Nietzsche Conceptos
Nietzsche Conceptos
Nietzsche Conceptos
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la verdad. No existe, por tanto, la verdad sino más bien “mi
verdad” y en esto consiste precisamente la perspectiva. Todo se
convierte así en subjetividad y en punto de vista: cada cual
ofrecerá una verdad distinta de lo real, pues cada cual ocupa un
lugar distinto en el mundo, rompiendo así cualquier objetividad.
Esta idea se refleja en una citada frase de Nietzsche: “No hay
hechos, sino interpretaciones”.
o Genealogía: es un método de investigación y especialmente de
crítica que aplica Nietzsche en varias de sus obras, pero de un
modo especial en Genealogía de la moral. La idea central de la
genealogía es investigar el origen y desarrollo de conceptos clave
de la civilización occidental, como son en el caso de la moral los
conceptos de bueno y malo. La crítica de Nietzsche señala que
tendemos a dar por sentado lo que significan estas ideas, pero si
investigamos en su origen y su desarrollo puede que nos
llevemos sorpresas, como de hecho ocurre en las palabras bueno
y malo, cuyo sentido originario era precisamente el opuesto que
el actual. Este tipo de afirmación no se realiza de un modo
gratuito, sino que Nietzsche lo desarrolla de un modo bien
fundamentado, apelando al sentido que estas palabras tenían en
los inicios de nuestra civilización, en los primeros textos griegos.
o Transvaloración: es la creación de nuevos valores que acaben
para siempre con el decadente orden moral de nuestro tiempo,
centrado en valores propios de esclavos y clases bajas, como son
la solidaridad, el perdón, la caridad o la igualdad. Estos valores
niegan la vida, y por ello es preciso que el superhombre asuma
esta transvaloración como una de sus tareas, yendo más allá de
esta moral de la debilidad en la que estamos atrapados como
consecuencia de figuras como las de Sócrates o Jesucristo.
o Nihilismo: es la afirmación de que la vida es nada, y carece por
tanto de sentido. No hay nada más allá de la muerte que pueda
dar sentido a esta vida, que empieza en el orden de la materia y
termina en el mismo. Por tanto, la vida es apenas un suspiro, una
nada en la inmensidad del universo, y todo estaría marcado por
la señal de lo absurdo. Se trata por tanto de negar cualquier tipo
de trascendencia o valor superior, sea de tipo religioso, moral,
histórico, filosófico o científico. A juicio de Nietzsche, solo
negando esta trascendencia o abstracción es posible devolverle a
la vida todo su valor, librarla de la exigencia de todo tipo de
sacrificio, por lo que no hay que sacar conclusiones negativas de
este nihilismo, sino sobreponerse al abismo de la muerte y hacer
que la vida se afirme a sí misma a cada momento.
o Superhombre: es el modelo antropológico que nos propone
Nietzsche, y sería aquel ser humano que sea capaz de vivir al
margen de la moral y la religión, de crear sus propios valores y
ser fiel a la vida, sin permitir que cualquier abstracción de la
razón le distraiga de lo que le dicte su instinto y sus pasiones.
Será quien viva de acuerdo a su querer, sin importar lo que diga
el deber o el pensar. Para Nietzsche, el superhombre es la meta
final del ser humano y la tarea pendiente de su tiempo consistía
(y consiste) precisamente en dar el salto del hombre al
superhombre.
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o Voluntad de poder: Es el deseo de autorrealización, de
desarrollarse al máximo, y consiste en la afirmación de los
propios deseos, planes y proyectos. La voluntad de poder implica
un añadido respecto a la voluntad de Schopenhauer: no es sólo
afirmar la vida, sino principalmente una vida plena, creada por el
propio sujeto, convertido en dueño absoluto de sí mismo. Tiene
voluntad de poder quien se desarrolla al máximo, permitiendo
que sus cualidades alcancen su máxima expresión, más allá de
las convenciones y mandatos sociales.
o Eterno retorno: es el modelo cosmológico de Nietzsche, que
recupera así las ideas de Heráclito y algunos de los presocráticos.
Según este concepto, el cosmos y la propia vida serían un círculo
gigantesco que da vueltas sin cesar. Apariencia de cambio
permanente para que todo se repita. El eterno retorno niega el
sentido de la vida, pues todo consiste en una eterna repetición.
Que lo absurdo se convierta en la idea definitoria del cosmos, la
naturaleza y nuestra propia vida es en el fondo una condición
para la libertad: precisamente porque todo ha ocurrido ya
previamente, podemos hacer lo que deseemos, librándonos de
cualquier tipo de misión o finalidad histórica.