PDF Papel Literario 2020, Marzo 29 PDF

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Dice Iván de la Nuez: “Los viajeros navegan de la casa a la ‘en cuanto se arreglen las cosas’– a una imposibilidad.

El exilio
casa. Los exiliados se desplazan de la casa a la intemperie. En el no es cosa de tiempo, sino de espacios –por fundar, de los que
primer caso se nos habla de un estatuto distendido y temporal. En huir, por conquistar– que cancelan la cronología lineal de nuestras
el segundo, la temporalidad pasa de ser un eufemismo –regresar vidas”. De Cubantropía (Editorial Periférica, España, 2020).

Domingo 29 de marzo de 2020

DirecciónNelson Rivera • Producción PDF Rebeca Martínez • Diseño y diagramaciónVíctor Hugo Rodríguez • Correo electrónicoriveranelsonrivera@gmail.com / papelliterario@el-nacional.com • Twitter @papeliterario

Ildemaro Torres Núñez


HOMENAJE >> AQUILES NAZOA (1920-1976)

J
osé Ignacio Cabrujas, en un programa radial que le dedi-

El humor y la poesía
có a Aquiles pocos días después del aciago accidente, le
advirtió: “Yo no voy a llorarlo, porque no puede ser que
usted sea un hombre de llanto”, y agregó: “La culpa es su-
ya, porque usted me hizo ese favor de la gracia y de la risa, y yo
quiero recordarlo así”. Haciendo mías esas palabras, antes que
invocarlo con acento luctuoso, siempre he preferido referirme a

de Aquiles Nazoa
él en términos festivos, celebrándolo y agradeciéndole el haber
sabido enriquecernos la vida a tantos de nosotros, con el ejemplo
de la suya y la calidez de su amistad.
A decir de Rafael Pineda, la espiritualidad de Aquiles Nazoa,
enriquecida por una prodigiosa imaginación, “se concentró en
un solo propósito: el de retener la esencia del país mediante la
poesía, reelaborándola como trabajo de amor y humor”.
El suyo es un humor pleno de gracia, agudeza e ingenio, a través
del cual nos legó como enseñanzas que el humorista no es un có- Poeta, humorista, crítico de arte, ensayista y escritor en el sentido más amplio.
mico de la literatura, y que, puesto a la búsqueda de lo risible, al
humorista debe serle irrenunciable el respeto a la dignidad del ser El próximo 17 de mayo se cumplirá un siglo del nacimiento de Aquiles Nazoa
humano. A la admiración y al afecto que le eran tributados, contri-
buían su vastísima cultura, la agudeza de su inteligencia y la limpi-
dez de su conducta ciudadana, sumadas a una generosa forma de
prodigarse y a su decidida disposición a abrirnos nuevas perspec-
tivas en los campos del conocimiento y de la apreciación estética.
Y, ¿cómo era él personalmente? Nos lo respondió en un poema
que tituló “Retrato 1940”, en unas de cuyas estrofas dice:

“Esta figura mía


de tan flaca da ganas de reír:
parece una lección de anatomía
con flux de casimir.

Mis manos son dos ramas desprendidas
de un añoso ciprés;
son tan flacas, nudosas, desteñidas
que parecen dos guantes al revés”.

Y en su “Declaración Sumarial” de 1975:

“En los tiempos de mi niñez yo deletreaba flores;


a los diez años ya dominaba perfectamente el arte de ver a algunas
gentes llorando en los jardines;
yo conocía a esa edad palmo a palmo los desolados territorios del
crepúsculo, lo mismo que los dolorosos nombres de aquellas
[ciudades
tan enormes y moribundas de balcones,
o sea las ruinas últimas de la tarde.
Yo era a los doce años como quien dice un técnico especialista en
ponerse uno muy sentimental cuando ve un caballo.
Solía en esa época sentarme a la orilla de un pozo que vivía en el
corral de mi casa,
allí mirando largamente el agua, sin moverme,
veía poco a poco que de mí no iba quedando sino la imagen de un
niño pensativo reflejada en el agua,
y en esa situación llegaba por ahí algún caballo sediento y se
bebía mi niñez con agua y todo.
Lo demás de este cuento es un asunto archisabido.
A los quince años fui empleado de una famosa tienda de modas,
con regocijo de todas las muchachas enamoradas que constituían la
clientela.
Yo las amaba a todas, y a escondidas
les vendí al fiado y baratísimo el arco-iris por metros
motivo por el cual fui encarcelado por apropiación indebida;
me condenaron pues a pagar en un plazo de mil años el bien ajeno
de que dispuse,
más las costas del Mar Mediterráneo”.
Aquiles Nazoa / personajeshistoricos.com

El humorismo, más allá de actitudes prejuiciadas que tradi- humorísticos de varios de los cuales fue director. Sus libros in- llos lavanderos: “Y a tal punto eran artistas/ en manejar el jabón/
cionalmente le han negado jerarquía literaria y artística, tiene cluyen desde El transeúnte sonreído (1945) hasta Humor y amor y en deslizar una plancha/ sobre una blanca extensión,/ que usted
un acento humano que parte de la conciencia de la distancia de Aquiles Nazoa en sus múltiples ediciones, y clásicos como El se las entregaba/ más mugrientas que un fogón/ y al venir no eran
que separa la realidad existente de la realidad idealizada. Aqui- ruiseñor de Catuche, El burro flautista y Caballo de manteca, en- camisas,/ sino lirios de algodón”.
les Nazoa, como Leo, Job Pim y Andrés Eloy Blanco, asumió a tre otros; en lo que de paso significó el logro de un espacio para Bajo el nombre genérico de “Teatro para leer”, le legó a nuestro
lo largo de su vida una posición digna, dentro de una suerte de el humorismo en la prensa diaria de alta circulación, figuran “A humorismo un vasto conjunto de verdaderas joyas, en el cual se
Código de Etica que todos ellos celosamente cumplieron, empa- punta de lanza” y “Pan y circo”, secciones publicadas durante agrupan desde 1945, época de aparición del libro El transeúnte
rentados en la capacidad para recoger la esencia de lo genuina- muchos años; y son de especial recordación los semanarios El sonreído, y desde los años de publicación del semanario El mo-
mente nuestro y devolverlo transmutado en gratísimos trazos tocador de las señoras y Una señora en apuros. rrocoy azul, tanto finísimas parodias de obras teatrales u óperas
o palabras; humoristas de una actitud gallarda que los llevó a En su producción humorística en versos solía abordar temas clásicas y cuentos tradicionales, como obras de su invención en
sufrir persecuciones, cárceles y exilios, pero también a tener en de la vida cotidiana, teniendo por protagonistas seres comunes el campo de la ficción y en relación con hechos de la vida real,
común el reconocimiento y el afecto del pueblo. y corrientes de nuestra diaria convivencia, de cuya existencia el sin excluir en estas las referencias sutiles o explícitas al aconte-
La faceta suya mejor conocida, más celebrada y siempre de gra- poeta humorista se compadecía o regocijaba, según el caso, sien- cer político nacional; varias de tales obras fueron adaptadas y
ta evocación, es la de humorista, por ser la de mayor divulgación do como era diestro en el manejo de la ironía y llevadas por él mismo a la televisión. Igualmen-
y por su acento popular; y habrá de recordársele en efecto, como proclive a conferirle a la sátira un toque de pie- te rica es su producción de teatro humorístico
una de las figuras más brillantes del humorismo venezolano en dad; coherente en su seguimiento de los postu- escrito en prosa, abundando los ejemplos a ci-
todos los tiempos. En 1941 comenzó a circular el diario Últimas lados de Pirandello y de su propio credo, acerca tar, como La visita de Chucha o el teatro que le
Noticias bajo la dirección de Pedro Beroes y con Francisco “Kote- de la relación del humorismo con lo humano. gusta a los colaboradores literarios de La Esfera,
pa” Delgado como coordinador, quienes incorporaron a Nazoa en También en crónicas, en versos y en prosa, su- obras cortas como Doctor y comiendo hervido y
calidad de corrector de pruebas; fueron esos el lugar y el momen-
to para su revelación ante el país como el gran humorista que por
po retratar personajes esenciales de la ciudad y
de la vida citadina; y en tal sentido es apreciable
asumió a El arrocito de las López, su aguda “tragedia in-
telectual en tres actos” que tituló Las personas
siempre celebraremos, pues los poemas humorísticos suyos ges-
tados en la intimidad de aquella redacción, y en principio leídos y
su legado de páginas por demás conmovedoras lo largo de superiores o al que no le haya sucedido alguna
como las alusivas al Duque de Rocanegras Vito vez, que levante la mano, y Míster Hamlet, una
festejados solo en ese ámbito, no tardaron en ocupar por derecho Modesto Franklin, o al perro Cenizo, morador de su vida una pieza particularmente interesante por su fide-
propio un espacio en las páginas del periódico, naciendo de esa la Plaza Bolívar, o bien su elegía a la dulcera de lidad al original de la obra parodiada, con una
forma “A punta de lanza” que llegaría a ser una famosa sección, la esquina de Sociedad, sus versos por “El últi- posición estructura teatral formal de actos y escenas nu-
y la cual desde su origen él firmó como Lancero.
Su prestigio fue ganado a través de una extensa producción
mo pandehornero” dedicados a Enrique Bernar-
do Núñez, y su suerte de canto titulado “El eclipse
digna” merados, y escrita en una grata combinación de
prosa y versos.
en prosa y en versos, que comprende numerosos libros, célebres de los chinos” en que describe magistralmente el
secciones periodísticas, y colaboraciones en muchos semanarios ambiente de trabajo y la actividad febril de aque- (continúa en la página 2)

Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario el nacional Domingo 29 De marzo de 2020

El humor y la poesía
de Aquiles Nazoa
(viene de la página 1)

Entrevistado en julio de 1967 para El Nacional, a la observación


del periodista de no divisar a alguien que siguiera a Nazoa en man-
tener nuestra brillante tradición humorística, él respondió que “El
humorismo venezolano está en situación de transición. La cele-
ridad con que se ha desarrollado el país ha dejado atrás a lo que
podíamos llamar nuestras formas tradicionales de expresión. Si
después de mí como poeta humorístico no ha surgido una nueva
voz en ese género no es porque conmigo se haya agotado el humo-
rismo venezolano, sino porque nos encontramos en un momento de
búsquedas de nuevas expresiones. Esas nuevas expresiones serían
las que comprendieran que nuestro humor no puede ya expresarse
en los términos caseros y costumbristas en que lo han manifestado
Leo, Job Pim y la mayoría de mis libros. Nuestra patria se ha incor-
porado al mundo moderno”.
Ese mismo año, cuando le fue otorgado el Premio Municipal de
Prosa, El Nacional publicó un reportaje al respecto, y al comen-
tario que le hiciera el periodista en cuanto a estar enterado de que
los libros no le alcanzaban al poeta para vivir, y a la consiguiente
pregunta de si había pensado alguna vez en marcharse de Vene-
zuela, respondió en estos términos: “En verdad, mis libros no me
dan para vivir, pero sí para justificar mi existencia. En Venezuela
está mi sitio de combate y aquí es donde tengo que cumplir con mi
deber como ciudadano, como hombre y como escritor. He vivido
accidentalmente en el exterior y he producido gran parte de mi
obra allí, pero donde quiera que me he encontrado siempre he es-
tado en trance de volver a ocupar mi sitio de escritor venezolano”.
La valoración de la risa como expresión de un estado del alma
es anterior a cualquier otra consideración secular o milenaria. Un
científico puede buscar la gracia como diferenciación honesta con
la llamada seriedad, como ruptura inteligente con la solemnidad,
que suele ser refugio del vacío interior, mientras que el humorismo
puede ser expresión de una elevada calidad del espíritu, mezcla de
idealismo y sentido común, de ficción y realismo. Siempre ha exis-
tido una grata relación entre los médicos y los humoristas, y en lo
personal me complace celebrar que sea así, porque si en ambas pro-
fesiones hacemos del hombre el centro de nuestra atención como
garantes de su bienestar físico y psíquico, ese enorme compromiso
nos identifica y acerca.
Un magnífico ejemplo de dicha proximidad, por años, fue el vín-
culo de Aquiles Nazoa con los científicos; recordemos su amistad
entrañable con el doctor Mata de Gregorio, al cual acompañaba
en la edición de la revista Nuestra Psiquiatría, y la frecuencia con
que era invitado a hablar en diversas convenciones y congresos,
pues sus conferencias constituían una preferencia colectiva. Dada
la vigencia del texto, citaré algunos fragmentos de la que él llamó
“Sobremesa con los científicos” en la clausura de la V Convención
de AsoVAC:
“No puedo dialogar sostenidamente con ustedes sobre ninguna
de sus especialidades, pues, aunque de niño me asistió un sólido
entusiasmo por los estudios sistemáticos, algo ocurrió en mi vida,
adolescente todavía, que me obligó a cambiar de vocación. Y fue
la violencia con que me hizo expulsar de un examen un profesor
desprovisto de humorismo, a quien le contesté que la egiptología Aquiles Nazoa / Foto extraída del libro Caracas física y espiritual
es algo así como la sección recreativa de la Historia”.
Por su facultad para descubrir sorprendentes relaciones entre las grafo Diaghilev, además de otros como Serge Lifar, Nijinsky, Ro- te a la empresa lo ha dado Aquiles Nazoa, nuestro extraordinario
cosas más opuestas, de todos los trabajadores intelectuales es aca- land Petit y demás extraordinarios bailarines-coreógrafos. Nos poeta y humorista, cuyo argumento, sencillo y humano, desarro-
so el humorista el que se encuentra más cercano al científico. Que presenta notables escenógrafos y diseñadores de vestuario, deco- llado a través de un diálogo fino, vivo y ágil, salpicado de sano hu-
los científicos, por lo demás, ofrezcan asiento en su mesa a un hu- radores modernísimos como Miró y Picasso, que revolucionaron mor popular con sus toques muy oportunos de poesía y de ternura,
morista, supone de parte de ellos una voluntad de convivencia que la plástica coreográfica, junto con ellos pintores como Degas que constituye la más fiel expresión del espíritu venezolano, tan cerca
los define como hombres de su tiempo; es decir, como gentes para supieron llevar al lienzo la fascinación de esa atmósfera propia del de lo trágico, pero, al mismo tiempo, dueño de una insospechada
quienes el ejercicio de la ciencia no es ya una manera más o menos ballet. Nos recuerda asimismo las presentaciones que han hecho veta de buen humor, suficiente para convertir en regocijada come-
digna de momificarse de espaldas al mundo, sino una de las formas historia y los compositores, desde Tchaikovski y Chopin hasta dia la tragedia a veces desoladora de la existencia”.
de la alegría de vivir. Nunca los laboratorios y gabinetes de estudio Stravinsky, que a su vez revolucionaron la música. Nos mues- También fue rodada en 1949, con estreno en junio de 1950, La Ba-
habían tenido más ventanas hacia fuera que en nuestro tiempo. Y tra así Nazoa, con estos y muchos otros datos, no solo el origen landra Isabel llegó esta tarde, película basada en el cuento homóni-
con la luz que penetra por ellas, ha entrado también la sonrisa. No del ballet, al que considera una expresión artística suprema, sino mo de Guillermo Meneses, con adaptación y diálogos escritos por
se aspira, claro está, a que la ciencia renuncie a su dignidad expre- también la evolución de la danza como un todo y de la percepción Nazoa; tuvo en la dirección musical a Eduardo Serrano, como ase-
siva, pero es indudable que una sonrisa compartida es siempre un del sentido de la misma. sor folklórico a Juan Liscano, y un elenco encabezado por Arturo
acto de solidaridad humana. Otro de sus aportes fue la contribución que realizó en la transfor- de Córdova; fue dirigida, a semejanza de la anterior, por el argenti-
Una de las paradojas en la valoración de la producción literaria mación de la palabra escrita a la imagen visual. Con la salvedad he- no Carlos Hugo Christensen; en 1951 obtuvo en el Festival de Can-
de Aquiles Nazoa y del conocimiento de su papel de investigador cha y confirmada por la experiencia de más de un cineasta de que nes el premio a la mejor fotografía, la cual estuvo bajo la dirección
acucioso, la representa lo poco que se ha dicho de él respecto a sus un guion por buena que sea su escritura no necesariamente da por de José María Beltrán. El 23 de agosto de 1950 fue el estreno de Yo
indagaciones y obras históricas. Bastaría con ver los títulos dados a resultado una buena película, es también cierto que, en el caso de quiero una mujer así, esta vez con Juan Carlos Thorry como direc-
sus trabajos para percibir que en ningún momento se limitó al des- guiones que, además de valer por la anécdota que sustentan, están tor, y de nuevo el guión a cargo de Nazoa; volviendo a ser nume-
lumbramiento de las proezas y que la suya es una forma diferente bien escritos, leerlos puede significar una vivencia particularmen- rosos los elogios a aspectos dependientes del aporte que él hiciera,
de abordar y narrar los hechos, de adentrarse en diversos temas, de te gratificante, que les permite constituir por sí mismos un géne- como lo escribió el recordado crítico Amy B. Courvoiser: “Con bue-
entregar como evocaciones regocijadas, y por demás ilustrativas, ro literario del mayor interés. Un guion recoge los puntos básicos nos pasos de comedia, es risueña, expresiva, salpicada de humor”,
las evidencias de lo que ha sido la vida en otras épocas: Pequeña de una idea y de cómo transformarla en hecho visual; se trata, en o lo afirmado en la revista especializada Mi Film en el sentido de
historia del alumbrado, Pequeña historia de los helados, Pequeña síntesis, del compromiso de un hombre que escribe de entregar que “Desde el principio hay buen número de recursos de original
historia del radio, Historia de la música contada por un oyente, y en palabras lo que en su versión última ha de ser imagen. El nom- ingenio, situaciones hilarantes sostenidas a veces en tono muy alto
muchos otros; textos que, junto con serles reveladores a los lecto- bre de Aquiles Nazoa ocupa un espacio debidamente conquistado de comedia frívola, complicaciones y un desenlace bien encontra-
res, demuestran cómo él era capaz de embellecer aún más historias en dicha historia, pues no solo escribió guiones para la televisión do, logran un ameno y agradable espectáculo cinematográfico”.
intrínsecamente bellas con su manera particular de contarlas. cuando dicho medio se iniciaba en el país, sino también para el cine, En 1950, cuando Aquiles contaba treinta años, el poeta Juan
Muchas otras historias estudiadas por él con igual detenimiento vinculándose al mismo cuando igualmente la cinematografía vene- Liscano se refirió a él en el prólogo del cine-drama Marcos Ma-
nos las legó a través de sus concurridas conferencias y de sus pro- zolana daba sus primeros pasos concretos, al calor de un apreciable naure editado por Avila Gráfica, en estos términos y con la acla-
gramas de televisión, como sucedió, por ejemplo, con la de los orí- auge productivo que aspiraba trascender. Son varios los guiones ratoria de que no se trataba de un elogio a la ligera: “Aquiles Na-
genes y evolución de las máscaras, la de los patines, o la del papel cinematográficos que Nazoa escribió, si bien en las fichas filmográ- zoa, poeta lírico y poeta social, cronista de filigrana y cronista de
–incluyendo, al entender este último como base fundamental de la ficas de tales producciones solía decirse “Adaptación y diálogos”. urgentes afirmaciones revolucionarias, humorista descollante,
cultura, el fascinante relato no solo de sus antecesores (modo de En 1949 y 1950 la empresa Bolívar Films trajo al país a un grupo escritor político y esteta riguroso, Aquiles Nazoa en fin, es una
fabricación, avatares que determinaron o ayudaron a su llegada y de artistas y técnicos de la industria cinematográfica argentina, de las figuras más extraordinarias de las letras contemporáneas
uso en distintas partes del mundo), su significado y trascendencia– contratado con el fin específico de darle un serio impulso a nuestra de Venezuela”, a lo cual agregó en un artículo en el Papel Lite
sino también de la evolución del lenguaje escrito y de las comuni- incipiente cinematografía. Vinieron entonces, entre otros, Susana rario de El Nacional, los calificativos de prosista, libretista de
caciones, del libro y las bibliotecas, con mención asimismo de las Freyre, Juan Carlos Thorry, Horacio Peterson y Juana Sujo; a los cine y dibujante a sus horas; destacando también la capacidad
“tablillas” de Mesopotamia, el papiro de Egipto, las láminas mexi- aportes hechos por estos dos últimos con sus actuaciones y ense- de alternar en sus textos lo grotesco o sarcástico con lo delicado
canas de corteza vegetal, y del origami como “delicado juguete”. ñanzas se les debe un capítulo fundamental de la historia de nues- y lo lírico, que era lo que Rafael Pineda llamaba “el drama son-
Dentro de su reconocida condición de estudioso fue notable su tro teatro. Parte de esa etapa industrial que se iniciaba fue la salida riente” de Nazoa. A juicio de los críticos, en Marcos Manaure
compenetración con las artes plásticas y la literatura nacional y de un primer largometraje de los laboratorios de Bolívar Films, en quedó esbozada una obra de mayor alcance que aún no ha sido
universal, como se puede evidenciar a través del contenido de va- noviembre de 1949, de título El Demonio es un Ángel, en el que se escrita; Liscano en particular consideraba que ese guión cine-
rias de sus conferencias personales y televisivas, y en numerosos debe a Aquiles Nazoa la adaptación y diálogos a partir de un argu- matográfico era a la vez –y así lo manifestó– el guión de una
artículos en los que emitió críticamente juicios valorativos acerca mento de Juan Corona. Fue un estreno por todo lo alto, profusa- magnífica novela, en concreto la novela del petróleo, y le sugirió
de la obra de reconocidos artistas nativos y extranjeros, además mente publicitado, como también un éxito total en cuanto al nú- a Nazoa escribirla. Agréguense a los guiones mencionados, El
de sus análisis acerca de la evolución del arte en general y la acti- mero de espectadores y la recaudación. La crítica le fue favorable, Gran Rebuzno, a partir de un relato de Miguel de Cervantes en
tud de la gente ante las manifestaciones del arte contemporáneo. reconociendo dicha película como un acertado punto de partida de Don Quijote de la Mancha; y Las Lanzas Coloradas, basado en
Por conocer el mundo de la danza en sus múltiples aspectos es por una nueva cinematografía, y hubo comentarios particularmente la célebre obra de Arturo Uslar Pietri.
lo que, aun admirándolas rendidamente, Nazoa no se circunscribe elogiosos para el joven guionista, como el del escritor Juan Beroes
a las bailarinas, sino que nos lleva al encuentro del gran coreó- en un artículo que publicó El Nacional: “Creo que el mayor apor- (continúa en la página 3)
el nacional Domingo 29 de marzo de 2020
Papel Literario 3
Pedro Cunill Grau
HOMENAJE >> AQUILES NAZOA (1920-1976)

A Caracas no es la misma
las tempranas ediciones de 1967 y 1977 se agrega
la tercera de esta admirable obra caraqueña de
Aquiles Nazoa, con evocador prólogo de Ildemaro
Torres, quien da la clave para abordarla al ser es-
crita “por un poeta pleno de amor por su ciudad natal, dado

sin Aquiles Nazoa


a recorrerla como un transeúnte sonreído y capaz de redes-
cubrirla cada día, sentirla y cantarla”. Es grato comprobar
en esta tercera edición un alto grado de excelencia en su im-
presión, no siendo una lujosa publicación para bibliófilos,
sino un libro pulcro, bello, donde domina el buen gusto desde
la portada y la diagramación, hasta las refinadas ilustracio-
nes proporcionadas por Claudio Nazoa. Un digno homenaje
a una vilipendiada ciudad y a un caraqueño de excepción.
Aquiles Nazoa con esta obra expresó su legado como costum-
brista urbano, volcando vivencias personales acrisoladas con
su fina sensibilidad social y desbordante humorismo. Junto a
Enrique Bernardo Núñez en La ciudad de los techos rojos (1947),
a Lucas Manzano en Aquel Caracas (1949), a Guillermo Mene-
ses en Libro de Caracas (1967), a Carlos Raúl Villanueva en Ca-
racas en tres tiempos (1967) y otros preclaros ensayistas, luchó
por mantener la identidad caraqueña ante las presiones del cos-
mopolitismo y la indiferencia de los desarraigados. Aquí logró
plenamente la valorización de las raíces de la cultura popular
caraqueña, imbricando habitantes, costumbres y paisajes. Es
una guía espiritual, para autóctonos y trasplantados, en el en-
cuentro de lo racional y lo mítico caraqueño, que generalmente
ha aparecido soterrado en visiones simplistas, que solo insisten
en lo negativo, sin ponderar con cariño las amenidades de esta
grata metrópoli.
Es una obra artísticamente ensamblada con piezas anecdóti-
cas, históricas, artísticas, paisajísticas, costumbristas, sin apa-
rente orden, pero que hacen llegar al lector la contrastada ima-
gen de una ciudad, que en numerosos sitios es la capital más
amable de los trópicos, mientras que en otros muestran las he-
ridas paisajísticas de la ingratitud y de la fractura. La urdiem-
bre es fina, sutilmente irónica, cuidadosamente entretejida en
un contexto de simpatía y de comprensión vital. La coherencia
es lograda admirablemente en el reconocimiento de la especifi-
cidad caraqueña.
Aquiles Nazoa, desde la primera parte de esta obra intitulada
Los primeros tiempos de la ciudad, supera el asfixiante encola-
miento histórico oficialista caraqueño, dando interpretaciones
frescas, superando rosadas y negras visiones, planteando inte-
rrogantes desde la óptica popular, de los indígenas, de los pobres,
de los olvidados. Así, logra una acertada interpretación de usos,
costumbres, virtudes y vicios, que reúnen a diversas sociedades
en la encrucijada cultural del tiempo histórico caraqueño.
En otras partes del libro, Aquiles Nazoa resulta ser un ade-
Aquiles Nazoa / archivo
lantado en las agudas interpretaciones en ciencias sociales, que
insisten en la importancia de ciertos factores materiales en la
calidad de vida urbana, como se puede observar en capítulos
consagrados a la pequeña historia del alumbrado, de los vehí-
culos, de la moda, de la radio, del aviso periodístico. Admirables
La capital se ha ido quedando sin los
nos parecen sus frecuentes y sabrosas incursiones a la gastro- amables defensores que la protegían
nomía popular caraqueña, desde los aportes coloniales de pa-
nes y guisos tradicionales a helados y sorbetes decimonónicos, de desarraigados y depredadores
pasando por enlutados codillos de jamón y pavo en banquetes
fúnebres. exhibiciones de funambulescos personajes y novísimas expre-
De extraordinaria sutileza son sus visiones del paisaje urbano siones del vitoquismo y de la pava.
caraqueño, siendo de antología sus páginas destinadas a “Las La parte final, “Caracas del Petróleo”, es patética y de honda
ventanas de Caracas”. Incluso se rinde, a su pesar, ante la arqui- crítica geosocial, registrando el autor su testimonio valiente y
tectura del guzmancismo, intentando en unas páginas descalifi- descarnado ante la destrucción de paisajes y ambientes. Avisa-
carla como expresión paisajística de política de fachadas, yeso y das líneas llaman a recobrar una escala urbana, volviendo a lo
mosaicos, para más adelante reconocer su trascendencia como natural y superando los excesos de la sofisticación y de los con-
cultor de florales jardines y fuentes, dándole elegancia a esta trastes socioeconómicos en la vivienda y en la infraestructura
capital, donde con sus monumentales edificios céntricos quedó citadina. Rescatar a Caracas para sus hombres.
lo más imperecedero de su carismática personalidad. Una obra encantadora que da un mensaje trascendental a todo
Nazoa cultiva su fino humorismo en la parte intitulada “Los caraqueño, entendiendo que en su íntimo ser Aquiles Nazoa dejó
poetas de Caracas”, donde incluye piezas selectas propias y de este regalo de su espíritu a los auténticos caraqueños, como fue-
Enrique Bernardo Núñez, Carlos Borges, Miguel Otero Silva, ron definidos por el gran periodista Ángel Corao: “caraqueños
Alfredo Arvelo Larriva, Julio Garmendia. En varios de estos no son propiamente los que han nacido en Caracas, sino los que
poemas se expresa un dejo crítico a expresiones de cursilería la han conquistado y, tras una laboriosa gimnasia intelectual y
urbana. Se siguen repitiendo en el vivir cotidiano caraqueño las espiritual, concluyen por consubstanciarse con el ambiente de
voces socarronas ante lo ridículo, no permitiendo dar lugar a la Caracas”.
mera añoranza los párrafos satíricos que le son dedicados en
este libro a las extravagancias del Duque de Rocanegras y a ma- *Caracas Física y Espiritual. Aquiles Nazoa. Editorial Panapo. Caracas, 1987.
nifestaciones de lo pavoso, pues hoy los ciudadanos de Caracas *Reseña publicada en el suplemento “Lectores”, que circulaba con el Diario Caracas Física y Espiritual. Aquiles Nazoa. Editorial Panapo.
pueden seguir sonriendo ante otras rebuscadas ocurrencias y de Caracas, el 28 de noviembre de 1988. Caracas, 1987

El humor y la poesía
un homenaje al poeta y su público por parte de la Oficina Cen-
tral de Información-OCI y TVN-5. La deplorable e injustificable
decisión de borrar las cintas grabadas y único registro visual de

de Aquiles Nazoa
tan valioso material patrimonial de nuestra cultura tiene como
discreta contrapartida, aunque reconocible como gesto válido,
la mencionada edición.
El paso de los años podría atentar contra la vigencia y la signifi-
cación del poeta en la conciencia popular, que entre nosotros sue-
(viene de la página 2) le operar como elemento que refuerza el proceso de negación u
olvido de nuestros valores. Sin embargo, cabe señalar como hecho
También le hizo aportes a la televisión. Para la llamada pantalla favorable a la sobrevivencia del recuerdo, la forma cálida en que
chica escribió en 1956 el libreto de El Antifaz, basado en un cuento tantos escolares y liceístas honran su memoria en las celebracio-
suyo de carnaval y escenificado con disfraces igualmente inventa- nes de cada aniversario de su nacimiento: declamando sus versos
dos por él, y en 1957 el de Sucre en Chuquisaca, un cuadro histórico líricos, riendo de buena gana sus versos humorísticos, llevando
a partir de una obra de Guillermo Francovich; ambos trabajos pa- a escena sus obras de teatro, indagando sus datos biográficos,
ra Radio Caracas. En 1960 la Dirección de Cultura y Bellas Artes y volviendo a recorrer las páginas de su extensa bibliografía.
del Ministerio de Educación publicó, dentro de su Serie Cuadernos
de Prosa con diagramación de Carlos Cruz-Diez e ilustraciones de *Ildemaro Torres Núñez. Médico-Cirujano egresado de la Universidad
María Tallián, el libreto de televisión Aviso Luminoso, que Aquiles Central de Venezuela y Doctor of Philosophy de la Universidad de Bir-
dedicó “A la memoria de una estrella que, hace años, desapareció mingham, Inglaterra. Profesor Fundador de la Escuela de Medicina de
misteriosamente de un anuncio luminoso en un cerro de Caracas”; la Universidad de Oriente y Profesor Titular de la Facultad de Medicina
en la nota de presentación el Director de Publicaciones expresó el de la UCV. Además del ejercicio de su profesión en lo asistencial y como
deseo de que esta obra sirviera de ejemplo y estímulo a quienes docente e investigador universitario, ha sido Coordinador General de la
todavía no comprenden que la televisión “debe ser utilizada para Facultad de Medicina y Director de Cultura de la Universidad Central de
ennoblecer y cultivar el buen gusto y la sensibilidad del pueblo”. Venezuela. Ha publicado varios libros, entre ellos: Chile, de Allende a la
Ildemaro Torres Núñez (Abril 2014) / Archivo
El programa televisivo Las cosas más sencillas, igualmente con- Junta Militar (1974), Zapata (1979), Ernesto Cardenal en Solentiname
cebido, realizado y presentado ante las cámaras por él, y trans- parencia. En un libro publicado en 1972 bajo el mismo título, se (1981), El Humorismo Gráfico en Venezuela (1982 y 1989), Aquiles Na-
mitido por la Televisora Nacional, era un encuentro esperado y le define como “Uno de los programas que con mayor solidez se zoa inventor de mariposas (1998) y en la colección Biblioteca Biográfica
vivido con beneplácito cada semana por una audiencia masiva ha acreditado entre los espacios más sintonizados de TVN-5”; Venezolana las biografías de Aquiles Nazoa (2005), y de Morella Muñoz
y consecuente en su sintonía, presta al disfrute participativo de las 27 charlas que conforman el volumen fueron seleccionadas (2006). Coordinó la Edición Aniversaria “Tierra de Gracia” de El Nacional
la riqueza temática que él abordaba con tanta propiedad y trans- por el propio Nazoa, y la decisión de editarlo tuvo el sentido de (1985) y es columnista regular de opinión en dicho diario.
4 Papel Literario el nacional Domingo 29 De marzo de 2020

NOVELA >> UNA JOVEN VAMPIRESA EN TIEMPOS DEL GOMECISMO

Entrevista a Michelle
la novela. Luego escribí el primer bo-
rrador como una posesa, casi sin de-
tenerme: metí todo lo que se me ocu-
rrió. El primer borrador de un texto
mío, cualquiera que sea, es siempre
una basura. Así que en lugar de co-

Roche Rodríguez
rregirlo anoté lo que funcionaba y
lo que no, así como de los temas que
se repetían y las imágenes que podía
explorar. Luego, dejé el manuscrito
de lado y me puse a investigar para
ahondar en los temas que surgieron.
El segundo borrador comenzó con la
construcción de un nuevo esquema
más acorde con lo que quería contar.
Luego reescribí el primer borrador
tomando en cuenta las conclusiones
de mi investigación. Este fue el peor
momento del trabajo porque pasé
mucho tiempo sin saber a dónde iba
ni si tenía algún valor nada de lo que
estaba escribiendo. Cuando finalicé
el segundo borrador, agotada física
y mentalmente, me tomé un mes de
descanso. Por eso llegué al tercer bo-
rrador más recuperada para cortar y
pulir la voz contenida de Diana: pa-
sé de un manuscrito de 450 páginas a
uno que tiene la mitad.
Reconstruye usted usos y cos-
tumbres de la época. Me resultó
curioso lo del carnet que las jóve-
nes portaban, donde los jóvenes
se anotaban para bailar con ellas.
¿Es una licencia narrativa o esa
práctica, en efecto, estaba vigente
hace un siglo?
Los carnet de baile existieron du-
rante el siglo XIX y parte del XX en
Mi proceso fiestas formales de España y América
Latina, como una manera de organi-
de escritura fue zar los ritos del cortejo (y de que los
de inmersión padres supieran con quién bailaban
sus hijas). Mi abuela llegó a utilizar-
en el texto” los y una vez me comentó que sufría
si nadie se anotaba allí. Como el ven-
taneo, el uso de esas libretas, eviden-
cia cómo durante la mayor parte de
Michelle Roche Rodríguez / Emilio Kabchi© nuestra historia, las relaciones entre
hombres y mujeres fueron de tipo co-
Ensayista, narradora poemas “Metamorfosis del vampiro” sociedad aún colonial, en el resto del escuchar a Emmeline Pankhurst, an- mercial y que el amor romántico es
(1857) de Charles Baudelaire y “La mundo habían comenzado los gran- tes de su muerte en 1928, no conside- una creación reciente.
y periodista, Michelle vampira” (1897) de Rudyard Kipling, des cambios sociales y culturales, in- ra que debe ensuciarse con la política? Diana, la narradora y protago-

Roche Rodríguez que sirve de epígrafe a Malasangre.


Sí dedico una escena a la película Ha-
cluidos el movimiento sufragista y
las vanguardias. Claro que después
Estoy escribiendo una tesis doctoral
para contestar la pregunta, pero ade-
nista, es una avanzada con respec-
to a su tiempo: es una joven culta,
(1979) acaba de bía un necio basada en el poema de
Kipling, porque la vamp encarnada
vino la Segunda Guerra Mundial,
pero esa es otra historia.
lanto esto: porque su época había di-
señado un lugar para ella y se la ha-
autocrítica, que mira a su entorno
familiar y al país con lucidez. No
publicar su primera en Theda Bara es el modelo con que En la visión de Diana, la narra- bía convencido de que podía influir a quiere justificarse ni engañarse a
entonces se podía leer a Diana. Pero dora, existían tensiones entre los los hombres desde lo privado, como sí misma. Tiene, además, una vi-
novela en España: todas estas referencias son menores, centranos, que subestimaban a los segundona a los hombres. sión comprensiva y no enjuicia-

Malasangre pues Diana proviene principalmente


de dos obras de formación: El guar-
andinos –Cipriano Castro, Juan
Vicente Gómez–, que se hicieron
Malasangre contiene una deta-
llada revisión de las técnicas que
dora del mundo. ¿Coincide la vi-
sión de Diana la vampiresa, con
dián en el centeno (1951) de J.D. Salin- con el poder. ¿Siente que hay en usaba el gomecismo para someter la visión del mundo de Michelle
ger y, en particular, de Ifigenia (1926) las elites venezolanas una tenden- a la sociedad. ¿Eran distintas a las Roche?
Nelson Rivera de Teresa de la Parra. cia a la subestimación social y po- que utiliza el régimen actual? La Diana Gutiérrez que narra la

Q
Me resultó sorprendente que, lítica de la provincia? En Gómez, un tirano liberal (2003), novela es producto de las decisiones
uiero preguntarle por en vez de un vampiro –una posible Para construir una novela histórica Manuel Caballero asegura que aque- que toma en el libro. En la última es-
su interés en el vampi- reedición de Drácula– su protago- debí meterme en la mente de las per- lla no era la dictadura de un ególatra cena ella revela que han pasado 25
rismo y sus expresiones nista sea una jovencísima vampi- sonas de la época: de nada sirve que aislado, sino la tiranía de una fami- años desde los acontecimientos que
literarias. La narrado- resa. ¿Cómo llegó a esa elección? manejen un Ford T o beban brandy si lia, en donde sus allegados buscaban narra; su voz es la de una mujer adul-
ra de Malasangre comenta algu- Lo primero que imaginé, hace 15 no piensan acorde a sus tiempos. Pa- favores y a cambio lo adulaban ensa- ta, que cuenta su pasado. A lo largo
nas obras con criterio y precisión. años, fue a una chica que se revelaba ra las primeras décadas del siglo XX, ñándose de forma brutal contra sus de Malasangre, una de las frases que
¿Leer a esos autores fue parte de contra sus padres en un gesto tan bru- las ideas de El origen del hombre (1871) enemigos. La tragedia de Venezuela repite con algunas variaciones es que
la investigación específica asocia- tal que se convertía en un monstruo. de Charles Darwin habían comenza- no son los bufones que quieren go- “la libertad pertenece a las personas
da a la escritura de su novela o es Para 2008 ya habían entrado al elenco do a sedimentarse en la mentalidad de bernar como monarcas atroces, sino instruidas”. Por eso, ella ha estudia-
un viejo gusto narrativo suyo? de personajes los hermanos Gómez y las clases cultas de América Latina. la corte de mediocres que los rodean, do, habla varios idiomas y conoce el
En Malasangre, el gótico me salió el asesinato de don Juancho era un La vinculación explícita de la huma- capaces de hacer cualquier barbari- mundo; eso la asemeja a los vampiros
natural, porque me interesa el género evento climático de la narración. El nidad con animales inferiores calzó dad para mantenerlo (y mantenerse) nobles de las narraciones europeas
desde mis primeras lecturas. Leí El ambiente de los años 20 me ofreció la muy bien con las ideas racista hereda- en el poder. En esto no hemos cam- del siglo XIX, como lord Ruthven, el
retrato de Dorian Gray (1890) y Drácu- oportunidad de convertir a Diana en das de la Colonia –pues celebrábamos biado. Hay otra cosa que es compara- conde Drácula o la condesa Karnstein,
la (1897) a los 13 años, no mucho des- una vamp. El gótico en Malasangre nuestro mestizaje, pero desconfiába- ble: la incomunicación de los presos que es el nombre real de Carmila.
pués de Frankenstein (1818), poseída emergió de mi profundización en la mos de los contenidos amerindios y y el morbo con el que nos referimos a Como yo, Diana no se engaña y de-
por un vértigo que me hizo devorar historia. Si el género sustenta sus ar- africanos–. A eso se le sumó la atávi- las torturas. Si bien una persona rara testa los eufemismos; por eso, la gente
varias colecciones de relatos del gé- gumentos en el miedo, ¿qué terror hay ca subestimación que en Venezuela vez sabía con exactitud dónde estaba puede percibirnos a ambas como per-
nero. Pero no comencé la escritura más intenso que el de una hegemonía hacemos de la provincia y el miedo a su familiar preso, sí sabía muy bien sonas secas. Sin embargo, la franque-
de Malasangre desde lo fantástico: de vagabundos con armas? Por eso, en los revolucionarios andinos. Por eso qué le hacían dentro de la cárceles y za de Diana la construí con cuidado
al principio fue una novela de forma- Malsangre asustan más los militares los centranos se referían a ellos como eso solidificaba la imagen mastodón- desde las novelas de formación que
ción anclada en la historia del país. que los vampiros. “chácharos” o cerdos salvajes. Esto no tica de la tiranía. Lo que Diana dice leí mientras escribía y otras donde ha-
Fue cuando tuve necesidad de darle En Malasangre, tan importante fue invención mía, me limité a com- sobre los allegados a Gómez al prin- bía niñas víctimas de acoso o sexua-
sentido a la rebeldía de Diana y con- como la historia de la joven vam- prender en qué tipo cabeza cabía una cipio –que “se referían sin comedirse lizadas, como Lolita (1955) de Vladi-
textualizarla en la tiranía militar que piresa, es el escenario donde tie- comparación semejante y sus conse- a las monstruosidades”, y que “tanta mir Nabokov, en donde Dolores Haze
emergió la vampira de las sombras lo ne lugar la novela: la Venezuela cuencias sociales. permisividad con el relato de la tra- es descrita como alguien demasiado
siniestro. de 1921. En el relato se siente el Diana, a lo largo del relato, re- gedia iba en beneficio del sistema franca. Es una constante en los estu-
¿Hay en la literatura venezola- sustrato de una acuciosa investi- flexiona sobre la configuración porque demostraba la fuerza brutal dios psicológicos de niños abusados la
na, al menos entre la que usted ha gación. ¿Puede contarnos de su del poder en su tiempo. Escribe es- y omnipresente del general”– puede conclusión de que maduran demasia-
tenido oportunidad de leer, algu- estudio de aquellos años? ¿Tiene ta frase: “Un mundo de hombres extrapolarse al presente, ahora mag- do rápido o tienden a ser descarnados
na vampiresa? ¿Diana, su protago- especial predilección por esa épo- hecho para hombres”. ¿Permane- nificado por las redes sociales. en su comprensión del mundo.
nista, podría ser la primera? ca de nuestra historia? cían desterradas las mujeres del Siendo una obra de ficción, Ma- No estoy segura de que soy de avan-
Creo que no hay vampiresas, pero Me interesa más la historia del ejercicio del poder en 1921? lasangre es ajena a la improvi- zada ni me gusta pensar en mis obras
los más indicados para responder es- mundo en los años 20 que la de Ve- En Malasangre quiero mostrar sación. Produce la sensación de de ficción en términos biográficos. Ve-
to son Violeta Rojo y Carlos Sandoval, nezuela. Investigando para Malasan- cómo un gobierno de militares es el estar construida sobre un piso nezuela es un país conservador y yo
críticos de literatura y fanáticos del gre encontré libros y blogs de perso- summun del patriarcado. Uno de los firme. ¿Es una novela previamen- maduré en un entorno de gente culta
género. En todo caso, fuera del cuento nas que decían admirar la época, mecanismos psíquicos de la sujeción te diseñada o hubo decisiones na- apegada a ciertas percepciones tradi-
“Carmila” (1872) de Sheridan Le Fa- pero que en realidad eran fanáticos femenina era hacer creer a las muje- rrativas importantes que fueron cionales de la sociedad. Me considero
nu y la novela La condesa sangrienta del general Gómez. Esto me puso los res que tenían poder en la esfera pri- tomadas sobre la marcha? una síntesis entre esa crianza y todo lo
(1962) de Valentine Penrose, no tomé pelos de punta, porque no acabo de vada. En su ensayo Influencia de las Mi proceso de escritura fue de in- que he hecho y leído en la vida; pero
en cuenta ninguna otra vampiresa comprender qué nos seduce tanto a mujeres en el alma americana (1930), mersión en el texto. Trabajé con tres no soy Diana Gutiérrez: yo nunca he
literaria para moldear a Diana. En los venezolanos de los hombres de ar- de la Parra se desmarca de las sufra- borradores (e incontables correccio- pasado el mal rato de tener que retri-
los relatos clásicos, el personaje se mas. Lo que me parece interesante de gistas porque considera que la políti- nes de cada uno). Primero escribí buir sexualmente ningún beneficio.
construye desde la perspectiva mas- los años 20 es que mientras en nues- ca es un oficio tan sucio como sacar una narración casi taquigráfica con
culina, como en “La muerta enamo- tro país éramos los peones de una carbón de una mina. ¿Por qué una todo lo que quería contar, para saber *Malasangre. Michelle Roche Rodríguez.
rada” (1832) de Téophile Gautier, y los enorme hacienda y vivíamos en una mujer culta que tuvo oportunidad de cuántas y cuáles escenas necesitaba Editorial Anagrama. España, 2020.
el nacional Domingo 29 de marzo de 2020
Papel Literario 5

Claudia Furiati Páez ENTREVISTA >> “…un escritor debe vivir sin etiquetas” rrían nuestros sueños y pesadillas de
las noches. Los campesinos venezo-

H La extranjeridad es
urgando algunas de sus lanos se reencontraron con religio-
recientes entrevistas, sidades antiquísimas, descritas por
apreciamos que se con- Robert Graves, como las religiones
sidera un escritor inmi- de las diosas blancas. Creencias en

un modo de arraigo
grante antecesor a la ola de au- las que la deidad máxima era una
tores venezolanos de la diáspora. mujer. Y el caso es que estas religio-
Rescata del desarraigo su don “de sidades desaparecieron hace miles de
hacernos más fuertes, humanos años y yo crecí en una de ellas, enca-
y complejos”. Sin embargo, reco- bezada por María Lionza. Una diosa
noce que su obra se nutre de este mujer en un mundo de mujeres soli-
estrago que es hoy Venezuela des- tarias, en la que los hombres éramos
de la lejanía. Sobre ello hace eco Novelista, cuentista y ensayista, Juan Carlos Méndez Guédez una presencia escurridiza, inatrapa-
de la condición de “extranjeridad ble. Nosotros los hombres de finales
eterna” señalada por otro colega (1967) reside en Madrid desde 1996 del XX no sabíamos ubicarnos en ese
del exilio, Doménico Chiappe. mundo, ni ese mundo sabía muy bien
En sus maravillosos diarios, Rufino dónde colocarnos.
Blanco Fombona se quejaba de que Por otro lado, países como Cuba,
extravió buena parte de su vida en el México, Brasil, han prestado aten-
odio al tirano Juan Vicente Gómez. ción literaria a ese mundo mágico,
Esa noción para mí es importante, pero en Venezuela quizá por el afán
un país puede nutrir, la extranjeridad de ser modernos y primermundistas,
puede nutrir; pero un país también miramos siempre con distancia ese
puede convertirse en una enferme- poderío mítico de nuestras historias.
dad, en una asfixia, en un límite. Apenas hay escritura sobre esos te-
Yo he asumido mi situación bio- rritorios míticos vinculados a Sorte,
gráfica como una posibilidad de a María Lionza. Esa es mi respuesta
crecimiento humano y literario. Ve- actual al momento que vivimos. La
nezuela es una amargura, un dolor diosa de agua: un retorno, una reve-
continuo; los nombres malditos de lación de esa penumbra escondida
los tiranos que han azotado a Vene- de nuestro imaginario, que a fin de
zuela desde el 98 están allí como una cuentas es un imaginario que nos co-
mancha de sangre. Pero mi obliga- necta con el mundo.
ción de vida es intentar la ternura, la Vino a Ecuador para participar
felicidad, la vida como un lugar para de un coloquio sobre esa “identi-
la imaginación, para lo festivo y lo su- dad fronteriza” que se edifica a
surrante. Hay espacios de la existen- partir de transfigurar el destie-
cia donde no puede ni debe entrar el rro en energía narrativa. Ya lo
horror de la dictadura venezolana. dijo antes: “en el fondo todos so-
Pero en efecto, parte de mi idea de mos expulsados de un lugar: de
vida y escritura actual es esa “ex- nuestra infancia, de nuestras cer-
tranjeridad eterna” de la que escuché tezas, de nuestra adolescencia, de
hablar a Doménico Chiappe en una nuestra invulnerabilidad… Esos
charla en Suiza. Porque tal y como lo exilios son más reales, más defi-
veo, esa extranjeridad, ese no estar nitivos; y allí es la escritura la que
del todo en ningún sitio, es un modo te rescata…”. Ecuador y Venezue-
de estar en varios sitios a la vez. La la comparten esta vivencia histó-
extranjeridad eterna para mí es una rica como el tricolor patrio, ¿en
pertenencia multiplicada. Como dice la literatura cómo se refleja esta
Fernando Iwasaki, el escritor hispa- hermandad u orfandad?
no/peruano, al venir a España él no Es en ese futuro inmediato en que
perdió una tierra, ganó otra. Así que debemos comenzar a leernos con
me planteo la paradoja de que esa atención. Yo estoy disfrutando mu-
extranjeridad es un modo de arrai- cho de la literatura ecuatoriana.
go, un modo de diálogo enriquecedor. Primero en el rescate y el recuerdo
Mi próximo libro: La diosa de agua, de César Dávila Andrade, enigmático
es fruto de ese diálogo, de esa cone- creador que murió en Caracas. Pero
xión. Como acabo de comentar en también en voces mucho más recien-
una de las mesas de la Feria del Li- tes como Aleyda Quevedo Rojas, Leo-
bro de Quito: es muy posible que si nardo Valencia, Abdón Ubidia, María
yo no me hubiese mudado a España Fernanda Ampuero, Edwin Madrid,
hace veinte años, no habría recibido Santiago Peña Bossano, Alfredo No-
los estímulos para escribir esta serie riega, por citar solo algunos. Y en
de cuentos que son una suerte de Bi- esa curiosidad por Lupe Rumazo, de
blia personal en la que reconstruyo, o quien el propio Leonardo Valencia
más bien invento, la historia mítica y nos anuncia será el gran descubri-
legendaria de María Lionza, la deidad miento de la lengua española de estos
máxima del espiritismo venezolano. años. El desconocimiento es una invi-
¿Es entonces Juan Carlos Méndez tación; hay que tomarlo de ese modo,
Guédez el “transterrado” que defi- y que nuestras literaturas se convier-
ne el filósofo español José Gaos? Y tan en el enigma por descubrir.
yendo más allá, ¿la literatura vene- Juan Carlos Méndez Guédez / Vasco Szinetar© Por otro lado, están esas conexiones
zolana del siglo XXI está marcada históricas: ya no hablo tan sólo de Cé-
por esta condición de «ausencia ro- nes; junto con la consolidación de la pude evitar decirles: mi español no es sar Dávila Andrade o Lupe Rumazo,
tunda» como lo confiesa en recien- obra de gente como Miguel Gomes, la lengua de un militar cobarde, ase- autores ecuatorianos con vidas vene-
te entrevista en Prodavinci? Israel Centeno, Silda Cordoliani, Sla- sino y zafio; pero me quedó la idea de zolanas, ya no te hablo tan solo de la
El siglo apenas comienza. Pero des- vko Zupcic, Yolanda Pantin, Juan que escribir es para un venezolano voz desgarrada de Julio Jaramillo que
de luego el inicio del siglo XXI estará Carlos Chirinos, Doménico Chiappe, actual el modo de recuperar el len- acompañó mi infancia y que me sigue
marcado por esa gran tragedia que Leonardo Padrón, Verónica Jaffé, Al- guaje que le han robado, que le han acompañando en noches de insomnio;
ha significado el retorno de los mi- berto Barrera Tyszka, son prueba de sino de miles y miles de ecuatorianos
litares forajidos que han saqueado Quiero reencontrar lo que te afirmo. Fíjate que aquí no
empobrecido.
Ya como investigador académi- que viajaron a Venezuela en los años
históricamente Venezuela. Imposi-
ble que las marcas de tanta miseria,
historias que establezco diferencias entre autores
que viven dentro o fuera de Venezue-
co de nuestros autores, ha desta-
cado que la literatura y especial-
ochenta a buscar mejores vidas.
Un género protagónico en este le-
tanta muerte, tantos millones de per- hablen de una la; es posible que los críticos del futu- mente poesía de la Venezuela del trado destierro criollo es el de la
sonas huyendo del infierno, no dejen ro perciban variaciones, pero yo pre- Siglo XX se escribió signada por poesía, lo fue también en el pasa-
huellas literarias. memoria en la fiero no trazar esas fronteras, porque una “melancólica esperanza”. do con la metáfora del inmigrante
Pero desde luego, la escritura es
reinvención de lo real. Esas marcas que pueda existir somos en el fondo una idéntica per-
plejidad, un dolor similar, una bús-
Y siendo un lector y autor de la
“frontera” de épocas, ¿cuál cree es
gerbasiano, o la parábola del des-
tierro cadeneana. Hoy sorprende
colectivas deben adquirir en cada au-
tor una modulación propia. Me preo-
la idea de un queda común de un oxígeno que nos
entregue palabras distintas a las del
el sentimiento que predomina en
los escritores venezolanos de esta
la emergencia de antologías poéti-
cas como de autores nóveles. ¿Po-
cupa desde una perspectiva estética porvenir” poder que controla Venezuela. segunda década? dríamos hablar de unos “Cuader-
que se consolide una literatura en se- ¿Qué percibo en el conjunto de es- El sentimiento es de orfandad, de nos de la Diáspora” parafraseando
rie alrededor del chavismo, una repe- ta literatura? La necesidad de fundar perplejidad, de ira. Hemos visto nau- al más universal de nuestros poe-
tición de escenarios y tópicos, porque Al revisar sus diálogos con pe- un lenguaje de la transparencia, de fragar el país; y de ser esa isla civilis- tas actuales, Rafael Cadenas?
la reiteración en el arte genera indi- riodistas/escritores coterráneos lo lúdico, de lo profundo, de lo vital, ta y democrática de los años setenta, Cuando a Galdós lo llevaron a co-
gestión literaria. Por supuesto, la crí- –por no usar la palabra desgasta- de lo áspero y terso, de lo sugerente. ahora somos un nido de víboras con- nocer su estatua en el Parque de El
tica y el periodismo de la frivolidad da “compatriotas”–, Karina Sainz Porque frente a nosotros se ha colo- trolado por grupos delictivos. Retiro, los escritores de su tiempo le
pedirán la “gran novela del chavis- Borgo, Luis Yslas y el mencionado cado el lenguaje unívoco y primitivo Te asomo mi respuesta personal hicieron un vacío importante, muy
mo”, pero un escritor debe vivir sin Chiappe, resulta paradójico cons- del poder militar: un lenguaje de la para este momento, porque hace pocos asistieron a ese acto. Quizá él
etiquetas y en sus viajes al infierno, tatar que hoy también forman mentira, de la falsedad, de la medio- mucho abandoné la investigación y no se dio cuenta porque ya estaba cie-
debe intentar el milagro de que su parte y se inspiran en esa diás- cridad, de la muerte, del cinismo, de estoy centrado de lleno en mi escri- go, al punto de que debieron acercar-
historia parezca siempre la historia pora intelectual. ¿Cómo percibe lo excrementicio, de lo literal. tura. Quiero reencontrar historias lo para que tocase la estatua con las
nunca antes contada. usted a esta nueva generación de Para un escritor venezolano, en este que hablen de una memoria en la que manos.
En cuanto al término “transterrado” escritores, cronistas y poetas que momento el gran reto es desdecir ese pueda existir la idea de un porvenir. Vivir, escribir, quizá es eso. Avanzar
de Gaos, lo reivindico en cierto modo, dan visibilidad a nuestra tragedia relato llamado país. Hace diez años Mirar ese país que conocí no para las manos para tocar el mundo que
pues me siento enraizado también en desde otras orillas? me invitaron a un pequeño puebleci- mitificarlo, sino para comprenderlo. no ves, y tratar de no percatarte de
España, pero a estas alturas de la vida Es un gran momento para la litera- to de Asturias a dar una charla, allí En Venezuela convivían muchos paí- la soledad que rodea lo que escribes.
quisiera quitarle énfasis a cualquier tura venezolana. La solidez de libros me llevaron a una exposición de un ses, y yo participaba de uno en el que No sé cómo responder a tu pregun-
definición. Mi vida no es nada épica: como los de Rodrigo Blanco Calde- instituto sobre las variantes del es- convivía la modernidad tecnológica ta. Ya los críticos encontrarán los tér-
soy una persona que escribe muchas rón, Karina Sáinz Borgo, Alejandro pañol. Había una muestra sonora del más potente con una ruralidad ape- minos más adecuados. Mejor pienso
horas al día; durante mucho tiempo Castro, Oriette D’Angelo, Santiago español de cada país, quedé espanta- nas olvidada. Un universo femenino, en Galdós, que por otro lado, fue un
lo hice en Caracas o en Barquisimeto, Acosta, Christian Díaz Yepes, Luis do al escuchar que la nuestra era un de mujeres abandonadas, de fantas- canario que hizo de Madrid su casa,
ahora lo hago en Madrid. Yslas, para hablarte de los más jóve- discurso del canalla de Sabaneta. No mas, apariciones y brujas que reco- es decir, un migrante…
6 Papel Literario el nacional Domingo 29 De marzo de 2020

CRÍTICA >> FICCIONES QUE DEBATEN NUESTRO TIEMPO

Dos novelas, Degenerado, de Ariana


Harwicz (Argentina, 1977), y Nefando,
de Mónica Ojeda (Ecuador, 1988),
desempolvan viejas controversias literarias:
escritura y feminidad, cuerpo y autoría

Escribir
mujer
Manuel Gerardo Sánchez ridas abiertas que no justifican sus sexuales, quienes por su tintero de fa más perversa: el descrédito a las Fríos y bonitos... (Revienta el queji-
crímenes: el desamor y la ausencia colores “abdican de virilidades” en dotes artísticas de las muchachas do de una loba blanca que se rehúsa
“He visto mujeres muy bonitas que materna. Amén de la grima y de la su ensueño “invertido”. que se sumían en estudios y poéti- a amamantar) ¿Qué es entonces una
parecen niñas, pero no son niñas, crispación que pudiera ocasionar, es- A continuación se ponen sobre la cas. Según las apreciaciones de los autora que escribe de pedofilia o de
son adultas. Una niña no tiene na- te extracto de Degenerado sirve de ex- mesa algunos desaires que, hasta no maestros ascendidos, ellas no fabu- un videojuego sexual oculto en las
da de más ni de menos, es perfección cusa para volver a formulaciones que hacía mucho, la crítica misógina – laban ni narraban, si acaso zurcían corrientes lúbricas de la deep web?
armónica, una alegría desinhibida, han suscitado debates no solo en au- acostumbrada a piropear solo cuando palabras. Al igual que bordaban flo- “¿Por qué escribir y no salir a ju-
la gloria en la tierra, una plegaria las académicas, sino también en cír- descubría las voluptuosidades de un res de croché, tejían lindas cartas, gar, a correr, a coger? Había que por-
sensual. Mi líder les da de comer a culos de lectores: “¿Cómo es que una escote fauvista– porfiaba cuando se diarios y biografías, “sus géneros nografiar la vida para decir lo que el
sus roedores en una casa en Holan- mujer escribe como una mujer?”, se volteaba hacia una autora. En su fir- por antonomasia”, el punto de cruz insistente recubrimiento-cuna-de-to-
da, cómo borrar las huellas del de- interroga la investigadora Patricia meza por subordinarla, de reducirla y el canutillo. Urgidas por el arreba- das-las-culturas no se atrevía a pro-
seo pedófilo. Los niños alados. Puedo Spacks en La imaginación femenina. al “bello sexo”, como se la llamaba co- to espontáneo, por el impulso sen- nunciar. Escribir era una forma de
comenzar a sentir algo con un niño Dar respuesta a este interrogante múnmente en el siglo XIX, y de confi- timental que incita al llanto y a la apuntar con el dedo. No se podía no-
de seis años. No puedes penetrar a obligaría a la revisión de siglos de narla en el hogar, la dama que osaba letra en la hoja en blanco, compo- velar el desmoronamiento a través de
un niño de tres, de cuatro años pe- tradición. Sí, siglos. Miles de pági- zangolotear la pluma en lugar de la nían memorias pero jamás poesía… la tecnología del vestido. Era su forma
ro depende de lo que el niño quiera. nas, que se aglomeran y mustian en escoba desafiaba el orden patriarcal porque el arte deliberado, la obra de herirse y de culpar a otros de sus
Siempre lleva una toalla, la vas a ne- los estantes de las bibliotecas, dan porque la situaba lejos del seno fami- literaria, la intencionalidad estéti- llagas verbales. El problema es que
cesitar para limpiar cualquier rastro cuenta de las facultades intelectua- liar y del ámbito privado –donde de- ca por encima del rapto apasiona- nadie sabe decir lo que no se ha dicho
que quede en la vagina de la niña. les y literarias de ellas. Prodigali- bía reinar con prudencia y sacrificio. do estaban reservados al cacumen nunca. (…) Los límites del lenguaje
Cómo se controla lo sexual. Cómo se dad que se refresca con las nuevas Además transgredía, según Planté, e intelecto masculinos. La actividad son nuestros abismos. (…) El escritor
controla lo que sea verdaderamente olas del feminismo y con el fragor de “las divisiones sobre las que se funda creativa era un privilegio para él. El pensaba –en su columna marchita–
humano. Cómo controlás el deseo de las rimas de “Un violador en tu ca- el sujeto y lo humano, que los discur- gran artista, el demiurgo de lo bello, sobre lo literarias que eran aquellas
una señora de aplastar el hocico de mino”. Como señalara la narradora sos científicos (biológicos, médicos, el sabio que obraba cultura lo mis- oraciones para luego concluir que la
su perro en su vagina, del marido de venezolana Michelle Roche en la re- naturalistas) suponen conformados mo que forjaba progreso. En cam- literatura emergía de la necesidad y
mirar, de eyacular sobre el lomo del vista Colofón: “Ni el #MeToo ni la ra- por ‘dos especies’ jerárquicas, ‘cada bio ellas, si acaso conseguían algo que el escritor, o sea, él, era el que,
animal doméstico. Es algo que nin- bia de las millenials son las razones una con su funcionamiento fisiológi- con sus libros era un poco de gra- embarrado en el miedo, sentía la pul-
guno de ustedes que nos condenan para la aparente popularidad de las co, moral e intelectual’”. cia, ocurrencia y agudeza. Jean-Ja- sión de contar lo que ocurría a su al-
y nos acosan sabe responder, uste- escritoras. Ellas no han salido de la De acuerdo a esta lógica, ¿cuál cques Rousseau, que propugnaba la rededor”. Discurre un personaje de
des que no nos dan respuestas, solo nada ni han sido ‘descubiertas’”. Sin era, por ejemplo, el funcionamiento bondad como condición inherente Nefando, roman de la ecuatoriana
se dedican a lo más fácil, a lo más embargo, no dejan de ser ciertos los de una recién casada o de una sol- del hombre, ya envenenado por su Mónica Ojeda. Publicado en 2016, es-
pueril, nos oprimen y nos recluyen, velos, los desprecios y las proscrip- tera en edad de merecer? Además delirio persecutorio, aseguró con te título la elevó a firmamentos como
nos borran la cara en las entrevistas, ciones que, en su ejercicio profesio- de la abnegación, de la devoción al altanería y mezquindad en La lettre una de las voces más representativas
nos pintan las casas, nos desaprue- nal de la escritura, han sufrido du- Padrenuestro y de la obediencia sin a d’Alembert sur les spectacles: “La de la literatura hispanoamericana
ban por retorcidos, tampoco es una rante años y años. Fuentes teóricas rechistar, la maternidad despunta- mujeres, en general, no muestran de actual. Historias caleidoscópicas de
mala cualidad, pero con nosotros na- como Essai sur la femme auteur de ba como la característica principal manera alguna apreciación ni habi- seis jóvenes que se relamen y se hun-
cerán miles de pedófilos nuevos. A Christine Planté, Cómo acabar con de su naturaleza. Entendida, asimis- lidad. Podrán tener éxito en algunas den en temas como violencia, cuer-
cada hora una mujer está pariendo la escritura de las mujeres de Joanna mo, como la categoría antípoda de la obras cortas que solo requieren de pos diversos, dispositivos de control
uno en su casa”. Russ o el clásico de Peggy Kamuf Es- creación. Alejada de las labores de ligereza, gusto, a veces incluso filo- y de biopoder –como diría Foucault–,
Luego de leer la cita, algunos pega- cribir como mujer, por nombrar unos parto, la profesora Susan Stanford sofía y razonamiento. Pero el fuego pederastia y pornografía infantil, en-
rán un grito al cielo. Otros alzarán pocos de la abundante bibliografía a Friedman alumbra: “la creación celestial que calienta y envuelve el tre otros.
sus ascos y amonestaciones. Su des- disposición del interesado, ponen es el acto de la mente que trae algo alma, esa elocuencia que quema, Una mujer que cuenta horrores y
agrado los llevará a preguntarse con en evidencia los agravios. Una ma- nuevo a la existencia. La procrea- esos arrebatos sublimes que trans- roturas psíquicas, que habla de pus
gazmoñería: ¿quién escribe de pedó- rabunta de atropellos hormiguea en ción es el acto del cuerpo que repro- miten delicias a los cimientos mis- y de eyaculaciones ajenas, que des-
filos? ¿Por qué retratar semejante las cuevas del canon literario, cuyas duce la especie. Un hombre concibe mos del alma estarán ausentes en cribe clítoris y ulceraciones éticas
aberración en un libro? El repudio cabezas ensombreradas devalúan el una idea en el cerebro mientras que la escritura realizada por mujeres. no es una criatura presuntuosa, una
empaña y deseca razones. Más allá genio que no se perfuma o atufa con la mujer concibe un niño en el úte- Sus escritos son fríos y bonitos co- loca o una frívola con la pintura de
de las respuestas que relampaguean testosterona –incluido el de homo- ro”. Este análisis asoma una engañi- mo ellas”. labios frente al espejo, tampoco es
en el texto mismo, “Cómo se contro- “una marisabidilla con la manía de
la lo que sea verdaderamente huma- garabatear”, como satirizó alguna
no”, lo cierto es que el párrafo ante- vez Alexander Pope según Virginia
rior no pone al trasluz la identidad Woolf en Una habitación propia, no.
y mucho menos el género de quien Hoy una mujer que escribe sin mo-
lo hubo escrito. ¡Es verdad! Género e ralinas es una magnífica herejía. Es
identidad son conceptos que produ- un ser excepcional que rompe atadu-
cen no pocos cuestionamientos, re- ras, dogmas, tacones y expectativas.
futaciones y pelusillas metodológi- Pero sobre todas las posibilidades de
cas. Construcciones sociales aparte, enunciación, es un monstruo. No por-
Butler dixit, es imposible saber si fue que lo femenino sea lo más próximo
un hombre o una mujer el hacedor a la animalidad. Ella con su autori-
o la hacedora a menos de que, para dad cambia y reacomoda conceptos,
liberar demonios y expiar dudas, se con su trabajo conquista grandezas.
acuda a lo obvio: la firma que pesta- Necesita mucho más que dinero y un
ñea en el centro de la portada. Sin cuartico propio y lucha por ello. Tan-
embargo, este recurso –rayano en el to Harwicz como Ojeda –dos nombres
determinismo biológico– resultaría de una lista interminable– quiebran
ordinario para un lector moderno y órdenes y elevan valores que definen
avezado. o redefinen existencias. Aquello que,
Las líneas introductorias pertene- como apostillara Planté, “constituye
cen a la novela Degenerado de la ar- ‘lo más grande y lo más humano de
gentina Ariana Harwicz. Publicada la humanidad’ y que hace del hombre
en junio de 2019, la historia da cuen- un ‘genio’: la excepción, la libertad y
ta del proceso judicial de un sujeto la singularidad”.
acusado de pedofilia, secuestro y ho-
micidio. El protagonista –quien rela- *Degenerado. Adriana Harwicz. Editorial
ta en primera persona– rememora y Anagrama. España, 2019.
también diserta sobre la ontología *Nefando. Mónica Ojeda. Editorial Can-
de sus sufrimientos y sobre las he- Manuel Gerardo Sánchez / digopalabratxt.com daya. España, 2016.
el nacional Domingo 29 de marzo de 2020
Papel Literario 7

Los reflectores encienden las caras Veo comunistas: La invasión de los ladrones de cuerpos
de los muertos flotando por el río Se corre la voz: a la gente corriente le pasa algo. Se ven, mueven,
Estrellas flotando en la noche. hablan como siempre y sin embargo, parecen ausentes. Mi
Las excavadoras los recogen con sus brazos acunados padre no parece mi padre, mi vecina no parece ella. En La
y los mecen hasta el asfalto abierto invasión de los ladrones de cuerpos aparecen de un momento
de esta ciudad que los quiere a todos para ella a otro en las casas grandes vainas verdes que guardan una
como una madre egoísta. réplica de cada ciudadano, pero vacía: una cáscara, a shell,
dice Roger Ebert. Cuando la ideología te ha tomado, invadido,
Debajo del asfalto hay charcos de sangre robado el cuerpo –y la mente, y el alma–, el nuevo no-ser resulta
percolación profunda de sangre intercambiable, indistinto; será siempre consigna, propaganda.
penetrando la tierra. Hablas con uno, y has hablado con todos. Habla la ideología.
Guillermo Cabrera Infante comenta que La invasión no tiene
No sueña otra manera de verse sino como una película anti totalitaria.
escapa. El horror viene de estar rodeado por un mundo de seres que
Se le volvió abandono la fuga. parecen los de siempre pero que en realidad son hostiles y
Sobre puentes de hilillos de sangre cruza el Atlántico. procuran nuestra extinción. Estos seres, alienados hasta la
Adiós lo dejo todo homogeneización, suplantan a las personas casi pasando
no me llevo nada. inadvertidos, pero hay algo, una mirada hueca, una disposición
Ceniza en las maletas a la disolución, que levanta sospechas. Señala Yuri Bezmenov el
gravilla y arena primer nivel de la subversión ideológica comunista revelando a
junto al cemento húmedo corazón. Occidente la estrategia de la que fue agente: la desmoralización
de la sociedad. En La invasión, esta desmoralización hace de los
hombres un cuerpo vacío, a quienes se les enfrenta una y otra
Miriam Reyes
vez con la verdad, la realidad, sin manera alguna de sacarles
del trance, de exorcizarles. Y qué mejor manera que suplantar

H
al ser “por el perfecto símil sin ser”, como dice Cabrera Infante,
que la ideología que sustrae toda sacralidad, trascendencia y
ay noches en que el Universo pronuncia tu nombre bajito libertad a los hombres.
como para que nadie más que tú lo escuche
noches en que el amor recorre las habitaciones de la casa Narcisa García
y al pasar por la tuya enciende la luz y no te ve

Hay noches en que los pensamientos más bajos no te abandonan


y en que el sueño no es reparador
Por lo que queda
ni te obsequia una limosna de falsa felicidad Al círculo de hormigas
Noches en que el corazón abre su boca
y te muestra su calle más oscura Y ahora, para colmo, esta resistencia a escribir.
Tomas el teléfono y la voz al otro lado de la línea Fotograma de La invasión de los usurpadores de cuerpos (1956)
Esta ridiculez de llorar con cualquier poema.
te recuerda lo que has dejado en los paréntesis de tu libro Las huidas al baño, para no hacer el ridículo.
La esperanza es una palabra extraña La imposibilidad de acercarme a Hanni.
que ha puesto sus ojos en otra ciudad Estas idas al cine sin sentido.
distante
pues como siempre ha olvidado tus señas
Sola, aunque no lo note, y sin sentido. anti postales
Esas noches sin fondo son buenas para despedirse
Este afán de recoger hasta el último fragmento. porteñas II
Esta desconcentración total.
pues un buen libro Tener que apagar hasta la música de fondo. Caminé 10k y gasté un montón de dinero en transporte
o la película que seleccionaste para ver Nunca quedarme a poner orden de verdad. público por no entender la ciudad. No termino de
habitan en un sendero paralelo Esta sed de soledad, comprender qué le permite al transeúnte ubicarse. No hay
a esta dimensión paradójica indolencia y soledad. una montaña que me diga dónde está el norte, solo hay un
territorio que se extiende por las avenidas que lo atraviesan
Son noches para esconder tu cadáver Esta comunión inverosímil con extraños. y unos números que me permiten saber la altura en la que
y que solo sea hallado cuando la embriaguez de los otros Este desconocimiento de las almas espéjicas. estoy. Pero aquí la gente no habla así. Pregunto: ¿a qué
ya no sea Tanta, tanta resistencia. altura estamos? Y me doy cuenta de que no estoy usando las
Lejanía de indiferencia, en el dolor. Frivolidad. palabras apropiadas, porque no hay altura en un territorio
En esos momentos la vida y el amor nos miran sin indulgencia
Banalidad hermosa, pero banalidad. plano, más allá de la altura vertical que apunta hacia el
pues nunca fuimos habitantes confiables de sus casas
(Lo dice mi niño... Coexistimos con ella: qué más da). cielo azul intenso o, como hoy, plateado y blanco. Fantaseo
Esta noche está llena de sótanos con el lenguaje, las palabras y su interpretación: ¿cómo
de laberintos en cuyo centro suena mi pregunta –para dónde me queda el norte– en el
hay un papel arrugado con este tiempo perdido que eres Esta imposibilidad de escribir un poema. oído de cualquier porteño? A lo que todos responden: “¿pero
Un simple y llano poema. a dónde tenés que ir?” Luego, de rebote, pienso: ¿a dónde
Detente conductor tengo llegar? Y si respondo con sinceridad, conscientemente,
que me bajo en la próxima parada Uno siquiera. me digo que no sé. Pero si le presto más atención a mis
da igual la que sea palabras, que hablan por mí y que me revelan muchas más
no voy a ninguna parte Y escribirlo aún. Por lo que queda. cosas que la luz de la razón…

Miguel Marcotrigiano L. Graciela Yáñez Vicentini Rebeca Martínez

CRÓNICA >> POESÍA E INTIMIDAD “Nada sugiere, como el silencio, el sentimiento de los espacios
ilimitados (...). Los ríos colorean su extensión y le dan una es-
pecie de cuerpo sonoro (...) es la sensación de lo vasto, de lo pro-

La casa que me habita fundo, de lo ilimitado, que se apodera de nosotros en el silencio.


Me invadió, y fui, durante unos minutos confundido con la paz
nocturna. La paz tenía un cuerpo. Prendido en la noche. Hecho
de la noche. Un cuerpo real. Un cuerpo inmóvil. Luego viene la
“Las fuerzas del cielo se desatan y angustia cósmica que preludia la tempestad. Se abren las gar-
gantas del viento”.
somos como las ramas indefensas Las fuerzas del cielo se desatan y somos como las ramas inde-
fensas de un gran árbol. Ah, pero la casa nos protege, nos guar-
de un gran árbol. Ah, pero la da, la habitación nos arropa y nos abraza para que nada ma-
casa nos protege, nos guarda, la lo nos suceda. La casa adquiere la entidad de un ser amable y
protector.
habitación nos arropa y nos abraza La casa, sea humilde o lujosa, es una de las cosas más preciadas
que tenemos. Así sea una habitación, nuestra habitación, ella es
para que nada malo nos suceda” la madre que nos arropa en la oscuridad amenazante.
Cuánto debo agradecer a mis abuelos y a mis padres el haber-
Carmen Cristina Wolf me proporcionado una casa acogedora, con su corredor para ju-
gar, la máquina de escribir, el viejo radio Singer, las hamacas, la
Cuando me invade el temor o el desasosiego ante la amenaza de biblioteca del abuelo... Sobre todo, el patio, con su árbol de man-
los tiempos actuales, vuelvo a leer a Baudelaire, en su libro Los go, que nos parecía tan grande. Una casa con techo a dos aguas,
Paraísos Artificiales, quien describe la felicidad de su personaje de tejas verdaderas, de ventanas sin rejas. En lugar de muro, un
Thomas de Quincey, resguardado en su habitación y leyendo a seto de arbustos y cayenas. Porque no había nada que temer. Hoy
Kant, mientras afuera la nieve había decidido cubrir el mundo recuerdo la casa del abuelo, con su serena sabiduría, siempre
y pregunta: “Una agradable habitación, ¿no hace más poético el enseñándonos gramática y literatura.
invierno, ¿y no aumenta el invierno la poesía en la habitación?”. Amo mi casa del recuerdo, con su ausencia de pretensiones
En este país del trópico donde la nieve nos ignora, me refiero y sobre todo mi habitacion, testigo de tanto escribir poemas y
Carmen Cristina Wolf / Archivo notas sin importancia. Y tengo presente a Virginia Woolf, pa-
al tema por cuanto una tormenta de nieve no podría equiparar-
se a los peligros de la noche en nuestra ciudad, aún más feroces “Por qué arrastrarme a esos torbellinos ra quien la felicidad y realización de una mujer consistía en
que las tormentas, sobre todo cuando la luna se esconde en la de confusión y luces? disponer de treinta libras al año y una habitación propia. Es
negrura. A eso debo añadir las noches en que permanecemos sin No quiero ya mirar vuestra locura. bastante.
energía eléctrica, que se han vuelto habituales en este año 2019 Yo quiero, como un niño, enfermo y en su estancia, A manera de conclusión, no puedo dejar de referirme a las
debido al llamado socialismo del siglo XXI. solitario, secreta la sonrisa, otras casas, la de los sueños, la casa de la poesía y la casa del al-
Ante semejantes amenazas, es mejor quedarse en la habitación erigir día tras día ensueños suavemente”. ma, no una de ladrillos y adobe, sino aquella a la que se refirió
a resguardo de aquellos seres que han perdido la conciencia y no (De Primeras Poesías) Cristo cuando dijo: “El Reino de Dios está en vosotros”. Cuando
nos ven como sus hermanos. pienso en ellas me siento dueña de un tesoro invalorable.
El poeta Rilke, se siente sobrecogido en medio de la tormenta y Bachelard, en su Poética del espacio, le otorga entidad a la ca-
escribe: “¿Sabes tú que en la ciudad me asustan esos huracanes sa, refiriéndose al “drama cósmico” que esta debe sobrellevar, *Texto escrito como prefacio al libro inédito La casa que me habita.
nocturnos? Diríase que, en su orgullo, los elementos ni siquiera personificada en un cuerpo que siente y sufre. Él prepara el Carmen Cristina Wolf es autora de ocho libros de poesía y de numerosos
nos ven”. Y en uno de sus poemas, nos dice: momento de la tempestad recreando la inmensidad del silencio: ensayos. Es Directora Ejecutiva del Círculo de Escritores de Venezuela.
8 Papel Literario el nacional Domingo 29 De marzo de 2020

Agnus Dei (1635-1640. Óleo sobre lienzo, 37,3 x 62 cm), de Francisco de Zurbarán / ©Museo Nacional del Prado

Alba Rosa Hernández Bossio


Celebración
“...me abalancé sobre ti como quien se lanza al océano sin miedo, la última rosa del rosal que yo ha-
bía sembrado en enero para ti. En-
…y cuando nuevamente
llegue la hora del amor,
verifiqué tu piel, tus ojos lustrosos, tu corazón latiendo, y en tonces yo me vine riendo hacia ti,
que debías haber tenido la cara del
mis sentidos habituados a ti, silencio, reteniendo las palabras propicias para abrir nuestro cordero el primer día de su llegada,
estarán olvidándote de nuevo. y te dije ahora faltaría que cuando
Esta es mi bienamada encuentro, me apresuré hacia aquella pizarra donde estaban mis venga el cordero se espante con la
Walter Benton
mandamientos para el día juntos” lluvia y se acostumbre demasiado a
los terrones de azúcar inglesa que

N
unca conocí a aquel cordero parecían piedritas abrillantadas,
que iba a acompañarte en el que yo reunía para él de todas las
pequeño taller donde traba- rar si esa era la lengua que hablabas na que tenía tus martes y tus jueves, to inmundo el leve balido del corde- confiterías de la ciudad para dejar-
jabas las piedras, los colo- con el cordero, con aquellas vocales la única que trasgredía esa puerta ro que me hubiera despertado desde las regadas entre el pasto de su pa-
res, la música y el silencio; de donde largas y sostenidas que se prolonga- cuando eras tú quien me llevaba y la cualquier parte de la ciudad. tio. Y eso parecía tan cómico y daba
apenas te aventurabas a salir para ban sin detenerse como si se tratara cerraba tras nosotros. Pero un día, aquel día que no sé si tanta risa que con ella pude mirar
enfrentarte al ruido de los autos que siempre de una música sin final. Entonces prendíamos tus lampa- anotaste en tu agenda, atravesé el jar- tu rostro todavía fijo en la rosa, y
pasaban a más de sesenta kilómetros Pero, si lo hubiera conocido, no creo ritas polinesias, encendíamos el in- dín interminable, oí tu llave de oro yo mirándote sonreída, perdiéndose
por hora, indetenibles, continuos, por que el cordero hubiera sido un estor- cienso y escogíamos la música del brillante abriendo la reja de tu puer- mi imagen, sin el cordero, sin que
delante de tu morada sumergida en bo para mí, la única persona que vi- momento. A veces tú preferías que ta, olí la lluvia de nuestro jueves con se apagara mi risa, con mis labios
la pequeña troja de flores amarillas sitaba tu espacio en los días impares, yo cantara canciones en griego jóni- mi vestido de hilo rojo, mis cabellos rosados húmedos rozando tu meji-
–campanas de miel las llamabas tú–, sobre todo el jueves, según el pacto co del siglo VII mientras, en la tina de reunidos en la nuca como a ti a veces lla, con mis dedos largos y cándidos
al borde peligroso de la acera, con el convenido entre nosotros. Entonces, madera que llenábamos de agua con te gustaban, mis manos frágiles dis- presintiendo tu piel, con mis pier-
pipote de basura, el poste torcido de luego de atravesar el mínimo jardín la manguera del patiecito del corde- puestas ya a reconquistar tu cuerpo, nas ligeras recién asoleadas lleván-
la luz, el árbol negro asfixiado en su delantero, que a mí me parecía in- ro, nos enjabonábamos con vetiver, me abalancé sobre ti como quien se dome lejos de ti, con mis zapatos de
pequeño círculo de tierra, apagándo- terminable, entraba a tu estudio que nos uníamos tan nítidos, tan compe- lanza al océano sin miedo, verifiqué tela entre tu sendero de piedras que
se, temiendo el vendaval de la ciudad. siempre tenía el olor de la lluvia y tú netrados, nuestros cabellos confundi- tu piel, tus ojos lustrosos, tu corazón siempre me recordó a Hansel y Gre-
Ningún pasante nunca sospechó que me abrías la puerta con aquella llave dos en negro y rubio entre el agua, latiendo, y en silencio, reteniendo las tel, y que terminaba luego de la en-
estaba corriendo frente a tu puerta, a dorada que tú hiciste, y yo me abalan- la música y los balidos del cordero. Y palabras propicias para abrir nuestro redadera enmalezada de la entrada,
la entrada de tu gruta húmeda, llena zaba sobre ti para probar los nuevos después, los dos con nuestras batas encuentro, me apresuré hacia aque- en la acera con el pipote de basura,
de raíces y de musgo. modos de tocarte que había imagina- blancas de algodón en la cama de ce- lla pizarra donde estaban mis man- el anuncio de la cerveza enfrente, el
Aquel día, cuando no te vi traer- do cuando no estaba contigo, sino en dro que tallaste, con tu cabeza repo- damiento para el día juntos, los se- poste torcido de la luz, el árbol ne-
lo, sé que entró resbalando entre el lunes de la gente y la conversación sando segura en la almohada de lino, ñalados para mí allí donde con tizas gro consumido presenciando día a
tus muebles, cruzando rápido todo que me tapaban tu voz y tu cuerpo. tus ojos al fin cerrados y mis dedos de colores me escribías las tareas de día el tráfico de tu calle.
el largo de ese garaje que tú habías No. No hubiera sido para mí nin- sosteniendo tu sueño. nuestro tiempo. Y ahora que he pasado millones y
habilitado para trabajar y escon- gún problema el cordero. Creo que lo Yo sé que tú sabrías cuidar el cor- Pero aquí se cortó ese día, a las cua- millones de veces por tu pequeño ta-
derte, tropezando entre tus piedras, hubiera amado tanto como tú, creo dero como sabías hacer todos los ofi- tro y cinco de la tarde con veinticuatro ller, por esa grieta como un relám-
sobresaltado ante la última pared. que también lo hubiera acariciado al cios. Seguramente podías pasar de di- segundos, en esa hora que no sé si tú pago entre los dos edificios, no he lo-
Tampoco recuerdo que yo, luego de entrar y que luego de leer en la piza- bujar silencioso largas horas con tus también anotaste en algún rincón de grado divisarte perdido detrás de ese
reírme con la ternura que me daba rra tus mandamientos para mi tiem- pinceles japoneses, a preparar tus co- tu memoria o en tu libreta de apuntes jardín terminable, ni he logrado oír
encontrar ese animal tan débil y tan po contigo, para esas cinco horas lores, mezclar tus arcillas, modelar pero que debe estar en alguna parte el balido del cordero, ni la música de
lejos de lo suyo, que se apretaba con- que pasábamos juntos, me hubiera las piedras que conseguías cuando de suelta esperando tu recuerdo, ese día tu flauta para aplacarlo, ni he vuel-
tra los muros blancos, sin reconocer acompañado su corretear mientras noche te ibas con tu jeep a buscarlas. en que leí la única palabra que escri- to a oír nunca jamás aquel dialecto
ningún verde que pudiera salvarlo, te yo limpiaba y podaba tu huerto, co- Cuando te ibas en esos viajes, segu- biste para mí D é j a m e s o l o, y yo suahili que hablabas solo y con él, ni
haya visto acercarte y comenzar a ha- piaba tus manuscritos, te ayudaba a ramente te habrías llevado el cordero pensé que era la palabra más larga he visto más aquellas piedras con las
blarle en aquella extraña lengua que macerar los colores minerales, lava- y yo habría pasado miles de veces al que se había inventado y no había ma- cuales inventabas otra geología, ni he
aprendiste en Polinesia, y que el cor- ba tu ropa y la guardaba en baúles de día por tu calle en mi auto entre las nera de terminarla de leer, de agotar vuelto a oler el incienso y el sándalo,
dero se alzara del suelo llevado por sándalo, preparaba con nuevas espe- dos filas que corrían veloces, yo tam- sus letras por más que me apresura- ni he sentido llover el agua de nues-
tu voz hasta tus manos que lo soba- cies tus comidas vegetales, acompa- bién a cincuenta kilómetros por hora, ra, con mi reloj marcando ya otro mi- tra tina de madera.
ban dulcemente, y entonces yo debí ñadas por las peras y los higos que el mínimo de velocidad que los otros nuto, yéndose de mi muñeca que pa- Y ahora que he tenido que guardar
haber reído aún más porque pensaba tanto amabas. me permitían, y en ese fugaz instante recía caer bajo su peso, con mi brazo la risa y he conservado mis trajes en-
que al fin habías encontrado quien te Sí. Creo que me hubiera olvidado de de mi auto frente a tu jardín escon- apoyado en la mesa, irresistiblemente cerrados en mi armario, los trajes de
entendiera. los balidos del cordero allí en el pa- dido entre la grieta de dos edificios, desierto. los martes y los jueves que han pasado
Nunca tampoco supe cómo lo lla- tio cuando llegaba el momento de en- en ese instantáneo fragmento de mi Por eso, no fue culpa mía si aún sin ti, que yo misma he cosido, y las
maste porque desde que te dio por cerrarnos en tu cuarto que tenía un mirada volcada hacia él, acechando no había terminado de leerla cuan- batas de algodón bordadas y pintadas
permanecer en silencio solo con él letrero en la puerta, pintada de rojo un signo del regreso, creyendo a ca- do sentí de nuevo el sonido de tu lla- por mí para llevártelas a las cuatro de
hablabas, en aquel dialecto suahili magenta, que decía “No pase y no to- da momento volver a oír el canto de ve dorada y tuve que volverme ha- la tarde, que será ese día cuando me
que aprendiste en el tiempo que vivis- que”, contradictorio puesto que si na- tu flauta dulce venciendo el ruido de cia ella, hacia donde estabas tú ya llamarás y hablarás diciendo todas las
te en aquella isla inalcanzable. Pero die entraba, nadie podía tocar nada, los motores continuos, yo sé que hu- apoyado en la reja verde que mante- letras de mi nombre para decirme…
no tendría ningún testigo para asegu- pero que yo respetaba, la única perso- biera podido escuchar entre el asfal- nías abierta mientras contemplabas h a l l e g a d o e l c o r d e r o. V e n t e.

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