2921 1008 PB
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Consejo Editorial
Editor Ejecutivo
Leandro Cagliero, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba - CONICET, Argentina
Editores Asociados
Juan Carlos Pedraza, Universidad de Buenos Aires, Argentina
Mónica Villarreal, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba - CONICET, Argentina
Comité Editorial
Abraham Arcavi, Weizmann Institute of Science, Israel
Antonio Cafure, Universidad Nacional de General Sarmiento - CONICET, Argentina
Carlos D’Andrea, Universitat de Barcelona, España
Rocío Díaz Martín, Vanderbilt University, Estados Unidos
Cristina Esteley, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
José Nicolás Gerez Cuevas, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina
Susana Paula Graça Carreira, Universidade do Algarve, Portugal
Patricio Herbst, Universidad de Michigan, Estados Unidos
Teresa Krick, Universidad de Buenos Aires - CONICET, Argentina
Ricardo Podestá, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba - CONICET, Argentina
Nélia Maria Pontes Amado, Universidade do Algarve, Portugal
Juan Pablo Rossetti, FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba - CONICET, Argentina
Gabriel Rubén Soto, Fac. de Ingeniería, U. Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina
Jhony Alexander Villa-Ochoa, Universidad de Antioquia, Colombia
ÍNDICE
• Curiosidades del 2024
Nota Editorial por Ricardo Podestá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
————————————————–
Artículos
————————————————–
Secciones fijas
• ¿Sabías que...?
por Leandro Cagliero y Ricardo Podestá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
• Sección de Problemas
por Diego Sulca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Índice 3
Propiedades aritméticas
Tipos de números
Veamos que 2024 es un número...
• educado: ya que se puede escribir como suma de números consecutivos de
más de una forma; por ejemplo,
2024 = 77 + 78 + · · · + 98 + 99
(hay dos formas más y una ya fue mencionada mas arriba, ¿te animás a
encontrar la que falta?).
2024 = (11111101000)2
2157 = 182687704666362864775460604089535377456991567872.
{1, 2, 4, 8, 11, 22, 23, 44, 46, 88, 92, 184, 253, 506, 1012, 2024},
σ(2024)
su suma es σ(2024) = 4320 y su media es 16
= 270.
• intocable: pues no es igual a la suma de divisores propios de ningún número,
P
es decir 2024 ̸= σ(n) − n para todo n ∈ N, donde σ(n) = d|n d.
• práctico: porque cada número menor que 2024 es suma de distintos divisores
de 2024. Por ejemplo, 18 = 11 + 4 + 2 + 1, 456 = 253 + 184 + 11 + 8 y
1111 = 506 + 253 + 184 + 92 + 46 + 23 + 4 + 2 + 1.
• de Zumkeller: pues su conjunto de divisores puede ser partido en dos
subconjuntos con igual suma, necesariamente 21 σ(2024) = 2160. Por
ejemplo, {44, 92, 2024} y {1, 2, 4, 8, 11, 22, 23, 46, 88, 184, 253, 506, 1012}.
• prometido: pues junto a 2295 forman un par de números tal que la suma de
los divisores propios de uno es igual al otro y recíprocamente. Es decir,
= 88 × (8 + +8 + 8 − 88 )
= 9 × 9 + (9 + 9) × (99 + 9) − 99 .
2024 = −17 − 25 + 36 + 43 − 52 + 64 − 71 .
Combinatoria
2024 = 211 − 2 − 2 11
1
.
R R - S S
R - R S S
R S R - S
R S R S -
R S - S R
- S R S R
S - R S S
S S R - S
S S - R R
Solución de ecuaciones
Propiedades geométricas
Triángulos enteros
(T. Jenkyns, E. Muller, Triangular Triples from Ceilings to Floors, The American
2
Mathematical Monthly 107:7, 2000, 634–639). Luego, [ 46 48
] = 44.
Diagramas de Farey
Una sucesión de Farey de orden n, denotada por Fn , es la sucesión de todas las
k
fracciones reducidas m entre 0 y 1 con el denominador m ≤ n, listadas en orden
creciente. Por ejemplo,
F1 = { 01 , 11 },
F2 = { 01 , 21 , 11 },
F3 = { 01 , 31 , 12 , 23 , 11 },
F4 = { 01 , 41 , 13 , 12 , 23 , 34 , 11 }.
Grillas y grafos
Cir(N(45)) = 2024.
• El número de cruce del grafo bipartito K5,46 es 2024. El grafo bipartito completo
Kn,m es un grafo con n + m vértices, divididos en dos conjuntos V1 y V2 de
n y m vértices respectivamente, donde todos los vértices de V1 están unidos
con todos los vértices de V2 pero ningún vértice de V1 ni de V2 forman lados
(por ejemplo, en la figura siguiente damos K5,3 ).
Artículo de Matemática
Resumen. Estudiamos las famosas cúpulas de Leonardo Da Vinci, así como las variaciones
concebidas por Rinus Roelofs, desde un punto de vista matemático. En particular,
consideramos el problema de cerrar la cúpula para producir una estructura esférica.
Explicamos por qué este problema está relacionado con consideraciones geométricas y
topológicas sutiles. Esto contrasta con la estructura unidimensional análoga, a saber, el
puente de Da Vinci, que se puede fácilmente continuar hasta cerrar una forma circular.
Abstract. We study the famous Leonardo Da Vinci’s domes, as well as the variations
pursued by Rinus Roelofs, from a mathematical viewpoint. In particular, we consider the
problem of closing the dome in order to produce a spherical structure. We explain why this
problem is related to subtle geometric and topological considerations. This is in contrast
with the 1-dimensional analog structure, namely Da Vinci’s bridge, that can be easily closed
up to make a circular shape.
§1. Introducción
Sin duda alguna, Leonardo Da Vinci es uno de los grandes genios de la historia.
Su vasta obra sorprende no sólo por su profundidad, originalidad y belleza, sino
también por su heterogeneidad. Entre sus escritos, incluso es posible encontrar
varias notas sobre matemática. La mayor parte de su educación matemática es
consecuencia de su formación con Luca Pacioli, para quien ilustró el famoso libro
Sobre la proporción divina. En este sentido, destaca la presencia de la la razón áurea
en las obras de arte de Da Vinci, aunque esta suele ser exagerada.
Da Vinci también abordó problemas como la cuadratura del círculo y la
duplicación del cubo, aunque sus avances en torno a estos no fueron sustanciales.
En el artículo (Duvernoy, 2008) de Sylvie Duvernoy se puede encontrar más
información al respecto, así como una interesante discusión sobre una contribución
1
Traducido con autorización de los autores, el artículo original en inglés, On the geometry and
topology of Da Vinci domes, se publica en este mismo número de la Revista de Educación Matemática.
15
16 Nicolé Geyssel, María José Moreno, Andrés Navas
2
En la literatura suele mencionarse que Da Vinci habría aportado una prueba muy original del
teorema de Pitágoras. Sin embargo, esto es muy improbable pues el argumento parece haber
surgido mucho más tarde. Para una discusión muy completa sobre este asunto, ver el artículo
(Lemmermeyer, 2016) de Franz Lemmermeyer.
Al ensamblar piezas, cada muesca debe coincidir con otra, y aquellas que se
encuentran en los extremos deben colocarse hacia el suelo. Debido a la diferencia
de profundidad, esta simple regla produce que la estructura se eleve.
Incluso se pueden crear más diseños. Por ejemplo, el que sigue fue concebido
por Ignacio (hijo del tercer autor), aunque luego descubrimos que aparece en la
página 4 de (Song y cols., 2013).
Debemos destacar que, en las ilustraciones anteriores, todas las varillas tienen la
misma longitud. Sin embargo, nuestra discusión también se aplica a varillas de
longitudes diferentes, las que dan lugar a más patrones.
Sería interesante explorar todo el panorama de embaldosados periódicos planos
que pueden ser implementados de esta manera. Un problema desafiante es
determinar cuáles de los diecisiete grupos cristalográficos pueden realizarse.
Por ejemplo, parece que aquellos que involucran simultáneamente rotaciones
no triviales y reflexiones son difíciles de producir (quizás algunos de ellos sean
El puente de Da Vinci puede cerrarse para dar lugar a una estructura circular.
Naturalmente, cabe preguntarse si las cúpulas de Da Vinci también pueden cerrarse
para originar superficies esféricas. Vale la pena recalcar que sólo nos referimos a la
combinatoria de los patrones, sin alusión a la estabilidad física de la estructura. En
particular, no sugerimos aquí ningún fenómeno de tensegridad.
Señalemos que existen teselaciones esféricas que respetan las reglas
combinatorias de las cúpulas de Da Vinci (las muescas internas de cada
varilla apuntan en una dirección y las externas en la opuesta, todo esto de
manera coherente y sistemática). Por ejemplo, uno puede construirlas a partir
de configuraciones de tipo icododecaedral. El hermoso diseño reproducido a
continuación fue concebido por Roelofs y puede ser apreciado mejor en su sitio
web. Observemos, sin embargo, que la esfericidad de la estructura es en cierto
modo “contraria” a la de los domos de Da Vinci y proviene de que las varillas
están sistemáticamente curvadas en una dirección apropiada (de hecho, no hay
diferencia de profundidad entre las muescas internas y externas de cada varilla).
En ciertos casos, es posible cerrar una estructura esférica usando sólo varillas
rectas. Esto puede ser constatado, por ejemplo, con el siguiente diseño de Arie
Brederode. Notemos que este requiere de una gran cantidad de varillas.
Aunque ciertas estructuras del tipo Da Vinci pueden cerrarse para formar
una estructura esférica, esto es imposible con los once patrones representados
anteriormente, así como con todos los patrones que provienen de teselados planos
periódicos. La explicación reside en el teorema de Euler y extensiones, como ahora
explicamos.
Supongamos que tenemos una estructura esférica y la proyectamos sobre una
esfera que la contenga. Obtenemos entonces un grafo esférico con una cierta
cantidad de vértices, de curvas que los conectan que denominamos “aristas”,
y de regiones limitadas por estas aristas que denominamos “caras”. Denotamos
por V , A y C la cantidad de vértices, aristas y caras, respectivamente. El teorema
de Euler establece la igualdad
(5.1) V − A + C = 2.
T
V −A+C = − D = 0.
2
Una observación técnica. Es posible demostrar (5.2) para todos los patrones
planos anteriores utilizando solamente la fórmula de Euler (5.1) de los teselados
esféricos. Esto proviene de que estos patrones producen embaldosados en el
toro, para los cuales (5.2) es válido. Grosso modo, la demostración procede
de la siguiente manera. Usando las dos direcciones independientes de simetría
traslacional, cerramos el patrón para construir un toro. Denotemos nuevamente
por V , A y C la cantidad de vértices, aristas y caras, respectivamente. Volviendo
al plano, copiamos los patrones planos n veces en forma horizontal y vertical, y
§6. Conclusiones
La discusión anterior muestra que para dar con nuevos diseños esféricos de
tipo Da Vinci es necesario tener en cuenta no sólo restricciones geométricas, sino
también topológicas. El diseño de Roelofs es un ejemplo de esto: se basa en (en
realidad, es combinatoriamente equivalente a) un icosaedro truncado. Parece
posible utilizar otros diseños clásicos para producir versiones de tipo Da Vinci.
Un problema desafiante sería obtener modelos inspirados en diferentes sólidos
arquimedianos. Observemos que el diseño de Brederode también surge de una
familia conocida de poliedros, a saber, los poliedros de Goldberg.
No hace falta decir que, además de las cuestiones geométricas y topológicas,
también es necesario tener en cuenta aspectos físicos de los materiales utilizados
para implementar los objetos concretos. Por ejemplo, el ancho de las varillas
constituye un problema cuando se ensamblan para producir configuraciones
poligonales de un gran número de lados.
Destacamos que nuestras consideraciones no concluyen el estudio de diseños
que dan lugar a otros tipos de superficies. La primera demostración del teorema
del poliedro se aplica de manera más general a poliedros de tipo cerrados,
como por ejemplo los toroidales. Sin embargo, considerar muescas de diferente
profundidad podría conducir a estructuras interesantes de este tipo. Notemos
que no existe ningún obstáculo combinatorio para que configuraciones planas
produzcan estructuras toroidales, ya que un toro se obtiene mediante un método
bien conocido de “doblar y pegar una hoja de papel en dos direcciones”. La figura
siguiente muestra por ejemplo que el primero de los once embaldosados planos
anteriormente discutidos puede implementarse en una superficie de tipo toroidal.
Por supuesto, producir de esta manera un objeto más simétrico y atractivo requiere
del trabajo de un artista.
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Nicolé Geyssel
UTFSM, El Pinar 36, San Joaquín, Santiago, Chile
( ) nicole.geyssel@usm.cl
Andrés Navas
USACH, Alameda 3363, Est. Central, Santiago, Chile
( ) andres.navas@usach.cl
LA COMPLEJIDAD ONTOSEMIÓTICA DE
DEMOSTRACIONES MATEMÁTICAS QUE
SE PROPONEN EN LA ENTRADA A LA
UNIVERSIDAD
Bettina Milanesio y María Elena Markiewicz
abstract. This paper deals with aspects related to the validation of mathematical proposi-
tions at university entrance. Based on the difficulties that new students show to validate
deductively, we select the first validation practices that are presented in the work materials
of first-year subjects of a university degree in the training of mathematics teachers. We chose
three demonstrations, representative of the type of validation practices promoted in such
materials and analyzed them using tools from the Ontosemiotic Approach to mathematics
knowledge and instruction. This allowed us to reveal the ontosemiotic complexity of the
planned demonstrations and to anticipate possible semiotic conflicts that may explain the
students’ difficulties in understanding and performing them.
§1. Introducción
29
30 Bettina Milanesio y María Elena Markiewicz
surgen. Los principales resultados muestran que, en general, los estudiantes desa-
rrollan pruebas de tipo pragmáticas que se basan en la acción y en la ostensión, lo
cual derivó en el planteo de unas primeras hipótesis acerca de posibles distancias
y rupturas entre las prácticas de validación logradas por estos estudiantes respecto
de las pretendidas en la entrada a la universidad.
Es por ello que, en esta nueva etapa de la investigación nos propusimos como
objetivo profundizar en los significados institucionales pretendidos sobre el tipo de
prácticas de validación (más precisamente, la demostración) que se promueve en
diversos materiales de trabajo de asignaturas del primer año de la carrera de grado
Profesorado en Matemática en la UNRC. Esto con el fin de poner en evidencia la
complejidad ontosemiótica de estas prácticas y proveer nuevas interpretaciones de
las dificultades de los estudiantes en términos de los objetos y procesos que son
necesarios movilizar. Para ello utilizamos herramientas del Enfoque ontosemiótico
del conocimiento y la instrucción matemáticos (Godino et al., 2007, 2019) identifi-
cando objetos primarios y procesos cognitivos/epistémicos duales presentes en
estas prácticas de validación y proporcionando explicaciones a las dificultades de
los estudiantes en términos de conflictos semióticos.
Todo esto nos llevó a plantearnos las siguientes preguntas de investigación: ¿Qué
objetos y procesos se requieren poner a funcionar en algunas demostraciones que
los estudiantes deben comprender y desarrollar en las primeras instancias de asig-
naturas de primer año de la carrera Profesorado en Matemática? ¿Qué dificultades
se pueden prever ante la comprensión y el desarrollo de estas demostraciones por
parte de los estudiantes?
En los siguientes apartados hacemos referencia al marco teórico y metodológico
de la investigación, explicitamos algunas decisiones tomadas para desarrollar la
misma y mostramos los análisis realizados a algunas demostraciones que se preten-
den en la entrada a la universidad, esbozando, por último, algunas consideraciones
finales.
§3. Metodología
§4. Resultados
Argumentos (emergentes).
El argumento se corresponde con una de-
mostración indirecta e informal. Indirecta,
pues se emplea el método del absurdo pa-
ra justificar la afirmación, e informal pues
se utilizan implícitamente algunas propie-
dades (por ejemplo, PD4) y reglas lógicas
que se ponen a funcionar, predominante-
mente la regla lógica√ del absurdo5: en este
caso, se supone que 2 es un racional de
la forma pq , donde p y q no tienen factores
comunes. Aplicando definiciones y pro-
piedades se obtiene que p y q tienen al
2 como factor común, lo que representa
una contradicción a la suposición√plantea-
da. Por lo tanto, se concluye que 2 no es
un racional. original
Tabla 1
......P (a)
y el modus ponens.
4
La forma de validar esta propiedad exige, a su vez, una demostración indirecta por contrarrecí-
proca: Dado q entero, si q no es múltiplo de 2 entonces q 2 no es múltiplo de 2.
5
p
.........
......q y ¬q
......
......¬p
de leyes que satisfacen. En este contexto, una de las primeras propiedades que se
demuestran es la propiedad distributiva de la unión respecto de la intersección de
conjuntos: práctica de validación 2 (PV2), la cual presentamos en la Figura 2.
Descomposición-Reificación.
Se necesita reconocer a ciertos objetos co-
mo un todo unitario, por ejemplo, al con-
junto (A∪B)∩(A∪C) como la intersección
de dos conjuntos, que son a su vez, unio-
nes de otros dos. Se necesita reificar lo rea-
lizado en todos los pasos de esta práctica
para dar emergencia a una demostración
o transitividad del bicondicional). de una igualdad de conjuntos.
Tabla 2
Se considera un triángulo particular arbi- suma de las medidas de los ángulos inte-
trario con ángulos α, β y γ, y un ángulo riores no adyacentes.
exterior a α.
Apoyándose en el dibujo, se deduce que Particularización-Generalización.
α y δ son adyacentes, y por PD1, que son Se parte de un triángulo particular arbi-
suplementarios: m(δ) + m(α) = 180◦ . trario y se generaliza para todo triángulo
Por otro lado, utilizando PD4 se deduce y de un ángulo exterior particular arbitra-
que m(α) + m(β) + m(γ) = 180◦ . rio y se generaliza para cualquier ángulo
Mediante el uso de propiedades que per- exterior del triángulo.
miten transformar ambas igualdades en
otras equivalentes se llega a la expresión:
Descomposición-reificación.
m(δ) = m(β) + m(γ). Implícitamente se
El dibujo, que interviene como un todo
utiliza la regla de introducción del gene-
unitario, debe ser descompuesto en dife-
ralizador para asegurar que esto vale pa-
rentes elementos (triángulo, ángulos in-
ra cualquier ángulo exterior y cualquier
teriores, semirrectas, ángulo exterior al
triángulo. para cualquier ángulo exterior
triángulo).
Se necesita reificar el lenguaje gráfico con
el lenguaje coloquial y simbólico algebrai-
co para dar emergencia a la demostración
y cualquier triángulo. del teorema.
Tabla 3
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Bettina Milanesio
Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales - UNRC.
( ) bettinamilanesio@gmail.com
𝑓 ∶𝑋→ℕ
Podemos chequear, por ejemplo, que (𝑎3 , 𝑏4 ) está en la sexta diagonal y ocupa la
posición 19 en el orden de las flechas y tenemos que
5⋅6
ℎ(𝑎3 , 𝑏4 ) = 2
+ 4 = 19.
Perfecto, ¡sigamos!
ℚ+ es explícitamente ordenable. Con esto queremos decir que podemos dar una
biyección explícita de ℚ+ en ℕ y por lo tanto un orden a los elementos de ℚ+ .
Notablemente, usaremos el Teorema Fundamental de la Aritmética (TFA) que
asegura que todo número natural distinto de 1 se puede escribir de forma única
como producto de números primos, salvo el orden de los factores.
Presentamos entonces la biyección explícita,
𝑓 ∶ ℚ+ → ℕ,
𝑚
dada por Yoram Shager en 1989 (ver [1]). Se define 𝑓 (1) = 1. Ahora, si 𝑛
∈ ℚ+ ,
suponemos que es fracción reducida (sin factores comunes) y que
𝑎 𝑎 𝑎 𝑏 𝑏 𝑏
𝑚 = 𝑝11 𝑝22 ⋯ 𝑝𝑘𝑘 y 𝑛 = 𝑞11 𝑞22 ⋯ 𝑞𝑙 𝓁
R EFERENCIAS
[1] Y ORAM S AGHER. Counting the Rationals. The American Mathematical Monthly 96:9, p. 823,
1989.
Artículo de Matemática
Resumen. Estudiamos las famosas cúpulas de Leonardo Da Vinci, así como las variaciones
concebidas por Rinus Roelofs, desde un punto de vista matemático. En particular,
consideramos el problema de cerrar la cúpula para producir una estructura esférica.
Explicamos por qué este problema está relacionado con consideraciones geométricas y
topológicas sutiles. Esto contrasta con la estructura unidimensional análoga, a saber, el
puente de Da Vinci, que se puede fácilmente continuar hasta cerrar una forma circular.
Abstract. We study the famous Leonardo Da Vinci’s domes, as well as the variations
pursued by Rinus Roelofs, from a mathematical viewpoint. In particular, we consider the
problem of closing the dome in order to produce a spherical structure. We explain why this
problem is related to subtle geometric and topological considerations. This is in contrast
with the 1- dimensional analog structure, namely Da Vinci’s bridge, that can be easily closed
up to make a circular shape.
§1. Introduction
Without any doubt, Leonardo Da Vinci is one of the great geniuses of history.
His vast work is surprising not only for its depth, originality and beauty, but also
for its heterogeneity. Among his writings, it is even possible to find several notes
on mathematics. He got most of his mathematical education by his training under
Luca Pacioli, for whom he illustrated the famous book The Divine Proportion. In
this regard, the use of golden proportion in Da Vinci’s art is frequently featured,
yet usually exaggerated.
Da Vinci also made experiments –though not very substantive progress– in other
directions, for example, on the problems of squaring the circle and doubling the
cube. For more information on this, see this article (Duvernoy, 2008) of Sylvie
Duvernoy. In particular, therein there is a nice discussion on a genuine and little
61
62 Nicolé Geyssel, María José Moreno, Andrés Navas
Of the many structures Leonardo da Vinci designed, perhaps the most ingenious
one is his design of an easy-to-assemble, self-supporting bridge. In “the Codex”,
he depicted this as follows:
For a full description of the elementary geometry involved in this design, we refer
to (Humenberger, 2021). Over the last years, Da Vinci’s idea has been systematically
implemented as pedagogical activities to introduce students to 2D - 3D geometry
in a more attractive way (see for instance (Carrasco, Carvacho, y Sánchez, 2023)).
It has also found a central place in mathematical exhibitions (museums, festivals,
etc) throughout the world, and it has been beautifully displayed as decoration in
many places, for example in Freiburg (Germany).
1
In the literature, it is also mentioned that Da Vinci would have provided a very original proof
of the Pythagorean theorem. However, this is highly unlikely, and the argument seems to have
arisen much later. See this article (Lemmermeyer, 2016) of Franz Lemmermeyer for a very complete
discussion on this.
It is not very surprising that, by carefully pursuing this construction, in the end
one obtains a “circle”, as shown below.
Here is another wonderful design from “the Codex”. The structures arising from
it are also self-supporting, but produce a kind of 2-dimensional surface instead of
a 1-dimensional object.
These structures are all based on the same principle: each rod is perfectly straight
but has four notches. Quite crucially, the notches that are close to the ends are
deeper than the other two.
When assembling pieces, each notch has to match with another one. Moreover,
those in the ends have to be put towards the ground surface. Because of the
difference of depth, this very simple rule produces elevation for the structure.
There are many variations on the designs. In particular, the nice list of eleven
periodic planar patterns below was produced for the LeonarDome educational kit
of the Museum of Mathematics of Catalonia; see (Brasó, 2018).
One can even create more designs. For example, this one was conceived by
Ignacio (the son of the third-named author), yet we later discovered that it appears
in (the top of) page 4 of (Song y cols., 2013).
We should stress that in the illustrations above, all edges have equal length.
However, our discussion still applies to non-equal-length rods, which give raise to
more patterns.
It seems interesting to explore the whole landscape of periodic planar tilings
that one can implement this way. A challenging problem is to determine which of
the 17 crystallographic groups can be realized. For instance, it seems that those
that involve both nontrivial rotations and reflexions are hard to produce (some
of these are perhaps impossible). One can readily check that the patterns above
realize the groups pmg, pgg, p31m, p4g, p4 and p6 (see (Schattschneider, 1978)
for a concise discussion on crystallographic groups, including notation).
These structures have been rediscovered and pursued by Rinus Roelofs. We refer
to (Roelofs, 2008) for an account of this side of his amazing work. We will come
back to this later.
Da Vinci’s bridge can be closed to a circular structure. Quite naturally, one may
ask whether Da Vinci’s domes can also be closed to spherical surfaces. It is worth
stressing that we are only referring to the combinatorics of the patterns, with no
claim about the physical stability of the structure. In particular, we do not suggest
any tensegrity phenomenon here.
Let us point out that there exist spherical tilings that respect combinatorial rules
as those of Da Vinci’s domes (interior notches of each rod point in one direction
and those close to the ends in the opposite one). For instance, one can build them
starting from ico-dodecaedral like configurations. The beautiful design below
was conceived by Roelofs. Note, however, that the sphericity of the structure is
somehow “reverse” to that of Da Vinci domes, and comes from the fact that the
rods are systematically curved in a well-chosen direction (actually, there is no
difference of depth between the notches).
Using only straight rods still allows closing a spherical structure in certain cases.
This is illustrated by the design below, due to Arie Brederode. Note that this
requires a large number of rods.
the geometric one, the topological considerations involved will drive our further
discussion. Quite naturally, both arguments proceed by contradiction.
First Proof (Da Vinci meets Gauss). Assume by contradiction that a polyhedron
as in the statement exists, and consider a very large sphere that completely contains
it in the interior. By continuously decreasing the radius of the sphere, we detect
a moment where it becomes “tangent”: the polyhedron touches the sphere, but
doesn’t cross it. Let P be a point in common between the polyhedron and this new
sphere. Such a point has to be an endpoint of any line that contains vertices of the
polyhedron, otherwise this line would cross the sphere, and there would be vertices
of the polyhedron outside the sphere. In particular, P must be a vertex. However,
by hypothesis, at each vertex of the polyhedron, there are at least two edges that
are collinear, which implies that P is not an endpoint of the corresponding line.
This contradiction concludes the proof.
Second Proof (Da Vinci meets Descartes). Recall that the angular defect of a vertex
polyhedron is defined as the difference between 360º and the sum of the angles at
the vertex. An easy way to visualize this consists in mapping the faces converging
to the vertex into a plane by opening one of the edges. The angle that remains in
the plane uncovered by those of the faces is the angular defect.
angular
defect
A famous theorem due to Descartes establishes that, for a spherical like polyhedron,
the total sum of the angular defects along the vertices equals 720◦ . (See (Scott,
2006) for a proof of this theorem, which is an almost direct consequence of Euler’s
formula (5.1), yet it historically precedes it).
One can argue that the previous theorem is badly suited because allowing only
collinear vertices along the same rod doesn’t imply that the whole object can be
considered as a polyhedron, since the “faces” could be nonplanar. However, if we
artificially add edges to the object thus produced so that it becomes a genuine
polyhedron (one can easily do this by triangulating the faces), the theorem above
still applies (this is the reason why we included the possibility of arbitrary degree
for vertices in the statement).
The theorem above emphasizes once more the relevance of the difference of depth
between interior and exterior notches of the rods. This allows producing angular
defect (after triangulation, so that the object in view is a genuine polyhedron)
which, as we have seen, is necessary to close a spherical structure. Since the angular
defect thus produced is very small, a large number of vertices is needed to complete
the total angle 720◦ predicted by Descartes theorem. This is the reason why a large
amount of edges is needed.
For the case of curved rods, part of the gaining of angular defect comes from
the curvature of the rod. Of course, in order to make this claim formal, one
previously needs to forget about the rods keeping in mind only the vertices, and
connect them by straight lines. Doing this, one will immediately notice that vertices
corresponding to the same rod are far from being collinear. This is the reason why
so few rods are used in Roelof’s sculpture. However, as we will see in the next
section, the careful choice of the combinatorial structure is also crucial.
(5.1) V − E + F = 2,
(see (Aigner y Ziegler, 1998) for an elementary proof; see also (Navas, 2019) for a
discussion in relation to designs over spheres).
Now, each pattern depicted in §3 exhibits translational symmetries in two
independent directions. By well-known facts of topology, this implies that, if it
closes a surface, then
(5.2) V − E + F = 0,
which is in contradiction with (5.1).
Here is a concrete example. The pattern below involves triangles and dodecagons
(in order to apply Euler type formulae, we need to count a vertex at each crossing
of rods). Let T and D denote the number of the former and the latter, respectively.
Since each vertex involves three edges, we have
3T + 12D
V = .
3
Each edge is shared by two faces, hence,
3T + 12D
E= .
2
Finally, the number of faces is the sum of the number of triangles and dodecagons:
F = T + D.
Therefore,
3T + 12D 3T + 12D T
V −E+F = − + (T + D) = − D.
3 2 2
However, one can directly check by looking at the pattern that:
each dodecagon is neighbored by six triangles;
each triangle is surrounded by three dodecagons.
This immediately implies that T = 2D, hence
T
V −E+F = − D = 0.
2
A technical remark. There is a way of showing (5.2) for all planar patterns above
that only uses the (more elementary) Euler’s formula (5.1) of spherical tilings.
This comes from the fact that these patterns yield tilings on the torus, for which
(5.2) holds. Roughly, the proof proceeds as follows. Using the two independent
symmetry directions, close the pattern so as to build a torus surface, and let
V, E, F be the number of vertices, edges and faces, respectively. Now, coming
back to the plane, copy the planar patterns n times horizontally and vertically,
and denote by Vn , An y Cn the number of vertices, edges and faces that do arise.
Non-closeness only happens along the boundary. Since this boundary “grows
linearly”, the differences |Vn − n2 V |, |En − n2 E| and |Fn − n2 F | are bounded by
a number that is linear in n. All of this implies that
Vn − En + Fn = n2 (V − E + F ) + O(n).
Now, this n2 -times copied pattern induces a (non Da Vincian!) tiling of the sphere
just by adding a “face towards infinity”. By Euler’s formula (5.1) for general
spherical tilings, we have
Vn − En + (Fn + 1) = 2.
Therefore,
n2 (V − E + F ) = O(n).
§6. Conclusions
The previous discussion shows that, in order to pursue with new Da Vinci like
spherical designs, it is worthwhile to take into account not only geometric, but also
topological constraints. Roelofs design is an example of this: it is based on (actually,
combinatorially equivalent to) a truncated icosahedron. It seems possible to use
other classical designs to produce Da Vinci like versions; a challenging problem
would be to realize models inspired from different Archimedian solids. Note that
Brederode’s design also arises from a well-known family of polyhedra, namely
Goldberg’s polyhedra.
Needless to say, besides geometric and topological issues, physical considerations
of the material employed for the concrete realizations also needs to be taken into
account. For example, the width of the rods creates problems at the junctures to
produce polygonal configurations of a very large number of sides.
We stress that our considerations do not close the study of designs that yield
to other kind of surfaces. The first proof of the Polyhedron Theorem applies in
more generality to closed like polyhedra, as for instance toroidal ones. However,
considering notches of different depth could lead to interesting structures of this
kind. Note that there is no combinatorial obstruction for planar configurations
to yield toroidal structures, since a torus is obtained by a well-known process of
“folding a piece of paper in two directions”. As an example we produced the figure
below, which shows that the first of the 11 plane tilings can be implemented on a
toroidal like surface. Producing this way a more symmetrical and attractive object
would certainly require the work of an artist.
Bibliografía
Aigner, M., y Ziegler, G. M. (1998). Proofs from the book. Springer Verlag.
Brasó, E. (2018). Les cúpules de Leonardo da Vinci. Noubiaix, 42, 116–126.
Carrasco, P., Carvacho, M., y Sánchez, F. (2023). Cúpulas de Da Vinci: la geometría
colaborando con otras disciplinas. En J. Huinacahue y D. Soto (Eds.),
Educación Matemática Insterdisciplinar en el Aula. Ediciones UCM.
Duvernoy, S. (2008). Leonardo and theoretical mathematics. Leonardo da Vinci:
architecture and mathematics. Nexus Netw. J., 10(1), 39–49.
Humenberger, H. (2021). Mathematische Aktivitäten rund um die Leonardo-
Brücke. En Schriftenreihe zur Didaktik der Mathematik der Österreichischen
Mathematischen Gesellschaft (Vol. 45, pp. 67–86).
Lemmermeyer, F. (2016). Leonardo da Vinci’s proof of the Pythagorean theorem.
College Math. J, 47(5), 361–364.
Navas, A. (2019). Une ≪ erreur ≫ géométrique dans la ligue des champions. Images
des Mathématiques, CNRS.
Roelofs, R. (2008). Two- and three-dimensional constructions based on Leonardo
grids. Nexus Netw. J., 10(1), 17–26.
Schattschneider, D. (1978). The plane symmetry groups: their recognition and
notation. Amer. Math. Monthly, 85(6), 439–450.
Scott, P. (2006). Angle defect and Descartes’ theorem. Australian Mathematics
Teacher, 62(1), 2–4.
Song, P., Fu, C.-W., Goswami, P., Zheng, J., Mitra, N. J., y Cohen-Or, D. (2013).
Reciprocal frame structures made easy. ACM Transactions on Graphics, 32(Issue
4, 94), 1–13.
Nicolé Geyssel
UTFSM, El Pinar 36, San Joaquín, Santiago, Chile
( ) nicole.geyssel@usm.cl
Andrés Navas
USACH, Alameda 3363, Est. Central, Santiago, Chile
( ) andres.navas@usach.cl
1
Disponible en http://guy-brousseau.com/wp-content/uploads/2010/09/Annexe-Processus
-de-Math.pdf
2
Presentación de Jean-Luc Dorier, y seis módulos desarrollados por Annie Bessot y Claire Margo-
linas, disponible en https://www.mathunion.org/icmi/awards/amor/guy-brousseau-unit
Bibliografía
Dilma Fregona
Profesora consulta de la Universidad Nacional de Córdoba
( ) dilma.fregona@unc.edu.ar
Fue el matemático Leonhard Euler quien demostró que tal caminata era
imposible. La idea de Euler es muy sencilla. Si existiera un tal recorrido, todas
las zonas deberían ser visitadas, y salvo quizás la zona de inicio y la del fin del
recorrido (que incluso podrían coincidir), en cada una de las restantes (al menos
dos) la cantidad de puentes que la conectan con el resto debe ser un número par.
En efecto, en cada visita a una tal zona (zona de pasada) se necesitan dos puentes,
uno de llegada y uno de salida. Si tal zona se visita dos veces se necesitaría otros
dos puentes más, porque recordemos que los puentes no pueden repetirse; y
así sucesivamente. Sin embargo, en la figura anterior vemos que cada zona está
conectada por una cantidad impar de puentes. Por lo tanto tal recorrido no existe.
Se dice que este problema dio origen a la teoría de grafos, una rama de la
matemática y la computación muy estudiada en la actualidad. Un grafo es una
configuración de puntos (por ejemplo las zonas de Königsberg) conectados por
algunos segmentos (por ejemplo, los puentes). Para los siguientes problemas
1
Imagen extraída de http://enciclopedia.us.es/index.php/Archivo:Puentes_Königsberg.png
83
84 D. A. Sulca
(a) (IKMC 2017) ¿Cual es el menor número de puentes que se puede eliminar
para que sea imposible ir desde A hasta B por puentes?
(b) ¿Cual es el mayor número de puentes que se puede eliminar y que aún se
pueda ir desde cualquier isla a otra?
SOLUCIONES
Solución 1.
(a) En el mapa original, cada una de las zonas se conecta con el resto de la ciudad
por una cantidad impar de puentes. Después de agregar o quitar un puente,
la ciudad seguirá interconectada, pero las ciudades entre las que se agregó
o quitó un puente pasan a conectarse cada una con el resto mediante una
cantidad par de puentes. Las otras dos siguen conectándose con el resto por
una cantidad impar de puentes.
En el caso en que se ha quitado un puente, es fácil construir una caminata
euleriana que empiece en una de las ciudades que se conecta al resto con
una cantidad impar de puentes, y que termine en la otra que tiene la misma
propiedad. Esto lo podemos hacer caso por caso. En la siguiente figura
mostramos el esquema de conexión inicial y esencialmente las tres posibles
esquemas de conexión después de quitar un puente. En cada uno de ellos se
indica una posible caminata euleriana.
Solución 2.
(a) Salta a la vista que eliminando 3 puentes se puede desconectar A de B. Lo
interesante es justificar porqué no se puede lograr eliminando menos puentes.
En efecto, se pueden encontrar 3 caminos desde A hasta B que dos a dos no
tienen ningún puente en común. Para desconectar A de B se debería eliminar
un puente en cada uno de estos caminos, es decir, 3 puentes en total.
(b) A continuación mostramos un ejemplo en donde hemos eliminado 6 puentes
sin que las islas queden desconectadas.
Solución 3.
(a) La condición equivale a que cada persona se lleva mal con a lo sumo con una
persona, y se debe probar que hay una persona que no se lleva mal con nadie.
Las personas que se llevan mal pueden agruparse entre sí. Estos conjuntos
serán disjuntos pues una persona a lo sumo se lleva mal con una persona.
Como 11 es impar, siempre habrá una persona que quede solo, es decir, que
no se lleva mal con nadie.
(b) Sí, de hecho puede pasar que cada persona se lleva bien con exactamente 8
personas, o equivalentemente, que se lleve mal con exactamente dos personas.
Imaginemos las 11 personas sentadas en una mesa redonda de modo que cada
uno se lleve mal con exactamente las dos personas que tiene al lado.
(c) Supongamos que es posible. Imaginemos que cada par de personas que se
llevan bien se entregan un regalo entre sí. Si juntamos todos los regalos en
una bolsa habrá una cantidad par de regalos: cada par de personas que se
lleva bien aporta dos regalos a la bolsa. Sin embargo, cada persona recibe
exactamente 7 regalos, y por lo tanto el número total de regalos debería ser
11 · 7 = 77, que es un número impar. Esto es absurdo. Por lo tanto, la situación
no puede darse.
El problema consiste en colorear los puntos de modo tal que dos puntos
conectados por un segmento tengan siempre distintos colores.
(a) Veamos que Pepa no podrá pintar todos los puntos con la condición requerida.
En efecto, Catamarca, Salta, Tucumán y Santiago del Estero deben pintarse
con colores diferentes pues están dos a dos conectadas.
(b) Vimos que al menos una de las 4 provincias mencionadas anteriormente debe
quedar sin pintar. Veamos ahora que entre Córdoba, La Rioja, San Juan, San
Luis, Mendoza y La Pampa, al menos una debe quedar sin pintar. En efecto,
si las pudiésemos pintar con 3 colores, Córdoba y San Juan deberían tener
el mismo color pues ambas deben distinguirse de La Rioja y San Luis. Por el
mismo argumento, San Juan y La Pampa deberían tener el mismo color. Pero
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