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UNIVERSIDAD AUTONOMA

DE NUEVO LEON

Facultad de Ingeniería Mecánica


y Eléctrica

Cultura de paz

PIA
ENSAYO

Francisco Alonso Sánchez Juárez 2148659


Patricio Cerda Lara 2143178
Rodrigo Pineda García 2082523
Joaquin alejandro balderas Villanueva 2226961
Roberto Tadeo Torres Garza 2115848
Periodo: Agosto – Diciembre 2024

M.A. Héctor Treviño Castro


22 de octubre de 2024; Ciudad Universitaria, Pedro de Alba SN, San Nicolas de los Garza
Introducción

El 26 de septiembre de 2014 marcó un punto de inflexión en la historia reciente de


México. La desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Raúl Isidro
Burgos" en Ayotzinapa, Guerrero, durante un ataque violento en Iguala, no solo
sacudió a México, sino que resonó en todo el mundo. Este suceso puso en evidencia
profundas fallas estructurales en el sistema de justicia mexicano, la colusión entre
autoridades y el crimen organizado, y el fracaso del Estado para proteger los derechos
humanos.

La tragedia de Ayotzinapa trasciende la pérdida de 43 jóvenes estudiantes.


Representa la lucha constante de las familias por la verdad, la impunidad sistemática
en México y la vulnerabilidad de aquellos que defienden causas justas en un contexto
de desigualdad y violencia. En este ensayo, se analizará este conflicto desde diversas
perspectivas: los detalles del caso, las partes involucradas, la importancia de
resolverlo, las acciones tomadas y su relación con la cultura de paz y los derechos
humanos.

Descripción del conflicto social

El caso de Ayotzinapa comenzó cuando un grupo de estudiantes de la Normal Rural


viajó a Iguala con el propósito de recaudar fondos y tomar autobuses para asistir a la
marcha conmemorativa del 2 de octubre en la Ciudad de México. Sin embargo,
durante su trayecto, fueron interceptados y atacados por policías municipales en
complicidad con un grupo del crimen organizado conocido como "Guerreros Unidos".
Este ataque resultó en la muerte de varios estudiantes, decenas de heridos y la
desaparición de 43 normalistas, cuyo paradero sigue siendo incierto.

Las partes involucradas en este conflicto son diversas y complejas. Por un lado, están
los estudiantes y sus familias, quienes desde el primer momento exigieron justicia y
verdad. Por otro lado, las autoridades locales y federales, incluidas las fuerzas de
seguridad, han sido señaladas por su participación directa o encubrimiento en los
hechos. Además, organizaciones internacionales como la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) y el Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI) han intervenido para investigar los sucesos y ofrecer apoyo
técnico.

Este conflicto tiene una relevancia excepcional, pues pone de manifiesto problemas
endémicos en México, como la impunidad, la corrupción, la violencia estatal y la falta
de protección a los derechos humanos. También revela las condiciones de
marginación y estigmatización que enfrentan las escuelas normales rurales,
instituciones que históricamente han formado a líderes sociales y docentes
comprometidos con comunidades desfavorecidas.

La importancia de la resolución

Resolver el caso de Ayotzinapa es esencial por múltiples razones. En primer lugar, la


resolución significaría un acto de justicia para las familias de los 43 estudiantes,
quienes llevan años enfrentando un duelo interminable y buscando respuestas.
Conocer la verdad sobre lo ocurrido aliviaría, al menos en parte, el sufrimiento que
estas familias han soportado.

En segundo lugar, la resolución del caso sería un paso importante hacia el


fortalecimiento del Estado de derecho en México. En un país donde la impunidad es
la norma y no la excepción, este caso podría sentar un precedente clave en la lucha
contra las desapariciones forzadas y las violaciones a los derechos humanos.

Por último, una resolución justa podría tener un impacto positivo en la sociedad
mexicana en general. No solo ayudaría a restaurar la confianza en las instituciones,
sino que también enviaría un mensaje claro de que la impunidad no será tolerada.
Este caso tiene el potencial de convertirse en un ejemplo emblemático de cómo se
puede avanzar hacia una sociedad más equitativa y pacífica.

Acciones tomadas

Desde que se reportó la desaparición de los estudiantes, se han tomado diversas


medidas para investigar y abordar el caso. En un inicio, las autoridades federales
presentaron una versión oficial conocida como la "verdad histórica". Según esta
versión, los estudiantes habrían sido entregados por la policía a integrantes de
"Guerreros Unidos", quienes los habrían asesinado y quemado en un basurero en
Cocula. Sin embargo, esta narrativa fue rápidamente desacreditada por
organizaciones internacionales y expertos independientes, quienes señalaron
inconsistencias y falta de evidencia científica.

En 2015, la CIDH creó el GIEI para investigar el caso. Este grupo concluyó que no
había pruebas suficientes para sustentar la "verdad histórica" y recomendó abrir
nuevas líneas de investigación. Desde entonces, las familias de los estudiantes, junto
con organizaciones como el Centro Prodh y Amnistía Internacional, han continuado
presionando para que se esclarezcan los hechos.

En 2018, con la llegada de un nuevo gobierno en México, se estableció la Comisión


para la Verdad y el Acceso a la Justicia en el Caso Ayotzinapa. Esta comisión ha
logrado avances significativos, incluyendo la identificación de restos de algunos
estudiantes y la apertura de procesos judiciales contra funcionarios implicados en el
encubrimiento. Sin embargo, las familias continúan exigiendo una respuesta
definitiva y el paradero de los 43 estudiantes.

Relación con la paz y los derechos humanos

El caso de Ayotzinapa está estrechamente vinculado con los valores de la cultura de


paz y los derechos humanos. Las desapariciones forzadas son una de las violaciones
más graves a los derechos humanos, ya que no solo afectan a las víctimas directas,
sino también a sus familias y comunidades.

Resolver este caso implica reconocer el derecho de las familias a la verdad, la justicia
y la reparación. También es una oportunidad para abordar las causas estructurales
que permitieron que ocurriera esta tragedia, como la corrupción, la violencia estatal y
la desigualdad.

Además, la búsqueda de justicia en Ayotzinapa refleja los principios fundamentales


de la cultura de paz, que promueve la resolución pacífica de los conflictos, la
cooperación entre las partes y el respeto por la dignidad humana. Al enfrentar este
caso con un enfoque centrado en los derechos humanos, México puede avanzar
hacia una sociedad más justa y reconciliada.

Conclusión

El caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa no es solo un episodio trágico en la


historia de México, sino un llamado urgente a enfrentar los problemas estructurales
que lo hicieron posible. Resolver este conflicto no solo es una obligación moral hacia
las víctimas y sus familias, sino también una oportunidad para construir un país
donde la justicia y la paz prevalezcan sobre la impunidad y la violencia.

La lucha por Ayotzinapa continúa siendo un símbolo de resistencia y esperanza en un


contexto de adversidad. Al atender este caso con seriedad y compromiso, México
tiene la oportunidad de honrar la memoria de los estudiantes y de avanzar hacia un
futuro más equitativo y humano.

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