Illia El Proyecto Que No Fue

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Illia y un

proyecto de país
aún pendiente
Su política fue de corte nacionalista y
esto se vio reflejado en la cancelación
de contratos con empresas
extranjeras (contratos de concesión
petrolera),en su profundo compromiso con la educación pública (puesta en marcha del
Plan Nacional de Alfabetización y el aumentos progresivos de las partidas
presupuestarias para educación) y en su permanente compromiso democrático (con la
habilitación de la participación política de los partidos políticos proscriptos).

pero repasemos como empezó la historia….


GOLPE DE ESTADO DE 1962

En las elecciones generales de 1962


triunfaron los candidatos peronistas en 10 de
las 14 gobernaciones, entre ellas, la de Buenos
Aires, hecho que resultó intolerable para los
militares. De nada sirvió la anulación de los
comicios decretada por Frondizi, ni las
intervenciones a las provincias en las que el
peronismo había triunfado. El 17 de marzo de
1962, las tres armas piden el alejamiento de
Frondizi. El 29 de marzo las fuerzas golpistas
anuncian al país que el Presidente de la
Republica ha sido depuesto por las Fuerzas Armadas.

De acuerdo con la Ley de Acefalia, y al no haber


vicepresidente (había renunciado con anterioridad), el
presidente provisional del Senado, José María Guido, jura
ante la Corte Suprema y asume como presidente de la
República. Un nuevo golpe de Estado se había consumado en
la Argentina.

A poco de asumir José María Guido fijó la fecha de


nuevas elecciones presidenciales para octubre de 1963.
Pronto se sancionó un nuevo estatuto para los partidos
políticos. En él se proscribía al peronismo, “a todo partido
totalitario, o que pidiese el retorno de Perón”. Otro decreto
prohibió toda propaganda peronista. Durante el gobierno de
Guido, los ministros de Economía, primero Pinedo y luego
Alsogaray, impusieron planes de austeridad.
En el mes de setiembre se
produjo el enfrentamiento armado
de dos grupos del ejército, los
“azules” y los “colorados”. Ambas
fracciones de las FFAA se declaraban
anticomunistas, occidentales y
cristianas, pero tenían objetivos
distintos.
La base de la oposición entre
azules y colorados se hallaba en su
concepción respecto del peronismo.
Ambos sectores eran anti-peronistas
pero en distinta forma. Para los colorados, el peronismo era considerado un movimiento
de clase sectario y violento que podría dar lugar al comunismo. Por el contrario, los
azules consideraban que, a pesar de sus excesos y de sus abusos, el peronismo era una
fuerza nacional y cristiana que había permitido a la clase obrera no volcarse hacia el
comunismo.

Para los colorados, así como para numerosos


argentinos de clase media, el obrerismo de Perón era
de naturaleza subversiva. Y como salida política
pretendían una dictadura militar que pudiera eliminar
todo vestigio de peronismo.
El sector de los azules, proponía en cambio un
nuevo “ensayo” constitucional que integrara a los
peronistas detrás de la figura de un líder militar. En
abril de 1963, luego de una violenta proclama
revolucionaria, firmada por el general Menéndez, los
“colorados” se levantaron contra el gobierno de Guido.
Luego de varios días de combate, en los que hubo
varias víctimas, los efectivos “azules”, conducidos por
el general, Juan Carlos Onganía, arrestaron a los jefes
colorados.
El comunicado Nº 200, elaborado por los
vencedores, prometía a la sociedad “respetar el libre
juego de las agrupaciones políticas, mientras se
encuadren dentro de las normas legales”. Ello
significaba que se realizarían elecciones, pero con la
proscripción del peronismo. Los azules planteaban que era necesario incorporar al
peronismo a la política, sin Perón.
Con el peronismo proscripto, la elección presidencial se disputó entre los candidatos
de la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), Arturo Illia, apoyado por la fracción
colorada de las FFAA, y los de la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), Oscar Alende.
La novedad en los comicios era la Unión del Pueblo Argentino (UDELPA), partido
conservador antiperonista, cuyo candidato era el ex presidente de facto, Eugenio
Aramburu. Illia triunfó el 7 de julio de 1963 con el 25,2 % de los votos, pero el segundo
lugar lo ocuparon los votos en blanco, un 21,3%, que en gran parte provenían de
peronistas.
¿Cuál era el clima que se vivía cuándo Illia llegó a la presidencia?

Cuando Arturo asumió como presidente (1963-


1966), su declaración jurada consistió en un plazo fijo,
un auto y su casa en Cruz del Eje. Su vivienda había
sido regalada por vecinos, pacientes y amigos. Al dejar
el poder, sólo le quedaba la casa, cuatro trajes y otras
prendas de uso personal.
“Esta es la hora de la reparación nacional, a la que
todos tenemos algo que aportar. Esta es la hora de la
gran revolución democrática, la única que el pueblo
quiere y espera; pacífica”.
Su primer acto de gobierno consistió en eliminar las
restricciones que pesaban sobre el peronismo. Desde
la Revolución Libertadora las manifestaciones de ese partido estaban prohibidas
sin embargo, cinco días luego de que Illia asumiera el gobierno se realizó un
acto conmemorativo por el 17 de octubre en Plaza Miserere sin limitación alguna.
De la misma manera se levantaron las restricciones electorales, habilitando la
participación del peronismo en los comicios legislativos del año 1965. También
se levantó la prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se
promulgaron penalidades a la discriminación y violencia racial.

Ley del salario mínimo, vital y móvil

El 15 de junio de 1964 se publica en el Boletín


Oficial la Ley del salario mínimo, vital y móvil,
previa a la constitución del Consejo del Salario,
integrado por representantes del Gobierno, los
empresarios y los sindicatos. Entre los objetivos del
proyecto figuraban la necesidad de "evitar la
explotación de los trabajadores en aquellos
sectores en los cuales puede existir un exceso de
mano de obra", "asegurar un ingreso mínimo
adecuado" y "mejorar los salarios de los
trabajadores más pobres".
Con los mismos objetivos, se promovió la Ley de Abastecimiento, destinada
a controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de
jubilaciones y pensiones.

La política petrolera

Arturo Frondizi había iniciado en su gobierno una política de explotación


petrolera basada en la concesión de los yacimientos a empresas privadas
reservando a la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) la
actividad de exploración y la compra de la producción a las empresas
concesionarias.
El 12 de octubre de 1963 y, en su
discurso inaugural, Illia anunció que “Los
contratos que fueron suscritos a espaldas
de la ley y de los intereses económicos del
país serán anulados”. De esta manera se
comprometió a anular los contratos de
concesión. El 15 de noviembre de 1963
Illia firmó los Decretos que anulaban
dichos contratos. En su mayor parte, se
trataba de concesiones a compañías
estadounidenses. Ello generó conflictos en
la relación bilateral con los Estados Unidos
y en el plano interno. En cuando al ámbito
local, sectores económicos dominantes
manifestaron su disconformidad. Ambos elementos contribuyeron al clima
destituyente que fue aumentando hasta derivar en un anunciado golpe de estado
en junio de 1966.

La Educación

Illia tuvo que gobernar sin mayorías en el


Congreso. Por ello, haber logrado la sanción
de una ley de Presupuesto y que en ella se
destinara el 23% a la educación, merece toda
consideración. Dichos fondos no sólo
estuvieron presupuestados, sino que llegaron
al destino previsto.
Se dispuso también por aquellos años un
Plan Nacional de Alfabetización, lo que
destaca la preocupación del Presidente por el
progreso del pueblo de la Nación. Llegaron a
funcionar 12.500 centros especiales, que
albergaron a 350.000 alumnos de entre 18 y
85 años También fueron de su preocupación las escuelas técnicas y las rurales,
muchas de las cuales empezaron a contar con sus propios comedores para
aquellos chicos que necesitaban más apoyo del Estado. Durante su gestión de
gobierno, la educación tuvo un peso significativo en el Presupuesto Nacional. En
el año 1963, su participación era del 12%, en el año 1964, del 17%, en el año
1965, del 23%.
La Ley de medicamentos

En materia de salud, la ley de


medicamentos estableció que los
medicamentos, al tener clientes cautivos,
no eran productos comerciales sino
bienes sociales que debían ser regulados.
Buscaba la tutela de los derechos de
los más desprotegidos.
Se establecía asi una política de precios y
de control de medicamentos, congelando los precios a los vigentes a fines de
1963, fijando límites para los gastos de propaganda, fijaba además la obligación
para las empresas de presentar mediante declaración jurada un análisis de
costos y a formalizar todos los contratos de regalías existentes.
Esta ley surge, a partir de un estudio realizado por una comisión creada por
el Presidente Illia sobre 300.000 muestras de medicamentos. Muchos de estos
medicamentos no eran fabricados con la fórmula declarada por el laboratorio y
su precio excedía en un 1000% al costo de producción. Partidarios, opositores y
observadores imparciales coincidieron en que esta política tuvo un peso decisivo
en el proceso político que culminara con el derrocamiento del presidente a manos
de un golpe militar.

Política económica

En cuanto a política
económica destacamos el gran
impulso dado a la industrialización,
reflejada en el gran aumento del
PBI (interno e industrial) entre los
años 63 y 65, la disminución de la
deuda pública y el ordenamiento
general del sector.
Para facilitar esto y hacer más
eficiente el rol del Estado, llevo
adelante controles y de esta
manera crea la Sindicatura de Empresas del Estado, para un control más fuerte
de las empresas públicas.
Las buenas cosechas y una mejora en la balanza de pagos, permitieron el
aumento de salarios y un estímulo a la demanda.
El derrocamiento
El golpe de Estado del 28 de junio de
1966 que derrocó al gobierno
constitucional, obedeció a varias causas:
el posible retorno al poder del peronismo,
su enfrentamiento con los capitales
petroleros y las empresas multinacionales
farmacéuticas, la extraordinaria campaña
de acción psicológica a través de todos los
medios de comunicación ( que lo
presentaban con un líder lento, inútil,
indeciso, tortuga, hombre senil,
manipulable ) y la presión de los mandos
militares, inspirados en la Doctrina de la
Seguridad Nacional.
Además hay que destacar que el
golpe fue posible fundamentalmente en
virtud del pacto o alianza militar-sindical
peronista. ¿Porqué pacto? Porque todo
pacto incluye una contraprestación entre las partes intervinientes, y dicho pacto
se concretó en la escalada de violencia gremial que se corporizó en el plan de
lucha con toma de fábricas decretado por la CGT y ejecutado con precisión
cronométrica y finalizó con la entrega por parte del gobierno dictatorial de
Onganía (entregando el manejo del sistema de las obras sociales a los sindicatos
peronistas).

La trama oculta del poder mediático

Ya en el golpe contra Yrigoyen los medios de


comunicación masiva cumplieron un rol importante:
montaron campañas contra el gobierno y llegaron a
poner en duda la salud mental del presidente
Yrigoyen.
Cuando el 28 de junio de 1966 fue derrocado
el gobierno democrático del presidente radical,
Arturo Illia, no existían ni la TV por cable, ni la
satelital, ni los email ni las redes sociales. La
comunicación, en la Argentina, se basaba en los
diarios y radios tradicionales, y en cuatro canales de
televisión. La campaña se expresó a través de
múltiples canales orientados hacia distintos
segmentos del público. Debemos tener en cuenta
que un mismo mensaje no afecta a todos sus destinatarios por igual. De esta
forma, a través de la multiplicación de los canales, se intentaba abarcar el mayor
espectro posible de voluntades.
El objetivo final de la campaña de persuasión
era dar una imagen de legitimidad y generar un
consenso de aprobación al golpe.
Para ello se recurrió a lo que llamamos
"efecto espejismo". Los periodistas, jefes de
redacción y editores cumplieron un rol
fundamental. Ellos creaban e interpretaban las
noticias. Eran quienes decidian que es y que no
es noticia. Las noticias encierran, por lo tanto,
la subjetividad de sus valores, sus creencias,
expectativas y prejuicios, así como los intereses
políticos y económicos.
La gente duda en pronunciarse en favor de
las opiniones que los medios presentan y
tienden a permanecer en silencio. De este
modo, esas mayorías silenciosas (por temor o
desinterés) fueron hábilmente unificadas… "si
nadie se opone a la toma del poder, eso implica que todos están en favor del
nuevo gobierno". Fue sobre esta falsa unanimidad que, en los primeros meses
de la llamada "Revolución Argentina", se pretendió construir una imagen de
consenso y legitimidad de origen.
La campaña estaba dirigida también a conquistar la opinión de los grupos
"neutrales", o no comprometidos, a partir de la destrucción de los pilares del
prestigio del gobierno, e imponiendo la idea de la irreversibilidad del golpe de
Estado. Primera Plana fue una revista creada en noviembre de 1962 a pedido
de un grupo de coroneles azules para apoyar a la facción que había triunfado en
los recientes enfrentamientos en el Ejército, y apoyar la figura del General
Ongania como nuevo líder

Las caricaturas

Las caricaturas sirven para fijar imágenes. Frente al humor, el receptor del
mensaje relaja su guardia y acepta muchas de las premisas implícitas en él. Aún
hoy se recuerda la imagen de la tortuga con la que se identificó a Illia, además
era dibujado con un aire cansino, echado sobre un sillón, y, siempre, con una de
las palomas de Plaza de Mayo sobre su cabeza.
Enfatizaban en aquellos temas sobre los que presionaba la crítica:
ingenuidad, lentitud, incapacidad, inmovilismo, irrealidad y anacronismo. Esto
último estaba íntimamente ligado a la reiterada acusación de ser indiferente ante
el avance de la infiltración comunista. Illia también aparecía indiferente ante la
posibilidad de un golpe de Estado. Es la imagen repetida de "estar en el aire",
creando la sensación que el presidente vivía en una Argentina irreal.
Las campañas no hacen un golpe de Estado. Lo acompañan, generan
imágenes, ayudan a crear la sensación de inevitabilidad, una sensación de
consenso. Nada más. A la hora de ponerse en marcha este nuevo golpe cívico-
militar fue central definir una campaña mediática basada en algunos ejes tales
como a) emergencia de un sector “moderno” del ejército que estaba ansioso por
tecnificar el país b) la decadencia del sistema de partidos; c) la inviabilidad de
los “viejos” modelos radical y peronista; d) la senectud y lentitud del presidente
Illia.
Los periodistas Mariano Grondona, Bernardo Neustadt y Mariano
Montemayor, desde sus columnas editoriales, contribuyeron, como parte
integrante del poder mediático, a la campaña de prensa sobre la base de
coincidentes mensajes críticos contra el gobierno de Illia. En estas críticas se
proponía la idealización mesiánica de los militares azules como hombres de
orden y poder. En tal sentido los periodistas apostaron a una alianza entre
ejército, sindicato y empresarios, dirigida a retomar un proceso de crecimiento
económico exponencial que sin partidos, asegurara el destino de grandeza
largamente postergado.”

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