Tema 8 Evau Hde
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A comienzos del siglo XX se mantenía el sistema político de la Restauración que, basado en una
monarquía liberal no democrática y en la Constitución de 1876, había funcionado gracias al
pacto entre los grandes partidos dinásticos, Conservador y Liberal, para alternarse
pacíficamente en el gobierno. Cuando Alfonso XII accedió al trono, los partidos dinásticos tras la
muerte de sus dos grandes líderes estaban inmersos en una profunda crisis, aunque eligieron
nuevos dirigentes: Antonio Maura (conservador) y José Canalejas (liberal). El gobierno aprobó
la ley de jurisdicciones para que los delitos contra el ejército y la patria fusen juzgados por
tribunales militares. Antonio Maura formo su primer gobierno con el fin de regenerar el país,
modernizar sus instituciones y democratizar el sistema político de la Restauración. Maura
presentó su programa como la “revolución desde arriba” ya que pretendía llevar a cabo
reformas capaces de convertir al pueblo en protagonista del cambio democrático. Hubo varias
reformas como: la ley electoral para eliminar el caciquismo pero no lo consigue, la reforma de
la Administración local, la ley de represión al terrorismo y medidas sociales como el Instituto
Nacional de Previsión, el descanso dominical y la legalización de las huelgas. Tras el desastre
de 1898, convirtieron a Marruecos en el eje de la política exterior durante el primer tercia del
siglo XX. Para ello, España y Francia fijaron sus áreas de influencia en la Conferencia de Algeciras,
correspondiéndole a España el Rif. La reacción social por la guerra marroquí provocó una huelga
general y posteriormente se vivió la Semana Trágica de Barcelona por la movilización de
reservistas. El gobierno declaro el estado de guerra y reprimió con dureza la revuelta, entre ellas
el fusilamiento de Francisco Ferrer Guardia que levantó una oleada de protestas por toda
Europa. La dura represión provoca la caída de Maura y el nuevo jefe de gobierno fue Canalejas,
comprometido con la regeneración del sistema político y con una progresiva democratización
social. Las reformas estuvieron centradas en la cuestión religiosa y en el proyecto de
Mancomunidades. En este sentido se aprobó la ley de candado que limitaba el establecimiento
de nuevas órdenes religiosas en España, las reformas sociales destinadas a mejorar las
condiciones de la clase trabajadora, la ley de reclutamiento que establecía el servicio militar
obligatorio en caso de guerra, la ley de mancomunidades y el protectorado en Marruecos. No
obstante, Canalejas fue asesinado en un atentado anarquista. Con el paso del tiempo, el
republicanismo constituyo la oposición más importante a la monarquía en las primeras décadas
del siglo XX y representaba la aspiración de intelectuales y sectores de las clases medias de
democratizar el país. Las corrientes internas fueron: el republicanismo reformista que
representaba Salmerón, Melquiades Álvarez y el republicanismo radical liderado por Lerroux y
Vicente Blasco Ibáñez. Esas divisiones internas en Unión Republicana terminaron por dividir de
nuevo el republicanismo en: Partido radical (Lerroux) y Partido Reformista (Melquiades). El
nacionalismo catalán fue la mayor relevancia en las primeras décadas del siglo XX. Estuvo
controlado por la Lliga Regionalista liderada por Prat de la Riba y Francesc Cambó, apoyados
por la burguesía y sectores liberales. Su apoyo a los partidos del turno rompió la unidad del
partido y el sector más de izquierdas formó el Centre Nacionalista Republicà. Tras la ley de
jurisdicciones se crea Solidaritat Catalana que tuvo un éxito espectacular, aunque el mayor éxito
del catalanismo fue la Mancomunitat de Catalunya. Tras la muerte de Sabino Arana se dividió
el Partido Nacionalista Vasco en: sector radical e independentista y en sector moderado, liberal
y posibilista. Otros nacionalismos ponen de manifiesto la necesidad de regenerar sus regiones,
acabar con el anarquismo y el fraude electoral (andaluz, gallego y valenciano). Para finalizar, el
movimiento obrero de comienzos del siglo XX era poco numeroso, pero al paso que aumentaba
la industrialización, necesito organizaciones para defender sus derechos laborales. Hacia la
década de 1920 se estableció un sindicalismo de masas, que se dividió en dos corrientes: la
anarquista y la socialista. En el anarquismo convivían dos tendencias enfrentadas: los
partidarios de la estrategia terrorista y los partidarios de la defensa sindical. Esta influencia caló
en Barcelona, donde las distintas tendencias obreras formaron el sindicato Solidaridad Obrera.
A partir de aquí, y con el apoyo de las asociaciones sindicato anarquistas, se fundó la
Confederación Nacional del Trabajo. Para finalizar, el PSOE a principios del siglo XX era una
organización política reducida, de crecimiento lento que cambio cuando Pablo Iglesias aceptó
colaborar con el republicanismo en la lucha por la democratización del régimen sin renunciar a
la revolución social, frente a la rama sindical como la Unión General de Trabajadores. En 1910
Pablo Iglesias se convierte en el primer diputado de la historia.
Antes este clima de tensiones sociales y políticas, el sistema de la Restauración fue incapaz de
dar respuesta a los conflictos más urgentes. El gobierno pretendía modernizar el ejército
reduciendo el número excesivo de oficiales, el conflicto surgió cuando exigieron el
establecimiento de la escala cerrada, es decir, que los ascensos fuesen por rigurosa antigüedad.
El descontento se vio reflejado en la formación de Juntas de Defensa, que se extendieron a todo
el ejército. A los objetivos profesionales y económicos se añadía el deseo de autonomía
corporativa frente al favoritismo de los políticos y presentaron el Manifiesto De las Juntas al
gobierno en forma de ultimátum. Por otro lado, ante la suspensión de las garantías
constitucionales y el cierre de las Cortes decretado por el gobierno conservador de Dato, se
convocó a todos los senadores y diputados españoles a una Asamblea de Parlamentarios.
Además, la huelga general estalló en agosto, pero su seguimiento fue escaso ya que solo se
produjeron incidentes en los centros industriales. Durante 1917 y 1918 se constituyeron
gobiernos de concentración en los que participaban las distintas facciones en que se habían
dividido tanto el Partido Conservador como el Liberal, e incluso regionalistas de la Lliga. Estos
gobiernos despertaron ciertas esperanzas de renovación del sistema político, pero resultaron
fallidas. Posteriormente, se suceden gobiernos cada vez más débiles porque fracasan los
gobiernos de concentración y se vuelve al bipartidismo. Entre 1918 y 1923 se suceden 13
gobiernos diferentes hasta el golpe de Primo de Rivera. Los partidos no dinásticos tampoco
atravesaban por su mejor momento. El Partido Socialista experimento un relativo crecimiento
debido a su alianza con los republicanos, pero el triunfo de la Revolución bolchevique en Rusia
y la fundación de la III Internacional en 1919 dividieron el partido. Una minoría radical, favorable
al ingreso en la III Internacional, fundó el Partido Comunista de España. Los republicanos
quedaron debilitados por sus divisiones internas y en Cataluña la Lliga produjo su división por el
fracaso de la campaña autonomista. Los jóvenes nacionalistas más radicales fundaron Acción
Catalana y el nacionalismo vasco se vio en una profunda crisis que provoco la división del sector
radical y los moderados. Más adelante, en Andalucía, los campesinos intensificaron sus
movilizaciones a partir de 1918, dando lugar al llamado Trienio Bolchevique (huelgas,
ocupaciones de tierras…). No obstante la UGT y CNT canalizan las demandas obreras. Pero el
momento más crítico de los conflictos sociales se alcanzó en Barcelona con la huelga en la
Canadiense y se acordó con el gobierno una jornada laboral de ocho horas, un aumento de
salarios y la readmisión de los despedidos. Sin embargo, el conflicto derivo a una auténtica
guerra social cuando la patronal se niega a la liberación de los detenidos. Esta actitud derivo en
sangrientos enfrentamientos entre pistoleros y el cierre de fábricas. Más aun, el Gobierno
aprueba la ley de fugas donde se permite matar a los detenidos que intentan huir. Pero la crisis
más grave se produjo en Marruecos cuando el gobierno decide someter el protectorado. En
consecuencia, Abd el-Krim, el jefe de los rifeños, derrota a las tropas españolas en el
denominado “desastre de Annual” donde hubo 8.000 soldados españoles muertos. Por último,
la tragedia de Annual tuvo graves consecuencias como: el malestar económico, político y social,
además del Expediente Picasso, donde los socialistas contaron con la izquierda republicana para
su campaña de denuncia contra el régimen y atribuyeron al rey la culpa del desastre.