Antología 7
Antología 7
Antología 7
Deshora
Eduardo Mitre
Poeta boliviano
2
Apenas ayer mismo
Susana March
Poeta española
¿Me reconocéis?
Hace poco, apenas ayer mismo,
yo era una muchacha
con una grave voz de adolescente,
un cándido amor por la vida,
una crédula fe.
¿Me reconocéis?
¿Me reconocéis?
3
Hay
Vladimir Holan
Poeta de Checoslovaquia
Hay destinos
donde lo que carece de temblor no es sólido.
Hay amores
en los que el mundo no te basta, falta un pasito.
Hay placeres
en los que te castigas por el arte, pues el arte es pecado.
Hay soledades
en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.
Hay silencios
que debes expresarlos tú, ¡precisamente tú!
4
Galope muerto
Pablo Neruda
Poeta chileno
5
una vez los grandes zapallos escuchan,
estirando sus plantas conmovedoras,
de eso, de lo que solicitándose mucho,
de lo lleno, obscuros de pesadas gotas.
6
Canto del Bautista
Stéphane Mallarmé
Poeta francés
Y mi cabeza surgida
Solitaria vigilante
Al triunfal vuelo veloz
De esta hoz
7
Para decir el amor bajo las lluvias
8
Los limones
Eugenio Montale
Poeta italiano
9
el tedio del invierno sobre las casas, la luz se hace avara - amarga el alma. Cuando un día
desde un portón malcerrado
entre los árboles de un patio
se nos muestran los amarillos de los limones;
y el hielo del corazón se deshace y en el pecho nos hierven sus canciones
las trompetas de oro de la solidaridad.
10
Entre el señuelo de las palabras
(fragmento final)
Yves Bonnefoy
Poeta francés
O poesía,
No puedo refrenarme de llamarte
Por tu nombre que ya no es amado entre aquellos que hoy
vagan Entre las ruinas de la palabra.
Asumo el riesgo de dirigirme a ti,
directamente, Como en la elocuencia de
las épocas
En que eran colgadas, la víspera de los días
festivos, En la más alta columna de las
grandes salas, Guirnaldas de hojas y de
frutos.
O poesía,
Yo sé que se te desprecia y niega,
Que se te considera un teatro, incluso una
mentira, Que se te agobia con errores de
lenguaje,
Y si permanece
Cosa distinta a un viento, un arrecife,
un mar, Yo sé que tú serás, hasta en
la noche,
El ancla lanzada, los pasos indecisos encima de
la arena, Y la madera que se recoge, y la chispa
Bajo las ramas mojadas, y, entre la
inquieta Espera de la llama que
duda,
La primera palabra tras el largo silencio,
El fuego primigenio para encender debajo del mundo muerto.
12
Isla secreta
1
en medio de la tierra del mapa
hay una porción de tierra
enteramente rodeada de tierra
por todos los costados
una isla debajo de la tierra
un isleo fogoso
o mejor
un escollo violento en las aguas mayores
una tierra de rabia silenciosa
balsa de tierra a la deriva
en una tempestad de tierra
2
la gente vive enterrada en el paraje
a menudo aterrada
desterrada siempre
la gente navega tierra a tierra
los niños comen tierra
y los hombres siguen comiendo tierra
fácilmente
3
tierra de pan llevar oscuro
en realidad tierra de mascar
tierra terregosa de tanto haber sido
tierra vegetal
y manca
4
tierra de tierra rodeada
luna seca
o a veces tarde mojada
de lágrimas en creciente
tierra de nadie
o de pocos
5
sin embargo
por mucho que intentaron
no han conseguido echarte por tierra
aunque te sangre la piel de tierra roja
y el sol te saque heridas
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de tierra inútilmente hermosa
6
tierra de tierra adentro
de tristeza adentro
tierra terrible
ni siquiera puedo poner tierra entre nosotros
o echarte tierra encima
porque me estás doliendo siempre
me estás sangrando a mares que no tuve
7
nada
silencio
hay cuervos
hay ortigas
osamentas
hay sequías largas
rogativas para que cesen
hay barros a veces
resbaladizo
no hay nieve
espinas en la lengua
pies en raigones
el calor prensa
isla de sol silencioso
isla de niebla.
14
El último intento
Yevgueni Yevtuchenko
Escritor ruso
15
Gratitud
Wislawa Szymborska
Poeta de Polonia
Debo mucho
a aquellos que no amo.
El alivio con que acepto
que son queridos por algún otro.
La dicha de que no
soy yo un lobo para
sus ovejas. Paz para
mí hacia ellos,
y libertad de ellos hacia mí,
y eso es algo que el amor no
puede dar ni procura arrebatar.
No los espero
de ventana a puerta.
Paciente
casi como un reloj de
sol, comprendo
lo que el amor no
comprende, perdono
lo que el amor nunca perdonaría.
De encuentro a
carta no pasa una
eternidad
sino simplemente unos días o
semanas. Los viajes con ellos son
siempre un éxito, conciertos
escuchados,
catedrales visitadas,
paisajes muy bien enfocados.
Y cuando nos
separamos por siete
montañas y ríos, ellos
son montañas y ríos
bien conocidos en el
mapa.
Es gracias a ellos
que vivo en tres dimensiones,
en un espacio no lírico y no retórico,
con un horizonte real porque es movible.
Ellos mismos no saben
cuánto traen con las manos
vacías. "No les debo nada ",
me gusta decir
a esta pregunta abierta.
Versión de Aquiles Julián
16
Alba
Samuel Beckett
Poeta francés
17
Te volviste diáfana
18
Poema para ser leído y cantado
César Vallejo
Poeta peruano
Sé el día,
pero el sol se me ha escapado;
sé el acto universal que hizo en su cama
con ajeno valor y esa agua tibia, cuya
superficial frecuencia es una mina.
¿Tan pequeña es, acaso, esa persona,
que hasta sus propios pies así la pisan?
19
Como en los días de julio
20
El poema del yugo
Marguerite Yourcenar
Escritora estadounidense de origen francés
21
Nocturno sueño
Xavier Villaurrutria
Poeta mexicano
El cielo en el suelo
como en un espejo
la calle azogada
dobló mis palabras
Me robó mi sombra
la sombra cerrada
Quieto de silencio El frío de acero
oí que mis pasos a mi mano ciega
pasaban armó con su daga
Para darme muerte
la muerte esperaba
Y al doblar la esquina
un segundo largo
mi mano acerada
encontró mi espalda
22
Hombres que la patria fertilizó
Roberto Echazú
Poeta boliviano
Hombres
que la patria fertilizó
en las cóleras,
indiferencia
y barro de un placer
sin reflejos,
más débil con la miseria
ennegrecida
de fealdad, mas fuerte
en el fondo
de las masas.
La dicha
es el buen tiempo
de los temores
vencidos.
23
A mí, al autor, dedico estos versos
Vladímir Mayakovski
Poeta ruso
Cuatro,
pesadas como un golpe.
Al César lo que es del César,
y a Dios lo que es de Dios,
y al que es como yo,
¿dónde se mete?
¿Dónde estará listo ese ataúd?
Si yo fuera pequeño,
como el océano grande,
parado de puntas,
en las crestas de las olas,
en flujo nocturno,
acariciaría la luna,
¿Dónde hallar una amada
que a mi se parezca?
Esa no cabe en este cielo pequeño.
¡Oh, si yo fuera mísero,
como un millonario!
¿Qué es para el alma el dinero?
¡Un ladrón insaciable!
A mis deseos de horda desenfrenada,
no alcanza el oro de todas las Californias.
Si yo fuera tartamudo,
como Dante o Petrarca,
le encendería sólo a ella el alma,
y ordenaría que con mis versos se consuma,
y mi palabra,
y mi amor,
como un arco de triunfo,
suntuoso,
dejaría pasar,
las amantes de todos los siglos.
¡Oh, si yo fuera como el trueno callado,
galopando,
haría estremecer la tierra envejecida!
¡Sí!
Con todo el poder de mi voz,
arrancaré un grito enorme,
y los cometas romperán sus colas encendidas,
cayendo de tristeza.
Yo mordería la noche,
con los rayos de mis ojos,
¡Oh, si yo fuera,
24
opaco como el sol,
mucha falta me hace su resplandor,
no daría mi brillo a esta tierra absurda,
y pasaría arrastrando mi amor astro!
¿En qué noche,
delirante y terrible,
me han parido?
¿Qué Goliath me ha engendrado,
tan grande,
y tan desdeñado?
25
Tus ojos serán de pronto los ojos del dios mismo...
Tomás Segovia
Poeta español
Tus ojos serán de pronto los ojos del dios mismo, inmensos, abiertos en plena llamarada,
inapelables. Detrás de tu ternura tan contigua veré asomar su divino despotismo, tú
estarás escuchándome en el tiempo pero él en tu otra orilla hará a un lado con airosa
mano mis palabras. No quieras intentar, tú la fraterna, tú la toda-humana, ocultar a los ojos
del dios en qué te falto, todo lo hará allá visible el fulgor de su espada deslumbrante en
cuyo filo él establece la balanza. No nos permitirá ignorar si pudo mi metal ser un platillo
puro y si supe encontrar el denso núcleo donde pesas entera, y él mismo se hará tú para
ser contigo pesado en mi pesada. No atenúes tus ojos en los que el dios me mira, eres su
presa, ha hecho de ti su invencible exigencia. Tengo que desnudarme porque tú
resplandeces. Y porque eres de carne enumerar mi hueso, y porque una yugular de amor
te tiene viva tengo que resistir al enigma inhumano, cuando el abismo en el rostro del dios
sonríe, y no temblar cuando me fuerce a proclamar mi pertenencia al linaje huracanado de
la dicha, y recibir en pie de su tizón el goce que borra mis refugios.
26
Regreso en septiembre
Saúl Ibargoyen
Poeta uruguayo
27
No me quejo
no me quejo de la minusvalía
con que tasaron a mi género
los vecinos del débil sexo fuerte
ni remedio
ciberferomona de pantalla
con regulador de llanto en el cabello
no me quejo
II
y grito
¡hijos de puta!
con ansias fugitivas de mi suerte
no me quejo
a escoger limpio
entre hombre y macho
para pasar toda la vida
o unas noches
ayarayarai
sigo siendo mujer
la esclava multicolor del mundo
29
Ya no volveré a ti -luna de tierra...
Ricardo Molinari
Poeta argentino
31
Formas del amor
Oscar Acosta
Poeta hondureño
32
El canto de las calaveras
Los ríos:
llenos de aire. Las lágrimas de un muerto:
sin ninguna pendiente. Fría y horizontal.
34
Despedida de un paisaje
Wislawa Szymborska
Poeta de Polonia
No le reprocho a la primavera
que llegue de nuevo.
No me quejo de que cumpla
como todos los años
con sus obligaciones.
No me causa dolor
que los sotos de alisos
recuperen su murmullo.
No le guardo rencor
a la vista por la vista
de una bahía deslumbrante.
Respeto su derecho
a reír, a susurrar
y a quedarse felices en silencio.
Supongo incluso
que los une el amor
y que él la abraza a ella
con brazos llenos de vida.
35
No exijo ningún cambio
de las olas a la orilla,
ligeras o perezosas,
pero nunca obedientes.
Nada le pido
a las aguas junto al bosque,
a veces esmeralda,
a veces zafiro,
a veces negras.
Te he sobrevivido suficiente
como para recordar desde lejos.
36
En la raíz de todo está mi madre
Elvira Hernández
Poeta chilena
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