Rey Arturo y Los Caballeros MR
Rey Arturo y Los Caballeros MR
Rey Arturo y Los Caballeros MR
Cuenta la leyenda que el joven Rey Arturo nació en la oscuridad de la noche, bajo el
influjo de astros y profecías, en un tiempo donde los reinos luchaban por el dominio de
la tierra. Su nacimiento anunciado por prodigiosos presagios se convirtió en el fulgor
de una esperanza olvidada, pero la verdadera maravilla aguardada su revelación, la
espada en la piedra, un artefacto de poderes insondables, embebido en la roca que
aguardaba al elegido que sería capaz de extraerla y reclamar su derecho al trono.
Caballeros y nobles, dispuestos a poner su valía y destreza, se congregaron entorno a
la roca, ansiosos por intentar lo que parecía imposible, aunque ninguno lograba
arrancar la espada. Hasta que el joven Arturo un humilde escudero, pero de corazón
noble se acercó a la roca con determinación y humildad, con manos temblorosas, pero
espíritu firme, Arturo envainó la empuñadura de toda la espada y, para asombro de
todos los presentes la hoja cedió ante su toque. Arturo el joven de origen humilde, pero
de corazón noble, se alzó como el elegido, el Rey destinado a unificar a Britania bajo su
estandarte y guiarla hacia una era de grandeza y esplendor.
Así nació la mesa redonda, un símbolo de igualdad y fraternidad donde cada caballero
sin importar su linaje o fortuna tenía voz y voto en los asuntos del reino.
Los Caballeros que se congregaron en torno a la mesa redonda provenían de todos los
rincones de Britania, cada uno con su propia historia y sus propias hazañas. Entre los
que se encontraban
Sir Lancelot, el más valiente y noble de todos los caballeros, juró lealtad a Arturo y se
convirtió en su mano derecha y consejero más confiable. Era el más confiable de los
caballeros.
Sir Kay el Senescal; es hermanastro del Rey Arturo, y es uno de los primeros
caballeros en integrar la Mesa Redonda, en algunas versiones de la historia es
conocido por los escarnios dirigidos a otros caballeros. (acusaba de delitos a otros
caballeros sabiendo que eran mentira).
Sir Gawain (Gavain), el intrépido guerrero; es uno del selecto número de caballeros
que se refiere como “los más grandes”. Todo caballero que se precie debe tener una
buena espada. A este respecto, Gawain gozó del mayor de los honores: en muchas
leyendas es el portador de Excalibur, la legendaria espada del rey Arturo. También es
fácil reconocer a Gawain por ser el único caballero tan fuerte como para portar dos
escudos en su caballo. A pesar de no ser puro de corazón, siempre actuó en defensa
del débil y movido por su código de honor. Tal vez son precisamente sus
imperfecciones las que lo acercaron a un público que buscaba en los caballeros, no la
pulcritud de los héroes, sino su humanidad.
Sir Lamorak un gran caballero por derecho propio, Sir Lamorak era hermano de
Percivale según algunas leyendas. Lamorak fue uno de los Caballeros más fuertes,
feroces y brutales de la Mesa Redonda. fue uno de los tres caballeros más destacados
por sus hazañas y, a temprana edad, recibió un título en justas, en las que destacó. En
varias ocasiones diferentes, Lamorak luchó solo contra treinta caballeros, matándolos
o superándolos a todos.
Pellinore derrota al Rey Arturo tras tres justas y rompe la espada que Arturo había
sacado de la piedra. Merlín lanzó un encantamiento sobre Pellinore para salvar la vida
de Arturo. Arturo alaba las habilidades de Pellinore y pronto se convierten en amigos,
Arturo le invita a unirse a los Caballeros de la Mesa Redonda.
Juntos, Arturo y sus caballeros se enfrentarían a desafíos inimaginables forjando un
vínculo indestructible que trascendería los límites del tiempo y el espacio con la Mesa
Redonda como su bastón de honor, que resonarían a lo largo de los siglos.
Su misión era clara, defender a los indefensos, luchar contra la injusticia y mantener
viva la llama de la esperanza en un mundo azotado por la oscuridad. Desde las
neblinosas tierras de Avalon hasta las áridas llanuras de Camelot, los caballeros de
Arturo cabalgaron sin descanso, enfrentándose a peligros inimaginables y desafiando
a enemigos temibles, cada gesta, cada proeza se convertiría en una nueva página en el
legendario libro de sus hazañas, un relato de valor y sacrificio que inspiraría a
generaciones venideras.
Entre las muchas aventuras de Arturo y sus caballeros, destaca la búsqueda del Santo
Grial, el cáliz sagrado que confería la inmortalidad a quien bebiera de él. Esta búsqueda
épica llevó a los valientes guerreros a recorrer tierras lejanas y a enfrentarse a
diferentes peligros, demostrando su coraje y devoción en cada paso del camino. A
pesar de los desafíos y las adversidades, Arturo y sus caballeros permanecieron firmes
en su compromiso con la justicia y la virtud.
Sin embargo, el destino de Camelot quedó sellado por la traición de uno de sus más
leales caballeros, Lancelot, el símbolo de la caballerosidad y la valentía. El amor
prohibido entre Lancelot y la reina Ginebra, esposa de Arturo, desencadenó una serie
de eventos que sacudieron los cimientos de Camelot hasta su núcleo. La confianza
que Aturo depositaba en su amigo más cercano se desvaneció como el humo del
viento, dejando tras de sí un vacío de desesperación y desesperanza.
La traición de Lancelot desencadenó una guerra civil que amenazó con destruir todo
lo que Arturo había trabajado tan arduamente para construir. Los leales caballeros de
la mesa redonda se encontraron divididos, atrapados entre el deber hacia su rey y la
lealtad hacia su amigo caído.
La mesa redonda fue creada por Merlín, durante el reino de Uther de Mendragón, padre
del rey Arturo. Merlín utilizo las mesas de la última cena y de José de Arimatea como
modelos de la mesa redonda porque deseaba simbolizar la redondez de la tierra. Al
morir el Rey Uther, la mesa redonda pasó a manos del rey Leo Do Gran de Camelot uno
de sus aliados o reyes vasallos y padre de la princesa ginebra quien entregó la mesa.
Los caballeros Arturianos que se sentaban con el Rey Arturo en la mesa tenían una
hermandad entre caballeros, algunos héroes famosos y campeones.
Sin embargo, la mesa redonda no escapó de envidia y odio entre la hermandad, hubo
enemigos entre los caballeros de la mesa redonda, así como entre quienes no eran
miembros de la hermandad.
La mesa en la cual se reunían fue creada para no tener cabecera, lo que representaba
la igualdad entre todos los concurrentes. El fin era representar que cada caballero tenía
igual valor al rey, y por lo tanto no había cabecera, aunque era el mismo Rey Arturo esa
cabecera.