Las Tres Partes de La Iglesia (Del Maestro) Parte 2

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Capítulo 35

Las tres partes de la iglesia


(Parte 2)
PARTE I: EL FUNDAMENTO DE LA IGLESIA
El Plan De Dios Arruinado: La Rebelión
A. SATANÁS: EL MAL EN SU CORAZÓN
Satanás, en la forma de una serpiente, aparece ahora en escena. Es sabio en los caminos del
mal y hay un propósito maligno en su corazón. ¿De dónde vino? ¿Por qué estaba allí? ¿Qué
pretendía hacer? Volvámonos a las Escrituras en busca de nuestras respuestas.
La Biblia utiliza a veces situaciones y personas terrenales para enseñarnos lecciones sobre
las cosas celestiales y espirituales.
1. Trabaja A Través Del Hombre
El Profeta Ezequiel nos habla acerca de un cierto Rey de Tiro que era muy inicuo. El control
de Satanás sobre tal rey era tan completo, que el relato revela un sorprendente cuadro del
mismo Satanás.
“Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén,
en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura…los primores de
tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú,
querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en
medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el
día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus
contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste…Se enalteció tu corazón a causa de
tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra”
(Ezequiel 28:12-17).
La misma clase de cuadro es demostrado por el Profeta Isaías. Con palabras poderosas,
revela el mal carácter del inicuo Rey de Babilonia. De nuevo, el profeta nos muestra el cuadro
perverso de Satanás cuando obra en un hombre.
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que
debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto
a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los
lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas
tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo” (Isaías 14:12-15).
Cinco veces se opone Satanás a la “voluntad de Dios” a través de “su propia voluntad”.
2. Creado Con Voluntad Libre
Tal parece que Satanás y todos los demás seres angelicales, fueron creados con una
voluntad libre para amar, honrar, adorar y servir a Dios. Como hemos dicho, crear seres con
libertad de elección implica un gran riesgo. Existe el peligro de la rebelión. Tales seres tienen
el derecho de hacer elecciones equivocadas.
Los resultados de esas elecciones equivocadas pueden ser trágicos. Rechazar el amor, la
verdad y la bondad de Dios, es cosechar los resultados del odio, la mentira y la maldad.
Rechazar una cosa significa elegir la otra. Es igual que cuando arrojamos una moneda al aire,
caerá de un lado o de otro. Desgraciadamente, Satanás hizo la elección equivocada.

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Capítulo 35

Las Escrituras en Ezequiel e Isaías parecen mostrar que Satanás había sido creado por Dios
para un propósito alto y noble. Era perfecto en su belleza y sabiduría. Se le había dado gran
poder y autoridad.
El relato de Ezequiel nos da a entender que Satanás era el director del coro en el cielo. Él
poseía cualidades musicales para dirigir las alabanzas a Dios. Parece que Satanás
gobernaba las huestes celestiales.
Los querubines en el libro de Apocalipsis están relacionados con la adoración celestial. Es
posible que Satanás en algún momento no sólo gobernara las huestes del cielo, sino que
también las guiara a la hora de adorar a Dios. Su deber y responsabilidad era guardar la
voluntad y palabras santas de Dios, además de honrarle en todas las formas. Parece que era
el “supervisor” de las huestes celestiales.
3. Cegado Por El Orgullo
Debido a su belleza y posición, el orgullo entró en el corazón de Satanás. Pablo lo utiliza
como ejemplo cuando advierte a los “supervisores” de la Iglesia Primitiva sobre el orgullo.
“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible…no un neófito, no sea que
envaneciéndose caiga en la condenación del diablo” (1ª Timoteo 3:2,6).
El orgullo y el deseo de poder se convirtieron en la causa de su caída. Encontró más placer
en su propia belleza que en la gloria de Dios. Se ensalzó a sus propios ojos, y buscó el honor
y el poder que sólo pertenecen a Dios.
Satanás deseaba la adoración del cielo y la autoridad del trono de Dios. Y estuvo dispuesto a
rebelarse contra el Dios Altísimo a fin de conseguirlas. Desgraciadamente, un gran número de
miembros del ejército celestial se unieron a Satanás en su rebelión (2ª Pedro 2:4; Judas 6).
Uno se pregunta por qué Satanás y su ejército pensaron que podrían tener éxito en su
rebelión contra Dios. Las Escrituras incluso dicen que estaba “lleno de sabiduría”.
Hemos visto que hay una “ceguera” en el orgullo. Cuando centramos todo en nosotros
mismos, es difícil “ver” más allá de nosotros mismos. El engaño es creer que algo está bien
cuando está mal, que es bueno cuando es malo.
Con el orgullo viene el engaño. Satanás estaba verdaderamente engañado. Él hizo algo que
se encontraba claramente condenado al fracaso. Pensó que realmente iba a ganar.
4. Duda Y Desobediencia
Nadie había desobedecido antes a Dios. Su poder y autoridad nunca habían sido puestas a
prueba. Los resultados de la rebelión nunca habían sido vistos. La muerte era desconocida.
Además, esta era la primera vez en que los poderes del mal y del bien entraban en conflicto
los unos con los otros. La batalla de los siglos estaba a punto de comenzar.
A diferencia de Dios, Satanás no era “omnisciente”: conocedor de todo. Como ser creado,
todo lo que tenía que seguir era la palabra de Dios. Con el orgullo viene el engaño, y con el
engaño la duda. Satanás empezó a dudar de la Palabra de Dios, y como resultado decidió
desobedecerla.
Los eslabones de la cadena del mal se pueden ver ahora claramente: ORGULLO, ENGAÑO,
DUDA, DESOBEDIENCIA. El último eslabón era desconocido e imprevisto, era el eslabón de
la “MUERTE”. “…y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:15).
5. Dios Sabía Todo

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Una visión panorámica de las Escrituras, parece mostrar que Dios eligió realizar Su propósito
en la creación a través de las criaturas de libre voluntad. Los ángeles y posteriormente los
hombres, fueron creados con libertad para elegir.
Como hemos dicho antes, esto implicaba un gran riesgo. Existía el peligro de hacer
elecciones equivocadas y de que a éstas siguieran consecuencias malas. Dios previó esa
posibilidad, pero descansó en Su conocimiento de que al final:
a. EL BIEN vencería al MAL
b. EL AMOR vencería al ODIO
c. LA LUZ vencería a la OSCURIDAD
d. LA VERDAD vencería a la MENTIRA
e. LO JUSTO vencería a lo INJUSTO
Además, estas cualidades nobles del carácter de Dios, se expresarían a través de los que
eligieran amarlo, honrarlo y obedecerlo.
En el cielo todo esto se realizaría a través de los ángeles que eligieran permanecer leales a
su Creador.
En la tierra se realizaría a través de una familia real de hijos e hijas amados.
El “Primogénito” de esa familia, sería el Señor Jesús mismo.
6. Expulsados Del Cielo
Es posible que Satanás estuviera celoso del amor, el honor y la adoración que era dada a
Dios por el ejército celestial. La rebelión de Satanás fue un intento para apoderarse del lugar
de Dios y recibir la adoración que le pertenecía a Él.
¿Recuerda cómo el diablo le ofreció a Jesús los reinos de este mundo en un intento por
conseguir que Jesús le adorara en el desierto? (Lucas 4:5-8). Este incidente nos muestra que
el diablo deseaba la adoración que solo le pertenece a Dios.
Al oponerse a Dios, Satanás trazó las líneas de batalla para el conflicto secular entre el bien y
el mal.
Como sabemos por las Escrituras ya citadas, Satanás no logró obtener la victoria en el cielo.
Él y su ejército de ángeles fueron expulsados. Lo que perdieron en el cielo, sin embargo, más
tarde intentaron ganarlo en la tierra en el jardín del Edén.
7. Eva Es Engañada
Dios creó al primer hombre y a la primera mujer, y les dijo que dominaran la tierra, y la
llenaran con una familia de hijos amorosos que le fueran leales a Dios.
Por lo tanto, a esta tierra y a esta familia vino ahora Satanás. La batalla que empezó en el
cielo, ahora continúa en la nueva creación de Dios: la tierra. Satanás intenta arrebatar la
herencia espiritual a la primera familia terrenal, tentándola para que cometa el mismo pecado
que produjo su caída de las alturas celestiales: El orgullo y la rebelión.
Viene a ellos en la forma de una serpiente sabia y hermosa. No puede vencerlos porque han
recibido autoridad sobre todas las criaturas de la tierra.
Sólo tiene una manera de alcanzarlos con su mal propósito: El engaño. Podemos ver por qué
Jesús se refirió a Satanás de la siguiente manera: “…el diablo…ha sido homicida desde el

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principio, y no ha permanecido en el la verdad, porque no hay verdad en él…porque es


mentiroso, y padre de mentira” (Juan 8:44).
El Apóstol Pablo se refiere a este engaño en su segunda carta a la iglesia de Corinto.
Escuche sus palabras de advertencia:
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean
de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2ª Corintios 11:3).
Satanás utilizó el “árbol del conocimiento” (la mente del hombre) como su forma de alcanzar
sus vidas. Recuerde que Dios les había dicho que no comieran de ese único árbol.
Escuchemos otra vez Sus palabras de advertencia:
“Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres,
ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17).
a. La Cadena De Maldad De Satanás. Satanás empieza ahora a formar su cadena de
maldad: Orgullo, Engaño, Duda, Desobediencia, Muerte. Estudiemos cada eslabón de la
cadena, tal como se encuentra en el mismo registro:
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol
del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No
comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer:
No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno
para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría;
y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como ella”
(Génesis 3:1-6).
Satanás les dijo que el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal no era algo que
debiera temerse, sino que en verdad había que desearlo. En lugar de morir como Dios había
dicho, realmente empezarían a vivir. De hecho, llegarían a ser como Dios, y podían decidir lo
que era bueno y malo, correcto o equivocado, por sí mismos. No necesitaban que Dios
dirigiera sus vidas. Podrían conocerse a sí mismos, ser ellos mismos y llegar a ser lo mejor; y
todo por sí mismos. Luego, el reino, el poder y la gloria serían suyos solamente. Si Dios
realmente los hubiera amado, se los habría dicho.
Es fácil ver cómo Satanás primero sembró las semillas del orgullo y del deseo egoísta.
Después, los engañó haciéndoles dudar de Dios. Los llevó a dudar de Su Palabra, de Su
Amor y de Su Poder y Autoridad. Su duda los llevó a la desobediencia, y ésta, los condujo a la
muerte.
B. El HOMBRE: DESOBEDECIÓ Y PERDIÓ TODO
Al intentar hallar su vida separado de Dios, el hombre perdió todo. Desgraciadamente, la
mentira funcionó tanto en la tierra como en el cielo. Al creer las mentiras de Satanás, la mujer
desobedeció y cayó bajo el juicio que Dios había prometido. Aunque Adán no fue engañado,
él también escogió pecar, y por ello, se sometió al gobierno de Satanás.
Sin la imagen de Dios el dominio fue perdido “…Cetro de equidad es el cetro de tu reino”
(Hebreos 1:8).

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Satanás se apresuró a tomar el cetro, el cayado real del reino, en su propia mano. La
autoridad que había sido dada al hombre, ahora fue tomada por Satanás. El hombre se
encontró bajo la autoridad del reino de la oscuridad y la muerte.
Tal parecía como si hubiera comenzado una tragedia sin fin. El hombre perdió muchas cosas
importantes como resultado de su pecado y desobediencia:
1. Perdió su relación como hijo amado.
2. Perdió su cobertura divina y la autoridad dada por Dios.
3. Perdió la belleza de la imagen de Dios en su vida.
4. Perdió su destino en el propósito divino de Dios.
5. Perdió su propia vida: espíritu, alma y cuerpo.
Al parecer, el plan divino de Dios había sido arruinado antes de empezar siquiera. ¡Cómo
debe haberse regocijado Satanás en esta derrota del santo propósito de Dios! Satanás creyó
que la batalla perdida en el cielo había sido ganada en la tierra.
Ahora era el príncipe de este mundo. Mientras él gobernara la tierra, la gloria y el poder del
Hijo de Dios, nunca reinarían en los corazones de los hombres.
Sin embargo, había un aspecto del carácter de Dios del que Satanás no sabía nada en
absoluto: Su Gracia. Satanás no conocía la fuerza del amor de Dios, lo lejos que sería capaz
de llegar para que el hombre pudiera ser salvado y restaurado.
Estaremos estudiando cuidadosamente el gran plan de salvación de Dios, ya que, en él, está
la esperanza de la restauración del hombre, la recuperación de sus pérdidas.

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