80 Años Del Exilio. Ángeles Egido
80 Años Del Exilio. Ángeles Egido
80 Años Del Exilio. Ángeles Egido
CRÓNICA DE LA ESPAÑA
TRANSTERRADA
Ángeles Egido León
UNED
RESUMEN
El artículo esboza algunas de las características que singularizan el
exilio republicano de 1939 y desgrana el mapa geográfico del éxodo
con una abundante bibliografía que aclara sus numerosos aspectos.
PALABRAS CLAVE
Exilio republicano, bibliografía sobre exilio, refugiados españoles.
Aunque las cifras del exilio republicano nunca se cerrarán del todo,
las últimas estimaciones se acercan a ese número redondo, 500.000
españoles, que siempre se consideró probable para cuantificar el número
de personas que cruzaron la frontera francesa huyendo del avance
de las tropas franquistas1. Las circunstancias de la salida son ya bien
conocidas y no vamos a insistir en ellas. Es sabido que se produjeron
sucesivas oleadas al calor de la evolución bélica. La campaña de
Guipúzcoa desencadenó la primera: en 1936 salieron entre 15 y 20.000
personas, aunque muchas regresaron. Después, la campaña del Norte,
el bombardeo de Gernika y la caída de Bilbao provocaron una nueva
huida. Se calcula que entre mayo y octubre de 1937, unas 165.000
personas cruzaron a Francia, aunque muchas permanecieron poco
tiempo allí. Pero no cabe duda de que el gran éxodo, que se identifica
con las imágenes más difundidas del exilio, se produjo durante los
meses de enero y febrero de 1939, tras la caída del frente de Aragón y
la ocupación de Cataluña. El derrumbe de la Zona Centro-Sur y la toma
de Madrid provocarían, en fin, la última desbandada en dirección a los
puertos de Alicante, Valencia, Cartagena y Almería.
1 Las últimas investigaciones han revalidado las estimaciones que en su día hiciera
Javier Rubio. Véanse RUBIO, Javier: La emigración de la Guerra Civil de 1936-1939.
Madrid, San Martín, 1977, 3 vols.; y del mismo autor “La población española en Francia
de 1936 a 1946: flujos y permanencias”, en Josefina CUESTA y Benito BERMEJO
(coords.): Emigración y exilio. Españoles en Francia, 1936-1946. Madrid, Eudema,
1996, pp. 32-60.
6 ALTED VIGIL, Alicia: La voz de los vencidos. El exilio republicano de 1939. Madrid,
Aguilar, 2005, p. 77.
7 Dos obras han estudiado con detenimiento esta cuestión, la de HERRERÍN LÓPEZ,
Ángel: El dinero del exilio. Indalecio Prieto y las pugnas de posguerra (1939-1947).
Madrid, Siglo XXI, 2007; y la de MATEOS, Abdón: La batalla de México. Final de la
Guerra Civil y ayuda a los refugiados, 1939-1945. Madrid, Alianza, 2009.
8 Véanse, por ejemplo, HOYOS PUENTE, Jorge de: ¡Viva la inteligencia! El legado de
la cultura institucionista en el exilio republicano de 1939. Madrid, Biblioteca Nueva,
2016; SUÁREZ CORTINA, Manuel (ed.): México y España. Historia y memoria de
dos siglos 1810-2010. Madrid, Síntesis, 2013 y AZNAR SOLER, Manuel y LÓPEZ
GARCÍA, José Ramón, (eds.): Diccionario bibibliográfico de los escritores, editoriales
y revistas del exilio republicano de 1939, 4 vols. Sevilla, Biblioteca del Exilio, 2016.
9 MATEOS, Abdón: De la guerra civil al exilio. Los republicanos españoles y México.
Madrid, Biblioteca Nueva, 2005. También, del mismo autor, “Los republicanos
españoles en el México cardenista”, en Ayer, 47 (2002), pp. 103-128. Una perspectiva
de conjunto en José Antonio Matesanz: Las raíces del exilio. México ante la guerra
civil española, 1936-1939. México, Colegio de México-UNAM, 1999.
Pero, sin duda, los que corrieron peor suerte fueron aquellos
que tuvieron la desgracia de ir a parar a las posesiones francesas de
África del Norte. Además de los 400 marinos de la flota republicana
que quedó anclada en la base de Bizerta (Túnez), se estima en más de
8.000 el número de españoles que acabaron en la zona14. Aunque la
mayoría eran hombres (casi el 80%), también había mujeres y niños
que fueron acogidos en albergues improvisados. Los hombres en edad
de combatir acabaron en campos de internamiento en los que hubieron
de enfrentarse a verdaderos trabajos forzados (la construcción del
ferrocarril subsahariano), en condiciones infrahumanas, en medio del
desierto y rodeados de alimañas15. Cuando estalló la guerra mundial
fueron movilizados. Muchos murieron y sólo tras el desembarco aliado
en el norte de África, en noviembre de 1942, se tomó conciencia de su
existencia y mejoró ligeramente su situación.
Realización: Joan Sella y Cesc Tomàs. Producción: TVE (Programa Línea 900), 2000.
Existen también varios testimonios de supervivientes. Entre ellos destacamos los de
Lope Massaguer: Mauthausen, fin de trayecto. Un anarquista en los campos de
la muerte. Edición de Mª Ángeles García Maroto, Madrid, Fundación de Estudios
Libertarios Anselmo Lorenzo, Colección Testimonios/5, 1997; Martín Romaní,
Agapito: Sobrevivir a Mauthausen. Valencia, Gráficas Asociadas, 1997 y GARCÍA
GAITERO, Prisciliano: Mi vida en los Campos de la Muerte de Mauthausen, Gusen,
Dachau. León, Edilesa, 2005. Una síntesis del paso de los españoles por los campos nazis
en BERMEJO, Benito: “Los republicanos españoles en los campos nazis”, en EGIDO
LEÓN, Ángeles y EIROA SAN FRANCISCO, Matilde: Los grandes olvidados…, op.
cit., pp. 161-177.
23 Nos ocupamos extensamente de esta situación en Francisco Urzaiz, un republicano
en la Francia ocupada..., op. cit. Véase también EGIDO LEÓN, Ángeles, “Republicanos
españoles en la Francia de Vichy: mano de obra para el invasor”, en Ayer, nº 46 (2002),
pp.189-208.
25 Véase MESQUIDA, Evelyn: La Nueve. Los españoles que liberaron París. Madrid,
Ediciones B, 2009, obra que recoge los testimonios de los últimos supervivientes.
3. Un gobierno errante
* * *
La historia del exilio es, sin duda, la historia de aquella media
España excluida por el Nuevo Estado vencedor. Durante largos años,
simplemente, no existió. Con la llegada de la democracia, la voz de
los vencidos comenzó a hacerse escuchar. Las historias enterradas, las
familias dispersadas, las ideas perseguidas y mancilladas salieron a
la luz y se desató un pequeño movimiento, lento pero incesante, que
nos permitió conocer la magnitud del éxodo, las odiseas personales de
aquellos jóvenes que cruzaron la frontera francesa, de aquellos niños
que marcharon para no volver, de miles de españoles expulsados,
transterrados –en palabras de José Gaos-, pero que siempre guardaron la
añoranza de la tierra que les vio nacer y de una España, la republicana,
que no pudo ser. La recuperación de esa voz debería bastar para
hacernos reflexionar razonadamente sobre los errores del pasado y,
sobre todo, para hacernos valorar en su justa medida el presente del
que hoy gozamos. Si la Historia tiene algún valor, no cabe duda –a mi
juicio- de que es este.
29 La síntesis tradicional sobre este periodo sigue siendo la de VALLE, José María del:
Las instituciones de la república española en el exilio. París, Ruedo Ibérico, 1976. La
versión de José Giral, puede verse en las memorias, editadas por GIRAL GONZÁLEZ,
Francisco: Vida y obra de José Giral Pereira. México, UNAM, 2004. La evolución de
los acontecimientos en CABEZA SÁNCHEZ-ALBORNOZ, Sonsoles: Historia política
de la Segunda República en el exilio. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1997.