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TEMA N°8
PROCESOS NEUROPSICOLOGICOS DEL COMPORTAMIENTO HUMANO
PROCESOS NEUROPSICOLÓGICOS.- La neuropsicología estudia las bases neuroanatomías en relación a los procesos psicológicos que son el mecanismo principal que el cerebro construye acerca de los estímulos que reciba y la interpretación del ambiente. Es por esto que es importante conocer la funcionalidad del cerebro y el sistema nervioso. EL CEREBRO Y EL SISTEMA NERVIOSO (SN) El cerebro es un órgano complejo y con un gran funcionamiento en el que podemos llevar a cabo acciones como pensar, hablar, escribir, recordar, bailar, respirar, soñar, etc., En cambio, el sistema nervioso es como una red que envía mensajes a las partes del cuerpo. Por ejemplo, si te pinchas el dedo con la punta de un alfiler, un mensaje de dolor será enviado a tu cerebro desde los nervios de la piel, éste en respuesta mandará un mensaje a los músculos de la mano, ordenando que retires el dedo de inmediato. Se encarga de percibir estímulos procedentes del mundo exterior, procesar la información y transmitir impulsos a nervios y músculos. En los seres humanos, este sistema está formado por dos partes: la médula espinal (que recorre la columna vertebral) y el encéfalo (dentro del cráneo). EL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO (SNP) Está constituido por una cadena de nervios que conectan la cabeza, el cuello y el cuerpo, estos nervios se ramifican desde la médula espinal y se extienden a todas las partes del cuerpo. El sistema nervioso está en funcionamiento todo el tiempo, incluso mientras dormimos, envía mensajes al corazón para que no deje de latir, también a los músculos de la respiración para que sigan funcionando y no nos ahoguemos y al sistema digestivo para que realice el proceso de la digestión. La corteza del cerebro (superficie externa) se divide en dos hemisferios que se encuentran separados por una fisura y unidos por el cuerpo calloso, que es la estructura encargada de transmitir la información entre ambas partes. EL HEMISFERIO IZQUIERDO Se encarga de las funciones racionales es decir la capacidad de análisis, la lógica, operaciones matemáticas, deducciones, la memoria verbal, la lectura o la escritura. Otras funciones importantes del hemisferio izquierdo incluyen: memoria a largo plazo, capacidad de concentración, capacidad de organización. EL HEMISFERIO DERECHO En cambio, el hemisferio derecho está relacionado con el control de la expresión no verbal y la interpretación de las imágenes Su forma de pensar es más creativa y menos organizada y es responsable de lo siguiente: creatividad, imaginación e intuición. De igual forma, este hemisferio ayuda a comprender el lenguaje no verbal, como los gestos, los movimientos corporales, etc. y está relacionado con el procesamiento, la regulación de emociones y la socialización. Se podría decir que el hemisferio derecho es emocional, por ejemplo, está comprobado que las personas empáticas tienen este lado del cerebro más desarrollado. Sin embargo, vale la pena aclarar que los hemisferios cerebrales trabajan de manera coordinada y en equipo, con funciones parecidas y también que cada persona es diferente y que tiene su propia forma de desarrollar uno u otro hemisferio y en algunos casos, los dos hemisferios por igual. NEUROCIENCIA DE LA AFECTIVIDAD La neurociencia afectiva examina cómo el cerebro crea respuestas emocionales. Las emociones son fenómenos psicológicos que involucran cambios en el cuerpo y cambios en la actividad del sistema nervioso. Cuando la persona experimenta impulsos emocionales y sentimientos, éstos actúan directamente sobre el cerebro y producen reacciones en el sistema límbico. Para esta función, el cerebro utiliza dos estructuras fundamentales: la amígdala y el hipotálamo AMÍGDALA Se encarga de enviar señales que repercuten sobre pensamientos, sentimientos y conductas; es considerada el “centro emocional” del cerebro, es decir, está vinculada con las emociones de placer, miedo, tristeza, angustia y otras. Un dato importante que muchas veces no se toma en cuenta es que, por las razones expuestas, la extirpación de la amígdala puede afectar en la conducta del paciente al carecer de su centro emocional. EL HIPOTÁLAMO Por otro lado, el hipotálamo se encarga de reaccionar en situaciones de peligro generando mecanismos de supervivencia realiza respuestas como mecanismos de supervivencia ante el peligro. Una manifestación de estas reacciones se puede mencionar cuando se experimenta miedo o temor, físicamente se producen cambios como la aceleración del corazón y la sudoración, pero además esta experiencia atemorizante se queda fijada en los recuerdos, los cuales son regulados por la amígdala para enfrentarlos de manera adecuada. Esta es la razón por la que los recuerdos producidos por emociones fuertes son difíciles de borrar y se almacenan por mucho más tiempo que otro tipo de recuerdos, además se manifiestan de manera más vivida, quien recuerda un momento angustioso vuelve a sentir la emoción que le volverá a provocar alegría o tristeza. NEUROTRANSMISORES ¿QUÉ SON LOS NEUROTRANSMISORES? Los neurotransmisores son aquellas sustancias químicas que genera nuestro cerebro y que cumplen la función de mensajeros. Es decir, se encargan de transmitir las señales de una neurona a otra. Estas señales se conocen como impulsos nerviosos. Dicho proceso ocurre por medio de la sinapsis. Los neurotransmisores están encargados de regular la actividad de la célula postsináptica, aumentando o disminuyendo su funcionamiento. La memoria a corto y largo plazo, la facilidad o dificultad para aprender, la capacidad de retener información y la facilidad para comprenderla, son regulados por los neurotransmisores 5.IMPORTANCIA Y CUIDADO DEL SISTEMA NERVIOSO El sistema nervioso es una parte de nuestro organismo que se encarga de controlar las funciones del cuerpo. Por ello, es vital conocer los mejores hábitos para proteger el sistema nervioso Hábito del sueño, es muy importante encontrarse en un lugar fresco, silencioso, sin estímulos visuales o auditivos que afecten el descanso. Lo recomendable es descansar siete u ocho horas diarias para evitar desórdenes de sueño y no usar dispositivos que inquieten el cerebro antes de dormir, como celulares y tablets. Actividad física, realizar ejercicio moderado o algún deporte, con regularidad y sin ser excesivo es muy buen habito para mantener el cuerpo sano, además de que aporta efectos positivos sobre nuestro estado de ánimo, nuestra energía y nuestro bienestar. Es recomendable caminar por lo menos media hora al día y si es posible evitar el uso de ascensores y optar por subir y bajar gradas, ya que esto estimula el sistema cardiovascular, que permite la correcta irrigación de sangre al cerebro. Controlar las emociones, el estrés y la sensación de preocupación son dos de los mayores enemigos del sistema nervioso, ya que afectan la salud mental. Para evitar estas consecuencias, es apropiado realizar ejercicios de relajación y meditación que nos permitan disminuir nuestros niveles de estrés. También es necesario organizar y planificar las actividades, teniendo tiempos delimitados para cada una de ellas, de esta manera se evitará la sobrecarga de actividades y por lo tanto, el estrés. Estimular el sistema nervioso, es importante aprender cosas nuevas periódicamente y salir de la rutina con pequeños ejercicios mentales como por ejemplo aprender un nuevo idioma, jugar juegos de mesa como el ajedrez, potenciar nuestras habilidades de cálculo, pintar o hacer crucigramas, entre otras muchas opciones. Es importante no sobre estimular el cerebro con juegos de videos y pantallas durante mucho tiempo. Mejorar el relacionamiento social, platicar con otras personas, expresar los sentimientos y emociones. Pasar tiempo con los seres queridos ayuda al bienestar cerebral, así como sentir y demostrar afecto, ya que esto estimula las hormonas y permite conexiones neurológicas en el cuerpo. Alimentación, es importante consumir alimentos sanos que fortalezcan y estimulen las funciones cerebrales. Una dieta rica en vitamina B, E, potasio, fósforo, magnesio, zinc y omega 3 y 6 fortalece las transmisiones neurológicas. Por ello es tan necesario incluir verduras como la espinaca, carnes, especialmente la de pescado por su alto aporte en fósforo y omega, frutos secos y zumos de fruta, así como lácteos y chocolate negro.