El Contexto Historico Asia Oriental La Guerra Fria

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El contexto

histórico de Asia
oriental: la Guerra
Fría
PID_00271364

Marta Sanz Gómez


Lluc López i Vidal

Tiempo mínimo de dedicación recomendado: 3 horas


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Marta Sanz Gómez Lluc López i Vidal

El encargo y la creación de este recurso de aprendizaje UOC han sido coordinados


por el profesor: Lluc López i Vidal

Primera edición: febrero 2020


© Marta Sanz Gómez, Lluc López i Vidal
Todos los derechos reservados
© de esta edición, FUOC, 2020
Avda. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
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del titular de los derechos.
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Índice

Introducción............................................................................................... 5

Objetivos....................................................................................................... 7

1. El inicio de la Guerra Fría (1945-1960)........................................ 9


1.1. La definición de Guerra Fría: un concepto, varias
interpretaciones ........................................................................... 10
1.2. La preparación del orden bipolar: las conferencias entre los
tres grandes (The Big Three) ........................................................ 12
1.3. La división en bloques ................................................................ 14
1.4. China durante la Guerra Fría: ¿quién perdió China? ................. 16
1.5. La recuperación de Japón: de enemigo vencido a aliado
imprescindible ............................................................................. 19
1.6. La guerra de Corea y la división de la península ........................ 25

2. La evolución de la Guerra Fría: la adaptación de Japón y


de China en el contexto bipolar.................................................... 29
2.1. Japón como nueva potencia económica y la doctrina Guam ..... 29
2.2. La diplomacia triangular de Mao ............................................... 35

Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 43

Solucionario................................................................................................ 46

Bibliografía................................................................................................. 47
© FUOC • PID_00271364 5 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Introducción

Como hemos apuntado en el primer módulo, uno de los elementos clave de


continuidad en el orden regional asiático actual es precisamente el legado�de
la�Guerra�Fría. El fin de la Segunda Guerra Mundial dio paso a una época de
enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética y produjo un orden
internacional bipolar que fue especialmente intenso en Asia oriental, donde
la Guerra Fría vivió los episodios más calientes de la contienda. En el caso de
Europa, el final del sistema bipolar modificó la estructura del continente, y la
creación de la Unión Europea permitió la culminación de un periodo de paz
y prosperidad sin precedentes en la historia del continente.

En cambio, en Asia oriental, la desaparición de la Unión Soviética no solo no


ha terminado con las rivalidades de la zona, sino que la competición entre
las potencias se ha exacerbado en los últimos veinte años. Por este motivo,
antes de analizar en el último módulo cuál es la situación actual de la zona,
resulta del todo indispensable estudiar el periodo que precede al actual y que
ha dejado una impronta más profunda en la región de Asia oriental: la Guerra
Fría.

Ahora bien, como apunta Derek McDougall (2016, pág. 12-18), afirmar que la
Guerra Fría fue la única narrativa dominante durante este periodo sería una
sobresimplificación. Algunas dinámicas y temáticas durante este periodo que
escapan de la simple clasificación de «temas de la Guerra Fría» fueron el nuevo
papel que tuvo Japón después de la guerra, la tercera vía propuesta por Mao
y que intentaba liderar un tercer mundo que escapara del comunismo sovié-
tico, la emergencia del Sudeste asiático, la descolonización de la zona, o el
movimiento de países no alineados liderados por algunos países como India,
Egipto o Yugoslavia.

En este módulo analizaremos en primer lugar el periodo que va de 1945 a 1960


y la división del mundo en dos zonas de influencia. Si bien en un primer mo-
mento el foco de atención de Estados Unidos en la zona de Asia-Pacífico está
centrado en la democratización y desmilitarización de Japón para evitar una
tercera guerra mundial, con el inicio de la Doctrina Truman –que dará paso
al inicio oficial de la Guerra Fría–, Washington establecerá unos nuevos obje-
tivos. Para el bloque capitalista, el objetivo primordial tenía que ser contener
el comunismo allá donde fuera necesario, y para ello se requería que Japón
estuviera en todo momento en el bando estadounidense, especialmente des-
pués de perder la alianza con China.

Precisamente la proclamación de la República Popular de China el 1 de octubre


de 1949 supuso un gran revés para la estrategia asiática de Estados Unidos en
la zona, igual como lo será en su momento la ruptura de las relaciones con el
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Irán de los ayatolás en 1980. Ahora bien, como veremos al final del módulo, si
bien la Unión Soviética interpretó en un primer momento la victoria de Mao
como un estímulo a su revolución comunista mundial, la alianza de China
con Estados Unidos en 1970 supondrá un descalabro en el mundo comunista.

A continuación, veamos el inicio de la guerra.


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Objetivos

Al final del módulo, los estudiantes podrán ser capaces de:

1. Estudiar e identificar los principales�hechos que ocurrieron en la zona de


Asia oriental durante el periodo histórico de la Guerra Fría.

2. Analizar las principales dinámicas que se produjeron en la zona de Asia


oriental, e identificar qué episodios marcaron profundamente a los actores
de la zona.

3. Analizar los tres actores�principales�de�la�zona –Estados Unidos, China y


Japón– y cuáles son sus relaciones con el resto de actores durante la Guerra
Fría.

4. Identificar los diferentes cambios en la estructura�de�poder de la zona que


se produjeron durante el periodo de la Guerra Fría: desde la pérdida de
China, el cisma sino-soviético, el mantenimiento de la península coreana
en dos bloques, el papel de Japón como aliado indispensable de Estados
Unidos o el acercamiento entre China y Estados Unidos.
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1. El inicio de la Guerra Fría (1945-1960)

En el periodo que va de 1940 a 1950 se produjo el inicio de la confrontación


bipolar entre las dos superpotencias. Este enfrentamiento tendrá como campo
de batalla principal a Asia oriental, donde la Unión Soviética y Estados Uni-
dos tendrán que reaccionar ante la guerra civil china (1945-1949), la guerra de
Corea (1950-1953) y la guerra de Vietnam (1955-1975). Mientras Europa que-
daba dividida en dos partes separadas por un «telón de acero», en Asia oriental
la «telón de bambú» partiría la región en dos zonas: los países comunistas –
China, Mongolia, Corea del Norte, y después Laos y Vietnam– y los países no
comunistas de la zona del Noroeste y Sudeste asiático.

Mapa de la división de Asia oriental en dos partes

En este apartado, en primer lugar, se definirá el concepto de Guerra Fría y se


describirán sus características principales. A continuación se explicará cuáles
fueron los acuerdos y los encuentros entre los aliados para preparar el orden
de posguerra fría, y, en especial, la reconfiguración del orden regional asiático.
Seguidamente, se explicará el conflicto civil que enfrentó a los partidarios del
Partido Comunista Chino liderados por Mao Zedong, y los que defendían al
Partido Nacionalista Chino (Kuomingtang) del general Chiang Kai Shek.

En la segunda parte del apartado, analizaremos el papel que Japón tendrá a


partir de entonces como amigo aliado de Estados Unidos, y el establecimiento
–impuesto– de una constitución pacifista. Resultará esencial analizar como el
país tuvo que hacer frente a las primeras contradicciones entre la nueva cons-
titución pacifista que lo hacía renunciar a la guerra, y las demandas de Estados
Unidos, una vez iniciada la Guerra Fría, para que participara en su estrategia
de seguridad en la zona. Además, identificaremos cómo Japón se convirtió en
una superpotencia económica gracias al llamado «milagro económico». Final-
mente, acabaremos este apartado narrando el primer episodio de guerra ca-
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liente que se produjo durante la etapa bipolar: la guerra de Corea (1950-1953),


un enfrentamiento civil en el que las grandes potencias –Estados Unidos, la
Unión Soviética, y después la China de Mao– aplicaron por primera vez la fa-
mosa «teoría de la contención», o del dominó, del presidente estadounidense
Harry Truman.

1.1. La definición de Guerra Fría: un concepto, varias


interpretaciones

Antes de hablar de la Guerra Fría hay que definir el concepto. Durante ca-
si cuarenta años las relaciones internacionales estuvieron dominadas por el
conflicto ideológico entre las dos superpotencias que surgieron como grandes
triunfadoras de la Segunda Guerra Mundial: la Unión Soviética y Estados Uni-
dos. Mientras la Unión Soviética representa el modelo político comunista y la
economía planificada, Estados Unidos se abanderó como líder de la economía
de mercado y de la democracia liberal. Veamos a continuación sus caracterís-
ticas principales.

1) La Guerra Fría tuvo un alcance�global, y afectó a todos los continentes, y


especialmente, como analizaremos en este apartado, al continente asiático.

Mapa de los principales conflictos durante la Guerra Fría (periodo 1948-1975)

2) Dividió el mundo en dos�grandes�bloques�antagónicos y muy definidos. La


pertenencia a un bloque evitaba poder formar parte del otro. Solo un pequeño
grupo, a partir de 1955 (Conferencia de Bandung), reclamará una posición de
países no alineados, que será muy difícil de mantener.
© FUOC • PID_00271364 11 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Mapa de la división en dos bloques, los países neutros y los no alineados

Fuente: https://www.deviantart.com/gamekiller12/art/alternate-cold-war-map-683811559

Por otro lado, cada uno de los bloques no solo se defendió de los ataques del
otro, sino que aumentó su poder�militar para expandirse a otros territorios.
La seguridad de uno de los bloques se conseguía a expensas de la seguridad
del otro.

3) Para conseguir sus objetivos recurrieron a todos los medios que tenían a su
disposición, ya sea con las guerras indirectas –llamadas en inglés proxy wars–,
la propaganda ideológica, la subversión, la competición militar y tecnológica
o el espionaje.

Cartel de propaganda de la forma de vida norteamericana

4) La característica principal de esta competición antagónica entre dos gran-


des superpotencias es que, a diferencia de otros periodos, no�hubo�nunca�un
conflicto�directo entre las fuerzas armadas soviéticas y estadounidenses. Co-
mo lo definió Raymond Aron, se trataba de una guerra improbable, pero a la
vez de una paz imposible.
© FUOC • PID_00271364 12 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

1.2. La preparación del orden bipolar: las conferencias entre los


tres grandes (The Big Three)

El orden de Guerra Fría se gestó en una serie de conferencias que reunió a


los tres�grandes (The Big Three) líderes: el presidente norteamericano Franklin
Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el líder soviético
Iósif Stalin. Tanto en la conferencia de Moscú (1943), El Cairo (1943), Teherán
(1943), Yalta (febrero de 1945) como la de Potsdam (julio de 1945) se discutió
y negoció cómo tenía que ser el orden de posguerra: la repartición de Europa,
de Asia, la formación de alianzas o la creación de las Naciones Unidas.

En la conferencia�de�El�Cairo se acordó, por un lado, permitir la indepen-


dencia de Corea, y, por otro, que Japón, una vez vencido, devolviera las pose-
siones que había adquirido durante su aventura colonial (retroceder al mapa
de 1914). Además, el líder del Partido Nacionalista Chino, Chiang Kai Shek,
recibió la promesa que Manchuria, Formosa y las islas Pescadores serían resti-
tuidas en el territorio de la República China. Como colofón, los tres líderes
pedían la rendición total y sin condiciones de Japón, y trazaban un plan para,
en caso de que no lo hiciera, derrotar al enemigo en el teatro de operaciones
de la zona entre China-Birmania-India.

La conferencia de El Cairo (1943) entre Chiang Kai Shek, Roosevelt y Churchill

En Yalta (febrero de 1945) los Big Three se volvieron a reunir, además de hablar
sobre la rendición de Alemania, para discutir sobre las operaciones para liberar
el Pacífico, entre las cuales había planes específicos para Filipinas y Okinawa.
Además, Stalin prometía entrar en guerra contra Japón dos o tres meses des-
pués de derrotar a Alemania, puesto que había que recuperar fuerzas antes de
enviar el Ejército Rojo a la zona. Ahora bien, Stalin pedía tres condiciones para
entrar en guerra, en el que se ha conocido como el Protocolo�Secreto�de�Yalta
(Miller y Wich, 2011).
© FUOC • PID_00271364 13 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

1) En primer lugar, mantener el estatus de la República de Mongolia como


país comunista.

2) Restaurar los derechos soviéticos violados después de la guerra de 1905. Esto


significaba devolver a Rusia la parte sur de las islas Sajalín.

3) Devolver a los rusos todas las islas Kuriles incorporadas al Imperio japonés Bibliografía
desde el siglo XIX.
Para obtener más informa-
ción sobre el protocolo secre-
En la Conferencia�de�Potsdam (Berlín) de julio de 1945, los tres líderes esta to de la conferencia de Yalta,
consultad la bibliografía si-
vez estaban representados por Stalin, Harry Truman –que sustituía a Roosevelt, guiente:
que acababa de fallecer– y por el primer ministro Clement Attlee, que sustituía Protocolo Secreto de la Con-
ferencia de Yalta (11 de febre-
a Churchill, una vez derrotado en las elecciones celebradas en el Reino Unido. ro de 1945). Departamento
El 26 de julio de aquel año, Estados Unidos, el Reino Unido y la China de de Estado de Estados Unidos,
Foreign Relations of the Uni-
Chiang Kai Shek reiteraban todos los puntos de la Declaración de El Cairo, y en ted States (vol. 3, parte 2).
Washington DC: US Govern-
cuanto la Alemania nazi fue derrotada, los aliados decidieron la estrategia para ment Printing Office, 1955.
derrotar a Japón. A diferencia de esta, sin embargo, Truman insinuó a Stalin
que Estados Unidos poseía un arma muy poderosa que serviría para poner fin
a la guerra en la zona del Pacífico.

Finalmente, con el lanzamiento de las dos bombas atómicas, Japón se rindió


incondicionalmente, y el 15 de agosto de 1945 acababa así una guerra que ha-
bía producido más de setenta millones de muertes, entre las que se contaban
cincuenta millones de civiles. Además, la derrota de Japón y la consiguiente
ocupación del país por parte de Estados Unidos (1945-1951) puso fin al con-
flicto sino-japonés, una guerra que había producido la muerte de más de vein-
te millones de civiles chinos.

Destrucción en la ciudad de Hiroshima, agosto de 1945


© FUOC • PID_00271364 14 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

1.3. La división en bloques

La primera consecuencia del final de la guerra fue la división de Alemania en


cuatro zonas que se repartieron entre las grandes potencias, Estados Unidos,
Francia, Reino Unido y la Unión Soviética. Además, Europa quedará dividida
en dos partes, la parte occidental, controlada por Estados Unidos, y la parte
oriental, que quedó bajo el área de la influencia soviética. Este sería el inicio
de un periodo de confrontación entre las dos potencias que se reproduciría en
todo el planeta. Como afirmaba el presidente Churchill en una conferencia
en Fulton, Misuri: «Desde Stettin, en el Báltico, hasta Trieste, en el Adriático,
ha caído sobre el continente europeo un telón�de�acero».

Mapa con el telón de acero señalado

Esta enemistad estaba producida, por un lado, por el lanzamiento del plan de
reconstrucción europea ideado por Estados Unidos, el llamado Plan�Marshall
(1947), una estrategia que se podía hacer extensible a cualquier país que abra-
zara los principios democráticos y de economía de mercado. Esto, según los
soviéticos, podía suponer un avance del bloque capitalista hacia las fronteras
soviéticas, hecho que produciría una grave amenaza a la seguridad del Imperio
soviético. Para Estados Unidos, la política soviética hacia el Este de Europa no
solo significó un intento para conseguir que estos países se situaran bajo la
órbita soviética, sino que amenazaba a algunos países de Europa occidental
como la propia Alemania, Finlandia, Austria o Polonia –considerada proocci-
dental.

La reacción de Estados Unidos a lo que algunos historiadores han denominado


como el deseo soviético de avanzar hacia el oeste, fue el establecimiento de la
Doctrina�Truman, en honor al presidente de Estados Unidos. En un discurso
en el Congreso de Estados Unidos, Truman afirmaba que la naturaleza expan-
siva del Imperio soviético requería establecer una contención del poder sovié-
tico allá donde fuera necesario. Por este motivo pedía en el Congreso aprobar
un paquete de medidas económicas para ayudar a los griegos y los turcos a
combatir las guerrillas comunistas. Era el inicio de la Guerra Fría.
© FUOC • PID_00271364 15 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Truman dirigiéndose al Congreso de Estados Unidos para solicitar ayuda


económica para Grecia y Turquía

La situación de las principales potencias después de la Segunda Guerra Mun-


dial en la zona de Asia oriental era la siguiente. Estados�Unidos se había con-
vertido en la potencia más poderosa del planeta, la primera potencia econó-
mica, y su superioridad militar y económica se trasladaba también a otros ám-
bitos como el tecnológico, que le permitió desarrollar las primeras bombas
atómicas. En Asia oriental Estados Unidos decidió desplegar no solo soldados,
sino establecer las primeras bases militares en Japón o en Corea del Sur. El
factor que mejor explica la presencia de Estados Unidos en la región es la ne-
cesidad de proporcionar seguridad a sus aliados y evitar un efecto dominó o
contagio de los países comunistas hacia los aliados americanos. Dicho de otro
modo, para asegurar la seguridad nacional del país, tenían que asegurar la se-
guridad mundial. Pensar localmente, pero actuar globalmente.

Por otro lado, la Unión�Soviética consiguió una victoria aplastante contra la


Alemania nazi y el Ejército Rojo controlaba ya Europa oriental y constituía
la fuerza terrestre más poderosa que se había visto nunca. El papel de Moscú
había sido clave para el devenir de la guerra, y los más de veinte millones de
rusos muertos en la contienda habían permitido a Stalin no solo prestigio sino
legitimidad para extender su zona de influencia a zonas de Europa oriental,
central y de Asia, como la República de Mongolia. Así, el modelo soviético
disfrutaba de un fuerte atractivo para las fuerzas más populares y constituía
una alternativa al modelo capitalista liberal, especialmente en la zona de Asia
oriental.

La situación en la zona de Asia oriental era, en 1945, de destrucción,


miseria y hambre.
© FUOC • PID_00271364 16 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Situación de la ciudad de Manila, Filipinas, en 1945

1.4. China durante la Guerra Fría: ¿quién perdió China?

Hasta 1945, China se encontraba en una situación de guerra civil, a la que


había que añadir la Segunda Guerra Mundial y la guerra con Japón. Durante
poco más de un año, las tropas nacionalistas y comunistas unieron esfuerzos
para frenar el avance territorial de las tropas japonesas a las zonas costeras,
el norte y el centro de China. Sin embargo, la alianza entre nacionalistas y
comunistas empezó a debilitarse a partir de 1938, cuando empezaron a luchar
entre ellos por el control interno del país. Inicialmente, los nacionalistas reci-
bían la ayuda económica y militar de Estados Unidos y las potencias aliadas.
Los comunistas, en cambio, se beneficiaron del apoyo logístico y militar de
la Unión Soviética, preocupada por aumentar sus áreas de influencia. A partir
de entonces, los enfrentamientos entre nacionalistas y comunistas se hicieron
más visibles y las fuerzas de Mao Zedong avanzaron por encima de las fuerzas
del Kuomintang del general Chiang Kai Shek.

Después de una larga guerra civil que duró de 1945 a 1949, y de unas campañas
militares exitosas en la llamada Gran Marcha de Mao, el 1 de octubre de 1949
Mao Zedong proclamaba desde la plaza Roja la República Popular de China.
Estados Unidos, contra pronóstico, perdía su principal y natural aliado en la
zona de Asia oriental. Una de las preguntas que han quedado sin respuesta y
que refleja esta pérdida es: Who Lost China?

Historiadores de varias generaciones y escuelas han intentado identificar los


motivos que explican que Estados Unidos perdiera uno de los aliados esen-
ciales en Asia. Sobre esta interpretación hay dos líneas de interpretación, tal
como señalan Miller y Wich (2011). En primer lugar, algunos historiadores y
académicos de las relaciones internacionales como el mismo Hans Morgent-
hau han asumido que se trató de un error de cálculo de las autoridades nor-
teamericanas, que fueron demasiados idealistas a la hora de pensar que se po-
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dría producir una alianza entre comunistas y nacionalistas que perduraría du-
rante el tiempo. En su prefacio al libro de Tan Tsou, America’s Failure in China
1941-1950, Morgenthau afirma:

«Nuestro análisis se fundamenta en la creencia que un factor se convierte en decisivo


Bibliografía
cuando es determinante para el éxito y el fracaso de la política china de Estados Unidos
desde el inicio de la política de puertas abiertas hasta la vigilia de la ofensiva de Corea
del Norte. Este es el desequilibrio entre fin y medio. Por un lado, este desequilibrio se Tan Tsou (1963). America’s
puede ver como una carencia de voluntad e incapacidad de utilizar el poder militar de Failure in China, 1941-1950.
forma intencionada para lograr objetivos políticos. Por otro lado, se puede ver como la Chicago: Chicago University
falta de voluntad de abandonar objetivos no logrados para evitar verse involucrado en Press.
una causa imposible».

En estas palabras se muestran los errores de cálculo de Estados Unidos a la


hora de calibrar cuál tenía que ser su posición ante la guerra, y cuál su aproxi-
mación, si idealista o realista. Además, a la hora de explicar el éxito de Mao
al derrotar a los nacionalistas, pone el foco en el factor externo más que en
factores domésticos.

Para otros especialistas de la guerra civil china (Barbara Tuchman), no solo se


decantó por el apoyo de potencias extranjeras, sino que se explica fundamen-
talmente por factores domésticos. En palabras del historiador Joseph Stilwell,
tratando de entender por qué Estados Unidos perdió China:

«China era un problema para el que los norteamericanos no tenían solución. Al final,
China hizo su propio camino como si los americanos no hubieran llegado nunca».

Para estos historiadores de las teorías del «nacionalismo agrario», los motivos Bibliografía
hay que buscarlos no solo en las campañas militares de Mao, sino en la capa-
Barbara Wertheim Tuchman
cidad que tuvo el líder de unir a los campesinos en un movimiento revolu- (1971). Stilwell and the Ame-
cionario. En palabras de Miller y Wich (2011), se trataba de un movimiento rican Experience in China,
1911-45. Nueva York: Mac-
«del campo, agrario y nacionalista independiente de las ayudas o lealtades fo- Millan.
ráneas».

El triunfo del Partido Comunista en China continental forzó el traslado de


gran parte del gobierno del Kuomintang a la isla de Taiwán en un exilio que es-
taba ideado para recuperar China continental en un periodo de tiempo corto.
Mientras esto no pasaba, el dictador Chiang Kai-Shek estableció su gobierno
en la isla y promovió una serie de políticas caracterizadas por un elevado nivel
de corrupción y por el uso de la represión militar a la hora de frenar las revuel-
tas populares. Internamente, una parte de la población taiwanesa se negó a
aceptar la autoridad política del Kuomintang.

A pesar de que la Unión Soviética y China ya habían mantenido diferencias


de tipo ideológico desde el inicio de la creación de la República, Mao buscó
en Stalin un aliado para sobrevivir en el contexto de la Guerra Fría. El 14 de
febrero de 1950 y después de que Mao visitara a Stalin en Moscú, los dos paí-
ses firmaron el Tratado�de�Amistad,�Alianza�y�de�Asistencia�Mutua�Sino-
Soviético, un acuerdo que permitía a China convertirse en un aliado de la
Unión Soviética, y esta, a cambio, le proporcionaba apoyo militar en caso de
© FUOC • PID_00271364 18 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

un ataque por parte de Estados Unidos o Japón. Además, el acuerdo suponía


un paquete de préstamos millonarios de la Unión Soviética a China, que esta-
ba devastada después de años de guerra.

Ahora bien, las desavenencias entre ambas potencias, ávidas de poder y de


ensanchar sus respectivas áreas de influencia, se harán cada vez más evidentes.
Estas diferencias se manifiestan durante la guerra de Corea especialmente por
las discrepancias que mantenían Stalin y Mao sobre la guerra. El punto de
inflexión en la relación se producirá después de la muerte de Stalin en 1953 y
el proceso�de�desestalinización iniciado por su sucesor, Nikita Jruschov, que
criticó con firmeza las atrocidades cometidas por Stalin. Mao, temeroso que
este proceso de crítica pudiera acabar con su liderazgo, acusó a Jruschov de
revisionista.

El Gran�Salto�Adelante (1959), un plan económico para desarrollar la indus-


tria, había sido no solo un estrepitoso fracaso, sino que produjo una gran ham-
bre que causó la muerte de más de veinte millones de chinos, según estima-
ciones de algunos historiadores. Este plan económico acabó produciendo to-
davía más choques con Moscú y los soviéticos se negaron a proporcionar la
tecnología necesaria para fabricar armas nucleares. Los chinos acusaron a los
soviéticos de quererlos perjudicar, y estos acusaron a los chinos de querer li-
derar un grupo de países del tercer mundo fuera de la órbita soviética. Las di-
ferencias ideológicas sobre la aplicación y la práctica del marxismo-leninismo
eran ya prácticamente insalvables. La competición por el liderazgo ideológico
del mundo comunista era ya evidente.

Cartel propagandístico del Gran Salto Adelante


© FUOC • PID_00271364 19 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Formalmente, la ruptura sino-soviética se produce después del rechazo de Jrus-


chov de apoyar a Mao en la crisis del estrecho de Taiwán. Los soviéticos pidie-
ron la retirada inmediata de todos los técnicos y expertos establecidos en Chi-
na y se cancelaban sine die los diferentes proyectos de cooperación existentes
entre los dos países.

1.5. La recuperación de Japón: de enemigo vencido a aliado


imprescindible

La participación de Japón en la guerra estuvo precedida de varias décadas de


conflictos territoriales y de una lucha por el poder regional. A mediados de
1937, Japón se lanzó a una guerra abierta contra China y esta acción fue inter-
pretada como un claro gesto de enemistad por parte de Estados Unidos, que
vio agravadas sus sospechas con la adhesión del país nipón al pacto tripartito
de 1940 con Alemania e Italia, y su reclamación de las bases militares en la
Indochina francesa.

Aun así, el factor determinante de la entrada de Japón en la Segunda Guerra


Mundial se produjo en diciembre de 1941. Previamente a la declaración de
guerra, la aviación nipona atacó por sorpresa la base de Pearl Harbour situa-
da en Hawái al poco de invadir varias islas y algunos territorios como Hong
Kong o la península de Malaca en el Sudeste asiático. El avance de las tropas
japonesas desembocó en pocos meses en la configuración de un vasto impe-
rio colonial, materializando la Gran Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia
Oriental (大東亜共栄圏 Dai-tō-a Kyōeiken).

La Gran Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia Oriental


© FUOC • PID_00271364 20 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

A pesar de los esfuerzos de las tropas japonesas para mantener su dominio,


estas ambiciones expansionistas se vieron definitivamente truncadas en 1945
con los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, que pusieron fin a la guerra
y precipitaron la inevitable rendición de Japón entre agosto y septiembre de
1945. El acuerdo de rendición, firmado el 2 de septiembre de 1945 en el por-
taaviones Missouri anclado en la bahía de Tokio, implicó la pérdida de casi
todas sus colonias, la pérdida de su autonomía política interna, la ocupación
del país por parte de las tropas aliadas, su plena renuncia a la guerra (por el
artículo 9 de la Constitución), la redefinición de su soberanía territorial y un
programa conjunto de desmilitarización y democratización bajo la autoridad
del general norteamericano Douglas MacArthur.

Portaaviones Missouri anclado en la bahía de Tokio (1945)

Siguiendo las indicaciones del general MacArthur, el emperador Hirohito acep-


tó la renuncia a su carácter divino, la llamada Ningen sengen (人間宣言), o De-
claración de Humanidad del 1 de enero de 1946. En esta declaración el empe-
rador negó que la familia imperial tuviera ascendencia divina directa con la
diosa Amaterasu. El emperador dejaba de ser un arahitogami (現人神) o dios en
forma humana. En palabras del edicto:

«Los vínculos con nuestra gente siempre han sido la confianza y el afecto mutuos. No
dependen de simples leyendas y mitos. No predicamos la falsa concepción que el Empe-
rador es divino y que el pueblo japonés es superior a las otras razas y que está destinado
a gobernar el mundo».

Después de unos meses de intensa actividad entre el general Douglas MacArt-


hur y el primer ministro Yoshida, el 3 de noviembre de 1946 se promulgaba
una nueva Constitución que entró en vigor el 3 de mayo de 1947. La Constitu-
ción, a pesar de ser presentada como una revisión de la anterior Constitución
Meiji (1868), había sido redactada en inglés por las autoridades norteamerica-
nas y posteriormente traducida al japonés, para finalmente ser debatida for-
malmente por la Dieta. El capítulo 1 fue en un principio el más controvertido,
© FUOC • PID_00271364 21 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

puesto que lejos de responsabilizar al emperador de los crímenes cometidos


por el Imperio japonés, lo situaba como símbolo del Estado y de la unidad del
pueblo japonés (artículo 1). A cambio de mantener la figura del emperador
y convertir Japón en una monarquía parlamentaria constitucional, el primer
ministro Yoshida aceptó la inclusión del famoso artículo 9 de la Constitución.
Según este:

«Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el


pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y
a la amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales.
(2) Con el objeto de llevar a cabo el deseo expresado en el párrafo precedente, no se
mantendrán de ahora en adelante fuerzas de tierra, mar o aire como tampoco ningún
otro potencial bélico. El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido».

Constitución de Japón

Solo con un artículo, Japón renunciaba para siempre al uso de la fuerza para
resolver las controversias internacionales, y a la misma vez rechazaba tener
fuerzas bélicas de ningún tipo. El derecho de beligerancia no le era reconocido.
Ahora bien, la evolución de la Guerra Fría, y el hecho de que Estados Unidos
requiriera en Japón un mayor papel en la esfera de seguridad, llevó al gobierno
japonés a interpretar que esto no contradecía el artículo 51 de la Carta de las
Naciones Unidas, que permite a los estados el uso de la legítima defensa ante
ataques de terceros países.

El debate sobre la conveniencia de cambiar el artículo se resolvió cuan-


do en 1954 la Dieta Nacional aprobó la Ley de creación de las Fuerzas de
Autodefensa japonesas en virtud del artículo 51 de la Carta de las Na-
ciones Unidas, que justifica el derecho de autodefensa. Para el gobierno
japonés, el hecho de renunciar para siempre a la guerra no impedía que
Japón pudiera ejercer su derecho a la autodefensa individual recogido
en la Carta.

El periodo de ocupación norteamericano se prolongó desde el fin de la guerra


hasta el año 1951, fecha en que Japón y todos los aliados firmaron el Tratado
de�San�Francisco. La Unión Soviética y la mayor parte de los países del bloque
comunista no asistieron al encuentro. En primer lugar, este acuerdo permitió
© FUOC • PID_00271364 22 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

al país asiático recuperar su plena soberanía e impulsar la normalización de las


relaciones diplomáticas entre Japón y la mayor parte de las potencias aliadas
contra las que había batallado tan solo una década antes. En segundo lugar,
Japón aceptaba formalmente el desmantelamiento de su Imperio, y reconocía
la independencia de Corea, además de renunciar a cualquier derecho adquiri-
do sobre las islas Pescadores, Kuriles, Paracel y Spratly. En tercer lugar, Tokio
renunciaba a los derechos especiales adquiridos en China y, por último, per-
mitía que la isla de Okinawa quedara bajo tutela norteamericana.

Las islas Okinawa

Las islas Okinawa fueron devueltas a Japón en 1972. La soberanía de las Kuriles, sin em-
bargo, sigue siendo motivo de disputa entre las autoridades niponas y rusas, y es el factor
principal de que los dos países no hayan firmado un Tratado de Paz.

Firma del Tratado de San Francisco por parte del primer


ministro Yoshida (1951)

Las relaciones�entre�Estados�Unidos�y�Japón durante la Guerra Fría se carac-


terizaron por tres factores: la creciente interdependencia económica, la asime-
tría de las partes (durante gran parte del periodo Estados Unidos dirigió el cur-
so de la relación), y el beneficio mutuo, puesto que Japón se convirtió en un
aliado en la contención del comunismo y un espacio geográfico donde poder
establecer sus bases y operaciones militares en la región. Gracias a la protec-
ción norteamericana, el país nipón pudo concentrarse en la reconstrucción de
su economía. Estas relaciones supusieron un elemento clave de estabilidad
regional, puesto que un Japón aliado y controlado por Estados Unidos dejaba
de ser un peligro inminente para sus vecinos, hecho que redujo la tensión y la
desconfianza y aumentó al mismo tiempo la seguridad regional. Finalmente,
el estallido de la guerra de Corea en 1950 puso de manifiesto el valor geoes-
tratégico que tenía Japón para Estados Unidos: las tropas aliadas estacionadas
en este país se podían trasladar con rapidez a cualquier lugar que requiriera
iniciar una guerra.

Los mismos días que se firmaba el Tratado de Paz, Estados Unidos y Japón
firmaban un Tratado�de�Seguridad en el que se establecían en solo cinco ar-
tículos las relaciones de seguridad que tenían que regir ambos países. En su
artículo 1, Japón aceptaba el establecimiento de fuerzas de tierra, mar y aire
norteamericanas en territorio japonés que tenían que ser utilizadas para con-
tribuir al mantenimiento de la paz y la seguridad en Asia oriental. Estados
© FUOC • PID_00271364 23 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Unidos proporcionaría, a cambio, seguridad en la isla. Ahora bien, en ninguna


parte del articulado se explicitaba que este compromiso fuera de obligatorio
cumplimiento, por lo cual el acuerdo fue tildado desde un principio de clara-
mente asimétrico en detrimento de los intereses japoneses.

Para mirar de corregir esta asimetría, en 1960 y en medio de multitudinarias


protestas en contra, se revisó el Tratado de Seguridad. El entonces presidente
Eisenhower y el primer ministro Kishi (abuelo del primer ministro Shinzo Abe)
acordaron el Tratado�de�Cooperación�Mutua�y�Seguridad –como se conoce-
ría el tratado– e incluyeron un nuevo artículo. En el artículo 5 del nuevo tra-
tado se reconocía que, en caso de ataque armado contra Japón, Estados Uni-
dos tendría que responder para defender al país nipón. Este artículo vinculaba,
pues, jurídicamente a Estados Unidos con la seguridad del archipiélago.

La política exterior de Japón sería, durante toda la posguerra fría, la de un país


mercantilista pero ligeramente armado, como diría el propio ministro Yoshida.
La Doctrina�Yoshida, en definitiva, se caracterizaría por cinco puntos.

1) La keizaichuūshinshugi (経済中,心主義) o «concentración�en�la�economía».


Según este primer principio, Japón tenía que concentrarse en los aspectos eco-
nómicos, volver a levantar su industria y evitar aquellas cuestiones políticas
que pudieran malograr su interés nacional. Permanecería la idea de que Japón
era un gigante en la economía y un enano en los aspectos políticos.

2) Vinculado con el primer punto, Japón aplicaría el principio de seikei bunri


(政経分離) o «principio�de�separación�de�la�economía�de�la�política». Japón
trataría de no meterse en los asuntos internos de los países, y centrarse en
las relaciones de tipo económico o comercial. Esto lo llevó a tener relaciones
comerciales con países con los que tenía una gran desavenencia ideológica,
como China, o con dictaduras de derechas como Indonesia.

3) La doctrina apostaba porque Japón se convirtiera en un watashiyaku o


«puente�de�unión�entre�Occidente�y�Oriente». Aun así, este principio decla-
rativo que situaba Japón en un lugar intermedio era contradicho por la prác-
tica, y Japón se convirtió en un país claramente occidental.

4) La doctrina Yoshida apostaba por una «alianza�militar�con�Estados�Uni-


dos» (日米関係, Nichibeikankei), que asegurarían la defensa de la isla en caso
de ser atacados, y, a cambio, estos conseguían establecer las bases militares en
territorio japonés.

5) A pesar del principio pacifista de la Constitución, la Doctrina Yoshida, como


hemos visto, interpretaba que Japón podía, amparándose en el artículo 51 de
la Carta de las Naciones Unidas, dotarse de unas Fuerzas�de�Autodefensa con
capacidad no bélica, sino defensiva.
© FUOC • PID_00271364 24 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

«Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas

Ninguna disposición de esta Carta va en detrimento del derecho inmanente de legítima


defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un miembro de las Na-
ciones Unidas, hasta que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias
para mantener la paz y la seguridad internacionales. Las medidas tomadas por los miem-
bros en ejercicio del derecho de legítima defensa serán comunicadas inmediatamente al
Consejo de Seguridad, y no afectarán en ninguna manera a la autoridad y responsabilidad
del Consejo de acuerdo con esta Carta para ejercer en cualquier momento la acción que
considere necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales.»

En el plano�económico, el efecto de la Segunda Guerra Mundial sobre la eco-


nomía japonesa fue devastador. Las numerosas pérdidas humanas se vieron
acompañadas de un aumento espectacular de la tasa de paro y de la destruc-
ción total de numerosas industrias y viviendas, junto con una gran tasa de
inflación. Ahora bien, esta situación fue mejorando gradualmente gracias a al-
gunas reformas introducidas por los nuevos gobiernos. Y esta recuperación se
vio impulsada por el inicio de la guerra de Corea en 1950. Las fuerzas de ocu-
pación norteamericanas requirieron que las fábricas japonesas de armamento
cerradas después de la Segunda Guerra Mundial se pusieran a su servicio y en
plena capacidad productiva. Esto representó un gran estímulo para la produc-
ción. Según el propio primer ministro Yoshida, la guerra de Corea fue, paradó-
jicamente, un «regalo de los dioses». Al mismo tiempo, los norteamericanos
impulsaron el comercio japonés con el resto de países de la zona, sobre todo
con el Sudeste asiático.

Para paliar las pésimas condiciones en las que había quedado después de la
Segunda Guerra Mundial, Japón se basó en dos elementos: las importantes
ayudas económicas procedentes de Estados Unidos y la elevada capacidad tec-
nológica y de producción de la industria pesada del país, resultado de su gran
actividad durante el conflicto bélico. Por supuesto, nada de esto habría sido
posible sin una regeneración previa de la industria japonesa. Desde 1946 se
había ido creando en Japón un entramado de instituciones económicas, fi-
nancieras y bancarias para estimular la recuperación económica. Estas medi-
das políticas internas fueron acompañadas del esfuerzo personal de la «gene-
ración de posguerra» que trabajó para superar el sentimiento de culpabilidad
y el orgullo nacional seriamente dañado tanto por la actuación en la guerra
como por la derrota. Junto con las ayudas norteamericanas y la política guber-
namental proteccionista japonesa, estas instituciones crearon el marco básico
que facilitó el posterior despegue económico del país.
© FUOC • PID_00271364 25 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Cartel de la película Buenos días (Ohayo), del director Yasujiro


Ozu, en la que se explica la vida de una familia de clase media
de posguerra

1.6. La guerra de Corea y la división de la península

La península coreana fue el escenario de la primera guerra abierta en el nuevo


orden internacional instaurado después de la Segunda Guerra Mundial. Este
conflicto se produjo tanto por factores internos –el enfrentamiento ideológico
entre los habitantes del norte y del sur–, como por factores externos, como
el vacío de poder creado después de la retirada de Japón o las tensiones de la
época de la Guerra Fría.

Después de más de tres décadas de dominio colonial y varios años de enfrenta-


mientos, las tropas japonesas abandonaron la península coreana en agosto de
1945, apenas una semana más tarde de los trágicos bombardeos de Hiroshima
y Nagasaki. De acuerdo con los pactos logrados en la Conferencia de Potsdam
de 1945, el ejército estadounidense consiguió el control de la zona sur de la
península, mientras que las tropas soviéticas se implantaron en la zona norte.
La retirada japonesa de Corea despertó el entusiasmo de los coreanos, pero la
difícil situación económica del país, el inestable equilibrio internacional de
poderes y las diferencias ideológicas entre los propios ciudadanos coreanos,
pronto produciría la efectiva fractura del territorio en dos países divididos por
el paralelo 38: la República de Corea del Sur y la República Popular Democrá-
tica de Corea del Norte.

Una vez acabada la guerra, durante un periodo de transición las Naciones Uni-
das favorecieron la celebración de elecciones en la península con el objetivo
de establecer una Corea unida. Ahora bien, Stalin rechazó la propuesta, que
© FUOC • PID_00271364 26 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

fue interpretaba como una injerencia que no garantizaba que las elecciones
fueran limpias y justas. Después de las elecciones celebradas en mayo de 1948,
el presidente electo Syngman Rhee proclamó la República de Corea del Sur
el 15 de agosto de 1948, y el 9 de septiembre Kim Sung-il proclamaba la Re-
pública Popular de Corea del Norte. Mientras en el sur Syngman Rhee había
acumulado un poder absoluto bajo la fachada de una democracia liberal, en el
norte el líder Kim Sung-il, líder del Partido Comunista, instauró un régimen
comunista y una dictadura del proletariado.

Durante los últimos años de la década de los cuarenta, las desavenencias ideo-
lógicas y políticas entre los dos países se fueron volviendo cada vez más in-
tensas. Finalmente, en junio de 1950, el ejército comunista del norte lanzó
una ofensiva sorpresa contra las tropas del sur, con la esperanza de que los
norteamericanos no pudieran intervenir a tiempo para frenar el avance y los
norcoreanos pudieran aplicar una política de fait accompli. Esta ofensiva marcó
el inicio de una guerra entre ambos países a la que pronto habría que sumar
a Estados Unidos, que apoyaron a Corea del Sur, y el apoyo de las Naciones
Unidas y de Japón. La Unión Soviética y la joven República Popular de China
prestaban ayuda a Corea del Norte.

Como muestra el mapa siguiente, las tropas surcoreanas recuperaron buena


parte de la península, hasta más allá de la línea de demarcación situada en
el paralelo 38. Estos éxitos no tardaron en levantar las sospechas de Mao Ze-
dong, que veía en la intervención norteamericana en la península coreana una
excusa para extender el conflicto a China y debilitar la posición del Partido
Comunista. El resultado fue la entrada de China en la guerra en octubre de
1950, aunque oficialmente no lo reconoció y sus numerosos soldados fueron
calificados por el gobierno chino de «voluntarios» que se desplazaban para
ayudar a sus vecinos comunistas. Esta participación provocó un reajuste de
fuerzas entre el norte y el sur.

La guerra coreana en cuatro mapas


© FUOC • PID_00271364 27 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

La guerra duró tres años, en los que la tensión escaló notablemente en mo-
mentos, como cuando el general MacArthur amenazó con el uso de la bomba
atómica contra China, o cuando interpretó el mandato del Consejo de Segu-
ridad con la pretensión de seguir avanzando más allá del paralelo 38 para ase-
gurar la contención del comunismo. Después de una serie de enfrentamientos
y mucha tensión y varios intentos de negociación, ambas partes firmaron un
alto el fuego el 27 de julio de 1953 y la península coreana quedó finalmente
dividida por la zona desmilitarizada que atraviesa el paralelo 38.

Escenas de la guerra coreana

Las razones por las que Estados Unidos intervino en el conflicto se pueden
resumir en el miedo a una invasión china de la península coreana, a la necesi-
dad del gobierno americano de hacer frente a las presiones internas de algunos
grupos que lo acusaban de haber «perdido» a China como potencial aliado
durante la Segunda Guerra Mundial, y a la importancia de poner a prueba la
llamada Doctrina�Truman, que consistía en la contención del comunismo en
todo el planeta ejerciendo los medios necesarios, en este caso la intervención
militar.

En cuanto a la Unión Soviética, los motivos de su intervención fueron funda-


mentalmente estratégicos: pretendían asegurar la supervivencia del régimen
comunista del norte para ampliar su área de influencia, garantizar su lideraz-
go del bloque comunista ante China, debilitar la posición de Estados Unidos
en Asia oriental para finalmente avanzar la revolución comunista en el plano
internacional.

Los efectos de la guerra fueron devastadores para todas las partes implicadas.
El número de víctimas mortales ascendió a cerca de un millón y medio, las
economías de Corea del Norte y Corea del Sur quedaron destruidas y el nú-
mero de heridos y desplazados superó los de cualquier guerra anterior en Asia
oriental. En cuanto al impacto�geopolítico, la división de la península en dos
países cristalizó el nuevo orden bipolar en Asia oriental. Corea del Sur quedó
definitivamente integrada dentro de la esfera de influencia norteamericana,
© FUOC • PID_00271364 28 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

mientras que Corea del Norte se alineó con el bloque comunista sino-soviéti-
co. A pesar de que la guerra formalmente finalizó en 1953, las heridas entre
norte y sur permanecieron –y siguen– abiertas.
© FUOC • PID_00271364 29 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

2. La evolución de la Guerra Fría: la adaptación de


Japón y de China en el contexto bipolar

Hablar de la Guerra Fría es hablar, en realidad, de un concepto que fue evolu-


cionando durante todo el conflicto. De este modo, los historiadores prefieren
hablar de los diferentes periodos que caracterizaron esta guerra. En el primer
apartado hemos visto cómo se prepara el orden de la Guerra Fría (1943-1947),
cómo se forma el mundo bipolar (1947-1953), y cómo la escalada de tensión
llega a su punto más álgido después de la escisión sino-soviética (1960), y, por
supuesto, a raíz del inicio de la guerra de Vietnam (1954) y la crisis de los mi-
siles (1962).

En este apartado analizaremos el papel que Japón tiene como nueva poten-
cia económica en la zona de Asia oriental, y como el cisma sino-soviético, pa-
radójicamente, acaba produciendo una oportunidad para una aproximación
contra natura como son la China de Mao y los Estados Unidos de Nixon. Fi-
nalmente, analizaremos el papel que tuvieron los procesos de cooperación re-
gional en la zona del Sudeste asiático.

2.1. Japón como nueva potencia económica y la doctrina Guam

Como hemos indicado en el anterior apartado, Japón había conseguido en


1960 revisar el Tratado de Seguridad con Estados Unidos, a pesar de que ha-
bía provocado que millones de personas se manifestaran por las calles de las
ciudades japonesas en contra de este acuerdo. En mayo de 1960, decenas de
miles de personas se manifestaban delante de la Dieta Nacional japonesa para
protestar por la revisión del tratado y mostrar su preocupación ante el que
consideraban como un claro regreso a posturas militaristas y la consiguiente
destrucción del estado pacifista. Las manifestaciones en contra se multiplica-
ron por el país hasta que la muerte de una joven manifestante universitaria en
junio del mismo año obligó a cancelar la visita del presidente norteamericano
Eisenhower e hizo dimitir finalmente al primer ministro Nobusuke Kishi. En
efecto, después de que Kishi dimitiera de su cargo de primer ministro, los estu-
diantes, los sindicatos y los grupos opositores dejaron de manifestarse contra
el gobierno y dieron paso a una etapa de relativa estabilidad interna.
© FUOC • PID_00271364 30 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Imagen de japoneses manifestándose a las puertas de la Dieta


Nacional, 1960

Esta calma interna solo se alteraría por la crisis de los misiles en Cuba (1962)
y por el inicio de la intervención norteamericana en Vietnam (1964). Ahora
bien, a pesar de la insistencia de Washington para que Japón tuviera un papel
más relevante ante estas crisis, el gobierno japonés no participó en ninguno
aduciendo que su Constitución pacifista le impedía enviar cualquier tipo de
tropas. Consiguientemente, Japón no se vio involucrado directamente en nin-
guno de estos conflictos. La posición hegemónica de Estados Unidos era la
condición perfecta para que Japón dejara su seguridad en manos del ganador.
En términos de seguridad se trata de una actitud de buck-passing (o pasar la
patata caliente) que adoptan algunos estados que tienen que escoger entre di-
ferentes bandos enfrentados.

Precisamente, el apoyo norteamericano a Japón y el aval a su seguridad pro-


porcionaba el clima favorable para que Japón se centrara en sus estrategias
económicas impulsadas por un nuevo primer ministro llamado Hayato Ikeda
(1960-1964). Ikeda representaba este nuevo espíritu de evitar todas aquellas
controversias sobre temas de seguridad y, por el contrario, centrarse a mejorar
la vida material de la sociedad japonesa con su política de income-doubling, es
decir, doblar la renta de los japoneses.
© FUOC • PID_00271364 31 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Tasa de crecimiento del PIB y del PIB per cápita

Fuente: https://www.researchgate.net/figure/trends-in-gdp-growth-rates-and-gdp-per-capita-in-
japan-1945-1999_fig13_26626391

El mayor obstáculo para el reconocimiento de Japón como potencia econó-


mica vino precisamente de algunos países occidentales, que miraban con re-
celo la economía asiática. Después de ser admitido en el Acuerdo�General�so-
bre�Aranceles�y�Comercio (1955), conocido con las siglas GATT, Japón sufri-
ría prácticas discriminatorias que contradecían los principios de libre comer-
cio establecidos en las diferentes rondas negociadoras. Para evitar este tipo de
prácticas por parte de países occidentales y causadas por la imagen de Japón
como un país fuertemente competidor que amenazaba al resto de economías
industrializadas, Tokio tuvo que autolimitar las exportaciones (en productos
de acero, textil o automóviles) y aumentar a la misma vez sus importaciones
provenientes de Estados Unidos y de Europa occidental.

Ikeda y el general De Gaulle

El general Charles de Gaulle, en una visita de Ikeda a París, se dirigía al primer ministro
como «el vendedor de transistores», a la vez que comentaba con cierta insolencia, por lo
alto que era el general, que desde su altura uno podía ver las cosas con más distancia.

Este tipo de episodios personales ejemplifican las reticencias de los europeos


para admitir a Japón no solo como la superpotencia económica en la que se
había convertido, sino como miembro de pleno derecho de la comunidad oc-
cidental. La respuesta de Ikeda, sin embargo, fue la de modificar ligeramente
la posición de Japón como país puramente mercantilista, a otra de mayor im-
plicación en la esfera internacional para ganarse el respecto del resto de paí-
ses, especialmente de Occidente. El mismo año de los juegos olímpicos de To-
kio (1964), Japón era admitido primero en el Fondo Monetario Internacional
y después en la Organización de la Cooperación Económica y de Desarrollo
(OCED).
© FUOC • PID_00271364 32 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Imagen del estadio de los juegos olímpicos de verano de Tokio


de 1964

Los juegos olímpicos de Tokio, los primeros que organizaba un país asiático,
sirvieron para que la comunidad internacional comprobara con estupefacción
los impresionantes adelantos que el país, en menos de veinte años, había ex-
perimentado. La perfecta organización de los juegos, las instalaciones con for-
mas futuristas y el establecimiento de trenes de alta velocidad (el llamado Shin-
kansen) demostraron finalmente que había que tomarse seriamente a la loco-
motora japonesa.

Por su parte, la administración del primer ministro Eisaku Sato (1964-1972),


hermano pequeño de Nobosuke Kishi, coincidió con el estallido del conflicto
vietnamita y la fuerte oposición interna de esta guerra. Aparte de manifestar
su rechazo a la participación de Japón en el conflicto bélico, Sato estableció los
Tres� Principios� No� Nucleares (hibaku sangensoku, 被爆三原則). Según estos,
Japón no produciría, poseería o dejaría introducir armas nucleares en el archi-
piélago. El principio, que fue adoptado por una amplia mayoría en la Dieta en
1972, le valió la concesión del premio Nobel de la Paz.

Más allá de acuñar este concepto de la diplomacia de posguerra, Sato supo


reducir el riesgo de entrapment de cualquier país que forma parte de una alianza
militar y que se ve arrastrado a participar en las acciones militares derivadas
de la entrada en guerra de uno de sus miembros. El primer ministro, atento a
las demostraciones antimilitaristas que había provocado la guerra de Vietnam
en la sociedad japonesa, declinó cualquier tipo de ayuda directa a las tropas
norteamericanas amparándose una vez más en el artículo 9 de la Constitución.
© FUOC • PID_00271364 33 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

La otra cuestión que supo resolver la administración Sato fue el estatus jurídi-
co de las islas de Okinawa, que hasta entonces habían quedado bajo soberanía
de Estados Unidos. En una visita a Okinawa en 1965, Sato declaraba que, a
menos que este archipiélago fuera devuelto a su patria, el periodo de posgue-
rra no acabaría nunca. Después de continuar las negociaciones con los nor-
teamericanos para conseguir pronto el retorno de las islas, fue finalmente el
presidente Nixon quien públicamente prometió su anhelada devolución para
el año 1972.

Este nuevo entorno implicó un cambio de estrategia por parte de Estados Uni-
dos en relación con Asia. En julio de 1969 se anunciaba la Doctrina�Nixon,
también conocida como la Doctrina�Guam, según la cual Washington recor-
taba sus compromisos hacia la seguridad regional y pasaban parte de sus costes
a los países de la zona, incluyendo a Japón. Como ejemplo de esta renovada
confianza en Japón y las posibilidades que este compartiera los costes de su
seguridad, Estados Unidos devolvía la soberanía de Okinawa, lugar estratégico
clave en la zona del mar de Japón, a pesar de mantener una presencia militar
importante en las islas.

Visita de Nixon a Guam, donde pronunciaría su famoso discurso, 1969

La reacción japonesa a este emplazamiento norteamericano de compartir los


costes de su seguridad se puede observar en la aprobación del Programa�de
Defensa�Nacional (National Defence Programme Outline), un documento oficial
preparado por el nuevo primer ministro Miki Takeo (1974-1976), en el que se
trazaba una «estrategia de defensa mínima», es decir, establecer unas fuerzas
militares necesarias para repeler una agresión contra Japón sin armamento
nuclear, de tal manera que Japón fuera la lanza defensiva, y Estados Unidos,
el escudo protector. Como contrapartida y para templar los sectores más de
izquierdas y antimilitaristas, el gobierno de Miki introducía voluntariamente
la cláusula del 1%, según la cual ningún gobierno japonés debía tener un gasto
en defensa superior a este porcentaje del PIB.
© FUOC • PID_00271364 34 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Lo cierto, sin embargo, es que este cambio de estrategia de seguridad


era la clara manifestación del tradicional miedo japonés a verse o bien
abandonados (abandonment) por su aliado, o bien forzados a participar
en una guerra que no habían iniciado ellos (entrapment).

Durante la década de los setenta y principios de los ochenta, el país había con-
solidado este enorme éxito económico que no solo nadie ya no cuestionaba,
sino que, además, se empezaba a ver a Japón como próximo «número 1».

Bibliografía

Durante esta época surgieron una gran cantidad de libros que trataban de explicar los
motivos del éxito económico japonés a la vez que alertaban del miedo que el país se
convirtiera en la superpotencia que desafiara el poder norteamericano. Algunos ejemplos
son Japan as Number 1. Lessons for America, de Ezra Vogel, Theory Z. How American Business
can Meet the Japanese Challenge, de G. Ouchi, y The Enigma of Japanese Power, de Karel
van Wolferen.

Este enorme triunfo del modelo japonés era, en gran medida, producto de su
éxito comercial a escala global, especialmente en la zona del Sudeste asiático,
donde la presencia de empresas japonesas era cada vez mayor. Pronto haría
fortuna la metáfora visual descrita en el primer módulo, es decir, el de una
bandada de ocas salvajes, en cuyo frente se situaría Japón y, progresivamente,
lo irían siguiendo el resto de economías industrializadas de la zona.

Esta relación, lejos de tener las connotaciones imperialistas que habían tenido
durante la guerra, sí levantó el recelo y la desconfianza hacia un modelo de
dependencia económica que no acabaría beneficiando a ambas partes del mis-
mo modo. En un intento de ajustar la Doctrina Yoshida a una nueva realidad
del país como nuevo motor económico regional, pero que a la vez no levan-
tara la desconfianza del resto de economías, Japón adoptaría los principios de
la Doctrina�Fukuda.

El nuevo primer ministro Fukuda Takeo (1976-1978) asentaría las bases de una
diplomacia según la cual Japón no se convertiría en una potencia militar y
establecería relaciones económicas y culturales basadas en la confianza mu-
tua con todos los países de la zona del Sudeste asiático. En la práctica, esta
declaración suponía aceptar y tolerar los diferentes regímenes políticos de la
zona, y concentrarse en los temas económicos y comerciales, sin intervenir
directamente en la seguridad de la zona. Precisamente, la forma de influir en
la seguridad regional sin utilizar la fuerza militar se conocería con el nombre
de seguridad «comprehensiva».

La Doctrina Fukuda, a pesar de que no la sustituía, sí matizaba la Doctrina


Yoshida del seikei bunri y preparaba el terreno para una diplomacia que usa-
ra diferentes instrumentos económicos, como la Ayuda Oficial al Desarrollo
(AOD) o la Inversión Extranjera Directa (FDI en sus siglas en inglés). Durante
la década de los setenta y ochenta, Japón potenció los lazos comerciales con
los países del Sudeste asiático. Como nos recuerda Kawashima Yutaka (2003),
© FUOC • PID_00271364 35 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

la decisión de dar la máxima prioridad a las relaciones económicas y comer-


ciales con el Sudeste asiático y la implementación de una serie de programas
de asistencia económica fue motivado por diferentes consideraciones.

La Ayuda�Oficial�al�Desarrollo se realiza mediante créditos y donacio-


nes con el objetivo de desarrollar la economía de los países más pobres.
Los criterios para conceder esta ayuda están regulados por la Organiza-
ción para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y entre las
acciones se incluyen la provisión de equipamiento, víveres, hospitales
o la cooperación técnica.

1) La guerra de Vietnam alertó al gobierno japonés de los peligros que se pro-


dujera un efecto�dominó en el resto de países de la zona, y una forma de evi-
tarlo era con el desarrollo económico de los países que aún no habían caído
bajo la órbita comunista.

2) El gobierno japonés, que apenas había iniciado su programa de asistencia


por medio de la AOD, entendió que sería más efectivo concentrarse en un
número limitado de países�del�Sudeste�asiático y mirar cuáles eran los efectos
a medio plazo que no ofrecer el AOD a escala global.

3) Considerando la naturaleza de las delicadas relaciones con Corea�del�Sur�y


China, Japón desvió toda su atención inicial no a sus vecinos naturales, sino
a los países del Sudeste asiático, con los que las tiranteces no eran tan grandes.

4) La inestabilidad de Indonesia, causada por la expulsión de Sukarno del


gobierno, hacía necesaria la colaboración del país clave para la estabilización
de la zona. Con la ayuda de la AOD, Tokio ayudaba a recuperar la economía
de Indonesia y a calmar la situación política de un país clave en el transporte
del petróleo del golfo Pérsico a Japón.

2.2. La diplomacia triangular de Mao

Como hemos visto en la primera parte del módulo, la creación de la Repú-


blica Popular de China en 1949 representaba no solo la victoria del Partido
Comunista frente al Partido Nacionalista Chino, sino la incorporación de un
nuevo país en la órbita socialista. Ahora bien, pronto se hicieron evidentes las
diferencias de personalidad, ideológicas y estratégicas entre Mao y Stalin, pero
especialmente entre el primero y Jruschov. Primero, ante la intervención en
la guerra de Corea, y después como consecuencia de la distensión propuesta
por Jruschov ante lo que parecía un posible «choque de trenes» con los nor-
teamericanos. Para Mao, la desviación del comunismo más ortodoxo era una
© FUOC • PID_00271364 36 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

señal que indicaba que había que ver a la Unión Soviética como un rival y no
un aliado. Como hemos visto, el cisma sino-soviético se había producido en
1960, con la retirada de los técnicos soviéticos de Beijing.

Con la sustitución de Jruschov por Leonid Brézhnev en 1964, lejos de reha-


cer los puentes con Moscú, Mao intensificó su crítica contra unos líderes, los
soviéticos, que acusaba de revisionistas y contrarrevolucionarios. Mao había
tenido que enfrentarse ante el dilema de aceptar la tutela de la Unión Soviética
o romper relaciones e iniciar un periodo de aislacionismo incluso dentro del
mismo movimiento comunista.

Leonid Brézhnev

Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/leonid_Brézhnev

La decisión de Mao de escoger la segunda opción coincidió con el inicio de


la Revolución�Cultural�china, una campaña dirigida contra lo que él deno-
minaba «la segunda línea», es decir, sus estrechos colaboradores y principales
cargos del partido, para evitar la deriva «revisionista», burguesa o «contrarre-
volucionaria» de muchos de estos líderes. Para Mao, era necesario reeducarlos
y que los jóvenes y los campesinos tomaran el poder. El resultado fue una
© FUOC • PID_00271364 37 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

movilización política sin precedentes que duró una década y que implicó una
gran virulencia por parte de los «guardias rojos» por medio de sus comités re-
volucionarios.

Por otro lado, el efecto de la deriva totalitaria en la configuración del poder en


Asia oriental fue el total aislamiento del régimen maoísta, que durante años
solo mantendrá relaciones diplomáticas plenas con el régimen de Hoxha, en
Albania. De este modo, a finales de los años sesenta, China se encuentra en una
situación muy delicada. En primer lugar, había iniciado un enfrentamiento
con los soviéticos, cuyas consecuencias todavía no estaban claras. En segundo
lugar, su imagen internacional había quedado gravemente dañada por su re-
volución cultural. Finalmente, la situación económica y social en China era
de un auténtico caos y las tasas de crecimiento económico estaban totalmente
hundidas, tal como muestra el mapa siguiente.

Gráfico del crecimiento económico de China

Fuente: https://www.wattpad.com/596362545-debunking-lies-about-communism-the-cultural

El punto álgido del conflicto se produce en 1969, cuando las tropas soviéticas
y las chinas se enfrentan al río Ussuri, en la frontera de los dos países. Mao
decide enviar más de un millón de soldados chinos a la zona y los soviéticos
parecen a punto de atacar. Estados Unidos, en boca del consejero de Seguridad
del nuevo presidente Richard Nixon, Henry Kissinger, establece una directriz
clara en caso de conflicto: Estados Unidos se mantendrá neutral.

Es en este punto de máximo conflicto que se empieza a producir un giro ines-


perado que producirá un auténtico seísmo en la geopolítica de la zona: el acer-
camiento estratégico entre Estados Unidos y la China de Mao para contraequi-
librar el poder de los soviéticos. En efecto, un antiamericano como Mao y un
anticomunista como Richard Nixon llegaron a la conclusión que, para debi-
litar al enemigo común –la Unión Soviética–, había que llegar a una entente
entre ellos. Para Nixon, que era antes de todo un realista, Estados Unidos te-
nía que buscar el interés nacional allá donde fuera, incluso si esto significaba
© FUOC • PID_00271364 38 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

acercarse al enemigo histórico. Para Mao, el legado confuciano de su pensa-


miento le había enseñado que, para enfrentarse a los «bárbaros», había que
obtener el apoyo de los enemigos más lejanos para actuar contra los enemigos
más cercanos.

Después de diferentes encuentros entre Estados Unidos y China por medio


de negociadores como Rumanía o Pakistán, y cuando ya se habían producido
varios encuentros entre las dos administraciones, se inicia la conocida «Diplo-
macia del Ping-Pong». En 1971, un equipo de jugadores chinos de ping-pong
competía por primera vez fuera de la República Popular de China, y habían
viajado hasta Japón para celebrar un torneo internacional. En la visita, Mao
pidió a los deportistas chinos invitar al equipo de Estados Unidos a visitar
China en abril de 1971. Se iniciaba, así, el deshielo entre los dos países.

Apretón de manos entre el equipo norteamericano y el chino

Finalmente, en mayo de 1971, después de la visita de los norteamericanos


a Beijing, el primer ministro Zhou Enlai invitó a Nixon a visitar China. El
presidente norteamericano, sin embargo, decidió enviar antes a su secretario
de Estado y consejero de Seguridad, Kissinger, a una reunión secreta con Zhou.
En el encuentro se tenían que trabajar los dos obstáculos que impedían un
acercamiento: la guerra de Vietnam y la cuestión taiwanesa.
© FUOC • PID_00271364 39 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Encuentro entre Kissinger y Zhou Enlai

Después del éxito que supuso este encuentro entre Kissinger y Zhou Enlai, y
el inicio oficial de negociaciones entre ambas partes, el mismo julio de 1971
Richard Nixon anunció en televisión su intención de visitar China en febrero
de 1972. El shock que produce a la opinión pública japonesa es tan grande que
en el país se conoce como Nikushon shokku, es decir el «choque Nixon».

Entrevista entre Mao, Nixon, Zhou Enlai, Kissinger y el intérprete


Enlace

Para ver el vídeo del anun-


cio, consultad el enla-
ce siguiente: https://
www.youtube.com/watch?
v=nwcvv1cxflk

Después de la visita histórica y llena de simbología entre las dos partes para
demostrar la buena sintonía que había entre ambos países, estos trabajarán
para firmar una declaración conjunta que se conoce con el nombre de Comu-
nicado�de�Shanghai y que se aprobará el 28 de febrero de 1972. Los puntos
esenciales de este comunicado serán:

1) La aceptación, por parte de Estados Unidos, del principio One China Policy,
es decir, solamente existe una sola China, la comunista.

2) La promesa norteamericana que Washington no apoyará la independencia


de Taiwán.

3) Un compromiso de llegar a una normalización total de las relaciones diplo-


máticas entre los dos países.
© FUOC • PID_00271364 40 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

4) La introducción de la cláusula no hegemónica, es decir, el compromiso de


no buscar una hegemonía en la región de Asia-Pacífico.

Las consecuencias de esta política triangular será la incorporación, por un lado,


de la China comunista en el juego diplomático del Asia-Pacífico, después de
años de aislamiento durante la revolución cultural. Y por el otro, la creación
de nuevas geometrías de poder en las que una de las partes del vértice del
triángulo –Estados Unidos y China– aprovechaba las malas relaciones con uno
de los vértices –la Unión Soviética– para debilitarla y cambiar así las estructuras
de poder en la región de Asia-Pacífico.

El único escollo para que funcionara bien esta alianza entre China y Estados
Unidos seguía siendo el tema de Taiwán, que, en palabras de Miller y Wich
(2011), continuaba siendo la «cuestión crucial que obstaculizaba la normali-
zación de las relaciones». En efecto, ambas partes negociaron una fórmula que
permitiera contentar a Washington, Beijing y Taipéi. Finalmente, Estados Uni-
dos reconoció que el Partido Comunista Chino era el único gobierno legítimo
del gobierno chino, que Taiwán era una provincia china, y que en cualquier
caso se trataba de un asunto interno del país. Finalmente, el 1 de enero de
1979, Estados Unidos y China normalizaban sus relaciones diplomáticas con
un comunicado conjunto.

El hecho de que Nixon visitara a Mao sin previa consulta en el gobierno japo-
nés y que marcara una nueva línea estratégica hacia China basada en un acer-
camiento diplomático, cogió a Tokio totalmente por sorpresa, hasta el punto
que, como hemos apuntado, este episodio se conoce como ニクソン·ショック
(Nikuson shokku, ‘el choque Nixon’). Después de una intensa batalla interna
en el seno del gobierno japonés entre los grupos pro Taiwán y los grupos pro
China, el sucesor de Eisaku Sato, Kakuei Tanaka Kakuei, ayudado por una opi-
nión pública que veía con buenos ojos el acercamiento con la China comu-
nista, acaba aceptando los Tres Principios de la Normalización de las Relacio-
nes entre Japón y China (日中復交三原則, nichuufukousangensoku). Estos tres
principios suponían:

1) La aceptación de Beijing como único gobierno legítimo de China, y por lo


tanto legítimo poseedor del escaño en las Naciones Unidas.

2) El reconocimiento de Taiwán como parte indisoluble de China.

3) La ruptura unilateral del Tratado de Paz firmado con la República de China


(Taiwán) en 1952, al no considerarlo legítimo.
© FUOC • PID_00271364 41 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

A pesar de las reticencias de Tanaka a aceptar este último punto, y ante la fuer-
te presión ejercida por la Keidanren (patronal japonesa) para que su gobierno
impulsara las relaciones económicas y comerciales con China, en agosto de
1978 se firma el Tratado de Paz y Amistad entre Japón y la República Popular
de China, por el que se restablecían las relaciones diplomáticas.

La consecuencia más visible de esta renovada confianza entre ambos países fue
una primera lluvia de yenes en forma de AOD, es decir, préstamos a bajo coste
dirigidos a la construcción de infraestructuras (puertos, ferrocarriles e, incluso,
una planta hidroeléctrica). Además, Japón destinaría en inversión extranjera
directa un total de cien millones de dólares de incremento.
© FUOC • PID_00271364 43 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Ejercicios de autoevaluación
1. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no es una característica de la Guerra Fría?

a) Tuvo un alcance global.


b) Todos los países acabaron situados en uno u otro bloque ideológico.
c) No hubo un conflicto directo entre las superpotencias, pero sí guerras indirectas.
d) La distribución del poder y el territorio entre los bloques ideológicos fue de suma cero.

2. ¿En qué conferencia que reunía a los Big Three se discutió cuál tenía que ser el orden
asiático de posguerra?

a) En la Conferencia de Teherán de 1943.


b) En la Conferencia de El Cairo de 1943.
c) En la Conferencia de Potsdam de 1945.
d) En la Conferencia de Yalta de 1945.

3. La proclamación de la República Popular de China fue un éxito...

a) de Estados Unidos, porque a partir de los años cincuenta se percibió la enemistad entre
China y la Unión Soviética dentro del comunismo.
b) de la alianza entre nacionalistas y comunistas, puesto que pudieron echar a Japón del
territorio chino.
c) de Chiang Kai-Shek, porque se proclamó presidente de la República de China en Taiwán.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es cierta.

4. A la pregunta «Who Lost China?», los historiadores y académicos...

a) creen que Estados Unidos se equivocó al prever que la alianza entre nacionalistas y comu-
nistas perduraría.
b) creen que las condiciones domésticas y la unión revolucionaria de los campesinos explican
el resultado de la guerra.
c) creen que los factores externos son más importantes que los factores domésticos.
d) Todas las respuestas anteriores son ciertas, porque no hay consenso entre los historiadores.

5. La rendición de Japón supuso...

a) que Japón perdía casi todas las colonias, pero podía mantener la independencia de su
política interna.
b) que Japón sería ocupado por las tropas aliadas, pero podía mantener la independencia de
su política interna.
c) que Japón renunciaba a participar en guerras futuras, pero podía mantener la indepen-
dencia de su política interna.
d) Todas las respuestas anteriores son incorrectas.

6. El Tratado de San Francisco (1951)...

a) supuso la paz con todos los antiguos enemigos de Japón.


b) finalizó la tutela de Estados Unidos en todo el territorio japonés.
c) hizo renunciar a Japón a los derechos adquiridos en las islas Senkaku.
d) Todas las respuestas anteriores son incorrectas.

7. El Tratado de Seguridad de 1951 obligó...

a) a Japón a aceptar el establecimiento de fuerzas militares estadounidenses en su territorio.


b) a Estados Unidos a proporcionar seguridad en Japón.
c) a Estados Unidos a garantizar la paz y la seguridad en Asia oriental.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

8. La Doctrina Yoshida se caracteriza por...


© FUOC • PID_00271364 44 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

a) enfatizar el desarrollo económico y el comercio, a la vez que no se valoran cuestiones


políticas internas de otros países.
b) intentar convertir a Japón en un puente entre Oriente y Occidente.
c) mantener la alianza con Estados Unidos para garantizar la defensa de Japón.
d) Todas las respuestas anteriores son correctas.

9. La Guerra de Corea se produjo...

a) porque había ideologías contrapuestas entre los ciudadanos coreanos.


b) porque la Unión Soviética ejerció su derecho de veto en el Consejo de Seguridad Nacional
para evitar cualquier intervención de las Naciones Unidas en la Guerra de Corea.
c) porque se creó un vacío de poder con la descolonización japonesa de la península de Corea.
d) porque había tensiones entre la Unión Soviética, que ejercía influencia en el norte de la
península, y Estados Unidos, que ejercía influencia en el sur de la península.

10. Entre otras cuestiones, la Unión Soviética participó en la Guerra de Corea para...

a) hacer frente a los grupos internos que lo acusaban de haber perdido a China como poten-
cial aliado durante la Segunda Guerra Mundial.
b) garantizar su liderazgo en el bloque comunista ante China.
c) Las dos respuestas anteriores son correctas.
d) Las dos respuestas anteriores son incorrectas.

11. Podemos afirmar que...

a) Japón participó directamente en la Guerra de Vietnam.


b) el Tratado de Seguridad entre Japón y Estados Unidos fue aceptado por la ciudadanía
japonesa.
c) el Japón del primer ministro Ikeda se centró en potenciar el rol del país como potencia
económica con el objetivo de doblar la renta de sus ciudadanos.
d) la entrada de Japón en el GATT (Acuerdo General de Tarifas y Aranceles) en 1955 comportó
la aceptación de los países occidentales de Japón como potencia económica.

12. La Doctrina Guam...

a) hacía partícipes a otros estados de los costes en materia de seguridad.


b) es contraria a la Doctrina Nixon.
c) fue formulada por el presidente Eisenhower.
d) Ninguna de las respuestas anteriores es correcta.

13. ¿Cuál de las siguientes es una característica de la Doctrina Fukuda?

a) Japón no se convertiría en una potencia militar.


b) Japón no comerciaría con los Estados con regímenes dictatoriales.
c) Japón no implementaría la seguridad comprehensiva, mediante la cual se influía en la
seguridad regional sin utilizar fuerza militar.
d) Japón no utilizaría instrumentos económicos (AOD y FDI) para conseguir resultados di-
plomáticos.

14. La revolución cultural china pretendía...

a) evitar la deriva contrarrevolucionaria de los altos cargos del partido comunista.


b) que los jóvenes y los campesinos tomaran el poder de China.
c) movilizar políticamente a la población.
d) Todas las respuestas anteriores son ciertas.

15. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no es un rasgo esencial de la comunidad de Shanghai


de 1972 entre China y Estados Unidos?

a) Estados Unidos aceptaba que la China comunista era el gobierno legítimo, y Taiwán pasaba
a ser una provincia más de China.
© FUOC • PID_00271364 45 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

b) China y Estados Unidos se comprometían a darse apoyo logístico en caso de que el otro
entrara en conflicto con la Unión Soviética.
c) China y Estados Unidos se comprometían a normalizar las relaciones diplomáticas.
d) China y Estados Unidos se comprometían a no buscar la hegemonía en Asia-Pacífico.

16. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones no es un principio de la Normalización de las Rela-


ciones entre Japón y China?

a) El reconocimiento de China comunista como gobierno legítimo de toda China.


b) El reconocimiento de Taiwán como parte indivisible de China.
c) La revocación de la autorización para que Taiwán mantuviera consulados en territorio
japonés.
d) La ruptura del Tratado de Paz con la República de China.
© FUOC • PID_00271364 46 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Solucionario
Ejercicios de autoevaluación

1.�b

2.�b

3.�d

4.�d

5.�d

6.�d

7.�a

8.�d

9.�b

10.�b

11.�c

12.�a

13.�a

14.�d

15.�b

16.�b
© FUOC • PID_00271364 47 El contexto histórico de Asia oriental: la Guerra Fría

Bibliografía
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the Asia Pacific: conflict and cooperation in the Asian century. Milton Park, Abingdon. Nueva
York: Routledge.

López i Vidal, Lluc (2011). La política exterior y de seguridad japonesa. Barcelona: Editorial
UOC.

Mahoney, Daniel (2017). Political Reason in the Age of Ideology. Essays in Honor of Raymond
Aron. Nueva York: Routledge.

McDougall, Derek (2016). Asia Pacific in World Politics (2.ª ed.). Nueva York: Lynne Rienner
Publishers, Inc.

Miller, Alice Lyman; Wich, Richard (2011). Becoming Asia. Change and Continuity in
Asian International Relations Since World War II. Nueva York: Stanford University Press.

Tan Tsou (1963). America’s Failure in China, 1941-1959. Chicago: Chicago University Press.

Wetheim Tuchman, Barbara (1971). Stilwell and the American Experience in China,
1911-45. Nueva York: MacMillan.

Yahuda, Michael (2019). The International Politics of the Asia-Pacific (3.ª ed. revisada). Nueva
York: Routledge.

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