Actividad APDH 2022

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Actividad APDH 2022

1, Para realizar la actividad lean Carta abierta de a la Junta militar y La


Sociedad Rural… (lo resaltado en negritas) y reflexionen sobre las
características del terrorismo de Estado teniendo en cuenta cada postura.
2. caractericen las leyes de punto final y obediencia de vida

CARTA ABIERTA A LA JUNTA MILITAR- Rodolfo Walsh


1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi
casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que
murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma
de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y
periodista durante casi treinta años. El primer aniversario de esta Junta Militar
ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos
oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen
como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban
parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política
represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para
nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el
mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso
democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y
agravaron. Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo
legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las
elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie
como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de
ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo. Invirtiendo ese camino
han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías
derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al
pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse
transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos,
amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido
la sociedad argentina.
2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas
de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror. Colmadas las
cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del
país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez,
abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los
procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte
a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin
límite y el fusilamiento sin juicio. Más de siete mil recursos de hábeas
corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de
casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se
conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose
presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su
turno secuestrados. De este modo han despojado ustedes a la tortura de su
límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de
presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aún en
las cumbres represivas de anteriores dictaduras. La falta de límite en el tiempo
ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a
épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de
las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no
dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en
vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios
junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones
contemporáneas.
2 Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la
guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura
absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener
información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para
ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle
perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.
3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es
asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares
descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates
e imaginarias tentativas de fuga. Extremistas que panfletean el campo, pintan
acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los
estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la
reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se
subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha
inmediata a las acciones guerrilleras. Setenta fusilados tras la bomba en
Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía
de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre
del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la
explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200
ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y
las fuerzas a su mando no tuvieron muertos. Depositarios de una culpa
colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la
política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos
rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros,
opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar
la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que
usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam. El remate
de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una
evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a
la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los
más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo
periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre
de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales
tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.3 Más de cien
procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato
oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la
guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva
estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo
según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del
momento. Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del
Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos
Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja
y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga
ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.4 El asesinato de Dardo Cabo,
detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete
prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general
Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos
centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus
estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como
comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta
de Gobierno.
4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto
después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que
en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por
su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.5
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las
costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la
muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la
Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal
Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y
fracturas visibles" según su autopsia. Un verdadero cementerio lacustre
descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de
Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a
los diarios que no la publicaron.6 Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires
entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el
Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto
que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de
Zamora. En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha,
presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor
guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la
Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera
Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o
el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes
presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el
árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha
perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.8 La misma
continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el
anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres,
Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se
ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y
Uruguay.9 La segura participación en esos crímenes del Departamento de
Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de
la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor,
sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station
Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que
hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera
cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército,
encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores
de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido
por esa Junta en nombre de las 3 Armas. Este cuadro de exterminio no excluye
siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio
Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos
jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado
y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro
Martínez de Hoz con monopolios internacionales. A la luz de estos episodios
cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus
jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se
realiza más allá del bien y del mal".
5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son
sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino
ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes
incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo
la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a
millones de seres humanos con la miseria planificada. En un año han
reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su
participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la
jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar,
resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los
últimos reductos coloniales. Congelando salarios a culatazos mientras
los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma
de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas,
alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%
prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las
relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando
los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos,
secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos
aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. Los resultados de esa
política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo
de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de
medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay
zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%,
cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas;
enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en
que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas
fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto
de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares,
suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de
médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el
terror, los bajos sueldos o la "racionalización". Basta andar unas horas
por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante
política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes.
Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias
monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras
convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios
militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo
contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez
de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de
gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar
"el país", han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto
bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por
habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en
solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la
inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la
fría deliberación y la cruda inepcia. Mientras todas las funciones
creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura
anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones
de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas
presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas
plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de
Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y
triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los
propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no
hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte,
único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la
cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se
aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política
económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja
oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto
de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las
automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados
personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su
gabinete. Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en
1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por
Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural
expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que
ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los
alimentos deben ser baratos". El espectáculo de una Bolsa de Comercio
donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y
el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana
duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la
especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya
calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que
venía a acabar con el "festín de los corruptos". Desnacionalizando bancos se
ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera,
indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al
Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la
Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong
Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos
hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados
oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es
la ideología que amenaza al ser nacional. Si una propaganda abrumadora,
reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la
paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante
Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de
las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la
ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría
más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de
veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán
desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la
revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto
gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin
esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al
compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en
momentos difíciles.
Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022 Buenos Aires, 24 de marzo de 1977

LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA AL PAÍS EN EL PRIMER


ANIVERSARIO DEL GOBIERNO DE LAS FUERZAS ARMADAS
“La Sociedad Rural Argentina (SRA) al País. En el primer aniversario del
gobierno de las Fuerzas Armadas (FFAA). Hoy hace un año que el país se
debatía en la más profunda crisis por la que ha atravesado su historia. La
corrupción, la falta de autoridad, el desgobierno, el crimen como medio político,
eran caracteres dominantes de la situación. En lo económico, la inflación
descontrolada y el desorden fiscal eran insostenibles. Se estaba al borde de la
cesación de pagos; en suma, el país se desintegraba. En esos momentos
todos estábamos dispuestos a dar cualquier cosa por tener garantías mínimas
de vida y de bienes, por volver a respirar aire puro. Fue en tan graves
circunstancias que las Fuerzas Armadas tomaron las riendas del país con
patriótico empeño, para evitar la desarticulación total. Su advenimiento al
gobierno fue apoyado por todos. En aquel momento nadie medianamente
informado creyó en la posibilidad de revertir la situación en un plazo breve. Un
año después, luego de una ardua labor, varios e importantes son los
logros materializados. Quizás mayores aun de lo que nos puedan parecer
sin la suficiente perspectiva. La guerrilla apátrida y brutal, amparada en
buena medida por las anteriores autoridades, ha sufrido rudos golpes y
está en franca retirada. Ahora se dedica desde el exterior a atacar al país,
a través de la prensa izquierdista, cínicamente abusando de la calificación
de derechos humanos, que ellos jamás quisieron respetar. Sin embargo
queda mucho por hacer. Es indispensable reforzar el proceso dándole otro
ritmo, lograr definiciones y tomar decisiones que hacen al fondo del
mismo y que son necesarias para proyectar a la Nación hacia su
modernización, conforme al plan económico inicialmente enunciado.
En efecto, debemos desarmar el andamiaje creado por casi 35 años de
una lenta pero sistemática estatización socializante, que en definitiva ha
demostrado su fracaso, al empobrecernos a todos, y al no haber dado los
frutos que algunos sectores ansiosos, confundidos o equivocados,
esperaban de su aplicación. Este proceso requiere el apoyo y sacrificio de
todos los sectores, sacrificios que deben hacer no sólo los empresarios y
los obreros, sino especialmente el Estado, dando el ejemplo a través del
reordenamiento presupuestario, que ya ha comenzado, la liquidación de
las empresas estatales y el redimensionamiento de la burocracia.
Ahora no debe dominarnos la impaciencia. Volvamos nuestra memoria al 24
de marzo de 1976 y comparemos la actual situación con aquella, recordemos
etapas similares y veremos que las experiencias pasadas nos indican la
inconveniencia de actitudes demagógicas, de aperturas políticas prematuras,
que pueden entorpecer o demorar una efectiva recuperación del país en todos
los órdenes. La Sociedad Rural Argentina reitera frente a los productores y
la ciudadanía en general su apoyo a toda acción que signifique completar
el proceso iniciado el 24 de marzo de 1976, para poder lograr así los fines
propuestos, que en definitiva son los grandes objetivos nacionales”.

Publicado en los principales periódicos de Buenos Aires el 24 de marzo de 1977

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