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Guía completa de Seminarios:

Equipo 1 EXCELENCIA.

1) ¿Cuál es la técnica de administración de medicamentos?


La administración de medicamentos es el procedimiento a través del cual se proporciona
un fármaco a un paciente para conseguir determinado efecto. El medicamento puede
administrarse a través de diferentes vías.

Es importante tener en cuenta que cada fármaco está preparado para ser administrado
por una vía determinada con el fin de que ejerza su acción de la forma más eficaz posible.
El médico es el encargado de recetar al paciente la dosis necesaria y el enfermero o
técnico auxiliar de enfermería será el encargado de administrar el medicamento.

Existen ocho vías distintas para administrar fármacos:

Vía oral: el medicamento se ingiere y se absorbe a través del tracto gastrointestinal. Es


la vía más utilizada y el fármaco puede tomar forma de gotas, jarabes, elixires,
comprimidos, cápsulas, pastillas, etc.

Vía sublingual: el fármaco se administra debajo de la lengua, donde debe permanecer


hasta su total disolución en la mucosa.

Vía tópica: el fármaco se administra directamente sobre la piel o las mucosas


(incluyendo genitales y ojos). Los más comunes son medicamentos dermatológicos e
instilaciones oftálmicas.

Vía parenteral: el fármaco se introduce atravesando la piel o las membranas mediante


una aguja hueca en su interior (inyección o catéter).

Vía respiratoria: el medicamento se administra a través de las vías respiratorias altas


en pequeñas dosis.

Vía rectal: el fármaco se introduce en el recto. Se utiliza cuando existen dificultades para
la administración por otras vías.

Vía vaginal: el medicamento se introduce en la vagina, a veces mediante un aplicador.

Vía percutánea o transdérmica: el fármaco o sustancia pasa a través de la piel hasta


los capilares dérmicos.
Antes de administrar el medicamento, independientemente de la vía o las técnicas
utilizadas, es necesario comprobar que es el correcto y que la dosis coincida con la tarjeta
de medicación y la hoja de medicación.

Administración de medicamentos por vía oral

En este post nos centraremos a explicar la administración de medicamentos por vía oral,
al ser la más extendida por su seguridad y por tener una buena aceptación entre los
pacientes, a nivel general. Esta vía no es recomendable, por ejemplo, a los enfermos
que estén inconscientes, pues podrían asfixiarse.

Hay muchos fármacos que se pueden administrar vía oral: gotas, jarabes, tisanas,
elixires, suspensiones, viales bebibles, comprimidos, cápsulas, píldoras, pastillas,
granulados y liofilizados.

¿Cómo se administra un fármaco vía oral?

En el siguiente vídeo os mostramos las consideraciones previas, los instrumentos


necesarios para llevarla a cabo y los pasos a seguir.

Como has visto, es importante lavarse las manos y usar guantes, explicarle al paciente
la técnica y verificar que efectivamente el paciente puede ingerirlo vía oral. El técnico en
Cuidados Auxiliares de Enfermería debe registrar el medicamento, la hora, la dosis y las
observaciones de la administración en la hoja de administración.

Importancia de la técnica de administración de medicamentos: La vía de administración


de un medicamento es la manera en que llega a nuestro cuerpo, cómo se introduce en
el organismo. Se escoge la más adecuada en función de las características del paciente
-lugar, edad y estado- y del tipo de tratamiento que requiere su dolencia.

2) ¿Cuáles son los 5 o 10 correctos?


Según los expertos, el manejo de medicamentos debe partir de lo que se conoce como
los cinco correctos: medicamento, correcto, paciente correcto, hora correcta, dosis
correcta y preparación correcta.

Los 15 correctos en administración de medicamentos

Durante la administración de un medicamento es importante tener en consideración una


serie de recomendaciones para evitar errores.

Los 15 correctos son las recomendaciones que se deben tener en cuenta al momento de
administrar cualquier fármaco para no cometer errores que pueda poner en peligro la
salud del paciente.
Los 15 correctos son:

1. Lavarse de las manos: no solamente cuando se vaya a administrar un medicamento


sino antes de realizar cualquier procedimiento que lo requiera.

2. Verificar en la historia clínica los antecedentes alérgicos del paciente.

3. Control de signos vitales: teniendo en cuenta que ciertos medicamentos pueden


alterarlo.

4. Medicamento correcto: verificar que sea el mismo medicamento en la tarjeta de


drogas, la orden médica, y en la hoja de control de medicamentos. Además de
revisar la fecha de vencimiento, efecto del fármaco en el organismo, presentación,
etc.

5. Dosis correcta: revisar en la historia clínica la dosis ordenada, tener precaución ya


que los fármacos tienen diferentes concentraciones y eso puede confundir. Por
ejemplo: ibuprofeno de 400mg y de 800mg.
6. Vía de administración correcta: verificar si el medicamento a administrar se aplica
por vía enteral, parenteral o tópica.

7. Hora correcta: revisar en la hoja de drogas la hora correspondiente a la


administración fármaco.

8. Paciente correcto: verificar nombre y número de historia clínica para cerciorarse que
sea el paciente correcto.

9. Técnica de administración correcta.

10. Velocidad de infusión correcta: en la orden médica debe estar indicada la velocidad
de infusión en caso de ser intravenoso.

11. Verificar fecha de vencimiento: esta verificación se realiza en el momento de la


dispensación del medicamento.

12. Preparar y administrar el medicamento uno mismo: lo correcto es realizar esta tarea
uno mismo por más que confiemos en el compañero(a) así nos aseguramos qué es
lo que estamos administrando.

13. Registrar el medicamento uno mismo: una vez administrado el medicamento


debemos registrar en la hoja de droga y notas de enfermería, tanto el medicamento
como la técnica y procedimiento.

14. No administrar medicamento si la orden fue verbal: quizás uno de los errores más
frecuentes en la administración de medicamento. Si el medicamento no está
ordenado por escrito entonces no se administra.

15. Educar al paciente y al familiar acerca del medicamento administrado: informarle de


la importancia de cumplir la receta médica y no automedicarse.

Equipo 2 BONDAD.

1) ¿cuantos tipos de administración de medicamentos existen?


Los fármacos se introducen en el organismo por diversas vías. Estas pueden ser:

 Administrados por la boca (vía oral).

 Inyectados en una vena (vía intravenosa, IV), en un músculo (vía intramuscular,


IM), dentro del espacio alrededor de la médula espinal (vía intratecal) o debajo de
la piel (vía subcutánea, SC).
 Colocados debajo de la lengua (vía sublingual) o entre las encías y la mejilla (vía
bucal).

 Introducidos en el recto (vía rectal) o en la vagina (vía vaginal).

 Colocados en el ojo (vía ocular) o en el oído (vía óptica).

 Vaporizados en la nariz y absorbidos por las membranas nasales (vía nasal)

 Inhalados en los pulmones, habitualmente por la boca (por inhalación) o por la


boca y la nariz (por nebulización)

 Aplicados en la piel (uso cutáneo) para un efecto local (tópico) o en todo el cuerpo
(sistémico)

 Distribuidos a través de la piel mediante un parche (transdérmico) para obtener


un efecto sistémico

 Cada vía de administración tiene objetivos específicos, ventajas y desventajas.

 (Véase también Introducción a la administración y la cinética de los fármacos.)

Vía oral:

Muchos medicamentos se pueden administrar por vía oral como líquidos, cápsulas,
tabletas o comprimidos masticables. Dado que la vía oral es la más conveniente y por lo
general la más segura y menos costosa, es la que se utiliza con mayor frecuencia. Sin
embargo, tiene limitaciones debidas al trayecto característico que debe seguir el fármaco
a lo largo del tracto digestivo. La absorción por vía oral puede comenzar en la boca y el
estómago. No obstante, habitualmente el fármaco se absorbe en las garrapatas. El
fármaco atraviesa la pared intestinal y viaja hasta el hígado antes de ser transportado
por el torrente sanguíneo hasta su diana. La pared intestinal y el hígado alteran
químicamente (metabolizan) muchos fármacos, disminuyendo la cantidad de fármaco
que llega al torrente sanguíneo. En consecuencia, estos fármacos, cuando se inyectan
por vía intravenosa, son administrados en dosis más pequeñas para producir el mismo
efecto.

Cuando se toma un fármaco por vía oral, la comida y otros fármacos que se encuentren
en el tracto digestivo pueden afectar a la cantidad y la rapidez con que se absorbe. De
este modo, algunos fármacos deben ingerirse con el estómago vacío, otros han de
tomarse con comida, otros no deben tomarse junto con ciertos fármacos y algunos
pueden estar contraindicados por vía oral.

Algunos fármacos administrados por vía oral irritan el tracto digestivo. Por ejemplo, la
aspirina (ácido acetilsalicílico) y la mayoría de los demás fármacos antiinflamatorios no
esteroideos (AINE) pueden dañar el revestimiento del estómago y del intestino delgado
y causar una úlcera o agravar una preexistente. Hay otros fármacos cuya absorción en
el tracto digestivo es limitada o irregular, o bien, son destruidos en el estómago por los
ácidos y las enzimas digestivas.

Cuando no puede utilizarse la vía oral, se requieren otras vías de administración, como
por ejemplo:

Cuando una persona no puede ingerir nada.

Cuando un medicamento se debe administrar rápidamente o en una dosis muy precisa


o muy grande.

Cuando un fármaco se absorbe mal o de forma errática en el tracto digestivo.

Vías inyectables.

La administración mediante inyección (por vía parenteral) incluye las siguientes vías de
administración:

Subcutánea (bajo la piel).

Intramuscular (en un músculo).

Intravenosa (en una vena).

Intratecal (alrededor de la médula espinal).

Un producto farmacéutico puede ser preparado o manufacturado de manera que se


prolongue su absorción desde el lugar de la inyección durante horas, días o más tiempo.
Estos productos no necesitan ser administrados con la misma frecuencia que los
fármacos de absorción más rápida.

Para la administración por vía subcutánea se inserta una aguja en el tejido adiposo (graso)
justo bajo la piel. Una vez inyectado el fármaco, este se desplaza hacia los pequeños
vasos sanguíneos (capilares) y es arrastrado por el torrente sanguíneo. Como alternativa,
un fármaco llega al torrente sanguíneo a través de los vasos linfáticos (véase la figura
Sistema linfático: una defensa contra la infección). Los fármacos de proteínas de gran
tamaño, como la insulina, suelen alcanzar el torrente sanguíneo a través de los vasos
linfáticos debido a que se mueven lentamente desde los tejidos hasta el interior de los
capilares. La vía subcutánea es la que se utiliza para la administración de muchos
fármacos proteicos, ya que si se suministraran por vía oral serían destruidos en el tracto
digestivo.

Ciertos fármacos (como los progestágenos, utilizados en el control hormonal de la


natalidad) pueden administrarse mediante la inserción de cápsulas plásticas bajo la piel
(implantación). Aunque esta vía de administración se utiliza muy poco, su principal
ventaja es proporcionar un efecto terapéutico a largo plazo (por ejemplo, el etonorgestrel,
que se implanta para la anticoncepción, puede durar hasta 3 años).

La vía intramuscular es preferida a la vía subcutánea cuando se requiere administrar


mayor volumen de un fármaco. Debido a que los músculos están a mayor profundidad,
bajo la piel y los tejidos grasos, se utiliza una aguja más larga. Los fármacos suelen
inyectarse en un músculo del antebrazo, en el muslo o en la nalga. La rapidez con que
el fármaco es absorbido en el torrente sanguíneo depende, en parte, del suministro de
sangre al músculo: cuanto menor sea el aporte de sangre, más tiempo necesitará el
fármaco para ser absorbido.

Para la administración por vía intravenosa se inserta una aguja directamente en una vena.
Así, la solución que contiene el fármaco puede administrarse en dosis individuales o por
infusión continua intravenosa (venoclisis). En la infusión intravenosa (venoclisis), la
solución se mueve por gravedad (a partir de una bolsa de plástico colapsable) o bien, lo
que es más habitual, mediante una bomba de infusión por un tubo fino flexible (catéter)
introducido en una vena, por lo general en el antebrazo. La vía intravenosa es la mejor
manera de administrar una dosis precisa en todo el organismo de modo rápido y bien
controlado. También se utiliza para la administración de soluciones irritantes que
producirían dolor o dañarían los tejidos si se utilizaran por vía subcutánea o en inyección
intramuscular. Una inyección intravenosa puede ser más difícil de administrar que una
inyección subcutánea o intramuscular, porque la inserción de una aguja o un catéter en
una vena puede resultar complicada, en especial si la persona es obesa.

Cuando un fármaco se administra por vía intravenosa se distribuye de inmediato al


torrente sanguíneo y tiende a tener un efecto más rápido que cuando se suministra por
cualquier otra vía. En consecuencia, el personal sanitario controla minuciosamente a los
pacientes que reciben una inyección intravenosa, tanto para asegurarse de la eficacia
del fármaco como para saber si causa una reacción adversa. Además, el efecto de un
fármaco administrado por esta vía suele durar menos tiempo. Por lo tanto, algunos
medicamentos deben administrarse de modo continuo mediante infusión intravenosa
(venoclisis) para mantener constante su efecto. En cuanto a la vía intratecal, se inserta
una aguja entre dos vértebras en la parte inferior de la columna vertebral y dentro del
espacio que se encuentra alrededor de la médula espinal. El
fármaco se inyecta en el conducto raquídeo. Es frecuente emplear una pequeña cantidad
de anestésico local para insensibilizar la zona de la inyección. Esta vía se utiliza cuando
es necesario que un fármaco produzca un efecto rápido o local en el cerebro, en la
médula espinal o en las membranas que los envuelven (meninges), por ejemplo para el
tratamiento de infecciones en estas estructuras. En algunos casos, los anestésicos y los
analgésicos (como la morfina) también se administran de este modo.

A través de la piel

A veces, un medicamento se administra a través de la piel, mediante una aguja


(subcutánea, intramuscular o intravenosa), por medio de un parche (vía transdérmica) o
por implantación.

Vía sublingual y oral.

Algunos fármacos se colocan bajo la lengua (vía sublingual) o entre las encías y los
dientes (vía bucal) para que puedan disolverse y ser absorbidos directamente por los
capilares en esa zona. Estos fármacos no se tragan. La vía sublingual está indicada
sobre todo para la administración de nitroglicerina, un fármaco utilizado para aliviar la
angina de pecho, debido a que su absorción es rápida y el fármaco llega de inmediato al
torrente sanguíneo, sin necesidad de pasar previamente por la pared intestinal y el
hígado. Sin embargo, la mayoría de los fármacos no pueden tomarse de esta forma
porque pueden ser absorbidos de manera incompleta o irregular.

Vía rectal

Muchos fármacos que se administran por vía oral pueden también utilizarse por vía rectal
en forma de supositorio. En esta presentación, el fármaco se mezcla con una sustancia
cerosa que se disuelve o licúa tras ser introducida en el recto. La absorción del fármaco
es rápida gracias al revestimiento delgado del recto y al abundante riego sanguíneo. Los
supositorios se prescriben para las personas que no pueden tomar un fármaco por vía
oral porque tienen náuseas o no pueden tragar, o bien debido a restricciones en la
alimentación, como sucede antes y después de una intervención quirúrgica. Los
fármacos que pueden ser administrados por vía rectal incluyen el paracetamol
(acetaminofeno, para la fiebre), el diazepam (para las convulsiones) y los laxantes (para
el estreñimiento). Los fármacos que en forma de supositorio sean irritantes
probablemente se administrarán en forma inyectable.

Vía vaginal

Algunos medicamentos pueden administrarse a las mujeres por vía vaginal en forma de
solución, comprimido, crema, gel, supositorio o anillo. De esta forma, el fármaco es
lentamente absorbido por la pared vaginal. A menudo se utiliza esta ruta para dar
estrógenos a las mujeres durante la menopausia con el fin de aliviar los síntomas
vaginales, como la sequedad, la irritación y el enrojecimiento.

Vía ocular

Los fármacos utilizados para tratar los trastornos oculares (como el glaucoma, la
conjuntivitis y las lesiones) pueden mezclarse con sustancias inactivas para generar un
líquido, un gel o un ungüento que puedan ser aplicados en el ojo. Las gotas oftámicas
son relativamente fáciles de usar, pero pueden salir del ojo muy rápido y por lo tanto no
tener una buena absorción. Las formulaciones en gel y en ungüento mantienen el
fármaco en contacto con la superficie del ojo durante más tiempo, aunque pueden
empañar la visión. También se puede utilizar la implantación de sólidos, que liberan el
fármaco de manera continuada y lenta, pero pueden ser difíciles de colocar y mantener
en su sitio.

Los fármacos oftálmicos se utilizan fundamentalmente por su efecto local. Por ejemplo,
las lágrimas artificiales se utilizan para aliviar la sequedad de los ojos. Otros fármacos
(por ejemplo, los utilizados para tratar el glaucoma [véase la tabla Fármacos empleados
para tratar el glaucoma], como acetazolamida y betaxolol, y los que se emplean para
dilatar las pupilas, como fenilefrina y tropicamida) producen un efecto local (actuando
directamente sobre los ojos) después de haber sido absorbidos por la córnea y la
conjuntiva. Algunos de estos fármacos entran luego en el torrente sanguíneo y pueden
tener efectos secundarios no deseados sobre otras partes del cuerpo.

Vía ótica

Los fármacos utilizados para tratar la inflamación y la infección del oído se pueden aplicar
directamente en el oído afectado. Las gotas óticas que contienen soluciones o
suspensiones se aplican normalmente sólo en el conducto auditivo externo. Antes de
aplicar las gotas óticas se debe limpiar a fondo la oreja con un paño húmedo y luego se
debe secar. A no ser que los fármacos se utilicen durante un largo periodo de tiempo o
en exceso, poca cantidad de fármaco penetra en el torrente sanguíneo, por lo que no se
producen efectos secundarios sistémicos o son mínimos. Los fármacos que se pueden
administrar por vía ótica incluyen hidrocortisona (para aliviar la inflamación),
ciprofloxacino (para tratar la infección) y benzocaína (para aliviar el dolor de oído).
Vía nasal

En caso de que un medicamento deba ser inhalado y absorbido por la delgada membrana
mucosa que reviste los conductos nasales, es necesario transformarlo en diminutas
gotitas suspendidas en el aire (atomizado). Una vez absorbido, el fármaco entra en el
torrente sanguíneo. Los fármacos administrados por esta vía suelen actuar rápidamente.
Algunos irritan los conductos nasales. Los fármacos que pueden ser administrados por
vía nasal son la nicotina (para dejar de fumar), la calcitonina (para la osteoporosis), el
sumatriptán (para la migraña) y los corticoesteroides (para las alergias).

Vía inhalatoria

Los fármacos administrados por inhalación bucal deben ser atomizados en gotitas más
pequeñas que los administrados por vía nasal para lograr que los fármacos pasen por la
tráquea y entren en los pulmones. La profundidad que alcanzará el fármaco en los
pulmones dependerá del tamaño de las gotas. Las más pequeñas son las que alcanzan
mayor profundidad, con lo que aumenta la cantidad de fármaco absorbido. En el interior
de los pulmones, son absorbidas por el torrente sanguíneo.

Nebulizaciones

Al igual que en la vía inhalatoria, los fármacos administrados mediante nebulización


deben estar en forma de aerosoles, en pequeñas partículas, para alcanzar los pulmones.
La nebulización requiere el uso de dispositivos especiales, generalmente sistemas de
nebulización ultrasónicos o de chorro. Un uso adecuado de los dispositivos ayuda a
maximizar la cantidad de fármaco liberada en los pulmones. Los medicamentos que se
pueden administrar mediante nebulización son tobramicina (en la fibrosis quística),
pentamidina (en la neumonía causada por Pneumocystis jirovecii), y salbutamol (en las
crisis asmáticas).

Los efectos secundarios pueden incluir aquellos que se producen cuando el fármaco se
deposita directamente en los pulmones (como tos, sibilancias, dificultad para respirar e
irritación pulmonar), los debidos a la difusión del fármaco al medio ambiente (que pueden
afectar a personas que no están en tratamiento) y los producidos por la contaminación
del dispositivo utilizado para la nebulización (particularmente cuando el dispositivo se
vuelve a utilizar y no se ha limpiado de forma adecuada). La utilización adecuada del
dispositivo ayuda a prevenir los efectos secundarios.

Vía cutánea
Los fármacos aplicados sobre la piel suelen emplearse por su efecto local, y por ello se
utilizan sobre todo para el tratamiento de trastornos cutáneos superficiales, como
psoriasis, eccema, infecciones de la piel (virales, bacterianas y micóticas), prurito y piel
seca. El fármaco se mezcla con sustancias inactivas. Dependiendo de la consistencia de
las sustancias inactivas, la formulación puede ser un ungüento, una crema, una loción,
una solución, un polvo o un gel (véase Preparados tópicos).

Vía transdérmica

Algunos fármacos se suministran a todo el organismo a partir de un parche sobre la piel.


Estos fármacos, que a veces se mezclan con una sustancia química (como el alcohol)
que intensifica la penetración a través de la piel, pasan por la piel al torrente sanguíneo
sin necesidad de inyección. Con el parche, el fármaco puede suministrarse de forma
paulatina y constante durante muchas horas o días, o incluso más tiempo. Como
resultado, los niveles en sangre de un fármaco pueden mantenerse relativamente
constantes. Los parches son en especial útiles para los fármacos que el organismo
elimina con rapidez y que, por tanto, administrados en otras formas se tendrían que tomar
con mucha frecuencia. No obstante, los parches pueden irritar la piel de algunas
personas. Además, están limitados por la rapidez con que el fármaco puede pasar a
través de la piel. Solo se administran por vía transdérmica fármacos que se utilizan en
dosis diarias relativamente bajas. Ejemplos de estos fármacos son la nitroglicerina (para
el dolor torácico), la escopolamina (para tratar los trastornos debidos al movimiento, es
decir, cinetosis), la nicotina (para dejar de fumar), la clonidina (para la hipertensión) y el
fentanilo (para el alivio del dolor).

2) ¿cuáles son las clasificaciones de los medicamentos?


CLASIFICACION DE LOS MEDICAMENTOS, los fármacos son toda sustancia química
que interactúan con los organismos vivientes. Los medicamentos son aquellas
sustancias químicas que se utilizan para prevenir o modificar estados patológicos o
explorar estados fisiológicos para beneficio de quien los recibe. Son sustancias útiles en
el diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades del hombre.

Clasificación:

Existen varias clasificaciones para los medicamentos, de las cuales la más comúnmente
aceptada es aquella que se basa en las principales acciones farmacológicas o usos
terapéuticos de los mismos. Los medicamentos se pueden clasificar de acuerdo a la vía
de administración, indicación, presentación o por su forma molecular.
Según la vía de administración:

 Orales: cápsulas, jarabes, tabletas, grageas, elixir, etc.

 Intramuscular: ampollas y viales — Intravenosas: ampollas y viales

 Rectales y vaginales: supositorios, enemas y óvulos.

 Tópicos: pomadas, cremas, geles, lociones, ungüentos.

 Intradérmicas: insulinas, anticonceptivos.

 Soluciones óticas: gotas y spray.

 Soluciones oftálmicas y nasales: gotas y colirios.

 Intramuscular: ampollas y viales

 Intravenosas: ampollas y viales

Según la indicación:

 Anti infecciosos: antibióticos: antimicóticos, antibacterianos, antivirales,


antiparasitarios.

 AntiHTA: IECA, bloqueadores de los canales lentos de calcio, betabloquedores.

 Antiulcerosos: inhibidores de la bomba de protones, inhibidores de histamina,


neutralizantes, citoprotectores.

 Analgésicos: AINES, opiáceos,

 Tranquilizantes: Barbitúricos, tricíclicos

 Antialérgicos: Antihistamínicos, corticoides.

 Inmunosupresores

 Citostàticos.

 Antigripales.

 Antídotos.
 VIH.

 Diuréticos: del ASA, ahorradores de potasio.

 Hormolas: Andrógenos, estrógenos.

Por su estructura molecular:

 Opiáceos.

 Alcohólicos.

 AINES.

 Barbitúricos.

Equipo 3 PACIENCIA.

1) ¿Que intervención se debe realizar al administrar un medicamento?


Mantenga todos los medicamentos en un lugar seguro. Verifique la fecha de "expiración"
o de "uso antes de" de todos los medicamentos. Conserve todos los medicamentos en
sus envases originales. Use organizadores semanales de pastillas para llevar un registro
de lo que necesita tomar cada día.

La “administración de medicamentos” Son las acciones que se efectúan para la


administración de un medicamento, por algunas de sus vías de aplicación, con un fin
determinado.

Consiste en preparar, administrar y evaluar la efectividad de los medicamentos


prescritos y de libre dispensación son actividades de enfermería que se realizan bajo
prescripción médica, en las cuales la enfermera (o) debe enfocarlas a reafirmar los
conocimientos y aptitudes necesarias para aplicar un fármaco al paciente, asimismo,
saber evaluar los factores fisiológicos, mecanismos de acción y las variables individuales
que afectan la acción de las drogas, los diversos tipos de prescripciones y vías de
administración, así como los aspectos legales que involucran una mala práctica de la
administración de medicamentos.

2) ¿Que es vía parenteral y enteral?


Vía enteral: Vía digestiva o enteral: es la más antigua de las vías utilizadas, más segura,
económica y frecuentemente la más conveniente. Comprende las vías oral, sublingual,
gastroentérica (usada frecuentemente para la alimentación cuando la deglución no es
posible), y la vía rectal.

Vía parenteral: El término parenteral hace referencia a la vía de administración de los


fármacos. Esto es, atravesando una o más capas de la piel o de las membranas mucosas
mediante una inyección. La vía parenteral es diariamente empleada en atención primaria
en multitud de situaciones (ver tabla 1).

Equipo 4 RESPONSABILIDAD.
1) ¿Cuáles son los cuatros grupos de medicamentos?
1. Analgésicos

En este grupo de tipos de medicamentos se encuentran todos los fármacos que tienen
como finalidad aliviar el dolor físico, ya sea de cabeza, de articulaciones o cualquiera. Su
catálogo se puede dividir en dos grandes familias: los opiáceos y los no opiáceos.

Los primeros son de acción más potente, no están permitidos en la automedicación y


pueden generar dependencia (como la morfina); mientras que los segundos son todo lo
contrario, e incluyen tanto los Antinflamatorios o Esteroides (AINE), como el ibuprofeno
y la aspirina o el paracetamol. Entre los efectos secundarios generales de los AINES
están que favorecen el desarrollo de úlceras, pueden provocar complicaciones renales y
aumentar la presión sanguínea.

2. Antiácidos y antiulcerosos

Dos grupos distintos de tipos de medicamentos, pero que comparten funciones similares:
la disminución de las secreciones gástricas. Si disminuye la acidez, se previene la
aparición de úlceras. Un ejemplo conocido es el Omeprazol.

En estos fármacos, los efectos secundarios más importantes son las alteraciones del
tránsito intestinal (diarrea o estreñimiento).

3. Antialérgicos

En esta categoría se agrupan fármacos que tienen la finalidad de combatir los efectos
negativos de las reacciones alérgicas o la hipersensibilidad.

Los más populares son los fármacos de la familia de antihistamínicos, cuyo mecanismo
de acción influye sobre la histamina, la cual tiene un importante papel en la alergias. Sus
reacciones adversas son mínimas, pero puede ocasionar diarrea, somnolencia, fatiga o
cefaleas.

4. Antidiarreicos y laxantes

Los antidiarreicos son tipos de medicamentos que tienen como propósito aliviar y detener
los efectos de la diarrea. Los más utilizados actualmente son fármacos que inhiben la
motilidad del intestino, lo que favorece la retención para conseguir una mayor
consistencia y volumen en las heces. Las reacciones adversas de estos fármacos son
mínimas, aunque se han registrado algunas como el dolor abdominal o el estreñimiento.

2) Cuales son los 4 yo de enfermería?


1) Yo preparo. 2) Yo administro. 3) Yo registro. 4) Yo respondo.

Equipo 5 GRATITUD.

1) ¿cuál es la importancia de una correcta administracion de


medicamentos?
Administrar los medicamentos de manera segura es una de las prácticas más
importantes de la atención sanitaria, ya que son diferentes factores que se deben tener
en cuenta: estado del paciente, medicamento y dosis a administrar, estado correcto de
la vía, y horarios de administración. Por supuesto, entra también en juego la elección que
determina el cuadro médico, sobre los tipos de medicamentos a suministrar, e incluso la
pericia del enfermero/a que suministra los fármacos.

A pesar de los avances en medicina y de la implementación de programas de mejora


(supresión de errores), se han cometido fallos relacionados con la medicación
suministrada, siendo una causa real de la mortalidad tanto en pacientes ambulatorios,
como en hospitalizados. Por orden, los tipos de errores más frecuentes en la
administración de medicamentos por vía intravenosa son: el momento incorrecto de la
administración del medicamento. el olvido de la administración. dosis errónea y la
preparación incorrecta del medicamento.

Hoy en día existen diferentes vías de administración de medicamentos y se han


desarrollado diferentes estrategias para perfeccionar la seguridad de la administración
de medicamentos.

Ocho pasos para la Preparación Segura de medicamentos:

1. Leer, analizar y comprender la prescripción médica.

2. Limpieza de la superficie sobre la cual se trabajará la preparación de los


medicamentos.

3. Higienizar las manos.

4. Disponer de los insumos necesarios para preparar el medicamento y el


medicamento propiamente prescripto.

5. Verificar que sean los correctos.

6. Preparar el medicamento y rotularlo para ser identificado.

7. Cotejar lo preparado con lo prescripto.

8. Traslado seguro del medicamento (en bandeja).

Ocho pasos para la Administración Segura de medicamentos:

1. Higienizar las manos.

2. Identificar correctamente al paciente.


3. Explicar al paciente la medicación que se le va a administrar y el procedimiento
a seguir.

4. Identificar, vía de administración, dosis y horario.

5. Administrar el medicamento.

6. Higienizar las manos.

7. Documentar lo administrado (registro).

8. Chequear efecto esperado o reacción adversa al medicamento.

La colaboración del paciente y de su familia es muy importante durante la


administración de los medicamentos para mejorar la comunicación. El paciente
necesita entender y ser escuchado para favorecer su bienestar y el de su familia, y
esto facilita la toma de decisiones sobre la elección de un procedimiento u otro.

2) ¿Cuáles son las recomendaciones en la administración de


medicamentos en adultos?
El control de la administración de medicamentos en personas mayores es una de las
tareas más importantes y delicadas. En Cuidado trabajamos con perfiles de cuidadores
con amplia experiencia en el ámbito de la asistencia domiciliaria a ancianos, sin embargo
no está de más recordar cuáles son las características de esta tarea y cuál es el modo
correcto de llevarla a cabo.

Complicaciones más comunes de la administración de medicamentos en ancianos:

Cuando tenemos a nuestro cargo a personas de edad avanzada o personas


dependientes, lo más habitual es que dentro de las tareas de asistencia se incluya el
control y seguimiento de la medicación. A ciertas edades o ante la existencia de
patologías crónicas ya presentes con anterioridad, es bastante común la necesidad de
un tratamiento farmacológico destinado a tener bajo control estas condiciones médicas
específicas.

La medicación en personas mayores resulta complicada en tanto que nos


encontramos frente a unas circunstancias menos favorables que aquellas que se
suelen dar en otras etapas de la vida:
 Tratamientos de diversa índole, a veces incompatibles entre sí.

 Administración de un gran número de fármacos diferentes.

 Diversas posologías y horarios para la toma de medicamentos.

 Efectos secundarios más acentuados en la tercera edad.

 Negativa de las personas mayores a tomar la medicación correspondiente.

 Necesidad de una supervisión constante frente a posibles olvidos o tomas


repetidas.

 Todos estos motivos ponen de manifiesto el importante papel que desempeñan a


diario los cuidadores de personas mayores en sus hogares. Su asistencia resulta
de gran utilidad para mantener un control sobre el tratamiento prescrito y
garantizar la seguridad en la administración de estos medicamentos.

5 Pautas antes de administrar medicamentos a personas mayores

La correcta administración de fármacos a personas mayores empieza mucho antes del


momento de la toma. Bien sean los familiares o bien los cuidadores, es imprescindible
llevar un control detallado de la medicación de la persona que tenemos a nuestro cuidado.

Esto podemos conseguir aplicando las siguientes pautas:

1. Hacer un listado con todos los medicamentos prescritos por el médico, incluyendo
las dosis, los horarios de las tomas y los posibles efectos secundarios.

2. Adquirir los medicamentos siempre en la misma farmacia ya que de este modo


resulta mucho más sencillo llevar un seguimiento de los fármacos adquiridos y del
tiempo que transcurre entre cada compra.

3. Optimizar la administración de medicamentos en la medida de lo posible. Habrá que


consultar con el médico qué fármacos se pueden tomar de manera simultánea.
Cuanto más se reduzcan las tomas a lo largo del día, más se reduce el riesgo de
olvidarse de alguna.

4. Organizar la medicación en un pastillero. Es la mejor manera de tener controlado


cada fármaco. Puede hacerse por días e incluso por franjas horarias y permite tener
ya preparados aquellos medicamentos que tal vez no se suministran enteros sino en
proporciones más pequeñas.

5. Anotar la fecha de caducidad de los fármacos en el caso de que no se vaya a emplear


la caja original y comprobarla antes de administrarlos. No suministrar nunca un
fármaco que haya expirado.

Principios básicos para la medicación de adultos mayores

Cada tipo de tratamiento presenta sus particularidades y es necesario que los cuidadores
estén al tanto de ellas así como de cualquier cambio que pueda producirse en el
tratamiento. Sin embargo, y salvo que se especifiquen otras pautas, existen una serie de
principios básicos que se pueden aplicar de forma general a la administración de
medicamentos en personas mayores.

Si tienes a varias personas a tu cuidado, la medicación de cada una de ellas deberá estar
separada y bien identificada.

Las medicinas se deben guardar según su categoría. Por ejemplo, no pongas los
fármacos orales y los cutáneos en el mismo sitio.

No mezcles medicamentos sin haberlo consultado antes con el especialista ni utilices


fármacos de venta libre que no hayan sido previamente prescritos.

Evita dejar a la vista otros medicamentos que no formen parte del tratamiento habitual y
mantén cualquier fármaco fuera del alcance de los niños.

Asegúrate de que los medicamentos están almacenados en el lugar adecuado: un


espacio fresco y protegido de la luz o la nevera, en el caso de que esta fuera la pauta
correcta.

Puntos clave en la correcta supervisión de un tratamiento

En cuanto a la supervisión del tratamiento, el familiar o cuidador deberá estar pendiente


no sólo de los horarios y las cantidades de las tomas sino de otro tipo de aspectos que
de manera directa o indirecta influyen en el bienestar de la persona que tienen a cargo.

Adicción: es importante identificar si la puesta en marcha de un determinado tratamiento


está generando la dependencia a determinados fármacos.
Efectos colaterales: no nos referimos solo a los efectos secundarios que pueda
provocar un medicamento sino a cambios en la actitud del paciente que guarden cierta
vinculación con el tratamiento, por ejemplo, su negativa a someterse a él o su irritabilidad
frente a la nueva situación.

Efectos secundarios: determinados medicamentos incrementan el riesgo de sufrir


caídas, las náuseas, el insomnio o los problemas gastrointestinales. Ante cualquier
anomalía detectada, habrá que consultar inmediatamente con el médico.

Aislamiento: la supervisión de un tratamiento implica también el fomento de la actividad,


de las relaciones sociales y de los hábitos de vida saludables. Salvo en casos
excepcionales, la medicación no puede suponer una limitación en el desarrollo de las
rutinas del paciente sino que debe estar perfectamente integrada en estas.

En control en la toma de medicamentos es uno de los aspectos más delicados entre las
tareas que desempeñan a diario familiares y cuidadores de personas mayores en el
hogar. Llevar un control exhaustivo de las tomas, gestionar los horarios y la posología de
cada medicamento resulta fundamental para garantizar la seguridad del paciente y el
éxito del tratamiento.

En Cuidum queremos ofrecerte las herramientas necesarias para evitar cualquier riesgo.
Aplicando estas pautas y siguiendo las recomendaciones de este artículo, dominarás las
técnicas para el control de la administración de medicamentos en ancianos para que el
proceso sea siempre seguro.

Equipo 6 EMPATIA.

1) ¿Cuáles son las vías de administración de medicamentos?


Para que un medicamento sea lo más efectivo posible debemos tener en cuenta cómo
introducirlo en nuestro organismo. Desde la Farmacia Luis Marcos explican las ventajas
e inconvenientes de las distintas formas de administrar los fármacos.

Vía oral

Ventajas: Es la vía más habitual y cómoda. El medicamento se administra por la boca


en forma de comprimidos, cápsulas, grageas, jarabes, soluciones, suspensiones y
granulados. Desde la farmacia indican que además es una forma segura de tomar un
medicamento, ya que, en caso de sobredosificación se puede efectuar un lavado gástrico.

Inconvenientes: La absorción es lenta y muy variable. “Parte el fármaco puede sufrir


procesos de biotransformación en el aparato digestivo por acción de los jugos gástricos
o por inactivación hepática y la posible irritación de la mucosa gástrica”, explican.

Cómo tomarlo: En el caso de las cápsulas, se deberían tomar enteras salvo que sean
de cubiertas entéricas o el prospecto lo desaconseje. Los comprimidos efervescentes
están formulados para ser diluidos en agua, ayudando a la disolución del principio activo
o a mantenerlo en suspensión. Los especialistas indican que también se puede preparar
una suspensión extemporánea para que “hay que añadir agua hasta la marca que tiene
el envase, pero nunca de una sola vez, sino que iremos añadiéndola y agitándola”.

Vía sublingual: El comprimido se coloca debajo de la lengua y se disuelve solo. Sus


principales ventajas es que evita la acción de los jugos gástricos y la inactivación hepática
y no es necesario tomarla con líquidos ni tragarla. Como inconveniente podría ser que
tuvieran un sabor que no sea de nuestro agrado.

Vía tópica: El medicamento busca una acción local, por lo que se aplica en forma de
pomada, geles, lociones, cremas, polvos y ungüentos.

Vía transdérmica:Se trata de parches transdérmicos en los que el fármaco pasa a través
de la piel. Es sencillo de utilizar y muy efectivo por su rápida absorción. Para personas
que tienen un problema en la piel puede ser desaconsejable.

Vía oftalmológica: Son medicamentos que buscan la acción local en los ojos, donde se
aplican. “La biodisponibilidad es baja, pero esta vía permite alcanzar concentraciones de
principio activo elevadas”, indican desde la farmacia Luis Marcos. Como desventaja, hay
que tener mucho cuidado para que el envase no toque el ojo y el fármaco no se
contamine.

Vía inhalatoria: El principio activo se absorbe a través de la mucosa. Su efecto es local


y sistémico. Es cómodo de utilizar porque se administra a través de nebulizadores e
inhaladores con una dosis en cada pulsación.
Vía rectal: El medicamento se administra a través del ano en forma de supositorios o
enemas. “La absorción por vía rectal es buena al ser una zona muy vascularizada por
las venas hemorroidales. Además, se evita el paso por el hígado de la sangre que lleva
el fármaco desde la mucosa rectal (evitamos el llamado “efecto de primer paso”)”,
destacan los especialistas.

Vía vaginal: Se administra por la vagina a través de pomadas, comprimidos y óvulos


vaginales que buscan la acción local y que se absorben a través de la membrana lipoidea.
Contienen un aplicador para una cómoda aplicación, aunque hay que asegurarse de
usarlo correctamente leyendo el prospecto.

Vía parental: La vía parenteral es una vía de urgencia que se aplica mediante una
inyección.

Intravenosa: El medicamento se inyecta en venas. Para líquidos, se hace a través de


venas superficiales o cutáneas. El farmacéutico indica que su principal ventaja es que,
al llegar directamente a la sangre, su distribución es la más rápida y que permite
administrar grandes volúmenes del medicamento. Su inconveniente es que,
precisamente por su rapidez, de actuación, es muy difícil frenar sus efectos si son
adversos.

Intramuscular: El medicamento se inyecta en un músculo. Al ser una zona muy


vascularizada, se difunde rápidamente por las fibras y se absorbe. La desventaja es que
no se puede aplicar en grandes cantidades: “Normalmente no se aplican más de cinco
mililitros” indica Marcos.

Subcutánea: El medicamento se inyecta bajo la piel. Al no ser una zona, muy


vascularizada, su principal desventaja es que su absorción es lenta. “Se puede inyectar
en pequeñas cantidades en forma de suspensión o solución o se pueden administrar
pellets o comprimidos de liberación sostenida”, explica el experto. Su ventaja es que su
efecto es sostenido y duradero.

2) Deberes y derechos de los profesionales de enfermería


La EXCELENCIA viene de DIOS, por tanto como creación de DIOS debemos hacer
las cosas excelentes. Dios te Bendiga.

Att: Jesús Borjas.

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