La Vida Victoriosa-1
La Vida Victoriosa-1
La Vida Victoriosa-1
Victoriosa
© 1998 The Soka Gakkai
Editado por la Soka Gakkai Internacional de Venezuela
con autorización de la SGI-USA.
Quedan todos los derechos reservados.
Décima edición en Venezuela, marzo de 2017
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S e c c i ó n 1
La vida victoriosa
C
ada uno de nosotros posee el potencial alcanzar una
vida victoriosa. Dentro de nosotros yace la habilidad
de vivir con coraje, de tener relaciones satisfactorias, de
gozar de buena salud y prosperidad, de sentir y mostrar amor
compasivo hacia otros, y el poder de enfrentar y superar
nuestras dificultades más profundas.
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Aunque la palabra buda evoca imágenes de una persona
particular de la historia o quizás alguien nombrado en algún
curso de religiones mundiales que hemos tomado, también es
una descripción del estado más elevado de vida que podemos
lograr. Buda quiere decir “el iluminado" y el Buda histórico
(conocido por el nombre de Sakyamuni o Sidarta Gautama)
descubrió que todos los seres humanos tienen el potencial para
la iluminación o “budeidad" en las profundidades de sus vidas.
Se podría comparar a un rosal en el invierno: las flores están
en estado latente aunque sabemos que el arbusto contiene el
potencial para florecer.
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No sólo realizamos nuestros deseos mientras cambiamos
mediante la práctica budista, sino que la misma búsqueda de
dichos deseos, por nuestra práctica, es como combustible para
un cohete: nos impulsa hacia nuestra iluminación.
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S e c c i ó n 2
La práctica
E
xisten tres fundamentos al aplicar el budismo: la fe, la
práctica y el estudio. Son los ingredientes principales
de la fórmula para desarrollar nuestra innata condición
iluminada o budeidad. Todos los tres son esenciales. Mediante
esta fórmula, experimentaremos una prueba real de nuestra
transformación, tanto en forma de beneficio conspicuo como
beneficio inconspicuo. La fórmula es universal. Estos principios
básicos son los mismos en todo país donde se practica este
budismo.
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concreta. La práctica del budismo de Nichiren Daishonin se
compone de dos partes: practicar para nosotros mismos y
practicar para otros. El practicar para nosotros mismos es
principalmente entonar Nam Miojo Rengue Kio. Cada mañana y
cada noche, los creyentes participan en un ritual que, junto con
entonar Nam Miojo Rengue Kio, incluye recitar dos capítulos
importantes del Sutra del Loto. Dichos capítulos explican que
cada individuo contiene el potencial de lograr la iluminación
y que la vida en sí es eterna. A este ceremonial se le ha
referido tradicionalmente como gonguio (literalmente, "práctica
asidua"). Practicar para otros consiste en tomar acción, basada
en el amor compasivo, para ayudar a proveer a otros el medio
- entonar Nam Miojo Rengue Kio - para que logren mejoras
fundamentales en sus vidas. El desarrollo de nuestro amor
compasivo, por medio de la práctica para los demás, también
es un beneficio directo para nosotros mismos.
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el Sutra del Loto. Al ayudar a crear la comprensión y la
confianza, los materiales de estudio nos brindan aliento vital
‑ especialmente en los momentos críticos.
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RENGUE: Literalmente, la "flor del loto" que produce la semilla
y florece a la vez. Esto representa la simultaneidad de causa
y efecto. Creamos causas mediante nuestros pensamientos,
palabras y acciones. Con cada causa que hacemos, un efecto
se registra simultáneamente en las profundidades de la vida,
y los efectos se manifiestan cuando nos encontramos con las
circunstancias correctas en nuestro ambiente. La vida misma
es una serie de causas y efectos simultáneos sinfín. El entonar
Nam Miojo Rengue Kio es la causa más profunda que podemos
hacer para lograr el efecto que deseamos.
Durante los ochenta años desde que este budismo ha llegado a ser
accesible globalmente, mediante los empeños de la Soka Gakkai,
millones de personas han entonado daimoku (Nam Miojo Rengue
Kio en forma repetida) por todo problema y meta concebible,
desde las crisis de salud o económicas más graves a los asuntos
más apremiantes del espíritu o la sociedad. Cuando entonamos la
Ley Mística, contrario a la mayoría de las religiones occidentales,
no rezamos a una divinidad externa investida de características
humanas como el juzgar. Nuestras oraciones se comunican con
las profundidades de nuestro ser cuando entonamos el sonido
de la Ley Mística.
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Esta ley universal es imparcial, y una oración no vale más
que otra. La única cuestión es si podemos crear valor en
nuestras vidas y ayudar a otros a hacer lo mismo. Como
enseña el Daishonin, alcanzamos la iluminación mediante
una transformación continua que sucede en lo más profundo
de nuestra existencia, a la vez que buscamos cumplir nuestros
deseos y resolver nuestros conflictos.
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manifestar diferentes condiciones de vida, que aparecen cuando
entramos en contacto con diversos estímulos externos. Por
ejemplo, tal vez alguien sea bastante apacible, pero otra persona
puede decirle algo que provoque una manifestación de ira.
Este ataque de furia estaba inactivo hasta que fue provocado
por el entorno. Para que surja nuestro potencial de condición
vital más alta, nuestra budeidad, también se requiere de un
estímulo externo. Cuando desarrollamos nuestra convicción,
llegaremos a ver que el Gojonzon es el estímulo externo más
positivo y que el entonar Nam Miojo Rengue Kio al mismo,
es la causa interna que activará el estado latente de budeidad
en nuestras vidas.
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El objetivo final de la SGI es contribuir a establecer un mundo
pacífico donde toda la gente experimente la felicidad. Podemos
ampliar nuestra vida y experimentar una condición de vida
más fuerte al intentar ayudar a otros. Este estilo de vida,
basado en el amor compasivo, contribuye a que fortalezcamos
nuestra propia naturaleza de buda. Es la interacción altruista
con la gente en nuestras vidas diarias que nos ayuda a crecer
y desarrollar nuestro potencial inherente de Iluminación.
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S e c c i ó n 3
El proceso
L
a naturaleza de Buda no es sólo un sentimiento feliz ni
una dicha existencial. Es un estado de vida real basado
en la Ley Mística del universo. No necesitamos entender
exactamente cómo funciona esta Ley Mística antes de poder
usarla para nuestro beneficio. Las leyes de la naturaleza no
requieren ni que las comprendamos ni que creamos en ellas.
Aunque no podemos ver la ley de gravedad, podemos atestiguar
que existe. La ley de la vida (la Ley Mística), que es la que el
budismo postula, es demasiado profunda para ser totalmente
elucidada aquí. No obstante, a continuación se pueden explicar
unos cuantos conceptos básico.
La eternidad de la vida
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Un ejemplo sería cuando estamos enfadados y decimos algo
que no queríamos decir a aquellos con quienes estamos muy
unidos. En tales momentos, la condición de ira es más poderosa
que nuestra naturaleza. Sin embargo, cuando practicamos
el budismo, podemos establecer la budeidad como nuestra
condición de vida básica y afrontar nuestras circunstancias
llenos de sabiduría y benevolencia.
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LA IRA ‑ En este estado, emerge una conciencia del yo, pero
es un yo egoísta, avaro, desvirtuado, determinado a ganar
a los demás a toda costa y que percibe todo como una
amenaza posible a sí mismo. En este estado, sólo nos estimamos
a nosotros mismos y tendemos a despreciar a otros. Estamos
firmemente aferrados a la idea de nuestra propia superioridad
y no podemos soportar admitir que alguien nos supere en algo.
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En estos seis mundos inferiores basamos toda nuestra felicidad,
realmente nuestra identidad, sobre los aspectos externos.
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comprendemos que toda felicidad que disfrutamos únicamente
nosotros es parcial y por eso nos dedicamos a aliviar el
sufrimiento de otros. Los que están en este estado encuentran
que su mayor satisfacción proviene del comportamiento altruista.
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Este principio se expresa como la posesión mutua de los diez
mundos: el concepto de que cada uno de los diez mundos posee
en sí mismo los nueve restantes. Por ejemplo, una persona que
experimenta ahora el estado de Infierno, puede, en el siguiente
momento, o permanecer en este estado de Infierno o manifestar
cualquiera de los otros nueve mundos. La implicación vital de
este principio es que toda gente, en cualquiera de los estados
de vida, tiene la capacidad siempre presente de manifestar la
budeidad. Y de igual importancia, la budeidad se encuentra
dentro de la realidad de nuestras vidas en los otros nueve
mundos, no en algún otro lugar.
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establecemos la budeidad como nuestra tendencia vital básica,
seguiremos experimentando los momentos de júbilo y tristeza
de los nueve mundos. Sin embargo, no nos dominarán y no nos
definiremos en términos de ellos. Basándonos en la tendencia
vital de la budeidad, nuestros nueve mundos se armonizarán y
funcionarán para beneficio de nosotros mismos y de aquellos
a nuestro alrededor.
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Esta idea conlleva importantes repercusiones. Primero, y como
ya mencionamos anteriormente, no hace falta que busquemos
la Iluminación en un lugar particular. Dondequiera que
estemos, bajo cualquier circunstancia, podemos hacer surgir
nuestra budeidad innata mediante nuestra práctica budista,
transformando así nuestra experiencia del medio ambiente en la
tierra del Buda. Este es un acto de libertad porque nos libramos
del dominio de las circunstancias. Por ejemplo, si elevamos
nuestra condición de vida suficientemente, no seremos
aplastados por la adversidad, sino que podremos disponer de
fuerza y sabiduría y usarla de una manera constructiva para
nuestro propio desarrollo.
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S e c c i ó n 4
Las raíces
E
l budismo es una de las religiones más antiguas del
mundo. El meollo del budismo es la búsqueda de la
comprensión de la vida y de ayudar a la gente a superar
sus sufrimientos básicos. El budismo de Nichiren Daishonin
traza sus orígenes a las enseñanzas de Sakyamuni, quien se
dice vivió hace unos 2.500 años aproximadamente.
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Sakyamuni según el orden en que las expuso, la naturaleza de
la doctrina particular enseñada en cada sutra, y el método de su
exposición. Al clasificar las doctrinas de esta manera, T’ien‑t’ai
aclaró que todos los sutras eran medios de prepararación para
la enseñanza suprema, el Sutra del Loto.
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Después de que falleció Nichiren Daishonin, su discípulo
más cercano, Nikko, mantuvo vivo el espíritu verdadero del
budismo. Durante los próximos seis siglos, un grupo religioso
relativamente pequeño preservó el budismo del Daishonin hasta
principios del siglo XX.
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Sin embargo, el presidente Makiguchi rehusó violar el espíritu
del budismo del Daishonin. En 1943, por resistir el mandato
del gobierno, Makiguchi y Toda, junto con otros líderes de la
Soka Kyoiku Gakkai, fueron arrestados y encarcelados como
"criminales ideológicos".
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Daisaku Ikeda se ha dedicado constantemente a cumplir las
visiones que el presidente Toda compartió con él en los ámbitos
de la paz, la cultura y la educación, basadas en las doctrinas del
Daishonin. Mediante sus recorridos internacionales empezando
en 1960, el presidente Ikeda ha contribuido en gran parte a
que el budismo se convierta en una religión verdaderamente
mundial. En 1975 se formó la Soka Gakkai Internacional y hoy
en día, más de 13 millones de personas practican el budismo
de Nichiren Daishonin en 192 países y territorios bajo los
auspicios de la SGI.
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como Zhou Enlai, Corazón Aquino, Mijail Gorbachov y
Nelson Mandela, intercambiando ideas sobre cómo crear la
paz mundial y un mejor entendimiento entre la gente, y sobre
muchos otros temas. Se le han otorgado muchos galardones y
reconocimientos de universidades y países de todo el mundo
por sus esfuerzos en fomentar la paz.
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En el centro de este movimiento mundial están las reuniones
de diálogo. Estas reuniones de vecindario, donde la gente
comparte sus experiencias, donde se dan aliento el uno al
otro, donde se estudia el budismo en grupo, son la piedra
angular de la SGI. Son foros en que cualquier persona puede
hablar libremente, hacer preguntas o simplemente estar allí y
observar. Las reuniones se convocan con regularidad en casas
o en los centros comunitarios de la SGI. Las actividades son
ambientes cálidos y se da la bienvenida a todo el mundo para
asistir y participar.
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Para mayor información sobre el
Budismo de Nichiren Daishonin:
SGIV 4ta. Avenida con 4ta. Transversal de Los Palos Grandes.
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