Actividad 1: Cuadro Sinóptico

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Nombre de la institución educativa: IEXPRO

Posgrado: Maestría en educación especial


MEE43FJ

Materia: Evaluación Psicopedagógica

Cuatrimestre: segundo

Nombre del alumno: Priscila Nallely Salazar Carrillo

Nombre del docente: María Reyna Medina


Renovato

Lugar y fecha: 16 de Junio del 2024

EEEP202
Introducción

Uno de los propósitos del campo educativo es reconocer las raíces de los desafíos de
aprendizaje comunes entre los estudiantes, y cómo estos afectan el proceso de
enseñanza-aprendizaje. En este sentido, la psicopedagogía surge como un vínculo que
une la teoría y la práctica, con la intención de guiar y respaldar la labor educativa en el
contexto de la atención a la diversidad. El objetivo es mejorar los procesos para que los
beneficiarios tengan acceso a una educación de alta calidad.

El concepto de evaluación es fundamental para los profesionales en el campo de la


psicopedagogía y se considera parte integral de su labor. En cierto sentido, el
asesoramiento y la evaluación psicopedagógica van de la mano y son inseparables. La
evaluación y el asesoramiento son las principales formas de intervenir en el estudiante, en
la institución educativa y en el sistema educativo.

El siguiente ensayo nos aporta las ideas importantes de las lecturas: la evaluación
psicopedagógica: una revisión del tema (2007-2022) así como: La demanda de
evaluación psicopedagógica. En La evaluación psicopedagógica; para explicar el marco
teórico que sostiene la evaluación psicopedagógica, así como el procedimiento y la
demanda que la origina.

Definición, característica y principios de la evaluación psicopedagógica

El diagnóstico psicopedagógico se lleva a cabo en un momento específico y abarca


diferentes áreas; por lo tanto, se convierte en un componente esencial dentro de la
evaluación psicopedagógica. Esta última, a su vez, no se limita únicamente al diagnóstico,
sino que es un proceso continuo que, según Comes et al. (2008), puede realizarse en
cualquier momento a lo largo de la escolarización del estudiante, priorizando su
realización al inicio o al detectarse dificultades en su desarrollo personal y/o académico.

Echeita y Calderón (2014) indican que la evaluación psicopedagógica debe regirse por
una serie de principios que la orienten. Entre ellos, destacan los siguientes:

1. Minimizar la segregación, mediante la eliminación de barreras y etiquetas.

2. Promover la participación, tanto de estudiantes como de docentes y familias.


3. Estimular el aprendizaje, garantizando que todos los educandos tengan acceso a una
formación de calidad que atienda sus necesidades y potencie sus capacidades.

4. Propiciar la inclusión, fomentando el respeto y la celebración de la diversidad y


singularidad.

Enfoques de evaluación psicopedagógica

El enfoque psicométrico busca la objetividad a través de la medición de la inteligencia


como predictor del rendimiento académico y la conducta del estudiante, utilizando
pruebas estandarizadas. Por otro lado, el enfoque conductual enfatiza que la conducta
está determinada por el contexto más que por procesos intrapersonales, centrándose en
los principios del aprendizaje y suponiendo que este depende de antecedentes y
consecuentes ambientales.

El modelo de potencial de aprendizaje considera que tanto variables externas (como


la alimentación y las interacciones) como internas (tales como estilos de aprendizaje,
motivación, emociones, etc.) influyen en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este
enfoque se basa en el concepto de "zona de desarrollo próximo", en el cual el docente
actúa como mediador entre lo que el estudiante ya conoce y lo que es capaz de aprender
y hacer (Henao, Martínez y Tilano, 2007).

Actores involucrados

Una evaluación psicopedagógica para que sea adecuada y eficiente deberá involucrar
al estudiante, a su familia, al docente tutor y demás docentes que sean o hayan sido
partícipes de su proceso de escolarización, a los directivos de su institución educativa y a
cualquier otro profesional que se involucre, o lo haya hecho, de manera directa
(psicopedagogo, psicólogo educativo, neuropsicólogo, entre otros) o indirecta (psicólogo
clínico, psicoterapeuta, entre otros) en su desarrollo.

Proceso y contenido de la evaluación psicopedagógica

El proceso de la evaluación psicopedagógica comienza después de que el docente, el


tutor y/o la familia han identificado una necesidad en el estudiante en relación con su
desarrollo personal o académico. A partir de esta detección, formulan una demanda que
guía las acciones a seguir en el proceso de evaluación.
La primera etapa, relativa a la obtención de información, inicia con la firma del
consentimiento informado por parte del representante legal del escolar, posterior a lo cual,
se realizarán entrevistas y aplicarán herramientas de psicodiagnóstico tanto al educando
como a su familia y/o docentes, con el objetivo de conocer a profundidad el entorno que
rodea al estudiante, así como sus características personales; al finalizar esta primera
etapa el profesional deberá conocer con claridad el motivo de consulta, así como haberse
planteado posibles hipótesis que expliquen las dificultades de aprendizaje con relación a
las características del estudiante y de las interacciones que se producen en su contexto
(Leyva, 2011).

La segunda etapa, la cual consiste en el análisis e interpretación de los datos e


información recolectados, parte de la contrastación de la información obtenida con el
motivo de consulta e hipótesis planteados (productos de la etapa anterior); proceso que
permite identificar la pertinencia de realizar una intervención u orientación
psicopedagógica (Leyva, 2011), así como los posibles obstáculos que se pudieran
encontrar en la misma (Sosa, 2010). En este contexto, el objetivo principal de la etapa
inicial es buscar explicaciones causales en torno al problema que el estudiante presenta,
así como identificar factores que puedan favorecer la intervención psicoeducativa
posterior. En cuanto a la tercera etapa, que se refiere a la elaboración del informe de
evaluación y su devolución, profundizaremos en esta sección posteriormente.

Por otro lado, la cuarta etapa, relacionada con la elaboración y ejecución del plan de
intervención, comienza con el diseño de la intervención. Esto implica establecer uno o dos
objetivos generales y varios específicos que guiarán cada una de las sesiones. A partir de
estos objetivos, se determinan las estrategias, recursos, materiales y actividades a
realizar durante el proceso (de la Torre, 2012)

Una vez seleccionado el modelo de intervención psicoeducativa que se ajuste a las


necesidades y demandas del estudiante y su entorno, es crucial que el plan sea
desarrollado y acordado con la familia, el docente y el estudiante. De esta manera, todos
se involucrarán activamente en el proceso de intervención. El seguimiento de la
intervención psicopedagógica implica verificar la pertinencia del diagnóstico realizado y
evaluar el cumplimiento de los objetivos, así como la eficacia del procedimiento a través
del rendimiento y progreso del estudiante. En caso de que el progreso no sea favorable,
este seguimiento facilita ajustar el proceso e implementar nuevos enfoques.
Informe de evaluación psicopedagógica

El informe de evaluación es un documento fundamental en el cual se detalla por escrito


todo el proceso de evaluación desarrollado. Su importancia radica en que permite
describir el potencial y las problemáticas de cada estudiante, concretar sus necesidades
educativas y orientar la intervención psicoeducativa posterior.

La demanda de evaluación psicopedagógica

El asesoramiento psicopedagógico a los centros se basa, en buena parte, en


responder a demandas. Un docente, un equipo educativo, un director, etc., formulan una
demanda, que genera un proceso en el que el asesor o la asesora tendrán un papel
relevante; la demanda se relaciona con problemas que requieren ser resueltos,
situaciones que pueden ser modificadas, temas que necesitan ser abordados o conflictos
que precisan solución. Se puede considerar como el punto inicial de un proceso en el cual
podemos reflexionar, al menos, sobre quién formula la demanda, quien la recibe, el
contexto en el que se presenta y el contenido sobre el cual versa.

Es importante analizar quién hace la solicitud, a quién va dirigida, el lugar, la forma, el


momento, el motivo y el contenido de la demanda de evaluación psicopedagógica para
brindar una respuesta adecuada. Esto nos permitirá perfilar la respuesta que se
proporciona, así como el cómo, cuándo, quién y por qué se brinda.

Del mismo modo, cuando se nos plantea intervenir en nombre de un estudiante en


nuestro rol de asesores, es posible que nos enfrentemos a demandas muy diversas. Es
crucial que podamos comprender la verdadera naturaleza de cada solicitud en cada caso,
para poder ofrecer una respuesta que se ajuste adecuadamente a las intenciones del
solicitante. Las peticiones que recibimos pueden abarcar una amplia gama de
requerimientos, y la forma en que se nos comunica la demanda puede ser igual de
variada que su contenido.

Por lo tanto, es importante que podamos ser conscientes, en cada situación, de cómo
se nos presenta la demanda. Este ejercicio de análisis también puede aplicarse cuando la
demanda es notable por su ausencia: no solo debemos cuestionar el motivo detrás de las
solicitudes, sino también indagar sobre las razones detrás de la falta de ellas.

Conclusión:
A partir de lo expuesto anteriormente, la evaluación psicopedagógica se revela como
una herramienta diseñada para promover la atención a la diversidad en el ámbito
educativo. Su objetivo principal es identificar las causas subyacentes a las dificultades en
el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como caracterizar las circunstancias
particulares del estudiante y su entorno. Esta labor se rige por principios que buscan
minimizar la segregación, fomentar la participación, estimular el aprendizaje y propiciar la
inclusión.

Es importante destacar que la evaluación psicopedagógica no se limita únicamente a


su función diagnóstica, sino que atraviesa todo el proceso de enseñanza-aprendizaje,
desempeñando también funciones sumativas y formativas. Cuando se aborda desde un
enfoque de potencial de aprendizaje, se reconoce que el proceso educativo está
determinado por la interacción entre variables externas e internas relacionadas con el
estudiante.

La evaluación psicopedagógica no solo busca comprender las dificultades del


estudiante, sino también potenciar sus capacidades y crear entornos educativos inclusivos
que atiendan a la diversidad de manera integral.

En conclusión, el marco teórico que sustenta la evaluación psicopedagógica se basa en


la comprensión profunda de las demandas diversas que los asesores y asesoras pueden
recibir al intervenir en nombre de un estudiante. Es fundamental poder discernir la
verdadera naturaleza de cada solicitud para ofrecer una respuesta ajustada a las
intenciones del solicitante. Esta comprensión no solo abarca el contenido de las
demandas, sino también la forma en que son transmitidas, así como el análisis de las
posibles ausencias de demanda. Este enfoque permite abordar las necesidades
educativas desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta tanto las solicitudes
explícitas como las implícitas, y garantizando una intervención efectiva y centrada en el
estudiante.
Referencias

 Bonals, J. y Sánchez-Cano, M. (2007). La demanda de evaluación


psicopedagógica. En La evaluación psicopedagógica. (Pp. 23-44). Editorial GRAO,
pp. 23-44

 Rodas Flores, D. I. y Gómez Contreras, M. L. (2022). La evaluación


psicopedagógica: una revisión del tema (2007-2022). Revista Senderos
Pedagógicos, n.º 13, pp. 79 - 93.

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