9 - Caetano y Rilla 79-110

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18 Historia del Uruguay - Materias Comunes

Obligatorio
20 Copias CARMEN APPRATTO / LUCILA ARTAGAVEYTIA / DANILO ASTORI /
GEftARDO CAETANO / MARÍA CAMOU / JOSÉ LUIS CASTAGNOLA /
CARLOS DEMASI / CARLOS FILGUEIRA / MIRIELA LACUESTA /
PABLO MIERES / ADELA PELLEGRINO / ROMEO PÉREZ /
JOSÉ RILLA / GRACIELA SAPRIZA / CARLOS ZUBILLAGA

EL URUGU
LA DICTADURA
(1973-1985)

BANDA ORIENTAL
www.serviciosdelcecso.blogspot.com / sercecso@fcs.edu.uy
Fotocopiadora: 2410 6720 (208 / 218)Por trabajos: pedidosercecso@gmail.comCantina & Cafetería: 2410 6720 (220) Material disponible en los Servicios del CECSo
Los dibujos e ilustraciones que acompañan esta edición tienen su origen en el archivo de Ediciones de la Banda
Oriental, en los libros Enciclopedia Uruguaya (Ed. Arca-Editores fteunidos), Testimonio de una nación agredida,
De las Fuerzas Armadas al Pueblo Oriental (2 tomos), El -Uruguay de Nuestro Tiempo (Claeh), El Día. 1886-1891:
95 años al servicio de la Libertad <El Día), Uruguay. Mi Historia (El Observador, 1998), Historia del Uruguay en
imágenes (El País, 1996), Documento de la Historia (2 tomos, El País, 1998), Alfredo Testoni (Miguel Carbajal —
coordinador— y otros. Galería Latina-Testoni Studios Ediciones, 2003); en los semanarios y revistas "El Soldado",
"Marcha",. "Centro", "Opción", "Aquí", "Cuadernos del Tercer Mundo", "La Democracia", "Noticias", "Mate Amargo",
"Brecha" y en los diarios "El País" y 'El Observador" de Montevideo. Los encuadres originales sufrieron, en
muchos casos, alteraciones requeridas por razones de diagramación del presente libro.

Edición gráfica:
Isabelino Villa

ISBN 9974-1-0325-8

EDICIONES DE lA BANDA ORIENTAL S.R.L.


Gaboto 1582 - Tel.: 408 3206 — 401 0164 - Fax: 409 8138
11.200- Montevideo, Uruguay.
E-mail: ebo@chasque.net
Queda hecha,eirJepósito que marca la ley
Impreso en el Uruguay - 2004
'La era militar*
Gerardo Caetano - José Rilla

El trabajo que presentamos procura sintetizar una Durante el primer período, el de la llamada "dic-
interpretación del largo y complejo proceso dictato- tadura comisariar', lo políticamente distintivo po-
rial que vivió la sociedad uruguaya entre 1973 y 1985. dría sintetizarse, en esa perspectiva, como la caren-
Dado el carácter de divulgación masiva de esta co- cia de un proyecto político propio del régimen, su-
lección se ha buscado ofrecer una estructura simple, mado a una intención manifiesta de "poner la casa
con una primera parte que hace hincapié en los suce- en orden", para reconstruir luego una vida política
sos históricos y una segunda que aporta pistas y ele- "saneada", más o menos democrática.
mentos de carácter predominantemente analítico e En 1976 se opera un cambio cualitativo del ré-
interpretativo. gimen autoritario inaugurado en 1973, abriéndose la
Asimismo, se ha buscado clarificar la exposi- etapa del "ensayo fundacional", en la que se busca
ción mediante la utilización de un criterio de pedo- echar las bases de un nuevo orden político. Se enfatiza
dificación que pudiera funcionar a la vez como eje que en el caso uruguayo (a diferencia de lo ocurrido
orientador de todo el trabajo. Es así que hemos se- en otros países latinoamericanos) la dictadura nunca
guido la diseñada por el politólogo uruguayo Luis E. había llegado a configurar un verdadero "proyecto
Gónzález, la que en su parte medular plantea que los fundacional", por lo que se prefiere hablar tan solo
doce años del régimen autoritario uruguayo recono- de "ensayo".
cerían tres etapas claramente distinguibles: En esa misma dirección, el proyecto de reforma
1) la etapa de la "dictadura comisarial", entre constitucional plebiscitado en 1980 habría configu-
1973 y 1976; rado el modelo final del "orden político" ideado por
2) una segunda que dicho autor denomina del el régimen. Su rechazo, a/tiempo de cerrar definiti-
"ensayo fundacional", que se prolonga hasta 1980; vamente el "ensayo fundacional", abrió el campo a
3) y la última, dominada por la "transición de- la "transición" hacia la democracia.
mocrática", que concluye formalmente –aunque no Lo "comisarial", "fundacional" y "transicional",
en muchos aspectos sustantivos– con la asunción de además de referir –como veremos– a los énfasis de
las autoridades legítimas en 1985. cada una de esas etapas señaladas, fueron tendencias
El registro de estas tres etapas sucesivas permi- que de algún modo siempre coexistieron dentro del
te a nuestro juicio una aproximación valedera a lo régimen. La dictadura, en este sentido, osciló con fre-
que constituyó la trama y el itinerario fundamentales cuencia entre lo restaurador y lo innovador, entre la
del régimen militar, al tiempo que hace referencia a vuelta a "lo viejo" y la "fundación" de "lo nuevo",
la evolución en las respuestas de la sociedad civil en un juego pendular que muchas veces sustentó
ante los desafíos propios de los cambios de contexto. marchas y contramarchas en diversos niveles de la
A su vez, cada una de esas tres etapas se identifica política gubernamental. En esa perspectiva interpre-
con "momentos" y "proyectos" especialmente signi- tativa es que se inscriben fundamentalmente las pá-
ficativos del período de la dictadura. ginas que siguen.

* Este texto resume la primera versión de un trabajo escrito en 1987, en el marco de una investigación realizada por los
autores en el CLAEH y publicada ese año por Ediciones deis Banda Oriental con el título Breve Historia de la Dictadura. Fue
reeditada por EBO-Grupo Editor, con ajustes y ampliaciones en 1998, y se lo ha revisado nuevamente para su publicación en
este libro en el año 2002.

—79—
Durante los últimos años desde la restauración las denuncias sobre torturas, se decretaban clausuras nifestaba su oposición pero deslindando toda vincu- MONTEVIDEO/ AiX0 XXXV/30 CE JUN0 CE 1923 /NulAERO 16.9

PRECIO: EN URUGUAY SISO. EN ARGENTINA 250
democrática, la historiografía, el análisis político y y secuestros de órganos de prensa nacionales y ar- lación posible con el Frente Amplio. En el Partido
soCioecoriómico (así como también otras miradas
aportadas por la literatura testimonial e incluso de
ficción), han avanzado en el conocimiento del pe-
ríodo. Sin embargo, más allá del valor empírico e
interpretativo de estos aportes es mucho lo que resta
gentinos, se producían atentados de grupos de extre-
ma derecha en centros de enseñanza media, entre
otras manifestaciones dramáticas de la crisis.
El 15 de mayo de aquel año, expresando cabal-
mente el giro de los acontecimientos, el Gral. (r.)
Nacional, el apoyo de su derecha al golpe de Estado
era notoriamente superado por el repudio explicitado
por los mayoritarios movimientos Por la Patria
(Wilson Ferreira Aldunate) y de Rocha (Carlos Julio
Pereyra), que convergían de ese modo con el Frente
MARCHA1-'4
por investigar acerca de la dictadura militar en el Mario Aguerrondo, de militancia nacionalista y gran Amplio en explícitas acciones de resistencia. En ese
Uruguay. predicamento en círculos golpistas, anunciaba su marco se inscribieron las "Bases para la salida de la
desvinculación de la actividad partidaria en virtud actual situación", que dichos grupos políticos lanza-
de "la falta de organización para combatir la co- ron a la opinión pública el 5 de julio y que reclama-
rrupción e infiltración y en la insistencia de un libe- ban: restablecimiento de libertades y derechos; reac-
ralismo sin ninguna vigencia..." tivación de los partidos y los gremios; recuperación
El "orden" autoritario (1973- 1976) de salarios y pasividades; promoción de un progra-
El golpe de Estado y la primera resistencia ma mínimo de transformaciones económicas; y por
La caída de las instituciones último, instalación de una asamblea constituyente y
La "cuestión Erro" apareció como la manifesta- convocatoria a elecciones nacionales.
Hacia comienzos de los años 70, para muchos ción más palmaria del enfrentamiento entre el Poder Aquellos primeros días de julio encontraron su
113 rd &h 444:

luda - 14.144. 4444 I. C44 43...S.. 6CM.. 4 4444,44.

actores podía resultar pronosticable la perspectiva Legislativo y el Ejecutivo y el 27 de junio, el presi- inflexión decisiva en la multitudinaria manifestación 44./. - 4114 Carai. 444. 44.4 14 4 .4414.
ép.44 lu 44.4. 4444.es:

dictatorial en el sistema político uruguayo. En efec- dente Bordaberry decretó la disolución de ambas antidictatorial del día 9 por la avenida 18 de Julio .3 4..~ 4.444.aa 6.... 4444, 4.41..
4.44-4 6. 4•44 4‘414.
1) 44.4 1. nel: 41 ?da ES.* 444.4
to, la trilogía de crisis económica, social y política se Cámaras y la creación, en su lugar, de un Consejo de (duramente reprimida y en la que fue detenido, entre 1. 6 ye. 6 & LID 44. • 41,44 41444* y 6414
1.44. 4.4444.1 4. 4.44r 14 5.4.4.46 4444.
e3
concretó como corolario de un extenso período de Estado a integrarse oportunamente. Como dos caras tantos, el Gral. Liber Seregni) y en el levantamiento, 444444 mr4.4.44 • .1. .444.44. 44.44 44.4

Artinf. - Ide4.4 ■• •• 4
deterioro en las condiciones generales del país. Du- de tan conflictiva coyuntura, días antes del golpe un tras decisión mayoritaria de la dirección, de la huel- • 44.44 .4 4.4 • 1.144444 4.4. • me 44.• • 4444 14
d gnu. Iso•la atell•Tude a..fesand 1.411. • .et *A« h

rante 1973 las señas golpistas resultaban inequívo- grupo de empresarios e inversores extranjeros plan- ga general impulsada por la CNT. La huelga había
Cid .1

cas si se advertía el desembozado protagonismo mi- teaba un programa mínimo a los altos oficiales cas- dejado dos víctimas estudiantiles: Ramón Peré y 44.44•4 .44.5.44.. 4444.

litar, la debilidad parlamentaria, el juego de empates trenses: "terminar con las huelgas, despolitizar a Walter Medina.
y vetos recíprocos en el sistema político, y la agudi- los obreros y privatizar el sector público"; la misma
Cáustico título de Quijano al decreto del 27/6/73.
zación de la conflictividad social enfrentada a nue- mañana del 27, en cumplimiento de resoluciones La "normalización" del régimen
vas prácticas represivas del gobierno. antes tomadas por la CNT, miles de trabajadores ocu-
Luego de la embestida de febrero de 1973, y en paban sus lugares de trabajo (fábricas, oficinas pú- Superado el escollo de la huelga y tras frustrados mentada el 28 de noviembre con la ilegalización y
medio del desprestigio presidencial que se combina- blicas, centros de educación, entre otros) dando co- intentos oficialistas por alentar un "nuevo sindicalis- disolución de diversos partidos y movimientos (Par-
ba con diversas interpretaciones de la iniciativa cas- mienzo a la huelga general contra la dictadura. mo", la novel dictadura emprendió una fuerte ofen- tido Comunista, Partido Socialista, Unión Popular,
trense, resultó muy difícil concretar una respuesta La concreción del golpe de Estado consolidó la siva con el objetivo de desarticular las actuantes o Movimiento 26 de MarzoLltc.). La oposición al ré-
civil firmemente opositora. Si la defección del presi- posición de los actores "duros" en perjuicio de las posibles resistencias. Las disposiciones adoptadas en gimen durante aquellos meses sufrió un proceso de
dente Bordaberry resultó decisiva, mucho más lo fue supuestas posibilidades del "peruanismo" (una es- junio supusieron la suspensión sine die de las clandestinización creciente, lo que no impidió la de-
la perplejidad y hasta el entusiasmo de algunas fuer- pecie de "progresismo militar" originado en la expe- actividades de los partidos políticos, medida comple- tención de muchos dirigentes en improvisadas cár-
zas políticas y sociales, partidos y sindicatos, entre riencia de Velasco en Perú). La represión desatada
los que comenzó a circular (no sin fuertes debates evidenció claramente el curso de los hechos y hasta
internos), la consigna del "apoyo crítico". algunos confusos espacios de negociación (como el
Finalmente, la derechización de los mandos mi- que reunió a la CNT con el ministro Bolentini) fue- El 9 de julio de 1973, a
litares remarcó la autonomía de las Fuerzas Arma- las cinco de la tarde, la
ron liquidados. Tres días después del golpe de Esta- gente desbordó 18 de
das, que culminaron presionando por desafueros do, el Poder Ejecutivo decretaba la disolución de la Julio cantando el Himno y
–como los de Enrique Erro y Amficar Vasconcellos- central sindical, la clausura y confiscación de sus bie- entonando consignas,
y procesando unilateralmente a militares constitucio- nes y valores y la prisión de sus principales dirigen- formando una masa
nalistas. A pesar de que el gobierno de Bordaberry tes. Muchas fábricas y centros de trabajo fueron vio- compacta. La dura
renovaba sus frágiles apoyos políticos (confirmando lentamente desalojados; los detenidos, conducidos al represión culminó con
la presencia de las minorías nacionalistas en el estadio Cilindro Municipal tanques en la calle.
"Acuerdo Nacional"), todo el contexto confluía en Aunque con algún avance respecto a febrero, Allí fueron detenidos el
el descaecimiento institucional: algunas votaciones Gral. Libar Seregni,
volvieron a la superficie las dificultades en la consti-
clave en el Parlamento (sobre suspensión de garan- presidente del Frente
tución de un frente político antidictatorial. Los parti- Amplio, y el CN [R] Omar
tías individuales, desafuero del senador Erro, etc.) dos tradicionales evidenciaron marcadas divergen- Murdoch, que lo era del
pusieron otra vez de manifiesto el empate político cias: mientras el pachequismo adhería a Bordaberry, Directorio del Partido
que paralizáha-cualquier decisión; se multiplicaban "Unidad y Reforma" (dirigida por Jorge Baffle) ma- Nacional.

-80— -81—
duce el gobierno" fuera "conocido y comprendido Alternaron en la cuestión las Fuerzás Armadas (que

por la opinión pública a efectos de propender, con rechazaban entonces el régimen del doble voto si-
su consenso y adhesión al logro de objetivos nacio- multáneo y la ley de lemas), el Dr. Demichelli, presi-
nales". dente del Consejo de Estado (que proponía un Par- • .

lamento con integración corporativa) ye! Dr. Aparicio


La consolidación dictatorial Méndez (que imaginaba una "democracia represen- Moweldeoltoli9deabadt19115Añolltr69 ?a% EdkiáadeMpiq>. kdaraebleparati

Durante 1974, la dictadura confirmó sus defini-


tativa" con severas restricciones al funcionamiento
partidario). Será en la discusión o el desarrollo de
Se acabo la. censura
ciones políticas a través de importantes cambios ins- estas y otras ideas que el presidente Bordaberry gesta-
titucionales y jerárquicos y de un incremento de la ría más adelante su proyecto político autoritario,
represión y del control autoritario sobre la sociedad. antidemocrático y antiliberal. • ejta
Al confuso relevo del más tarde asesinado en París
Cnel. Ramón Trabal, siguió la aprobación de una
La oposición dentro de los partidos tradicionales,
entre tanto, en la medida que pudo hacerlo, envió
. ,o
nueva Ley Orgánica Militar y la designación de Ale- una extensa carta al presidente solicitando la "vigen-
Walter Medina y Ramón Peré son víctimas de la jandro Végh Villegas como ministro de Economía y cia de la Constitución y la ley". La respuesta de Bor- •
represión a la huelga general de 1973. Finanzas. En el plano represivo se incrementó gran- daberry (con un aire amenazante y literalmente "dan-
demente el número de presos políticos, se agravaron tesco") fue un claro indicio de las perspectivas: "Es- • '

celes. Un cierto nivel de publicidad quedó reservado notoriamente las condiciones de reclusión, se exten- tamos en el tiempo de la Nación y no en el de los
a los opositores más moderados, que llegaron inclu- dió el régimen de censura a las manifestaciones cul- partidos políticos. [...] Por eso todos los que invo-
so a firmar un manifiesto público en "defensa del turales y comenzó a implementarse la ley por la que can el plazo constitucional de noviembre de 1976,
Funcionarios penales: incompetencia de autoridades y fadiCIlliSMO de presos'
sistema democrático", de muy escasa repercusión. se exigía a los funcionarios públicos un certificado soñando con volver a la caza de votos, [...] que hoy Amentkum •Perán se mal& elles" X Denunelm: parlementarlas
Perspectivas económicas: oponen Aston y WOrtSeerer Ç Reportaje a Bergrnan
Un importante campo opositor a desactivar fue de "fe democrática". pierdan toda esperanza". Pedirán Melo • Illord av•nna y Omera Junta__
(—rdroblest poemas
Onatli: Una gran jugada X Moreno: un cine nacionalGrtr
el vinculado al sistema educativo. El gobierno llegó Aunque la tónica del régimen era comisarial, no
a suprimir los recreos en algunos centros de estudio faltaron atisbos de una discusibn "fundacional", cen- El "Año de la orientalidad" Abril de 1985: humorada de Jaque sobre las rigideces
para evitar disturbios en la enseñanza media, clausuró trada en el futuro del sistema político y de los parti- y de las definiciones de la dictadura.
los institutos de formación docente e incrementó el dos. Volvieron al ruedo algunas viejas ideas (e inclu-
ritmo de las destituciones de docentes y funciona- so algunos antiguos exponentes) que habían circula- De todas formas, la inminencia del 76 "apura- de sus dirigentes, Walter Pagés y Eduardo J. Corso,
rios. Tal vez en espera de un resultado que le fuera do en otras épocas de la historia política uruguaya. ba" las definiciones politicas en medio de soterradas acusados de "ataque a la fuerza moral de las FE AA."),
favorable, toleró la realización de las elecciones pujas entre camarillas cívico militares. Fue notoria los comerciantes e industriales nucleados en sus
universitarias las que, confirmando el triunfo de las en este contexto la iniciativa de Bordaberry, la ex- respectivas Cámaras se encargaron de brindar su enfá-
tendencias opositoras, ambientaron indirectamente la pectación de las FF.AA. y el obligado silencio de los tico respaldo a la dictadura.
intervención decretada a fines de octubre. partidos políticos. El solo registro de las alocuciones Las prácticas represivas centraron entonces su
El año del golpe culminaba "normalmente" para presidenciales en los actos patrios de aquel 1975, atención en el Partido Copista, cuyos militantes y
el régimen en medio de anuncios sobre el "nuevo permite advertir los perfiles de su propuesta, que dirigentes fueron duramente perseguidos, en medio
Uruguay" y su "proceso revolucionario". El progra- postulaba la "creación de un nuevo Estado" para "en- de una virulenta campaña lanzada por la DINARP.
ma económico de la dictadura, oficializado en los frentar un enemigo que no existía cuando su crea- Aquel espíritu militarista, cuya penetración en
cónclaves de San Miguel y Nirvana, no aportaba ción: el marxismo Internacional" y que anunciaba, la sociedad resulta difícil de medir, fue complemen-
mayores novedades y suponía la aceptación más ple- en "plena coincidencia" con el dictador chileno tado por la euforia historicista que rodeó la celebra-
na del ultraliberalismo diseñado en el Plan Nacional Pinochet, la imposibilidad de un "retroceso" a la ción del Sesquicentenario de los hechos de 1825. Así,
de Desarrollo 1973-1977. El programa político su- "democracia formal y hueca". 1975 fue convertido en el "Año de la Orientalidad",
peditaba las elecciones nacionales a "la seguridad" Las Fuerzas Armadas, por su parte, evitaron pro- se decretó la "nómina oficial" de los Treinta y Tres
y a la construcción de una "nueva Doctrina Política nunciarse sobre el fondo de la cuestión y prefirieron, Orientales, se creó la condecoración "Protector de
Nacional" según expresión del presidente golpista en cambio, el despliegue de un espíritu militarista, los Pueblos Libres Gral. José Artigas"... y se ascen-
Bordaberry. Entre tanto, la ofensiva publicitaria evi- lanzado a partir de la repatriación de los restos del dió a general al coronel Leonardo Olivera, luchador
denciaba la preocupación del régimen por mejorar Coronel Lorenzo Latorre (dictador durante el último de los tiempos de la independencia.
su imagen: campañas antipomográficas, "operación cuarto del siglo XIX), de la conmemoración del 14
aseo", circulación de consignas corno "Ahora es di- de abril como "el día de los caídos en la lucha con- Lo encrucijada de 1976
ferente" y "Póngale el hombro al Uruguay". Dos tra la subversión" y de la realización de la XI Con-
años después del golpe de Estado el mismo presi- ferencia de Ejércitos Americanos. Muchos factores confluían para hacer de 1976
dente Bordaberry firmó el Decrsto por el que se crea- La oposición no lograba explicitarse, las fuer- un año crucial. La "veda" política no ocultaba que
ba la Dirección Nacional de Relaciones Públicas zas sindicales sufrían la represión desarticuladora y era un "año electoral", lo que junto al avance del pro-
(DINARÉ). Sus objetivos quedaban explícitos: para si los empresarios rurales llegaron a manifestar al- yecto bordaberrista exigía definiciones sobre el fu-
que "el proceso revolucionario que orienta y con- Coronel Trabat no le entusiasmaba ir a París... gún descontento (sofocado por la detención de dos turo. Puesta la "casa en orden", la disyuntiva pare-

—82--- -83—
Constitución con principios [...] qúe disienten pro- ce años, lo que sin duda mostraba las previsiones
fundamente con nuestras más caras tradiciones de- cronológicas del "proceso". Se lograba, además, la
mocráticas [...] sustituyéndola durante un período clausura de la vida partidaria sin cargar directamente
transitorio por Leyes Constitucionales". con el costo político de la supresión de los partidos
como tales.
Pocos días más tarde, el comandante en jefe del
El intento de la "Nueva República" Ejército, Gral. Julio C. Vadora, marcaba algún indi-
(1976 -1980) cio del plan político: mientras aseguraba la perma-
nencia militar en el poder ("nunca cesará un gobier-
La fundación del "nuevo orden" no cívico militar"), anunciaba una "apertura políti-
ca" en cinco años y elecciones nacionales con un
1976: año electoral a pesar de todo; año mítico candidato único en 1981.
pasa todos los uruguayos. La clave militar residía en
superarlo sin elecciones, pero con un plan político Estados Unidos, "piedra en el zapato"
de mediano plazo que diera tiempo para la funda-
ción del "nuevo orden". Donde más escollos encontró la fundación del
El 1° de setiembre, el Dr. Aparicio Méndez, un "nuevo orden" fue en las relaciones internacionales.
viejo político de larga militancia nacionalista, asu- El despliegue de denuncias de buena parte del exilio
mió la presidencia de la República. Una serie de "ac- uruguayo, junto al énfasis que la Administración
tos institucionales" preparó el camino para que, con norteamericana comenzó a mostrar en la problemáti-
su firma –la que había sido negada por Alberto ca de los derechos humanos, obligó al gobierno a
Demichelli, siendo por ello desplazado–, cayera una salir al cruce con algunas definiciones. Pese a ciertas
pesada proscripción sobre el elenco político. Las marchas y contramarchas, en setiembre de 1976 el
inhabilitaciones decretadas, más allá de sus grada- Congreso de los Estados Unidos resolvió finalmente
ciones, estaban previstas para una vigencia de quin- la suspensión de la ayuda militar al Uruguay, lo que
celular
wucneuni y Hector Gutierrez Ruiz fueron asesinados en Buenos Aires en un operativo que incluyó a dos
jóvenes tupamaros, en un torpe intento de vinculados políticamente. Otros dirigentes que residían en la capital
argentina debieron exiliarse rápidamente en Europa, salvando sus vidas a duras penas.

: cía simple: apertura política o fundación de un "nue- explicitaba –incluso fuera del país– sus ideas sobre
vo orden". Si la expectativa aperturista era descarta-
"una nueva legitimidad"; los militares comenzaban
da, los hechos en cambio se encargaron de anunciar a dar muestras de autonomía programática, de ma-
• ambiciones fundacionales de largo plazo por parte yor "prudencia histórica" o de mero pragmatismo.
del gobierno. El recrudecimiento represivo fue prue- Los puntos del litigio no eran menores en tanto
ba contundente: los operativos en Argentina que cul- Bordaberry propugnaba la sustitución de los parti-
minaron con el asesinato de Zelmar Michelini y dos por "corrientes de opinión pública espontánea"
Héctor Gutiérrez Ruiz, el secuestro de niños, el des- y la reubicación del rol de los militares en el nuevo
baratamiento de algunas resistencias apostadas en la marco institucional. El ministro de Economía y Fi-
vecina orilla –la del Partido por la Victoria del Pue- nanzas, ingeniero Végh Villegas, terció en la polé-
blo, entre otros grupos–, la desaparición forzada de mica, admitiendo algunas coincidencias con Borda-
25 personas y la segunda detención del Gral. Libes berry pero alertando sobre el "vacío político" que
Seregni junto al desplazamiento de varias decenas ocuparían los "sectores marxistas" en caso de que se
de capitanes del Ejército, eran todas acciones que eliminaran los partidos tradicionales.
evidenciaban una vocación de permanencia en el Finalmente, las desavenencias desembocaron
poder.
en la crisis política de junio, que culminó con la
Otra de las evidencias de esta ambición fun- remoción presidencial y la asunción interina del
dacional fue la discusión sobre el destino institucional Dr. Demichelli de la primera magistratura. En el do-
del país. Los tres extensos documentos elevados por cumento público librado por las FF.AA., estas decla-
Bordaberry a la Junta de Oficiales Generales intro- raron su negativa a "compartir el compromiso, la El Dr. Alberto Demicheli (izq.) ocupó la
dujeron discrepancias en el seno mismo del gobier- presidencia por poco tiempo: su negativa a
responsabilidad histórica de suprimir los Partidos
no, en la ~ida que las FF.AAJno se mostraban firmar la proscripción de los partidos políticos
Políticos Tradicionales", al tiempo que anunciaron
- dispuestas w-acléptar sus postulados. Si el presidente determinó su relevo por el bien dispuesto
su oposición a la "inmediata promulgación de una Aparicio Méndez (1 2 de setiembre de 1976).

— 84 —
—85—
motivó la furibunda respuesta de las jerarquías del nueva legitimidad política, en tanto a su juicio, el
proceso (el Brig. Gral. Jorge Botad acusó a la poten- suyo era "un gobierno impuesto y aceptado pacífi- Izquierda:
cia de "puritanismo") y la aprobación de un nuevo Aparicio Méndez con el
camente". "Las últimás encuestas de Gallup -afir- entonces dictador argentino,
decreto constitucional, estableciendo la tutela del maba- muestran que un 63% de la población es apo- Jorge Rafael Videla.
Estado a los derechos humanos y restricciones a los lítica y considera al 37% restante como comunistas,
organismos de control internacionales. sediciosos y políticos que han perdido sus cargos." Derecha:
_
r
. En noviembre de ese año, el gobierno en pleno Entre tanto, el 9 de agosto, el gobierno en pleno di- Tte. Gral. Luis V. CWirdlo: „\
esperó con ansiedad el resultado de las elecciones vulgaba su plan que incluía la "depuración" de los 'A los vencedoredáo se ‘5111-)4
norteamericanas, las que darían el triunfo a James partidos tradicionales, la plebiscitación de una nue- pone condiciones
Carter. Su disposición a continuar con la "diploma-
u. m
va Carta Magna que incluyera los decretos constitu-
cia moral" no amedrentó al gobierno uruguayo. La cionales y la convocatoria a elecciones nacionales UNiDAD
versión oficial rezaba tajantemente: "El Uruguay no MULTiDICIPUHARiA
con un candidato único, de acuerdo entre ambos par-
tortura, no veja, no maltrata ni al más abyecto de tidos. ai8L/OTEC/'
los criminales".
La represión mientras tanto mantenía su línea
El año 1977 estuvo signado por la intervención ascendente (el 1° de agosto había sido secuestrado el
de la Justicia y del Poder Judicial (de allí en más, la maestro y periodista de Marcha Julio Castro) pero
"unidad de la soberanía" se mantendría con la pri- Una "prudente apertura" adeptos, como las del Dr. Alberto Gallinal, sobre la
también sofisticada, al grado de continuar ahora por en busca del ciudadano inconveniencia de las proscripciones políticas. Se
macía del Poder Ejecutivo; la Justicia "despolitizada" la vía de un nuevo decreto constitucional, con el "sa-
no estaría "en la cúspide" del Estado), la profundi- escamoteaban de esa forma un relativo apoyo civil
neamiento de la Administración Pública". Entre 1978 y noviembre de 1980, el gobierno se que bien pudo ser de entidad para la instancia plebis-
zación de la represión, el anuncio del plan político El "frente externo" se había convertido en una
de las FF.AA. y una nueva inflexión en las relacio- mostró decidido a legitimar su actuación mediante la citaria, prefiriendo, en cambio, convencidos de la via-
de las pocas instancias públicas de la dictadura. Mien- convocatoria de la ciudadanía a las urnas, proceso bilidad política de su proyecto, sostener que "en la
nes con el gobierno norteamericano.
tras el gobierno protestaba por la "politización" y las que culminaría con el plebiscito constitucional. democracia caben las proscripciones", según afir-
A fines de mayo, el presidente Méndez sorpren- discriminaciones económicas de los organismos in-
día a la población en un intento de fundamentar una Mientras la actividad política de la civilidad con- maba por aquellos días el Brig. Gral. Raúl Bendahan.
ternacionales, el enviado del Departamento de Esta- tinuaba prohibida (restringida, a lo sumo, a reunio-
do, Terence Todman, reunía en la embajada nes de escala familiar o a algún tipo de acciones de Hacia el plebiscito
norteamericana a algunas figuras políticas de corte clandestino), las FF.AA. aprovechaban todo
importancia como Carlos Julio Pereyra, Omar acto público para explicitar y fundamentar la conti- Tras la extensa deliberación que ocupó los últi-
Murdoch, Agustín Caputi, Alejandro Végh Villegas, nuidad de su tutela sobre el sistema político. mos meses del año 79, el gobierno comenzó a dar
Dardo Ortiz, Mario Heber y Juan A. Singer. A comienzos de 1979, el Tte. Gral. Gregorio cumplimiento a los pasos previstos en el acto instan-
Al año siguiente, las PréSiones aumentaron y el Álvarez pasaba a retiro reglamentario y tras intensas cionaly°--2: en acuerdo con el COSENA, el Poder
gobierno se vio obligado a iendir cuentas en varios 22 horas de deliberación, era designado en la coman- Ejecutivo formuló "las pautas" con arreglo a las cua-
organismos internacionales: ;Carlos Giambruno lo dancia el Gral. Luis V. Queirolo, quien despidió a su les el Consejo de Estado prepararía un texto que lue-
hizo en la conferencia de , 119EA en La Paz, y culmi- antecesor con elogios a su raíz "febrerista". Álvarez, go sería aprobado por el Consejo de la Nación y el
nó instando a los asistentes :a "ocuparse de sus asun- por su parte, para quien "el proceso" era una "dicta- Poder Ejecutivo, "corporizados en Asamblea Cons-
tos". , I. dura y no tiranía" (según la distinción latina), se des- tituyente".
Entre los escalo:: : .-9 ,- .1 .vernáculos de la pedía confirmando que "Las FEAA. continuarán
postura del gobierák;" ' Ir1rk, '.,inudad,
! II . En el ínterin, el gobierno se "allanó- a iniciar
se encontró brindando seguridad al desarrollo y tutelar:/Jo el un "diálogo" con algunas figuras políticas de los
la Revista Búsqueda, quien Or 'boca de uno de sus bienestar social, desde su sitial que han conquista- partidos tradicionales y de la Unión Radical Cristia-
columnistas elogió fervor 5 '''' ..;te la actuación de do con sangre y sacrificio y que bajo ningún con- na (rescatada de apuro para adornar un supuesto plu-
Giambruno en termino 14. ' er entonces- poco cepto están dispuestas a abandona,:" ralismo). Lejos de hallar aquiescencia, el Gral.
usuales en ámbitos civilál ''S cierto que los dere- La "prudente apertura" -según expresión del Raimúndez, presidente de la CO/vIASPO, se encon-
chos humanos quedaron en suspenso, pero se justifi- Gral. Raimúndez- suponía la depuración y reactiva- tró otra vez con algunas observaciones que las FF.AA.
ca por los valores que estaban en riesgo"; "no es ción de los partidos históricos o tradicionales. En interpretaron como condicionamientos. De esta for-
momento de juicios bizantiños",• 4 'no s arañaron para dicho contexto, la Corte Electoral elaboró un ante- ma, el "primer diálogo" había fracasado sin haber
salvarnos, poco importa"; "las batallas han sido proyecto de ley de estatuto de los partidos que in- llegado a un nivel razonable de exigencia entre las
batallas, las guerras han sido sangrientas y el man- cluía la eliminación del doble voto simultáneo, insti- partes y la fugaz aparición de alguna figura pública
do ha servido para mandan aunque duela[...]" tuto tradicional del sistema uruguayo que había me- que se opuso a las pautas, desencadenó una nueva
Sólo la derrota electoral del presidente Carter recido discusiones e impugnaciones antes del golpe avalancha de discursos contra la "clase política". El
permitiría algún "suspiro de alivio", según la opi-
de Estado y los merecería -dígase de paso- luego de Tte. Gral. Queirolo fue el más célebremente tajante:
nión de jerarcas militares. Pero debe tenerse en cuenta la restauración democrática. "A los vencedores no se les ponen condiciones", dijo
La "diplomacia moral" de Carter no Icliró que se olvida- que si bien la presión internacional se hacía visible,
Durante las deliberaciones de la cúpula militar entonces.
se la implicancia norteamericana en Ja génesis de las la iniciativa política en todos los planos seguía en
dictaduras dd¿ontinente.. sobre la materia constitucional, las jerarquías castren- Por su parte, CX 14, radio "El Espectador", "opi-
manos de las FF.AA. ses desestimaron algunas "sugerencias" de civiles nó" por aquellos días, dando muestras de un
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oficialismo que sería norma en los más importantes institucional, las FF.AA. asumían competencia di-
medios de comunicación durante la campaña plebis- La Constitución elTdomngo
extaaampletide la constitución
recta en materia de "seguridad nacional"; se propuesta por los ,4 la Repüblica awl_rn
id:_
umouc:
citaria: 'Pensamos como el Tte. Gral. Queirolo - _,.. "
Orientcl
institucionalizaba por ello el COSENA y se crea- militares contó con el —
decía la nota editorial-: los vencedores son el pue- . a P9P4191191-e'
ba un Tribunal de Control Político para desinvestir o respaldo ....,.'¿1.419áf.):
blo, las Fuerzas Armadas, que cumplieron la liber- destituir hasta autoridades partidarias. En cuanto a de Pacheco y Gallinal.
tad del país, ¡Gracias por el triunfo! Gracias por el la soberanía y a los partidos, se eliminaba el doble Baffle, Tango, el
esfuerzo! Movimiento de Rocha,
voto simultáneo, se imponía la presentación de can-
A pesar de algunos cabildeos entre el enviado didatos únicos, se alteraba la representación propor- Por la Patria y muchos
del presidente Carter, Samuel Eaton, y dirigentes po- otros, en la vereda de
líticos y militares, el Consejo de la Nación aprobó
cional integral (confiriendo la mayoría absoluta al
enfrente... E- _-. 2------. -.:.,--- --,.
finalmente el proyecto constitucional con algunos
partido ganador) y se restringía el funcionamiento y
la formación de partidos políticos...
.2.—. ------,:—__=--.1
agregados que acentuaban la tutela militar: para las Nicolás Storace Arrosa
elecciones de 1981 habría un candidato único avala-
(derecha) presidió la
El Sí y el NO, Corte Electoral de la
do por las FF.AA.; se ratificaban todos los decretos una nueva línea divisoria época, la que no
constitucionales (incluidos los que fueran a dictarse generó dudas de
------,---
—,--....----,--= -,,;77,=:,"•..
hasta marzo de 1982); se establecía la actuación pre- A comienzos de noviembre, la radio y la televi- fraude.
ceptiva del COSENA, en materia de "seguridad na-
sión comenzaron a difundir publicidad en favor del
cional".
SÍ a través de músicas pegadizas, caras alegres del
"nuevo Uruguay" y apelaciones al riesgo latente de
El proyecto militar la "subversión y el comunismo internacional". A
pesar de las restricciones a la oposición, el país, y Patria así como los sectores herreristas de Jorge un interlocutor -el partidario- en el que la ciudada-
Conviene repasar sumariamente los aspectos
sobre todo Montevideo, parecieron politizarse ace- Silveira Zavala y Luis A. Lacalle. El SÍ, por su parte, nía parecía confiar más: "La nueva Constitución -de-
más relevantes, por innovadores, del proyecto cons-
leradamente en los veinte días previos al plebiscito. contó con la adhesión -desde Washington- de Jorge cía- es una apuesta en favor de los partidos políti-
titucional del 80. En materia de derechos y garan-
La familia, la calle y el trabajo volvían a ser, fugaz y Pacheco Areco, de algunos grupos herreristas y de cos"; "No se concentra el poder del Estado"; "El
tías, se eliminaba la prohibición de allanamientos
sigilosamente, el escenario de lo político. sectores orientados por Alberto Gallinal. La Unión
nocturnos; se incrementaba el lapso disponible por Cosena no suplanta al Poder Político"; "El Tribunal
Los pronunciamientos partidarios aportaron una Radical Cristiana dejó a sus adherentes en libertad, de Control Político no tiene facultades para Juzgar..."
el juez sumariante; se condicionaba la reglamenta-
cuota importante en la definición del pleito: dentro aunque sus principales dirigentes militaron a favor Pero las consignas de última hora no llegaron a
ción del derecho de huelga a la iniciativa privativa
del campo colorado, Unidad y Reforma, la "315", el del NO. En medio de la proscripción, el exilio y la tiempo. El 30 de noviembre -hasta el día y el mes
del Ejecutivo, a la aprobación parlamentaria por
sector de Manuel Flores Mora y los disidentes del prisión, la izquierda toda se definió por el NO y al- iban en favor de la tradición politica democrática-
mayoría calificada y al establecimiento de fórmulas
reeleccionismo, como Raumar Jude y Victor gunos de sus militantes ofrecieron charlas en centros los uruguayos concurrían masiva, pacífica y silen-
de mediación, conciliación y arbitraje previas a su
Cortazzo, se definieron claramente en contra del pro- sociales y parroquiales. ciosamente a votar, en medio de escepticismos, sos-
ejercicio; se suprimía la inamovilidad de los funcio-
yecto constitucional. Lo mismo hicieron en el Muchos dirigentes políticos de los partidos tra- pechas de derrota y de fraude. Sufragó más de un
narios públicos. En lo referente a la organización
nacionalismo los Movimientos de Rocha y Por la dicionales -Jorge Batlle, entre otros- recorrieron el 85% de los habilitados, haWndolo en contra del pro-
país en campaña contra la nueva Constitución y lo- yecto 885.824 ciudadanos (57.9%), y a favor 643.858
graron remover y reproducir lealtades que demostra- (42%). La relación de 3 a 2 en contra del proyecto
rían estar muy vivas. El Dr. Inrique Tango, colora- autoritario, si bien no suponía numéricamente un
do de extracción vasconcellista, pero de más notoria desequilibrio aplastante, cobraba sin embargo una
actuación universitaria como docente y editor, se enorme trascendencia política, que sorprendió tanto
transformaría en uno de los símbolos más convin- al gobierno como a sus opositores.
centes de la campaña por el NO. Ante la indefini-
ción de "El Día" (lo que no obstó a un tardío pronun-
Tarea "La Semana", ciamiento del Dr. Julio M. Sanguinetti contra el pro- La dictadura transicional
ofrecida por los yecto), Tango fundó el semanario "Opinar" (1980), (1980 -1985)
canillitas como "la que con su clara postura opositora articuló muchas
es Estructurar Marchita de los disidencias y marcó el reinicio del periodismo escri- El nuevo plan militar:
el Estatuto sábados; no logró
to opositor. la mediación partidaria
cubrir finalmente
de Los Partidos esas expectativas. Unos días antes de la consulta, el gobierno se
Sería "Opinar", en mostró preocupado y jugó sus últimas cartas en un La misma noche del plebiscito, en medio de fes-
Micos" definitiva, el sema- terreno que seguramente desconocía. Tras denunciar tejos que no pudieron ser más que familiares, el Mi-
nario que marcó el una conspiración alentada desde las cárceles políti- nistro del Interior anunciaba por cadena de radio y,
renacimiento del cas :la de los llamados "seispuntistas"-, la DINARP TV la suspensión de toda la actividad política. Entre
periodismo escrito lanzó a la prensa el texto a plebiscitar, acompañado diciembre de 1980 y julio del año siguiente;- el go-
Opositor. en este caso, con recuadros que pretendían replicar a bierno procesó un importante reajuste interno y ela-
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-89—
botó, tras el percance plebiscitario, un nuevo plan
político.
Consejo de Estado que acompañó a Gregorio
• Preparado por una también nueva Junta de Ofi-
ciales Generales, reconocía de manera implícita al- EL NUEVO Álvarez durante su mandato (recuadro página
anterior). En las fotos, de izquierda a derecha, el Gral.
gunas de las razones del fracaso: proponía un proce- Álvarez y su primer gabinete ministerial: Valentín
so que otra vez apuntaba al logro de cierto consenso
de la soc.iedad civil, pero en este caso, buscando la
CONSEJO Arismendi (Economía), Julio C. Espínola (Justicia),
Gral. Yamandú Trinidad (Interior), Francisco Tourrelles
mediación partidaria. En síntesis, el gobierno militar (un sobreviviente, Industria y Energía), E. Valdés
Otero (Relaciones Exteriores), Carlos Mallos Moglia
había procurado en 1980 el apoyo ciudadano sin los Fue designado el pasado lunes
el nuevo Consejo de Estado. CM (Agricultura y Pesca), Carlos Maeso (Trabajo), Luis A.
partidos y contra ellos; ahora lo buscaría a través de tendrá en este periodo una inte- Givogre (Salud Pública), Raquel Lombardo de De
ellos y obviamente no de todos. gración de 35 miembros. Asi-
Betolaza (Educación y Cultura), Justo M. Alonso
mismo, se nombré presidente del
El 7 de julio de 1981, el gobierno convocó cuerpo y por ende, vkerkesiden- (Defensa Nacional) y E. Sampson (Transporte y
te de la- Repúblka. al doctor
sorpresivamente a algunos dirigentes del partido Hamlet Reyes, quien ya venta Obras Públicas).
Colorado, el Partido Nacional y la Unión Radical desempeñando dicho cargo.
Los nuevos Consejeros de Es-
Cristiana. Las "Bases para el Diálogo" incluían la tado son los siguientes, apare-
previsión de una transición de tres años en el curso ciendo entre paréntesis los su-
pintes respectivos:
de los cuales el Consejo de Estado habría de integrar
representantes de los partidos políticos, se decretaría DR. ALBERTO AGUIAR. cia y preocupación en algunos ámbitos políticos le-
(Norberto Orbis); DR. HUGO
una "amplia y liberal" desproscripción de líderes, la AMONDARA1N, (Dr. Juan B. galizados por el régimen.
Schroeder); PROF. FERNANDO
aprobación de un estatuto de los partidos, se refor- ASSUNCAO (Dr. Pablo MHIor);
maría la Constitución y finalmente se convocaría a )R. BERNARDO BARRAN.' Desandando el camino
elecciones nacionales.
ARG. WALTER I
Pero aun la oposición permitida se mostró es- nuel Merello Sets
A comienzos de julio, el Ministro del Interior
quiva y rechazó su integración al gobierno, que de- GRAL (AV) (R) I comenzó a citar a su despacho a políticos proscrip-
DAHAN. Al
bió entonces ir en su búsqueda. Así, por ejemplo, el &l'u); NORBER tos de los partidos tradicionales. A lo largo de diez
Brig. Gral. Jorge Borad y el Gral Abdón Raimúndez CHIN, (Sr. Luis O. días se establecieron los alcances del nuevo rumbo y
(R) NESTOR
llevaron adelante una serie de inesperadas conversa- (Prof. Wherter M el día 26 el gobiemo publicitó las primeras despros-
MARCIAL SUGAI.
ciones con el proscripto líder del Movimiento Na- ver D. J. Caqui< cripciones de la nueva era que incluían a más de un
cional de Rocha, Carlos Julio Pereyra. DOMINGO BURG
lio Sader); JUAN
centenar de políticos. Asimismo, se remarcaba un cri-
Si bien el Partido Nacional mostraba divergen- (Dr. Cesalino Si ira); DR. terio gradual, en tanto se mantenía la prohibición -en
Eow(Roo CAR IRA HU-
cias internas (no menos de ocho grupos reclamaron GHES (Dr. Ricardo any); ESC.
los hechos poco efectiva- sobre líderes de primera lí-
su calidad de interlocutores válidos ante los milita- PEDRO W. CERS ilMO, (Dr: nea como Carlos J. Pereyra, Dardo Ortiz, Pedro Zabalza,
Dardo Casas del R ; RODOL-
res) su mayoría expresada en el semanario La De- tor' Ortiz); Óscar López Balestra, Jorge Baffle, Amficar Vascon-
mocracia tendía a nuclearse a partir del reconoci- AVIOTTO cellos, Raumar Jude y CarlICigliutti. De todas for-
DR. LUIS
miento del liderazgo de Wilson Ferreira Aldunate. Del -Pino); mas no resultaba poca cosa si se calibra lo que la ac-
DR. WALDEMAR ADRI (Dr.
Exiliado en Londres, Ferreira viajó a Río de Janeiro Edison ~trame) 1LFREDO ción partidaria avanzó desde entonces en explicitación
en setiembre de 1981 y reunió un "cónclave" nacio- DE CASTRO, (As
MILTON DE L1
al Alzati); y con ello en iniciativa política.
SANTOS.
nalista al que asistieron los miembros del Triunvira- (Dra. Marte Rusa airado de Confirmada la transición de tres años y luego
ESVE de una tensa deliberación, la Junta de Oficiales Ge-
to Carlos Julio Pereyra, Dardo Ortiz y Jorge Silveira 111..JUAN
Zavala, además de algunos líderes de su sector como nerales designaba para ello al Tte. Gral. (R) Grego-
Alembert Vas, Juan Pivel Devoto, Fernando Oliú, rio Álvarez como presidente de la República.
Alberto Zumarán y cuatro dirigentes de la juventud.
En el Partido Colorado, la situación parecía algo La hora de los partidos
más simple: mientras Pacheco Areco prometía su PUR RO (Dr. Enrique Arocena)
DR. CARLOS A. GELPI (Mayor Las tensiones expresadas en la elección de
vuelta al país, Walter Santos, Ulysses Pereira (R) Dr. Ade/ Villar); GERVA.
Reverbel y Eugenio Capeche (de su sector) y Enri- 510 GONZALEZ, (Juan P. Fe. Álvarez incidieron en la ulterior conformación de la
rreira): ALFONSO GREISING.
que Tango, José Luis Baile y Máximo Gurrnéndez - (Danta N. (nutra); ING. AGR. COMASPO, la que dejó de contar entre sus miem-
ADOLFO GUTIERREZ (Prof. bros al Brig. Borad y más tarde al Gral. Raimúndez
(como representantes del badlismo opositor) eran de- Atinando Viera); DRA. IRMA
signados para las conversaciones con los militares. LAMANNA, (Prof. Antonio (sindicados desde tiempo atrás como los principales
Guerra); PROF. RICARDO MI-
Proscripta, presa y repartida entre exiliados y LESSI, (Blanca L Cardinal de impulsores de la fracción "aperturista"). Sobre fina-
residentes, 'la izquierda no figuratyi en los planes Aristi); GENARO PERINETTI
GARCIA, (Ariel Plnho Boasso);
les del arlo, a pesar de algún empuje represivo cen-
militares; no obstante, la interrogante de qué hacer ING EDUARDO PRADERI. trado en la prensa, todo parecía encaminado a que
con ella comerizó e plantearse con creciente frecuen- 1982 fuera el año de las elecciones internas de los
"partidos políticos habilitados".
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—91—
La discusión del estatuto partidario se vio signada
fon en aquel año importantes signos de reactivación, S.,.%.X.ú*.Il á.s ,t Ca. e
por una nueva marginación de la izquierda, la auto-
a pesar de que el gobierno denegó el permiso para
marginación de la mayoría nacionalista -que logró no
celebrar el 1° de Mayo. Los estudiantes reiniciaron
obstante sentar su posición- y el acuerdo del Partido
también su nucleamiento con los preparativos para
Colorado en su totalidad. Para los militares el acuerdo
la fundación, al año siguiente, de la Asociación So-
resultaba insuficiente en la medida que un solo "socio"
haría poco confiable la salida. Pero los partidos habili-
cial y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Públi- PiEN60— NO SO? BLANCO-;
ca (ASCEEP).
tados obtenían algún respiro al comprobar que las
FF.AA, parecían abandonar sus enconos iniciales con-
ira el régimen del doble voto simultáneo.
Iniciativa y revisionismo COMISION DE Ni cMco C.OLORA
,

LUEGO,. ¡NO EXISTO!


jgí

Cuando la sociedad se despierta


La política de las Fuerzas Armadas en este año
electoral se vio conflictuada con la amenaza de rup-
tura del colegialismo militar, concretada a partir de
1982 fue un año decisivo si se advierte que en su
la elección de Álvarez y de alguna iniciativa de fun-
transcurso fue legalizada buena parte de la oposición dación de un "partido del proceso". La mayoría de
política (que volvió a imponerse en las urnas), se con-
firmaron y alistaron nuevas oposiciones sociales y co-
menzó a desencadenarse sobre finales de año, la deba-
los generales (desafectos o al menos reticentes ante
ese tipo de proyectos) lograron sofocar ambos inten-
tos y preservar de esta forma la iniciativa hegemóni-
POR EL VOTO
de económica y fmanciera,
ca y orgánica de las FF.AA. en el seno del gobierno.
El esfuerzo de la dictadura por ambientar una "nue-
va sociedad" había fracasado y el régimen perdía cré-
dito entre las diversas fracciones de los sectores domi-
Los consejeros de Estado que habían vis-
lumbrado la permanencia de su "enero" a través de
un "partido del proceso" con predicamento en filas
EN BLANCO
nantes. Salvo la alta finanza, aún alentada por la espe- LEA LAS PAG.
castrenses, vieron frustrada su estrategia y se apre-
culación, los demás grupos de las clases altas -industria- 3.4 Y 5
suraron a modificar la apuesta: de los 35 miembros
les, comerciantes y sobre todo rurales- fueron restan-
del Consejo de Estado, 11 de ellos manifestaron de
do su apoyo de manera cada vez más explícita.
pronto su deseo de postularse como candidatos en
Pero también las disidencias se reforzaban y or- La izquierda buscó la manera de marcar su presencia electoral en el mapa político de/país a través del voto en
las cada vez más cercanas elecciones internas de los
ganizaban "desde abajo": algunos sindicatos mostra- partidos tradicionales. blanco. La tapa de este número de "Opción" le costó a la revista su clausura definitiva.

Pero el respeto a las reglas colegialistas supo- al autoritarismo militar. Más allá de los resultados determinó el estallido de hondas divergencias dentro
nía, como contraprestación de los mandos militares, puramente electorales, la campaña aumentó -en sus del tariguismo. Sus sectores juveniles nucleados en la
la promesa de algunas seguridades para el futuro: "no demandas por las libertades, las desproscripciones, Corriente Bafflista Independiente, optaron por
serían aceptados los intentos de revisionismo de la las críticas a la conducción económica- el deterioro segregarse: "el batIlismo dejó de ser renovador por
gestión del gobierno", el futuro sería de "correspon- ineluctable de la imagen del gobierno. culpa de Unidad y Reformailafirmaba entonces Ma-
sabilidad" entre el gobierno civil y las FF.AA., y la
Tal vez la reclamación más persistente fue la de nuel Flores Silva, orientador de la CBI.
1. "Seguridad Nacional era innegociable", afirmacio- la rehabilitación de la izquierda. A los esfuerzos de
,-1 - En el Partido Nacional, el alineamiento fun-
. __-_,, ,. nes de jerarcas militares (Boscán Hontou, Hugo los que directamente implicados solicitaban por los damental se produjo a partir de la confluencia (históri-
Medina), que anunciaban que la apertura política y canales posibles su desproscripción, se sumaban di- ca, por cierto) de los Movimientos Por la Patria y Na-
la democratización efectiva del país estaría colmada versos intentos provenientes de los partidos habilita- cional de Rocha, los que concurrirían a la elección con
- de dificultades y amenazas, dos, algunos de cuyos sectores demostraban mucho una lista común y en el marco de un discurso que ad-
mayor interés ante el tema por temor a la "infiltra- quirió crecientes tonos de radicalismo democrático.
Campaña electoral
ción" de sus filas que por principios de pluralismo
político. Pero las FF.AA. se mantuvieron inflexibles La izquierda bifurcada
Iniciada la movilización partidaria, el gobierno en su negativa.
hizo saber de su preocupación por el curso que to- En cuanto a los alineamientos para las elecciones, El panorama de la izquierda, excluida del pleito
maba la campaña. A nadie escapaba el hecho de que fue el pachequismo el que evidenció mayor empuje electoral, no parecía tan unánime como en la instancia
las elecciones cobraban una doble dimensión: afir- inicial, reforzado por la adhesión de la totalidad de los del 80. En ese mismo año se había fundado en el exilio
marían liderazgos y candidaturas para la próxima órganos de prensa colorados (lo que llevó a la desvin- la "Convergencia Democrática", agrupación integrada
instancia, pero, en lo inmediato, aunque el gobierno culación del grupo de "Unidad y Reforma" del diario por militantes del Partido Nacional, del Partido Comu-
tn la "nueva era" se mantuvieron las proscripciones lo negaba y especulaba con la abstención, significa- "El Día"). A los pocos días de iniciada la campaña de nista y del Partido Socialista. Su sola existencia deter-
sobre Carlos J. Pereyra, Dardo Ortiz Pedro Zabalza, ban un nuevo examen para la dictadura misma. De la lista 15, se formalizó un acuerdo político electoral minó que muchos votos frentearnplistas derivaran ha-
Jorge Baffle, Amficar Vasconcellos, Raianar Jude, Car- esta forma, los sectores políticos se situaron para la
los Cigliutti y áscar López Balestra (foto) quien transfor- de dicha fracción con el sector conducido por el Dr. cia los sectores más opositores y presumiblemente ma-
campaña en una polaridad muy similar a la del 80, Enrique Tarigo, acuerdo que suponía la presentación yoritarios del Partido Nacional. Si bien esta opción re-
mó su farmaciwan.un activo foco de resistencia.
definiendo su perfil en función de su postura frente de candidatos comunes en sus respectivas listas y que forzó.,t1 perfil antidictatorial del mismo, también
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incrementó las acusaciones de "infiltración izquier- Naturalmente, el rumbo de la dictadura se vol- Mema por entonces el ex diputado colorado Wilson
dista" provenientes de la derecha. vía más complejo. Con la elección interna había trans- Craviotto.
Por ótra parte, los sectores y grupos de la iz- - formado a la oposición política en un interlocutor
quierda que no participaban de la Convergencia, con En el marco de una importante movilización
privilegiado, legítimo y por ello tal vez único. Los popular, cuyo punto más alto fue "la vuelta del 1° de
el apoyo expreso del Gral. Liber Seregni que aún per-
años siguientes serían de conflicto y negociación, mayo a la calle" ene! acto organizado por el flaman-
manecía en prisión, convocaron públicamente "a
enmarcados en la contradicción básica que surgía de te Plenario Intersindical de Trabajadores, el 13 de
quienes no se sintieran expresados por los partidos
las elecciones internas: los partidos políticos con re- mayo daba comienzo en el Parque Hotel el "diálogo
habilitados", a votar en blanco para expresar no solo
presentación, pero sin el gobierno y el gobierno, una político militar". De inmediato se evidenció la rigi-
"su espíritu democrático", sino también su propia
vez más, sin representación. dez castrense, al tiempo que el "círculo alvarista",
identidad expresamente negada por las reglas de jue-
go. La efímera campaña lanzada por la revista "Op- relativamente ajeno a la deliberación, promovía cen-
Del "pronunciamiento de Acegtiá" suras de prensa y prisiones de dirigentes. Las peno-
ción" mereció el cuestionamiento de algunos secto-
al "Obeliscazo" sas negociaciones, sacudidas además por la visita del
res de la oposición blanquicolorada y la clausura (y
prisión de sus promotores) por parte del gobierno. rey de España –que cobró en la época una imprevis-
Cuando aún no se habían acallado los ecos de ta significación política–, y por desavenencias en el
Nueva derrota, nueva victoria los comicios de noviembre y comenzaban a instalar- seno del nacionalismo, culminaron el 5 de julio con
se las autoridades partidarias, el presidente Álvarez la suspensión del diálogo.
y su grupo lanzaban una nueva ofensiva tras su La ruptura volvió a cohesionar al frente opo-
En resumen, las opciones más relevantes para
proyecto del "partido del proceso", simbolizada en sitor y la dinámica política comenzó a reflejar más
la ciudadanía en las elecciones del 28 de noviembre,
lo que algunos periodistas llamaron pomposamente directamente la radicalización observable en el
podían ordenarse sobre la base de tres vertientes: las
entonces fuertemente opositoras (Movimientos Por el "pronunciamiento de Aceguá", en referencia a un campo social, la que no aminoró su empuje a pe-
discurso del entonces presidente en dicha localidad, sar de los endurecimientos políticos y represivos
la Patria y Rocha, Libertad y Cambio, Unión Batllista
en el mes de marzo. Pero la franca revitalización par- del gobierno. Ni el decreto de suspensión de la
Radical –Flores Mora–, Corriente Badlista Indepen- tido en perjuicio del pachequismo. En síntesis, la ciu- tidaria restó eco al "histórico llamado", como lo ca- actividad política, ni la amenaza de nuevas pros-
diente y voto en blanco); las moderadamente oposi-
dadanía depositaba de esta forma su confianza en cripciones, ni peor aun, la detención y tortura de
toras (Unidad y Reforma, Consejo Nacional Herre-
quienes habían ofrecido un perfil más netamente de- jóvenes comunistas, lograron moderar la resisten-
rista y Unión Cívica) y las vinculadas y proclives al
mocrático, en quienes habían invocado la represen- cia civil, pautada entonces por las primeras "ca-
oficialismo (Unión Colorada y Batllista –pachequis-
tación global de la sociedad uruguaya, en quienes ceroleadas", las movilizaciones sindicales, la
mo– y Libertad y Servicio de Alberto Gallina!). habían puesto más enfasi1-en las personas que en los
El 60,4% de los habilitados concurrió a las ur- programas y en la repreleUtación que en la participa- marcha estudiantil del 23 de setiembre y el ayuno
nas volcando 619.945 votos hacia el Partido Nacio- ción. La absterición^ del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) en de-
liabía ai;árizado lo suficiente para fensa de los derechos humanos, entre otras impor-
nal, 527.562 al Partido Colorado, 14.986 a la Unión que de allí en adelante las estrategias políticas del
Cívica y 85.373 en blanco. Mirados en la perspecti- tantes acciones de gran repercusión pública.
gobierno y del Partido Colorado apuntaran a las "ma- Cohesionado por la ruptura de las negociacio-
va del régimen, los resultados fueron más adversos yorías silenciosas".
que los del 80, en la medida que la oposición había nes y acicateado por la iniciatva de la movilización
Como elecciones partidarias, éstas fueron un popular, el frente opositor cobraba de esta forma
triunfado por amplísimo margen en ambos partidos hecho claramente atípico en - historia del país:
tradicionales. Los blancos "ganaron" la contien- repolitizaron intensamente, a l mayor fuerza en su puja con él gobierno militar, que
á soádad Uruguaya comenzó entonces a mostrar debilidades y contra-
da –lo que marcaría su estrategia; los colorados con- para saldar un pleito que si 'bien la afectaba directa-
firmaron la inversión de supremacías adentro del par- dicciones.
mente, contribuyó, ante todo.' á -consOlidar ks parti- Mientras el 4 se completaban las desproscrip-
dos tradicionales. Las motivaciones de la ciones de los dirigentes de los partidos habilitados
destitución de Bordaberry parecían estar (con la sola excepción de Ferreira Aldunate), una dura
cabalmente justificadas. represión se desató apenas cinco días después sobre
una manifestación pacífica organizada por el PIT, y
concretada a pesar de advertencias y operativos de
represión previos.
La concentración popular del 27 de noviembre
en las inmediaciones del Obelisco marcó el punto de
máxima confluencia entre la movilización social y el
consenso partidario detrás de un programa intransi-
Ante la clausura de CX30 su director, José gentemente democrático. De allí en más, la izquier-
Germán Araújo, inició una huelga de da política quedó definitivamente integrada y acre-
hambre que convocó a miles de uruguayos ditada en el frente opositor, para disgusto y preocu-
desfilando incesantemente bajo sus La de Alberto Candeau fue, en el Obelisco, la voz de pación de muchos (que no sólo alistaban en las filas
balcones para manifestar su solidaridad. todo un pueblo que reclamaba por sus libertades. del gobierno).
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El protagonismo de la Frente Amplio- en la conducción del curso políti-
movilización popular Liberado -pero no despros-
co). Tal vez el problema más notorio de la pugna cripto Seregni saluda a la
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entre los partidos fue dado por la evidente asime- multitud que se acercó a su
Puede definirse a 1983 como el año de las tría que significaba la proscripción y amenaza de casa a celebrar el
movilizaciones populares, las que por su dimen- prisión sobre Ferreira Aldunate. Marginado de esa acontecimiento.
sión -inesperada para muchos- lograron pesar en for- forma del escenario crecientemente dominante, el
ma decisiva en las relaciones de los partidos políti- líder nacionalista llegó a plantear, a través de Juan
cos con los militares. Es probable que la entidad del Pivel Devoto, la posibilidad de realizar eleccio-
fenómeno -vistoso, heroico por momentos- hubiera nes indirectas que le permitieran competir en el
ocultado a grandes sectores (no a los colorados) la mediano plazo. El pacto "Ferreira - Álvarez",
ya referida presencia de "mayorías silenciosas", cuya como diría más tarde Sanguinetti, fue denunciado
relevancia se demostraría en otros escenarios como por el Partido Colorado como un intento de
el de las elecciones "brasilerización" del proceso.
Las FF.AA., por su parte, lograron definir -tras De todas formas, el contexto político se volve-
un intenso trámite interno- una estrategia que supo- nacionalista. Casi coinciden-
ría menos favorable para el gobierno en la medida temente se producía un cam-
nía el total abandono de la idea del "partido del pro-
que no logró neutralizar los efectos políticos del ase- bio en la cúpula castrense que
ceso", pero también del maximalismo expresado en sinato del Dr. Roslik, perpetrado en abril, en una se-
las negociaciones del Parque Hotel. La tendencia por sión de tortura y luego de un operativo represivo con- el tiempo demostraría como
fin predominante era la que se planteaba el problema tra el pueblo de San Javier. Aquella dramática ins- decisivo: el Gral. Hugo Me-
en términos de una "salida", para lo cual debía bus- dina asumía la Comandancia
tancia marcaba pues algunos límites de la etapa de General del Ejército. Mientras los nacionalistas or-
carse el mejor atajo, aquel que dejara a salvo a la transición: la dictadura aún podía torturar y matar, sobre el gobierno. "El Frente Amplio -señalaba
corporación militar. ganizaban el "operativo retorno" de su líder, las
pero ya le resultaba imposible mantener el secreto o Seregni por entonces- está decidiendo la viabilidad
El año 83 culminaba, no obstante, con una esca- silenciar a los enterados. FF.AA. profundizaban sus vínculos con los demás de la negociación entre el pueblo oriental y las
lada represiva del gobierno, que estableció la censu- partidos (Rápela entrevistaba hasta a Seregni) y mon- FFAA.".
El siguiente elemento conflictivo lo planteó el taban un ostentoso operativo de guerra para "reci-
ra previa a la prensa, clausuró CX 30 "La Radio" retorno de Wilson Ferreira a Buenos Aires el 23 de El 6 de julio daba entonces comienzo la ne-
(medida replicada por la huelga de hambre de su di- bir" a Ferreira Aldunate.
abril. Su estrategia política -estrategia del Partido gociación entre las FF.AA. y el Partido Colorado, la
rector, José G. Araújo) y sometió a prisión al diri- El 16 de junio se produjo el retorno del líder Unión Cívica y el Frente Amplio, ocupando todos
Nacional al fin- postulaba la negociación pero des- nacionalista a bordo del Vapor de la Carrera y miles
gente colorado Luis B. Pozzólo. 1984 comenzaría de posiciones de mayor fuerza e insinuaba un curso ellos el nuevo espacio hegemónico de las decisiones
con un avance opositor promovido por el movimien- de frenteamplistas, blancos y algunos colorados "di- políticas. El Partido Nacional quedaba así margina-
de acción unilateral del nacionalismo, al "ofrecer" sidentes", se concentraron en la Avenida "Del Liber-
to sindical a través del paro cívico del 18 de enero. renunciar a su candidatura, a cambio de la vigencia do y debía presenciar "desde lejos", primero la dis-
Su extensión sorprendió los cálculos de muchos di- integral de la Constitución del 67, o iniciar la reco- tador", desafiando la anunciada pero no concretada tensión política que siguió a las primeras entrevistas
rigentes blancos y colorados, que habían mostrado represión. Ferreira y su hijo serían detenidos y pro- (derogación de algunos actos institucionales, acelera-
lección de firmas para plebiscitar la derogación del cesados por la justicia militar casi de inmediato. Aco-
reticencias ante la veraniega osadía sindical, final- Acto N° 4 referido a las proscripciones. Los demás ción de procesos a detenidos políticos, clesproscripción
mente reprimida por el gobierno con el decreto de sado por decenas de periodistas extranjeros, el Gral. parcial del Frente Amplio) ydltás tarde, el acuerdo del
partidos, sobre todo el Colorado, objetaban lo que Rapela debió reconocer, quizás por primera vez, que
disolución del P1T. Club Naval, signado el 23 de agosto. La marginalidad
entendían como énfasis personalista de la estrategia el uruguayo "no era un gobierno democrático".
Dos meses más tarde y en medio de contactos nacionalista. "Estamos muy cerca de la salida -ad- de los nacionalistas marcó a- fuego su estrategia -tam-
reservados entre políticos y militares, fue levantada vertía entonces Sanguinetti- y bién su suerte- en el proceso político.
también de los Tejero"
la censura previa de la prensa, fue liberado el diri- (en alusión al militar golpista español que amenazó
gente comunista Ing. José L. Massera y en un hecho La ruptura del frente opositor
con un retroceso de la democratización en España). El "Pacto del Club Naval"
de evidente significación hacia el futuro político y la En medio de tales divergencias en el frente opo- y sus primeras interpretaciones
negociación, fue también liberado el Gral. Liber sitor (los blancos terminarían retirándose de la El último intento de toda la oposición fue la
Seregni. convocatoria a un "paro cívico" para el aniversario El acuerdo quedó finalmente expresado en el
Interpartidaria) y tal vez por ellas, las FF.AA. se apre- del golpe de Estado, el 27 de junio. Ya en la prepara-
suraron a entregar un nuevo documento de "bases último decreto constitucional-del gobierno militar, el
Los partidos retoman ción del mismo se volvieron a advertir disidencias No. 19. En él se preveían normas transitorias (referi-
para el diálogo", que fue recibido sin entusiasmo
la iniciativa importantes, en tanto los blancos se negaban a cual- das al COSENA, "Estado de Insurrección", jurisdic-
por todas las dirigencias partidarias.
quier negociación con su líder en prisión y los demás ción militar, ascensos y nombramientos de jefes mi-
Si 1983 se destacó como el año decisivo en partidos se inclinaban a acelerar el trámite de la mis- litares, etc.) que serían plebiscitadas en 1985. Se ra-
la inflexión de la lucha contra la dictadura (en un El retorno de Ferreira ma. Sorpresivamente, sin la anuencia nacionalista y tificaba además la convocatoria a elecciones para el
proceso que tuvo a las fuerzas sociales como pro- y la "llegada" de Medina un día antes del paro, la Multipartidaria hizo llegar a 25 de noviembre.
tagonistas salientes), 1984 se confirmó como un las FF.AA. su "decisión negociadora". El éxito sin Las reacciones al pacto, a tres meses de la con-
año .de puja interpartidaria en dique los actores parangón del paro cívico no logró ocultar, sobre todo tienda electoral, parecían las previsibles. Wilson Fe-
Al finalizar el mes de mayo, Wilson Ferreira y en la izquierda, cierta perplejidad ante el paso dado,
fueron ganados paulatinamente por la perspectiva su hijo anunciaban su retorno definitivo al Uruguay, rreira hizo llegar su opinión a un programa de televi-
electoral (lojiiie afirmó a los partidos -también al confirmando así el curso unilateral de la estrategia en momentos en que la radicalización social parecía sión seguido con gran expectativa: "FF.AA. y
aconsejar una espera que hiciera sentir la presión dialogantes buscaron, ¿por qué dudarlo?, una sali-
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da que consagraba un «ni vencidos ni vencedo- Elecciones y "mayorías silenciosas"
res!». Pero cerraron los ojos ante la evidencia
de que el cámino significaba elegir un vencido en Tras el pacto, el proceso político fue ordenado
el Partido Nacional. [...] El pacto pretende que por los datos de la carrera electoral. Pese a la prisión
por primera vez los uruguayos asuman la dicta- de Ferreira, el nacionalismo aceptó la concurrencia a
dura y transformen lo que hasta hoy les había las urnas y diseñó su estrategia apostando a polarizar
sido impuesto, en un sistema convalidado, acep- al electorado entre "pactistas" y "antipactistas". El
tado expresamente hasta el punto de convenir su coloradismo, en su lugar, prefirió la promesa de un
prolongación [..1" "cambio en paz". Aunque es tema de otro trabajo de
Con su perfil ya arraigado de "alternativa res- esta obra, las elecciones de noviembre se proyectaron
ponsable" y "realista", el Partido Colorado se hacía desde un comienzo como una decisión ciudadana
cargo del arreglo por boca del propio Sanguinetti inesperadamente alejada de la perspectiva de la lucha
"[...] el camino que hemos trazado le da al país pri- antidictatorial. Experto en "finales de carrera" y en el
mero la certeza de las elecciones. Sin el acuerdo no manejo del escenario preelectoral, el Partido Colorado
había elecciones: "No ha sido fácil entender la ne- –finalmente triunfante– recogía fuertes beneficios de
gociación –afirmaba por entonces el Gral. Seregni–. la inflexión terminal de este "proceso".
Negociamos porque somos fuertes. De lo contrario Los resultados electorales evidenciaron una lla-
se nos impondrían las soluciones. Pero también nego- mativa reproducción del cuadro de 1971, lo que en-
ciamos porque el enemigo es fuerte y porque no so- tre otras cosas venía a ratificar la estabilidad de las
mos capaces de imponerle nuestras soluciones. [...] tendencias electorales y las líneas de permanencia
La dictadura aislada social y políticamente tiene el del sistema político uruguayo. Las variaciones ma-
monopolio de la lucha armado. Es ineludible pues yores se produjeron en la correlación de fuerzas aden-
negociar". tro de cada lema (especialmente en el Partido Colo-
rado yen el Frente Amplio), manteniéndose casi con-
gelado el porcentaje de votos globales de cada parti-
Esas cosas raras de la vida: ganó el Partido Colorado pese a que el costo mayor de la dictadura –despidos, exilio,
do. En el Partido Colorado, el porcentaje de votos cárcel, torturas, sangre– lo había pagado la izquierda. El Partido Nacional también tenía sus lastimaduras: el
totales se mantuvo en el nivel del 41%, pero in- asesinato de 'Toba" Gutiérrez Ruiz, las botellas de vino envenenado destinadas a Luis Alberto Lacalle, Carlos
ternamente los sectores batIlistas dejaron en clara Julio Pereyra y Mario Heber –a cuya esposa, Cecilia Fontana, le costaron la vida–, la proscripción de Wilson
minoría al pachequismo. Ferreira, entre muchas otras. Más allá de estos elementos, todo el país festejó el fin del régimen militar.
Además de ver confirmada su identidad luego
de once duros años de represión, el Frente Amplio
volvía al Parlamento con importantes modificacio- al futuro por el régimen que terminaba. Los militares literarios ni a referencias figuradas, el 12 de febrero
nes de su electorado: la espectacular votación del no dejaron pasar la oportunidad de emitir sus últi- de 1985 –en ocasión del awado final de la presi-
Movimiento por el Gobierno del Pueblo (sector con- mas primeras en un nuevo código?– señales po- dencia de Álvarez– así respondía el "cauto" y "par-
ducido por Hugo Batalla) relegaba a un segundo lu- líticas, de inequívoca resonancia para el nuevo tiem- co" Tte. Gral. Medina a la pregunta de un periodista:
gar al Partido Comunista. po que nacía. Lo hicieron primeramente los "duros" "Usted me quiere hacer decir algo que no debo de-
A diferencia de lo ocurrido durante el resto del o los promotores más activos de la prolongación del cir y no quiero decir Usted me está preguntando si
proceso político bajo la dictadura (particularmente "proceso", como el Gral. Álvarez, quien el 17 de di- nosotros estamos dispuestos a dar otro golpe de Es-
en el plebiscito del 80, las elecciones internas del 82 ciembre salió por un momento de su ostracismo políti- tado. Yo le digo que de ninguna manera (lo) pensa-
o las grandes movilizaciones del 83), fueron final- co de los últimos meses del 84 para señalar "ale- mos (ni lo) queremos. Lo que quiero decir es que si
mente, en esta ocasión, las mentadas "mayorías si- gremente", en una improvisada rueda de prensa al (nos) obligan, si se dan las mismas causales que se
lenciosas" quienes definieron la contienda. término de la sesión inaugural de la XV Conferencia dieron en 1973 no vamos a tener más remedio que sí
de Cancilleres del Río de la Plata: "A la democracia darlo. Espero fervientemente, claro, y con-el favor
Las inercias de la dictadura militar [...] como a los árboles, como a los niños, hay que de Dios que no se den esas causales porque no que-
llevarla de la mano, hay que ponerle tutores para remos dar otro Golpe de Estado".
Ni la euforia electoral, ni el impacto de la li- que crezca derecha y no se tuerza y caiga hacia la- Aunque a la sociedad uruguaya le costara –y
beración de Wilson Ferreira; tampoco la expectación gares que produzcan frutos de colores rojos que a cuánto– aceptarlo, la transición democrática no ha-
popular por los significados concretos del retorno a ningún demócrata nos satisfacen". bía terminado. Seguiría siendo, en un sentido u otro,
la institucionalidad democrática –liberación de pre- Pero la señal más contundente la daría el propio un "continente" a ser llenado sucesivamente de sig-
sos políticos, "desexilio", restituciones, libertad co- Tte. Gral. Medina, el "Tajes" o el "Baldomir" de la nificados por los distintos actores políticos. La recu-
tidiana "lisa y llana"– lograron ocultar en los meses hora, para muchos, representante depositario indis- peración de la democracia era y continuaría siendo
Humberto gorga y Juan Vicente biarino: la y días que antecedieron a la llegada del mítico 1° de cutible del pensamiento mayoritario y oficial de las una tarea histórica colectiva no resuelta. El proceso
presencia dé la Unión Cívica en el Club Naval. marzo, la evidencia de otras "inercias" proyectadas FF.AA. en aquel momento. Sin recurrir a "juegos" futuro se encargaría de demostrarlo.

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Concluía el presidente-dictador en la necesidad de la mento más decisivo del comienzo 'de la transición ces en una más larga duración. Puede especularse
existencia de una autoridad permanente y real, radi- democrática. que el autoritarismo "llegó" al Uruguay en los años
cada "con -el beneplácito general" en las Fuerzas Luego de la votación, el gobierno tenía además 1968-1973 y que la posterior dictadura militar refor-
Es ésta una historia que por su inmediatez, res- Armadas. Si el poder público se resolvía de esta for- la convicción deque el rechazo de la ciudadanía abar- zó e institucionalizó tendencias que en esa dirección
tringe la perspectiva de quien la observa y a veces ma, no debía insistirse, para el caso del "poder priva- caba mucho más que el concreto texto constitucio- ya poseía la sociedad uruguaya. Una lectura de la
resulta demasiado "entregada" al documento oficial, do", en la fuente de desunión y disputa ("de lo indis- nal por él ofrecido. Adviértanse tres agravantes a la historia del país con esta perspectiva, haría concluir
al discurso por entonces tolerado, al juego del rumor putable") que eran a su juicio los partidos políticos. derrota: a) no debería descartarse que alguna pro- que el resultado del plebiscito del 80 demostró la
y a la dialéctica que se arma –con el paso del tiem- Es posible que los militares hubieran escuchado porción no desdeñable de los votos emitidos por el primacía de las tendencias no autoritarias (que por
po– entre el olvido y la memoria. Aun así, luego de con mayor atención o entusiasmo la opinión de quien SI, fueran de sincera vocación demdcrática; b) en los comodidad podríamos llamar "liberales"). Pero ella
repasado el itinerario político de la dictadura, no es era entonces depositario de la conducción económi- departamentos de mayor peso electoral del país triun- no autoriza, de manera alguna, a caminar sobre el
aventurado desentrañar una lógica en las etapas de- ca del proceso. Para el ministro Végh Villegas, aun fó el NO por abultado margen; y c), los jóvenes que supuesto de la "muerte del autoritarismo", tan refor-
marcadas. con sus debilidades, los "partidos tradicionales" sig- tenían entre 18 y 27 años de edad y que votaban por zado durante la pasada década y diseminado sin duda
nificaban la mejor válvula de seguridad del sistema primera vez, lo hicieron abrumadoramente en contra en la convivencia de los uruguayos.
La "casa en orden" de dominación en proceso de reajuste. Su elimina- del proyecto autoritario (75%), sellando de alguna
ción sería la gran oportunidad para la izquierda y sus forma su suerte. Hacia la salida pactada
Comisarial, hemos visto, fue la dictadura inau- frentes populares. Las FF.AA. debían evitar Aunque muchos uruguayos no hubieran tomado
gural del "proceso", sumida en la perplejidad del caudillismos internos y retrocesos fáciles; refundar conciencia de tamaña peculiaridad, seguramente el Nuestra reseña ha puesto mayor énfasis en la
poder recién conquistado e incapaz de levantar un los partidos tradicionales; terminar con "Terra" (quien Uruguay sorprendió con todo este proceso a la opi- dictadura transicional que en la transición democrá-
proyecto que trascendiera la tarea de poner "la casa había dado el golpe de Estado en 1933), ambientar nión mundial. ¿Cómo explicarse que en un momen- tica, esto es, en intentar más una descripción inter-
en orden", tan desquiciada por la "omnipresente sub- "un Baldomir" y esperar tranquilamente "un to de fugaz –aunque asimétrico– empuje económi- pretativa de los elementos que fueron debilitando al
versión". El "comisario" se mostró implacable y te- Amézaga" (los que entre 1938 y 1942 habían enca- co, con todos los medios de comunicación a su arbi- régimen, que de los que sirvieron de sustento a la
naz, no dejó casi resquicios y en general, su gestión minado al país a la restauración democrática). trio, tras el exitoso ejemplo chileno de 1977 y 1980, restauración democrática.
resultó exitosa (la primera hora –previa al golpe, in- Finalmente, las FF.AA. optaron por dilucidar la los militares uruguayos perdieran su primer examen La dictadura uruguaya "aceptó" finalmente su
cluso– fue confusa y algunos confundieron al "co- encrucijada a través del camino, menos costoso, de electoral? El peso de la tradición liberal e incluso epílogo, condicionada por el relevo que sufrió en la
misario" con el "fundador" de progresismos). continuar la dictadura desde un discurso "democrá- antimilitarista (que hunde raíces más hondas en el iniciativa política. Fue la civilidad, pacíficamente
En dicho marco se inscribió la clausura de la tico". Los partidos habían construido la nación, los igualitarismo y en la marca de la escuela pública uru- impuesta desde el plebiscito del 80, quien cobraría
actividad política tradicional, la ilegalización "qui- hombres –y no el sistema– la habían puesto en peli- guaya), la influencia de la breve y velada convoca- protagonismo crecientemente inevitable y quien lleva-
rúrgica" de partidos y agrupaciones, la liquidación de gro, el voto popular le había dado legitimidad insu- toria por el NO, el descontento generado por las po- ría a los militares a plantearse la estrategia política
la Central sindical, la intervención de la Universidad y perable. La "nueva República" a fundarse mediante líticas económicas y sociales aplicadas, contribuyen en los términos de hallar la "mejor salida".
el "saneamiento" de la Administración Pública. decretos constitucionales (nada de exabruptos), ten- sin duda a la explicación general de aquella gesta. La reacción civil admitió también sus inflexio-
La política se privatizó al extremo, el político dría sí partidos; entre tanto, la tutela militar crearía Tal vez los militares, desde la perspectiva de su nes. Si bien los partidos políticos demostraron su vi-
-,(como persona, como función social) fue denigrado las condiciones para su funcionamiento "sano". continuismo, erraron los caminos: la permanente gencia durante la instancia plebiscitaria y las elec-
'públicamente, pero habría que decir también que la autoidentificación como conductores de una etapa ciones internas de 1982 4xigencia hecha de redes,
franja de la población no directamente reprimida pa- La fundación fallida transitoria de la que finalmente diera cuenta la vo- personas, lugares, memorias) la "lucha contra la dic-
reció acusar recibo de un respiro ante tantas "amena- luntad popular; la convicción de un "deber cumpli- tadura" desencadenada durante 1983 resultó un es-
zas" previas. La fundación del "nuevo orden" ocuparía aproxi- do" que les hizo imaginar, sin oficio electoral, una vic- cenario muy propicio para la explicitación de las fuer-
Puesta "la casa en orden", ¿qué hacer de allí en madamente los siguientes cuatro años del proceso toria arrolladora; la muy escasa confrontación –que zas y organizaciones sociales. El 1° de mayo de aquel
adelante? Los militares uruguayos habían penetrado (1976-1980). Las Fuerzas Armadas confiaban en que pudo ser diálogo– con la sociedad civil y sus intereses, año y el 18 de enero del siguiente, fueron en tal sen-
en la lógica del poder que siempre requiere perma- si sorteaban la presión internacional (que reseñára- que les hubiera permitido aprovechar sus debilidades y tido ejemplos culminantes de una movilización so-
nencias, a la que no le basta el pasado (por más "de- mos más arriba) y eliminaban la influencia de los vacilaciones; y en la última hora, en medio de sospe- cial a la que los demás actores debieron referirse para
ber cumplido" que acumule en su seno) y que res- partidos políticos, su proyecto lograría cobrar chas de derrota, la incapacidad para el golpe de timón, hacer la política.
ponde más bien a los desafíos del presente. Y en los legitimidad explícita ante la población mediante el fruto de la rigidez y lentitud que toda estructura de matriz La segunda inflexión de la dictadura transido-
quehaceres –tal la encrucijada del 76– estaba im- voto. Para ello disimularon la tutela con una propuesta militar arrastra consigo y que es visible sobre todo en nal fue dada por la voluntad de acuerdo entre los par-
plicado nada menos que el destino de los partidos y constitucional que el politólogo Luis E. González ha el momento de la política. tidos y el gobierno, lo que orientó el proceso hacia la
el destino de las propias Fuerzas Armadas. caracterizado romo "un híbrido de raíces tradicio- Por los resultados inmediatos, puede. afirmarse dinámica de la negociación y devolvió el timón a las
Para Juan María Bordaberry, la nueva ecuación nales", por un lado, y de "doctrina de la seguridad que las FF.AA. uruguayas fueron más eficaces en las colectividades políticas. La vocación negociadora
política del Cono Sur suponía "un concepto radical- nacional", por otro. faenas comisariaks que en las fundacionales, aun- desembocó, como es sabido, en tres resultados de
mente distinto al que descansa en la clásica división El plebiscito de 1980 fue entonces la segunda que también es cierto que nunca abandonaron del todo gran interconexión: relativizó la presión de la movi-
de poderes de Montesquieu". El golpe de Estado gran encrucijada de la dictadura. Destinado por las el primer oficio por-el segundo. Tal vez-ello hable de lización social, electoralizó la dinámica política y
había significado el fin de tal "artificio" y dado cau- FF.AA. a ser el punto culminante de su empeño las dificultades que todo proyecto –"ensayo", en este ajustó la salida a los términos de un pacto entre los
ce a la autoridad "natural y auténtica". Se trataba fundacional a través de la legitimación que aportaría caso– enfrenta en el Uruguay para ser implementado. militares y la mayoría de los partidos políticos.
entonces de "j'a,- forma institucional a esto", "de el voto popular, la derrota del treinta de noviembre Pero una visión de los resultados más mediatos No es difícil pronosticar entonces que el pacto
recibir en la Co-nstitución' este nuevo equilibrio". se convirtió, cual victoria de la oposición, en el mo- puede justificar otra línea interpretativa que echa raí- del Club Naval seguirá siendo tema del debate polí-

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Más que la "impunidad" para los militares de esa tensión entre novedades y persistencias ob-
tico de los uruguayos, en tanto su persistencia en la al pacto en algo legitimado por las mayorías e irre- servable en el campo político, aun cuando -poco a
delictuosos, el pacto dejó planteada una correlación
escena tiene que ver con la fragilidad del sistema versible. poco ese fenómeno tan uruguayo del "restauracio-
de fuerzas y sobre todo, un espacio a recorrer para su
democrático por él ambientado. Además de un arre- Los "partidos del Club Naval" aseguraron por eismo" ganara espacio a distintos niveles.
confirmación o modificación. Quien mejor expresó
glo de salida -¿o de entrada?-, parece haber adquiri- su lado el cauce electoral de la transición y acelera-
tal resultancia fue el propio Gral. Medina: "Deje-
do, con el tiempo, el carácter de gran continente al ron -vaya si esto reforzaba su legitimidad- la libera- El actor político Fuerzas Armadas
ción de los presos políticos. Pero al "entregar la ca- mos que contesten los hechos". Y los hechos contes-
que los actores llenaron de valoraciones diversas y taron -bien pudo ser de otro modo- en perjuicio de
sucesivas, un continente que se colmó de las tensio- beza" de su principal adversario electoral (Wilson Aunque es un tema que por su relevancia y es-
la civilidad. Al avance militar del 85 y 86, corres-
nes de la coyuntura y al que todos terminaron por Ferreira), todo quedó demasiado bien dispuesto para pecificidad merecería un tratamiento particulariza-
pondió la iniciativa de retroceso civil empujada so-
redefinir y reinterpretar. el triunfo colorado de Julio María Sanguinetti. El "co- do, la consideración aun sumaria de algunos aspec-
bre todo por los partidos tradicionales. Los amena-
Si fue pacto, es razonable pensar que no re- misario" ya tenía su "caballo" y la izquierda (tras tos -incluso, el mero planteamiento de interrogantes
zados del 84 se transformaron así en amenazantes,
sultaron de él asimetrías muy visibles: si comparamos un mal socio por una buena "entrada"?), entonces no resueltas- en tomo al actor político Fuerzas Ar-
mientras quienes no habían ingresado al círculo de
la exigencia militar del Parque Hotel con la del Club "dueña" de la calle, ingresaba de allí adelante al me- madas constituye un elemento insoslayable en el aná-
los pactantes terminaron haciéndolo, reconciliándo-
Naval, los efectos de este último sugieren un retro- do electoral. Los partidos pactistas lograron la elec- lisis del mapa político del período dictatorial. Aquí
se con los tutores. La salida de la democracia a la
ceso evidente de las Fuerzas Armadas. Pero si se ción -a la que todos finalmente concurrieron- y los también seguiremos en gran medida los trabajos es-
dictadura se había concretado por un puerta "fácil"
observa la cuestión en la perspectiva de su salida, el militares una gran chance para transformarse en los pecializados en la temática, en particular los de Ma-
que trasladaba los riesgos hacia el futuro. Salida uru-
resultado parece algo distinto. El retiro ordenado y árbitros de la misma. ría del Huerto Amarillo, Horacio Martorelli y Juan
¿Era tan segura e inminente la caída de la dicta- guaya al fin, de esta "república conservadora".
sin pavores fue posible en la medida que lograron Rial.
-sostiene Luis E. González- cancelar la real chance dura como para evitar la lógica de toda negociación? El primer problema es precisar la categoría más
Actores y escenarios
electoral de Wilson Ferreira y reservarse un tiempo ¿Era ésta, como afirmaba Sanguinetti, la única alter- apropiada para el análisis de las Fuerzas Armadas
prudencial de autonomía corporativa que evitara las nativa a la perpetuidad dictatorial? ¿Hasta qué punto como actor político. La cuestión se vuelve más com-
Si la definición de actores y escenarios resalta
sorpresas del revisionismo, sobre todo en lo que re- la movilización social y política empujaría al régi- pleja aun, si se constata la variabilidad de su rol polí-
siempre una cuestión fundamental en la elucidación
fiere a la violación de los derechos humanos (los se- men al precipicio? Y en caso de disponer de tal fuer- tico durante el gobierno de facto, en tensión de adap-
de todo proceso político, su relevancia cobra una sig-
cuestros, las desapariciones forzadas, las torturas y za en la sociedad civil, ¿qué hacer con ella después tación a las exigencias cambiantes de la evolución
nificación especial en el análisis del período dictato-
la muerte por torturas). del 10 de marzo? Es seguro que tales interrogantes del sistema político y sus escenarios. En este senti-
rial. Tal vez ello se deba tanto a la complejidad in-
Para ello fue preciso asociar a la izquierda (un atravesaron la instancia y que en ella se entrecruzaron do, muy diferente es la consideración del actor
trínseca del tema, como a la multiplicidad y variabi-
mal socio para una buena salida?) y transformar así las respuestas más disímiles. monopólico y casi solitario previo al 80, a la del que
lidad de los factores operantes en el caso concreto de
la experiencia histórica en cuestión. luego debió lidiar dentro de un sistema político con
En primer lugar, definir los actores y escenarios otros actores rivales, disputándole en forma crecien-
-y como resulta obvio, los unos dependen de los te la iniciativa política. No existe consenso sobre el
otros- significa de algún modo también dirimir pri- punto, figurando incluso formulaciones audaces y ori-
macías o hegemonías -en su caso, las situaciones de ginales como la hipótesis manejada fundamentalmen-
virtual monopolio-de la iniciativa política dominante. te por Rial, en el sentidade concebir a las FF.AA.
Desde esa perspectiva, como con respecto a tantos como "partido militar sustituto". Tal vez, así como
otros temas, 1980 marcó también un antes y un des- en el rol autoasignado por los militares coexistieron
pués en el campo de los actores y escenarios de la -con distintos y cambiantes énfasis- las tendencias
vida política durante el gobierno de facto. "comisarial", "fundacional" y "transicionan tam-
Por su parte, a este cambio de hegemonía en la bién coexistieron en las FF.AA. durante este tiempo,
iniciativa política se sumaron los efectos de muta- distintos tipos de relacionamiento en el marco del
ciones importantes operadas en la dinámica social a sistema político.
partir de 1973, lo que conllevó la emergencia de nue- Más allá de esa definición esquiva, surgen sin
vas modalidades de acción y expresión social -tam- embargo con bastante nitidez algunas características
bién de nuevas formas de "hacer política"- junto a más o menos permanentes de la actividad política
sugestivos cambios de comportamiento en la reapa- del instituto castrense durante el período. Menciona-
rición de organizaciones preexistentes respecto a sus remos algunas entre las más notorias: relevante au-
pautas tradicionales de funcionamiento. tonomía respecto de la sociedad civil; su elevada ín-
Todo ello comportó que las fronteras entre lo dole estatalista; el desdoblamiento difícil y desgas-
social y lo político se volvieran muy difusas, tante entre el cumplimiento de funciones profesio-
diversificándose grandemente la pluralidad de acto- nales, políticas y administrativas; la clara preeminen-
res y escenarios y planteándose una dinámica de fuer- cia de la conducción colegiada, ante los intentos de
te variabilidad en el juego de unos y otros. hegemonía personalista o de tipo caudillesco; la pre-
El devenir de la dictadura y sobre todo su tramo sencia de fuertes inercias de la organización profe-
final, habrían de perfilar con nitidez la trascendencia sional militar anterior en el desempeñode las nuevas
Vista parcial del acto del 1 9 de Mayo de 1983. Sus conductores fueron Ruben Castillo y Graciela Possamay.
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funciones (permanencia del espíritu corporativo y de búsqueda de mínimas formas de consenso con la tauración de los "estilos" <tumultuaria' y pasional la Pero si la lista de permanencias y restauracio-
la estructura jerarquizada y burocratizada, continui- civilidad, esa altanera (o temerosa) inclinación blanca; cerebral, ordenada, no exenta de fervores, la nes en el sistema partidario resultaba en verdad im-
dad en la exaltación de determinados valores fuerte- de casta se revelaría como fatal desde el punto de colorada; encabezada por un minuto de "meditación" presionante, tampoco faltaban allí importantes no-
mente internalizados, etc.); un elevado y relativamen- vista político. -a cambio de un propuesto Padrenuestro- la cívica). vedades. En primer lugar, en ningún caso de las
te continuo grado de institucionalidad (reflejado, por Luego de tantos fracasos fundacionales, el ac- Piénsese en el ostensible esfuerzo de elaboración y persistencias anotadas se podía hablar de estabilidad
ejemplo, en la general pérdida de influencia de los tor político militar demostraría sin embargo pericia y discusión programática, que obligó a saldar al me- absoluta, sino más bien de persistencias con cambio
militares en retiro); el desarrollo de una ideología de ductilidad a la hora de la salida. Muy lejos de la fácil nos una parte de la deuda de "las tradiciones" con y a través del cambio. Un buen ejemplo de ello lo
neto corte autoritario, nutrida por configuraciones de postulación de "la vuelta a los cuarteles", en el pro- "las ideas". Piénsese finalmente en lo que los parti- brindaba, por ejemplo, la inversión de hegemonías
diverso origen (doctrina de la seguridad nacional, ceso final de las negociaciones que desembocaría en dos ganaron en homogeneidad, en organización, en adentro del Partido Colorado y por la que el pache-
herencia del subsistema militar, teoría neoliberal el Pacto del Club Naval, las FF.AA. terminarían por explicitación y en capacidad de respuesta a la co- quismo perdía su primacía. Pero este cambio en ver-
autoritaria, etc.), entre otras. obtener su legitimación como actor político, en un yuntura. dad no menor debe ser puesto en línea con una con-
Al asumir la conducción del Estado, las FF.AA. hecho que no podía tener sino prolongaciones eviden- La elección del 84 puso en evidencia la restau- tinuidad más dura: la confirmación del predominio
debieron responder a los requerimientos provenien- (es hacia la etapa democrática. ración del sistema partidario uruguayo. El "tercer colorado en el conjunto del sistema de partidos (per-
tes de la propia índole de las nuevas tareas asumidas. partido" o el "medio partido" que era la izquierda manencia esta sí decisiva).
Este desafío propiamente político, se vio a su vez Los partidos: coaligada, confirmó e incrementó su presencia y cau- Por su parte, los años finales del período dicta-
profundizado en sus alcances por el tipo de aparato resistencias, persistencias, novedades dal electoral y demostró poseer, también ella, la "tra- torial -etapa de crisis profunda y generalizada, pre-
estatal que se heredaba, escasamente apto para la im- dición" -quinceañera- que le faltó al nacer. cisamente el típico momento en que los sistemas par-
plantación veloz de nuevos elementos y con fuertes La dictadura militar demostró una vez más que Pasado el temporal, los partidos estaban otra tidarios se reajustan y sus permanencias parecen en-
inercias que le otorgaban cierta autonomía relativa la historia del Uruguay es asimilable a la historia de vez allí, sobreviviendo al gobierno que dispuso trar en un hiato peligroso- presenciaron también el
frente a los proyectos de la nueva corporación domi- todos sus partidos políticos. El "proceso" que había de las mayores armas para aniquilarlos y expre- despliegue de una serie de fenómenos y situaciones
nante. La obligación de "hacer política" -porque de comenzado con la denigración de "la política", de sando a la vez a una sociedad ya una cultura polí- que amenazaban erigirse en desafíos importantes para
ello se trataba, lo aceptara o no el discurso militar- los políticos y de los partidos, evidenció otro fracaso tica de matriz civilista. muchas de las continuidades del sistema: el fuerte
planteó al actor político FF.AA. algunos asuntos de al culminar su itinerario con las colectividades toni- proceso de hegemonización de las mayorías adentro
difícil resolución que Martorelli agrupa eficazmente ficadas y relegitimadas ante la sociedad civil y con el de ambos lemas tradicionales, que tiende a cohesio-
en tres conjuntos de problemas, los derivados del partidocentrismo ratificado. natos en términos ideológicos y por ello a simplifi-
"ejercicio efectivo de la autoridad" (que entre otras Ni los entusiasmos neocorporativistas de la pri- car como quizás nunca antes su tradicional diversi-
generó la prioridad de mantener la "cohesión mera hora, ni las proscripciones de las dirigencias dad de comportamientos en los períodos interelecto-
monolítica" interna); los vinculados con el logro de partidarias, ni la propuesta del candidato único, ni la rales; la confirmación de una "tercera fuerza" real-
ciertas formas de "legitimación "(que intentaron pero "tentación" del "partido del proceso" lograron bo- mente poderosa como el Frente Amplio, que profun-
no pudieron lograr por la vía electoral); y, por últi- rrar las antiguas identidades partidarias ni el sistema diza los cambios operados en el sistema de partidos
qno, los asociados a la dimensión de la "representa- de lealtades que siempre las nutrió. Durante los pri- luego de 1971 y consolida una modificación sustan-
-ción de la autoridad" (que dio lugar a sucesivas ofen- meros años, los militares sostuvieron una línea dura cial de las reglas de juego tradicionales; la existencia
sivas propagandísticas de la simbología militarista, y de ribetes principistas contra el régimen del doble de un liderazgo personalizadainédito en la experien-
onerosas y por lo general con escasos resultados). voto simultáneo, pero tras la derrota del 80, tal vez cia anterior de la izquierda, lo 'que entre otras cosas,
A diferencia de lo sucedido en otras dictaduras por permeabilidad o pertenencia a la cultura política vino a facilitar la integración de ésta a ciertas áreas
latinoamericanas, el régimen militar uruguayo no tradicional, tal vez para ampliar la representación de de decisión que le eran anteriormente vedadas (en
logró prohijar movimientos sociales ni partidos polí- las minorías oficialistas, alteraron sus convicciones particular, las luego habituales "reuniones de cúpu-
ticos oficialistas. En este sentido se ubican fenóme- y terminaron defendiendo lo que tanto habían denos- la"); las inciertas posibilidades de concreción de una
nos como el del fracasado intento de inducir un "nue- tado. Dicho en otros términos, no fueron capaces (sal- reforma política profunda, electoral y constitucional;
vo sindicalismo" o la azarosa trayectoria del proyec- vo en el caso de la por ellos frustrada ambición de por último, las diversas resonancias en el sistema
to del "partido del proceso". Incluso, las relaciones Bordaberry) de pensar un cambio institucional político en general y en los partidos en particular del
de los militares con sus potenciales aliados sociales sustrayéndose de los límites que imponía el paradig- período de la dictadura y del poder militar mismo,
(en particular, sus vínculos con los grupos de pre- ma uruguayo de la política. así como de sus notorias sobrevivencias e inercias
sión empresariales) no siempre fueron fluidas y ar- El mismo triunfo del NO puede ser visto como en el presente.
mónicas, como veremos más adelante. Si bien exis- una tarea de los partidos políticos, razón por la cual
tieron círculos oficialistas (variadas "camarillas" el nuevo plan militar cayó en la cuenta de que nada
de civiles vinculadas generalmente a los jerarcas era posible sin su concurso. Y en su búsqueda, los Dictadura y sindicatos
militares de mayor predicamento), el espíritu cor- militares echaron a andar una ley y un proceso elec-
porativo y la desconfianza propia de una estructu- toral que aseguraron su vigencia. ¿Qué otra cosa sino En una perspectiva de mediano plazo, la huelga
ra cerrada los llevó con frecuencia i a desechar o reforzar las identidades partidarias se logró a partir general impulsada por la CNT había herido de muer-
restar importancia a algunas ofertas-de apoyo (es- de la reanimación del 82? Piénsese en el frecuente y te a la recién nacida dictadura, al tiempo que había
casamente condicionadas la mayoría de las veces) publicitado funcionamiento de los órganos delibe- permitido explicitar las hondas divergencias que de-
provenientes de fa sociedad civil. A la hora de la rantes, las convenciones, que mostraron hasta la res- Primera marcha de ASCEEF', por Bulevar Artigas. bilitaban al -movimiento sindical y a la izquierda toda.

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'Un río de libertad"...
Tras el primer duro golpe a la Central (ilegalización,lela a la agonía dictatorial, la reactivación de los La concentración popular de
proscripciones, detenciones, confiscaciones, autoriza-movimientos sociales tradicionales (sindicatos y or- goviembre de 1983 en el Obelisco,
ción a las patronales para despedir a los huelguistas,ganizaciones estudiantiles) se dio conjuntamente con astimada en 400.000 personas, no
la aparición de actores sociales de nuevo cuño, algu- tenía antecedentes en nuestro país.
etc.), la política militar se orientó –inicialmente de la
mano del ministro Bolentini– a la captación de las nos de ellos inéditos en la historia del país. Fue así
bases sindicales, si no como punto de apoyo, al me- que comenzaron a cobrar creciente vigor y dinamis-
nos como campo a neutralizar con urgencia. Los in- mo organizaciones como los movimientos cooperati-
tentos en tal sentido se demostraron frustráneos: a vistas de vivienda (nucleados en FUCVAM), diver-
pesar del decreto 622 de reglamentación, los trabaja- sos movimientos juveniles, movimientos comunales,
dores volvieron a depositar su confianza en los mis- organizaciones de mujeres, "ollas populares", orga-
mos dirigentes; los servicios castrenses de "aseso- nizaciones rurales de pequeños y medianos produc-
ramiento y asistencia jurídica al trabajador"no fa- tores, etc., todos ellos con un protagonismo insosla-
cilitaban más que planteos particularistas y las comi-yable en la reconstitución de la trama social y en la
siones paritarias generaron estructuras de muy esca- proyección de la lucha antidictatorial.
sa significación. Y por si fuera poco, las reiteradas Se trataba, en general, de movimientos prefe-
denuncias de la CNT en el exterior obligaron al go- rentemente urbanos, de base territorial, orientados en
bierno a dar cuenta permanente de las violaciones a tomo a reivindicaciones sociales básicas (en áreas
los convenios de la OIT. como la vivienda, la salud o la alimentación), surgi-
dos como reflejo de formas de solidaridad ante la
Tal vez el intento más significativo por lograr la
adhesión de los trabajadores fue el iniciado en junio política autoritaria y el agudo empobrecimiento po-
de 1979, que-tendía a promover "un movimiento sin- pular. En ese sentido, estos "nuevos" movimientos
dical nacionalista" a partir de conversaciones de al- sociales fueron auténticos "hijos de su tiempo", expli-
gunos oficiales de las FF.AA. con los detenidos en el cándose su aparición como respuesta a procesos como
penal de Libertad y en el FUSNA, a quienes se ofre- la renuencia del Estado militar y la imposibilidad de
cía a cambio algunos alivios en su condición de presoslos partidos y de las "viejas" organizaciones sociales
sindicales. El nuevo rechazo de la propuesta terminó de asumir funciones de intermediación en la satis-
por convencer al gobiemo dé la necesidad de abocarse facción de servicios y necesidades esenciales. En su como trabajadores) y políticos (de
origen, entonces, se entrecruzaron causas económi-
a una legislación que reanimara, con una fuerte regula- todos los partidos). Desde esa pers-
ción, la actividad gremial del país. En ese marco, im-cas, sociales y políticas, todas ellas con la singulari- pectiva, la proyección política de la
pulsó la ley de Asociaciones Profesionales, un estatutodad de referirse a aspectos concretos de la vida acción de estas organizaciones
duramente restrictivo que generó rechazos y contra- cotidiana, lo que terminó de dotar a estos "espacios contribuyó de modo destacado a "in-
propuestas –como la de los empleados bancarios de sociales de solidaridad popular alternativa"de una cubar" los grandes acontecimientos
AEBU– pero sobre todo, delimitó un espacio de reor- dimensión política poderosísima. ocurridoNego de 1980.
ganización sindical que los trabajadores se apresura- Además de las características ya señaladas (se- Sin_embargo, y como resultaba
ron a ocupar y de inmediato a trascender. guimos los trabajos de Carlos H. Filgueira), estos previsible, la restauración del sistema
Que la opción había sido funcional a la resis- "nuevos" movimientos sociales presentaron rasgos político tradicional desembocó en la
tencia, lo demostraría el hecho de que un puñado de claramente innovadores: su relativa autonomía res- extinción, la absorción o por lo menos
"asociaciones profesionales de primer grado" logra- pecto al Estado y los partidos, su perfil espontaneísta, la pérdida de dinamismo de muchos de
ra organizar el primer gran acto callejero de masas sus generalmente precarios niveles de institucionali- estos "nuevos" movimientos, relegados
contra la dictadura el lo. de mayo de 1983, situando dad (con alguna excepción notable en este sentido por la reimplantación de la hegemonía
como el caso de FUCVAM), el carácter abierto, ma-
así al movimiento sindical en el centro de la trama po- del Estado, de los partidos y, en menor medida, de
leable y pluralista de su composición, entre otras. La de autotransformación de algunas entidades como
lítica, con notable poder de comunicación y con un pro- los sindicatos.
singularidad de estos "nuevos" movimientos tuvo los cambios en el Movimiento por Vivienda De-
grama de demandas de carácter netamente nacional.
también su correlato en no pocas novedades que pre- corosa, MOVIDE, o la coordinación de grupos en
Apenas un año más tarde, la movilización social había La dictadura y el escenario electoral:
sentaron en su reactivación organizaciones como el instancias organizativas de segundo y tercer gra-
perdido el terreno que ganaban los partidos políticos y bases de la restauración
PIT y la ASCEEP respecto a sus matrices históricas, -do que procuraron evitar las distorsiones de la división.
muchos de los mismos dirigentes que habían conduci-
luego diluidas. No es exagerado advertir el rol crucial cumplido por
do la reactivación del 83, aparecían como candidatos Si bien hubo varios escenarios de referencia-fun-
La propia dinámica de su natural inserción en estos nuevos actores sociales en el pico de las movi-
de la izquierda para las elecciones del 84. damental en el itinerario de las decisiones políticas
la oposición antidictatorial, hizo que las prin- lizaciones populares antidictatoriales de 1983 y parte
durante la dictadura –baste citar a título de ejemplo
cipales demandas de estas organizaciones fueran de 1984, así como su peso en experiencias como la
Los nuevos movimientos sociales._1 la trascendencia de los ámbitos de la movilización y
desarrollándose de lo puntual y meramente Intersocial o más tarde en la Concertación Nacional
Programática, (CONAPRO), entidad que reunió a la negociación–, en el balance final no resulta exa-
Como le ha señalado, en el proceso de recons- reivindicativo hacia exigencias más globales y ple- gerado señalar que el escenario electoral volvió a
actores sociales, gremiales (tanto empresarios
trucción de la sociedad civil operado en forma para- namente políticas. Ello se tradujo en fenómenos
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constituirse en el decisivo, en función del curso que lema, eliminación del doble voto simultáneo, entre bloques o alianzas de clases. Todo esto hizo que las neoliberales desde los sucesivos equipos económicos,
fueron tomando los acontecimientos. otras- y, en menor medida, la "Ley Orgánica de los inflexiones más notorias en la evolución de los no resultó desmantelado en su esqueleto fundamen-
En un rasgo de singularidad con respecto a las Partidos Políticos" (la llamada "Ley Fundamental No. indicadores económicos y sociales durante la dicta- tal, en sus tareas ni en su funcionariado, mantenien-
otras dictaduras de América Latina -y tal vez del 2" en la que los partidos obtuvieron sin embargo dura no siempre coincidieran con los "años bisagra" do su acción incluso algunos "inesperados" espacios
mundo entero-, puede decirse que en el caso uru- importantes "concesiones" que fueron pautando un del proceso político en el período. autonómicos. Contrariando la perspectiva de una
guayo el proceso de democratización estuvo signado, retomo gradual al sistema tradicional) trataron de fi- En ese marco, no resultaron pocos o irrelevan- mera política representacional, aparecieron jerarcas
en forma decisiva, por la importancia que en él tuvo jar una serie de pautas innovadoras que afectaban a tes los cambios significativos operados en la estruc- del régimen como Borad y Raimúndez que defen-
una sucesión de eventos electorales. En efecto, com- casi todos los aspectos de la dinámica partidaria: cri- tura social durante ese largo deceuio. En primer tér- dieron el aparato estatal frente a los entusiasmos
probando el espacio central ocupado en la historia terios organizacionales, propaganda, modalidades mino, la política económica del régimen provocó un privatizadores -los de Ramón Díaz desde Búsqueda,
uruguaya por el arbitraje electoral como referencia para la elección de candidatos, etc. En ese propósito "descenso estructural" de la sociedad en su conjun- enfrentado a Botad- entonces en boga y con espacio
confíguradora de todo el sistema político, en los últi- los militares encontrarían coincidencias inesperadas to, a partir de una acelerada distribución regresiva para desplegarse. Hubo, también, connotados repre-
mos cuatro años de la dictadura se convocaron nada como la del Dr. Jorge Baffle, quien aún proscripto del ingreso que alcanzó niveles de "desplome" a partir sentantes de sectores económicos del agro o de la
menos que tres consultas electorales (1980, 1982 y para la actividad política declararía en enero de 1983, de 1982. La dramática pauperización de amplios sec- industria que, elevados o llamados a puestos jerár-
1984), de índole diversa y con la alteración casi cons- en reportaje que le "costaría" al semanario "Búsque- tores de la población, el sensible crecimiento de los quicos de la Administración, parecieron "cambiar de
tante de las reglas de juego imperantes. da" una clausura por cinco ediciones: "El doble voto registros porcentuales de situaciones de pobreza y camiseta" y "convertirse" al estatismo, ganándose por
Lo primero que salta a la vista es el peso formi- simultáneo divide a los partidos y no respeta la vo- aun de indigencia, el deterioro claramente percepti- ello la repulsa de sus apoyos originarios (lo ocurrido
dable de la tradición electoralista sobre el conjunto luntad del votante". ble del nivel de vida y ahorro de los estratos medios, entre el ministro de Ganadería C. Manos Moglia y
de los actores políticos. Ni siquiera pudieron sustraer- Constatando la debilidad de sus apoyos adentro contrastó en forma nítida con la transferencia de re- las agremiaciones rurales durante 1983 y 1984 es una
se a su influjo los propios militares, quienes en el de los partidos, el propio régimen terminaría en 1984 cursos al sector empresarial y sobre todo con el no- buena prueba de ello).
momento en que buscaban una legitimación para sus avalando el regreso a las prácticas que más había cri- torio aumento de la importancia económica y social En el campo opositor se verificaron fenómenos
planes fundacionales, no dudaron en procurarla por ticado de la normativa anterior. Ello, sumado a la poca del capital financiero. muy significativos en este plano de la articulación
la vía plebiscitaria en 1980, aunque cometiendo el entidad de las variaciones porcentuales registradas Sin embargo, este cuadro social no siempre pro- de lo social y lo político. El desarrollo de experien-
grave "error" -como se ha visto- de prescindir de por las fuerzas políticas de mayor peso en los comi- pició relaciones idílicas entre las clases altas y los cias como la Intersectorial o la Intersocial, el papel
los partidos tradicionales. Estos, como era previsi- cios de 1971 y 1984, significaron dos de los testimo- militares (los que además no lograron pertenecer ca- decisivo jugado por la movilización popular en el
ble, centraron progresivamente sus respectivas estra- nios más contundentes acerca de la estabilidad balmente a ellas). Confirmando la línea de larga du- curso del proceso político o la singularidad del papel
tegias electorales con la referencia central de noviem- restauracionista demostrada por el sistema político ración que alguna vez apuntara Real de Azúa acerca cumplido por las organizaciones sociales en el trá-
bre de 1984, demostrando una vez más su probada uruguayo en toda la coyuntura. Las "mayorías silen- de la debilidad relativa de las clases dominantes uru- mite de la Concertación Nacional Programática -en-
- eficacia en el juego complejo de la "alquimia" elec- ciosas" volverían a operar-al igual que antaño- como guayas, los militares obtuvieron resultados muy es- tre otros fenómenos- constituían eventos que, en efec-
toral. También la izquierda -la "convidada de pie- la clave aseguradora de las "transiciones moderadas" casos y parciales en su esfuerzo por transferir -el to, parecerían perfilar el arraigo de novedades im-
, dra" hasta el último instante- focalizó la tarea de re- (léase conservadoras). liderazgo social a los empresarios, no encontrando portantes también en esa perspectiva. Apreciando
- afirmar su identidad a través de su recomposición en allí, en verdad, una fuerza que pudiera hegemonizar estos y otros elementos hubo quienes -y no fueron
1984 como actor electoral protagónico. Era un cua- Lo social y lo político: el proyecto desde lo social. El régimen no llegó a pocos, aunque tal vez lo hicieran exigidos por un tiem-
dro propicio a la restauración, no solo de la vida de- una compleja articulación contagiar con su "entusiasmo fundacional" a buena po de postulaciones cortiprometidas- anunciaron el
mocrática sino también de las formas clásicas de or- parte de los sectores económicos beneficiados y de advenimiento de una "nueva y vigorosa sociedad
ganización política y social. El juego de correspondencias entre lo político, la derecha política, los que no apoyaron sus planes uruguaya", nutrida con- impulsos endógenos y posi-
Como también lo probaría la posterior campaña lo económico y lo social durante la dictadura resulta corporativistas en forma plena y que a partir de 1980 bilidades de desarrollo desconocidos anteriormente
del referéndum contra la llamada "ley de caducidad", un tema tan decisivo como de difícil análisis. Como comenzaron incluso a distaneiarse de su política eco- en el país.
la dictadura no podía mostrarse ajena a esa regla tan se ha visto, la irrupción del gobierno militar se operó nómica. Ello no fue por "democratismo": sus críti- Sin embargo, el final de la dictadura habría de
uruguaya de dirimir los pleitos cruciales en el esce- en un escenario signado por la agudización del con- cas a la política económica no derivaron de su pre- proyectar también aquí un panorama mucho más res-
nario electoral. flicto social, en el que el realineamiento de los acto- sencia en el frente opositor antidictatorial, como lo taurador y tradicional que el previsto. Lo "social or-
El gobierno dictatorial tampoco pudo apartarse res políticos y sociales se perfilaba en una clara prueba la "prescindencia" de los grupos de presión ganizado" sería capturado lentamente por lo partida-
de las tradicionales polémicas en torno a la llamada perspectiva de polarización. Bajo el imperio del empresariales (con la excepción explicable de la Fe- rio (muchos dirigentes sociales nuevos resultaron fi-
"ley de lemas", su incidencia decisiva en la estructu- autoritarismo, la trama de lo político -y también de deración Rural) en ocasión del "paro cívico" de ju- nalmente candidatos de la izquierda en las eleccio-
ra partidaria y en la dilucidación de las contiendas lo social- hubo de volverse más compleja, transfor- nio de 1984. nes), reproduciéndose algunas de las características
electorales. En otro de sus ensayos fundacionales fi- mándose forzadamente los escenarios, los actores, También se operaron cambios importantes en el más salientes del sistema político previo a 1973. La
nalmente fracasados, también el gobierno de facto hasta los lenguajes. Hacia el final del período dicta- seno de estas clases dominantes durante el período oposición vigorosa que en 1983 amenazó -tal vez
buscó terminar con la normativa electoral tradicional torial, sobre todo a partir del deshielo político y de la de la dictadura: la creciente hegemonía del sector fi- sólo eso- "desbordar" a la dictadura cedería la ini-
del Uruguay, procurando -de acuerdo con sus pro- aplicación del ajuste económico recesivo de la etapa nanciero (cuya acelerada extranjerización "desanu- ciativa política en 1984 a las dirigencias partidarias
clamados objetivos de "saneamiento político"- ra- terminal del gobierno de Gregorio Álvarez, la vida dó" un tanto la cohesionada "rosca oligárquica" de (a los partidos, en rigor) y a la primacía de las "ma-
cionalizar y organizar el funcionamiento interno de política volvió a impregnarse de modo más directo los 60) y el descaecimiento de las bases sociales y yorías silenciosas" en el escenario electoral. La es-
las colectividades partidarias. En efecto, las disposi- del juego de las tensiones sociales, renovándose una políticas de poder de los terratenientes, entre otros. perada experiencia de la "Concertación Nacional Pro-
ciones electarales contenidas en el proyecto consti- articulación de signo polarizador, que sin embargo El Estado, por su parte, aun con el impulso gramática" (colorados, blancos, frentistas, empresa-
tucional del 80 -candidatura presidencial única por nunca llegó a confundirse con una confrontación de privatizador que desplegaban los tecnócratas rios y sindicatos, entre sus fuerzas más notorias) ter-

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minaría siendo un fatigoso espacio de encuentro y ¿Es que la sociedad uruguaya —la real, no la que-
diálogo, de "testeo", medición de fuerza y conflicto. rida o postulada— permitía otro final? ¿La política
Sus resultados en términos de acuerdos para actos había "encorsetado" o bloqueado la expresión de una
de gobierno fueron pobres; sin embargo, para algu- sociedad más vigorosa o eran los propios bloqueos
nos de los concurrentes la mera comparecencia les sociales —nunca superados, en realidad— los que se
brindó una oportunidad para hacerse visibles y "más explicitaban? Conjeturas de difícil resolución, que
democráticos" de lo que habían sido durante la dic- permanecen —y seguirán estándolo— en el centro del
tadura. debate.

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