C.39.7
C.39.7
C.39.7
INTRODUCCIÓN
A partir de aquí procederemos a estudiar en más detalle los casos de nuestra Guardia
Civil y la Fuerza Europea de Gendarmería, de la que forma parte, así como el actual
conflicto en Afganistán.
1
En la literatura anglosajona normalmente denominados “constabulary forces”
Aunque es posible encontrar diversas definiciones de insurgencia, una de amplia y por
tanto útil para nuestros propósitos sería: “Actividad político-militar prolongada, dirigida
al control total o parcial de los recursos de un país a través del uso de fuerzas militares
irregulares y formaciones políticas ilegales. La actividad de los insurgentes, que incluye
la guerra de guerrillas, el terrorismo, y la movilización política (por ejemplo la
propaganda, el reclutamiento, la organización de frentes políticos y partidos
clandestinos, y las actividades internacionales) está dirigida a debilitar el control y la
legitimidad gubernamentales e incrementar las propias. El común denominador de la
mayoría de los grupos insurgentes es su deseo de controlar un área concreta”2 . A partir
de esta definición y de la literatura clásica sobre insurgencia y lucha contra la
insurgencia (COIN) debemos fijarnos en los siguientes aspectos:
Preeminencia del carácter político de la lucha. La violencia es sólo un
método. En palabras del General Chang Ting-chen, miembro del Comité
Central en tiempos de Mao “La guerra revolucionaria es 80% acción política
y sólo el 20% militar” 3 .
La ausencia de violencia explícita no debe ser confundida con el control
gubernamental. Los insurgentes intentan controlar la población mediante el
miedo (de forma parecida a las redes de delincuencia organizada) con el
objeto de obtener de la misma recursos económicos, refugio, e inteligencia.
Una minoría convencida les da soporte, el resto debe ser coaccionado 4 .
Es precisamente el control de la población lo que acaba decidiendo el
resultado de la contienda. Por los mismos motivos que los insurgentes, las
fuerzas gubernamentales necesitan controlarla, separándola de los mismos.
Aun en el caso que un gobierno pueda sostenerse con los ingresos
provenientes de la ayuda exterior y no necesite recaudar impuestos de su
población civil, sin la inteligencia proporcionada por los ciudadanos no
podrá enfrontarse con éxito a una insurgencia, ni aun con los modernos
métodos de obtención de inteligencia electrónica.
2
Guide to the Analysis of Insurgency, Central Intelligence Agency, approved for release on 5 January
2009, disponible en http://www.fas.org/irp/cia/product/insurgency.pdf .
3
DILEGGE Dave, “Peace, Love, COIN?”, Small Wars Journal Blog, 12-12-2007, disponible en
http://smallwarsjournal.com/blog/2007/12/print/peace-love-coin-1/ .
4
HAVOLL Harald, COIN Revisited: Lessons of the classical literature on counterinsurgency and its
applicability to the Afghan hybrid insurgency, Security in Practice No 13, 2008, Norwegian Institute
Institute of International Affairs, p. 9, disponible en http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-
Library/Publications/Detail/?ord516=OrgaGrp&ots591=0C54E3B3-1E9C-BE1E-2C24-
A6A8C7060233&lng=en&id=92745 .
Para que los civiles proporcionen inteligencia es necesario asegurarles que
no sufrirán represalias a manos de los insurgentes. Sin un cierto grado de
seguridad no es posible obtener la cooperación de la población, lo que lleva a
reforzar dicha seguridad, entrando en un círculo virtuoso 5 . Por ello se opta
tradicionalmente por la estrategia llamada de la “mancha de aceite”, en la
que se aseguran pequeños enclaves, que poco a poco se van expandiendo 6 .
5
NAGL John A., Learning to Eat Soup with a Knife: Counterinsurgency Lessons from Malaya and
Vietnam, Chicago, The University of Chicago Press, 2005, p. 3.
6
JONES Seth G., Counterinsurgency in Afghanistan, RAND National Defense Research Institute, 2008,
p. 94, disponible en http://www.rand.org/pubs/monographs/2008/RAND_MG595.pdf.
7
De hecho ya en los años 60 se empezó a ver claramente la necesidad por parte de las fuerzas armadas de
desarrollar un amplio espectro de capacidades que cubriesen desde la guerra nuclear en un extremo a la
lucha contra la insurgencia en el otro. En Estados Unidos ello llevo a la sustitución, con la llegada de la
administración Kennedy, de la doctrina de la “respuesta masiva” adoptada por la administración
Eisenhower por la de la “respuesta flexible”. Sin embargo el énfasis del nuevo presidente en el desarrollo
de capacidades contra la insurgencia topó con notables obstáculos institucionales.
8
ARMITAGE David T. y MOISAN Anne M., “Constabulary Forces and Postconflict Transition: The
Euro-Atlantic Dimension”, Strategic Forum, No 218, November 2005, Institute for National Strategic
Studies, National Defense University, p. 1, disponible en http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-
Library/Publications/Detail/?ots591=0C54E3B3-1E9C-BE1E-2C24-
A6A8C7060233&lng=en&id=14827 .
organizaciones civiles, mientras que por otro las fuerzas locales deben asumir
gradualmente la responsabilidad sobre la seguridad de la zona 9 .
Ante una insurgencia es necesario decidir si el peso de las operaciones COIN recaerán
en unidades militares o policiales, y si la dirección de las mismas será responsabilidad
de las autoridades militares o civiles. Históricamente tenemos ejemplos de ambas
estrategias, por ejemplo en Vietnam de la primera y en Malasia de la segunda. Aunque
9
Ibidem.
10
Como previó el Pentágono “The Pentagon’s reluctance was echoed by Stephen J.
Hadley, the assistant secretary of defense for international security policy. He really
summed up the potential hazard with Somalia and said United States forces would
become the object of attack and of a guerrilla war that could have no end”, LOFLAND
Valerie J., “Somalia: US Intervention and Operation Restore Hope”, Case Studies in
Policy Making & Implementation,, Newport, Naval War College, 2002, p. 57-58,
disponible en http://www.au.af.mil/au/awc/awcgate/navy/pmi/somalia1.pdf .
son dos casos a menudo comparados 11 , es preciso advertir que el carácter de la
insurgencia en Indochina fue mixto, dándose el empleo conjunto de unidades
guerrilleras y formaciones convencionales y llevando las últimas el peso de los
combates tras el fracaso de la Ofensiva del Tet en 1968 y hasta la caída de Saigon 12 , por
lo que es preciso ser cautelosos al trasladar las lecciones de un conflicto al otro.
Por otra parte, no siempre es posible escoger entre ambas opciones, pues a menudo el
conflicto asimétrico surge tras un enfrentamiento convencional, una vez derrocado el
régimen enemigo, lo que determina que las fuerzas que se encuentren en dicho teatro
sean de carácter militar, y bajo dicho mando. Los casos de Irak y Afganistán son de esta
naturaleza: se da una rápida victoria pero las fuerzas derrotadas (u otros actores, locales
o internacionales) optan por el terrorismo y la guerra de guerrillas, buscando un
desgaste que acabe provocando la retirada de las fuerzas internacionales. En estos casos
las unidades convencionales, que suelen estar poco preparadas para llevar a cabo, al
menos por si solas, las tareas de ER, se ven forzadas a transformarse en un corto espacio
de tiempo 13 , lo que no siempre es fácil. De hecho puede ser mucho mejor disponer
desde un primer momento de fuerzas específicamente formadas y equipadas para estas
tareas. El tiempo disponible suele ser escaso, entre otros por los siguientes tres motivos:
Las democracias son poco adeptas a sostener conflictos de larga duración 14 .
Aunque la lucha contra la insurgencia suele requerir años, las opiniones
públicas occidentales tienden a girarse en contra de cualquier operación
bélica que se prolongue indefinidamente o sea percibida como tal.
11
Por ejemplo véase NAGL John A., Learning to Eat Soup with a Knife: Counterinsurgency Lessons
from Malaya and Vietnam, Chicago, The University of Chicago Press, 2005.
12
Por lo que algunos autores consideran, pese a las críticas habituales en la literatura de los últimos años
(por ejemplo SORLEY Lewis, A Better War: the Unexamined Victories and Final Tragedy of America’s
Last Years in Vietnam, Orlando, Harcourt Inc., 1999), que la decisión del General Westmoreland de
centrarse en la amenaza convencional que pesaba sobre la República de Vietnam fue correcta.
ANDRADE Dale, “Westmoreland was right: learning the wrong lessons from the Vietnam War”, Small
Wars & Insurgencies, Routledge, Vol 19, No 2, June 2008, p. 145-181.
13
NAGL John A., Learning to Eat Soup with a Knife: Counterinsurgency Lessons from Malaya and
Vietnam, Chicago, The University of Chicago Press, 2005.
14
“As early as the XIX Century, Alexis de Tocqueville had observed that democracies – America’s in
particular – were better suited for ‘a sudden effort of of remarkable vigor, than for the prolonged
endurance of the great storms that beset the political existence of nations’, …, Vietnam validated the
observations of De Tocqueville and Marshall in a dramatic fashion”, PETRAEUS David Howell, The
American Military and the Lessons of Vietnam: A study of military influence and the use of force in the
post-Vietnam era, Princeton University, 1987, p. 105-106, disponible en
http://www.brianbeutler.com/postvietnameramilitary.pdf .
La presencia de fuerzas extranjeras en cualquier país, aunque inicialmente
sea bienvenida si pone fin a una dictadura, puede pasar rápidamente a ser
percibida como una ocupación 15 .
El despliegue de un gran número de unidades por un tiempo prolongado en
misiones COIN puede suponer un debilitamiento de las capacidades
convencionales de la OTAN que alimente las tentaciones expansionistas de
otras potencias.
15
Observación número 2 del General Petraeus sobre su experiencia en Irak: “las fuerzas de liberación
deben actuar rápidamente, porqué todo ejército de liberación tiene una vida media más allá de la cual se
convierte en un ejército de ocupación” . PETRAEUS David H., “Learning Counterinsurgency:
Observations from Soldiering in Iraq”, Military Review, January-February 2006, disponible en
http://usacac.army.mil/CAC/milreview/English/JanFeb06/Petraeus1.pdf .
16
Como estrategia alternativa el Cuerpo de Marines de Estados Unidos optó en Vietnam por
desplegar pelotones en pequeños pueblos, donde actuaban de forma coordinada con formaciones locales
compuestas por efectivos a tiempo parcial. El programa, aunque limitado en su alcance, se consideró un
éxito. WEST Bing, The Village, New York, Pocket Books, 2003 .
17
Mao lo definió como “nadar como un pez en el agua”. HAVOLL Harald, COIN Revisited: Lessons of
the classical literature on counterinsurgency and its applicability to the Afghan hybrid insurgency,
convencional reacciona en dicha situación lo hace causando un elevado número de bajas
civiles, al no poder distinguir claramente al enemigo.
Sin embargo la alternativa, es decir las fuerzas policiales civiles, presenta diversos
obstáculos para su uso. En primer lugar no suelen disponer de la capacidad de
despliegue allende sus fronteras necesaria para participar en este tipo de misiones, ni a
nivel logístico, ni de número de efectivos, ni en lo referente a estructuras de mando. En
segundo, su equipo y entrenamiento pueden ser insuficientes para operar en
determinados ambientes, al no disponer en muchos casos por ejemplo de armas
automáticas. En tercer lugar, por su naturaleza y estatuto jurídico puede ser difícil
integrarlas en operaciones bajo mando militar.
Una tercera posibilidad, los contratistas privados, a menudo empleados en tareas como
la protección de personalidades o el entrenamiento de fuerzas locales, aunque no puede
ser descartada y tiene su utilidad en diferentes tareas, también supone ciertos
inconvenientes y a menudo ha demostrado generar controversia 18 . A la ambigüedad de
su estatuto jurídico se une el hecho que pese a las notables capacidades de ciertas
empresas en ámbitos concretos, no pueden proporcionar la seguridad integral que es
clave para separar a la población de los insurgentes.
Security in Practice No 13, 2008, Norwegian Institute Institute of International Affairs, p. 9, disponible en
http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-Library/Publications/Detail/?ord516=OrgaGrp&ots591=0C54E3B3-
1E9C-BE1E-2C24-A6A8C7060233&lng=en&id=92745 .
18
ROBICHAUD Carl, “Private Military Contractors also Creating Problems in Afghanistan”, World
Politics Review, 30th October 2007, disponible en
http://www.worldpoliticsreview.com/article.aspx?id=1287 .
Finalmente es preciso dejar claro que son las fuerzas locales las que deben asumir
gradualmente la responsabilidad de proporcionar seguridad a la población, sin embargo
dichas fuerzas son a menudo inexistentes o inadecuadas en las fases iniciales del
conflicto, por lo que sin perjuicio de intentar su desarrollo lo más veloz posible, no son
óbice para la necesidad de que un agente externo lleve el peso de dichas tareas
inicialmente. Dicho agente sin embargo deberá integrar en su misión la formación de las
fuerzas locales, y la actuación conjunta con las mismas, cediéndoles el protagonismo
gradualmente.
Entre otras, las ventajas de las fuerzas locales sobre las internacionales son 19 :
- Posibilidad de adquirir inteligencia gracias al soporte público que naturalmente
reciben las fuerzas armadas de un país.
- No necesidad de intérpretes.
- Comprensión y familiaridad con las lealtades tribales y familiares, de gran
importancia política.
A lo que cabe añadir que su opinión pública tiene una mayor tolerancia que las
occidentales ante las bajas, siendo éste un factor que lamentable hay que tener muy en
cuenta.
La potenciación de las fuerzas locales fue uno de los pilares de la estrategia del
General Petraeus en Irak y es asimismo un elemento fundamental de la nueva estrategia
norteamericana y aliada en Afganistán 20 . En Chechenia ha constituido una de las claves
que ha permitido a Moscú declarar recientemente el éxito de sus operaciones
antiterroristas en la región 21 .
19
NAGL John A., Learning to Eat Soup with a Knife: Counterinsurgency Lessons from Malaya and
Vietnam, Chicago, The University of Chicago Press, 2005, p. xiv.
20
Donde se prevé elevar el número de efectivos del Ejército Nacional Afgano a 134.000 y de la Policía
Nacional Afgana a 82.000 en el plazo de dos años. White Paper on the Interagency Policy Group’s
Report on US Policy towards Afghanistan and Pakistan, White House, 27-03-2009, disponible en
http://www.whitehouse.gov/assets/documents/afghanistan_pakistan_white_paper_final.pdf .
21
“Geopolitical Diary: Russia Announces Mission Complete”, Stratfor Global Intelligence, 17 Abril 2009.
Vistas pues las deficiencias tanto de las fuerzas armadas convencionales como de los
cuerpos policiales civiles y los contratistas privados en tareas de estabilización y
reconstrucción, así como de lucha contra la insurgencia, y el hecho que las fuerzas
locales requieren un cierto tiempo para ser plenamente operativas, es preciso
preguntarnos quien puede asumir dicha responsabilidad, especialmente en el periodo de
tiempo entre el fin de las hostilidades convencionales y el funcionamiento de un estado
homologable. Ello ha llevado a algunos observadores 22 a fijarse en la figura de los
cuerpos de policía paramilitares, entre los que se cuenta nuestra Guardia Civil, junto con
la Gendarmerie francesa, los Carabinieri italianos, o la Jandarma turca, al considerar
que por sus características propias pueden combinar algunas de las ventajas de las
fuerzas militares convencionales y de las fuerzas policiales civiles. Estas ventajas
incluirían 23 :
Haber recibido entrenamiento militar pero estar orientadas, y equipadas,
hacia el uso mínimo o no letal de la fuerza, así como otras tareas
normalmente consideradas policiales.
A diferencia del soldado tradicional, su objetivo es desactivar situaciones
potencialmente violentas a través de la negociación y la gestión de conflictos,
en lugar de “neutralizar” al enemigo o destruir un objetivo.
Su capacidad para proporcionar orden y seguridad en una zona tras el fin del
combate, cuando las fuerzas convencionales han sido relevadas pero las
fuerzas policiales locales son inexistentes.
Comparten algunas características con la infantería ligera, entre ellas la
capacidad de ser desplegadas rápidamente y de sostenerse logísticamente.
Su personal suele tener más años de experiencia a sus espaldas, por ejemplo
en el caso de los Carabinieri en Kosovo unos diez, el doble que los soldados
de dicho país en la zona.
La formación en materias como la inteligencia y los interrogatorios.
22
ARMITAGE David T. y MOISAN Anne M., “Constabulary Forces and Postconflict Transition: The
Euro-Atlantic Dimension”, Strategic Forum, No 218, November 2005, Institute for National Strategic
Studies, National Defense University, p. 1, disponible en http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-
Library/Publications/Detail/?ots591=0C54E3B3-1E9C-BE1E-2C24-
A6A8C7060233&lng=en&id=14827 .
23
Ibidem.
La posesión, en muchos casos, de unidades especializadas, por ejemplo de
francotiradores o perros policía.
El equipamiento mixto, que incluye tanto piezas de carácter militar (armas
automáticas, chalecos antibalas …) como policial (escudos, gas lacrimógeno,
defensas …).
Más otras dos de gran importancia: por una parte la capacidad de establecer y gestionar
instituciones clave para la restauración del estado de derecho, como las prisiones, y por
otra la posibilidad de entrenar fuerzas de policía locales, cuyo papel, como ya se ha
comentado, es esencial en cualquier campaña contra la insurgencia.
Su presencia también puede tener un valor psicológico considerable, puesto que los
insurgentes, como criaturas eminentemente políticas que son, pretenden transmitir a la
opinión pública una sensación de anormalidad, una imagen de guerra, que la presencia
de fuerzas convencionales no contribuye precisamente a evitar. En cambio las fuerzas
policiales paramilitares, especialmente cuando actúan conjuntamente con cuerpos
policiales locales, aportan una sensación de normalidad, transmiten la imagen de que la
situación está bajo control y que pese a que no es ideal no requiere la actuación de
unidades militares. El uso por un periodo de tiempo prolongado de fuerzas militares
para mantener la ley y el orden es a menudo percibido como símbolo de debilidad,
mientras que la policía es no sólo un elemento clave para garantizar la seguridad de la
población, sino un símbolo del funcionamiento regular del estado, y concretamente de
su función más básica. Precisamente por ello, la policía constituye un objetivo de primer
orden para insurgentes y terroristas, que buscan forzar su sustitución, y para reaccionar
ante dicha amenaza, que a menudo supone tener que operar en circunstancias no muy
diferentes de las prevalecientes en el campo de batalla 24 , una fuerza policial bajo
24
THORNTON Rob, “What are the SWC thoughts on policing in combat?”, Small Wars Council, 03-07-
2008, disponible en http://council.smallwarsjournal.com/showthread.php?t=5029 .
disciplina militar está mejor preparada, equipada, y entrenada, que una fuerza
puramente civil.
Habiendo analizado algunas de las posibles ventajas de este tipo de cuerpos tanto en
operaciones contra la insurgencia como de estabilización post-conflicto, es preciso
estudiar brevemente algunas experiencias históricas en este sentido.
El Japón imperial hizo un uso intensivo de dichas fuerzas en sus diversas colonias, en la
transición entre la ocupación militar y la creación y consolidación de una administración
civil, y junto con el empleo de mecanismos locales de control social, como la
responsabilidad colectiva, ello explica en gran parte el éxito de su programa de
pacificación 26 . Especialmente destacable es el caso de Manchuria, donde el estado títere
se enfrentó con éxito a una insurgencia de signo comunista.
El Imperio Británico se distingue por haber sido capaz de mantener el control sobre
amplios territorios con muy escasas tropas y un uso ocasional de la fuerza, siendo gran
parte del crédito atribuible al uso generalizado de unidades de policía bajo disciplina
25
Ibidem.
26
MYERS Ramon Hawley, PEATTIE Mark R., y CHEN Ching-chih, The Japanese Colonial Empire,
1895, 1945, New Jersey, Princeton University Press, 1987, p. 27-29.
militar. Ello evitó el elevado coste de mantener ejércitos permanentes de grandes
dimensiones. Entre otras fuerzas destacan el Royal Irish Constabulary, la Palestine
Police Force, y la British South African Police Force 27 , y el caso de la “Emergencia”
malaya, el combate con éxito durante una década contra la insurgencia comunista en
dicho país, es un ejemplo muy claro de un uso efectivo de este tipo de fuerzas, que
fueron clave para separar la población de los insurgentes, privando a los últimos de
sustento e inteligencia hasta su derrota.
El ejemplo británico provoca a veces una cierta incomodidad política en Estados Unidos,
que tradicionalmente ha enfatizado su oposición al colonialismo, sin embargo aunque
las circunstancias sean naturalmente diferentes, la estabilización de un país del tercer
mundo y el combate contra movimientos insurgentes en el mismo son tareas que
guardan una innegable relación con la construcción de una administración colonial
eficiente. La diferencia es que el objetivo último no es el control de dicho país, sino el
establecimiento de un estado viable que permita la retirada de las tropas internacionales
y la prevención de la emergencia de un santuario terrorista, como de hecho ocurrió en
Malasia, donde Gran Bretaña dejó claro desde el primer momento que el objetivo de la
campaña era eliminar la amenaza insurgente para poder proceder a la descolonización
del país. Cualquier despliegue tiene fecha de caducidad, por las circunstancias antes
descritas, y en el mundo globalizado de hoy día, toda región, por remota que nos pueda
parecer, que caiga en el desgobierno y acoja a terroristas, supone una amenaza clara a
nuestra seguridad nacional. La frontera entre seguridad interior y exterior ha
desaparecido.
La Gendarmería Francesa se desplegó, junto con unidades militares del país vecino, en
Haití y Cote d’Ivoire, contribuyendo al reestablecimiento de la policía local.
En Bosnia y Kosovo los Carabinieri italianos han efectuado patrullas conjuntas con la
policía local, contribuyendo a generar confianza entre sus cuadros así como entre los
civiles refugiados. Sus funciones incluyeron también la lucha contra el crimen
organizado 28 .
27
CRAWSHAW Michael, Running a Country: the British Colonial Experience and its Relevance to
Present Day Concerns, Defence Academy of the United Kingdom, Abril 2007, p. 26, disponible en
http://studies.agentura.ru/centres/csrc/shrivenham.pdf .
28
PERITO Robert, Where is the Lone Ranger When We Need Him?, Washington, USIP Press, 2004, p.
161-162.
EL CASO ESPAÑOL: LA GUARDIA CIVIL
En las Filipinas se estableció la Guardia Civil el año 1868, para sustituir a los Tercios de
Policía y Partidas de Seguridad Publica, creándose varios tercios, con clase de tropa
parcialmente indígena. Dichas unidades intervinieron en varias operaciones contra
movimientos insurgentes, incluyendo algunas contra rebeldes musulmanes y piratas 29 .
En Guinea Ecuatorial la historia de la Guardia Civil cubre más de medio siglo, del 1904
al 1969. Aunque la presencia española en dichas tierras se remonta mucho más atrás, es
en la primera de estas fechas que el Ministerio de Estado asume su gobierno,
formándose la entidad “Territorios Españoles del Golfo de Guinea” y disponiéndose en
la ley de presupuestos que el mando e instrucción de su cuerpo de policía estaría a cargo
de la Guardia Civil, siendo la tropa indígena, siguiendo el modelo filipino 30 . Tres años
más tarde se adopta oficialmente la denominación de “Guardia Civil de los Territorios
Españoles del Golfo de Guinea” que en 1908 es sustituida por “Guardia Colonial de los
Territorios Españoles del Golfo de Guinea”. Poco después, en 1911, comienzan las
operaciones contra los rebeldes pamúes en el Distrito de Bata y el nuevo cuerpo se va
consolidando, siendo sus patrullas las que a menudo exploran por primera vez muchas
zonas de la colonia.
29
“El Ejército Español en 1898”, El Desastre del 98, disponible en
http://www.eldesastredel98.com/capitulos/ejercito.htm .
30
NÚÑEZ Jesus, “La Guardia Civil en el Golfo de Guinea (1904-1969)”, Guardia Civil, Madrid, Marzo
del 2000, disponible en http://usuarios.lycos.es/historiaymilicia/html/gcguinea.htm .
Al convertirse en provincias las colonias africanas en 1959, el cuerpo pasa a llamarse
“Guardia Territorial de la Provincia de Guinea”, sin que se viesen modificados sus
cometidos. La próxima independencia del Camerún y Gabón llevan a la reconstitución
de una compañía móvil, que asumirá tareas de vigilancia de fronteras31 , cometido que
como hemos visto anteriormente a menudo recae en los cuerpos de policía sometidos a
disciplina militar.
El hecho que Estados Unidos no disponga de una fuerza de este tipo, la ausencia
francesa de la estructura militar atlántica, y la prioridad original otorgada a la guerra
convencional en el teatro europeo, han implicado que históricamente la OTAN no haya
incluido a los cuerpos policiales bajo disciplina militar en su planes operativos. Sin
embargo todas estas circunstancias han en cierto modo cambiado: aunque Estados
Unidos continúa sin dotarse de un cuerpo de estas características son cada vez más los
31
Ibidem.
32
Ibidem.
oficiales norteamericanos que valoran su potencial en la lucha contra la insurgencia.
Francia ha vuelto este año a la estructura militar integrada de la OTAN, y tras el fin de
la guerra fría y especialmente los ataques terroristas del 11 de septiembre la OTAN ha
ampliado sus cometidos, pasando a incluir varios, como la lucha antiterrorista, la
seguridad marítima, o la formación de fuerzas locales 33 , que coinciden con las tareas
tradicionalmente encargadas a los mismos.
La primera operación europea de gestión de crisis se lanzó en enero del 2003, cuando la
Misión Policial de la Unión Europea en Bosnia-Herzegovina relevó a la Fuerza Policial
Internacional de Naciones Unidas. Ello supuso una notable coordinación multilateral, y
la adquisición de una muy valiosa experiencia.
La EUROGENDFOR puede actuar tanto bajo mando militar como civil, lo que
constituye a ojos de algunos observadores precisamente una de sus grandes ventajas 36 .
Dicho carácter dual puede permitir su empleo en las diferentes fases de un conflicto,
desplegándose inmediatamente después, o hasta simultáneamente, con fuerzas
convencionales, y permaneciendo en el teatro de operaciones cuando el fin de las
hostilidades da paso a una campaña contra la insurgencia y a la reconstrucción de la
zona y asistencia a la creación de un estado viable, incluyendo la formación de sus
cuerpos policiales. La posibilidad que un mismo cuerpo asuma las diferentes
responsabilidades que caracterizan cada fase del conflicto facilita la planificación de las
operaciones y evita el surgimiento de vacíos que sin duda alguna pueden ser
aprovechados por insurgentes y terroristas. Los casos tanto de Irak como de Afganistán
nos muestran claramente la urgencia con la que hay que iniciar las tareas de
reconstrucción y COIN, con especial atención a la formación de fuerzas locales, sin
esperar a que el deterioro de la situación lo fuerce. La planificación de estas tareas debe
36
“The advantage of the European Gendarmerie Force is that it can be placed under military command”,
ARMITAGE David T. y MOISAN Anne M., “Constabulary Forces and Postconflict Transition: The
Euro-Atlantic Dimension”, Strategic Forum, No 218, November 2005, Institute for National Strategic
Studies, National Defense University, p. 3, disponible en http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-
Library/Publications/Detail/?ots591=0C54E3B3-1E9C-BE1E-2C24-A6A8C7060233&lng=en&id=14827
ser parte integral de la planificación de la operación en su conjunto, desde el primer día,
no un apéndice añadido posteriormente.
Dirigiremos por último nuestra mirada a este país, por la importancia objetiva del
conflicto que en él se libra, por el hecho de tener un contingente en el marco de la ISAF,
y por la posibilidad que la EUROGENDFOR despliegue allí una unidad que podría
incluir a miembros de la Guardia Civil.
Ante esta situación, la nueva estrategia para Afganistán y Pakistán anunciada por la
nueva administración norteamericana tras extensivas consultas con los aliados, incluye
como uno de sus puntos estrella el incremento de los efectivos tanto del Ejército como
de la Policía Nacional Afganas, con el consiguiente esfuerzo financiero (Japón por
ejemplo se ha comprometido a costear los salarios de la ANP durante seis meses 37 ) y
37
“Afghanistan Cops to be paid in ODA”, Japan Times, 08-03-2009, disponible en
http://search.japantimes.co.jp/cgi-bin/nn20090308a2.html.
organizativo (4.000 de los nuevos efectivos norteamericanos estarán destinados a tareas
de formación del Ejercito Nacional Afgano y la ANP). En el caso europeo, Francia ha
propuesto desplegar un contingente de la EUROGENDFOR, que podría incluir
gendarmes turcos, en misión de formación y entrenamiento de las fuerzas de seguridad
afganas 38 . En principio tendrá 300 miembros, y aunque quedan muchos detalles por
decidir, el comunicado final de la cumbre de la OTAN en Estrasburgo / Kehl de fecha 4
de abril se refiere a la misma 39 .
38
“France proposes European gendarmes for Afghanistan”, Radio Free Europe, 20 de marzo del 2009,
disponible en http://www.rferl.org/articleprintview/1513937.html .
39
“We welcome current initiatives in support of the shared objective of training and mentoring the
Afghan National Police. The European Gendarmerie Force (EGF) could play an active role in this regard”,
Summit Declaration on Afghanistan Issued by the Heads of State and Government participating in the
meeting of the North Atlantic Council in Strasbourg / Kehl on 4 April 2009, 04-04-2009, disponible en
http://nato-otan.org/cps/en/SID-73D92725-2F63E8CF/natolive/news_52836.htm?selectedLocale=en .
40
“France proposes European gendarmes for Afghanistan”, Radio Free Europe, 20 de marzo del 2009,
disponible en http://www.rferl.org/articleprintview/1513937.html .
41
“Des gendarmes français bientôt en Afghanistan”, Secret Defense, 23-03-2009, disponible en
http://secretdefense.blogs.liberation.fr/defense/2009/03/des-gendarmes-f.html . Fuente indicada por
François Martos, Alférez RV ET.
42
Aunque curiosamente y de forma paralela, países como Estados Unidos que actualmente no cuentan
con los mismos aprecian cada vez más su potencial y son muchas las voces que proponen la creación de
unidades con sus características. ARMITAGE David T. y MOISAN Anne M., “Constabulary Forces and
Postconflict Transition: The Euro-Atlantic Dimension”, Strategic Forum, No 218, November 2005,
Institute for National Strategic Studies, National Defense University, disponible en
http://www.isn.ethz.ch/isn/Digital-Library/Publications/Detail/?ots591=0C54E3B3-1E9C-BE1E-2C24-
A6A8C7060233&lng=en&id=14827 .
Para facilitar todo ello sería deseable una plena integración de estas fuerzas en la
planificación militar tanto de la OTAN como de la UE, permitiendo por ejemplo la
participación de sus oficiales en igualdad de condiciones en todo tipo de programas
educativos. Por otra parte, la necesidad de poderse desplegar rápidamente en cualquier
punto del mundo en número suficiente obliga a considerar muy seriamente, en aquellos
casos en que no se ha hecho ya, la creación de una reserva específica, o integración en
la general militar, al objeto de evitar que las misiones en el exterior supongan una falta
de efectivos a nivel interno, gozando de la necesaria flexibilidad que hoy día caracteriza
cualquier ejército moderno.
CONCLUSIONES
Actualmente se estudia su posible empleo en Afganistán, donde uno de los puntos más
destacados de la nueva estrategia norteamericana y aliada es precisamente un mayor
énfasis en la formación y entrenamiento de las fuerzas de seguridad locales.