Liderazgo (1285)
Liderazgo (1285)
Liderazgo (1285)
En la figura 1 puedes apreciar que las habilidades técnicas –tales como conocimientos
especializados, manejo de equipo técnico y capacidades tecnológicas– son menos imprescindibles
en el rendimiento gerencial; mientras que las habilidades humanas –socialización, confianza,
lealtad, honradez, tolerancia y cooperación, entre otras- deben ser una característica de todos los
integrantes de la organización para lograr un ensamblaje armónico en su trabajo. Mientras que las
habilidades conceptuales son un distintivo importante en el directivo de alto rendimiento y por
ello se les conoce coloquialmente como habilidades gerenciales.
Figura 1. Relación entre la estructura organizacional y las habilidades de la alta dirección (esquema basado en Reyes, 2016d).
En esta Actividad de Aprendizaje se revisarán los descriptores básicos de las habilidades directivas,
también se hará énfasis en la importancia de acrecentar, mejorar y perfeccionar dichas
habilidades, puesto que se trata de pericias humanas de tipo conceptual que toda persona bien
puede desarrollar, pero se requiere previamente de una sana actitud de querer cambiar. Al
respecto, se dice que Confucio afirmó hace más de 2000 años que: Quien no es capaz de modificar
sus propias conductas, difícilmente podrá influir en el cambio conductual de otra persona (Reyes,
2016d, transparencia 33).
Las habilidades administrativas de tipo gerencial se centran en las capacidades del individuo. Se les
denomina conceptuales porque hacen referencia a la reflexión, el análisis y la interiorización de
aspectos que le permiten al ejecutivo ejercer un pensamiento estratégico, apoyado en la
abstracción y visualización de aquellos factores situacionales que le serán relevantes para el
análisis de problemas y la toma de decisiones.
Lo interesante de estas habilidades gerenciales es que son destrezas que se pueden desarrollar,
cultivar y mejorar a través del conocimiento teórico y la práctica continua.
De la misma forma, podemos observar que no existe un patrón o perfil único que caracterice el
mejor estilo de liderazgo, esto significa que no existe una respuesta general. Lo que implica que,
no depende necesariamente de las características personales, sino de su habilidad para adaptarse
a cada caso en lo particular, y de su capacidad para ajustarse a las circunstancias y a la madurez de
los colaboradores. De aquí se desprenden dos grandes escuelas de liderazgo: liderazgo
transaccional y liderazgo transformacional. Observa detenidamente el siguiente esquema:
En términos generales las dos escuelas aportan constructos teóricos muy interesantes y de
aplicación práctica, sin embargo, el líder se decidirá por el empleo de un esquema de liderazgo
transaccional cuando le preocupen los resultados a corto y mediano plazo; mientras que, cuando
el ejecutivo busque un enfoque a largo plazo para liderar a los colaboradores, es probable que se
concentre en las propuestas del liderazgo transformacional.
En las organizaciones es común observar que los ejecutivos de los mandos medios aplican de
manera cotidiana el liderazgo transaccional, mientras que los directivos de alto nivel utilizan el
liderazgo transformacional (Reyes, 2016d). Esta es una primera decisión que tomará el gerente, al
utilizar un esquema de liderazgo dependiendo de la palanca que quiera sea activada.
Un líder puede optar por apoyarse en una u otra de las escuelas de liderazgo. Así también, existen
diversos recursos de acceso libre que te podrán apoyar para el mejor entendimiento del concepto
de liderazgo.