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Universidad para el Bienestar Benito Juarez Garcia
Licenciatura en Estudios Sociales
Lectura
Transfronteras y límites liminales
Autor
José Manuel Valenzuela Arce
Asignatura
Sociedades y culturas de fronteras
Actividad
Reporte
Docente
Lic. Maribel Salgado
Alumno
Damian Castillo Madero
Matricula
AES211067036
31 de octubre del 2024
Las fronteras, más que simples divisiones geográficas, son zonas híbridas y complejas donde convergen múltiples centralidades, desafiando las concepciones convencionales de centro y periferia. Su condición liminal las convierte en espacios de tránsito y transformación constante, en los que identidades, culturas y prácticas sociales están en continua redefinición. La fluidez de los límites fronterizos y la mutación incesante de las centralidades que coexisten en estas áreas crean una dinámica social y cultural única, donde las identidades se vuelven más fluidas y flexibles. Esto convierte a las fronteras en territorios donde confluyen diversas culturas, tradiciones y estilos de vida, dificultando la imposición de una única centralidad homogénea.
Los habitantes de estos espacios fronterizos a menudo desarrollan estrategias de
resistencia para preservar sus identidades locales, enfrentándose a las tendencias de homogeneización cultural. En esta intersección de múltiples centralidades, emergen identidades híbridas y transculturales, lo que subraya el carácter único y diverso de estos territorios, también desdibujan las líneas entre lo nacional, lo local y lo global, generando nuevas dinámicas de poder y conocimiento. Las fronteras son espacios dinámicos y en constante cambio, donde se producen procesos de hibridación cultural, resistencia y transformación social, forjando nuevas formas de identidad y comunidad. A su vez en la frontera, se crean múltiples campos de intersección cultural que agrupan elementos compartidos entre grupos con matrices culturales distintas.
Estos espacios de contacto permiten la convivencia y el intercambio entre
tradiciones, valores y prácticas diversas, dando lugar a una fusión de elementos que genera nuevas expresiones culturales. Así, la frontera se convierte en un territorio de constante negociación y reinterpretación, donde las diferencias culturales no sólo coexisten, sino que interactúan para formar un entramado común, enriquecido por la diversidad de sus participantes.
La intersección cultural vertical se refiere a relaciones de interacción cultural en
las que los vínculos entre grupos son definidos por jerarquías de poder, dominación o exclusión. En este tipo de intersección, la dinámica cultural opera en un sentido ascendente o descendente, y está caracterizada por procesos de subordinación, colonización o exclusión. Este tipo de relación se sitúa en el campo inyuntivo, donde las interacciones son marcadas por disparidades de poder que generan tensiones y asimetrías entre los grupos involucrados.
Por otro lado, la intersección cultural horizontal se da cuando los grupos
comparten elementos culturales sin que existan relaciones de dominación o subordinación. Aquí, las interacciones ocurren de manera más equitativa, sin estructuras jerárquicas ni redes institucionalizadas que impongan relaciones de poder. Este tipo de intersección se ubica en los campos conjuntivos, donde la relación entre los grupos es más simétrica y colaborativa, permitiendo un intercambio cultural más horizontal y mutuamente enriquecedor.