Escala Esti
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Escala Esti
RECIBIDO:
20 marzo 2023
APROBADO: Evaluación e impacto de la educación de la
técnica inhalatoria en pacientes adultos que
18 mayo 2023
Osvaldo Cabrera Osvaldo Cabrera1 , Francisco Arancibia2 , Francisco Freire3 , Raúl Villarroel4 ,
https://orcid.org/0000-0002-
2757-2186 Mauricio Contador5 , Carlos Cavada6 , Cristián Olave1
Francisco Arancibia
https://orcid.org/0000-0001-
5429-5420
1. Instituto Nacional del Tórax, Unidad de Kinesiología. Santiago de Chile, Chile.
Francisco Freire
https://orcid.org/0000-0002- 2. Instituto Nacional del Tórax, Servicio Medicina. Santiago de Chile, Chile.
2261-5271
Raúl Villarroel 3. Hospital Sótero del Río, Unidad Hospitalización Domiciliaria. Santiago de Chile, Chile.
https://orcid.org/0009-0001-
2497-7436 4. Cesfam Dr. Lucas Sierra Conchalí. Santiago de Chile, Chile.
Mauricio Contador
5. Programa AVNIA-MINSAL.
https://orcid.org/0009-0005-
3543-4268 6. Cesfam Angelmó. Puerto Montt., Los Lagos, Chile.
Carlos Cavada
https://orcid.org/0009-0003-
1335-9557
Cristian Olave AUTOR CORRESPONSAL :
https://orcid.org/0000-0002-
Osvaldo Cabrera, osvaldocabreraroman@gmail.com
2643-2907
Resumen
Introducción: los inhaladores de dosis medida (MDI) ocupan un lugar fundamental en el
tratamiento de las enfermedades obstructivas. Sin embargo, existe evidencia de su in-
correcta utilización y, por consiguiente, limitados beneficios. El objetivo de este traba-
jo es evaluar el uso de los MDI y conocer el impacto que tiene la educación en la técnica
inhalatoria. Método: estudio prospectivo, antes-después realizado en pacientes hos-
pitalizados y ambulatorios. Se registraron datos demográficos y sobre el uso del MDI.
Posteriormente, se pidió al paciente que realizara dos inhalaciones con su MDI y aero-
cámara, se otorgó un puntaje según la escala ESTI y se educó en forma oral, visual y
con folleto explicativo. Los pacientes fueron reevaluados antes de cumplir un mes de la
primera evaluación. Resultados: se incluyeron 119 pacientes, 53,8% masculinos, con
edad media de 60,6 (± 16) años. El 60,5% utilizaba aerocámara siempre y el 19,3% casi
siempre. El 65% tenía la percepción de que su técnica inhalatoria era buena o muy bue-
na. El 32% no sabía identificar su inhalador de rescate. El puntaje en la escala ESTI ba-
sal fue de 6,8 (± 2,3) ptos. el que mejoró en la reevaluación, 8,7 (± 1,5) ptos.; p<0,0001.
La técnica inhalatoria calificada de muy buena o buena mejoró de un 24,4% a un 63%;
p<0.0001. Conclusión: nuestros resultados muestran que la técnica de inhalación con
MDI es deficiente y una educación activa evidencia un impacto significativo en el co-
rrecto uso de estos dispositivos.
Palabras clave: terapia inhalada, inhalador de dosis medida, técnica inhalatoria.
Abstract
Introduction: metered dose inhalers (MDI) are fundamental in treating obstructive dis-
eases. However, there is evidence of its incorrect use and therefore limited benefits. This
work aims to evaluate the use of MDIs and to know the impact of education on the cor-
rect inhalation technique. Method: prospective, before-after study, carried out in hos-
pitalized and outpatients. Demographic data and data on the use of the MDI are re-
corded. Subsequently, the patient was asked to take 2 inhalations with his MDI and
valved-holding chamber, a score was given according to the ESTI score and he was ed-
ucated orally, visually, and with an explanatory brochure. The patients were reassessed
within 1 month of the first evaluation. Results: 119 patients were included, 53.8% male,
with a mean age of 60.6 (±16) years. 60.5% always used an aero chamber and 19.3%
almost always. 65% had the perception that their inhalation technique was good or
very good. 32% did not know how to identify their rescue inhaler. The score on the base-
line ESTI scale was 6.8 (± 2.3) points, which improved in the reassessment, 8.7 (± 1.5)
points; p<0.0001. The inhalation technique rated as very good or good improved from
24.4% to 63%; p<0.0001. Conclusion: our results show that the inhalation technique
with MDI is deficient and active education demonstrates a significant impact on the cor-
rect use of these devices.
Keywords: inhaled therapy, metered dose inhaler, inhalation technique.
Introducción
La utilización de la vía inhalatoria para la administración directa de distintas sustancias en el
árbol bronquial es una práctica que se conoce desde el antiguo Egipto.1 Sin embargo, en las úl-
timas décadas se ha incrementado su uso de forma generalizada en nuestra sociedad. A pesar
de la aparición de nuevos dispositivos, los inhaladores de dosis medida (MDI por sus siglas en
inglés) siguen ocupando un lugar fundamental en el tratamiento de las enfermedades respira-
torias obstructivas.2 No obstante, existe numerosa evidencia que nos demuestra que no se está
obteniendo un óptimo beneficio de la terapia inhalada, y esto se debe a múltiples factores como
un mal diagnóstico de la enfermedad y por ende una pobre respuesta al tratamiento, sobredo-
sificación del medicamento, uso inadecuado de los dispositivos, falta de educación al paciente
y al personal de salud y verificación de su uso correcto.2-6 Todas estas variables nos llevan a un
inadecuado control de las patologías con exacerbaciones y hospitalizaciones frecuentes con el
consiguiente aumento de la carga económica al sistema de salud.7,8 Se ha estimado que el costo
económico por el mal uso de los inhaladores sería de 25 mil millones de dólares anuales. Adicio-
nal al factor económico, es importante evaluar la condición del paciente quién continúa con los
síntomas por el mal control de su patología. Frente a esta situación, muchas veces el médico de-
cide un escalamiento de la terapia, lo que lleva a un incremento en los costos del tratamiento.7-9
El objetivo principal del estudio es evaluar el impacto de una educación activa en la técnica in-
halatoria correcta de los inhaladores de dosis medida (MDI) en pacientes adultos hospitalizados
y ambulatorios. El objetivo secundario es conocer si existen diferencias en la tecnica inhalatoria
en pacientes de manejo ambulatorio comparado con los pacientes hospitalizados.
Método
Estudio antes-después o estudio de intervención, donde fueron incluidos pacientes mayores de
18 años que utilizaban MDI por lo menos desde hace un mes y que aceptaran voluntariamente
participar del estudio. El único criterio de exclusión fue: paciente con incapacidad física o men-
tal que le impidiera utilizar un MDI de forma autónoma. Este estudio fue realizado durante el pe-
riodo del 1 enero 2016 al 30 junio 2016 e incluyó en forma consecutiva a pacientes: 1) hospita-
lizados en el Servicio de Medicina del Instituto Nacional del Tórax; 2) pertenecientes al sistema
de hospitalización domiciliaria del Hospital Dr. Sótero del Río; 3) ambulatorios controlados en el
Centro de Salud Familiar (Cesfam) Dr. Lucas Sierra de la comuna de Conchalí y Cesfam Angel-
mó de Puerto Montt y 4) pacientes pertenecientes al programa de Asistencia Ventilatoria No In-
vasiva del Adulto (AVNIA) del Ministerio de Salud.
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Una vez contactado el paciente, se verificaba que cumpliera los criterios de inclusión y que
firmara el consentimiento informado. Se registraron datos demográficos, procedencia, comorbi-
lidades, escolaridad, tipos de inhaladores que usaba y antecedentes sobre el uso de inhalado-
res (tiempo de uso del inhalador, uso de aerocámara o espaciador, aseo de la aerocámara, edu-
cación previa, reconocimiento del inhalador de rescate y percepción del paciente de su técnica
inhalatoria).
Posteriormente, se solicitaba a los pacientes que realizaran dos inhalaciones con su inhala-
dor de rescate y aerocámara. Junto con esto, el evaluador (capacitado previamente) observaba
y registraba los resultados en la escala ESTI basal (Figura 1). La capacidad de inhalación se eva-
luó según el “consenso SEPAR-ALAT sobre terapia inhalada”4. Para evaluar la técnica inhalada
con el MDI, se diseñó la Escala de Evaluación y Seguimiento de la Técnica Inhalatoria (ESTI), ba-
sada en el consenso antes mencionado. La escala ESTI tiene 10 etapas y cada una de ellas equi-
vale a 1 punto; si el paciente no cumplía la etapa 1 (destapar el inhalador), el puntaje debía ser
0. De forma arbitraria, se clasificó en: muy mala técnica = 0 a 4 puntos; mala= 5 a 6 puntos; re-
gular= 7 a 8 puntos; buena= 9 puntos y muy buena= 10 puntos.
Una vez terminado el procedimiento, el evaluador revisaba la lista de chequeo, realizaba la
técnica inhalatoria correcta y educaba al paciente sobre el uso del MDI, haciendo énfasis en los
errores cometidos por el paciente. Además, se entregaba al paciente un folleto educativo sobre
el uso correcto de la técnica inhalatoria con MDI. Aproximadamente un mes después de la pri-
mera evaluación, el paciente era revaluado sobre la técnica inhalatoria utilizando la Escala ES-
TI final.
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Figura 1.
Escala de evaluación y seguimiento de la técnica inhalatoria (ESTI) con dispositivo MDI.
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Análisis estadístico
Los resultados son expresados como valores media ± desviación estándar para las variables nu-
méricas de distribución normal y en porcentaje para las medidas en escala nominal. Las varia-
bles cualitativas son comparadas mediante la prueba de chi cuadrado y el test exacto de Fisher
y las variables continuas según su distribución normal o no normal con la prueba “t” de Student
o la prueba de Mann-Whitney. La comprobación del supuesto de distribución normal de los pun-
tajes obtenidos en la escala ESTI basal y post educación (final) se realizó mediante la prueba de
Shapiro-Wilk. Debido a que ambos puntajes presentan una distribución no normal, la compa-
ración antes-después se realizó mediante la prueba de rangos de Wilcoxon. Se realizó el cálcu-
lo de la potencia post hoc de la diferencia de los puntajes obtenidos en la escala ESTI, y se obtu-
vo una potencia estadística del 99%. Un valor de p < 0,05 fue considerado significativo. Para el
análisis de los datos, se utilizó el programa estadístico IBM SPSS versión 22.
Comité de ética
El estudio y el consentimiento informado fueron aprobados por el comité de ética-científico del
Servicio de Salud Metropolitano Oriente, Santiago-Chile.
Resultados
Se incluyeron en forma consecutiva 119 pacientes que tenían una edad media de 60,6 (± 16)
años y el 53,8% era de sexo masculino. Un total de 77/119 (67%) de los pacientes se encontra-
ban hospitalizados en la primera evaluación. Las comorbilidades respiratorias por las que usa-
ban terapia inhalatoria eran: EPOC en el 38,7%; asma bronquial en el 20,2%; fibrosis pulmonar
en el 11,8% y otras en el 14,4%. En cuanto a la escolaridad de los pacientes, el 57,1% había com-
pletado la educación básica o tenía una educación básica incompleta (Tabla 1).
Tabla 1.
Características generales de los pacientes que fueron evaluados con la técnica inhalatoria de MDI
n 119
Edad (años), media (± DE) 60,6 (16)
Comorbilidades, n (%)
EPOC 45 (38,7)
Asma bronquial 24 (20,2)
Neumonía 18 (15,1)
Fibrosis pulmonar 12 (11,8)
Otras 13 (14,4)
Procedencia, n (%)
Hospital 77 (64,7)
Atención Primaria 21 (17,6)
Programa AVNIA 11 (9,2)
Hospitalización domiciliaria 10 (8,4)
Escolaridad, n (%)
Sin estudios 1 (0,8)
Básica incompleta 44 (37)
Básica completa 23 (19,3)
Media incompleta 17 (14,3)
Media completa 30 (25,2)
Universitario 4 (3,3)
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La modalidad de terapia inhalada en los 119 pacientes era MDI. Además, 9 pacientes usa-
ban nebulizaciones y 5 polvo seco. Los medicamentos inhalados más utilizados fueron: bromuro
de ipratropio 61,3%; salbutamol 56,3%; budesonida 26,1% y fluticasona/salmeterol 23,5%. Con
respeto al tiempo de uso de los MDI, el 50,4% los utilizaba igual o mayor a 3 años y el 88,2% re-
fería que había recibido educación de cómo usar el inhalador, principalmente por un kinesiólo-
go (54,6%) y del médico tratante (16,8%). El 60,5% utilizaba aerocámara siempre y el 19,3% ca-
si siempre. En cuanto a la percepción de la técnica inhalatoria, el 65% creía que su técnica era
muy buena o buena, sin embargo, el 32% no sabía identificar su inhalador de rescate (Tabla 2).
Tabla 2.
Características de la terapia inhalatoria de MDI, basal.
n 119
Tipo de terapia inhalatoria, n (%)
• MDI 105 (88,2)
• MDI + Nebulización 9 (7,6)
• MDI + Inh. polvo seco 5 (4,2)
La evaluación basal de la técnica inhalatoria utilizando la escala ESTI alcanzó una media de
6,7 (± 2,3) puntos, que mejoró significativamente en la revaluación post-educación a 8,7 (± 1,5)
puntos; p<0,0001, Figura 2. Al analizar los puntajes de la escala ESTI basal y final entre los pa-
cientes de manejo ambulatorio y hospitalizados, se observó que son mejores y con diferencias
estadísticas significativas en los pacientes ambulatorios. Sin embargo, la diferencia ESTI final-
ESTI basal (Δ ESTI) no tuvo diferencias estadísticas significativas entre el grupo de pacientes
ambulatorios y hospitalizados (1,6 ± 1,6 vs 2,2 ± 2,1; p = 0,13), ver Tabla 3.
El análisis del ESTI basal de los pacientes que no usaban aerocámara (n=10) comparado con
aquellos que la usaban (n=109) fue más bajo y con diferencias significativas (2,9 ± 2,0 versus 7,1
± 2,0; p<0,0001). Sin embargo, post-educación, el ESTI final de ambos grupos se equipara, no
presentando diferencias significativas (7,7 ± 1,4 versus 8,8 ± 1,5; p= 0,07).
ISSN 2953-3414
Tabla 3.
Puntaje de la escala ESTI en pacientes ambulatorios y hospitalizados
Pacientes
Total Pacientes
hospitalizados p
(n=119) ambulatorios (n=42)
(n=77)
ESTI basal* 6,8 (2,3) 7,5 (18,5) 6,3 (2,4) 0,002
ESTI final* 8,7 (1,5) 9,2 (1,2) 8,5 (1,6) 0,014
Δ ESTI* 1,9 (1,9) 1,6 (1,6) 2,2 (2,1) NS
ESTI basal (9-10 puntos), % 24,4% 20,7% 30,9% NS
ESTI final (9-10 puntos), % 67% 60% 78,5% NS
Al comparar la técnica inhalatoria basal calificada de muy buena o buena (9 o 10 ptos) con la
técnica inhalatoria post-educación, se encontró una mejoría significativa de un 24,4% a un 63%
de los pacientes; p<0.0001 (Figura 3).
Figura 2.
Comparación de los puntajes de la escala de ESTI basal y ESTI final, n=119
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Figura 3.
Estratificación y comparación de los puntajes de la escala ESTI basal y ESTI final, n=119.
Si bien todas las etapas de la técnica inhalatoria mejoraron significativamente, las que tuvi-
eron una mejoría mayor fueron: 1) Botar todo el aire antes de la inspiración; 2) Realizar una ins-
piración lenta y profunda; y 3) Respetar el tiempo entre una y otra inhalación (Tabla 4). Final-
mente, no se encontró asociación significativa entre un puntaje ESTI basal o ESTI final de 9-10
puntos con respecto a edad >65 años, sexo, escolaridad y uso de inhaladores mayor de 3 años.
Tabla 4.
Comparación de los resultados, según etapa, de la escala de Evaluación y Seguimiento de la Técnica Inhalatoria
(ESTI) basal y post educación, n=119.
Etapa ESTI Basal, n(%) ESTI Post-educación, n(%) p
NS
Destapa el inhalador 116 (97,5) 119 (100)
0,03
Agita vigorosamente el inhalador 90 (75,6) 112 (94,1)
<0,0001
Usa aerocámara 107 (89,9) 117 (98,3)
<0,0001
Realiza pausa inspiratoria 64 (53,8) 93 (78,2)
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Discusión
Los principales hallazgos de este estudio son: 1) existe una deficiente técnica inhalatoria en el
uso de dispositivos MDI en pacientes con patología respiratoria; 2) una educación activa de esta
técnica tiene un impacto significativo en el correcto uso de estos dispositivos.
La vía inhalada es la vía de elección para la administración de la mayoría de los fármacos
empleados habitualmente en el tratamiento de las enfermedades pulmonares obstructivas. Su
principal inconveniente es la dificultad de los pacientes para utilizar correctamente los disposi-
tivos que los administran, lo que puede ocasionar un control subóptimo tanto del asma como de
la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC),10 aumento de visitas a urgencias, hospita-
lizaciones y altos costos económicos.11
Diversos estudios han encontrado que la técnica al usar MDI es incorrecta entre el 60,5%-
76,1% de los pacientes.12-13 Una revisión sistemática y metaanálisis reciente de pacientes con
EPOC y uso de MDI encontró que más de tres cuartas partes de los pacientes adultos estadouni-
denses utilizaron el MDI incorrectamente.14 Estos datos son similares a los encontrados en nues-
tro estudio.
La falta de dominio de la técnica inhalatoria no solo ocurre en los pacientes, tambien es de-
ficiente en el personal de salud que debería capacitar a estos pacientes. Un estudio español en-
contró que solo el 27,7% de los médicos manifestó que siempre revisaba la técnica de inhalación
del paciente al prescribir un nuevo inhalador y sólo el 14,2% de los médicos tenía un conoci-
miento adecuado de la terapia inhalada.15 En una revisión sistemática, se encontró que la técni-
ca inhalatoria realizada por profesionales de la salud era correcta en solo el 15,5%, pero lo más
preocupante es que esta disminuyó en el tiempo de 20,5% (1975-1995) a 10,8% (1996-2014).16
En un reciente estudio, Sanchis et al.11 encontraron que la técnica inhalatoria incorrecta es
inaceptablemente frecuente y que en los últimos cuarenta años (1975-2014) se han seguido co-
metiendo los mismos errores. Esto debido principalmente a la falta de educación de los pacien-
tes y a la falta de conocimiento de la correcta técnica inhalatoria por parte de los profesionales
de la salud. En nuestros resultados se observó que el 88% de los pacientes había tenido previa-
mente educación sobre el uso de MDI por algún profesional del área de la salud, sin embargo, só-
lo el 24,4% de los pacientes presentaba una técnica considerada buena o muy buena.
Son varios los autores que coinciden en describir los errores más frecuentes al utilizar MDI.11-
14
Estos serían problemas en la coordinación, no inspirar lento y profundo y no realizar una pausa
o apnea al final de la inspiración. Esto coincide en algunos aspectos con lo encontrado en nues-
tro estudio ya que solo el 38,7% de los pacientes realizaba una exhalación completa antes de
iniciar la inhalación y sólo el 53,8% realizaba pausa al final de la inspiración. Con relación a la
inspiración lenta y profunda, el 61,3% realizaba este paso correctamente. Es importante desta-
car que otro de los pasos evaluados que resultó con un bajo porcentaje fue el respetar el tiempo
entre la primera y la segunda inhalación (40%). Esto solo se menciona en la literatura como “re-
petir los pasos anteriores”, pero no se explica que se debe hacer una pausa para permitir que la
válvula dosificadora vuelva a su posición inicial y en una segunda inhalación permita entregar
la dosis predeterminada (medida), y no una dosis menor. En nuestra metodología, se consideró
la realización de dos inhalaciones por parte de los pacientes debido a que la prescripción médi-
ca de los inhaladores, sobre todo los de rescate, es en la gran mayoría de 2 inhalaciones cada 6
- 8 horas, llegando a 3 inhalaciones cada 20 minutos en períodos de crisis.
Los factores que influyen en una incorrecta técnica inhalatoria han sido estudiados por Bar-
bara et al.17 quienes encontraron una correlación negativa entre edad avanzada y técnica cor-
recta de MDI. Además, el estudio de Aydemir et al.18 encontró que el bajo nivel de educación, el
sexo femenino, la ruralidad, la duración de la enfermedad, el seguimiento por un especialista en
enfermedades respiratorias y la frecuencia de las hospitalizaciones son factores que afectan el
uso correcto del MDI. Por el contrario, en nuestro estudio, no se encontró asociación significati-
va entre un puntaje ESTI basal o ESTI final de 9-10 puntos con respecto a edad >65 años, sexo,
escolaridad y uso de inhaladores mayor de 3 años.
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De los datos obtenidos en nuestro estudio, coincidimos en la edad avanzada de nuestros pa-
cientes (media 60 años), el bajo nivel educacional ya que casi la mitad de nuestros pacientes
(49,5%) solo tenían educación básica completa y sólo un 3,3% tenía estudios superiores. Otro
aspecto destacado por Aydemir et al.18 es que la duración mayor de la enfermedad no reflejaría
un mejor uso de los inhaladores, aspecto que concuerda con nuestro estudio ya que el 50,4% de
nuestros pacientes utilizaba MDI por más de tres años.
Con respecto a la educación, este es un aspecto clave para lograr una correcta técnica in-
halatoria.19-24 En el estudio de Aydemir et al.18 encontraron que después de una capacitación de
los pacientes, la tasa de la técnica inhalatoria correcta de los MDI aumentó de 31,1% a 45,2%.
El estudio EDEN21, realizado en España, demostró que el conocimiento de los inhaladores, aun-
que aceptable, puede mejorarse mediante un programa de instrucción adecuado. Así también
lo demuestra nuestro estudio en el que los pacientes que realizaban la técnica inhalatoria co-
rrectamente aumentaron de 24,4% en la evaluación inicial a un 63% después de una interven-
ción con educación activa.
Otro aspecto importante a destacar es el uso de aerocámaras o espaciadores para disminuir
los problemas de coordinación. Diversos autores25-27 han demostrado los beneficios de la utili-
zación de aerocámaras para mejorar el depósito pulmonar, evitar el impacto del fármaco en la
orofaringe y disminuir el efecto freón-frio. En nuestro estudio, casi el 90% (89,9%) usaba aero-
cámara “siempre o casi siempre”, esto se debe a que en nuestro país el uso de espaciador o aero-
cámara es una recomendación generalizada. Inclusive el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP)
emitió una circular el año 2013 en que sugería que todos los MDI debían ser utilizados con aero-
cámara de preferencia valvulada.28 Además, es importante mencionar que en los hospitales pú-
blicos y en la Atención Primaria de Salud (APS) los pacientes reciben de forma gratuita una ae-
rocámara para ser utilizada con sus MDI.
Una de las ventajas de nuestro estudio es que se incluyeron pacientes de 5 centros de salud,
hospitalizados y de manejo ambulatorio. Otra ventaja importante es que fueron evaluados con
una escala que fue diseñada específicamente para este estudio (Escala ESTI). Este instrumento
es objetivo y permitía conocer en la evaluación post educación de cada paciente en cuál etapa
mejoraba y en cuáles seguía fallando, para así insistir en la educación de esas etapas.
Las limitaciones de nuestro estudio son que es un estudio no controlado, que la escala ESTI
no está validada y que los pacientes fueron evaluados por distintos investigadores, lo que po-
dría generar alguna variación en los resultados.
Conclusiones
Nuestro estudio encuentra que la técnica de inhalación con MDI en pacientes hospitalizados y
ambulatorios es deficiente, lo cual impacta en el beneficio de la terapia. Así también, se demues-
tra que realizar una educación activa que incluya, además, una entrevista presencial y reforzada
con un folleto explicativo, tiene un impacto significativo en mejorar la técnica inhalatoria.
El Editor en Jefe, Dr. Carlos Luna, realizó el seguimiento del proceso de revisión y apro-
bó este artículo.
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