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Firma del tratado de libre comercio y surgimiento del movimiento zapatista
El presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari firmó el TLCAN el 18 de
diciembre de 1992. Así, los tres países lo firmaron el 19 de diciembre de 1992 y entró en vigor a partir del 1 de enero de 1994. Al firmarse el TLCAN se planteó un plazo de 15 años para la eliminación total de las barreras aduaneras entre los tres países. Además, se acordó que debían ser retiradas las restricciones existentes al comercio de varios productos, incluyendo vehículos de motor y sus refacciones, computadoras, textiles y la agricultura. El tratado también protege los derechos de propiedad intelectual, es decir, patentes, derechos de autor, marcas comerciales, etc. Se destacó la eliminación de las restricciones de inversión entre los tres países. Medidas relacionadas con la protección de los trabajadores y el medio ambiente se añadieron más tarde como resultado de acuerdos complementarios. El TLCAN se creó con la idea de que Norteamérica desarrollara un poder económico similar al de Asia y la Unión Europea. Algunos argumentan que el tratado benefició a la economía mexicana, pero otros sostienen que gracias al TLCAN aumentaron en el país azteca la pobreza, el desempleo y la inmigración. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se nación en 1983 como un grupo guerrillero compuesto por indígenas y campesinos de la región sur del país. El movimiento tenía como objetivo resistir las injusticias sociales y el abandono histórico de las comunidades indígenas. El mismo día que entra en vigor el tratado, un grupo de indígenas armados ocupó varias cabeceras municipales en Chiapas y emitió la Primera Declaración de la Selva Lacandona, denunciando la explotación de los pueblos indígenas, la creciente desigualdad derivada de la globalización neoliberal y cuestionando el sistema político mexicano sobre sus promesas de modernidad. Creación de CONACULTA El 7 de diciembre de 1988, por decreto presidencial, fue creado el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). Un órgano administrativo que ejerce las atribuciones que en materia de conservación, promoción y difusión de la cultura y las artes corresponden a la SEP. La SEP transfirió al CONACULTA unidades administrativas, personal, infraestructura, material, documentos y recursos anteriormente adscritos a la Subsecretaría de Cultura, la cual quedó disuelta. CONACULTA integraba y/o dirigía algunas de las siguientes administraciones y proyectos: Dirección General de Instituto Nacional de Bellas Bibliotecas Artes y Literatura (INBA) Instituto Nacional de Fondo de Cultura Económica Antropología e Historia (INAH) (FCE) Instituto Mexicano de Comisión Nacional para la Cinematografía Preservación del Patrimonio Fondo Nacional para la Cultura y Cultural las Artes (FONCA) Biblioteca de México Los objetivos generales del CONACULTA son proteger y difundir el patrimonio cultural, así como promover el estímulo y la creatividad artística. Para ello se vale de programas de impulso, conservación, actualización, difusión de valores artísticos y crea condiciones para promover becas y estímulos de alto nivel, además, apoya directamente la realización de proyectos culturales. Establece sistemas de estímulos que incluyen la premiación y la difusión de obras; fomenta una situación de igualdad para favorecer la creación en todo el país; crea talleres y centros regionales de cultura, e intenta reestructurar la educación artística. El gobierno de Salinas buscó fortalecer la identidad nacional a través de la valorización de las tradiciones y el patrimonio cultural. Se promovieron eventos y celebraciones que resaltaban la historia y las tradiciones mexicanas, como el Día de Muertos y la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. Algunos de los proyectos más destacados durante el sexenio de Salinas de Gortari incluyen: Creación del Fondo de Fomento al Cine (FONCINE) y se fortaleció el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Hablar de González Iñárritu Importantes inversiones en la conservación y restauración de sitios arqueológicos y monumentos históricos, como la Zona Arqueológica de Teotihuacán Se inauguró el Museo Nacional de Antropología, y el Palacio de Bellas Artes se consolidó como referentes culturales, mientras que nuevas instituciones como el Centro Nacional de las Artes (CENART) ampliaron la oferta cultural del país. A pesar de los logros, las políticas culturales de este sexenio recibieron críticas y desafíos: Se criticó la centralización de las decisiones culturales y la falta de participación de las comunidades locales. Se argumentó que muchas de las políticas culturales se diseñaron desde una perspectiva centralista, sin considerar las particularidades regionales y locales. Algunos señalaron que la promoción y el fomento a la creación artística se enfocó en la comercialización, dejando de lado expresiones culturales menos rentables pero igualmente valiosas. Se cuestionó si las políticas culturales realmente beneficiaban a todos los sectores de la sociedad o si favorecían a una élite cultural y económica. A pesar de los esfuerzos por democratizar el acceso a la cultura, persistieron desigualdades en la distribución de recursos y oportunidades. Las zonas rurales y las comunidades indígenas, en particular, enfrentaron mayores obstáculos para acceder a los beneficios de las políticas culturales.
La llegada de Internet a México
El apogeo de la administración de Salinas de Gortari fue exactamente en 1991, cuando Carlos Slim, el magnate de las comunicaciones, rompió barreras como empresario y con un patrimonio de 1,700 millones de dólares, se colocó en la revista Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo. La llegada de Slim a la lista de Forbes fue apenas el comienzo de su ascenso como millonario, pues sólo algunos años después, su patrimonio creció y cruzó la barrera de los 6,600 millones de dólares. Este crecimiento se dio, en gran parte, gracias a los movimientos de privatización que tanto caracterizaron a Salinas de Gortari y a su administración. Cabe mencionar que una de las privatizaciones más importantes del gobierno de Salinas fue el de Teléfonos de México (Telmex), que pasó a formar parte de Carlos Slim luego de que éste, en 1990, ganara la licitación para la privatización junto a socios como France Telecom y South Western. Los negocios de Slim también se vieron favorecidos por las políticas públicas del ayudando mayormente al grupo Carso, empresa que el magnate fundó cuando era muy joven. Actualmente, Carlos Slim, cabeza de América Móvil, Inbursa y otras compañías, tiene una fortuna de más de 103 mil millones de dólares, siendo aún al día de hoy uno de los hombres más ricos de México y Latinoamérica.
