OMI 1.07 - Unidad I
OMI 1.07 - Unidad I
OMI 1.07 - Unidad I
1.1 Introducción
El término “radar” es una sigla de la expresión inglesa “Radio Detection and Ranging”, que
puede ser traducida como “detección de objetos y medida de sus distancias por medio de las
ondas de radio”.
A pesar de que los sistemas de radar existentes difieren bastante en cuanto a detalles, los
principios de operación son esencialmente los mismos para todos ellos. Por esto es posible
imaginarse un sistema básico de radar, en el cual las necesidades funcionales sean las mismas
que se encuentran en cualquier equipo específico.
Al igual que las ondas luminosas, que son de una frecuencia mucho mayor, las ondas de
radar tienden a desplazarse en línea recta a una velocidad casi igual a la de la luz.
También, al igual que las ondas luminosas, las ondas de radar están expuestas a la
refracción atmosférica y al igual que las ondas de mar, (olas), las ondas de radar tienen energía,
frecuencia, amplitud y largo de onda. Así como las olas tienen energía mecánica, las ondas de
radar tienen energía electromagnética, la que se expresa y se mide en watt de poder.
Cada pulso de energía transmitido durante unos pocos microsegundos, contiene cientos
de oscilaciones completas.
Un ciclo es una oscilación completa o una onda completa, o sea, aquella parte del
movimiento ondulatorio que pasa por cero en una dirección, hasta que nuevamente vuelve a
pasar por cero en la misma dirección (Fig. 1.1).
Refracción:
Sin los efectos de la refracción, la distancia al horizonte de radar, sería la misma que la del
horizonte visible para la altura de esa antena. Sin embargo, al igual que los rayos ópticos, los de
radar están sujetos a una cierta deflexión o refracción en la atmósfera, debido a que pasan por
zonas de distinta densidad. Pero debido a las frecuencias empleadas, esta deflexión es mayor
para las ondas de radar que para las luminosas u ópticas.
Si tenemos una antena de una altura de “h” pies, suponiendo que se encuentra en una
atmósfera estándar, la distancia al horizonte de radar, puede encontrarse mediante la siguiente
fórmula:
Como las distancias a los horizontes geográfico y óptico están dadas por las fórmulas 1,06
√h y 1,15 √h respectivamente, se puede ver claramente que el horizonte de radar excede del
geográfico en aproximadamente un 15% y al visible en un 6%. O sea que, al igual que los rayos
luminosos en una atmósfera estándar, los de radar son ligeramente refractados hacia abajo
siguiendo la curvatura de la tierra (Fig. 1.2).
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La distancia al horizonte radar en sí mismo no limita la distancia desde la cual se puede
recibir ecos. Si suponemos que se encuentra con un poder adecuado, podrán recibirse ecos de
blancos que se encuentran más allá del horizonte de radar, pero siempre que su superficie
reflectora se alce sobre él. Nótese que la distancia al horizonte de radar es la distancia a la cual
los rayos de radar rozan la superficie de la tierra.
Figura 1.2
A pesar de que la fórmula para determinar la distancia al horizonte de radar (d = 1,22 √h)
se basa en un largo de onda de 3 centímetros, puede también emplearse indistintamente para
determinar la distancia al horizonte de radar de cualquier radar que se emplea para navegación.
El valor así determinado, debe considerarse como un valor aproximado, debido a que
generalmente no pueden efectuarse cálculos más exactos por cuanto a bordo normalmente no se
cuenta con los medios para determinar las constantes reales de refracción.
Súper - refracción:
Con tiempo calmo, sin turbulencias y cuando se encuentra una capa superior de aire seco
y caliente sobre una capa de aire frío y húmedo, se produce lo que se conoce como súper -
refracción.
La súper - refracción produce una mayor deflectación del rayo del radar y por
consiguiente, un aumento en la distancia a la cual pueden detectarse blancos. Este fenómeno se
observa generalmente en los trópicos, cuando una cálida brisa terrestre sopla sobre corrientes
oceánicas más frías (Fig.1.3).
Sub - refracción:
Si por el contrario, una capa de aire frío y húmedo se coloca sobre una de aire caliente y
seco, se puede producir lo que se denomina sub - refracción (Fig. 1.4).
Figura 1.4
La sub - refracción provoca una deflexión hacia arriba de los rayos de radar,
disminuyendo en esta forma, la distancia máxima a que puedan obtenerse detecciones.
Ductos:
Este fenómeno ocurre durante casos de súper - refracción extrema y la energía que se
irradia con ángulos de un grado y menores, puede quedar atrapada en una capa de la atmósfera
llamada ducto de radio de superficie. En el ducto que se ilustra en la Figura 1.5, los rayos de radar
Figura 1.5
La energía atrapada en el ducto sufre pocas pérdidas, por lo que pueden detectarse
blancos a distancias bastante grandes. Es así que se han detectado blancos de superficie a 1.400
millas con equipos de poderes relativamente bajos. Por otra parte, se ha comprobado que los
rayos que salen del ducto, sufren una considerable pérdida de energía, lo que reduce las
oportunidades de detectar blancos sobre el ducto.
Los ductos, ocasionalmente reducen el alcance efectivo del radar. Si la antena está bajo el
ducto, es muy poco probable que pueda detectar blancos que se encuentren sobre él. En casos de
ductos extremadamente bajos y cuando la antena está sobre el ducto, puede suceder que no se
detecten blancos que están bajo él. Afortunadamente este es un caso que no sucede muy
frecuentemente.
Cuando se busca ecos distantes, la línea de alcance visual al eco, predetermina un factor
limitante. Las ondas de radar se comportan como ondas de luz, en las cuales, la energía del radar
se desplaza (o viaja) en un paso recto al horizonte visual, pero son refractadas o curvadas
levemente. Esta curvatura aumenta la distancia del horizonte del radar, levemente más allá del
horizonte óptico, (sin embargo, la distancia determinada es correcta).
Como nos muestra la Figura 1.6, la línea del radar de distancia visual es una combinación
del horizonte del radar en la antena del radar del buque y el horizonte del contacto.
Figura 1.6
Por ejemplo, una antena de una altura de 50 pies, tiene un horizonte de radar de 8,7 (Nmi).
Un cerro de 300 pies, tiene un horizonte de radar de 21,3 (Nmi). Bajo condiciones
estándar, el cerro debería empezar a aparecer en la pantalla cuando el buque viene dentro de 8,7
(Nmi) + 21,3 millas náuticas (Nmi) = 30 Nmi.
Estos son:
a) Potencia de cresta
b) Frecuencia de la portadora
c) Largo del pulso
d) Frecuencia de repetición del pulso
e) Ciclo de trabajo.
Potencia de cresta
Muchos otros factores pueden afectar esa distancia, pero bajo cualquier circunstancia
dada, la máxima distancia teórica de detección del radar está limitada por la potencia
transmitida.
Frecuencia de la portadora
Por acuerdo internacional, dos grupos de radio frecuencia son usados en el sistema de
radares marinos civiles:
1. Primer grupo de la banda “X”, incluye las frecuencias comprendidas entre 9.300 a 9.500
MHZ y corresponden a un largo de onda aproximadamente de 3 cm.
2. Segundo grupo de la banda “S”, incluye las frecuencias comprendidas entre 2.900 a 3.100
MHZ y corresponden a un largo de onda aproximadamente de 10 cm.
Por ejemplo, un radar que tiene una longitud del pulso de un microsegundo, tendrá una
distancia de detección mínima de 164 yardas. Esto significa que el eco de un blanco dentro de
esta distancia, no se verá en la pantalla, debido a que se encuentra tapado por el pulso emitido.
Una gran cantidad de equipos de radar han sido diseñados para operarlos, ya sea con
pulso largo o con pulso corto. Muchos de estos radares, a su vez, cambian automáticamente de
pulso, cuando se cambia de las escalas más grandes a las más pequeñas. En otros equipos es el
operador quien selecciona la longitud del pulso, de acuerdo a las condiciones de operación que se
requieran. Los radares pueden alcanzar mayores distancias de detección al emplear pulsos más
largos, debido a la mayor cantidad de energía que se transmite con cada pulso.
La envolvente de la modulación de los pulsos, debe ser tan rectangular como sea posible,
ya que la medida de la distancia se origina en el instante en que comienza la transmisión del
pulso y tanto la mínima distancia detectable, como la discriminación de blancos respecto a la
distancia, depende de la duración del mismo. Por consiguiente, tanto el comienzo como el final
del pulso, deben estar perfectamente definidos.
Al girar la antena, el haz de energía incide solo por un corto tiempo en el blanco. Durante
este lapso deberán transmitirse un número tal de pulsos que permita recibir a su vez un número
suficiente de ecos como para producir una indicación en la pantalla de radar. La persistencia de
la pantalla de radar, o sea, el tiempo que retiene la imagen de los ecos y la velocidad de rotación
de la antena, serán por lo tanto, los factores que fijan la menor PRF a emplear.
Ciclo de trabajo
Debido a que el transmisor emite solamente durante el tiempo de duración del pulso, que
es muy pequeño comparado con el intervalo entre dos pulsos consecutivos, pueden obtenerse
potencias de cresta relativamente altas con potencias medias pequeñas.
Por otra parte, durante el tiempo que el transmisor permanece inactivo, el generador de
R.F. puede disipar el calor producido durante la emisión.
P = 1 / P.R.F.
Siendo:
Pm : Potencia media
Pc : Potencia de cresta
P : Período
P.R.F. : Frecuencia de repetición de pulso
La función del modulador, es asegurar que todos los circuitos conectados en el sistema de
radar trabajen con una relación de tiempo bien definida entre ellos y que el intervalo de tiempo
entre los pulsos, sea del largo apropiado. El modulador envía simultáneamente una señal
sincronizada para la partida simultánea del transmisor y del barrido en la pantalla. Esta
circunstancia, fija un control para la PRF y proporcion
proporcionaa una referencia para adaptar el tiempo de
trayecto del pulso emitido a un blanco y su regreso como eco.
La función principal del trasmisor es generar energía de radio frecuencia (R.F), de pulsos
muy cortos y poderosos. La frecuencia que se genera, potencia de cresta, ancho de pulso, y
longitud de onda (LAMDA), dependen de un instrumento denominado Magnetrón.
Función de la antena.
Aerial, scanner y antena, son los nombres más comúnmente usados para describir esta
unidad, cuya función es, irradiar la energía de radiofrecuencia al espacio, e interceptar los
retornos de ecos. Su construcción define la distribución de poder del haz de radar en un plano
horizontal y un plano vertical; con el fin de lograr la característica direccional, los límites
horizontales deben ser angostos. Por contraste, el haz es ancho en el sentido vertical, con el
objeto de mantener el rendimiento adecuado por el balance del buque en el mar.
La función del receptor es amplificar los ecos muy débiles captados por la antena, de
manera de generar pulsos, cuya intensidad y forma, producirá una respuesta visible sobre la
pantalla de un tubo de rayos catódicos (o proporcionar una entrada útil para almacenamiento
digital).
El empleo de una sola antena y una misma guía de onda, tanto para transmisión como
para recepción, implica que el pulso de potencia generado para el transmisor sea directo al
receptor. El receptor está protegido por un artefacto conocido como switch transmisor/receptor
o T/R cell, el cual está situado en la guía de onda inmediatamente antes de la entrada al receptor.
Como función secundaria del indicador, aparece la de proporcionar los medios para
operar los diferentes controles del sistema de radar.
El tubo de rayos catódicos (TRC), que se ilustra en la Figura 1.8, es el corazón del
indicador. La cara del TRC o pantalla, que está recubierta por una película de material
fosforescente, es el PPI. El cañón electrónico en el extremo opuesto del tubo, envía un haz muy
angosto de electrones que chocan en el centro del PPI a menos que sean deflectados por efectos
electrostáticos o electromagnéticos. Como la parte interior del PPI se haya cubierta con un
material fosforescente, aparece un pequeño punto brillante en el centro del PPI.
La función de la fuente de poder, es suministrar poder a todas las unidades del equipo.
En general, los sistemas de radares marinos civiles, no están diseñados para operar
directamente desde la fuente principal. Normalmente se emplea una fuente de poder adicional al
del equipo de radar.
Cuanto mayor sea la longitud del pulso, mayor es el alcance del radar, debido a la mayor
cantidad de energía transmitida.
La FRP, fija la distancia máxima para recibir los ecos en el radar. Debe dejarse un amplio
espacio de tiempo entre pulsos, para que el eco regrese de cualquier blanco que se
encuentre dentro de los alcances operativos del sistema. De otra forma, los ecos que
regresan de los blancos más lejanos, se verían bloqueados por pulsos sucesivos.
Blancos grandes pueden verse en la pantalla a mayores distancias, siempre que exista
horizonte visual, entre la antena del radar y el blanco. Materiales conductores (como un
casco de acero por ejemplo), producen ecos relativamente fuertes, mientras que
materiales no conductores (un casco de madera de un pesquero), produce ecos más
débiles.
Cuanto más sensible sea el receptor, mayor será el alcance, pero está más expuesto a la
interferencia y bloqueo electrónico.
El retorno del mar, o sea, los ecos recibidos de las olas, puede saturar el indicador, dentro
y aún más allá del alcance mínimo determinado por la longitud del pulso y tiempo de
recuperación.
Puede perderse los pequeños blancos de superficie, al quedar por debajo del haz cuando
se encuentran muy próximos. (Fig. 1.9).
La exactitud con el radar mide una distancia, depende de la exactitud con la que se mide
el intervalo de la transmisión del pulso y de recepción del eco.
a) Error fijo.
Se produce un error fijo por la partida del barrido en el indicador antes de que la energía
del RF abandone la antena. El cero de referencia para todas las mediciones de distancia,
debe corresponder al borde delantero al pulso transmitido.
Sin embargo, se produce un error fijo, debido al tiempo que necesita la energía de RF para
llegar hasta la antena y ser transmitida. Esto hace que las distancias que se indican sean
mayores que en la realidad. Para eliminar este error, se emplea un dispositivo
denominado circuito de retraso del trigger.
Por este medio puede atrasarse en una pequeña cantidad el trigger al indicador. Este
retraso hace que el barrido parta en el instante en que un eco debiera regresar al
indicador, desde una plancha plana colocada justamente en la antena y no en el instante
en que el impulso se genera en el transmisor.
b) Calibramiento.
Los indicadores de radar cuentan generalmente con una variable de distancia (VRM) o
anillo ajustable, que es el medio normal que se emplea en las mediciones de distancia.
Con el VRM calibrado con respecto a los anillos fijos, dentro de una tolerancia de 1% de la
escala máxima empleada, las distancias tomadas por el VRM pueden tener un error de un
2,5% de la distancia máxima de la escala empleada. Si se está trabajando con la escala de
8 millas, el error en distancia medido por el VRM puede llegar a ser de 0,2 millas náuticas.
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c) Coincidencia del VRM con el eco.
d) Escala de distancias.
Cuanto mayor sea la escala empleada, menor será la exactitud que se tendrá en la
medición de distancias tanto con anillos fijos como con el VRM, debido a que los errores
de calibramiento son mayores, al ser las mediciones de distancia más grandes.
Cuanto más angosto es el haz, más exacta será la medición de la demarcación. Los haces
más angostos permiten mejor definición del blanco y de esta forma una identificación
más exacta del centro de él. Varios blancos que se encuentran muy poco separados entre
sí, pueden dar origen a ecos que en el PPI van a aparecer como uno solo, produciendo en
esta forma, dificultades en la determinación de la demarcación de uno de los que forma
parte del grupo.
Para un determinado ancho horizontal del haz, las demarcaciones tomadas a blancos más
pequeños son más exactas que las que se le toman a blancos más grandes, debido a que
en estos últimos, es más difícil determinar su punto centro.
c) Estabilización de la presentación.
Los PPI con presentación giro-estabilizada permiten tomar demarcaciones más exactas,
debido a que no están afectadas por las salidas de rumbo del buque.
Para tener demarcaciones exactas, la alineación del destello de proa con la presentación
del PPI, debe ser tal que las demarcaciones tomadas con el radar deben coincidir con
demarcaciones visuales relativas tomadas cerca de la antena del radar.
Los principales factores que afectan la resolución en distancia de un radar, son la longitud
del pulso transmitido, ganancia del receptor, tamaño del punto del TRC y la escala empleada.
Un alto grado de resolución en distancia necesita de un pulso corto, baja ganancia del
receptor y una escala de distancia baja.
Los ecos de dos blancos separados de algunos cientos de yardas, pueden confundirse en
el PPI al emplear las escalas más grandes de distancias.
El empleo de la menor escala posible, junto a un adecuado ajuste del receptor, puede
permitir su detección como blancos separados. Si la presentación puede descentrarse,
permitirá la presentación de blancos en escalas menores cuando esto no fuera posible.
A medida que gira el haz del radar, empieza a aparecer el eco en el PPI, tan pronto el haz
llega al blanco. El eco se mantiene hasta que el borde trasero del haz ha pasado del
blanco.
b) Distancia al blanco.
El factor meteorológico.
Normalmente, los efectos de las condiciones meteorológicas son los de reducir el alcance
de detección de los blancos y producir ecos no deseados en la pantalla que puedan bloquear los
ecos de blancos importantes, o de aquellos que representen un peligro para el buque.
a) Precipitaciones.
La lluvia, el granizo y la nieve, pueden producir ecos que ocultan blancos que están
dentro de un área de mal tiempo. Una fuerte precipitación, puede absorber algo de la
energía del pulso y disminuir el alcance máximo de detección.
Generalmente, los radares que transmiten en las longitudes de ondas más cortas, están
más expuestos a los efectos del tiempo meteorológico que los que lo hacen en longitudes
de ondas mayores.
c) Viento.
El viento produce olas que reflejan ecos no deseados y que aparecen en la pantalla como
retorno de mar. El retorno de mar es siempre mayor al lado del barlovento. Este efecto
puede reducirse con un buen empleo de los controles de ganancia y sea clutter, pero debe
tenerse cuidado de no perder blancos en este proceso.
Son varias las características que permiten que un blanco sea detectado a mayor
distancia que otro, o que un blanco produzca mayor eco que otro. El eco depende principalmente
de las siguientes características del blanco:
a) Aspecto.
Es la posición que ocupa la superficie de un blanco respecto a la dirección con que llegan
los pulsos. Con un cambio en aspecto, puede cambiar la superficie reflectante efectiva;
dependiendo de la forma del blanco. Cuanto más cerca esté de los 90° el ángulo entre el área
reflectante y el eje del haz, mayor será la intensidad del eco reflejado. (Fig. 1.10).
Figura 1.10
b) Textura de la superficie.
Una misma superficie de reflexión, puede o no reflejar energía hacia la antena en menor o
mayor cantidad, de acuerdo a la estructura o textura de la superficie de reflexión.
• Superficies lisas.
Reflejan la energía emitida por el radar en igual forma que la luz es reflejada por un
espejo. Retorna bien la energía. (Fig. 1.11).
• Superficies rugosas.
Figura 1.12
c) Material.
d) Forma.
Blancos de una misma forma geométrica pueden dar ecos de intensidades diferentes. La
intensidad del eco depende del aspecto que la forma geométrica presente al haz de radar
(Fig.1.13).
• Superficies curvas.
Una superficie cóncava tiende a enfocar toda la energía hacia la antena. Una superficie
convexa tiende a dispersar la energía (Fig. 1.14).
Figura 1.14
Figura 1.15
Varios son los dispositivos que se han desarrollado con el fin de solucionar las pobres
respuestas que algunos blancos entregan al radar. Los más conocidos en la actualidad que
desempeñan estas funciones son:
Blancos pequeños, tales como boyas, botes de madera o balizas de señalización marítima,
proporcionan generalmente ecos débiles en el radar, debido ya sea a su forma poco
apropiada o a que el material del cual están construidas no proporciona una buena
reflexión, como también a que se pierden en el retorno de mar.
La distancia de detección de una boya equipada con uno de estos reflectores, puede ser
aumentada desde 2 hasta 5 o 6 millas y como se ha aumentado la intensidad de su eco, la
boya puede ser observada mucho más nítidamente a distancias cortas a pesar del retorno
del mar, suponiendo que la ganancia del barrido haya sido correctamente ajustada. Un
reflector de radar montado en el tope de un pesquero de madera sería más efectivo,
debido a la altura en que se le ha colocado.
Cuando se emplea en boyas, el reflector tiene una superficie muy grande expuesta al
viento y es posible que sea dañado por los malos tiempos. También puede ser confundido
con marcas convencionales.
Figura 1.17
El Racón.
Es el nombre que se le da a una baliza transceptora de radar, que emite una señal
característica al ser activada por el radar del buque. La señal puede emitirse en la misma
frecuencia del radar activador, en cuyo caso, se sobrepone automáticamente en la
presentación de radar o puede ser emitida en una frecuencia separada, en este caso el
destello del bacón (como a veces se le llama), puede aislarse, excluyendo todos los ecos
normales y sintonizando el receptor a la frecuencia de la respuesta. Los equipos bacón en
servicio en la actualidad, son los de respuesta en la misma frecuencia, es decir, transmite
en una de las bandas de radares marítimos, de manera que sus señales se sobre pongan
automáticamente en la pantalla del buque. Casi todos estos racons, responden en las
emisiones de radar de 3 cm. banda “X” o 10 cm. banda “S”.
El Ramark.
En esencia, es un emisor de UHF que va montado en la baliza, cuya situación se desea que
destaque en la pantalla del radar. Su emisión es omnidireccional, en forma permanente y
barriendo un ancho de banda que cubre las frecuencias de trabajo, tanto de los radares
comerciales como de los navales de rebusca de superficie. Para su funcionamiento no
necesita ser activado por el radar del buque.
Las señales del ramark son recibidas cuando la antena del radar propio apunta hacia la
baliza. Aparecen en la pantalla como una línea segmentada, no continua, de 2 grados de
ancho y que se extiende desde el centro de la circunferencia del ppi, en la demarcación
del ramark. Esta línea por lo tanto, destella en cada revolución de la antena del radar.
A menos que el eco del ramark (o del faro u otra estructura en la cual esté situado) sea
visible en la pantalla, no podrá obtenerse ni distancia ni demarcación.
Aún más, para recibir las transmisiones del ramark, no se requiere ningún equipo auxiliar
que no sea el propio radar del buque. Las publicaciones náuticas, al referirse a este tipo
de dispositivo, dan la distancia a la cual puede esperarse obtener ecos de un ramark. En la
práctica puede decirse que depende del horizonte del radar del buque y de la altura de la
antena del ramark.
Los ecos falsos o fantasmas, son ecos que aparecen en la pantalla del radar sin que en
apariencia haya blanco productor de los mismos.
Navegando “norte arriba” si se altera el rumbo, el eco falso se moverá con la línea de
proa y el eco verdadero permanecerá inmóvil.
Las principales características por las cuales se pueden reconocer los ecos falsos son:
Se reconocen por el hecho que se producen una serie de ecos a cada lado del eco del
lóbulo principal y a la misma distancia que éste último. Pueden producirse semicírculos y aún
círculos completos, debido a la baja energía de los lóbulos laterales. Estos efectos solo son
detectables en las escalas más cortas, es decir, los blancos se encuentran muy próximos al buque
y son producidos por la energía emitida por los lóbulos laterales reflejada en el blanco,
produciendo ecos falsos a distancias correctas, pero en demarcaciones erróneas, ya que el
barrido está sincronizado con el eje del haz principal.
c) Ecos múltiples.
Figura 1.20
Son aquellos recibidos desde una distancia real mayor, que la escala que se está
empleando. Si se recibe el eco de un blanco lejano después que se ha transmitido el pulso
siguiente, el eco aparece en la pantalla, en la demarcación correcta, pero no en la distancia
verdadera.
En la Figura 1. 21 se tiene:
El cambio en la posición del eco indica que es un eco de segundo barrido. La distancia real
al blanco es la indicada en el PPI, más la mitad de la distancia.
Figura 1.21
La interferencia de radar se produce cuando en las vecindades del buque propio, trabaja
otro radar en la misma frecuencia que el propio.
Figura 1.22
Los sectores ciegos, son zonas a las cuales no llegan los pulsos por ser interceptados por
obstáculos, generalmente palos y chimeneas. (Fig. 1.23).
Las zonas de sensibilidad reducida, son aquellas a las que solo llegan parte de los pulsos
por la misma causa anterior.
Cuando el ángulo que el obstáculo subtiende en la antena es mayor que unos pocos
grados, la reducción de la intensidad del haz es tal, que se produce lo que se reconoce con el
nombre de sectores de sombra.
Dentro de estos sectores de sombra, puede llegar a suceder que no se detecten blancos
pequeños que se encuentren a corta distancia.
El eco de un cable de poder aparece en el PPI como un solo eco, pero en ángulo recto con
la dirección real del cable, si al fenómeno no se le reconoce oportunamente, puede confundirse
con un buque que mantiene su demarcación. Si se toma alguna medida para evitar la colisión, se
observará que el eco mantiene siempre la demarcación y que se mueve hacia el mismo lado que
el buque propio.
Generalidades.
Para obtener una máxima eficiencia en el empleo del radar como ayuda a la navegación,
es preciso que el operador tenga un claro concepto de las capacidades y limitaciones de su
equipo o por lo menos, un conocimiento básico, tanto de las características de propagación de las
ondas de radar, como de las propiedades reflectoras de los diferentes tipos de blancos, así como
también, habilidad para evaluar las posibilidades de reflexión o bloqueo de los distintos tipos de
blancos que aparecen en la carta.
En resumen, puede decirse que el ancho del haz produce distorsión en demarcación y el
largo del pulso puede hacer que un obstáculo que se encuentra a cierta distancia hacia fuera de la
costa, aparezca como formando parte de ella. Pero, el mayor problema, es el de determinar cuáles
son los obstáculos que, encontrándose en las proximidades de la línea de la costa, son los que
están produciendo los ecos que aparecen en la pantalla. Problema que se hace muy difícil en el
caso de playas bajas, debido a que lo que indica el radar no siempre es la línea de la costa, sino lo
que se denomina una falsa línea de costa.
Por otra parte, se da el caso de ciertos obstáculos, los que aún teniendo buenas
propiedades reflectoras no producen ecos, sencillamente debido a que están bloqueados del haz
de radar por otras obstrucciones.
Los párrafos siguientes, darán una idea general sobre la forma de identificar los ecos que
aparecen en la pantalla del radar, para extraer de ellos la información que permita su utilización
en la situación del buque.
A pesar que las masas terrestres son fácilmente reconocibles en la pantalla del radar, la
identificación de accidentes específicos se hace difícil, como ya se dijo, debido a factores como
largo del pulso, ancho horizontal del haz e incertidumbre acerca de cuáles accidentes de la carta
son los que están reflejando los ecos.
Distorsión producida por el ancho horizontal del haz y largo del pulso.
Los ecos de rocas, buques y otros blancos cercanos a la costa, pueden llegar a confundirse
con ella en la pantalla, fenómeno que se debe a los efectos de distorsión provocados por el ancho
horizontal del haz y longitud del pulso.
Las imágenes de los blancos en el PPI tienen siempre una distorsión radial igual a la
mitad del largo del pulso (164 yardas por microsegundo de longitud de pulso) y una distorsión
angular igual al ancho horizontal del haz.
La Figura 1.24 muestra los efectos de situación del buque, ancho del haz y longitud del
pulso en la línea de la costa.
b) Se detecta la torre que está en la playa, pero parece que fuera un buque fondeado en
una caleta. Al aproximarse más, el radar detectará la tierra y la caleta comenzará a
desaparecer y la torre no podrá continuar viéndose a no ser que se reduzca la
ganancia del receptor.
Figura 1.25
a) Procedimiento preliminar.
Asegúrese que la antena esté clara y que no haya personal cerca de las antenas.
Chequear que el poder principal del buque esté habilitado al tablero de radar.
Coloque los siguientes controles del panel frontal efecto cero:
a) Funciones de operación.
Hay que considerar que la operación de este control tiene tres funciones:
El organismo ejecutivo de la OMI, requiere que los equipos dispongan de anillos fijos. El
número de anillos requeridos depende de la escala selectada.
El organismo ejecutivo de la OMI, requiere que los equipos dispongan de una marca de
distancia electrónica con un indicador de lectura.
Esta facilidad se emplea en las pantallas sintéticas modernas, donde los datos de
distancia y demarcación son almacenados en forma digital.
Desplazando el marcador con un Joystick o una esfera sobre un blanco seleccionado, nos
entrega distancia y demarcación en forma directa a ese contacto.
f) Exactitud en distancia.
La distancia del VMR debe verificarse por lo menos, una vez cada cuarto de guardia y
antes de cualquier circunstancia en la que se requiera gran exactitud en los datos.
g) Exactitud en demarcación.
Si hay mucha diferencia entre las demarcaciones visuales y de radar, debe hacerse la
corrección del alineamiento de la marca de proa con el buque en puerto, de acuerdo a las
instrucciones del fabricante.
Los cambios de largo de pulso pueden ser necesarios por varias razones, tales como,
discriminar en distancia, distancia mínima, detección en “sea clutter” y detección de larga
distancia.
Se emplea para reducir los retornos de mar hasta una cierta distancia del buque. Su
objetivo es permitir la detección de blancos pequeños que de otra manera serían tapados por el
retorno de mar.
Se emplea para reducir los retornos de lluvia o nieve y su operación cubre toda la
pantalla de la escala de distancia selectada.
Generalidades.
Las señales análogas en tiempo real, son almacenadas en la memoria del computador
antes de ser procesadas y usadas para generar la presentación.
Las pantallas digitales sintéticas, diseñadas para grandes barcos comerciales, llegaron a
estar disponibles desde fines de los años 70 e invariablemente usaban, esencialmente, un PPI con
barrido radial.
Para el operador casual, podría parecer que poco había cambiado. Sin embargo, una
inspección más cercana e informada, mostraría que hubo cambios mayores en las características
de la presentación.
En términos de uso del radar, para evitar colisiones y para navegación, las demoras
involucradas en el procesamiento para generar la presentación, son infinitamente pequeñas y
pueden ser despreciadas. Sin embargo, el efecto del procesamiento, el cual tiene lugar en ese
corto tiempo, no puede ser ignorado. El almacenamiento de memoria de data de señales de radar,
hace posible hacer un muestreo, manipular y analizar dicha data. De esta facilidad concurren un
sin número de beneficios; esto incluye la habilidad para aumentar el brillo total de la
presentación y aplicar ciertas técnicas de comparación, las cuales permiten la supresión de ecos
indeseados.
a) Almacenamiento digital.
Las señales de radar pueden ser almacenadas digitalmente, de modo que la información,
ahora referida como data, puede ser procesada y recobrada.
En este sistema, el dígito 1 puede representar 1 o una vez cualquier potencia de 2. Sin
embargo, es esencial apreciar que cualquier número puede ser representado por un banco de
switches, algunos de los cuales están en OFF y que éste es el método empleado en las unidades de
memoria de los sistemas digitales.
Así, las señales de radar al ser almacenadas, deben ser representadas en la forma
señalada. El patrón de 1 ó 0, puede representar un número o alguna otra inteligencia como la
presencia o ausencia de ecos en una demarcación dada. En estas aplicaciones el patrón binario es
comúnmente referido como una palabra digital.
En un arreglo donde unos y ceros representan un número, el dígito del extremo izquierdo
es conocido como el bit más significativo (MSB), en tanto que el del otro extremo representa el
bit menos significativo (LSB).
Introducción.
3. Principios empleados.
a) Digitalizar la data.
En tiempo real.
b) Almacenar la data.
Ejemplo:
Consiste en un gran número de pixeles (celdas) los cuales son direccionables en líneas
horizontales (eje x) y columnas verticales (eje y). El video es almacenado en la memoria de video
(mapa de memoria).
Los radares modernos tienen valiosas características adicionales que son parcialmente
generadas desde la presentación de radar almacenada en memoria, las cuales son, en parte, de
origen sintético.
c) Mapas de video.
Los mapas de video pueden ser almacenados en una “biblioteca de rutas”, desde donde
las diferentes rutas pueden ser activadas en forma individual.
Existe una tendencia de transferir la mantención del radar desde expertos y entrenados
técnicos, a relativamente inexpertos marinos. El marino debe ser capaz de interpretar
pruebas de diagnóstico automático, que el propio radar efectúa, asistido por la ayuda de
un computador y si es necesario, reemplazar las partes defectuosas.
e) Radar en Colores.
Los radares en colores están instalados no solamente a bordo de yates, sino que también
está aumentando el número de ellos instalados a bordo de naves mercantes. Sin embargo,
el radar en colores es recomendado, solamente, si el código de colores representa
diferentes tipos de información, tales como video, información de movimiento, alertas,
etc. El color del radar sería mal usado si representase la intensidad de los ecos, lo que
podría fácilmente causar una mala interpretación.
Los radares y arpas modernos, incluyen una compleja interface “hombre - máquina” con
alrededor de 60 a 80 funciones. En el sistema rascar sperry, todos los controles del radar
y del arpa (excepto ON/OFF y brillo) están situados en la pantalla. Ellos actúan como
suaves teclas que son sensitivas a un cambio de capacidad. Este cambio es inducido al
tocar o mover el operador, sus dedos en un área dedicada, o en una dirección
determinada.
Toda la información necesaria para navegación, al igual que para evitar colisiones, está
concentrada en una pantalla. El buque podría ser controlado desde esta pantalla.
Con respecto a la prevención de colisiones, tanto los blancos desde el radar, como el área
disponible para maniobras desde la carta, son presentados en la misma pantalla.
Los blancos pueden ser identificados en forma mucho más fácil. Boyas y buques pueden
ser distinguidos entre sí. Boyas que están fuera de posición pueden ser detectadas como
tales.
Ejemplo: el sistema ATLAS NACOS (KAE), incluye dos o más equipos de radar, una
corredera Doppler, un ecosonda y un ARCAP (Piloto Automático controlado por Radar Adaptivo).
Este sistema puede ser interfaceado. Por ejemplo, al equipo de navegación multisensor
MNS 2000 (RACAL – DECCA), para la determinación de la posición y el planeamiento de ruta en
alta mar.
Control de rumbo.
Navegación controlada por radar.
Control vía sistema de navegación.
En el futuro, una mayor automatización parece posible, como asimismo una integración
cada vez mayor de los diferentes equipos de navegación.
La exactitud de las situaciones obtenidas por radar o con ayuda de radar, sigue el
siguiente orden de confiabilidad:
En la Figura 1.26, se indica una situación obtenida con una demarcación visual, a una
baliza equipada con reflector de radar y la distancia a la misma, obtenida con el radar.
Figura 1.26
En la Figura 1.27, los puntos seleccionados para las distancias de radar son la baliza (A),
la punta (B) y la pequeña isla a la cuadra (C). El operador deberá poder identificar sin
ninguna duda cada uno de los puntos seleccionados antes de tomar distancias.
Figura 1.27
Si el operador está a una gran distancia de la costa, los únicos ecos que aparecerán en la
pantalla serán de las tierras altas, tales como montañas o cerros, que están sobre el
horizonte del radar, tal como se ilustra en la Figura 1.28.
Si el navegante debe hacer una recalada exacta, deberá utilizar en un primer momento
esta información que le permitirá situar el buque lo antes posible. Después de estudiar la
carta y con una apreciación de las limitaciones del equipo de radar, es posible identificar
los blancos.
Figura 1.28
Este método solo debe emplearse cuando no se pueda obtener una demarcación visual y
donde solo es posible obtener un blanco notable para el radar.
Figura 1.29
Como sucede a veces, un buque que navega a lo largo de una costa relativamente recta y
sin accidentes notables, puede que no pueda obtener situaciones exactas por radar,
posiblemente debido a poca reflexión de la costa o simplemente porque no hay puntos
identificables. La técnica en estos casos es calcular la distancia mínima fuera de la cual no
se encontrarán peligros que sobresalgan de la costa.
La Figura 1.30, ilustra esta técnica de obtener lo que pude ser una demarcación peligrosa,
simplemente verificando a intervalos más o menos seguidos la distancia a la costa a la
cuadra.
Figura 1.30
La técnica más exacta es la conocida como la de los índices paralelos, para lo cual es
necesario que el PPI cuente con un cursor giratorio grabado con líneas de índice paralelas. Es
indispensable que el cuadro que se presente en él esté PPI estabilizado y que tanto el indicador
de proa del buque y el punto central, estén correctamente alienados. Además, un lápiz de cera y
una pequeña regla completan el equipo necesario.
Antes de entrar a describir esta técnica, es necesario explicar el término “avance” cuando
se refiere al track del buque. Cuando se mueve la caña para efectuar un cambio del rumbo, el
buque no cae inmediatamente a este nuevo rumbo, sino que tiende a seguir una curva hasta
llegar al nuevo rumbo.
Figura 1.31
Si se aplica caña en B, el camino real seguido por el buque será el que se indica en la línea
de puntos. La separación entre estas dos líneas en la dirección del rumbo inicial, es lo que se
conoce con el nombre de avance. Esta distancia puede llegar a ser cuatro veces la eslora del
buque, lo que en el caso de un buque de 700’ alcanzaría a un avance de 2800° o casi 0,5 millas.
Esto no tendría ninguna consecuencia en aguas abiertas o para pequeñas alteraciones, pero en
aguas restringidas, donde la precisión es de una importancia vital, debe considerarse el avance,
indicándoles la posición del buque en que se coloca la caña, cuatro largos de buques, antes de
conseguir la alteración o el dato que indique la curva de giro.
Cuando se emplea el índice paralelo para las caídas, el navegante debe seleccionar un
objeto notable al radar, fuera del track hacia el cual se intenta cambiar el rumbo.
Figura 1.32
Dibújese en la carta, líneas paralelas al próximo rumbo a través del borde “Y” y a través
de la posición en que se va a poner la caña. La separación perpendicular entre estas líneas y el
nuevo rumbo (conocido como la distancia de índices cruzados) deberá medirse.
En el cursor y de acuerdo con la escala apropiada del radar, marque dos líneas paralelas
con el lápiz de cera a la distancia medida de los índices cruzados.
Gire el curso al rumbo deseado y cuando el eco de “Y” llegue a la paralela interior, se
ordena el ángulo de caña. El buque debe alcanzar su nuevo rumbo cuan do el eco de “Y” llegue a
la paralela externa.
La mantención del nuevo track, puede verse por el progreso de “Y” a lo largo de la
paralela.
La Figura 1. 33, muestra un rumbo determinado AB, el que pasa a una distancia específica
(ab) de la baliza de radar “X”.
Las líneas índices (Fig. 1.34), se colocan paralelas al track del buque y se dibuja DE
paralelo a las líneas índices, a la distancia apropiada de índices cruzados OF. Se coloca el rumbo
del buque, de manera que el eco “X” llegue hasta DE. Si el buque se dirige hacia AB, el eco dejará
esta línea y se moverá más cerca del centro. El rumbo deberá ajustarse para restablecer el eco a
DE y mantenerlo allí.
Figura 1.34
La Figura 1.35, muestra una pequeña bahía en la que se necesita fondear en la posición A.
El único objeto notable es la isleta B (la práctica ideal sería elegir el fondeadero de manera que el
objeto notable quede por la proa).
Figura 1.35
Enseguida se prepara el cursor tal como se muestra en la Figura 1.36, vale decir, las líneas
índices se colocan paralelas al rumbo de aproximación, trazándose posteriormente XY paralela a
éstos y a la distancia correspondiente. Se marca sobre esta última recta la distancia muerta CB.
Figura 1.36
Las líneas de índices paralelos pueden emplearse para identificar algún objeto, el que,
aunque de un eco bastante fuerte, pueda ser difícil de discriminar con respecto a los ecos vecinos.
Luego en el equipo de radar, se gira el cursor hasta que las líneas de índices paralelos
queden paralelas a la demarcación. Se coloca en el compás de punta seca, una abertura
equivalente a la distancia de radar que separa el objeto de la punta P.
Posteriormente, en el equipo de radar, una de las puntas del compás se coloca sobre la
punta P, indicando la otra pata, la posición del objeto no identificado, siguiendo la dirección de
los índices paralelos.
a) Generalidades.
Debido a que los hielos que son detectados por el radar, pueden posteriormente perderse
en la pantalla por los efectos del retorno de mar, es recomendable mantener un plotting
geográfico de ellos, el que a su vez puede ser útil para diferenciar entre hielos flotantes, varadas y
ecos que se deben a buques.
b) Iceberg (témpanos).
Por el hecho de que generalmente, no sobresalen más de 15 pies sobre la superficie del
mar, no pueden detectarse a distancias mayores de 3 millas. Debido a sus ecos relativamente
débiles y que pueden perderse en el retorno del mar, los tempanitos presentan un gran peligro a
la navegación.
d) Growlers.
Sobresalen apenas a unos 6 pies de la superficie del mar y constituye un muy mal blanco
de radar. Por el hecho de tener superficies que han sido redondeadas por el efecto de las olas, se
les tiene por el tipo más peligroso de hielo que se puede encontrar.
Al navegar con marejadas y con un retorno de mar que se extiende hasta más de una
milla del buque propio en la pantalla, estos derelictos pueden producir averías graves al buque si
no se les detecta a tiempo. Aún con el más experto manejo de los controles de radar, este tipo de
hielo puede pasar desapercibido si se navega en mar con olas de más de 4 pies de altura.
En un mar en calma, los growlers no pueden ser detectados más allá de 2 millas.
Para una mayor información, consultar el Manual de Navegación IHA Pub. 3030, volumen
I, capítulo IX, párrafo 9.36, página 254.
a) Generalidades.
El radar cumple con la única función básica de constituir una ayuda electrónica a la
navegación. Sin embargo, y dependiendo de las modificaciones que se les introduzcan a las
constantes del sistema (frecuencia, poder de salida, PRF, etc.) o bien de las unidades que se les
agreguen al sistema básico, éste puede ser destinado a cumplir una gran variedad de otras
funciones.
Es así, por ejemplo, que en el campo naval, se han diseñado equipos en los que se
emplean altos poderes de salida, frecuencias extremadamente altas y angostos haces de ondas
para ser empleados como elementos determinantes de los equipos de control de fuego o
radiotelemetría de unidades navales o aéreas, pues bien, aquellos que emplean un rango más
bajo de frecuencia, alto poder de salida, pero un haz relativamente ancho y a los que se les
emplea para detección y traqueo de unidades aéreas a gran distancia.
Es, dentro de estos dos extremos, que hemos mencionado que se encuentran los radares
de navegación.
Pero, evidentemente, uno de los aspectos de mayor relevancia en el empleo del radar,
radica en el uso que se da para prevenir y aun evitar el riesgo de colisión en la mar.
Se refiere al empleo de este último para navegación en aguas restringidas, debido a que
proporciona una mayor resolución, tanto en distancia como en demarcación, obteniéndose un
alto grado de definición en la presentación que se obtiene en la pantalla.
Se denomina así, al sistema integrado que abarca las tecnologías, equipos y personal que
se emplean para coordinar los movimientos de las naves que entran o se aproximan a un puerto
o ruta marítima determinada.
En todo caso, es indispensable contar en todos los sistemas, excepto en los más
elementales, como un medio de comunicación entre los buques que emplean el sistema y el
centro costero.
Los ingleses fueron los primeros en adoptar el empleo de un radar instalado en la costa,
junto con un sistema de comunicaciones en VHF, para ayudar a los buques a entrar a puerto.
Fue así que en 1948, empezó a funcionar en Liverpool el primer sistema de control de
tráfico marítimo, al ponerse en servicio la estación de radar de ese puerto. A esta instalación
siguió la que se constituyó en Long Beach en 1949, los de Hamburgo y Rotterdam en 1964,
integrados estos dos últimos, por una serie de radares costeros, con la correspondiente red de
telecomunicaciones de VHF, la de Osaka en Japón, con un sistema de rebusca integrado por un
radar centimétrico y otro milimétrico y, finalmente, la de San Francisco en 1970, dotada de un
sistema de traqueo automático y presentación de análisis de tráfico a través de computadoras.
En condiciones de baja visibilidad y cuando los prácticos solicitan que se les tenga bajo
especial vigilancia, se les suministra en forma continua la información de su posición,
proporcionando así una ayuda que complementa la de su conocimiento local del área.
Aún, cuando el empleo de los radares de puerto presenta su máxima utilidad, cuando la
visibilidad se encuentra reducida al mínimo, también es de considerarse su uso cuando la
visibilidad es buena. Mediante su empleo, puede tenerse una vigilancia más acuciosa del puerto y
sus aproximaciones en forma más rápida que por cualquier otro método, lo que permite
coordinar movimientos y evitar pérdidas por demoras.
El navegante deberá tener siempre presente que, aunque puedan detectarse otros buques
mediante el radar, no hay medio alguno seguro de relacionar la dirección de un eco de radar con
la que parece escucharse de una señal de niebla. Las Reglas Internacionales para Prevenir los
Abordajes, establecen categóricamente que: “La posesión de información obtenida del radar, no
releva a los buques de la obligación de atenerse estrictamente a las citadas Reglas”.
e) Perspectivas futuras.
Este film procesado, pasa a ser un registro de la observación del radar durante el tiempo
considerado, el que puede ser empleado más tarde, ya sea para fines de análisis o de
entrenamiento.
En el caso de algunas instalaciones costeras, se encuentra con una consola sobre la cual se
coloca una transparencia que contiene la carta del área en referencia y a la cual se le hace llegar
también la información de estas imágenes; el cuadro resultante se proyecta a la superficie del
ploteo.
En resumen, podría decirse que la principal causa de los accidentes ocurridos se debe a
un error o falla humana. El más común de estos accidentes ha sido el de colisión entre naves.
La noche del accidente había mala visibilidad. Los radares de los dos buques se
encontraban en funcionamiento. En el ANDREA DORIA se detectó un eco abierto 4 grados por
estribor y una distancia de 17 millas. El rumbo del ANDREA DORIA era entonces de 268 grados,
velocidad 21 nudos. Del plotting efectuado se dedujo que el blanco pasaría a una milla por
estribor. En el STOCKHOLM, a su vez, detectaron el eco del ANDREA DORIA abierto 2 grados por
babor y a una distancia de 12 millas. Después de haber ploteado el eco por un cierto tiempo,
dedujeron que éste se acercaba con rapidez, pero que la demarcación aumentaba y que el buque
que se acercaba debía de pasar por babor a una distancia de 0,7 a 0,8 millas. La velocidad del
STOCKHOLM era de 18 nudos. Como puede verse, ambos buques se detectaron a gran distancia y
hubo tiempo de sobra para efectuar cambios de rumbo, que les permitiera pasar a una mayor
distancia uno del otro.
En el STOCKHOLM se dedujo que el buque que se detectaba pasaría por su babor, así
como en el ANDREA DORIA se dedujo que el blanco detectado pasaría por su estribor. (Fig. 1.38).
Figura 1.38
Recién a una distancia de 1,8 millas, el piloto del STOCKHOLM avistó visualmente al
ANDREA DORIA y por la posición de las luces de costado y tope, dedujo que este buque iba a
pasar por su banda de babor.
El motivo por el cual el ANDREA DORIA cambió de rumbo, se debió a que el piloto de este
buque, aún gobernando por radar, intentó aumentar la distancia a la cual pasarían los dos buques
a una milla. Posteriormente, las luces de posición del STOCKHOLM se aparecieron abiertas 30
grados por estribor.
Figura 1.39
Si en ambas ocasiones, los buques hubiesen efectuado un ploteo adecuado o contado con
alguno de los sistemas anticolisión de los que actualmente se encuentran en el mercado, la
información de que existía riesgo de colisión, hubiese llegado oportunamente al puente,
permitiendo que se tomaran las medidas adecuadas para evitarla en forma oportuna y
ahorrando de esta forma una inútil pérdida de vidas.
En el Manual de Cinemática Naval IHA Pub. 3020, se trata con todo detalle este problema.
Se recomienda su consulta.
Existen doce de estos sistemas anticolisión, cuyos costos fluctúan dentro de una amplia
gama que están en relación directa con la complejidad del equipo. Los hay muy sencillos,
compuestos simplemente por un radar y en los cuales, mediante la observación de las
variaciones de las demarcaciones y distancias en sus pantallas PPI, se puede apreciar el peligro
de colisión; como los hay muy sofisticados, los que por contar con un computador, calculan y
proporcionan información sobre rumbo y velocidad del blanco, distancia mínima a pasar (PMA),
tiempo que se demora en alcanzar este punto (TPMA), pudiendo plotear varios blancos
simultáneamente.
Podemos decir, entonces, que existen dos grandes tipos de equipos anticolisión:
Entre los del primer grupo se encuentran los sistemas DECCA y Kelvin Hugues con
sistemas de anillos y el “Predictor Marconi”, algo más complicado. Todos estos sistemas
presentan visualmente las detecciones que efectúe el radar, permitiendo que el navegante pueda
apreciar la situación con bastante anticipación y deducir la actitud a tomar o la forma cómo se
deberá maniobrar.
En los equipos avanzados, se agrega al radar una computadora que calcula los vectores de
rumbos y velocidades PMA, aún cuando el buque propio efectúe maniobra evasiva, suponiendo
que el blanco detectado mantiene rumbo y velocidad. Dentro de esta categoría, existen en la
actualidad ocho tipos diferentes, pero que mantienen su principio de construcción más o menos
igual.