Requisitos Entrega 3
Requisitos Entrega 3
Requisitos Entrega 3
Entrega 2:
Objetivo: Analizar la tecnología que una empresa está usando en una actividad concreta y
compararla con el estado de la técnica al nivel geográfico que se defina (regional, nacional o
internacional).
Con ello se identifican las principales exigencias, necesidades, debilidades y fortalezas de una
empresa.
Basándose en las tecnologías que posee la empresa, habrá que tener en cuenta las tecnologías
que se consideran prioritarias y las que representan un nivel de apoyo para la obtención final
de los productos y servicios, teniendo en cuenta lo anterior pueden dividirse en Tecnologías de
Núcleo o centrales y Tecnologías de Apoyo.
Las Tecnologías de núcleo son aquellas que son inherentes al objetivo de la empresa y en las
cuales se basa la fabricación de los productos y la prestación de los servicios que la identifican.
Finalmente, las Tecnologías de Apoyo son aquellas que no intervienen de forma directa en los
objetivos principales de la empresa, pero que son necesarias para el desempeño general de las
funciones de la empresa, como podrían ser por ejemplo: herramientas informáticas CAD, ERP…
u otro tipo de instrumentos como por ejemplo de pruebas y ensayos.
Las tecnologías clave son aquellas que sustentan la competitividad de la empresa, aquellas que
permitan a la empresa resaltar con respecto a sus competidores.
Por otro lado, las tecnologías básicas son aquellas que abarcan las competencias mínimas que
hay que tener para desempeñar el propio oficio. Éstas las poseen todos los competidores y,
aunque estas tecnologías no permiten marcar diferencias, la empresa debe mantenerlas en un
nivel de excelencia comparable al de los mejores entre ellos.
Otra posible diferenciación en el caso de ser tecnologías muy recientes, serían las tecnologías
incipientes que están en una etapa inicial pero ya han demostrado un gran potencial para el
futuro y las tecnologías emergentes que estando en un estado inicial su potencial se
desconoce.
Clasificación de los productos:
La definición y clasificación de los productos es una tarea muy personal y depende totalmente
de cada empresa. Para la realización de esta tarea es muy útil la utilización por ejemplo de
mapas de procesos e incluso el catálogo comercial de productos y servicios.
Una herramienta muy útil es la realización de una matriz en cuyos ejes se muestren por un
lado las tecnologías y en el otro los productos, de tal forma que conozcamos cuáles y cuántas
de nuestras tecnologías influyen en cada producto y lo que es más importante, cuáles de esas
tecnologías son diferenciadoras y comprobar que nuestro producto también lo es. Podría
servir a su vez para tratar de implicar tecnologías ya existentes que nos están dando muy
buenos resultados en nuestros productos para tratar de mejorarlos.
Los niveles tecnológicos definen la capacidad de diferenciación para la empresa que dicha
tecnología le aporta. En este sentido se podrían establecer 3 niveles de tecnologías: baja,
media y alta.
El nivel bajo de tecnología sería para aquellas que hemos englobado anteriormente en el
grupo de las tecnologías básicas, es decir, aquellas que no permiten marcar las diferencias.
El nivel medio de tecnología sería para aquellas que están englobadas entre las Tecnologías
clave y por tanto los métodos y equipos son superiores a los de la competencia pero sin
embargo algunos procesos productivos presentan gran similitud con los de la competencia lo
que conlleva a una similitud en la consecución de los productos.
El nivel alto de tecnología sería para aquellas que están englobadas entre las Tecnologías clave
y los métodos y equipos utilizados son diferentes en su totalidad, a los de la competencia,
durante la ejecución de los procesos productivos y ofrecen por tanto una alta calidad a los
productos.
En primer lugar, es importante escoger las empresas con las que nos vamos a comparar de
manera adecuada. En la elección se deben tener en cuenta que debemos ser similares en
parámetros como: cercanía geográfica, capacidades tecnológicas actuales y proyección
tecnológica a futuro.
Benchmarking:
Es el término en inglés por el cual nos referimos a una técnica de gestión empresarial que basa
la mejora de la empresa en la comparación de los niveles de eficiencia propios con estándares
externos.
La realización de estos análisis para conocer la situación que ocupa unido al conocimiento del
mercado donde opera permite el diseño de una estrategia tecnológica y empresarial que
permite la mejora continua, a base de identificar oportunidades de innovación e ir adaptando
el negocio con el fin de tratar de lograr posiciones de liderazgo, alcanzar niveles de excelencia
y conseguir los resultados de rentabilidad deseados.
- Fuerte. La empresa es líder tecnológico, muy conocida por su creatividad y por el potencial
de su equipo humano. Acostumbra a ser la primera en introducir innovaciones. Los
competidores la imitan con un cierto retraso.
- Mediana. Capaz de mantener la competitividad tecnológica. Tiene algún punto fuerte como,
por ejemplo, ser líder tecnológico en algún espacio específico del sector.
- Débil. Incapaz de tener iniciativas tecnológicas propias. Va permanentemente detrás de sus
competidores, intentando alcanzarlos sin resultado.
Matriz Diferenciación-Madurez:
Una opción es realizar una matriz relacionando los niveles de diferenciación de las tecnologías
con respecto al grado de madurez de las mismas (Embrionaria, Emergente, Evolutiva, Madura
o En declive). De esta forma, aparte de ver el nivel de diferenciación actual de la empresa,
podemos prever el nivel de diferenciación que tendremos en los próximos años, dependiendo
de si las tecnologías que nos diferencian están ya maduras o en declive o si por el contrario
están emergiendo.
Matriz Competitividad-Madurez:
Otra opción es realizar una matriz relacionando la posición tecnológica competitiva (líder,
fuerte, sostenible o débil) frente a la madurez de la tecnología. Gracias a esta matriz podemos
comprobar si la gestión de las tecnologías es equilibrada y existe una coherencia en la
asignación de recursos (es decir, no dar un gran apoyo económico a tecnologías en las que
somos débiles y además están en declive. Habrá que apoyar tecnologías en las que nuestra
posición es de liderazgo o muy fuerte y que estén en fase evolutiva y se puede estudiar en el
caso de las tecnologías en fase embrionaria).
Se podría plantear a su vez una matriz que relacione el valor esperado (o beneficio esperado)
en función de la probabilidad de éxito de esas tecnologías. De esta forma podremos analizar si
estamos destinando recursos a tecnologías con pocas probabilidades de éxito o aunque éstas
sean altas pero que no esperamos que nos proporcionen grandes beneficios.
Otra alternativa, sería enfrentar el impacto de la I+D en la posición competitiva (es decir, en el
caso de un proyecto que resulta exitoso, si éste aumentará la competitividad de la empresa)
con mercado (si es conocido o no). De esta forma se puede ver si los objetivos de la empresa
se centran en abrir nuevos mercados o en aumentar su competitividad.