TP 4 Movimientos Sociales en Argentina
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TP 4 Movimientos Sociales en Argentina
Trabajo Práctico 4
Los Movimientos sociales en la Argentina
Esta tendencia no pudo ser revertida en los años de la vuelta democrática a partir de
1983 y el gobierno de Ricardo Alfonsín (1983-1989) fue envuelto en una crisis muy
profunda que derivó en el adelantamiento de la entrega del poder. Con la crisis de
1989, el Estado Benefactor se precipita a una de mayor envergadura, que únicamente
puede ser resuelta sobre la base de las transformaciones estructurales, según el
discurso neoliberal que se instala con fuerza en ese momento. Las crisis hiper
inflacionarias de 1988 y 1989, significaron un momento clave, porque dieron la base
para la toma de decisiones drásticas para resolver el problema estructural de la
economía y la sociedad argentina.
1) La Convertibilidad
2) La reinserción de la Argentina en el mercado internacional de capitales y
Se puede decir que los efectos de estas trasformaciones promovieron un haz diverso
de cuestiones sociales y económicas las que pueden esquematizarse en cuatro grandes
ejes:
Aquí es necesario efectuar una evaluación general de las consecuencias sociales del
modelo de los 90 que permitió la consolidación de un nuevo bloque de poder
controlado por los grandes grupos económicos nacionales y el capital extranjero, que
bajo la adhesión abierta a los postulados neoliberales, lograron imponer un nuevo
modelo de dominación social, fuertemente excluyente de los sectores populares y de
amplias franjas de la clase media.
La exclusión en sus variadas manifestaciones define un proceso que bien puede ser
calificado como de una profunda crisis de socialización, tal como ya se ha
expresado. Ésta se manifiesta en la conformación de una nueva lógica de organización
social, donde la privatización de lo político y la preeminencia de la economía
divorciada de la ética del bien común se constituyen en los rasgos decisivos de la
Argentina de los 90, caracterizada por la lógica de la exclusión social. Esta experiencia
genera una sociedad fragmentada, basada en la premisa del “sálvese quién pueda”.
Para los autores que analizan el periodo, el alza de la conflictividad no tuvo, sin
embargo, una dirección estratégica, mostrando contradicciones y fracturas entre los
diferentes grupos. Pasados los primeros cuatro años del gobierno menemista que
propició cierta estabilidad en precios, al bajar drásticamente los índices de la
inflación y permitir la recuperación del consumo interno, la conflictividad social se
fue acrecentando. Para 1995 se inicia un proceso de quiebre en el orden capitalista
mundial con la denominada crisis del tequila, esto afecta a la Argentina que evidencia
un aumento significativo de los índices de desocupación. Las consecuencias son el
aumento considerable de la conflictividad social (huelgas y protestas frente a los
planes de ajuste) pero también algunas novedosas formas de organización que se
crean en ese contexto.
Según opina Héctor Palomino, podría afirmarse que el origen de estos nuevos
movimientos sociales fue múltiple, destacándose el surgimiento de redes territoriales
favorecidas por la vecindad y aglutinadas de manera casi excluyente por dos factores
primordiales: la desocupación y el cierre de fábricas. Esto permitió que la acción
común derivara en la búsqueda de alternativas para conservar las fuentes de trabajo.