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Mariposa Monarca
A finales de agosto, las mariposas monarca que nacen en el sureste de Canadá y el
noreste de Estados Unidos se aventuran en un maravilloso fenómeno migratorio recorriendo entre 1,200 y 2,800 millas (1,900 y 4,500 km), hasta los bosques montañosos ubicados en el centro de México, a donde llegan a inicios de noviembre, coincidiendo por lo general con la celebración del Día de Muertos en ese país. Ahí, las mariposas hibernarán hasta finales de febrero o mediados de marzo, en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca. Durante el día, al salir el sol y calentar sus alas, vuelan alrededor del bosque y toman agua; durante la tarde y noche se aglomeran en clústeres en los pinos de oyamel para protegerse del viento y frío nocturno, normal en las zonas boscosas. Los científicos conocen a la mariposa monarca como Danaus plexippus, que en griego significa literalmente "transformación somnolienta". El nombre hace referencia a la capacidad que tiene la especie de hibernar y transformarse de oruga a mariposa. Las mariposas monarca poseen dos pares de brillantes alas color anaranjado, con venas negras y manchas blancas a lo largo de los bordes. Los machos poseen dos puntos negros a lo largo de las venas de sus alas y son ligeramente más grandes que las hembras. Otra diferencia es que en las hembras, las venas a lo largo de sus alas son un poco más gruesas que la de los machos. Las mariposas monarca occidentales alcanzaron en 2020 un mínimo histórico, colocándolas al borde de la extinción. A pesar de que el recuento cifró a esta especie en menos de 2000 en California, el gobierno decidió no incluirla como especie en peligro de extinción. A pesar de los esfuerzos de protección, estas cifras suponen una disminución muy importante frente a las 30 000 documentadas el año anterior y las millones que había en vuelo en la década de 1980. Según las Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que estudió la especie en 2021, la mariposa monarca no corre peligro, aunque en su lista roja destaca que su población está en descenso. El organismo internacional señala su preocupación por la población de la especie en su migración más occidental, cuyos números "nunca habían sido tan bajos". Pero en junio de 2022, la propia UICN declaró en peligro de extinción a la mariposa monarca migratoria, la icónica subespecie común en Norteamérica. Pero apenas un año más tarde, en septiembre de 2023, la misma agencia se retractó de su declaración y volvió a situar a la subespecie norteamericana en la categoría de vulnerable a la extinción, un nivel inferior en el sistema de clasificación de riesgos. Este trágico descenso de las poblaciones en los últimos 20 años se debe principalmente a que las asclepias (Asclepias syriaca) están desapareciendo por el uso de herbicidas y la pérdida de hábitat. La asclepia, o «algodoncillo», es la única planta donde las mariposas monarca pueden poner sus huevos y la única planta de la que se alimenta la oruga. Las mariposas monarca nacen en huevos, de los que eclosionan en forma de larva. A continuación se comen la cáscara del huevo y después se alimentan de las plantas del algodoncillo sobre las que nacieron. Por ello, las mariposas monarca dependen de las plantas del algodoncillo, que constituyen prácticamente el único alimento de las larvas. La mariposa monarca hembra pone cada uno de sus huevos individualmente en la hoja de una planta de algodoncillo, adhiriéndolos con un poco de pegamento que secreta. Una hembra suele poner entre 300 y 500 huevos durante un período de dos a cinco semanas. Después de unos días, los huevos se convierten en larvas, también conocidas como orugas en el mundo de las polillas y las mariposas. El trabajo principal de las orugas es crecer, por lo que pasan la mayor parte del tiempo comiendo algodoncillo, razón por la cual la hembra pone sus huevos en las hojas de algodoncillo. Las orugas comen hasta saciarse durante unas dos semanas. Conforme engordan, las larvas se convierten en jugosas y coloridas orugas. Después crean una dura bolsa protectora que las rodea conforme entran en la fase de crisálida o la etapa de pupa. Alrededor de una semana o dos más tarde, terminan su metamorfosis y emergen como mariposas monarca adultas completamente formadas, de color negro y naranja. Estas mariposas monarca nacen para volar, y saben, por el cambio en el clima, que deben prepararse para su prolongada travesía. Estas mariposas desarrollan comportamientos diferentes dependiendo de cuándo completen su metamorfosis. Si emergen en la primavera o principios del verano, comenzarán a reproducirse en cuestión de días. Pero si nacen a finales del verano o del otoño, saben que se acerca el invierno, hora de dirigirse al sur para disfrutar de un clima más cálido.