La Realidad Del Infierno
La Realidad Del Infierno
La Realidad Del Infierno
Serie: La Doctrina Bblica del Infierno Mensaje No. 02 28 de Septiembre, 2008 LA REALIDAD DEL INFIERNO Introduccin: A pesar de que muchas personas hoy da consideran que la enseanza bblica del infierno no es ms que un mito anticuado, muchos continan valindose de esta imagen cuando quieren referirse a algo violento o aterrador. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Divisin Acorazada comandada por el general Patton, la primera unidad americana que entr en Berln, fue llamada el infierno sobre ruedas por los destrozos que caus. En diciembre de 1990, cerca de Chattanooga, TN, se produjo un tremendo accidente en el que chocaron en cadena 75 vehculos, dejando un saldo de 15 muertos y 186 heridos; un bombero describi la escena como un infierno de 5 Km.. Y la primera noche de bombardeos sobre Bagdad en la guerra en el Golfo Prsico, en 1991, el corresponsal de CNN Bernard Shaw coment a los televidentes: Esto es como estar en medio del infierno. Esta palabra transmite una imagen aterradora. Aunque curiosamente, tambin se usa en ciertos contextos para referirse a algo positivo o emocionante. Cuando Saddam Hussein anunci en 1990 la liberacin de todos los extranjeros que haban sido retenidos en Irak luego de la invasin de Kuwait, uno de los rehenes llam por telfono a su esposa en Gran Bretaa para preguntarle si haba odo la noticia; ella le respondi: S, por aqu se ha montado un autntico infierno, refirindose a una euforia de alegra. Y esta misma semana le en un peridico local la noticia de que se ha desatado una batalla infernal en el Baseball de grandes ligas por el premio del jugador ms valioso. Es obvio que las personas tienen una idea del infierno que en algunos casos se acerca a lo que la Biblia ensea al respecto.
Pero tambin es evidente que el infierno es un concepto que se ha ido evaporando gradualmente de la conciencia colectiva de la sociedad occidental, al punto que algunos piensan que se trata de una especie en extincin. A principio de los setenta, John Lennon compuso una de sus canciones ms famosas, la cual comienza con estas palabras: Imagnate que no existe el Cielo; Es fcil, si haces un intento. Sin un infierno bajo nuestros pies Y sobre nosotros slo el firmamento. He ah la filosofa de vida que muchos prefieren asumir: De la nada venimos y a la nada volveremos; y entre una nada y la otra, debemos procurar sacarle el jugo a la vida porque esto es todo lo que hay. Pero es realmente as? Es verdad que despus de la muerte no hay nada ms? Se puede hacer el intento y tratar de imaginar que no existe el cielo ni el infierno, hacindole caso omiso a las contundentes enseanzas de Cristo y de la Biblia en general; el problema es que nuestra imaginacin no puede fabricar una realidad distinta a la que hay. Y lo que quiero hacer en esta ocasin es echar un vistazo a lo que la Palabra de Dios ensea al respecto, porque es la nica voz autoritativa que puede proveernos informacin veraz y segura sobre la existencia despus de la muerte de aquellos que parten de este mundo en enemistad contra Dios. Qu nos ensea la Biblia con respecto al infierno? En la maana de hoy nos limitaremos a cuatro aspectos fundamentales; y el primero es que el infierno es un lugar real creado por Dios.
I.
Muchas personas viven vidas tan miserables que no pueden imaginarse siquiera que exista otro infierno aparte del que ellos han vivido aqu. En una de sus obras de teatro el filsofo existencialista Jean Paul Sartre dice a travs de uno de sus personajes que El infierno son los dems. Olvdense de la hoguera y el azufre, dice l, no hay ms infierno que la condicin miserable que otros nos hacen padecer en esta vida.
Pero esa no es la enseanza de las Escrituras al respecto. Por ms terrible que sea la existencia de algunos en este mundo cado y daado por el pecado, la Biblia presenta el infierno como un lugar real que muchos tendrn que enfrentar despus de la muerte fsica. El infierno no es una metfora, ni un cuadro simblico de nuestros sufrimientos presentes. Tampoco es, como lo describi en cierta ocasin un telogo liberal, una experiencia interna provocada por la negativa de una persona a abrirse al amor (cit. por Blanchard; pg. 54-55). En la parbola del rico y Lzaro, en Lc. 16:28, Jess presenta al hombre rico describiendo el infierno como este lugar de tormento. Y la palabra que aparece all es la que se usa normalmente en el idioma griego para referirse a un lugar: topos, de dnde proviene nuestra palabra topografa. De igual manera la Biblia dice de Judas, en Hch. 1:25, que luego de quitarse la vida se fue a su propio lugar, o a donde merece como alguien lo ha traducido. El infierno es un lugar real creado por Dios. Dnde se encuentra? No lo sabemos porque la Biblia no lo revela. Durante la Edad Media era comn pensar que el cielo se encontraba en algn lugar encima de nosotros, mientras el infierno en algn lugar por debajo. Pero hoy sabemos que las expresiones abajo y arriba en relacin con el universo no tienen ningn sentido. Dnde situamos el abajo y el arriba si la tierra es redonda? Hace unos aos un peridico finlands anunci que en la dcada de los 80 unos cientficos haba encontrado el infierno; supuestamente estaban perforando un pozo en Siberia de 14.4 kms de profundidad y con un aparato receptor ultrasensible, haban registrado el sonido de millones de voces humanas gritando en angustia. Segn este grupo de cientficos, tambin registraron que en ese lugar haba una temperatura estimada en 1100 grados Celsius (unos 2,000 grados Fahrenheit). Por supuesto, habra que preguntarse cmo los aparatos de grabacin pudieron resistir una temperatura semejante y por qu esperaron tanto tiempo para dar a conocer una noticia tan extraordinaria.
En realidad esto result ser un engao muy elaborado. Nosotros no tenemos idea de dnde se encuentra localizado el infierno en este universo creado por Dios, pero no hay ninguna duda de que la Biblia lo presenta como un lugar real.
II.
Y yo s que aqu estoy entrando en un terreno que para muchos es odioso en extremo. El concepto de castigo en la sociedad occidental se ha convertido en un tab. Muchas personas consideran que la idea de castigar es barbrica y primitiva, algo que debe ser totalmente erradicado de una sociedad civilizada. Si a esto aadimos el relativismo moral que permea la mentalidad de nuestra generacin, entenderemos por qu esta enseanza bblica del juicio y el castigo divino resulta hoy da tan chocante. Como alguien ha dicho, la creencia ms fundamental en la cultura Americana es que la verdad moral es relativa a cada conciencia individual. Consecuentemente, nuestra cultura no tiene problemas con un Dios de amor que nos apoya sin importar cmo vivamos. Pero objeta fuertemente la idea de un Dios que castiga a las personas por sostener sinceramente sus creencias, an en el caso de que estn equivocados (T. Keller; pg. 70). Esta mentalidad caracteriza el espritu de nuestra poca. En la antigedad la mayora de las personas pensaba que exista un orden moral absoluto y objetivo al cual los hombres deban adaptarse, independientemente de sus gustos y preferencias. Eso no quiere decir que en el pasado la mayora de las personas se someta a ese orden moral; pero en la mente de muchos ese concepto estaba tan claro como la luz del medio da. Pero entonces lleg la ciencia moderna en el siglo XVI, promovida en un principio por la idea de que un Dios racional haba creado el universo, y que haba dado al hombre la capacidad de aplicar su razn para entender ese universo racional. Es por la influencia de la cosmovisin cristiana que nace la ciencia moderna. Pero poco a poco comenz a desarrollarse en el hombre moderno la mentalidad de que la ciencia era el nico medio para alcanzar verdadero conocimiento.
Y no solo eso: muchos llegaron a pensar que la ciencia poda aplicarse para transformar el orden natural a nuestra conveniencia. De manera que ya no tenemos que controlar nuestros deseos para que encajen con la realidad, sino que podemos transformar la realidad para que encaje con nuestros deseos. En otras palabras, ya no hay un orden moral preestablecido al que debemos someternos; ahora corresponde a cada individuo, o a cada conglomerado social, decidir lo que est bien y lo que est mal. Ahora, imaginen a una persona que ha comprado esta filosofa, y que opina, por ejemplo, que el sexo fuera del matrimonio es perfectamente apropiado porque es un deseo natural en el hombre. Cmo reaccionar este individuo cuando escuche que Dios castigar a los fornicarios y a los adlteros? Se sentir altamente ofendido y abusado, porque eso es una violacin de sus derechos. Pero la Biblia ensea, sin lugar a dudas, que el mismo Dios que estableci una ley moral que debe regir a los hombres, tambin estableci el castigo de aquellos que violen Su ley. Un conjunto de leyes sin sanciones son palabras al viento y Dios no habla por hablar. En Mt. 25:46, el Seor Jesucristo nos dice que los impos irn al castigo eterno. Y en 2Ts. 1:8-9 Pablo dice que los que no conocieron a Dios ni obedecieron el evangelio de nuestro Seor Jesucristo sufrirn pena de eterna perdicin. All ser el lloro y el crujir de dientes, dice el Seor. El infierno es un lugar de sufrimientos y miseria. Esto lo vemos ms claramente al considerar el origen histrico de la palabra Gehenna, que nuestras versiones traducen como infierno. Alrededor del 750 a.C. el trono de Jud fue ocupado por un hombre impo llamado Acaz. Una de las atrocidades que este rey idlatra cometi fue la de sacrificar a sus propios hijos al dios amonita de Moloc, en el valle de los hijos de Hinom, o valle de Hinom, un lugar al sudoeste de Jerusaln. Este rey fue sucedido por su hijo Ezequas, un hombre temeroso de Dios que aboli las prcticas idoltricas de su padre. Pero a la muerte de Ezequas le sigui su hijo Manass, tan impo y tan idlatra como su abuelo Acaz.
ste volvi a edificar los altares paganos en el valle de Hinom, dnde sacrific tambin algunos de sus hijos. Manass fue sucedido por su hijo Amn, tan impo como su padre, y ste a su vez fue sucedido por Josas, uno de los reyes ms piadosos que tuvo la nacin de Israel en toda su historia. Josas destruy todos los altares que sus ancestros haban edificado y destin el valle de Hinom para ser un vertedero pblico donde iban a parar todos los desperdicios y toda la basura de Jerusaln. Ms tarde, este lugar fue escogido para arrojar los cuerpos de animales muertos, as como los cadveres de los criminales, que se pudran all o eran consumidos por el fuego que arda continuamente en el valle, porque siempre haba algo que quemar. Por eso un escritor seala que en ese lugar las llamas nunca dejaban de arder y los gusanos nunca dejaban de comer. Los hebreos le llamaban Ge-ben-hinnom, que significa valle de los hijos de Hinom, o por su forma abreviada Ge-hinnom, la cual pas al idioma griego como Gehenna. De modo que esta palabra comunica la idea de desgracia, deshonra, pecado, culpa, desolacin, castigo. Esta palabra aparece doce (12) veces en el NT, once (11) de las cuales fueron pronunciadas por Cristo mismo. Y Su enseanza no deja lugar a dudas en cuanto a la terrible realidad del infierno: En Mt. 5:29, Cristo advierte del peligro de ser arrojado con todo su cuerpo en el infierno. En Mt. 23:33 menciona a los hipcritas que no podrn escapar de la condenacin del infierno (la condenacin del Gehenna). Cuando envi a los 12 discpulos a predicar el evangelio, y sabiendo de antemano que tendran que enfrentar muchas dificultades y persecuciones, el Seor les dice: No temis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed ms bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. En otra ocasin se refiri al Gehenna como el lugar donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga (Mr. 9:46). Y aunque algunas de estas descripciones son metafricas, eso no suaviza la realidad del infierno sino que la recrudece, porque la realidad siempre ser peor que aquello que se usa como comparacin.
El infierno es un lugar de castigo justo y terrible. Como vimos la semana pasada, la Biblia nos revela a Dios como un Ser perfectamente bueno, pero tambin como un Ser perfectamente santo y justo que de ningn modo tendr por inocente al malvado. Un ser indiferente a la maldad y a la injusticia no sera bueno en ningn sentido. Y como criaturas creadas a Su imagen y semejanza, todos aqu podemos entender ese concepto, por ms que algunos se empeen en sacarlo de sus mentes y de sus conciencias. El mal debe ser castigado, de la misma manera que el bien debe ser recompensado. Ese es un principio elemental de justicia. Como decamos hace un momento, un conjunto de leyes sin sanciones son palabras al viento. Y cuando es Dios el que castiga, ese castigo ser total y absolutamente justo. El juicio de Dios, dice Pablo en Rom. 2, es segn la verdad. Nadie recibir ni un poco ms de lo que merece, pero tampoco ni un poco menos. Es por eso que la Biblia ensea que en el infierno habr diversos grados de castigo. Dice en Lucas 12:47-48: Aquel siervo que conociendo la voluntad de su seor, no se prepar, recibir muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, ser azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandar; y al que mucho se le haya confiado, ms se le pedir. El castigo ser proporcional al conocimiento y las oportunidades. Es a la luz de esa realidad que Cristo pronunci un juicio tan severo contra las ciudades de Corazn, Betsaida y Capernaum: Entonces comenz a reconvenir a las ciudades en las cuales haba hecho muchos de sus milagros, porque no se haban arrepentido, diciendo: Ay de ti, Corazn! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidn se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el da del juicio, ser ms tolerable el castigo para Tiro y para Sidn, que para vosotras. Y t, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades sers abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habra permanecido hasta el da de hoy. Por tanto os digo que en el da del juicio, ser ms tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti (Mt. 11:20-24).
Hablando a los lderes religiosos de Su tiempo, que tenan conocimiento de las Escrituras, pero que no las ponan en prctica, sino que la torcan para sus fines egostas, Cristo les dice: Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas! porque devoris las casas de las viudas, y como pretexto hacis largas oraciones; por esto recibiris mayor condenacin (Mt. 23:14). Todos sern castigados, pero no todos en el mismo grado. A mayores privilegios mayor responsabilidad. Alguien pudiera estar pensando que si esto as le hubiera sido mejor no conocer el evangelio. Pero ese es un razonamiento totalmente equivocado. Por un lado, todos sern castigados, porque la ignorancia de aquellos que nunca han odo es relativa, no absoluta. Esa es la enseanza de Pablo en Rom. 1:18-32. Por otra parte, la predicacin del evangelio es el medio por excelencia que Dios usa para salvar a los pecadores (Rom. 1:16; 10:17; 1Cor. 1:18, 21). Por eso, el castigo ser ms severo contra aquellos que rechazaron ese medio de gracia habindose expuesto a l, porque la oportunidad de escuchar el evangelio es en realidad un enorme privilegio. No sabemos con certeza en qu sentido algunos recibirn mayor condenacin, y no tiene sentido ponerse a especular ms all de lo que la Biblia revela. Pero podemos suponer con bastante grado de certeza que una de las cosas que agravarn el castigo de muchos en el infierno ser precisamente el recuerdo de todas las oportunidades despreciaron. El recuerdo de tantas predicaciones, tantos devocionales familiares, tantas oraciones paternas a veces con lgrimas, eso agravar sin duda el remordimiento de millares y millares de los condenados en el infierno. Oh si hubiera hecho caso cuando el arrepentimiento y la fe estaban al alcance de mi mano! Pero el da llegar cuando toda oportunidad habr pasado para siempre. Y eso nos lleva a nuestro prximo encabezado, y es que el infierno es un lugar de castigo eterno.
III.
Y aunque no voy a repetir todo lo que dijimos en el sermn anterior acerca de la justicia de Dios al castigar eternamente los pecados que se cometen en el tiempo, solo quiero recordar que los crmenes no se castigan tomando en cuenta el tiempo que lleva cometerlos. Como decamos la vez anterior, ni siquiera la justicia terrenal acta de ese modo. Un segundo es suficiente para apretar el gatillo y cometer asesinato, pero la sociedad espera que al homicida se le imponga la pena mxima. Lo que se toma en cuenta al imponer un castigo, es la dignidad del ser que fue daado u ofendido con el crimen cometido. El ejemplo de un nio que pisa a un gusano que tortura a un gato que muestra crueldad hacia otro nio. El problema del pecado es que se trata primariamente de una ofensa contra Dios y Dios es infinitamente digno de ser adorado y obedecido. Todo pecado que el hombre comete contra l merece una pena infinita. Y si hay algo que la Biblia ensea con toda claridad es que la condenacin del infierno es eterna. Cuando Cristo dice en Mr. 9:46 que en ese lugar el gusanos de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga, es obvio que se refiere a un castigo que nunca termina y que se sufre en forma consciente. En el texto de Mt. 25:46 Cristo dice que tanto los impos como los justos arribarn a un destino eterno; los primeros de condenacin y castigo, los segundos de vida y bienaventuranza. Tan eterno es un destino como el otro. En el texto que lemos en 2Ts. 1:9 Pablo habla de eterna perdicin. El profeta Daniel nos dice que los condenados sufrirn vergenza y confusin perpetua. En 2P. 2:4 se habla de prisiones eternas. En Judas 7 del castigo del fuego eterno; y en el vers. 13 de eterna oscuridad. Dios se empe en dejar seales claras de advertencias para que no hubiese dudas al respecto: el castigo del infierno es un castigo eterno.
Hablando de los condenados, dice en Ap. 14:11 que el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de da ni de noche. Esa misma expresin aparece en Ap. 4:9 para describir a Dios como el que vive por los siglos de los siglos. De manera que el tormento del infierno es tan eterno como Dios mismo. Queridos hermanos y amigos, por ms duras que suenen estas palabras, es imposible evadir la enseanza de la Biblia al respecto. El infierno es una terrible realidad, tan terrible que Dios el Hijo se hizo Hombre para sufrir el infierno en la cruz del calvario y as poder ofrecer al hombre salvacin gratuita por medio de la fe.
IV.
EL INFIERNO FUE PREPARADO PARA EL DIABLO, SUS NGELES Y TODOS AQUELLOS QUE DECIDAN SEGUIR SUS CAMINOS:
Alguien deca en un tono de burla blasfemo que el infierno estar de lleno de gente interesante. Pero no es de esa manera que la Biblia plantea este asunto. Cristo habla del infierno como un fuego eterno preparado para el diablo y sus ngeles. El infierno es un terrible lugar preparado especialmente para criaturas demonacas. Ese es su destino; y es interesante notar que esto es algo que los demonios conocen muy bien. En cierta ocasin Cristo visit una sinagoga, y haba all un hombre endemoniado que de inmediato comenz a dar voces diciendo: Ah! Qu tienes con nosotros, Jess nazareno? Has venido para destruirnos? (Mr. 1:23-24). Y en una situacin similar, en Lc. 8:31, dice que los demonios le rogaban que no los enviase al abismo. Ellos conocen perfectamente cul es el destino que les espera; y en su absoluta maldad tratan de llevarse consigo el mayor nmero de personas posibles a travs del engao y la seduccin. De manera que en ese horrible lugar, que fue originalmente diseado para el diablo y sus ngeles, sern arrojados tambin todos aquellos que decidan seguir sus caminos en oposicin a los caminos de Dios (comp. Ap. 21:8 he ah la gente interesante que finalmente se encontrar en el infierno).
El cielo es un lugar donde los santos disfrutarn de la presencia especial de Dios por los siglos de los siglos. Ese es el contexto de Ap. 21:8. El paraso perdido en el huerto del Edn vendr a ser el paraso recobrado por la obra redentora de Cristo. Pero es precisamente esa presencia especial de Dios la que esos pecadores rechazan con todas las fuerzas de su ser. Por eso decamos el domingo pasado que a final de cuentas solo hay dos grupos de personas: Aquellos que dicen a Dios: Hgase tu voluntad, y aquellos a quienes Dios dir al final de sus das: Hgase tu voluntad. Pero la Biblia tambin ensea que el infierno ser el destino de mucha gente moralista y decente (comp. 2Ts. 1:8-9; comp. Jn. 3:3, 5, 36; 5:24). Conclusin: He ah, en una forma muy resumida, algunas de las enseanzas ms importantes de la Biblia acerca del infierno. Indudablemente se trata de una doctrina difcil de asimilar, an para los creyentes, porque nosotros no tenemos un concepto adecuado de la horrible naturaleza y culpabilidad del pecado, ni de la inmensurable magnificencia de la gloria de Dios. Como dice el telogo Charles Hodge: Somos jueces incompetentes de la penalidad que el pecado merece. S, es una enseanza difcil de asimilar, pero sera una inmensa crueldad de nuestra parte dejar de advertir a los pecadores del horrible destino que les espera sin mueren en sus pecados, por el temor de ser vistos como personas fanticas e irracionales. No es casualidad que Jess hablara del infierno ms que nadie, ni que presentara esa doctrina en una forma tan vvida y aterradora. Y es que nadie como El conoca los horrores del infierno, horrores que hicieron necesarios Su encarnacin y Su muerte en la cruz del calvario. Saben por qu Jesucristo habl tanto del infierno? Precisamente porque El vino a buscar y a salvar lo que se haba perdido, y nadie ser salvo sino hasta que vea el terrible peligro en que se encuentra.
Mi amigo, el infierno es una realidad aterradora de la que debes procurar escapar cuando todava puedes hacerlo. Pero esa oportunidad es ahora, porque ninguno de nosotros puede estar seguro de que tendremos un maana a nuestra disposicin. No puedo imaginar siquiera cmo ser ese instante en que un pecador traspasa el umbral de la eternidad y repentinamente se da cuenta que toda esperanza de salvacin ha terminado por siempre. Pero ese no tiene que ser el final de tu historia porque la puerta de la salvacin sigue abierta para ti. Pero y si yo no soy uno de los elegidos? La Biblia no ensea en ningn lugar que primero si son elegidos para venir a Cristo en proclama que todo el que venga ser recibido divorciarse de su vida de pecado y confiando salvacin. los pecadores deben averiguar arrepentimiento y fe. Ms bien si viene con la disposicin de nicamente en Cristo para Su
Ms an, la Biblia dice que la gracia de Dios est disponible para ayudarte a hacer lo que no puedes hacer por ti mismo. Pdele que te transforme, que venza tu incredulidad, la dureza de tu corazn.
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