrado en la realidad su mente funciona de una manera en la que
los procesos que la hacen funcionar y las leyes que organizan su actuación están
inherentemente ligadas a la generalidad y a la integración, por este hecho que nos
diferencia tanto es por el que entendemos la muerte como un hecho tan traumático
43
• En budismo no podemos encontrar una causa primera, el budismo no acepta la
existencia de un principio creador ya que todo lo que existe, el gobierno y la
destrucción del universo, son atribuidos a la ley universal del karma inmanente al
cosmos.
• Lo que albergan los cuerpos no es un yo, no forma parte del ego, sino que es un
continuo, no es un traslado de un alma a otro cuerpo sino que la conciencia y la
personalidad de la persona muere y no es la misma de la que renace, pero no es
diferente ya que se rigen por el mismo patrón, forman lo que Obregón denomina
el continuo casual, realmente lo que renace, es el hábito constante de
aferramiento, de aferrarse a un yo a una esencia fija, cuando paradójicamente, así
eso mismo que se pretende encontrar, se evita y nos alejamos de descubrir lo que
es realmente fijo, la esencia del alma, que descubriríamos desnudando nuestras
proyecciones e identificándolas como ilusiones causadas por el miedo y el
aferramiento, reconocemos a las proyecciones como fijas evocadoras de
emociones impulsivas y no vemos más alla, si no el ciclo kármico llegaría a su
fin.
• Estas enseñanzas de los bardos y muchas mas como hemos visto en el apartado
que muestra la relacion del budismo con la psicologia, nos revelan que la realidad
nos ofrece innumerables posibilidades de liberación y la vida nos enseña a morir
y también a como concebimos la muerte a través de como vivimos nuestra vida,
asi como pueden enseñarnos a desarrollar caracteristicas adaptativas y a ser mas
44
conscientes de los procesos de nuestro propio cuerpo y del mundo, aportar una
nueva perspectiva de estos y cultivar una vision profunda e introspectiva del ser,
que ayuda a un vivir consciente.
Bibliografía
https://universohindu.com/hindusimo-y-budismo-diferencias-y-semejanzas/
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