07 - A - El Pronombre y La Frase Nominal

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7.

El pronombre y la frase nominal


Elaboró Varinia Estrada
FFyL – UNAM

Preliminares
Como dijimos anteriormente, una lengua ofrece diferentes estrategias morfosintácticas y léxicas para hacer
referencia a entidades. Anticipamos que los sustantivos introducen entidades al discurso y que, aunque
pueden en algunos contextos hacerlo solos (María compró huevo), por lo general aparecen junto a otras
palabras formando frases nominales (Mi prima menor compró un kilo de huevo rojo). Asimismo, dijimos que
utilizaríamos ‘frase nominal’ como un término de cobertura para diferentes tipos de estructuras sintácticas.
En este caso, incorporaremos a los pronombres como elementos que permiten hacer referencia a entidades
nominales. Por lo anterior, también forman parte de las frases nominales.

Frases nominales FN.Sujeto VB FN.OD


Pronombres: Él dijo eso.
Sustantivos: Juan dijo cosas.
Frases sustantivas: Ese hombre dijo muchas cosas.

Un término de cobertura como el anterior es ‘un arma de doble filo’, permite abstraer y, por ello,
perderá detalle. Requerirá reconocer cada uno de los tipos que forman la clase, pero agrupar estas distintas
estructuras en términos de las funciones que comparten en la oración: sujeto, OD, OI, etc.

1. El pronombre
Los pronombres forman una clase de palabras cerrada, que expresa contenidos principalmente gramaticales
y que entre sus elementos agrupa formas con distintos comportamientos. Desde una perspectiva fonológica,
unos son tónicos (yo, ella, nosotros) y otros son átonos (me, la, nos). Si los describimos desde una perspectiva
morfológica, unos son variables y tienen flexión de género y número (éstos, nuestras, míos), otros son
invariables (nadie, alguien, yo, que, se). Desde una perspectiva sintáctica, los pronombres pueden
desempeñar las mismas funciones que el sustantivo o, más específicamente, que la frase nominal con núcleo
sustantivo (sujeto, objeto directo, objeto indirecto, atributo, etc.). Esto hace que los pronombres y las frases
sustantivas se encuentren en una relación paradigmática y que formen la clase nominal. Recuerde que esta
clase es la que permite introducir entidades al discurso.
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -2- Elaboró: Varinia Estrada

Por otro lado, desde una perspectiva semántica, no se considera que los pronombres tengan contenido
léxico pleno, sino deíctico.

La deixis es la propiedad que poseen muchas expresiones gramaticales para expresar significados que dependen de
la posición que ocupen en el espacio o en el tiempo el hablante y el oyente. Si alguien usa la expresión lo que está a
mi derecha, gira después ciento ochenta grados y repite esas mismas palabras, se estará refiriendo en cada ocasión a
algo distinto. Ello es consecuencia de que el posesivo mi y el sustantivo derecha tienen propiedades deícticas. Cuentan
también con un componente deíctico en su significado los pronombres personales, los morfemas verbales de tiempo
y persona, ciertos verbos de movimiento como ir, venir, traer o llevar, así como otros grupos sintácticos [adverbios
aquí, ahí, acá; determinantes esto, eso, aquello ] (RAE, 2009: 327).

Esto quiere decir que la recuperación referencial depende del conocimiento compartido en una
interacción lingüística. Por conocimiento compartido se entiende, en un sentido amplio, información sobre
hechos conocidos del mundo y su funcionamiento (existen el sol y la luna), así como información sobre el
entorno inmediato de la conversación (quiénes están, dónde, qué cosas están cerca o lejos, etcétera).
Además, por conocimiento compartido se hace referencia al conocimiento de lo que ha sido dicho
previamente en la interacción (¿de qué se ha hablado?).
En síntesis, son un tipo de palabra particular. El grupo tiene comportamientos diferenciados y en
algunas zonas se parecen a otras clases de palabras (sobre todo determinantes, sustantivos y adjetivos). Este
último comentario no es irrelevante. Verá que los pronombres usan palabras que en otros contextos
funcionan como otras cosas. Mi recomendación sería que se aprenda de memoria algunas listas breves y
que, para lo demás, aprenda a reconocer la función principal de un pronombre: ¡Hacer referencia a una
entidad en el discurso!

2. Clasificación general de los pronombres


A continuación presentaremos una organización tradicional de los pronombres:
· Pronombres personales – Tónicos: yo, tú, él, ella, nosotras, ustedes, ellos, Átonos: me, te, lo, la, se, nos, le.
· Demostrativos: ése, ésa, éste, ésta, esto, éstos, tanto.
· Indefinidos: algún, nadie, alguien, cualquiera.
· Relativos: que, quien, cual, cuyo, cuyas.
· Interrogativos y exclamativos: ¿qué, cuánto, quién? / ¡qué, cuánto, quién!
· Numerales: uno, dos, tres, cuatro…, mil, tres millones…
· Posesivos: mío, tuyas, suyo…
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -3- Elaboró: Varinia Estrada

2.1 Pronombres personales


Refieren a personas gramaticales: 1a, 2a y 3a, del singular y del plural.

La expresión persona gramatical [p]uede aludir a las personas del discurso, en el sentido de los participantes en el
acto verbal: el que habla (PRIMERA PERSONA), aquel a quien se habla (SEGUNDA PERSONA) y aquel o aquello de lo que se
habla (tercera persona) (RAE, 2009: 301).

Considerando su tonicidad y su función con respecto a la oración, los pronombres personales pueden
clasificarse de la siguiente manera:

(a) Tónicos: tienen acento prosódico y dependiendo de su forma pueden aparecer en posición de sujeto o
dentro de FP en otra función oracional (complemento de régimen prepositivo, complemento circunstancial,
complemento agente, complemento adnominal, etcétera).

Pronombres tónicos
Persona >> 1ª 2ª 3ª
Singular Plural Singular Plural Singular Plural
Función oracional tú ustedes él
nosotros ellas
yo vos vosotros ella
Sujeto nosotras ellos
usted vosotras ello
PP + sí, él, PP + ellos,
ella, ello ellas
DENTRO DE FP PP + mí PP + PP + ti, usted, vos PP + ustedes,
(Distintas funciones nosotros, vosotros,
consigo consigo
oracionales) conmigo nosotras contigo vosotras
(mismo, (mismos,
misma) mismas)

(b) Átonos o clíticos: No tienen acento prosódico, se caracterizan por acompañar siempre a un verbo.

Real Academia Española:


[L]os pronombres personales pueden ser tónicos o átonos. Como se recordará, son átonos me, te, se, le, les, la, las,
lo, los, nos, os, y tónicos los restantes. Al carecer de acento, los pronombres átonos se apoyan fonéticamente en el
verbo contiguo, por lo que se llaman también pronombres clíticos. Son enclíticos los que siguen al verbo (leerlo,
dándosela), y proclíticos los que lo preceden (lo leí; se la dieron) (RAE, 2009: 311).

José Ignacio Hualde:


Por convención, los pronombres átonos (o clíticos) se escriben separados si preceden al verbo, pero juntos si van
después del verbo. Si nos atenemos a esta convención ortográfica, deberíamos concluir que la oración [Se lo quiere
vender] contiene cuatro palabras, pero la oración [Quiere vendérselo], que expresa exactamente el mismo significado
y difiere únicamente en el orden de algunos de sus elementos, contiene sólo dos. Si utilizáramos un programa
automático de contar palabras, éste es, en efecto, el resultado que obtendríamos. Sin embargo, tal resultado no
parece ni mucho menos satisfactorio. La división ortográfica en palabras no deja de presentar en este caso un carácter
un tanto arbitrario. Lo más correcto parece ser concluir que, aunque en [Quiere vendérselo] hay solamente dos
palabras ortográficas, tenemos cuatro palabras morfológicas, lo mismo que en [Se lo quiere vender] (Hualde, et al.,
2009: 123-124).
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -4- Elaboró: Varinia Estrada

Para una subclasificación, se llaman ‘proclíticos’ cuando van antes del verbo y se escriben como
palabras diferentes: Me lo traes, por favor. Se llaman ‘enclíticos’ cuando van después del verbo y se escriben
en una sola palabra junto al verbo: Tráemelo, por favor. En este último caso, debe prestarse mucha atención:
El verbo en forma imperativa es ‘trae’, esto quiere decir que ‘me’ es el OI (a mí) y que ‘lo’ es el OD (eso o
cualquier entidad que concuerde su flexión con masculino singular). Por lo que puede parafrasearse como:
‘Trae a mí eso, por favor’.

Clíticos o pronombres átonos


Persona >> 1ª 2ª 3ª
FUNCIÓN singular plural singular plural singular plural

OBJETO DIRECTO me nos te los/las lo/la los/las

OBJETO INDIRECTO me nos te les le les

Observe con atención: La primera persona (singular y plural) y la segunda persona (singular) comparten
las mismas formas para OD y OI (me, nos, te). Va a requerir, una y otra vez, hacer pruebas para saber qué
función cumplen estos clíticos. En gris se señala el ámbito en donde se evidencia una diferencia marcada
entre los clíticos de OD y los de OU: Son la 2ª persona (plural) y la 3ª persona (singular y plural). Dado que las
formas son distintas para OD y para OI, se recomienda cambiar un clítico como ‘me, te, nos’ a la 3ª persona
para develar la función.

Prueba: Ante ‘me, te, nos’ > cambio a 3ª >> Si es LO/LA es OD, si es LE/LES es OI

OBJETO DIRECTO me/te/nos amo > lo/la amo >> OD

OBJETO INDIRECTO me/te/nos pegó > le pegó >> OI

A continuación se presentan dos modos diferentes de organizar a los pronombres personales. Si se fija
con atención, en mi clasificación y la de ellos existen puntos coincidentes. La diferencia central se plasma en
el parámetro inicial, el mío considera una cuestión fonológica, la tonicidad, los que siguen a continuación se
centran en una perspectiva sintáctica.
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -5- Elaboró: Varinia Estrada

Por un lado, el Manual de la NGLE nos dice:


Los pronombres personales se denominan así porque presentan rasgos gramaticales de persona. Esta propiedad solo
es compartida en el sistema pronominal del español por los posesivos, considerados con frecuencia una variante de
los pronombres personales. Los rasgos de persona se expresan también en la flexión verbal, lo que repercute en la
concordancia. Los pronombres personales se caracterizan asimismo por designar a los participantes en el discurso.
Esta propiedad reduce considerablemente su contenido léxico y los convierte además en categorías deícticas. La
forma que adoptan es diferente según se refieran al hablante (yo), al oyente (tú) o a ninguno de los dos (él, ella). Son,
además, elementos definidos, propiedad que comparten con los artículos determinados y con los nombres propios.
La relación que mantienen con estos últimos es muy estrecha (sobre todo los pronombres de primera y segunda
persona), ya que ni unos ni otros son sustitutos de otras expresiones, sino que designan de modo unívoco a su
referente. También se asemejan a los nombres propios en su resistencia a recibir modificadores restrictivos. […]
Las formas de los pronombres personales son las siguientes:

PERSONA GRAMATICAL
PRIMERA PERSONA SEGUNDA PERSONA TERCERA PERSONA
CASO
tú: Tú no estabas allí. él: Él no ha venido todavía.
Sing
Yo vos: Vos tenés la culpa ella: Ella está aquí hace rato.
.
[usted: Usted no tiene la culpa] ello: Si ello fuera cierto…
NOMINATIVO O
nosotros: Nosotros llegamos vosotros: Vosotros tenéis
RECTO
Plur antes. razón. ellos: Ellos son así.
. nosotras: Nosotras estábamos vosotras: Vosotras iréis juntas. ellas: Ellas son diferentes.
ahí. [ustedes: Ustedes irán juntas]
lo: Eso no lo necesito.
Sing la: Trae la carpeta y dámela.
me: No me entienden. te: Te querré por siempre.
. se: Aquel hombre se veía
ACUSATIVO perdido.
os: Os ayudaremos. los: A esos ni los nombres.
Plur
nos: Nos colocaron separados. [los: Los ayudaremos las: Esas notas ya las he leído.
.
las: Las ayudaremos] se: Ambos se miraron.
le: Le presté mi bicicleta.
Sing
me: Me duelen las muelas. te: Te contaré un cuento. se: Se lo conté todo a mi
.
amigo.
DATIVO
les: Les ofrezco mi casa.
Plur os: Os daremos trabajo.
nos: Nos van a arreglar la casa. se: Se la suelo ofrecer a mis
. [les: Les daremos trabajo]
parientes.
él: Confiaba en él.
ella: Corrió feliz hacia ella.
ti: Lo compré para ti. ello: Pensaré en ello.
Sing mí: No te olvides de mí.
vos: Quiero hablar con vos. sí: Piensa demasiado en sí
. conmigo: Vendrás conmigo.
contigo: Iré contigo. mismo.
consigo: Lleva los papeles
PREPOSICIONAL U
consigo.
OBLICUO
vosotros: Esperaré por ellos: La cometa planeaba
vosotros. sobre ellos.
nosotros: Vivió entre nosotros.
Plur vosotras: No me iré sin ellas: Caminaba tras ellas.
nosotras: No te vayas sin
. vosotras. sí: No dan más de sí.
nosotras.
[ustedes: No me iré sin ustedes consigo: Hablan consigo
] mismos.
(El cuadro fue modificado, RAE, 2009: 299-300)
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -6- Elaboró: Varinia Estrada

Por otro lado, José Ignacio Hualde y otros autores nos indican:

La flexión de los pronombres personales en español se diferencia de la de los sustantivos en que, además de expresar
diferencias de género y número, señala también diferencias de caso. Por caso, como categoría flexiva, entendemos
la modificación en la forma de los sustantivos y sus modificadores como consecuencia de su función sintáctica en la
oración. En latín, por ejemplo, la palabra “rey” aparece en formas algo diferentes en cada una de las oraciones
siguientes debido a las distintas funciones sintácticas que en ellas desempeña: REX̄ LABORAT̄ "el rey trabaja", REG ̄ EM VIDEŌ
"veo al rey", MARCUS REḠ Ī FLOR̄ ES̄ DAT "Marco da flores al rey". Decimos que REX̄ está en caso nominativo o de sujeto,
REḠ EM en caso acusativo o de objeto directo, y REG ̄ Ī en caso dativo o de objeto indirecto. Está claro que en español, al
contrario que en latín, los sustantivos no tienen morfología de caso. Los pronombres personales, sin embargo, sí
tienen formas diferentes según el caso. Podemos distinguir cuatro casos morfológicos en la flexión de los pronombres
en español: nominativo, acusativo, dativo y preposicional, aunque según el pronombre las formas para dos de estos
casos pueden ser iguales [me, te, nos, se], como se muestra en la tabla 3.5:

(Hualde, et al., 2009: 163-164)

Recuerde: La diferencia entre mi organización y la de ellos es que la mía parte de un parámetro anterior (si
es tónico o átono) para clasificarlos después de acuerdo a las funciones gramaticales que tienen tónicos y
átonos por separado.

Los clíticos son pronombres ‘raros’


Tenga cuidado, en general, los clíticos hacen cosas ‘raras’. Por ejemplo:
- Marca de plural de OI en el clítico de OD:
Juan echa agua a las plantas > agua = OD > la, a las plantas = OI > les.
Juan les echa agua. Pronominalización de OI con ‘les’
Juan la echa a las plantas. Pronominalización de OD con ‘la’
Juan se las echa. Pronominalización de OI con ‘se’ y de OD con ‘las’
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -7- Elaboró: Varinia Estrada

¿Qué pasó en Juan se las echa? ¿Por qué el clítico de OD recibe el plural del OI? ¿Por qué el clítico de OI
cambia de ‘les’ a ‘se’?

i. El pronombre de OI ‘les’ se vuelve ‘se’ para evitar la cacofonía *Juan les la echa.
ii. El plural correspondiente al OI (las plantas) se pasa al clítico de OD (la) correspondiente a (agua).

¿Por qué? Parece ser que el hablante privilegia la marca de plural, puesto que el pronombre ‘se’ es opaco con respecto a
quién. Esto también pasa en ‘Se los dije’ > a los niños / a ustedes.

- Usos raros, peculiares, curiosos de los clíticos de dativo:


Me lo reprobaron | Se me murió mi mamá | Me duele mi cabeza
Te me vienes para acá | Se me fue | Se te fue | *Me te voy |
¡Sáquese a volar!
¡Híjole! / ¡Órale! / ¡Ándale!

Estos comportamientos se consignan por la RAE a continuación:

Los pronombres átonos se combinan entre sí y forman a menudo grupos o conglomerados (se lo, me las, te los, se me
la, etc.). Estos grupos se colocan antepuestos o pospuestos al verbo en las mismas condiciones que cuando aparece
un solo pronombre: Se lo daré; Traigo esto para dárselo; Dáselo; No se lo des. El orden de los pronombres en el interior
de estos conglomerados es estricto. Obedece a las siguientes condiciones:

A. La forma se, en cualquiera de sus valores gramaticales, precede a los demás pronombres átonos
del grupo.
B. Los demás pronombres se agrupan de acuerdo con la escala 2.ª > 1.ª > 3.ª. Es decir, los
pronombres de segunda persona preceden a los de primera, y estos a los de tercera.
C. Los pronombres de dativo preceden a los de acusativo, salvo que ninguno de los dos distinga
morfológicamente estos casos.
D. Los pronombres átonos reflexivos preceden a los no reflexivos. A estos efectos se consideran
también reflexivos los que caracterizan a los verbos pronominales.
E. En presencia de los pronombres de acusativo, los de dativo adquieren la forma invariable se si
ambos presentan rasgos de tercera persona.

Las condiciones están ordenadas jerárquicamente, de modo que cada una de ellas tiene preferencia sobre las
siguientes. De acuerdo con A, se rechazan en la lengua culta secuencias como Me se cayó por Se me cayó; Te se va a
derretir el helado por Se te va a derretir el helado, que a veces se oyen en el habla popular, aunque no en todos los
países. Los conglomerados de tres pronombres átonos son más frecuentes en el español americano (especialmente
en el de México y Centroamérica) que en el europeo. Repárese en que expresiones como Se me lo llevaron respetan
A y B, puesto que se es el primer pronombre, de acuerdo con A, y me (1.ª persona) precede a lo (3.ª persona), de
acuerdo con B. (RAE, 2009: 311-312).
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -8- Elaboró: Varinia Estrada

El pronombre átono ‘se’


Este pronombre tiene usos diversos en la gramática del español. Los autores no se han puesto de acuerdo
con respecto a todas sus funciones. Sin embargo, a continuación presentamos algunas de las más
relevantes.
Pronombre ‘se’ y sus funciones principales:
- Reflexivo: Juan se mira a sí mismo en el espejo | Juan se lava los dientes | Juan se baña > a sí mismo
- Recíproco: Juan y María se besan | Ellos se aman | Ernesto y Ana se bañan > el uno al otro
- Impersonal: Por aquí se llega a Taxco | Si se estresa puede desarrollar tristeza > cualquiera
- Verbos pronominales (afectación interna): desmayarse, desplomarse, quejarse, enojarse, alegrarse, decepcionarse...
- Pasiva refleja: Se ponchan llantas gratis | Se visten niños Dios | Se compran colchones… > Vb. en 3ª plural

2.2 Pronombres demostrativos


Indican una escala distal con respecto al referente.

Los demostrativos permiten realizar divisiones en el espacio (o, más exactamente, en la distancia) que separa el
hablante del referente. […] En la interpretación clásica, los demostrativos este (y sus variantes de género y número)
denotan proximidad con el hablante; ese (y sus variantes) denotan proximidad con el oyente, y aquel (y sus variantes)
expresan lejanía respecto de ambos. Algunos análisis actuales postulan, en cambio, una oposición entre este, que
denota cercanía al hablante, y aquel, que indica lejanía. El demostrativo ese sería el elemento no marcado que puede
tomar ambos valores y que se usa en situaciones en las que la relación de proximidad no es relevante (RAE, 2009:
330).

El análisis tradicional:
- Hablante: éste, ésta, éstos, éstas >> Éste no sabe nada, Me gustan más éstas.
- Oyente: ése, ésa, ésos, ésas >> Ése tiene mucha gente, Toma ésas, son tuyas.
- Más distal: aquél, aquélla, aquéllos, aquéllas >> Vimos a aquél y nos saludó, Aquélla es de Ana.

Tenga cuidado, no confunda los pronombres demostrativos con los adjetivos determinativos
demostrativos (pertenecientes a la clase de los determinantes). La clave está en observar lo que está
alrededor, si hay un sustantivo cerca del lado derecho, se trata de un determinante, si no hay un
sustantivo, tenemos un pronombre.

Los demostrativos como clase transcategorial

Determinantes Este libro me gustó muchísimo. Esos helados son muy sabrosos. Aquella joven es mi prima menor.

Pronombres Éste me gustó muchísimo Ésos son muy sabrosos. Aquélla es mi prima menor.

Preste atención y no se confunda.


Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -9- Elaboró: Varinia Estrada

2.3 Pronombres cuantificadores


De nueva cuenta, nos encontramos con un parámetro que atraviesa distintas clases gramaticales. Más que
aprenderse listas y listas de palabras, reconozca la función del pronombre y el tipo de significado que expresa.
Si duda, acuda a un diccionario.

Es difícil proporcionar una relación exhaustiva de los cuantificadores del español, puesto que, como se verá, se trata de una
clase transversal, de límites a veces borrosos, muy heterogénea y sujeta a variaciones geográficas. El cuadro que sigue
recoge los cuantificadores fundamentales, así como sus principales características morfológicas. Todos ellos son
cuantificadores nominales, en el sentido de que funcionan como pronombres o adjetivos. No obstante, algunos presentan
variantes adverbiales.

(RAE, 2009: 356-357).

Es un ‘relajo’. Por eso una y otra vez intento caracterizar estas clases trancategoriales de acuerdo al
tipo de significados que expresan y a las clases de palabras por sus comportamientos.
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -10- Elaboró: Varinia Estrada

Los cuantificadores pertenecen a diversas clases gramaticales de palabras: algunos son siempre pronombres, como
cada uno, alguien, nadie y los neutros [alguno, algo]; otros, siempre adjetivos o determinantes, como cada, sendos.
[Otros pueden ser pronombres], como en con la aprobación de todos; Muchos dirán que te equivocas; Convencerás a
algunos; Ponme cuatro, o adjetivos: todos los presentes, muchos días, algunos libros, cuatro manzanas. […] Algunos
cuantificadores, como mucho, poco, bastante, demasiado, más, menos, cuánto, cuanto y tanto, pueden admitir esos
tres usos. Así, mucho es pronombre en ¿Falta poco tiempo o mucho?, adjetivo en Falta mucho tiempo y adverbio en
Duerme mucho (RAE, 2009: 360).

En la actualidad se acepta generalmente una división de base semántica entre dos grupos de cuantificadores: los
llamados fuertes (también universales y a veces DEFINIDOS) y los llamados débiles (o INDEFINIDOS) (RAE, 2009: 361).

Son fuertes los cuantificadores todo, cada (uno) y ambos. Estos cuantificadores comparten con los determinantes
definidos una importante propiedad semántica: los grupos sintácticos que forman se aplican a la totalidad de las
entidades a las que se refiere el sustantivo. Por el contrario, la predicación que introducen los débiles (como algún,
mucho, varios, poco o los numerales, entre otros) no se aplica más que a una parte de ese conjunto (RAE, 2009:361-
362).

– Pronombres indefinidos
Estos pronombres designan entidades cuya identidad no conocemos: cualquiera, alguien, nadie, alguno,
ninguno, pocos, bastantes, etc. Insistiré en cada caso: Más que aprender listas de palabras, reconozca la
función del pronombre: Refiere a una entidad indefinida. Por ejemplo: Nadie llegó, A la reunión fueron
bastantes, Alguien levantó la mano, Se lo dijo a cualquiera, Todos lo saben, Pocos lo saben, Muchos lo saben,
Quince lo saben.
Según el Manual de la NGLE, podemos subclasificar a los cuantificadores indefinidos de la siguiente
manera:

- existenciales (alguno, ninguno, algo, nada, alguien, nadie) expresan la existencia o inexistencia de la persona o
cosa de la que se habla;
- numerales cardinales (dos, veinte, ciento cuarenta y seis) expresan cómputos establecidos en función de la serie
de los números naturales;
- evaluativos (mucho, poco, un poco, un tanto, bastante, demasiado, unos cuantos) introducen una medida
imprecisa, superior a la unidad e inferior a la totalidad, establecida en función de una norma o una expectativa
- cualquiera (llamado de indistinción o de elección libre) se adscribe a los débiles. Aun así, la interpretación
existencial que muestra en algunos contextos (Pregúntale a cualquiera viene a significar ‘Pregúntale a alguien,
sea el que fuere’) alterna en otros contextos con propiedades e interpretaciones que parecen corresponder a los
cuantificadores fuertes: Cualquier persona tiene derecho a la vida equivale, en efecto, aproximadamente, a Todas
las personas tienen derecho a la vida (RAE, 2009)
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -11- Elaboró: Varinia Estrada

– Pronombres definidos
Todo/Todos/Todas: El pronombre neutro todo adopta la forma del masculino singular: Todo ha terminado entre
nosotros. [...] Cuando se construye en plural, el pronombre todo adquiere, al igual que otros cuantificadores, dos
valores. En el primero, todos se usa (en masculino) con el significado de ‘todas las personas’, como en Imagínate que
todos actuaran como lo haces tú (Dorfman, Muerte) (RAE, 2009: 374). En el segundo valor, el pronombre todos / todas
concuerda con algún grupo nominal introducido en el discurso previo, que constituye su antecedente: El hombre, que
a todos los animales domina, que de todos se vale, que se alimenta con los más nobles ¿temblará ante un indigno
roedor como tú? (Galdós, Episodios); Su cocina parecía una vitrina de aparatos domésticos y los usaba todos (Allende,
Eva). El singular todo / toda, en cambio, carece del primer valor y no suele aparecer en los contextos en los que ha de
recuperarse su antecedente. No se dice, por ejemplo, hablando de cierta ciudad, *En toda hay una sola farmacia, sino
En toda ella hay una sola farmacia (RAE, 2009: 374).

Ambos/as: La forma ambos posee flexión de género (ambos / ambas), pero carece de variante en singular. Admite un
uso adjetival o cuasiadjetival (transcribir ambos textos) y otro pronominal (transcribir ambos). Solo se combina con
sustantivos contables. En tanto es un cuantificador universal, designa la totalidad de un conjunto que contiene dos
elementos. Equivale, pues, a los dos, pero admite también en muchos contextos la paráfrasis cada uno de los dos
(RAE, 2009: 379).

2.4 Pronombres relativos, interrogativos y exclamativos


De nueva cuenta, estamos ante un parámetro que permea diferentes clases de palabras, por lo que debe
prestarse atención sobre la función que la palabra tiene en la oración.

Los relativos, interrogativos y exclamativos se analizan conjuntamente en las gramáticas porque presentan rasgos
léxicos y morfológicos muy similares, pero también porque en las oraciones a las que dan lugar se hace referencia a
una incógnita (o variable lógica) que corresponde al argumento, al adjunto de algún predicado o bien a un atributo.
Así, con el interrogativo qué se solicita del interlocutor que identifique el valor de la variable que corresponde al
complemento directo de lees en la pregunta ¿Qué lees? En la variante exclamativa ¡Qué lees! aparece la misma
variable, pero en este caso se expresa la sorpresa del hablante al identificar su referencia.
Por su parte, el relativo que en el libro que lees también introduce una variable, cuyo valor aporta el antecedente (en
este caso libro) del que carecen los interrogativos y los exclamativos. Estas palabras no siempre inciden directamente
sobre el verbo como argumentos o adjuntos, ya que algunas son determinantes o adverbios que modifican a otras
expresiones, como en qué ideas, cuyo precio, cuánta insensatez, cuán veloz, qué bien. Los relativos, interrogativos y
exclamativos pueden clasificarse en función de varios criterios (RAE, 2009: 406).

Desde el punto de vista semántico, los relativos, interrogativos y exclamativos pueden hacer referencia a personas
(quien, quién), cosas (lo que, qué), lugares (donde, dónde), maneras (como, cómo), tiempos (cuando, cuándo) y
cantidades o grados (cuanto, cuánto). Algunas de estas voces tienen también usos no literales, como en de donde se
deduce que…, ya que donde no denota aquí exactamente un lugar. […]

Las palabras relativas, interrogativas y exclamativas forman grupos sintácticos. Así, los segmentos de cuyo nombre, a
cuantos vecinos, detrás de los cuales o un hermano del cual son grupos relativos (§ 22.2.1) que aparecen siempre en
posición inicial y desempeñan diversas funciones. (RAE, 2009: 407)
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -12- Elaboró: Varinia Estrada

- Pronombres relativos
Permiten la introducción de una oración subordinada de relativo en una oración principal. Usualmente, los
pronombres relativos toman como referente un antecedente nominal (o una entidad fácilmente inferible en
una interacción).

Los relativos se diferencian de los interrogativos y exclamativos en que tienen antecedente. Este puede ser expreso, como
en La persona que venga me encontrará aquí, o tácito, como en Quien venga me encontrará aquí, que contiene la misma
información. […]
Las oraciones que forman los relativos suelen ejercer la función de modificadores del sustantivo antecedente, a la manera
de los adjetivos, como en la novela que estoy leyendo. (RAE, 2009: 408)

Formas pronominales de relativo: quien, que, cuanto, «ARTÍCULO + cual o que»


Ejemplos: Quienes necesiten una pluma levanten la mano, La flor que me diste es muy bonita, Trae cuanto encuentres, El
que viene caminando es mi primo, En el zaguán nos ladraron unos perros, los cuales resultaron ser muy juguetones.

- Pronombres interrogativos y exclamativos


El ‘secreto’ para no confundir pronombres con determinantes, por ejemplo, se insiste, radica en observar las
palabras que están alrededor. Los determinantes interrogativos y exclamativos introducen a un sustantivo
que refiere a una entidad (¿qué casa?, ¡qué casa!), los pronombres interrogativos y exclamativos refieren
ellos mismos a una entidad (¿qué comes?, ¡qué comes!).

Formas pronominales interrogativas y exclamativas: quién, qué, cuánto, cuál.

Ejemplos:
Interrogativos: ¿Qué comieron?, ¿Quién ganó?, ¿Cuántas fueron?, ¿Cuántos son?, ¿Qué te pasó?
Exclamativos: ¡Mira quién llegó!, ¡Cuántos son!

2.7 ¿Posesivos como pronombres?


De nueva cuenta, estamos ante un parámetro semántico transcategorial. La posesión establece una relación
‘poseedor-poseído’ a través de distintas clases gramaticales, principalmente: determinantes, adjetivos y
pronombres.
En los pronombres posesivos, la entidad poseedora está codificada en la raíz (1ª, 2ª, 3ª, singular o
plural) y la entidad poseída en la flexión (femenino, masculino, singular o plural): mío/as, tuyo/as, suyo/as,
nuestro/as. En el ámbito de la 2ª persona del plural y de la 3ª persona (singular y plural), los pronombres
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -13- Elaboró: Varinia Estrada

pueden ser sustituidos por una FP introducida por ‘de’ (de + FN): Los libros son de tu hermano >> Los libros
son suyos.

Pronombres posesivos Ejemplos


Singular mío, mía, míos, mías Ésos son míos, Ésta es mía.
1a
Plural nuestro, nuestra, nuestros, nuestras. Ésos son nuestros, Ésta es nuestra.
Singular tuyo, tuya, tuyos, tuyas Ésos son tuyos, Ésta es tuya.
2a
Plural vuestro*, suyo, suya, suyos, suyas Ésos son suyos (de ustedes), Ésta es suya (de usted).
3a Singular y plural suyo, suya, suyos, suyas Ésos son suyos (de ellos), Ésta es suya (de ellas).

Recuerde: La clase de los posesivos es transcategorial, atraviesa clases de palabras diferentes y tiene
comportamientos diferentes en cada clase de palabras. Esto ha provocado que, desde una perspectiva
sintáctica, no exista acuerdo con respecto a si los posesivos pueden o no ser pronombres. Por lo tanto,
encontrará variaciones de clasificación de acuerdo a la gramática que revise. Por ejemplo:

J. I. Hualde considera que sí existen pronombres posesivos:


Otros pronombres del español son los posesivos (el mío/la mía/los míos/las mías, el nuestro/la nuestra/los nuestros/las
nuestras, etc.), los demostrativos (éste/ésta/esto, ése/ésa/eso, aquél/aquélla/aquello), los relativos (que, quien, el cual,
cuyo, etc.), los interrogativos (qué, quién, cuándo, cómo, etc.), los indefinidos (nadie, alguien, nada, algo, etc.) y los
recíprocos y reflexivos [me, te, se, nos] (Hualde, et al., 2009: 165).

En cambio, la RAE considera que no:


Se llaman posesivos los determinantes y adjetivos que expresan posesión o pertenencia, como mi, tu, su, mío, tuyo,
suyo. Estas expresiones equivalen con frecuencia a grupos preposicionales introducidos por la preposición de. Pueden,
además, coordinarse con ellos (tuyos o de él) o sustituirlos: El perrito era de mi hija > El perrito era suyo. Los posesivos
comparten con los pronombres personales el rasgo de persona; de hecho, la forma equivalente a mi o a mío es en
muchas lenguas el genitivo del pronombre yo. También se parecen a los pronombres personales en su carácter
deíctico. Así, los posesivos mi y mío hacen referencia al que habla; tu, tuyo y, en el trato de cortesía, su, suyo y sus
variantes morfológicas, al que escucha; los de tercera persona, su, suyo, se refieren a personas, animales o cosas
distintas del hablante y del oyente. Igualmente de forma paralela a como sucede con los pronombres personales, los
posesivos pueden ser argumentos, en este caso del sustantivo al que modifican. En efecto, tanto el complemento
subrayado en el grupo nominal la construcción de la casa, como el posesivo su en su construcción (en una de las
interpretaciones de esta secuencia) denotan aquello que es construido (§ 18.3.1a). Las coincidencias con los
pronombres han llevado a veces a asimilarlos a esa clase gramatical. Sin embargo, es polémica la naturaleza categorial
de los posesivos, ya que otras de sus propiedades, […], se asemejan más a las de los adjetivos. (RAE, 2009: 343).

En este curso, consideramos que sí hay pronombres posesivos, palabras que pueden conmutarse con
frases nominales, porque permiten hacer referencia a entidades: Esa casa es mía >> Esa casa es mi casa, Esa
casa es tuya >> Esa casa es tu casa. Desde esta perspectiva, ‘tuya’ y ‘tu casa’ están en una relación
paradigmática, ambas refieren a entidades, ambas establecen una relación poseedor-poseído. Esto se puede
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -14- Elaboró: Varinia Estrada

comprobar, también, en el hecho de que, en ciertos contextos, podemos conmutarlos por estructuras
preposicionales que integran una FN: La camisa es suya >> La camisa es de Juan. Hemos visto un
comportamiento similar en el ámbito de los pronombres personales que, en algunos casos, pueden
conmutarse por frases preposicionales que integran una FN: Vimos a María >> La vimos.
Como se mencionó, la doble referencialidad ‘poseedor-poseído’ está plasmada en la estructura
morfológica del posesivo y, en efecto, es una relación que está ‘a medias tintas’ entre predicar la propiedad
de una entidad y expresar una entidad con todo y su propiedad.
Claramente, se reconoce que existen posesivos usados como adjetivos (Juan es un buen amigo mío).
Incluso, es posible comprender por qué dice la Academia que el comportamiento sintáctico de (mío, tuya,
suyos y sus variantes) se parece más al de los adjetivos. Sin embargo, restringir su dominio de expresión
únicamente a la clase de los determinantes y los adjetivos no permite capturar, justamente, el hecho de que
estas palabras pueden referir a entidades: La mía está hasta el fondo. ¿La qué? ¿Qué es ‘mía’? Este anclaje
en el contexto para la recuperación de un referente es típico del ámbito de los pronombres y de la
introducción de entidades en el discurso. Se trata, pues, de un ámbito en el que hay discusión y en el que
abunda investigación. Aquí tomaremos la postura en la que se considera que sí hay pronombres posesivos.
Sólo debía advertir que en otros lados esta opinión no es compartida. Si algún día, por algún motivo, busca
alguno de estos ‘pronombres’ en el DLE, no aparecerán consignados como pronombres, sino como adjetivos
(mío).

¿Cómo saber diferenciar entre un pronombre posesivo y un determinante posesivo?


(a) El pronombre refiere a una entidad en sí mismo. Esas libretas son mías. Los tuyos vienen en pares.
(b) El determinante introduce a un sustantivo. Esas libretas son mis libretas. Tus calcetines vienen en pares.

3. Pronominalización de frases nominales con núcleo sustantivo


Las frases sustantivas pueden pronominalizarse porque se encuentran en una relación paradigmática con los
pronombres. Esto quiere decir que pueden realizar exactamente las mismas funciones que las frases
sustantivas: referir a entidades. Por ello, pueden participar en los mismos espacios funcionales (S, OD, OI,
Morfosintaxis 1 – FFyL – UNAM -15- Elaboró: Varinia Estrada

etc). A partir de ahora, nos referiremos a los elementos que componen este paradigma simplemente como
frases nominales (FN) e integrará distintos tipos de estructuras:

FUNCIÓN EJEMPLOS PRONOMINALIZACIÓN


SUJETO Los niños cantaron ‘Las mañanitas’ >> Ellos cantaron ‘Las mañanitas’
¿Quién + verbo? Mi papá comió temprano >> Él comió temprano
OBJETO DIRECTO Los niños cantaron ‘Las mañanitas’ >> Los niños las cantaron
¿Qué + verbo? Los jóvenes levantaron las manos >> Los jóvenes las levantaron
OBJETO INDIRECTO Papa envía misiva a México >> Papa le envía misiva
¿A quién + verbo? Juana lavó los dientes a su hija >> Juana le lavó los dientes

4. Pronombres y relaciones de referencia


Los pronombres personales intervienen en relaciones de correferencia, en el sentido de que se refieren a entidades
mencionadas en el discurso: Me pidió la carta y se la di. Sin embargo, los pronombres personales de primera y segunda
persona son especiales en lo relativo a esta propiedad, ya que no remiten propiamente a un antecedente, sino que
designan deícticamente a uno de los participantes en el discurso (Yo estaba sentado y tú me mirabas). […]
El orden en que se establece habitualmente la correferencia es el que muestran los ejemplos que se acaban de
proponer; es decir, primero aparece el antecedente y luego, el pronombre o la expresión nominal que recoge su
referencia. Se habla en tal caso de construcciones anafóricas. Menos frecuentes son las catafóricas, que presentan el
orden inverso: aparece primero el pronombre y después el consecuente o subsecuente, como en Las compañeras de
trabajo que más la trataron hablaban muy bien de Teresa. Es usual en estas últimas construcciones que el pronombre
aparezca en oraciones subordinadas, sobre todo adjetivas, como la anterior, pero también adverbiales […]
Tanto el antecedente como el consecuente suelen ser un grupo nominal, pero pueden ser también un grupo verbal,
como en El que desee fumar, puede hacerlo, e incluso una oración. Así, el consecuente del pronombre lo en ¿Por qué
no intentas, si tu instrucción te lo permite, ser la secretaria de tu esposo? (Martín Gaite, Usos) es el que proporciona
la paráfrasis oracional ‘Que seas la secretaria de tu esposo’ (RAE, 2009: 309-310).

Bibliografía sugerida y referencias


BOSQUE, I. 2015. Las categorías gramaticales. Relaciones y diferencias. 2a ed. Madrid: Síntesis.
HUALDE, J. I., A. Olarrea, A. M. Escobar y C. E. Travis. 2009. “La estructura de las palabras: morfología”, en
Introducción a la lingüística hispánica. Cambridge: Cambridge University Press.
MUNGUÍA, I. 2015. Gramática de la lengua española: clases de palabras. México: Gedisa/UAM-I.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y Asociación de Academias de la Lengua Española. 2009. Nueva gramática de la lengua
española. Manual. Madrid: Espasa.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y Asociación de Academias de la Lengua Española. 2010. Nueva gramática de la lengua
española. Madrid: Espasa.

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