neiva en la independencia

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JOSE MARIA RESTREPO SAENZ

NEIVA EN LA
INDEPENDENCIA

BOGOTA - 1919
CASA EDITOR.IAL DE c LA CR.UZADA lO

Avenida de la República - 461


JOSE !IARIA !Œ}!REPO SAENZ

NEIVA EN LA
INDEPENDENCIA

BOGOT A - 1919
CASA EDITOR.IAL DE c LA CR.UZADA.
Menida de la RepUbllca-461

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Hace cosa de cinco años la Academia Na-


cional de Historia tuvo a bien pasar a nuestro es-
tudio la aclaración de un asunto referente a la
independencia de Neiva, que a pesar de bastan-
tes esfuerzos no pudimos dilucidar entonces satis-
factoriamente. Pero con tal motivo, entusiasmados
con el tema en general, ya que en el punto par-
ticular no hablamos salido airosos, nos dedicámos
con ahínco a buscar documentos históricos relati-
vos a la antigua provincia de aquel nombre, en
especial los correspondientes a Jos años transcu-
rridos entre 1810 y 1816, Y logramos al fin reu-
nir buen número de datos para formar el traba-
jo que hoy damos a la estarppa, gracias a la ini-
ciativa del patriota y distinguido caballero don
Francisco A. Gutiérrez.
Trataremos primero a grandes rasgos de la
actitud de la mencionada provincia en el lapso de
tiempo aludido, y luégo consignaremos informes
biográfi 'os sobre los personajes a quienes tocó
desempeñar allí papel principal en la misma épo-
ca, a saber: el síndico procurador general de Nei-
va en 1810; Jas que ejercieron funciones ejecuti-
vas; el representante de los pueblos de la comar-
ca en el primer congreso general del Reíno; los
-4-
diputados del congreso provincial de 1811; los
curas de Neiva, La Plata y el Gigante; los sig-
natarios del acta de 8 de febrero de \ 814 Y los
de la Constitución de 31 de agosto del año siguien-
te, y los próceres fusilados en Neiva en 1816 (1).
Incluiremos también algunas páginas acerca de
cuatro hijos beneméritos de la región, que supie-
ron darlè lustre, aunque no siempre figuraron en
ella: Luis Caicedo y Flórez, Miguel José Montal-
va, Rafael Cuervo y Evaristo Barrero.
Consultada la comodidad de los lectores, adop-
taremos el orden alfabético para la colocación de
las biografías, advirtiendo que por no haber lle-
gado a conseguir noticias circunstanciadas respec-
to de ciertos individuos, nos contentaremos con
anotar sus nombres, con la esperanza de que los
señores que las posean, se sirvan comunicárnoslas.
Sería para nosotros grato y honroso el com-
pletar una tarea que redundara en pro de los De-
partamentos de Huila y Tolima, ambos nobles y
florecientes.
J. lV\. ~. s.
(I> Tenlase conocimiento, hasta el presente, de siete próceres
sacrificados en Neiva por los pacificadores. Logramos nosotros des-
cubrir otro, Nicolás Monsalve, como se verá en el lugar que le
pertenece.
Se ha creido que el ayudante Hermógenes Céspedes, fusilado
en Santafé el 8 de agosto de 1816, era neivano. Por más que he-
mos investigado, no nos atrevemos a asegurar nada sobre el par-
ticular, pero pensamos que pudo haber sido santafereño, porque la
madre legitima de dicho mártir, seftora Josefa Gómez, que vivia en
Bogotá con su fdmilia en 1820, dela comprender que dt'sde tiempo
atrás era de esta vecindad, en memorial elevado al Gobierno ea
solicitud de pensión. (Archivo Nacional, Peticiones y Solicitudes, to-
mo 6, folio 227).
NEIVA EN LA INDEPENDENCIA

El 18 de diciembre de 1808 llegó a Neiva el licencia-


do don Anastasio Ladrón de Guevara, natural de la Pe-
nínsula, quien venía destinado por el Rey de Espana a
gobernar la província por seis años. Posesionóse de su
empleo al siguiente día, y desde entonces usó en las oca-
siones solemnes estos títulos:
«Abogado de las Reales Audiencias de Sevilla y San-
tafé, Corregidor, Justicia Mayor de esta ciudad de Neiva
y su provincia, en ella Alcalde Mayor de Minas, Juez
subdelegado de las reales rentas, Corregidor del partido
de Paeces y Administrador de tributos por Su Majestad
que Dias guarde, etc. etc.· (1)
Dicho señor, muy considerado por las autoridades rea-
listas, a poco de establecida su administración, tuvo con
vecinos principales de Neiva varios desagrados, persona-
les unos, otros quizá por rivalidad de origen, 10 cual le
atrajo bastantes ojerizas y antipatías. No estaba, pues,
individualmente, en muy buenas condiciones de seguri-
dad, cuando estalló en Santafé el bombazo del 20 de ju-
lio, que repercutió en todas las poblaciones del Virrei-
nato con la rapidez del rayo. Neiva se adhirió al punto
al movimiento. y en consecuencia, su cabildo, a solicitud
del síndico procurador general don Joaquín Chacón, de-
puso del mando al gobernador espaftol el 27 de julio de

(1) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 14,


página 80J, y tomo 21, página 352
-6-
18tO. Aunque el setior Gabino Charri, en su interesante
folleto El Centenario de Neiva, dice que el cambio de ré-
gimen sucedió el 4 de agosto, estimamos que la fecha
exacta es la de 27 de julio, porque asi consta en un do-
cumento de valor irrecusable: el testimonio dado por la
victima que experimentó los resultados de aquel aconte-
cimiento. Hace parte tal documento de un expediente que
se encuentra en el tomo 31 de Gobierno' del archivo anexo
a la Biblioteca Nacional, y por ser de importancia debe-
mos reproducirlo aquí:
-Excmo. Sr.
• El Corregidor de Neiva por Su Majestad (que Dias
guarde) a Vuexcelencia con el más profundo respeto dice:
que por seguir el ejemplo de esta capital y demás pro-
vincias del Reino, acordó la citada de Neiva, separarlo
del Gobierno y Administración de los Reales Tributos, lo
Que se verificó el veinte y siete de julio de mil ochocien-
tos diez, por acuerdo del Cabildo de aquella capital, a
solicitud de su Procurador don Joaquín Chacón, quien
sólo expresó que porque así convenía. Sería molestar la
superior atención de Vuexcelencia, si hubiera de hacer
una exacta relación de las persecuciones, prisiones y tra-
bajos que en el dilatado espacio de seis afias, ha sufri-
do; baste por ahora decir que ha sido declarado (por el
Insurgente Tribunal de Vigilancia) por enemigo de la cau-
sa americana, según consta del expediente que en dicho
intruso Tribunal se me formó, por haber intentado que la
citada Provincia de Neiva se rindiese, jurase y reconociese
a nuestro amado Soberano el señor On. Fernando Sétimo.
Que después por el Gobierno de esta Cal'ital fue puesto
en lista para que el traidor, cruel e inhumano Simón Bo-
lívar le decapitase, lo que no se verificó, porque pudo
fugar del sitio del martirio a las montafias, con los tra-
bajos que se dejan entender, en las que milagrosamente
salvó la vida.
-7-
••Luégo que Vuexcelencia se halle más desembaraza-
do, procurará informarle por menor para que se digne
elevarlo a noticia de Su Majestad; como el que ha sido
el def~nsor de todo espanol, salvando las vidas a los que
se hallaban en las cárceles de esta capital para victimas
del furor del titulado Congreso: y por ahora cierto y Sr
tisfecho de su lealtad y procedimientos.
»Suplica a Vuexcelencia se digne decretar la restitu-
ción a sus empleos, en los mismos términos que por Su
Majestad le fueron conferidos, mandando se le abonen
los sueldos devengados a costa de culpados, con los da-
nos y perjuicios inferidos, que así es de justicia, y con-
forme a las Reales intenciones de Su Majestad.
»Santafé, veinte y siete de mayo de mil ochocientos
diez y seis.
lo Excmo. Sr.

lO Licenciado Dn. Anastasio Ladrón de Guevara».

Corrobora nuestra tesis una certificación contenida en


el propio expediente, dada por el doctor jasé joaquIn
Cardoso, cura de ViIlavieja, de la cual copiamos apenas
la parte pertinente:
"Certifico y en caso necesario juro in verbo sac'!rdo-
tis tacto pectore et carona para ante Su Majestad (que
Dios guarde), Tribunales superiores y demás senores jue-
ces que convenga: que hallándase de Corregidor justicia
Mayor de esta Provincia el Licenciado On. Anastasio La-
drón de Guevara, en el año de mil ochocientos diez, el
veinte y siete de julio de dicho año se sublevó esta ca-
pital (Neiva) con la noticia de lo ocurrido en la de San-
tafé, y el Cabildo a solicitud de su Síndico Procurador
General acordó deponerlo del mando, arrestándolo y em-
bargándole todos sus bienes "
El infeliz Licenciado quedó preso desde el primer mo-
mento y no recobró la libertad hasta el 20 de enero de
-8-
1812, en virtud de acuerdo del colegio electoral que, ade-
más, le concedió pasaporte. Algún tiempo después (1813),
dio el paso de que habla en el pedimento que hemos vis-
to: intentar que la provincia de Neiva se rindiera. Al
efecto se permitió dirigir al alcalde ordinario de la capi-
tal de la misma una carta excitándole a que recibiera en
paz las tropas del Rey, comandadas por el brigadier don
Juan Sámano, que s'e decia habian entrado en Popayán (1).
Caro pagó don Agustin sus pretensiones, pues informa-
do del asunto el General Narifio, dictador de Cundina-
marca, le hizo capturar en la hacienda de Tena, donde a
la sazón residía, propiedad de don Clemente Alguacil,
aquel sujeto cuyo nombre había sonado tánto en Santafé
en la noche de los negros. Ladrón de Guevara fue ence-
rrado en la cárcel pública de esta ciudad y privado del
pasaporte que tenía para trasladarse a Espafia o a Ingla-
terra.
Cuando Bolívar se apoderó de la capital de Cundina-
marca en 1814, el irreductible agente de Fernamlo VII,
huyó, sobrecogido de temor. Mas luégo su suerte cam-
bió favorablemente, porque aduefiado Morillo del pals, lo
restableció en su antiguo empleo de corregidor de Neiva
por decreto de 31 de mayo y oficio de restitución de 2 de
junio de 1816, en atención a «haberse mantenido durante
las convulsiones pasadas con la fidelidad y obediencia al
Soberano, de un buen espafiol".
Hízose cargo don Agustin de su destino ell.o de ju-
110, y lo desempeffó a satisfacción de las nuevas autori-
dades, como fervoroso realista. Pero sus enfermedades le
obligaron a elevar repetidas solicitudes de licencias para
separarse de Neiva, y parece que al fin consiguió defi-

(1) La mencionada carta parece que llevaba la fecha de 7 de


Junio de 1813. Sámano entró a Popayán el t." de juUo.
-9-
nitivamente el anhelado permiso en la segunda mitad de
1817 (1).
En agosto de 1819, al tener Ladrón de Guevara co-
nocimiento del triunfo de las armas patriotas en Boyacá,
emigró a Popayán (2).
y volviendo al objeto principal de este estudio, vea-
mos cómo marchaban las cosas a raíz del grito de liber-
tad, en las tierras que habían dependido del derrocado
corregidor.
La ciudad de Neiva, a ejemplo de la de Santafé, eri-
gió inmediatamente una Junta de gobierno, lo que cons-
ta en el acta de la sesión del cabildo de Timaná cele·
brada el 28 de agosto de 1810, en la cual se declara que
se congregan los miembros de este cuerpo con el objeto
de tratar en particular «acerca de un oficio dirigido por
la Suprema Junta de la ciudad de Neiva, su fecha 17
del corriente y entregado por mano de don Manuel Te-
1)0, su vocal, con agregación de documento auténtico de
la instalación de dicha junta".
No hemos tropezado con papeles correspondientes a
la iniciación de la Suprema de Neiva para poder dar
cuenta del personal de ella, pero creemos que se formó
de los miembros de la municipalidad. porque el senor
Charri dice:
"Parece que el Cabildo de Neiva asumió provisional.
mente el mando de aquellas provincias (Neiva, TimanA,
Saldana y el territorio de Páez). y adoptó una forma de
gobierno que, si republicana en esencia. simulaba sumi·
sión y obediencia al Monarca español».

(Il> Archivo de la Biblioteca Nacional, Gobierno, tomo 31, y So-


licitudes, tomo 9.
(2) Hállase este dato en un apunte hecho probablemente por
uno de los realbtas que emigraron al Sur, don José Maria Marro-
quin, cuyo descendiente, el ilustrado presbítero doctor JOlloéManuel
Marroquin, nos Jo ha franqueado
- 10-
Por el prlOclplo, Timaná no estuvo sujeta a Neiva,
mas pronto llegaron a entenderse los habitantes de las
respectivas jurisdicciones, como en breve lo relataremos.
El cabildo de Timaná, en sesión del 17 de agosto de
1810, recibió pliegos informativos de los sucesos del 20
de julio en Santafé, y acogió y reconoció el nuevo or-
den de cosas, disponiendo que se obedecieran, cumplie~an,
guardaran y ejecutaran todas las providencias dictadas
por la Suprema Junta de la capital del Reino, «como di-
rigidas a la felicidad y tranquilidad de los pueblos bajo
la augusta representación y amable soberanía de nuestro
legitimo Monarca el sefior don Fernando VII». A poco
resolvió el citado cabildo, imitando a Neiva de manera
patriótica aunque enteramente pueril, que se creara tam-
bién allí una junta gubernamental, y al efecto se reunió
un cabildo abierto en Garzón, centro de la jurisdicción,
el día 6 de septiembre, y en él se determinó que la au-
toridad-dependiente siempre de Santafé-quedara depo-
sitada en el ayuntamiento de Timaná con agregación de
nueve vocales, debiendo de se~ su presidente el alcalde
de primer voto. Para tal puesto fue elegido un caballero
de estimables prendas, el sefior José Antonio Barreiro,
que aceptó. Luégo se fijó la población de Garzón, con el
titulo de Villa Nueva de Timaná, para que residiese el
gobierno, y se designó al mencionado Barreiro de dele-
gado, con el objeto de que pasase a Neiva «a conciliar-
se con aquella junta- y a nombrar representante al Con-
greso del Reino (1).

(1) En el tomo 11 de Historia del archivo anexo a la Biblioteca


Naclopal, se encuentran curiosos documentos relativos a la organi-
zación del gobierno de Timaná. figura entre ellos una lista. espe-
cie de cuadro, de los vocales de la junta con la correspondiente
distribuciÓn para las secciones de guerra, hacienda, pollela y co-
mercio. Esos ingenuos senores, muy serios y satisfechos, pareclan
jugando a la república, como lo hacen hoy los colegiales.
-11-

La provincia de Neiva se formó por la unión de cua-


tro cabildos, a saber: el de Neiva, la capital; el de la
ciudad de la Plata, y los de las Villas de Timaná y Pu-
rificación, acto que se festejó en la primera con demos-
traciones de alborozo el 21 y 22 de septiembre de 1810,
conforme a un bando expedido por don José Antonio
Falla, quien aparece en esa fecha investido de facultades
ejecutivas, por lo cual estimamos que dicho señor puede
considerarse como el primer mandatario republicano del
naciente Estado (1). El último día citado se reunieron
en Neiva los diputados de aquellos lugares y el vicepresi-
dente de la municipalidad, constituidos en junta para nom-
brar el aludido representante al congreso general, y salió
favorecido por unanimidad de votos el doctor Manuel
Santos Cote, presbítero. «sujeto de conocida probidad y
literatura" (2).
El cuerpo soberano se instaló solemnemente en San-
tafé el 22 de diciembre del mismo año, con los represen-
tantes de esta ciudad, Pamplona, Socorro, Neiva, Nóvita
y Mariquita.
Mientras tanto gobernaba en Neiva, en nombre del
Rey de España, una suprema junta provincial. Ella dictó
el 7 de diciembre de 1810, con motivo de la celebración
de la fiesta de la Purísima Concepción, un bando rebo-
sante de la más sincera religiosidad; ella declaró el 23

(1) El mencionado bando está publicado en El Cmtenario de


Neiva, 1814-1914, del seftor don Gabino Charrl G., folleto que con-
tiene importantlsimos dncumentos recopilados con inteligencia, con-
sagraciôn y habilidad. Much<$ de los datos del presente trabajo se
han tomado de la obra del erudito seftor Charri. En la biografía de
Falla podrá imponerse el lector de los fundamentos en que nos
apoyamos para decir que dicho seftor fue el primer mandatario re-
public-no de Neiva.
(2) Diaria Politico de Santaft de 9 de uctubre de 1810. El ar-
ticulo pertinente háJlase reproducido en El Centenario de Neiva.
- 12-
1ie febrero de 1811 la guerra a Popayán, esclava de don
Miguel Tacón, manifestando que no era «decoroso al ho-
nor del pueblo noble y libre que representa sufrir más
tiempo las amenazas e insultos de un vecino orgulloso y
turbulento, en quien no reconoce superioridad alguna» (1).
La mencionada organización no resultó eficaz y pron-
to surgieron disensiones civiles: la Villa de Timaná en
Garzón, reunida en cabildo abierto el 11 de julio de 1811,
resolvió unirse a Cundinamarca, quejándose de las arbi-
trariedades del gobierno de Neiva, el cual, según los ti-
manejos, habia abusado de su poder, pero Cundinamar-
ca hubo de suspender por el momento su decisión sobre
el particular (2).
En tan delicadas circunstancias se palpaba la necesi-
dad de un gobierno revestido de mayor autoridad y de
mayor energia. Con este objeto se juntó el 30 de sep-
tiembre del año citado de 1811 en Yaguará una repre-
sentación de los cuatro cabildos enumerados anterior-
mente y además de los de Villavieja y Yaguará, entidad
que tuvo un mes de vida, que se llamó Colegio Repre-
sentativo provincial y se conoce eón el nombre de Con-
greso de Neiva. Resolvió este cuerpo que subsistiera la
junta provincial con el lleno de jurisdicción y concedió
al presidente de ella el uso de una banda terciada, color
celeste; de una medalla de oro al pecho con la inscrip-
ción de «Viva la Patria", y del bastón, símbolo de sus
facultades. Determinó también que la expresada junta debía
de durar hasta el 12 de febrero de ]812; confirmó la
elección hecha en el doctor Campos para representante,
y prestó atención al arreglo y tnanejo del tesoro público.

(1) El Centenario de Neiva. La declaratoria de guerra está fir·


mada por Fernando Salas, Miguel Jacinto Ortiz y Tello, Juan José
Mesa, Carlos Bonilla y Manuel Tello, secretario.
(2) Gaceta Ministerial de Cundlnamarca, 20 de febr~ro de 1812.
- 13-

Es de suponerse que los miembros del congreso pro-


vincial obraran con patriotismo y sana intención, pero
no fueron afortunados, pues en los pueblos se notaba un
descontento casi general por los actos de dicha legisla-
tura, y el ayuntamiento de Neiva ordenó el 21 de octu-
bre de 1811 que no se publicara la constitución dictada
por ella, para evitar las inconvenientes conmociones que
no tardarían en surgir.
Por convocación de la suprema junta de gobierno, los
pueblos enviaron a Neiva sus apoderados, los cuales for-
maron el colegio electoral constituyente que se reunió el
17 de diciembre de 1811 y trabaj6 hasta el4 de febrero
de 1812. Este cuerpo sancionó, la víspera de terminar sus
tareas, una constitución que conservaba las máximas san-
tas de la religión católica y procuraba a los individuos
la libertad. haciéndolos independientes de todo otro go-
bierno y nación.
Fue nombrado «Presidente del Supremo Estado en el
Poder Ejecutivo", por el voto libre y unánime consenti-
miento de los pueblos, don José Antonio de las Bárcenas,
con atribuciones de capitán general, quien, con fecha 15 de
feb~ero, mandó que se obedeciera y jurara dicha consti-
tución, ceremonia que se verificó el día siguiente por las
autoridades civiles y eclesiásticas y por los particulares (1).
En ningún archivo hemos logrado encontrar el texto
de la constitución de Neiva de 3 de febrero de 1812. Se-
guramente nunca vio la luz pública y los originales se
extraviaron, cosa muy de lamentarse. pues dicho docu-
mento debía de tener suma importancia por ser en reali-
dad de verdad la carta fundamental que consagraba la
independencia de la región.
A pesar de todo, Neiva no podía cumplir su intento
de establecer un gobierno completo en 108 diferentes ra-

(I) El Centenaria de Neiva.


- 14 -

mos de la administración. por falta de hombres instrui-


dos y de rentas, al decir del historiador Restrepo.
Observábase poca seriedad en la provincia: la Villa de
Timaná insistió, en enero de 1812, en unirse a Cundina-
marca, lo que produjo por resultado que el Poder Eje-
cutivo de la última admitió a aquélla y a los pueblos
anexos en su seno para formar un solo Estado (1); idén-
tico paso dio la Villa de Purificación (2), y también Nei-
va, por decisión de la mayorfa popular reunida al efecto
el 5 de abril del citado año, resolvió agregarse a Cun-
dinamarca, en medio de las manifestaciones de júbilo (3).
Estos pactos no tenian carácter firme ni estable. Por
los tratados de Santa Rosa, firmados el 30 de julio de
1812 entre los plenipotenciarios de) Congreso y los de
Cundinamarca, se dispuso que sobre la agregación de Nei-
va y otras provincias a Santafé, fallaría la gran conven-
ción de Nueva Granada, que había de reunirse próxima-
mente (4).
Pocos meses después, e) presidente del Estado de
Neiva daba un bando, especie de proclama, rebosante de
entusiasmo, permitiendo fiestas y regocijos populares para
celebrar la instalación del Congreso Supremo, y el .<)fa
15 de noviembre de 1812 se veian reunidos en la capi-
tal de dicho Estado numerosos habitantes de los pueblos
y altos empleados, que prestaban juramento de recono-
cimiento al mencionado cuerpo. La Villa de San Calixto
de Timaná se decidió igualmente por el Congreso y juró
con ceremonia su reconocimiento e) 8 de diciembre del
propio alio (5).

(I) Gaceta Ministerlal de Cundinamarea, 20 de febrero de 181:1.


(2) 1- M. Restrepo, tomo 1, página 148.
(3) Gaceta Ministerial de Cundinam7fca, 30 de abril de 1812.
(4) Gaceta Ministerial de Cundinamarca, 6 de agosto de 1812.
(5) En El Centenario de Neiva se encuentran el bando y el re-
conocimiento de la Villa de San Calixto de Timaná. Sobre el jura-
-]5 -
El nombrado senor Bárcenas gobernó por bastante
tiempo; sucedióle el doctor Joaquín Barrero, y creemos
que a éste el doctor Luis José Garcia. Todos trabajaron
con empeno en favor de la causa de la libertad.
Los acontecimientos más notables que se desarrolla-
ron en la provincia de Neiva durante aquella época, fue-
ron la declaración solemne de la independencia por me-
dio de la memorable acta de 8 de febrero de ]814, y la
promulgaci6n de la constitución de 31 de agosto de 1815,
documento el último, que no obstante contener muchas
utopías, revela patriotismo en los personajes que lo sus-
cribieron y el deseo vehemente de fundar un Estado de
acuerdo con los principios republicanos.
La citada acta es muy conocida, por lo cual nos pa-
rece casi inoficioso el transcribirla en este lugar. Quere-
mos sí no pasar adelante sin hacer dos observaciones
para complementar y corregir puntos con ella relacionados.
Con motivo de la celebración del centenario de la in-
dependencia de Neiva (8 de febrero de 1914), los habi-
tantes de los Departamentos del Tolima y del Huila pu-
sieron todo lo que estuvo a su alcance para conmemorar
dignamente fecha de tan inmensa trascendencia, y costearon
copiosa y lujosisima edición de la referida acta. La Nación
entera, por medio de sus representantes en el Congreso, se
asoció gustosa a la solemnidad, honrando por la Ley nú-
mero 29 d~ Il de octubre de 1913, a los ínclitos varones
que suscribieron el venerable documento. Pero tanto en
dicha ley, como en la impresión aludida y en las diversas
reproducciones que del acta conocemos, se ha cometido
una gran injusticia, involuntaria sin duda, mas no por eso
digna de quedar oculta: la omisión del nombre de Beni-

mento de Neiva existe una certificación auténtica en el tomo 15 a


J6 de la secci6n Historia del archivo anexo a la Biblioteca Na-
cional.
- 16-
to Salas, vicepresidente que era del Colegio constituyen-
te, cuya firma figura en segundo lugar al pie del acta de
8 de febrero de 1814, como puede verse en este docu-
mento publicado en el periódico oficial El Argos de Nue-
va Granada, correspondiente al 16 de junio de 1814.
En las reproducciones susodichas aparece entre los
signatarios de aquella acta don Nicolás María de Pombo.
Se ha incurrido en una equivocación, pues ningún miem-
bro de la distinguida familia de este apellido, originaria
de Popayán y Cartagena, estuvo establecido en la pro-
vincia de Neiva ni desempefió allí puesto público. Quien
la firmó fue don Nicolás María de Lombo. Consta asi en
el número de EL Argos a que nos hemos referido, y en
diversos documentos que se hallan en el tomo xv de la
sección Historia del archivo anexo a la Biblioteca Nacional.
En el ramo militar hicieron también los neivanos des-
de los principios de la guerra magna constantes esfuer-
zos por adquirir y conservar su libertad. Recuérdese aque-
lla expedición compuesta de hijos de Neiva que puso en
calzas prietas a los realistas en los comienzos del afio
de 1811, antes de la batalla de Palacé, y que obfó en
combinación con las tropas de Baraya; tráigase a la vista
la Gaceta Ministerial de Cundinamrca de 12 de agosto de
1813 y léanse en ella las patrióticas providencias toma-
das por el gobierno de Neiva acerca de alistamiento de
gentes, acopio de viveres y reunión de bagajes con el fin
de auxiliar al grueso del ejército independiente que ha-
bría de salir de la antigua capital del Virreinato al man-
do del ilustre General Narifio a combatir contra las hues-
tes españolas, y admírese el bizarro comportamiento de
los soldados de Neiva en la legendaria campana del Sur,
de cuyos hechos están llenas las páginas de nuestra his-
toria.
La provincia tuvo en 1816 la misma suerte que las
otras de la Nueva Granada: luégo Que Latorre ocupó a
- 17-

Santafé, envió columnas ligeras hacia Ibagué, Neiva y Po-


payán, con el objeto de perseguir a los patriotas que hulan
o se habían ocultado en los bosques (1). Ante la supe-
rioridad numérica no fue posible oponer mayor resisten-
cia; Neiva quedó nuevamente sometida a Fernando VII,
y en toda la comarca se experimentaron las terribles con-
:secuenc.ias de la dominación de los pacificadores.

(1) J. M. Restrepo. Historia de la Revolución, tomo l. página 41 J.

-- -- ...
NOTICIAS BIOGRAFICAS

DON JOSE MANUEL ALVAREZ


Su segundo apellido era Gutiérrez.
Concurrió como diputado por Neiva a la convención
general reunida en dicha ciudad en t8t5, y firmó la cons-
titución expedida por aquel cuerpo el 3t de agosto del
mism(l año.
En 1817 desempel'l.ó el oficio de alcalde ordinario de
primer voto en Neiva y estuvo de corregidor interino (J).
En 1822 fue juez politico, y en t823 administrador
principal de correos de Neiva. Nombrado en abril de 1831,
por el Vicepre!;idente de la República, gobernador provi-
sorio de la provincia, en reemplazo del comandante don
Manuel M. Arjona, se excusó de servir el puesto, pero ig-
noramos si le sería admitida la renuncia. En 1832 sirvió la
jefatura política municipal de Neiva y le tocó ejercer ac-
cidentalmente la gobernación, por el mes de septiembre.
En 1835 era juez en la mencionada ciudad (2).

(I) Archivo Nacional, Civiles de la República, tomo 7; Funciona-


rios Públicos, tomo 11, páginas 412 y 792; Gobernación de Neiva,
tomo 1, págin&s 326 a 328, y tomo 3, página 975.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Emba,gos, tomo 3.
- 20-

DON JOSE ANTONIO AMEZQUITA


En 1813 era alcalde del barrio de Cantarrana en Neiva.
Estuvo unos días en Santafé, y al regresar a su ordina-
ria residencia fue el portador de ciertos pliegos cerrados
dirigidos por el ex-gobernador espafi31 don Anastasio La-
drón de Guevaraa las autoridades de Neiva, en los cua-
les se les excitaba a que recibieran en paz a Sámano.
Probablemente, Amézquita ignoraba el alcance de las re-
feridas comunicaciones (1).
Como diputado al Colegio Revisor Electoral de la pro-
vincia de Neiva, firmó el acta de la Independencia el 8
de febrero de 1814.
En 1823 vivía aún en Neiva, pobre, con mujer y cua-
tro hijos (2).

DON MIGUEL DE AVILA


Nació por los anos de 1772 (3).
En 1809 era alcalde del partido de Nuevo Prado (4).
Sargento Mayor del regimiento del Fiel y alcalde or-
dinario de primer voto de la Villa de Purificación' en 1811.
Concurrió como diputado por la misma al Congreso de
Neiva, que se reunió en Yaguará en dicho año (5).
Fue casado con doña Nieves Valdés. Su hijo Félix,
bautizado en Nuevo Prado en 1818, solicitó en 1839 una
beca en el Colegio de San Bartolomé (6).

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gobierno, tomo 31.


(2) Archivo Nacional, Civiles de la República, tomo 10, página 293.
(3) En Ù98 declaraba ser de veintiséis años de edad. (Archi-
vo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 26, página 546.,
(4) Archivo Nacíon'll, Testamentarias del Tolima, tomo 24, pá-
gina 939.
(5) O Charri, Centenario de Neiva.
(6) Archivo del Colegio del Rosario.
- 21-

DON JOSE ANTONIO DE LAS BARCENAS


Bautizado en la parroquia de Toca (perteneciente hoy
al Departamento de Boyacá) el 22 de marzo de ) 779;
hijo legítimo de don Joaquín de las Bárcenas y doña Ma-.
riana de Umaña.
Don Joaquín nació de los esposos don Juan Casimiro
de las Bárcenas, quien desempeñó en Tunja honoríficos
puestos, y doña Margarita Escobar, naturales y veci-
nos de dicha ciudad; nieto paterno de don Agustín de
las Bárcenas, espanol montañés, y de doña Petronila Ger-
trudis de Monasterio, originaria de Muzo; biznieto de Do-
mingo de Bárcenas y Mora y doña Antonia de Prado
y Rosas, y de don Juan de Monasterio y dofia Marga-
rita de Poveda y Mazmela.
Doña Mariana Umana, perteneciente a una buena fa-
milia de Tunja y hermana del doctor Joaquín Umana,
prócer de la Independencia fusilado por los realistas en
la Villa de Leiva en abril de 1816, era hija legítima de
don Ignacio de Umana, regidor del cabildo de Tunja,
y de doña Ana Gertrudis López. Abuelos: don Miguel
Jerónimo de Umaña y doña Petronila Ouarín y Zavala;
Miguel López Niflo y dona María de AveIlaneda. Bisa-
buelos: Dionisio de Umana y doña Francisca de Pinzón;
don Juan Guarín de León y dona María Zavala; Pedro
López Maldonado y dofla Juana Nillo y Alvarado (I).
Obtuvo don José Antonio una beca en el Colegio de
San Bartolomé, previa información de limpieza de sangre,
en 1796. Más tarde vivió por algún tiempo en la Villa
de Purificación, y en 1803 remató el oficio de alférez real
de su cabildo. En este mismo afio ejerció accidentalmen-
te el cargo de alcalde ordinario de segundo voto. En
1804 renunció el puesto antes citado (2).

(I) Archivos de San Bartolomé y del Rosario y Notarias de Tunja.


(2) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tollmo, torno 26,
página 666, y tomo 20, página 7.
- 22-
Con motivo de la jura de Fernando VII en Purifica-
ción en 1808, Bárcenas equipó una guardia de veinte hom-
bres, haciendo él mismo de Capitán, con la cual escoltó
el pendón real el día de la pomposa ceremonia cuyos de-
talles se encuentran en un curioso folleto de la Biblioteca
Nacional (I).
Desde los primeros momentos de la transformación po-
Utica, abrazó Bárcenas con entusiasmo la causa de la In-
dependencia.
En 1811 actuó como diputado en la junta que gober-
naba en Neiva y ocupó el puesto de presidente del Tri-
bunal de Justicia (2).
De importancia serían los servicios prestados a la pa-
tria por Bárcenas y reconocida su capacidad, cuando sus
conciudadanos, por voto libre y unánime, lo elevaron a
la más alta magistratura del Estado o Provincia de Nei-
va. Uno de los primeros pasos que dio como presidente,
fue jurar con solemnidad sometimiento al Congreso de la
Nueva Granada el 19 de enero de 1812. El 16 de febrero
reconoció, con las formalidades del casú, la constitución
independiente sancionada por los representantes del pue-
blo. También era capitán general de las tropas, y como
tal, dictaba acertadas disposiciones militares para prepa-
rarse a la defensa del territorio confiado a su cu stodia:
el 6 de junio publicó un bando por medio del cual or-
denaba que desde las cuatro de la tarde de dicho d(a
para adelante, al oir la caja de guerra, concurriera todo
hombre a disciplinarse sin excepción de persona, estado
o calidad «en inteligencia que el presidente será el pri-
mero que se presenta en la fila que le corresponde, a
ejecutar y ser ensefiado por el director o maestro militar".
El sefior Bárcenas en distintas ocasiones dio pruebas
de su religiosidad. En noviembre del referido afio de 1812,
(1) Biblioteca Pineda, volumen tr1, serie 2, número 2, página 5.
(2) Archivo Nacional, QueIra y Mar/na.-Historia, tomo 6 (Re-
pública).
- 23-
con motivo de la instalación del Supremo Congreso del
Nuevo Reino de Granada, c acta el más digno del ge-
neral júbilo" que debla de verificarse el dIa 15, ordenó pú-
blicamente que se hicieran «preces y demostraciones al
Todopoderoso por los grandes beneficios que nos ha dis-
pensado y por instantes se aumentan".
Cansado de las fatigas del mando y deseando reti-
rarse con su familia a una vida más calmada, dimitió
Bárcenas la presidencia el 11 de marzo de 1813; pero la
Patria reclamaba sus servicios y en consecuencia la re-
nuncia no le fue admitida. Tres meses después, en nota
dirigida al presidente del colegio revisor, se expresaba
Bárcenas en estos términos:
e He trabajado en más de dos anos de noche y dia
como un oficial y he llevado la carga hasta donde me
han alcanzado las fuerzas y me lo han permitido mis
cortas luces,..
Durante su gobierno hizo cuanto estuvo a su alcance
para levantar el esplritu público. A mediados de 1813,
aterrorizado con motivo de los acontecimientos adversos
a la libertad en Cartagena y en los Llanos y con el ade-
lanto de los realistas en Popayán, excitaba enérgicamen-
te al colegio revisor de Neiva a que se reuniera ca la
brevedad del rayo", para deliberar sobre los medios de
salvar tan angustiosa situación. Los esfuerzos de Bárce-
nas en este sentido resultaron inútiles, pues al cabo de
un mes aún no había logrado congregar el número sufi-
ciente de diputados para que funcionara dicho cuerpo.
No obstante, el benemérito presidente seguia trabajando
impertérrito por la defensa de la Patria, resuelto a derra-
mar por ella hasta la última gota de sangre y a mantenerse
en su puesto a pesar de los peligros que le rodeaban.
Además, abundaba en sentimIentos de adhesión inque-
brantable al Congreso de la Nueva Granada. AsI consta
en diversos papeles oficiales.
-24-
El senor Bárcenas, cuyo período presidencial terminó
a fines de ]8]3, tuvo que continuar en el mando, con
carácter interino, por tres meses más. El 7 de febrero de
1814, el Colegio revisor de Neiva había nombrado GOo-
bernador del Estado al ciudadano Jorge Tomás Hermida
para reemplazar a don josé Antonio, y elegido a éste Re-
presentante al Congreso. Ignoramos por qué razón el su-
cesor de nuestro biografiado fue el doctor Joaquín Borre-
ro, a quien entregó las riendas del Gobierno en marzo o
abril, en vez del mencionado señor Hermida. Estaba, pues,
don José Antonio de las Bárcenas en ejercicio del Poder
Ejecutivo el 8 de febrero de 1814, día en el cual Neiva
proclamó su independenCia por medio de la memorable
acta, y si su nombre no aparece en la sanción de este
documento, y figura solamente el del secretario Diaz,
débese a que tal era entonces la costumbre.
El ]4 del mismo mes, la representación de la provin-
cia confirió a don José Antonio el título de Coronel, que
era el más alto que podía dar de acuerdo con las facul-
tades que había recibido en virtud del Acta de Federa-
ción.
En 1814 concurrió Bárcenas al Supremo Congreso, a
pesar de que en un principio había opuesto resistencia
para aceptar el honor que se le hacía, por modestia o
desconfianza de sus fuerzas. En ]8]5 y ]8]6 continuó
prestando sus servicios a la Patria en el referido cuerpo.
Destinado nuevamente para gobernar la provincia de
Neiva, no alcanzó a posesionarse de su cargo, porque
por ese tiempo llegaron las huestes pacificadoras (1).

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gobierno, tomo 23; Ar-


chivo Restrepo, Revolución de Popayán; Archivo Nacional, Gutrm
~ M/1rlna.-Hlsf()r1a, tomo 6 (República), y Misceldnea (Colonia), to--
mo 69, página 364, y El Centenario de Neiva, por O. Charrl, obra
que encierra documentos muy notables respecto de la labot del se-
flor Bárcenas durante su periodo presidencial.
- 25-
Como miembro del Congreso Supremo fue designado
don José Antonio de las Bárcenas para formar parte de
la comisión legislativa permanente creada por decreto de
1.0 de abril de 1816, en la que tenian asiento los Dipu~
tados doctor Juan Fernández de Sotomayor, Fray Diego
Padilla, don José Gabriel Peña y don Emigdio Troyano.
Según Restrepo y Martínez Silva, los mencionados sef\o-
res, inelusive Bárcenas, se transladaron a Popayán en
momentos de terrible angustia para la República (1). Ante
esa comisión reiteró su renuncia don José Fernández
Madrid, y la misma nombró Presidente dictador al Ge-
neral Custodio García Rovira y Vicepresidente al Co-
ma:tdante Liborio Mejía, de conformidad con el deseo de
las tropas .. ,
Pensamos nosotros que Bárcenas no estuvo en Popa-
yán, porque no aparece su nombre en el acuerdo dictado
allí el 22 de junio sobre admisión de la renuncia de Ma-
drid, y sí los de los otros cuatro miembros de la Comi-
sión, y porque el sefior José María Salazar Arango, cuyo
testimonio merece entero crédito, escribe en una especie
de autobiografía 10 siguiente: «En Popayán fui Secreta-
rio del Congreso que se formó en junio del año 6.°, a la
vista de Sámano y del ejército, el cual Congreso era com-
puesto de los honorables sefiores doctor Juan Fernández
de Sotomayor, Reverendísimo Padre Fray Diego Padilla,
Emigdio Troyano y Gabriel Peña» (2). Como se nota,
pasa por alto al señor Bárcenas. Y éste, al relatar los
principales hechos de su vida en memorial dirigido del
Guamo en diciembre de 1820, al Ministro de Guerra de
Cundinamarca, no dice nada sobre el particular. Oigá-
mosle:

(J) Historia de la Revolución de la República de Colombia, tomo


l, pá~ina 414, y Biografia de lose Fernández Madrid, páginas 83
a 86, respectivamente.
(2) Archivo Nacional, Peticiones y Sollcitudes, tomo l'8, página 40.
- 26-
.EI 14 Y 15 Y parte del 16 hice mis servicios en el
'Congteso, y de éste Cuerpo sali destinado por segunda
vez a tomar el mando de Gobernador en la referida Pro-
vincia. No tuvo lugar mi posesión porque de tránsito a
aquel destino falleció mi esposa y a los seis dias de este
desgradado acolltecimiento se sepultó en las ruinas nues-
tra desgraciada Patria, con la ocupación de la capital del
17 de mayo de dicho afio por los enemigos.
• A un tiempo me vi colmado de las más grandes deB-
gracias, muerta mi esposa, proscrito por los espanoles
tocando ya los últimos instantes de mi vida, rodeado ál
mismo tiempo de mis pequenos hijos, todo angustiaba
mi corazón, elegi las montafias por mi ha41itación y en
ellas pasé diez y nueve meses, sufri toda clase de tra-
bajos y contraje varias enfermedades de que apenas hace
-seis meses que logro mi restablecimiento· (1).
El Pacificador Morilla, desde el cuartel general de
Santafé, con fecha 18 de noviembre de 1816, ordenó que
se persiguiera a don José Antonio hasta conseguir su
aprehensión, y que si se lograba, se le remitiera al punto
'donde él se hallara (2).
En ]821 concurrió Bárcenas como Diputado por la
Provincia de Neiva, al Congreso de Cúcuta (3).
Tuvo por esposa a dol'la Maria Gertrudis Moya, hija
legítima de don Nicolás Moya y de dona Margarita li-
berata Guzmán (4).

(1) Archivo Nacional, Gu£rra y Marina-Historia, tomo 6.


(2) Original del Archivo Restrepo.
(3) J. M. Groot, Historia Eclesiástica 'y Civil, tomo 4, apéndi-
ce 22, y Gaceta de Colombia de 14 de octubre de 1821.
(4) Archivo parroqulal de Neiva, partida de bautismo de Vic-
tor Rafael Cenón de las Bárcenas y Moya, abril de 1812. Este don
Victor vivió en Purificación, casado con dofta Luisa ViUaveces.
Existe de ellos distinguida descendencia.
- 27-

DON JOSE ANTONIO BARREIRO


Natural del Agrado (I), nació en 1758 (2). Hijo legi-
timo del gallego don José Barreiro y Fernández de Lugo
y de dona Jerónima Losada, de Timaná¡ nieto de don
Pedro Barreiro y dona Paula Pifieres, y del Capitán Juan
Joven de Losada y dona Juana de Ledesma, y biznieto
materno del Capitán Pedra Joven de Losada y dona Ma-
nuela de Orozco (3).
En diciembre de 1790 se celebró con la mayor pom-
pa posible en la Villa de Timaná la proclamación y jura
de Carlos IV. El vecindario del Pital, .:cuya acción y VOl
representó don José Antonio Barreiro», tomó parte en las
festividades haciendo poner en escena una comedia. El
referido caballero contribuyó con su dinero largamente
para ello, ca que anadió su cela haber proporcionado un
baile a la siguiente noche», al cual concurrieron numero-
sas personas de alta distinción (4).
En 1796 era don José Antonio en Timaná, Sindico Pro-
curador General y Padre de Menores, y en 1801 desem-
penaba el puesto de Alcalde ordinario de primera nomi-
nación, por ausencia del propietario (5).

(1) Este dato nos ha sido suministrado por el sellar General don
Manuel S. Rivera, celoso cultivador de nuestra historia; pf'ro el al-
caIde realista de Timaná en 1818, llamaba a Barreiro pita/elto, no
sabemos si por razón de origen o de vecindad (Archivo de la Bi-
blioteca Nacional, Justicia, tomo 33).
(2) En diciembre de 1795 declara ser de edad de 3:7 aftos (Ar.
chivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 12, página
359), y en septiembre de íB22, confiesa tener 64 aftos (Archivo Na-
cional. Civi/es de la República, tomo 7, página 275).
(3) Archivo del Colegio del Rosario, informaciones de don José
Rafael Barreiro y datos del General Rivera.
(4) De la relael"'n formada entonces por el escribano público
de Tlmaná, publicada por el seflor Gabino Charri G. en el Boldin
de Historia y Antigaedades, tomo 8, página 117.
(5) Archivo Nacional, Empleados PUb/leas del Tolima, tomo 13,
página 211, Y Negros y Esclavos del Tolima, tomo 2, págIna 399.
- 28-
En su carácter de feligrés principal de la parroquia
del Pital, fue citado y emplazado por el cabildo de TI-
maná que acababa de recibir informes de los sucesos del
20 de julio en Santafé, a que concurriera, como lo hizo,
a la sesión del 23 de agosto de 1810, con el objeto de
senalar el representante que debia traslad¡use a la capi-
tal del Reino.
En el cabildo abierto que se reunió en Garzón el 6
de septiembre inmediato, a fin de discutir y adoptar la
forma más conveniente de gobierno, se resolvió que la au-
toridad quedara depositada en el cabildo de Timaná con
agregación de nueve vocales y que el alcalde de primer
voto fuera el presidente del cuerpo. Elegido al punto para
tan honroso cargo don José Antonio Barreiro, hubo de
aceptarlo patrióticamente, a pesar del cúmulo de obliga-
ciones y responsabilidades que echaba sobre sus hom-
bros. Escogióse el pueblo de Garzón, con el titulo de Villa
Nueva de Timaná, situado en el centro de la comarca,
para residencia del tren gubernamental (1).
Barreiro, designado por Timaná, tuvo que pasar a Nei-
va a concurrir a la junta de los diputados de los cuatro
cabildos que componian la provincia, que se verificó el
22 del mismo septiembre, en la cual se nombró represen-
tante al Congreso general (2).
En 1811, siendo todavia don José Antonio, Alcalde y
Presidente de Timaná en Garzón y además Coronel del
regimiento de la Estrella de Plata, hizo parte, elegido por
dicha Villa, del Congreso de Neiva que funcionó en Ya-
guará (3).

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomo 11.


(2) Diario Politico de Santaf~, número 14, de 9 de octubre de
1810.
(3) Aetas del Congreso publicadas por el seftor Charri en P.1
Ctntenario de Neiva.
- 29-
Continuó en el ano siguiente rigiendo los destinos del
ilustre cuerpo (cabildo citado), y en tal virtud dirigió al
Poder Ejecutivo de Cundinamarca el 30 de enero, un me.
morlal solicitando la anexión de Timaná al estado que
obedecia al ilustre Nariño y expresándose en términos vio-
lentos contra Neiva. La petición fue admitida y los corres-
pondientes documentos se publicaron en la Gaceta Minis-
terial del 20 de febrero de 1812.
Portóse Barreiro noblemente con los perseguidos por
los políticos exaltados y franqueti en su casa generosa
hospitalidad a varios realistas desterrados de lejanas tie-
rras que se encaminaban a su destino.
Por haber favorecido la fuga que intentó para Popa-
yán un regidor de apellido Grueso, enemi~o de los pa-
triotas, Barreiro se expuso a los furores de ciertos revol-
tosos, vióse compelido a trasladarse a Santafé, donde pa-
deció las molestias de una larga prisión, y no pudó evi-
tar el que se le sometiera a un proceso.
Más tarde, alegó las entedichas circunstancias con la
mira de librarse del furor de los pacificadores.
Algunos meses de~pués de la ocupación de la provin.
cia de Neiva por los espafioles, don José Antonio, sintién-
dose hostilizado con motivo de su conducta anterior, em-
prendió precipitada marcha para Popayán, y el 4 de sep-
tiembre de 1816 se presentó allí al brigadier don Juan
Sámano. A poco, exasperado por las persecuciones, hizo
viaje a la ciudad de Panamá. Supo en ella que existía
un indulto que alcanzaba a cobijarlo, y en consecuencia,
determinó regresar al interior del país. En Cartagena ob-
tuvo pasaporte, pero al pasar por Honda, en noviembre
de 1817, el Gobernador Angles lo redujo a la cárcel, lo
colocó en un cepo y luégo lo remitió con custodia a San-
tafé. Se hallaba preso en el cuartel del batallón Tambo
en diciembre de dicho año. ]uzgábase por los realistas,
perjudicialfsima la residencia de Barreiro en Timaná, en
-30-
razón del imperio que él tenia aUf sobre todos e por su
riqueza y persuasión".
En una causa que por rebeldia se le habla seguido,
habla sido condenado a dos afios de destierro de la Pro-
vincia de Neiva (I).
Mientras que personalmente corria Barreiro tántas pe-
ripecias, sus intereses andaban de mal en peor. El Go-
bernador militar de Neiva, agente de don Pablo Mori-
llo, dio la siguiente orden:
.Si aún no se hubiesen embargado los bienes del re-
belde José Antonio Barreiro, procederán V. S. S. a veri-
ficarlo inmediatamente, nombrando comisionado de la ma-
yor inteligencia y responsabilidad al efecto.
,.Dios guarde a V. S. S. muchos aftos.
• Neiva, noviembre 26 de 1816.
lO Gobernador, Ruperto Delgado·.
El encargado de cumplir este mandato fue el Alcalde
ordinario de Timaná, quien el 5 de diciembre embargó
los haberes que Barreiro poseia en el sitio de Buenavis-
ta, dependiente de la mencionada población (2).
Parece que recobró la libertad poco después. En 1818.
don José Antonio y los de su casa podian considerarse
como los más acaudalados capitalistas de la jurisdicción
de Timaná, pues poselan tierras, cacaotales, animales y
esclavos (3).
En 1821 era don José Antonio, Coronel de milicias de
la Provincia de Neiva, y en 1822 y 1824, juez politico
del cantón de Timaná (4).

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Parlicu/arts, tomo 8, y


Justicia, tomo Z1.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional. Embargos, tomo 4.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional. Justicia, tomo 33.
(4) Archivo del Rosario, Informaciones citadas, y Archivo Na-
cional, Clvllts de la República, tomo 7.
- 31 -

Declaró en su testamento no haber sido casado., dis-


puso que se le sepultara en la iglesia del Pital.
Murió, debidamente administrado con los santos Sa-
cramentos, en septiembre de 1831 (l).
Tenemos noticia de tres hermanos de don José Anto-
nio: Manuel Agustín, casado con 'dona Margarita Falta,.
Rosalía y Diego. Un homónimo del último y seguramen-
te miembro de su familia, figuró con brillo en la segun-
da época de la Independencia, peleó en los combates de
Bomboná, Yacuanquer, Junin y Tarqui y llegó a Coronel.

DOCTOR PEDRO JOSE MARIA BORDA


Hijo legítimo de los senores Miguel de la Borda y
Catalina Polanco, vecinos de La Plata, y nieto del mom-
posino don Miguel de la Borda (2).
Ordenóse presbítero y fue cura ·vicario del Gigante
por muchos anos. Concurrió como tal al cabildo abierto
que se reunió en Garzón el 6 de septiembre de 1810, a
imitación del memorable que se había congre~ado en San-
tafé el 20 de julio. En aquél se sentaron las bases para
la organización del gobierno de la comarca, y en junta
que se verificó el 9 del propio mes, a la cual asistió tam-
bién el doctor Borda, se designó para capital o cabecera
la población de Garzón, que debía llamarse Villa Nueva
de Timaná (3).

(I) De la correspondiente partida de defunción que nos ha sido


remitida galantemente por el presbftero don Tomás Losada.
(2) Estos datos se han tomado de la partida de defunción del
doctor Bordl y de les informaciones que presentó en 1781 en soli-
citud de una beca del Colegio del Rosario el senor José Marla Bor-
da, que creemos es el mismo dan Pedro José Marla Borda. En el
archivo de dicho colegio aparece que el pretendiente no alcanzó al
fin la deseada Insignia.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomo 11.
- 32-

En 1813 ocupó el alto puesto de Presidente del Se-


renisimo Colegio Revisor electoral de Neiva (l).
Según el sefior Gabino Cl1arri, erudito escudrifiador de
viejas crónicas, fue el presbitero Borda e poderoso auxi-
liar de los patriotas".
DesempeM et referido cargo parroquial hasta fines de
J829.
Murió a una edad avanzada, en el Gigante, et 25 de
de abril de 1848 (2).
Consérvase ta tradicion de que el doctor Borda era
varón ilustrado, duef\o de extensa biblioteca, decidido par-
tidario de la Independencia y de que gozaba en el lugar
en que residió y en los pueblos de los contornos, de gran
reputación de santo, hasta el punto de que cuando falle-
ció se repartieron sus prendas de vestir, como reliquias,
entre distintos miembros de su fami lia (3).

DON EVARISTa BORRERO


Aunque sea ya cosa demasiado trivial et decir que la mo-
destia se hermana con el verdadero mérito, para el presente
caso no podemos menos de repetirlo. Porque don Evaristo
Borrero, aquel caballero que pasó tántos afios de su vida
en sus propiedades del Gigante y el Hobo cuidando nu-
merosa familia, entregado a las faenas campestres de agri-
cultura y ganaderia, sin desempenar ministerios ni pues-

(1) Gaceta Ministerial de Cundinamarca de 22 de abril de 1813


(Biblioteca Nacional).
(2) Partida de defunción citada.
(3) Una hermana del doctor Borda, dorla Josefa Borda, tuvo de
su esposo don Miguel Zavala, natural de Logrol\o en Castilla la
Vieja, a dol\a Carmen Zavala, casada que fue don Lorenzo Truji-
llo, padres de dorla Julia Trujillo, que contrajo matrimonio con don
Angel Marla Cleves, del cual nació don Guillermo Cleves, quien
amablemente nos ha suministrado varios datos para este boceto.
- 33-

tos en los congresos, entusiasmándose, eso si, por el pre-


dominio del partido conservador, al que pertenecía de co-
razón, había servido a la Patria como pocos, luchando de-
nodadamente en los principales combates de. la guerra
magna.
Vino al mundo don Evaristo, en la ciudad de La Pla-
ta, el 26 de actubre de 1798, del matrimonio contraído
el 15 de enero del propio afio, entre don José Ignacio
Borrero, natural de dicha ciudad, y dofia María Josefa Or-
dÓfiez, de la de Calota, él, hijo legítimo del espaf\ol don
Manuel Borrero y de dofia María Antonia Gómez, y ella,
hija igualmente legítima de don Francisco Javier Ordóf\ez
y dona Rosa Cifuentes (1).
Tenia Barrero dos tíos carnales, uno por cada línea,
que fueron próceres notables de la Independencia: el doc-
tor Joaquin Barrero y el presbitero Andrés Ordónez y Ci-
fuentes, quienes debieron de influir de manera decisiva
en las ideas políticas del sobrino (2).
A principios de 1813, las huestes reales amenazaban
seriamente a los republicanos por distintos puntos de la
Nueva Granada. Los patriotas de la región de Popayán
aguardaban con an!;ia el auxilio de Jas tropas de Cundi-
namarca. Mientras tanto, algunos americanos entusiastas
trataban de defender su causa en las jurisdicciones de
Neiva y Papayán. El oficial don Miguel Malo, hombre
valiente que mandaba una columna, distinguióse entre
ellns, y siguiendo la~ instrucciones del General Narifio,
ocupó importantes puntos estratégicos, retrocediendo con
tal objt:to de Neiva, a donde había llegado el 16 de ju-
lio de 1813. El gobierno de esta provincia, presidido por

(I) Datos tomados de las partidas de bautismo de don Evuisto y


de matrimonio de sus padres, copiadas de los respectivos libros
parroqulales por el presbítero don Manuel Antonio Ortiz R.
(2) En las bio¡zrafías de estos dos personajes se encontrarán nu-
merosos Informes genealógicos.
3
-34-
el seftor Bárcenas, franqueó al m~ncionado oficial, gente,
víveres y dinero (1). Don Evaristo Borrero, aún adolescente,
empezó la carrera militar como soldado voluntario, el 2
de febrero del expresado ano de 1813, bajo el mando del
oficial Malo.
Don Antonio Narii\o, nombrado por el Poder Ejecu-
tivo de la Unión, Teniente General, salió de Santafé a
fines de septiembre de 1813, a dirigir en persona lacam-
pana del Sur, y llegó el 25 de octubre a La Plata, don-
de, según lo relata el testigo presencial doctor Alejandro
Osorio, se reunió el ejército, se organizaron los cuerpos
y se disciplinaron las tropas colectadas en el tránsito. La
expedición emprendió la marcha hacia Popayán. El jo-
ven Barrero fue incorporado en un batallón de Cundina-
marca que Narina, acertadamente puso a órdenes del Te-
niente Coronel don José María 'Vergara y Lozano, santa-
fereno de preciara estirpe que había recibido educación
en la Peninsula e iniciádose con brillo en las operaciones
de Marte.
Hallóse don Evaristo en la acción del Alto Palacé en
1813, y en las de Calibío, Juanambú, Tasines y Egido
de Pasto en 1814. La última fue un desastre para los in-
dependientes, cuyo ilustre jefe cayó en poder de los es-
panales. Borrero hizo parte de la porción de ejército que
se salvó gracias a la habilidad de don José María Cabal;
en retirada regresó a Popayán, y luégo marchó al Valle
del Cauca con el prudente buguefio.
En 1815 peleó Borrero en las batallas ,de Ovejas y
el Palo, en los días 3 y 5 de julio, respectivamente, y
el 29 de junio de 1816 se encontró en la desgraciadísi-
ma de la Cuchilla del Tambo, en la cual cayó en manos
del enemigo. La derrota de los patriotas fue tan comple-

(1) Gaceta Ministerial de Cundinamarca de 8 de julio y de 12


de agosto de 1812.
- 35-
ta, que con ella, al decir de don Santiago Arroyo, quedó
sepultada ta libertad de la Nueva Granada.
Barrero, con ta clase de tropa, tue remitido por in-
surgente, at presidio de Guayaquil. Estuvo privado de la
libertad por atgún tiempo, hasta que logró fugarse y se
trasladó a la Provincia de Neiva. Vióse obligado a per-
manecer oculto mientras dominaron tos agentes de Fer-
nando VII, pero cuando la bandera tricolor comenzó a
tremolar por los dominios del viejo virreinato a conse-
cuencia del triunfo de Boyacá, presentôse don Evaristo
en ta Plata at entonces Coronel Joaquín París, quien lo
admitió en el batallón Vanguardia el 11 de septiembre de
1819, con el cargo de Cabo segundo. Después de una
campaña en la que intervino en varios tiroteos, cayó otra
vez prisionero de los realistas en la sorpresa que éstos,
encabezados por don Sebastián de la Calzada, dieron en
Popayán el 24 de enero de 1820, a la guarnición que
mandaba el prócer don Antonio Obando. Conducido al
presidio de Guayaquil, padeció cautiverio por más de
un año (1). Al tíbertarse, agregó se de nuevo a las filas in-
dependientes en noviembre de 1821 y tue destinado al
escuadrón Restaurador, de Guayaquil. Sirvió luégo, desde
el 28 de enero de 1822 hasta el 4 de junio inmediato,
en la columna del intrépido Comandante Cayetano Ces-
taris, compuesta de doscientos hombres, de la cual hace
mención el historiador Restrepo, que, situada entre las
divisiones españolas de Riobamba y Quito, tenía corta-

(1) Damos e~te dato ['orque el mismo Barrero en una rel<lción


jurada que formó en 1843, dice: -Estuve prisionero, y en el pre-
sidio de Guayaquil, desde el 25 de enero de 1820 hasta el 14 de
noviembre de 1821., Está en contradicción con lo escrito por el
propio Burrero en 1841 en una solicitud para que el General en
jefe cert·ficara si después de que cayó pri5ionero (Barrero) en 1820
fue conducido a Pasto -de donde me fugué., Indudablemente in-
currió en co;,fusión, pero parece de más fuerza la citada relación.
- 36-

das las comunicaciones de los enemigos. Estos, dice el


citado autor, «destacaron tropas con el fin de destruirle;
empero Cestaris, conduciéndose diestramente, se retiraba
entonces fatigándolos y después volvía a sus primeras
posiciones cerca de Tacunga ll•

Combatió Barrero en Pichincha el 24 de mayo de


1822 en las goteras de la ciudad de Quito, donde la es-
pléndida victoria obtenida por las armas Iibertadoras di-
rigidas por Sucre, dio por resultado la formación del De-
partamento del Ecuador, correspondiente de Colombia la
Grande. Don Evaristo hubo de llorar en aquella ocasión
la muerte de su hermano, el Subteniente Domingo Ba-
rrero, quien herido gravemente en la batalla. no alcanzó
a sobrevivir sino cinco días.
Después entró don Evaristo al batallón Húsares de la
Guardia y ascendió a Sargento segundo el 10 de junio
del expresado afio. En tal cuerpo hizo las campafias
más célebres de su carrera, a órdenes de los dùs ilustres
jefes Bolívar y Sucre, hasta 1829.
Existen datos de que don Evaristo estuvo en campa-
ña sobre Pasto, pero son un tanto contradictorios. El
mismo, en un interrogatorio que formuló más tarde para
ser contestado por el General Mosquera, da a entender
que bajo el mando de Sucre, se halló en varios comba-
tes hasta la toma de Pasto, después de haber empren-
dido la tarea desde la Villa de Ibarra contra Agualongo.
Confundió, sin duda, Jas épocas, pues si bien es cierto que
Borrero se halló en la acción de la Villa de Ibarra el 18
de jUlio de 1823, lo que aparece de testimonios fidedig-
nos y en la relación jurada del propio Borrero, acción
en la cual el genio de la América anonadó a los pertinaces
pastusos dirigidos por el indio Agustín Agualongo, tam-
bién lo es que con posterioridad a dicha fecha ni Bolivar
ni Sucre estuvieron en Pasto, en el afio de 1823, pues
el primero se embarcó para ci Perú el 7 de agosto, a
37 -

tiempo que el segundo se hallaba en Lima, y ambos si-


guieron a continuación luchando por la libertad de los hijos
de los Incas. Creemos nosotros que don Evaristo Borrero
pudo estar en Pasto en la época en que se encontraron
en esa ciudad los dos ilustres jefes nombrados, o sea a
principios de enero de 1823, porque el Coronel Diego
Barreiro, compañero de Sucre en Yacuanquer el 22 de
diciembre de 1822 y en la toma de Pasto al día siguien-
te, dice, hablando de Barrero, que lo perdió de vista en
1820 y agrega: «No volví a verla hasta la entrada del
finado General Bolívar a Pasto, en cuyo ejército iba yo
incorporado; y alii ví colocado de Sargento segundo en
los húsares de su guardia al mencionado señor Borrero".
También el oficial Juan Nepomuceno Prieto, que declaró
andando los años a favor de don Evaristo, cuenta que
éste se halló en la toma de Pasto.
A poco se trasladó don Evaristo al Perú, y el 8 de
octubre del aludido año de 1823, cayó bañado en san-
gre en Arequipa. en la sorpresa que los españoles dieron
a los patriotas, sostenidos éstos de manera especial por
el General Miller y el Comandante Raulet (1).
Cupo a Borrero la gloria de pelear en Junín el fi de
agosto de 1824, donde el Libertador impartió terrible de-
rrota al General Canterac (2); el 4 de diciembre encon-
tróse don Evaristo en la función de Matará, 'j el 9 del

(t) Borrero cuenta equivocadamente que dicha refriega tuvo


lugar el 30 de agosto. Esta fue la fecha del arribo del ejército de
Sucre a Arequipa, como puede verse en los Recuerdos de don José
María Rey de Castro, testigo presencial. La sorpresa se verificó el
8 de octubre, según lo comunica Sucre a Bolívar. (O'Leary, tomo
t, página 91), y lo relata el Coronel Manuel Antonio López en
BUS Recuerdos Históricos, página 95,

(2) El oficial Manuel Fermin de Vargas dijo en 1838, refirién-


dose a nuestro personaje en la batalla de Junín: • Me consta que
Borrero se manejó con valor.,
- 38-

mismo mes en la sin igual batalla de Ayacucho, en la


cual recibió nueva herida, que le obligó a pasar al hos-
pital de Guamanga en busca de curación. El 28 del ci-
tado diciembre fue a~cendido a Sargento primero, lo que
da a entender que su comportamiento mereció la apro-
bación de sus superiores.
Continuó en la campaM del Perú hasta diciembre de
1827, y en 1828 hizo la de Bolivia, en defensa del pa-
bellón colombiano, cuando se insurreccionó la tercera di-
visión. El 28 de noviembre de este afio consiguió su des-
pacho de Alférez segundo.
Encontr<"se en la batalla del Portete de Tarqui el 27
de febrero de 1829, en la que el Mariscal Sucre, al man-
do de las fuerzas colombianas, venció al ejército perua-
no, muy superior en número, que invadió la tierra de sus
libertadores.
El 26 de octubre de 1829 llegó a Alférez primero y
en el mes siguiente fue licenciado (1).
Llama la atención la circunstancia de que en diez y
seis afios de vida militar, tocándole en suerte concurrir
a tan notables hechos y habiendo sentado por su buena
conducta en los combates, «nota de valiente», según tes-
timonio del General José Hilario López, alcanzara tan sólo
Borrero un titulo modestísimo. ¿ Oeberíase a que sus ap-
titudes para la carrera no eran brillantes o a que le fal-
tabd apoyo en los altos circulos oficiales? En cualquiera
de los casos, su constancia y decisión que no pueden
ponerse en duda, prueban de manera evidente que por

(1) El L1hertador, por decreto de 25 de abril de 1829, concedió


licencia absoluta al Alférez de la cuuta compaflía de caballería del
segundo escuadrón de Húsares de Ayacucho Evaristo Borrero, y el
despacho correspondiente a dicha licencia fue firmado en Quito el
4 de mayo por el Coronel Espinar, secretario de Bolivar. Pero se-
gún la hoja de servicios de don Evaristo, aparece licenciado el 11
de noviembre.
- 39-
encima de todo sentimiento tenía Barrero uno meritorio
en sumo grado: el amor a la Patria.
Justo era que tras tántas fatigas buscara don Evaristo
el reposo de la vida privada. Regresó a la antigua pro-
vincia de Neiva y no tardó en fundar un hogar unién-
dose por los lazos del himeneo con una senorita de dis-
tinción: doña María del Carmen Silva, hija legítima del
venerable signatario del acta de independencia de 1814,
don José Manuel de Sliva y de doña Francisca Trujillo (1).
Tenemos a la vista una certificación del General Joa-
quín María Barriga, en la que dice que Borrero sirvíó en
1830 y 1831 en favor del Gobierno legítimo. Quízá lo
hizo prestándole apoyo moral con sus influencias o ma-
terial por medio de auxilios pecuniarios, pero no cree-
mos que hubiera tomado parte activa en defensa de la
causa de sus simpatías contra la dictadura de Urdaneta,
pues se hallaba alejado de la carrera militar.
Mas no pudo permanecer impasible ante la idea del
posible triunfo de la revolución que se levantó en 1840.
Cuando el Coronel Joaquín Posada Gutiérrez organizó
las fuerzas legitimistas que habían de atacar al Teniente
Coronel Pedro Antonio Sánchez, veterano «de la es-
cuela del General Sucre", jefe de los insurrectos en la
región de Neiva, que disponia de gente aguerrida, Ba-
rrero fue design.1do para uno de los jefes de la caballería

(I) DeI matrimonio de don Evaristo fuero~ hijos: don Domin-


go, esposo de dona Francisca P~rdomo; don Ignacio, que murió
soltero; dona Mercedes, casada con don Abdón Poveda; dona Cris-
tina, con don Rafael Vt'ga Silva; dona Serafina, con don Jenaro Bo-
rrero; dona Carlota, con don Nicolás Manrique; dona Trinidad, con
don Francisco Vega Silva; dona Matilde, con don Bernardo Gutié-
rrez Linares; dona Josefa, con don Antonio Poveda, y dona Fran-
cisca, con don Gabriel Perdomo Cuenca. De E'stos últimos nació el
lIustrlslmo y Reverendislmo senor don Ismael Perdomo, honra del
episcopado colombiano.
- 40-
gobiernista y como taJ se movió de Neiva con la divi-
sión el 5 de mayo de 1841 y se halló ese mismo dia en
la célebre acción de Riofrío, en la cual salieron derrota-
dos los revoltosos. Entró a servir entonces con el empleo
de Capitán efectivo, al mando del escuadrón Gulas del
General; continuó la campafla del Sur con el grueso del
ejército hasta La Venta, y pasó a incorporarse el 16 de
octubre con los edecanes del General Mosquera como su
ayudante de campo. En ese tiempo peleó Barrero en Tie-
rradentro en algunos tiroteos con el indígena Lorenzo Ibi-
to, a quien hubo de perseguir por orden superior; resul-
tó herido al avanzar sobre el enemigo en un sitio llama-
do Cuetando, y se halló en pequeñas escaramuzas en Tim-
biscué contra José María Guinas, otro indígena que hos-
tilizó a los partidarios de la legalidad.
A últimos de diciembre de 1841 estaba don Evaristo
en Popayán; el 4 de marzo de 1842 tomó el mando del
escuadrón Húsares de Neiva número 1.°, y a. fines del afto
se trasladó a Bogotá a arreglar algunos asuntos.
En 1843 figuraba en el escalafón con el título de Sar-
tento Mayor.
Siendo la actividad una de las cualidades que distin-
guían a doK'\Evaristo, no podia permanecer quieto por
mucho tiempo. Así fue que en 1846 siguió con eJ Gene-
ral José Hilario López a Panamá, cuando se anunció en
el interior de la Nueva Granada la expedición de Flórez,
que tántos temores causó, pues se decía que era grande
y que venia a derrocar el gobierno del Ecuador en com-
binación con el español. La empresa fracasó, y López,
sin tener nada que hacer en el Istmo, regresó a la ca-
pital.
En 1854, con motivo de la revolución del General
Melo, iniciada el funesto 17 de abril, quiso don Evaristo
tomar las armas para combatir al dictador, pero no lo
pudo conseguir porque el gobernador de Neiva no se lo
- 41 -

permitió, considerando que su presencia era allí necesa-


ria. De este modo, y a despecho de sus ímpetus bélicos,
prestó también un importante servicio al pais (1).
Falleció don Evaristo en el Gigante el 2 de enero de
1861.
La figura de este hombre inválido a causa de las he-
ridas que recibió peleando como bueno, nos hace recor-
dar en cierto modo la del «viejo soldado» cantada por
el inmortal Pamba.

DOCTOR JOAQUIN BORRERO


Antes de hablar de la vida del prócer, veamos algo
sobre la família a que pertenecía.
Don Manuel Borrero, tronco espafiol de los de su ape-
llido en el antiguo Tolima, era hermano carnal de don
José Barrero, el padre de los beneméritos varones que
tánta honra dieron a su patria, la ciudad de Calí, entre
los cuales descollaron don Eusebio y don Vicente, el pri-
mero como militar, el segundo como hombre civil.
Había nacido don Manuel en el lugar de Alosno, ju-
risdicción del condado de Niebla en Andalucía, en marzo
de 1742; hijo legítimo de don Antonio de Padua Borrero

(I) Para la presente biografia nos hemos basado principalmentE:


en la hoja de servicios de don Evaristo Borrero, que está en ci Ar-
chivo Nacional (tomo 6) y en una documentación sobre los mismos
que se conserva en la biblioteca de la Academia Nacional de His-
toria. Encuéntranse en estos expedientes certificaciones de José HI-
lario López, Tomás C. de Mos.¡uera, Joaquín Paris, M'Inuel María
Pranco, Ramón Espin:!, Diego Barreiro, Francisco Posse, Manuel
Fermin Vargas, Juan Nepomuceno Prieto, Joaquin María B'lrriga,
Juan Masutíer, Cipriano Alvarado y quizá otros. Acerca de la men-
cionada documentación elaboró un detallado e Interesante informe
el seHor Manuel Marla Mesa. (Véase el Bo/eUn de Historia y Anti-
güedades, número 129). Debemos también importantes d3toS a la
amabilidad de la seHora doHa Francisca Borrero de Perdomo.
- 42-
y de dona Ignacia RamírE'z; nieto de don Juan Borrero y
dona María García, y de don Pedro Alonso Ramirez y
dona Antonia Márquez.
Trasladóse don Manuel al Nuevo Reino de Granada,
contrajo matrimonio con la distinguida dama doña 'Maria
Antonia Gómez, y fundó en la ciudad de La Plata, sitio
que escogió para su residencia, un respetabilísimo hogar.
Dona María Antonia Gómez era hija del sevillano don
Diego Laureano Gómez y de su esposa dona Bernarda
Polanco, y nieta materna de don Silvestre Matéus Polan-
co, natural de los Reinos de España, y de dona Agusti-
na de Falla, vecinos de la Plata, hija legítima la ultima
del Sargento mayor Agustín Falla y de dona Catalina de
Arce, y niet:i del Capitán don Antonio Falia, oriundo de
las montai'\as de Burgos, y de dol'la Maria de Mosquera,
nobles, y de don Juan de Arce, nativo de la Villa de Ja-
raiz en Extremadura, y de doña Ignacia de Molina y To-
ledo, vecinos de Mariquita. Los dos últimos eran hijos
respectivamente de don Diego de Arce Campuzano y dona
Ana de Sola y Enciso, y de don Bernardino de Molina
y Toledo y dona Catarina Caro. Don Bernardino descen-
dia de los primeros conquistadores: su padre, don An-
tonio de Molina, era hijo del Capitán aragonés don Car-
los de Molina, de los pacificadores de Gualí y Guasquia,
y de doña Antonia de Toledo, y nieto materno del Ca-
pitán Antonio de Toledo, espat'iol, fundador de la ciudad
de La Palma; y su madre, dona Antonia de Toro Za-
pata, hija del Capitán Juan de Toro, oficial de Jiménez
de Quesada, y de dona Catalina Zapata de Cárdenas;
nieta de Luis Zapata de Cárdenas y de doña María Va-
lero, y biLOieta del Capitán García Valero, de los descu-
bridores y pobladores de Remedios.
Dei matrimonio de los mencionados don Manuel Bo-
rrero y dona Marla Antonia Gómez, fueron hijos:
1. Don Ignacio, que casó con dona Maria Josefa Or-
- 43-

dóñez, y tuvieron a Evaristo (cuya biografí<l ya conoce-


mos), José María (alias el Biche), Domingo (muerto en Pi-
chincha), Andrés y Serafina.
2. Don Manuel, el Tartaioso, murió soltero.
3. Don José Ant(\nio, casado con daBa joaquina Falla,
con descendencia.
4. DON JOAQuIN, objeto del presente estudio.
S. Doñ;¡ Lucía, esposa del doctor Ignacio Durán, de
quien adelante trataremos.
6. Don Francisco, casado con doña Ana Joaquina Du-
rán y Polanco, con descendencia.
7. Doña María Jose~at que casó con el espaBol don
Agustín S;¡ntos Mendívil, y tuvieron a doña Joaquina, es-
posa de don Lucas Vargas, y a doña Petrona, esposa
de don José María Calvo. De esta última pareja nació
doña Lastenia Calvo de Maldonado, madre del ilustrísi-
mo y Reverendísimo señor doctor Eduardo Maldonado
Calvo, obispo de Tunja.
8. Doña Mariana, casó con don Antonio Barona.
9. Doña Bernarda, casó con don Antonio López, y
tuvieron a dolla Felisa, esposa de don Ramón Villoría,
ya don Manuel Antonio, soltero, militar de la Indepen-
dencia, de los vencedores en Ayacucho, e historiador (1) .

•• *
DON JOAQuIN BORF/EROvino al mundo en la ciudad
de la Plata el 1 de febr~ro de 1788. Enviado por su fa-
milia a la capital del virreinato, recibió la investidura de
la beca del Colegio Mayor de Nuestra Sellara del Rosa-

(1) Archivo del Rosario. Informacio,les de los Barreras Archivo


de San Bartolomé, información de don Frllnci<co Falla en 1728.
Archivo Nacional, Testamentarias del Tolima. Ocárlz, Genealogías;
Gaorid Arango Mejia, Genfaloglas. D~bemos la enumeración de los
hijos de don Manuel Barrero a la relación del erudito genealogista
don Manuel lionzález Borrero.
-44-
rio el 18 de noviembre de 1801, y estudió hasta alcan-
zar el diploma de doctor.
En 1809, cuando el gobierno realista de Santafé en-
vió al Teniente Coronel don José Dupré con trescientos
fusileros de línea a ayudar a sofocar los movimientos in-
dependientes de Quito, Barrero fue de los granadinos en-
tusiastas que con don Joaquín Ricaurte, don JOclquln Cas-
tro y algunos otros, concibieron el atrevido proyecto de
sorprender dicha fuerza y apoderarse de las armas que
llevaba, lo cual no se realizó (1).
Hallóse Barrero, con el cargo de Capitán de una de
las compañías con que auxilió la província de Neiva a
la de Popayán, en la célebre campana acometida por el
General Baraya contra el gobernador de la última, don
Miguel Tacón. El Coronel jasé Diaz, comandante de las
tropas neivanas, al dar parte de la entrega del jefe es-
patiol Dupré, desde el cuartel de Andango, el 26 de sep-
tiembre de 1811, dice que su ayudante, doctor Barrero,
y el capellán del ejército, hablan sido designados para
garantes con el objeto de mediar con el comandante de
las tropas de Quito y evitar las escenas sangrientas (2).
A su regreso de Popayán fue pr~sidente del Tribunal
de Justicia de Neiva; alcalde ordinario en depósíto del
Gigante, por poco tiempo, y luégo presidente del Estado
libre de Neiva. Durante su gobierno levantó ejércitos, re-
caudó empréstitos, decretó repartimientos: en una pala-
bra, hízo cuanto estuvo a su alcance en defensa de su
patria (3).
Principió el período ejecutivo de Borrero, en marzo
o abril de 1814. No tenemos conocimiento preciso de la
fe~ha en que terminó. Como tal presidente felicitaba en

(I) J. M. Re<;trepo, Historia de la Revolución, tomo ), página 57.


(2) Archivo Nacional-Gobernaciones, tomo 38, página 5~3. Ga-
uta Extraordinaria de Cundinamarca, 20 de (jctubre de 18) I.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, Embargos, tomo 3.
- 45-
nota de 12 de agosto de 1814 al de Antíoquia, por la
expedición de la ley sobre la libertad de esclavos, y con
igual carácter figuraba en octubre del afio siguiente (I).
Por los narrados servicios de Barrero, y acaso tam-
bién por la circunstancia de encontrarse su firma a con-
tinuación de la del presidente del Estado en el acta de
16 de febrero de 1812, por la cual se reconocía solem-
nemente y se juraba la primera constitución republicana
de Neiva (2). fue perseguido al llegar los pacificadores a
aquella región en 1816, y se vio en la necesidad de emi-
grar hacia el Sur. El corregidor don Anastasio Ladrón de
Guevara dia orden al alcalde del Gigante el 22 de julio
de dicho afio de que procediera inmediatamente «al em-
bargo de bienes, derechos y acciones,. de pertenencia
del insurgente Barrero, lo que al punto se verificó (3).
Los seftores Scarpetta y Vergara refieren en su Dic-
cionario (en el boceto de don Miguel Ortiz Tello): eNo
habiendo sido capturado el doctor Joaquín Barrero, alias
Catilina, se le figuró en un mufieco del que se quemó
el cuerpo, y la cabeza se puso por seis meses en una
jaula en la plaza de Neiva».
En 1820 fue don Joaquín gobernador en la provincia
de Riohacha (4).
C"ncurriÓ diputado por Neiva al congreso de Cúcuta
y firmó la constitución expedida el 30 de agosto de 1821
por el referido cuerpo. Con desinterés y generosidad, ce-

(I) Archivo Nacional, Guerra y Marint1-Historia, tomo 6 (do-


cumentos de don José Antonio de las Bárcenas); Gaceta Mini,ierial
de Antioquia, 9 de octubre de 1814, y Bihlioteca Nacional, Justicia,
tomo 24.
(2) G. Charri. El Centenario de Neiva.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, Embargos, tomo citado,
y Archivo Nacional, Civiles de la República, tomo 7, página, 274.
(4) Archivo Nacional, Peticirnes y Solicitudes, tomo 13, pá-
gina 420.
- 46-

dió luégo al gobierno lo que se le adeudaba de sus suel-


dos de congr~sista (1).
En febrero de 1822 fue n(lmbrado ror el Vicepresi-
dente de la República, gobernador de Neiva. Aceptó y
llenó sus deberes "con energía, actividad, celo, probidad
y justicia'", según manifestación de los vecinos de la ca-
pital de la provincia. En 1823, 1824 Y 1825 tuvo el car-
go de representante al Congreso de Colombia (2).
Cuando la dictadura de Urdaneta, Borrero se mostró
entusiasta defensor de las instituciones legítimas, y sir-
vió el empleo de Coronel comandante de arma<; de la
provincia de Neiva en 1831 (3).
En marzo de 1840. hallándose en el Gigante, dirigió
al General Murgueitio una carta sobre asuntos políticos
relacionados con el General josé Hilario López, en la
cual se patentiza ferviente apasionado por este hombre
púhlico a quien llama "la nifta de mis ojos lO.

El doctor Borrero fue casado primero con dona Fran-


cisca Muñoz y González y luégo con doM Ramona Za-
vala y Borda. De ambas dejó descendencia.
Murió en Quito (4).

DON JOSE RAFAEL CABRERA


Hijo legítimo de don juan Gil de Cabrera y de dona
Ana Beatriz de Cuéllar.
N'lció por los años de 1762, probablemente en Ti-
maná, pues su padre, en declaración rendida en aquella
época, manifestó ser vecino de allí.

(1) Gaceta de Colombia, de 14 de octubre de 1821, Pombo y


Querra Constituciones de Colombia, y Archivo Nacional, Peticiones
y Sulicitudes, tomo 2, página 78.
(2) Gaceta de Colombia, de 10 de febrero de 1822; de 13 de
abril de 1823 y de 11 de abril de 1824 y Archivo Nacional, Peti-
ciones y Solicitudes, tomo 13, página 420.
(3) Archivo Nacional, Gobernación de Neiva, tomo I, página 754.
(4) TradiciÓn de familia.
- 47-
Nombrado don José Rafael alcalde ordinario de pri-
mer voto de la Villa de Timaná para 1800, hubo de re-
nunciar el cargo a causa de sus enfermedades y de tener
su habitación y morada en la hacienda de El ¡uncal, muy
distélnte de la mencionada Villa (1).
Fue vocal del cuerpo de gobierno que surgió del
cabildo abierto congregado en Garzón el 6 de septiem-
bre de 1810, como consecuencia de los acontecimientos
políticos desarrollados en Santafé. cuerpo que se estable-
ció en dicha población que cambió por entonces su nom-
bre por el de Villa Nueva de Timaná. Mereció don José
Rafael que sus colegas, en la sesión del 19 del propio
mes, le eligier2n Teniente Coronel, segundo director del
ramo de guerra, puesto que aceptó inmediatamente, de-
seoso de cooperar a la buena marcha del nuevo régi-
men (2).
Concurrió como diputado por Paicol al Colegio Re-
visor Electoral Constituyente de la provincia de Neiva
y firmó el acta de independencia el 8 de febrero de 1814.
También fue diputado por la misma parroquia a la Con-
vención General reunida en Neiva en 1815 y con tal
carácter suscribió la célebre constitución expedida por di-
cho cuerpo el día 31 de agosto.
Cabrera, por sus servicios a la patria, fue persegui-
do por los españoles, quienes le quitaron doscientas bes-
tias de silla y muchos ganados. Vióse obligado a per-
manecer oculto en su casa de campo de Ei Juncal. Des-
pués de la batalla de Boyacá recibió el nomhramiento de
alcalde de Paicol, destino que ejerció por varios afios.

(I) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 15,


página 719, y tomo 19, página 28. En 1719 figuraba en la VlIla de
San Calixto de Timaná, como procur;.dor general de su cabildo,
el Capitán don Juan de Cabrera, probablemente ascendiente de don
José Rafael.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomo Il (do-
cumentos de la junta de Timaná)
-48-
Más tarde, cuando el Libertador regresaba del Perú,
don José Rafael salió a encontraria a La Plata y lo con·
dujo a su hacienda a pasar la noche. Allí regaló Cabre·
ra un sombrero a Bolívar y éste le dio en cambio el que
traía en uso. Tan curiosa prenda estuvo en poder de los
descendientes de Cabrera por mucho tiempo, hasta que
desapareció en una de nuestras contiendas civiles.
Don José Rafael fue casado en primeras nupcias con
dona Isabel Diaz y en segundas con dofía Carmen Durán,
y de ambos matrimonios dejó descendencia (1).
A la edad de ochenta y cuatro años murió Cabrera
en la parroquia de Paicol, en junio de 1846 (2).

DON LUIS CAICEDO Y FLOREZ


Después de la figura del marqués de San Jorge, la
más brillante entre las de los habitantes de Santafé a fi·
nes del siglo XVIII, es la de don Luis Caicedo y Flórez.
Supo este senor continuar el lustre tradicional de su casa
y se manejó siempre como un gran caballero.
Nació don Luis en Purificación el 9 de octubre de 1752,
del matrimonio de don Fernando Caicedo y Vélez y dOlla
Teresa Flórez y Olarte, aquél, descendiente por línea pa·
terna del Capitán espafíol Francisco Beltrán de Caicedo,
uno de los conquistadores de Los Remedios, y ésta, del
venerable historiador don luan Flórez de Ocáriz.
En 1763 fue admitido don Luis en el Colegio Mayor
de Nuestra Señora del Rosario, cuya aristocrática beca
habian vestido varios de sus consanguíneos.

(I) Debemos gran parte de los anteriores datos al sellor don


Rafael Manrique, quien los obtuvo de don Vicente Cabrera, hijo
de don José Rafael.
(2) Archivo parroquial de Paicol, Libro de defunciones que co-
mienza en 1802, partida número 268 La copia nos fue remitida
amablemente por el sacerdote lazarista don José Maria Amaya R.
- 49-

El 2 de marzo de 1718 casó Caicedo en la capital


con dofla Josefd Santamaría, perteneciente a noble fami-
lia, hija legitima del doctor don Francisco Sanz de San-
tamaría y Salazar, abogado de la Real Audiencia, y de
dof'ia Petronila Prieto y Ricaurte (1).
Como en aquellos tiempos la primera aspiración de
los jóvenes colonos consistía en alcanzar un oficio hono-
rífico de cabildo, remató don Luis el de Alférez real o
mayor de Santafé en la no despreciable suma de 650 pe-
sos; le fue despachado el título con fecha 7 de octubre
de 1788, y obtuvo real confirmación en junio de 1790 (2).
Pronto se presentó a Caicedo la oportunidad de dejar
su nombre admirablemente puesto en los anales de la
tranquila ciudad de Quesada, pues hubo de hacer la ju-
ra del Rey don Carlos IV en 1789, y para ello desplegó
tal largueza y tánta elegancia, que los cronistas de la épo-
ca se muestran pasmados ante las inusitadas festividades
que por' dicha les tocó aprovechar.
Hizo levantar a sus expensas en la plaza mayor un
magnífico y costoso tablado, de acuerdo con las reglas
arquitectónicas y estéticas, que ostentaba los escudos de
Castilla, León, Aragón y Santafé, con el fin de llevar a
cabo en él la ceremonia culminante. A las 3 de la tarde
del 6 de diciembre pasó el cabildo, justicia y regimien-
to de la ciudad a la morada del Alférez mayor (situada
a la diagonal de la iglesia de la Candelaria, contigua al
palacio arzobispal) para conducirlo a que cumpliera su
cometido, formando con toda la nobleza un lucidisimo y
muy ordenado paseo, en el que llamaban la atención los
aderezos de los caballos. Iba don Luis Caicedo en medio

(1) Archivo del Rosario, informaciones de los Caicedos, y Ar-


chivo de la Catedral, libro de matrimonios.
(2) Archivo Nacional, Emp/eados PùbUcos de C'Uldinamarca, to-
mo 23. Bo/eUn de Historia y Antigüedades, tomo 2, página 512.
-50-
de los dos alcaldes ordinarios, don José María Lozano
y don Antonio Narina. Quién habia de pensar entonces
que más tarde se trocarian estas senores en próceres de
la Independencia y que el último sería e'n breve 'prisio-
nero del propio Rey cuya coronación estaba celebrando
con júbilol Llegados a las casas consistoriales, se hicie-
ron los acostumbrados juramentos de fidelidad, con asis-
tencia del Provisor y Vicario del Arzobispado, los recto-
res de los colegios del Rosario y San Bartolomé y los
prelados de las comunidades; luégo se repartieron las me-
dallas de oro y plata que para perpetua memoria del ac-
to se grabaron a costa de Caicedo, con el busto del ca-
tólico monarca, el blasón de la ciudad y el apellido del
donante, de las cuales con anterioridad se hab an obse-
quiado diversos ejemplares al Virrey, a los altos emplea-
dos y a otros hombres de pro; en seguida el Alférez le-
vantó el estandarte real, y con los citados alcaIdes-por-
tadores de las borlas-subió al tablado y dirigiéndose al
balcón donde se hallaba el Virrey Ezpeleta, proclamó al
soberano, asi: «Por Castilla, por las Indias y por Santa-
fé, viva nuestro Rey y setior don Carlos Ivr- Correspon-
dió entusiasmada la multitud que lo rodeaba; tronó la ar-
tillería, y Caicedo arrojó un montón de monedas que el
pueblo recibió con delirio. Después recorrió la ilustre co-
mitiva las principales calles, exquisitamente adornadas al
efecto con telas, espejos y curiosas pinturas. Don Luis,
con el real pendón, ocupaba lugar entre los Oidores, y
le guardaban la espalda ocho lacayos con su coche y
caballos «de respeto" ricamente enjaezados. Repilióse la
jura en las plazas de San Francisco y San Agustín, y
terminó el paseo en las casas de don Luis, en cuyos bal-
cones se colocó la regia insignia debajo de un soberbio
pabellón de damasco carmest La esposa del Alférez ma-
yor y sus cuatro tiernos ninos, distribuyeron desde alii
copiosa cantidad de dinero.
-51-
En las noches siguientes, se vio toda la ciudad pro-
fusamente iluminada, sobresaliendo de manera singular el
alumbrado de la casa de Caicedo, ingenioso y de gran
valor. En esa amplia mansión se dieron durante dos no-
ches, cenas y refrescos espléndidos, con selecta música y
alegre baile, a los cuales concurrió el Virrey Ezpeleta con
su bella consorte doña María de la Paz Emile, y lo más
granado de la sociedad.
En la tarde del dia 7 se ofreció por Caicedo al pue-
blo «espectáculo de escara musa a caballo" (cifiéndonos
al lenguaje de la época), en el que demostraron notables
habilidades cuatro cuadrillas, bizarra y distintamente uni-
formadas, compuesta cada una de diez gallardos jinetes,
siendo el mismo Alférez mayor jefe de una de ellas, ves-
tida a la espafiola antigua, con calzón, botín y capa blan-
ca con cabos amarillos y en la adarga este lema: «Del he-
misferio español - Y de uno al otro polo - Santafé por
Carlos solo" (1).
El Rey, que no podía mirar con ojos indiferentes la
adhesión y munificencia de don Luis Caicedo, le premió
condecorándole por decreto de 25 de mayo de 1792 con
la cruz de la real y distinguida orden de Carlos III, que
el rumboso agraciado llevó con orgullo sobre el pecho,
una vez cumplidas ciertas indispensables formalidades (2).
A mediados de septiembre de 1801 salieron Humboldt
y Bompland de Santafé con dirección al Cauca. En la
hacienda de Contreras, jurisdicción de Ibagué, visitaron a
Caicedo y Flórez, y allí el Barón trazó con su mano la
acequia que conduciría el agua para mover con fuerza hi-

(I) Se han tomado los anteriores pormenores sobre la jura de


Carlos IV de una relación anónima copiada del Archivo del cabil-
do de Santafé y publicada por el senor Saturnino Vergara en el
Papel Periódico IlustraJo de 1.' de febrero de 1882.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Manuscritos, tomo 4 (en
el lomo dice: .Testamento de Isabel de OIarte-) .

.i·

.,l.i . .';,,-<

C:JÚ i-.i..oe:.
- 52-
dráulica la rueda de la maquinaria de fabricar azúcar,
evitando asi el pesado trabajo a los esclavos (1).
Figuró Caicedo en la lista de los suscriptores a la
«Sociedad Patriótica de la Nueva Granada», organizada
por el sabio Mutis en 1801, con el objeto de propender
por el adelanto de la agricultura, la ganadería, el comer-
cio, la industria, las ciencias y las artes (2).
Renunció don Luis el cargo de Alférez real el 3 de
enero de 1803 (3).
Con motivo del casamiento del príncipe de Asturias
con la serenísima princesa de Nápoles, concedió el mo-
narca español títulos de Castilla a algunos naturales de
América, noticia que comunicó el Virrey Amar al cabildo
de Santafé en abril de 1805. Uno de los sujetos escogi-
dos para tal honor fue don Luis Caicedo, quien en un
principio admitió, y el Virrey aprobó y aun quiso apoyar
esta resolución como lo manifestó en su nota de 18 de
noviembre del citado año; pero luégo Caicedo retiró su
contestación y declaró el 14 de junio de 1806 que no po-
dia aceptar. Parece que no era suficiente el tercio y quin-
to de sus bienes para fundar mayorazgo, sostener la de-
cencia del titulo y pagar la contribución de lanzas. Los
otros candidatos se habían excusado antes, alegando falta
de recursos (4).
¿Deberán atribuirse estos rechazos a grandeza repu-
blicana como lo han creido varios autores?
En 1809 fue alcalde ordinario de primer voto de San-
tafé, y cuando en ese año se habló con temor entre los

(I) Ibátlez, Crónicas de Bogotá, tomo 2, página 200.


(2) A. Federico Gredilla, fJiografia de José Celestin<}Mutis, pá·
glna 229.
(3) Archivo Nacional, Empleados Públicos de Cundinamarca, to-
mo 23, página 766.
(4) Saturnino Vergara, Grandeza Republicana (Papel Periódico
Ilustrado, tomo I, página 199), y Raimundo Rivas, Los Nobles de la
Cnlonia (Boletln de Historia y Anti~üedades, tomo 4, página 321).
- 53-
Oidores de un plan que diz que tenían ciertos personajes
de establecer una Junta Suprema y deponer las autorida-
des existentes, se dijo que una de las cabezas del mo-
vimiento era don Luis, y que gobernaría, si resultaba la
cosa, por dos años en calidad de presidente. No hemos
logrado llegar a formamos ideas claras respecto de este
asunto, pues estimamos los datos que se conocen, vagos
y deficientes (1).
Como tal alcalde, suscribió Caicedo en primer lugar
el 20 de noviembre de 1809 la representación del cabil-
do de Santafé a la Suprema Junta Central de España, elo-
cuente escrito redactado por don Camilo Torres, que re-
clamaba de manera precisa los derechos de los america-
nos, y que, aunque no se envió a la Península, circuló
en secreto y contribuyó a levantar la opinón a favor de
la Independencia. (2).
En las postrimerías del mencionado af'io se observó
el curioso fenómeno del «sol sin rayos", que duró seis
meses aproximadamente y puso en aprietos a los natu-
ralistas. Sobre el particular escribía don Luis desde Pu-
rificación: «Parece que el padre sol ha cambiado de sexo
y se ha transformado en luna diurna" (3).
Cuentan los señores Camacho y Caldas en el Diario
Politico, que Caict:du, don Antonio Narifio, el presbítero
Rasilla y otros hombres importantes, eran objeto del odio
de Amar y Barbón y de los ministros de la Audiencia.
Yerran los historiadores que aseveran que don Luis
Caicedo fue de los signatarios del acta de independen-
cia del 20 de julio de 1810, porque su firma no aparece

(1) Documentos publicados en El Precursor, por los d\lctores


Eduardo Posada y Pedra Maria Ibátlez (páginas Z77 a 289).
(2) Bo/etin de Historia y Antigüed..:desl tomo 3, páRina 198 (Los
tres Torres, por Enrique Alvarez Bonilla). Véase también la Histo-
ria de Restrepo, tomo l, página 69.
(3) IbAftez, Crónicas de Bogotá, tomo 2, página 311.
- 54-
~n ninguna de las ediciones del famoso documento. Cons-
ta sí en él que Caicedo fue de las personas elegidas y
proclamadas para que, asociadas al cabildo, integraran
la Suprema Junta de Gobierno. Y en una hoja oficial im-
presa el 27 del mismo julio, enIla que se encuentra la dis-
tribución de los vocales, figura nuestro prócer en la sec-
ción de Gracia, Justicia y Gobierno. Al reorganizarse, cua-
tro meses más tarde, el citado cuerpo, Caicedo continuó
comprendido en el ramo de Gracia y Justicia (1).
Refiere Caballero Que el 2 de septiembre de 1810, se
dio a reconocer el Coronel de milicias sefior don Luis
Caicedo.
Estuvo en Neiva hacia la mitad de 1811 Y su arribo
fue causa de zozobras en la comarca, pues se juzgaba en
ella que llevaba la misión de sujetarla a Cundinamarca
y el designio de quedarse de corregidor o de colocar en
él empleo a uno de sus hijos, por lo cual la Suprema
Junta de la provincia hubo de dar un bando el 8 de ju-
nio encaminado a tranquilizar los espíritus y a prevenir
que no se molestase a Caicedo, advirtiendo e que el mo-
tivo de la venida de dicho caballero según se ha anun-
ciado, lejos de ser perjudicial a la Patria, por el contra-
rio podrá ser a tratar puntos interesantes a la salud del
Reino" (2).
El gobierno de Cundinamarca otorgó a don Luis el
grado de Brigadier el 6 de abril de 1812, y el Poder Le-
. gislativo, en acta del 22 de agosto inmediato, le nom-
bró consejero para reemplazar a don Manuel Benito de
Castro que había ascendido a la presidencia (3).
Estuvo Caicedo en Purificación con el empleo de sub-

(1) Archivo Restrepo y Diario Politico de SantaJé, 23 de no-


viembre de IBIO. •
(2) Gabino Charri, El Centenario de Neiva.
(3) Gaceta .MinisteriaL de Cundinamarca de 30 de abril y 27 de
agosto de 1812.
- 55-
presidente y logró, merced a sus influencias, levantar un
donativo para ayudar a Santafé, capital y residencia de
las autoridades, a sostenerse en las angustiosas circuns-
tancias que atravesaba por hallarse exhausto el erario
público, donativo que fue acordado en junta de cabildo
verificada el 16 de octubre de 1812, y que se inició con
la contribución ofrecida por el mismo Caicedo de 100
pesos en doblones (1).
Siendo todavia sub-presidente de Purificación, falle-
ció en su hacienda de Saldafia el 20 de febrero de 1813.
Este acontecimiento hizo que el cabildo de dicha villa se
expresara asi:
-Perdimos a nuestro muy amado, digno y nunca bien
sentido jefe .... Por su muerte nos vemos precisados a re-
cordar con harto dolor de nuestro corazón, las agI-
taciones, discordias y disgustos que en los an<?s antece-
dentes habían despedazado a los pueblos de este cantón
y sus moradores, y que este genio benigno y grande los
calmó, restituyendo la paz, y haciendo renacer con la
concordia de las voluntades la verdadera felicidad de esta
Villa. Siempre le hemos reconocido como un padre y be-
nefactor de todos nosotros, sin habemos quedado otro
consuelo que ir a derramar nuestras lágrimas y exhalar
nuestros suspiros sobre su sepulcro, que es desde luego
la más honrosa pompa y solemnidad con que podemos
celebqlr sus exequias y conservar para siempre su me-
moria" (2).
Al saberse en Santafé la triste nueva, hiciéronse flÍ-
oebres honras en San Agustin por el alma del inolvida-
ble Alférez de marras (3).
c A la generosidad de don Luis Caicedo y Flórez y

(1) Gaceta MinisteriaJ de Cundirwmarca, 12 de noviembre de 1812.


(2) Gacet~ Ministerial de CundinafTUlrca de 11 de marzo de 1813.
(3) J. M. Caballero. Diario.
- 56-

de su hijo don Luis Caicedo Santamaria, escribe el doc-


tor Pedro María Ibánez, descendiente del primero, "debe
el pueblo de San Luis, del Tolima, la bella iglesia pa-
rroquia!. En un nicho abierto en uno de los muros des-
cansap los restos de estos dos patricios, y en la losa
que los cubre se lee esta inscripción: Si monumentum
quœris circunspici-Luduvicus Caycedo - Patri et Fifio".
Don Luis Caicedo y dof'ia Josefa Santamaria, tuvieron
los siguientes hijos: doña Eusebia, esposa de don Gas-
par de Valencia; don Domingo, prócer, General y man-
datario ilustre, casado con doña Juana Jurado; dona Fran-
cisca, esposa de don Camilo Manrique; don Andrés, ca-
sado con dona Juana Santamaria; dofia Josefa, casada con
don José Maria Quijano; dona Rufina, con don Francisco
Morales Galavís; dolla Lucía, con don José Antonio Ley-
va; dona María del Pilar, con don Vicente Ibánez; don
fernando,c con dona Fausta D'Elhúyar; don Luis, célibe,
y dol'ía Teresa, segunda esposa del General José Maria
Ortega Narifio.
El hidalgo y linajudo don Luis Caicedo, hermano de
aquel prócer eclesiástico que se llamó Fernando Caicedo
y Flórez, es considerado por la República como uno de
sus servidores beneméritos.

DOCTOR MANUEL CAMPOS



Bautizado en el Socorro el 23 de diciembre de 1774,
de diez días de nacido; hijo legitimo de Manuel Campos,
natural de Sopó, y de Antonia Cote. Abuelos: Gregorio de
Campos y María de la Candelaria Pérez, Manuel Cote
y Feliciana Molina.
Don Manuel emprendió la carrera literaria (1esde la
edad de nueve afios; hizo sus estudios en el Colegio de
San Bartolomé; los coronó graduándose de bachiller y
- 57 -

licenciado en facultades mayores, y decidido por la carre-


ra eclesiástica. alcanzó el presbiterado en 1800 aproxima-
damente. Más tarde, deseando tener el honor de contar-
se entre los hijos del ilustre plantel mencionado, solici-
tó la investidura de una beca, la que le fue concedida,
y en consecuencia la recibió el 8 de octubre de 1820.
Era a la sazón cura de Confines: antes lo habia sido de
Prado y después lo fue de Choachi (I).
Escribió un laborioso e inteligente trabajo titulado Me-
moria sobre el Rio Prado, que publicó en el Semanario
de la Nueva Granada del ilustre Caldas. y levantó con
habilidad una carta geográfica de todo su curato destina-
da a complementar la narración, carta que permaneció
inédita a causa de las dificultades que se presentaron para
obtener el grabado.
El doctor Campos, «sujeto de conocida probidad y
literatura» mereció que los diputados de los distintos ca-
bildos pertenecientes a la provincia de Neiva, reunidos
en la ciudad de este nombre el 22 de septiembre de 1810
con el objeto de nombrar representante al Congreso ge-
neral del Reino, le favorecieran con sus votos unánimes
para tan alto cargo. El mismo, como apoderado de los
vecinos de Purificación, hubo de concurrir a la citada jun-
ta. Deseoso de llenar dignamente sus deberes, recorrió los
pueblos de la provincia para adquirir conocimientos prác-
ticos y recibir instrucciones sobre las necesidades e inte-
reses de sus habitantes (2). Dicha elección fue confirma-
da en octubre de 1811 por el Congreso de Neiva reuni-
do en Yaguará.
El Congreso del Reino se instaló en Santafé el 22 de
diciembre de 1810 con asistencia del doctor Campos (3).

(I} Archivos de San Bartolomé y del Arzobispado.


(2) Diario Politico de Santa/é de Bogotá, número 14, octubre 9
de 1810.
(3) Suplemento al Dfarfo Politico de Santa/é, número 41, de 22
de diciembre de 1810.
- 58-

Este regresó poco después a su parroquia de Prado des-


de la cual debió de tener parte directiva en los asuntos
públicos o por lo menos grande influencia en ellos, como
puede colegirse del siguiente documento que copiamos
del original:
e Si toda la provincia es amenazada por las armas de
Tacón, es partido más prudente resistir en masa que aguar-
dar en cortos trozos cuya división prepara la víctima a
los enemigos. Por esta reflexión entiende V. S. la nece-
sidad que tiene de auxiliar a Neiva y realizar la acta
que ha puesto en 6 del corriente.
»Oios guarde a V. S. muchos afias.
"Prado, abril 8 de 1811.
»M. l. C.
»Manuel Campos.
lOS. S. del M. I. C. de Purificación» (1).
Volvió Campos a Santafé a ejercer el cargo que le ha-
bía confiado Neiva; firmó el acta de federación de las pro-
vincias unidas de Nueva Granada el 27 de noviembre de
1811; pasó luégo a Ibagué con sus compañeros los dipu-
tados al congreso, Camilo Torres, losé Manuel Restrepo
y otros de igual talla, y aunque dicho cuerpo no llegó a
instalarse por diversas circunstancias, Campos trabajó con
ellos en favor de la Patria, dándole especial importancia
a la defensa del territorio cuando el acercamiento de don
Benito Pérez, nombrado Virrey. A fines de mayo de 1812
se encontraba aún nuestro eclesiástico en Ibagué (2).
En 1816 lo puso en lista el Pacificador para destinar-
Ia al cadalso (3).
Fue miembro del congreso de Cúcuta, diputado por
la provincia del Socorro. Concurrió a la instalación del

(1) Archivo Restrepo.


(2) Archivo R~strl'po.
(3) Manuscrito del archivo de don José Manuel Restrepo, con-
servado por la familia.
- 59-
cuerpo el 6 de mayo de 1821, pero debió de retirarse de
su seno antes de la clausura de las sesiones, pues no apa-
rece su firma al pie de la Constitución dictada el 30 de
agosto del mencionado año (1).
En 1823 y 1824 era representante al congreso de Co-
lombia (2) y cura de Choachí.
Murió en Bogotá en julio de 1824 (3). La Gaceta de
Colombia en su número del 29 de agosto siguiente, le de-
dicó una necrología en la que lo llama «clérigo virtuoso,
de ilustración y de grande patriotismo" y dice que csiem-
pre obediente a la ley y a las autoridades, el presbítero
Campos mereció la estimación de los magistrados, del
Gobierno y de sus compatriotas".

DOCTOR JOSE JOAQUIN CARDOSO

A los ocho meses de nacido recibió el bautismo so-


lemne en la viceparroquia de Aipe el 9 de enero de 1774;
hijo legitimo de don Teodomiro Cardoso y de dona Vic-
toria Sánchez; nieto paterno de don Marcos Cardoso y
de doña Francisca Arias; biznieto por la primera línea
de Mateo Cardoso y tercer nieto de Antonio Cardoso y
de doña Sebastiana Tafur de Olalla, y por la segunda,
biznieto de don Gregario Arias, oriundo de Tunja (hijo
éste de N. Arias y de dona Ana Gaitán y nieto de don
José Gaitán).
Parece que don josé joaquín estudió en el Colegio
de San Bartolomé. Consagróse a la carrera eclesiástica;

(1) Gaceta de Colombia de 14 de octubre de 1821, y J. M. Groot,


Historia Eclesiástica y Civil, tomo 4, apéndice 22.
(2) Gaceta de Colombia, 13 de abril de 1823 y 25 de abril de 1824.
(3) Archivo de la Catedral, Libro de defunciones.
- 60-
se ordenó diácono en 1796, y en el afto siguiente, sien-
do bachiller, pidió el presbiterado (1).
Fue discípulo de don Francisco Antonio Zea a quien
veneraba (2).
En 1803 era Cardoso cura de Villavieja, empleo que
con el vicariato desempeftaba en 1810 cuando obtuvo de
)a Suprema Junta provincial de Neiva para su curato el
título de Villa y constitucion de cabildo sufragáneo de
dicha ciudad (3).
Concurrió como representante por Villavieja al con-
greso reunido en Yaguará en 1811.
En 1816 era representante al Congreso Supremo, pero
no sabemos si ocupó su curul (4).
En 1817 aún tenía el beneficio de la mencionada pa-
rroquia. Posteriormente, desde 1824, fue cura propio de
la Catedral de Bogotá, destino que renunció en 1830.
También estuvo investido del cargo de examinador si-
nodal del arzobispado (5).
En 1826 formó parte de la Cámara de Representan-
tes de la República (6).
El doctor Cardoso, hombre inteligente, estudioso, mo-
derado y excelente ciudadano, falleció el 20 de mayo de
1857, dejando muy buenos ejemplos y el recuerdo de im-
portantes servicios hechos a la Iglesia y a la Patria (7).

(I) Archivo Arzobispal, Informaciones de eclesiásticos y dis-


pensas matrimoniales de 1777, 1790 Y 1801; Archivo Nacional, Ci-
viles del Tolima, tomo 14, página 23.
(2) El Tiempo de Bogotá, 1857.
(3) Archivo Nacional, tomo citado, y G. Charri, Tributo de gra-
titud a los p1óceres.
(4) Martínez Silva C., Biografia de don JOSé Fernández Madrid,
página 85.
(5) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gobierno, tomo 31, Ar-
chivo Arzobispal y El Tiempo de Bogotá, 1857.
(6) Archivo del Colegio del Rosario.
(7) El Catolicismo, Bogotá, 26 de mayo de 1857, Y El Tiempo.
- 61 -

DON MIGUEL ANTONIO CUENCA


Nació en la ciudad de La Plata en julio de 1766; hijo
legítimo de don Vicente de Cuenca y dona Rosalia Ca-
macho. Pasó los primeros afios en su patria y luégo se
trasladó a Yaguará de donde era feligrés en 1786 en que
pidió dispensa de un parentesco para contraer matrimonio
con dofla Juana Quintero (1).
En 1798 servía el cargo de cabo segundo del res-
guardo unido de rentas de Neiva y en 1799 declaraba
en dicha ciudad, siendo oficial mayor de la escribanía de
la misma, que hacía siete afias lidiaba asuntos notaria-
les (2).
Concurrió al cabildo abierto que se reunió en Garzón
el 6 de septiembre de 1810, en el cual se organizó un
nuevo sistema de gobierno y se dispuso que éste Que-
dara sujeto a la Junta Suprema de Santafé (3).
Como diputado por Yaguará, formó parte de la con-
vención reunida en Neiva en 1815 y firmó la célebre cons-
titución del 3 t de agosto.
Después de la entrada de los pacificadores a la pro-
vi ncia, o sea de t 816 a 1819, Cuenca, por suerte espe-
cialísíma, en vez de sufrir persecuciones, vino a tener
puestos oficiales en Neiva: síndico procurador general y
padre de menores, secretario de la junta de secuestros,
••desempenando todas sus funciones a satisfacción de la
misma junta y del público", y juez subdelegado de bie-
nes de difuntos (4).

(I) Archivo Arzobispal, dispensas matrimoniales.


(2) Archivo Nacional, Aguardientes del Tolima, tomo 3, pagina
44. y Empleadas Públicos del Tolima, tomo 12, página 659.
(3) Archivo de la Biblbteca Nacional, Historia, tOIllO 11.
(4) Archivo de la Biblioteca Nacional, Secuestros, tomo 3, '1
Solicitudes, tomo 9,
-62 -

RAFAEL CUERVO
El General José Hilario López y don José María Es-
pinosa, autorizados y amenos narradores de la inolvida-
ble campana del Sur llevada a cabo en los anos de 1814
y 1815, se hacen lenguas al hablar de las curiosísimas
ocurrencias del oficial Cuervo, cuya gracia y salero hu-
bieran servido de tema para capítulos enteros del Q:.tijote
si hubieran sido conocidas en tiempos de don Miguel de
Cervantes Saavedra. Mas no sólo por esa razón, sino tam-
bién por otras que podrem?s apreciar en el curso de este
corto estudio, la fama de Cuervo es y será legendaria.
Nació don Rafael en el Gigante, jurisdicción de la Vi-
lla de Timaná, el 26 de noviembre de 1795, del matri-
monio de don Manuel Cuervo, asturiano, y dona Ignacia
Rivera, de Timaná, hijos respectivamente de don Miguel
Cuervo y dona Rosalia Inclán, de don Luis Rivera, na-
tural de Popayán, y dona Francisca Silva, de la mencio-
nada Villa (1).
Cuervo era hermano de dona Carmen y de dona Bár-
bara; la primera, soltera; la segunda, esposa de don An-
tonio Toledo, padres de numerosa familia (2).
Estudió don Rafael en Santafé, en el histórico Cole-
gio de San Bartolomé, y alcanzó a bachiller (3), pero no
debió de terminar carrera literaria, pues su pasión por la
militar y su entusiasmo por la Independencia, hicieron

(1) Archivo de San Bartolomé, informaciones de don Rafael


Cuervo, 1811.
(2) Tradición que nos ha sido comunicada por el set'lor don
Manuel González Borrero. Dot'la Natalia Toledo, una de las hijas
de don Antonio Toledo y dot'la Bárbara Cuervo, fue casada con el
General Juan Miguel González, matrimonio del cual procedió don
Aureliano González Toledo, el popular catire González.
(3) Tal titulo le da el sellor G. Charry O. en su folleto Tributo
de Gratitud a los pr6ceres de Neiva.
- 63 --

que se entregara a las armas hasta el fin de su rápida


peregrinación sobre la tierra.
Según el Diccionario de los senores Scarpetta y Ver-
gara, don Rafael Cuervo tomó parte en los acontecimien-
tos del 20 de julio de 1810 en la capital, y posteriormen-
te peleó en Ventaquemada (2 de diciembre de 1812) y
defensa de Santafé (9 de enero de ] 813), al parecer, en
las filas de los centralistas. Ningún documento hemos en-
contrado nosotros sobre el partkular, para dar a los lec-
tores mayores informes relativos a la actuación del per-
sonaje, objeto de las presentes lineas, en aquella época
de la Patria Boba.
Hizo la campana del Sur con el General Narina y
combatió en Alto Palacé (30 de diciembre de 1813), Ca-
libio (15 de enero de 1814) y Juanambú, donde recibió
una herida, siendo Subteniente del batallón Neiva, como
consta en comunicación oficial dirigida por el General
Narina desde dicho campo el 29 de abril de 1814, al Su-
premo Poder Ejecutivo de Cundinamarca, escrita en los
momentos en que se fijaba la bandera tricolor al otro lado
del turbulento rio, sobre las alturas de Boquerón y de
Buesaco. Luchó también Cuervo en Tósines el 9 de mayo
de 1814 y al dia siguiente se halló en la desastrosa de-
rrota dt' los independientes en Pasto (1).
Don José Maria Cabal logró, a fuerza de prudencia,
salvar considerable porción del ejército republicano, y
posteriormente se trasladó al Valle del Cauca, donde per-
maneció varios meses de Comandante en jefe.
Por entonces ocurrió a Cuervo, que servia a órdenes de

(I) El parte de la batalla de Juanambú tue publicado en el Bo-


lelln de Noticias del Dia, número 79, de Santafé. 3 de junio de 1814,
y reproducido por el General O'Leary en el tomo 13 de las Memo-
rias (página 507). Los nombres de las otras accilmes de la campana
del Sur, en que estuvo Cuervo, figuran en el Diccionario de los se-
tiares Scarpetta y Vergara.
- 64-
Cabal con el cargo de Teniente, un percance harto des-
agradable: acusado de haber irrogado injurias al gober-
nador de la provincia, fue arrestado y sometido a un pro-
ceso. Felizmente, tanto el defensor como el fiscal, con-
ceptuaron que no había delito y pidieron se diera al ofi-
cial enjuiciado la correspondiente satisfacción (1).
Encontróse Cuervo en la batalla del Palo, .•una de las
más notables y renidas", el 5 de julio de 1815. de efec-
tos favorables para los patriotas, y en la de la Cuchilla
del Tambo, el 29 de junio de 1816, en la que Sámano
hizo .norder el polvo a los republicanos, que cayeron
muertos o prisioneros en número considerable.
Sámano ocupó a Popayán ell.o de julio inmediato.
A poco formó una lista de los oficiales patriotas que se
hallaban en los calabozos de la cárcel de dicha ciudad,
en la cual lista, Que fue publicada en Santafé en el nú-
mero 34 del Boletln del Ejército Expedicionario de 27 de
julio de 1816, y en la Gaceta de Santafé de ).0 de agos-
to del mismo, está Rafael Cuervo con otros jóvenes de-
nodados que prestaron importantes servicios a Colombia,
-como José Maria Espinosa, José Hilario López, Pedro Al-
cántara Herrán, Pedro Antonio García, Florencio Jiménez,
Alejo Sabaraín, Mariano Posse - . -
Sobre este período dt' la vida de Cuervo, sin duda
-el más interesante, suministra Espinosa deliciosos porme-
nores en sus Memorias. Llama a nuestro prócer .•el hom-
bre de la serenidad incontrastable y del valor impetuo-
SO:lO y lo describe así: era un joven amdble, franco y
Il

simpático, siempre de buen humor; pero al par de esto,


con esa sonrisa estereotipica, conservaba t:n los mayores
peligros y en las situaciones más apuradas una serenidad

(1) ComunicaciOn de Cabal al secretario de Guerra del Gobier-


no general, fechada en Palmira el 24 de enero de 1815 (Archivo
Restrepo).
- 65-
fabulosa. Era capaz de batirse él solo contra veinte ene-
migos, con el arrojo de un león, sin que se alterase su
fisonomla, sin palidecer un instante. Cuervo era en la pri-
sión nuestro consuelo: sus chistes nos haelan reir y su
valor nos alentaba". Y el General Manuel Antonio López
lo pinta como un mozo moreno, delgado y espigado y lo
nombra «el tronera más popular del ejército».
En cierta ocasión, Espinosa fue sacado de manera tran-
sitoria del encierro por un oficial, y a su regreso a la
cárcel, Cuervo le preguntó qué se decía por fuéra. Aquél
refirió candorosamente que el militar le habia contado que
todos los presos de los calabozos estaban destinados a
morir. Entonces Cuervo, dirigiéndose a los demás, dijo
con su sonrisa habitual y con inmensa calma: «Qué les
parece el notición que nos trae Espinosa! Que el que cae
aqui no vuelve a salir sino para la horca!".
Algunos dias después, los prisioneros fueron quintados
para ser fusilados, por el Coronel Jiménez, por orden de
Sámano. Empleóse el sistema de las boletas, y Cuervo
resultó ser uno de los cuatro a quienes tocó tan desgra-
ciada suerte. «Este último, narra el abanderado de Nari-
no, al salir de la fila, metió la mano al bolsillo y con una
tranquilidad increible, sacó un poco de tabaco, lo desme-
nuzó sobre el papel de la boleta, lo enrolló e hizo un ci-
garrillo. Sacó luégo su recado de candela, lo encendió y
se lo fumó diciendo en alta voz: ¡Esta es la suerte que
merece este papel y los que me condenan a morir!- ....
Estando Cuervo en capilla, obtuvo del oficial de la
escolta licencia para pasar al calabozo a despedirse de
sus compalíeros. Abrazólos uno a uno, y al llegar al Te-
niente Manuel Santacruz, le dijo: «Ahí le dejo esos cal-
zones y esa almohada y déme unos tabacos!». Al dia si-
guiente, Cuervo y sus consortes fueron sacados de la ca-
pilla y conducidos al lugar de la ejecución en fúnebre
cortejo. Don Rafael marchaba «saludando a todos con su
5
-66-
habitual sonrisa y paso firme». Resolvióse en esos instan-
tes, merced a un indulto expedido en Quito por don Tori-
bio Montes, que no se llevara a cabo la turible sentencia;
los presos volvieron a la capilla, y al imponerse de su
salvación estuvieron a punto de accidentarse, menos Cuer-
vo, que conservó su inalterable indiferencia, entró con el
debido permiso al calabozo a dar la buena nueva a sus
camaradas, y dirigiéndose a Santacruz, habló asi: e Re-
clamo mis calzones y mi almohada, porque donde hay
engano no hay trato I» (J). AI rato estaba Cuervo dedi-
cado a componer versos acerca del curioso Jance.
Fue enviado a Santafé y reducido a la cárcel, confor-
me al siguiente documento, publicado por primera vez
por don Luis Augusto Cuervo, poseedor del original, en
un ameno escrito en la Revista del Rosario:
e Rafael Cuervo y Mariano Posse, oficiales rebeldes,
que estando en capilla fueron indultados de la pena ca-
pital en virtud de órdenes del Teniente General don To-
ribio de Montes, serán destinados por V. S. provisional-
mente al presidio de esta ciudad, Interin se averiguan las
razones que motivaron el citado indulto del expresado
General para con dichos individuos.
»Dios guarde a V. S. muchos anos.
»Cuartel General de Santafé, 4 de octubre de 1816.
II PABLO MORILLO.
»Senor don Antonio Casano".

(I) Don Manuel Santacruz, hijo legitimo de don José Maria


Santacruz y Ahumada y dona Mariana Silvestre y Prieto, habla na-
cido en Santafé en 1793; vistió la beca del Rosario en 1807; hizo
la campana del Sur con Narlno y fue de los quintados en Popayán
en 1816. En 1818 estaba de soldado de la sexta compaftla del pri-
mer batallón del Regimiento de Infanterla del Rey. Contrajo matri-
monio con dofta Domitila PilJzôn y Saigar, y a poco murib en Iba-
gué. La viuda pasó a segundas nupcias por los afios de 182J, con
don Bernardino Trimino, prócer de la Independencia.
- 67-

Al otro día ingresó Cuervo al presidio correccional,


según aparece de una relación de los individuos que ha-
bían entrado allí, escrita el 27 de diciembre del mismo ano
por José García, probablemente el encargado de custodiar-
los. Estuvo recluido durante largo tiempo, y en septiembre
de 1817 tratábase de su traslación a la casa-hospital, por
motivos de salud. Este hecho tan sencillo fue causa de
un expediente lleno de tramitaciones inoficiosas! (1)
Condenado a ser soldado en el batallón Numancia,
hubo de pasar al Perú. Hallándose estacionado en Chan-
cay, secundó con otros patriotas prisioneros, soldados
obligados de los realistas en el citado cuerpo, la reac-
ción iniciada por los Capitanes Tomás Heres y Ramón
Herrera, que culminó el 2 de diciembre de 1820 con la
proclamación de la Independencia y aprehensión del Co-
mandante Ruperto Delgado y algunos oficiales espal'loles,
movimiento que tuvo origen en el brote de entusiasmo
producido por el desembarco en el Perú del General San
Martín con su ejército, a quien se reunió luégo el aludi-
do batallón a inmediaciones de Lima. Cuervo y sus com-
pañeros, al aceptar colocación en las huestes del Capitán
General de los Andes, manifestaron que no perdían su
nacionalidad colombiana, y fueron restituidos a sus anti-
guos empleos (2). Sin embargo, don Rafael se mostró
quejoso de que se le tuviera por Capitán graduado en
vez de efectivo, y por esta razón elevó al Gobierno de
Bogotá un memorial que hemos encontrado en el tomo 6
de Secretaría de Guerra y Marina del Archivo Nacio-
nal, y que transcribimos por tratarse de uno de los po-
cos manuscritos existentes que den datos sobre la vida
de tan notable gigantel'lo:

(1) Colección de documentos relacionados con don Pablo Mo-


rilla (Archivo Restrepo). Archivo de ia Biblioteca Nacional, lustic/a,
tomo 27.
(2) Manuel Antonio López, Recuerdos Históricos.
- 68-
c Excelentísimo Senor:
,.Rafael Cuervo Capitán del Ejército de Colombia ante
V. E. respetuosamente dice: después de haber quedado
prisionero en los campos del Tambo en el al'io de 816, y
haber sufrido en la ciudad de Popayán la sentencia de
muerte, en cuya ejecución fue revocada por orden del
Presidente Montes, fue conducido al presidio de la capi-
tal de Cundinamarca en donde se mantuvo dos al'ios,
siendo desde alH condenado a un destierro eterno al que
marchó preso en el batallón Primero de Numancia hasta
la capital del Perú: en ella tomó el interés propio de un
ciudadano resentido cooperando al pase del expresado
batallón, que efectuado quedó el suplicante por el Ge-
neral en Jefe en la clase de capitán graduado en el Ejér-
cito Libertador del Perú; pero viendo que esta poster-
gación SÕÎo se debe a ignorarse el empleo que el supli-
cante óbtuvo en la División del Sur en aquella república,
a V. E. suplica se sirva expedirle el correspondiente
despacho en el empleo que obtenía por el Gobierno Ge-
neral de la Nueva Granada y en consideración a sus pa-
decimientos y servicios que Cundinamarca entera ha visto,
los unos con dolor y los otros con placer, las gracias que
V. E. tenga a bien concederle, para marchar a las órde-
nes de V. E. a continuar sus servicios después de pro-
clamada la tibertad del Perú.
,.A V. E. pide esta gracia como el prisionero más
desgraciado de Colombia que quiere volver al suelo pa-
trio con el honor que exige la carrera .
• En Huaura a 17 de Marzo de 1821. Cuartel General
del Ejército Libertador del Perú.
,.Excelentísimo Senor.
"Rafael Cuervo".

Después de la ocupación de Lima por los americanos,


que se verificó en julio de 1821, marcharon 25 hombres
- 69-
del renombrado batallón Numancia, por orden de San
Martin, a una exploración a Chancay, donde se vieron
rodeados por 600 militares de caballería, a quienes re-
sistieron con el mayor empuje, y aunque, a causa de la
inferioridad numérica, fueron anonadados y casi destruI-
dos, el jefe espanol, admirado de tánto heroismo, dejó
en libertad a los sobrevivientes y San Martin les conce-
dió una medalla con esta inscripción: «A los vencidos
en Chancay".
Los sef'lores Scarpetta y Vergara dicen que Rafael
Cuervo perteneció a aquel grupo de valientes, pero el
General Manuel Antonio López que habla del suceso, no
menciona a nuestro prócer, bien que no da más nombre
propio que el del jefe del piquete republicano, yeso po-
niéndolo en duda.
Estuvo Cuervo en la batalla de Junln (6 de agosto
de 1824). y en el encuentro de Matará, unos meses más
tarde (1).
En vísperas de la de Ayacucho, el enemigo, por me-
dio de un hábil movimiento, se apoderó de los equipa-
jes y de un hospital ambulante de los americanos, en la
Villa de Huanta. Informado el General en Jefe de tal con-
tratiempo, determinó que Cuervo, ya Sargento Mayor,
con dos compaflias de caballeria y 50 Húsares de Colom-
bia, fuese a Huanta y rescatase lo perdido, f1anqueando
a los realistas por la izquierda. Llenó el comisionado su
arriesgado encargo a la maravilla: batió en dicho sitio
el 7 de diciembre la partida realista; rescató el hospital
y sus enseres y unas pocas caballerias, y regresó al cam-
po patriota con algunas reses que fueron de verdadera
utilidad (2).
Peleó en Ayacucho el memorable 9 de diciembre de
1824, como segundo jefe del batallón Pichincha, y con-

(1) Scarpetta y Ver¡ara, libro citado.


(2) Manuel Antonio Lõpez, libro citado, página 133.
-10 -

tribuyó eficazmente a salvar la vida al Virrey Laserna,


amenazada por la dureza de un oficial republicano, se-
gún el General Manuel Antonio López. Con mucha jus-
ticia el Poder Ejecutivo de Colombia, al ascender a Cuer-
vo a Teniente Coronel efectivo en febrero de 1825, le
declaró para el respectivo título la antigüedad de la fe-
cha de aquella gloriosa jornada (1).
Hizo la campaña del Alto Perú (hoy Bolivia), salien-
do del Cuzco el 16 de enero de 1825, y con Sucre entró
vencedor en La Paz en febrero del propio afio (2).
Hallábase en Chuquisaca el 13 de junio. inmediato y
concurrió a la espléndida comida «sazonada por la fran-
queza y animada por el contento y cordialidad" que se
sirvió ese día con motivo del onomástica del Gran Ma-
riscal, quien unas horas antes había tenido frases de ver-
dadera elocuencia para corresponder a una manifestación
hecha en su honor. A los postres, después de los brin-
dis de Sucre, del General Córdoba y de algunos altos
personajes, tomó la palabra «el bravo Coronel Cuervo"
que estuvo brillante y feliz y pasó la copa al capitán de
cazadores del batallón Bogotá de la Guardia. Siguióse
entre varios de los oficiales colombianos una entusiasta
y jovial discusión, pues uno pretendió poner en apuros
a otro, obligándole a improvisar, y éste se vengó de su
camarada aplicándole la ley del talión. Surgió entonces

(1) Gaceta de Colombia, de 20 de febrero de 1825.


(2) En López (M. A), encontramos la fecha de la salida de
Cuzco. Scarpetta y Vergara traen el otro dato, pero con un error,
qUizá de imprenta, respecto del afio, pues dan el de 1824, siendo
asi que Sucre entró en La Paz el 8 de febrero de 1825 (Gaceta de
Colombia de 24 de julio de 1825). Lá división colombiana manda-
da por el General José Maria Córdoba, empezó a llegar a dicha
ciudad el 22 de febrero y acabó de entrar el 4 de marzo. No he-
mos logrado averiguar a ciencia cierta si Cuervo acompaftó enton-
ces personalmente a Sucre, o si perteneció a la fuerza regida por
Córdoba.
- 71 -

aquel famoso soneto compuesto y pronunciado en un mo-


mento por el inspirado Capitán neivano don José María
Tello, que dice así:
El ronco parche con furor batido
Anuncia del combate la llegada:
El fusil. el cañón, lanza y espada
La muerte esparcen con fatal sonido.
Todo es horror, lamento y éllaridol
Sólo la voz de mueraI es escuchada:
Sobre ia parda tierra ensangrentada
Se mezcla el vencedor con el vencido.
Tal es el campo de Ayacucho, hermoso,
Testigo del esfuerzo americano;
El que a la vez valiente y generoso
Humilló la cerviz del fiero hispano:
Alll se vio por fin a la Victoria
Coronando a los hijos de la Gloria.
Estos dos últimos versos contienen las palabras con
que finalizó el Mariscal su discurso en la cita1a mani-
festación.
~I poeta recibió nutridos y cordiales aplausos y la
fiesta terminó con un magnífico baile en palacio (1).

(1) El soneto, con su correspondiente historia, se publicó en


La Unión Liberal de Santa Marta, número 15, de 8 de marzo de
1870, y fue reproducido luégo en un periódico de Bogotá. Tráel0
también don José María Rey de Castro, testl/{o presencial de los
sucesos de la campaña de 1825 como concurrente a ella, en sus
Recuerdos del Tiempo Heroico (Guayaquil, Imprenta de Calvo y Com-
pania, 1883), pero con ligeras diferencias respecto del publicado en
1870 que es el adoptado por nosotros: clamor en lugar de horror,
colombiano en lugar de americano, a la par por a la vez, y abatió
por humilló. Observamos que en las citadas publicaciones figura
Cuervo con el titulo de Coronel, que también le asigna don José
Marla Espinosa ell la lista de los retratos que pintó, entre los cua-
les se cuenta el de nuestro prócer. En el Museo Nacional se con-
serva uno al óleo que no sabemos si será el de Espinosa.
- 72-

Cuervo falleció en Chuquisaca en 1827 y se le hi-


cieron honores fúnebre extraordinarios (I).
La Gaceta de Colombia del t5 de abril de dicho ano,
publicó una sobria necrología que no podemos menos de
reproducir aquí, por ser un auténtico compendio de la
biografía del prócer:
«El primer comandante Rafael Cuervo ha muerto en
la capital de Bolivia de una penosa enfermedad. Este ofi-
cial nació en la provincia de Neiva, departamento de Cun-
dinamarca, y era conocido por su intrepidez, amor a la
patria y afecto al servicio militar. Desde joven abrazó
esta carrera, y en el Sur de Colombia, en el Perú y en
Bolivia están presentes los lugares inmortales donde Cuer-
vo ostentó su extraordinario valor. Colombia, Perú y Bo-
livia deben a este bizarro oficial una cooperación activa
en su existencia política».

DON JOSE JOAQUIN CHACON


Ignoramos su patria y la fecha del nacimiento. En ]809
era vecino de Neiva y declaraba ser mayor de cuarenta
anos (2).
A solicitud de Chacón que desempenaba en t810 er
cargo de procurador del cabildo de Neiva, se acordó en
esta ciudad el 27 de julio, separar del gobierno al co-
rregidor espafiol don Anastasio Ladrón de Guevara, me-
dida con la cual se inició la independencia en aquella
comarca (3). Con justicia puede decirse que Chacón fue
el Acebedo Gómez de Neiva.

(1) Esta fecha que da el General Manuel Antonio López, con-


temporáneo y amigo del prócer, acorde con la Necrologia de la
Oaceta, es en nuestro concepto la precisa, aunque los seftores Scar-
petta y Vergara admitan la de 1825.
(2) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 21,.
página 444.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gobierno, tomo 31.
-73 -
El 18 de febrero de 181 t, siendo Teniente coronel de
milicias de la provincia de Neiva, se hallaba en la ciu-
dad de La Plata con oficialidad y soldados en aprestos
para la campafta del Sur. Dicho dia prometieron todos
ellos con entusiasmo defender la Patria1y la libertad (1).
En 18t t era alcalde ordinario de primera nominación
en Neiva, y concurrió al congreso reunido en Yaguará,
como representante de la capital de la provincia.
Hallábase preso por asuntos políticos en abril de t812.
El 5 de este mes, el pueblo de Neiva, después de que
resolvió unirse a Cundinamarca, solicitó y obtuvo la li-
bertad de Chacón y lo llevó en triunfo a su casa (2).
Los sef\ores Scarpetta y Vergara refieren que Chacón
se distinguió en los movimientos populares contra Amar
en Santafé en t81O, lo que es una equivocación, pues
hemos visto el papel que hizo en Neiva en la misma
época. Agregan dichos seBores que don joaquín .Iuchó
por la libertad en Palacé, Calibío, Buesaco, Pasto. Palo,
Cuchilla y la Plata, en donde prisionero se le condujo
a la capital».
Varios meses duró preso en Santafé, pues ya lo es-
taba en julio de 1816, y el 5 de noviembre se encontra-
ba encerrado en el Colegio de Santo Tomás, en la si-
tuación más lamentable: su pobreza llegaba a tal extre-
mo, que hasta la camisa que usaba era prestada; sus
bienes, en la provincia de Neiva, habían sido embarga-
dos por orden del corregidor Ladrón de Guevara, que-
dando en el estado más infeliz su esposa dona María
Josefa Pérez, hija legítima de don Tomás Pérez y dOl'ia
María Manuela Trujillo, y su numerosa familia compues-
ta de siete u ocho hijos, entre los cuales había dos de-
mentes y uno inútil por enfermedad incurable (3).

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, Justicia, tomo 24


(?) Gaceta Ministerial de Cundinamarca. 30 de abril de 1812.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, &cuesfros, tomo 3, serie l.'
-14 -
Don José Joaquín Chacón, después de juzgado por un
consejo de guet;ra, en el cual sirvió la fiscalía un oficial
de apellido Castaños, fue condenado al último suplicio
y pasado por las armas en la plazuela de San Francisco
de Santafé el 8 de noviembre de 1816, y enterrado en el
camposanto (1).

DON JOSE DIAZ


Hé aquí lo que sobre él decían los pacificadores en
la relación oficial de los próceres sacrificados por su amor
a la causa de la Patria:
«Brigadier del ejército rebelde y por el mismo tam-
bién Coronel e Inspector. En tiempo del Gobierno de
S. M. era Administrador de Correos de Neiva. Pasó con
Baraya a Popayán a atacar a las tropas del Rey que
mandaba don Miguel Tacón; formó algunos batallones
insurgentes y se halló en varias acciones de guerra con-
tra el Ejército Real. Fue pasado por las armas por la
espalda en Neiva, y se le confiscaron sus bienes".
Scarpetta y Vergara refieren que Díaz combatió por
la Independencia en el Palo, Cuchilla del Tambo y ac-
ción de La Plata.
Daremos los datas concretos que respecto de Díaz
hemos logrado adquirir.
En el año de 1190 figuraba ya con el destino de ad-
ministrador particular de la real renta de correos de Nei-
va que debió de desempeñar por mucho tiempo, pues

(I) Hemos adoptado esta fecha porque además de constar en


un documento anónimo pero fidedigno por su antigüedad, del ar-
chivo Restrepo, en el que se dice que Chacón fue puesto en capi-
lla el día 7 y contiene otros detalles, es la misma que han segui-
do Quijano Otero, Vergara y Scarpetta, Henao y Arrubla, y G. Cha-
rri, aunque en la lista oficial publicada por el Pacificador, figura
nuestro prócer entre los fusilados el 6 de noviembre.
- 75-
<:on el mismo se le menciona en la Gula o Calendario
del Virreinato publicado en 1805 por don Antonio Gar-
cia de la Guardia, y aún lo servia a principias de 1810 (1).
En 1791 tenia además a su cargo las rentas de alcaba-
las y aguardientes de Neiva. Por el m~s de diciembre de
este año, el cabildo de dicha ciudad, deseoso de dar una
prueba de amor, fidelidad y vasallaje al Soberano, esco-
gió a don José Oia7, por el conocimiento que tenia de
su celo y actividad, para dirigir los preparativos, alistar
el teatro y hacer todo lo que fuera necesario, con el ob-
jeto de festejar la jura de Carlos IV (2).
Díaz era hombre de buena posición en Neiva y de
recursos pecuniarios, como que poseía un cacaotal en Ti-
maná y terrenos con numerosos semovientes. L1amábase
su esposa doña Juana Casanova (3).
Puede formarse idea de ciertas cualidades que ador-
naban a Diaz, sabiendo lo que tres cabildantes de Neiva
decían de él en enero de 1810:
«Es padre de los pobres llegando a tal extremo su be-
neficencia que sólo por beneficio de éstos se ha aplica-
do a la medicina, los cura con acierto costeando de su
peculio los medicamentos en obsequio de la caridad y
sin interés alguno aun con los pudientes" (4).
Con el título de Coronel estuvo don José en la fa-
mosa expedición al Sur, la primera que se hizo en fa-
vor de la causa independiente.
El Gobernador español de Popayán, don Miguel Ta-
cón, se declaró contra las ciudades coligadas del Valle

(I) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 5,


página 31, Y tomo 20, página 57; Correos del Tolima, tomo 1, pá-
gina 519.
(2) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 3.
(3) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 22,
página 8<)7.
(4) Archiyo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 14.
página 1002. '
-76 -
del Cauca y la junta de Cali, pero muy pronto tuvo que
ponerse en guardia con motivo de la aproximación de
las tropas patriotas mandadas por don Antonio Baraya.
«Hacia el páramo de Guanacas amenazaban también
a Tacón algunas fuerzas indisciplinadas de la provincia
de Neiva, dirigidas por el coronel don José Díaz. Es cier-
to que en su mayor parte se campanian de indios semi-
bárbaros de los que habitan la cordillera de los Andes
en aquella parte, armados solamente con lanzas; pero el
patriota doctor don Andrés Ordóñez, cura de la ciudad
de La Plata, que era el alma de aquella expedición, con-
siguió por medio de extratagemas engañar al advertido
Tacón, y hacerle creer que por allí le atacaba una divi-
sión respetable enviada de Santafé y provista de artille-
ría, cuando sólo tenía cafiones formados del tronco de la
colosal gramínea llamada guadua".
Esta persuasión indujo a los realistas de Popayán a
acordar por media de una acta de 4 de marzo de 181 t,
que se enviasen diputados a tratar con la Junta de Cali.
Después obraron las tropas de Díaz en combinación
con las de Baraya para hostilizar a las fuerzas espal'lo-
las (1).
Hallábase Díaz en Mercaderes, población situada en
el Valle del Patía, cuando supo que la gente que don
Miguel Tacón tenía apostada en diferentes puntos de las
inmediaciones, se habia dispersado en su mayor parte.
Al punto salió el Coronel de los neivanos para el pueblo
del Castigo con 225 fusiles y un pedrero, y derrotó un
destacamento enemigo en el alto del Rosal. Fijó enton-
ces Díaz su cuartel general en el citado pueblo, con el
objeto de cortar la retirada a las reliquias del desorde-
nado ejército realista. Diariamente se presentaban en el

(1) j. M. Restrepo, H/$toriD de la RnolucitJn, tomo 1, páginu


101 y 102,
- 77-

Castigo muchos individuos que habían militado bajo las


órdenes de Tacón, dando muestras de arrepentimiento y
protestando patriotismo, entre ellos el P. fray Andrés
Sarmiento, cura ecónomo de Patía, quien al recibir en un
solitario bosque donde se encontraba oculto, una carta
llena de suavidad que le dirigió Díaz, salió de su escon-
dite y se manifestó interesado por el éxito de las armas
republicanas (I).
Resolvió entonces don José avanzar pacíficamente hacia
Pasto, con sus leales soldados, a fin de mediar con el
comandante de las tropas de Quito para que se evitara
la escena sangrienta que parecía inminente, y al efecto,
alcanzó a despachar dos garantes; pero al saber que las
referidas tropas habían entrado a sangre y fuego a Pas-
to, hubo de suspender la expedición. Posteriormente tuvo
noticias auténticas de que los residuos del destrozado
ejército de Pasto se estaban ¡untando en el pueblo del
Tambo, para acometer de nuevo contra los quitet'los. Para
defender a éstos decidióse Díaz a reanudar la marcha de
la expedición y enviar parlamentarios.- Salió del Castigo
el 25 de septiembre de 1811, pero tampoco pudo reali-
zar su intento, porque recibió órdenes suspensorias de
Baraya, Brigadier General del ejército, por lo cual se vio
obligado a retroceder hasta Andago. No obstante, tuvo
don José Díaz la satisfacción de que el 26 de septiembre
se le entregara en el destacamento de la Guasca, el Co-
ronel de los reales ejércitos don José Dupré y Aperribay,
Comandante del tercer batallón del regimiento de infan-
tería Auxiliar del Nuevo Reino de Granada, encargado
de la guarnición de los destacamentos del Peñol, Guáy-
tara, Guambuyacu y la Guasca (2).

(1) Gaceta :Amisteriol de Cundlnamarca, 7 àe octubre de 18\1.


(2) Gaceta MlnlsteriaL de Cundinamarca, 20 de octubre de 18\1
(notas oficiales).
-78 -
El 3 de abril de 1812 dirigió el ya Brigadier don José
Diaz al General Nariño un oficio, en el cual se mostra...,
ba acérrimo partidario de la unión de la provincia de
Neiva a Cundinamarca (1). Dos dias después, se verificó
en la plaza pública de la ciudad de Neiva una reunión
para que cada ciudadano expresara libremente sus opinio-
nes sobre el particular. Propúsose que para mayor garan-
tía se retirara la fuerza armada. Este proyecto originó una
disputa y exasperó a Díaz, quien según se ve en nota
del cabildo de Neiva al Presidente de Cundinamarca, «tomó
las palabras oponiéndose, y ahogando su voz y concep-
to, faltando al decoro del cuerpo y a muchos individuos
de representación» (2). Seguramente creyó que lo que se
pretendía hacer iba en menoscabo del honor del ejército.
Las ideas de Díaz sufrieron en corto tiempo una evo-
lución, pues el 15 de noviembre inmediato, nuestro Bri-
gadier, en calidad de Presidente honorario, concurría a la
lujosa Junta celebrada en Neiva con el objeto de jurar
obediencia al Supremo Congreso de las Provincias unidas
de Nueva Granada; y reconocía solemnemente a este Cuer-
po como a único depositario de la autoridad superior (3).
Recuérdese el antagonismo que existia entre Cundinamar-
ca y el Congreso.
Hallábase don José en campaña activa en 1814. Des-
de el momento en que se determinó en Popayán la re-
tirada de las fuerzas patriotas al Valle de Buga, siguió
en comisión con una pieza de artillería y algunos- fusiles
a guarnecer el punto de Corrales de Guanacas y perfec-
cionar las fortificaciones que allí había. En Guanacas es-
taba en diciembre, cuando Cabal tenía su campo sobre
la derecha del· Palo. Separóse Díaz de aquel sitio en los

(1) Gaceta Extraordinaria de Curzdirzamarca, 11 de abril de 1812.


(2) Gaceta Ministerial de Cundinamarca, 30 de abril de 1812.
(3) La interesante relación de lo que se hizo en dicha Junta,
puede verse en el tomo 15-16 de Historia, del archivo anexo a la
Biblioteca Nacional.
- 79

primeros meses de 1815, por disposición del Gobierno


de Neiva (1).
Por despacho de 6 de octubre de 1815, el Gobierno
general le nombró Jefe del primer batallón de Neiva, des-
tinado al segundo Cuerpo de reserva (2).
Lamentamos el no poseer noticias respecto de las proe-
zas de Díaz en toda la campaña, que debieron de ser
muchas y notables, puesto que le merecieron auténtica
celebridad.
Cayó en poder de los realistas, quienes le tuvieron pre-
so en el Colegio del Rosario de Santafé hasta el 3 de
agosto de 1816. En este día lo encaminaron para Nei-
va (3), donde le quitaron la vida el 18 de septiembre si-
guiente (4).
Dejó Díaz dos hijas, Matica y Genoveva, la última de
las cuales perdió la razón, según refiere la señora Wal-
dina Dávila de Ponce en su trabajo Mis Próceres.
Scarpetta y Vergara a quienes sigue el señor Gabino
Charri G., dicen equivocadamente que el Brigadier don
José Díaz era español. Logramos nosotros adquirir cer-
teza respecto del origen de este prócer, de la siguien-
te manera: encontramos una declaración rendida por él
en 1797, en la que confiesa ser de edad de 43 años (5).
Colígese, pues, que nació en 1754. Hallamos luégo el dato

(1) Archivo Restrepo, Revolución de Popayán. Oficias origina-


les de Cabal al Gobierno Nacional.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Guerra y Marina, tomo
117. Libro de DespachOS de empleos y grados militares.
(3) Archivo Restrepo, manuscrito anônlmo antiguo.
(4) La correspondiente partida de defunclôn de Diaz y compa-
lieras, publicada por el senor R. Puyo en el Boletin de Historiil y
Antigiledades, tomo 4, página 121, rectifica lá versibn que existia
anteriormente de que el fusilamiento habla tenido lugar el 26 de
septiembre. Véase en el boceto de don Luis jc>sé Garcia.
(5) Archivo Nacional, Testamentarias del Tolima, tomo 13, pá-
gina 691.
-80-
de que Díaz era hermano medio de los Salas (1). Como
teníamos conocimiento de que varios de éstos eran san-
tafereftos del barrio de la Catedral, pensamos que en el
archivo de la parroquia reposaría la fe de cristiandad de
don José Díaz. Sucedió así en efecto: en la página 186
del libro correspondiente a aquella época, consta que el
8 de marzo del aludido afio le bautizó el maestro don
Luis de Yepes y que había nacido cuatro días antes. Era
don José hijo de don Isidro Díaz y de doña Andrea de
Vargas y Ruiz. Don Isidro falleció en Santafé en 1762.
Doña Andrea tuvo de su primer marido ocho hijos, bau-
tizados todos en la parroquia citada; de su segundo es-
poso, señor Salas, nacieron seis hijos, el menor de los
cuales al venir al mundo en t 777 causó la muerte a aqué-
lla que le dio el sér.
De los hermanos carnales de don José Díaz podemos
mencionar a don Antonio, a doria Juana Josefa, monja, y
a doña María, casada con don Francisco Mul'ioz (2).
Tres de los hijos de doña Andrea de Vargas y Ruiz
fueron sacrificados por los espal'ioles, así como los ma-
ridos de dos de sus hijas. El nombre de dicha señora de-
bería de grabarse, junto con el de la madre de los Alzates,
en letras de oro en los anales de nuestra patria historia!

DON NICOLAS ANTONIO DIAZ


Natural de Neiva. Hijo de don Juan Andrés Díaz y
doña Joaquina Vivas. Casado con doña Teresa Es~obar,
hija de don Bartolomé Escobar y Sanabria y Juana Rei-
na. Fue padre de una larga familia.
Empezó a servir a la Patria en el oficio de escribien-
te de la secretaría del gobierno de la provincia de Neiva

(I) Archivo Nacional, Testamentarias del Tolima, tornos 13 y 23.


(2) Archivo Nacional, Civiles del Tolima, tomo 7.
- 81

el 15 de agosto de 1810, que ejerció por bastante tiem-


po. Hallábase de secretario del Poder Ejecutivo el 15 de
noviembre de 1812, día en el cual las autoridades civi-
les y militares y un nutrido concurso de los habitantes
de los pueblos vecinos, juraron en la ciudad de Neiva
obediencia al congreso de la Nueva Granada, hecho que
Díaz, asociado a los otros secretarios, certificó oficialmen-
te en la propia fecha C(ln manifestaciones de júbilo.
El puesto de secretario de Gobierno que en aquellas
circunstancias tenía suma importancia, estuvo a su cargo
hasta el 21 de noviembre de 1815. Con tal carácter, tocó
a Díaz el sancíonar con su firma, el 12 de febrero de
1814, la célebre acta de independencia del 8 del mismo.
Una vez establecida definitivamente la RepÚblica, don
Nícolás Antonio desempeñó varías destinos: escribiente
de la tesorería de la provincia de Neiva, de septiembre
de 1822 a febrero de 1827; oficial de la administración
de alcabalas, desde esta fecha hasta marzo de 1830; in-
terventor de la citada tesorería por nomhramiento de 5
de septiembre de 1832. Al proponerlo el gobernador de
Neiva para el último empleo, se expresaba en los si-
guientes términos respecto del candidato:
«Su conducta es bien acrisolada, su patriotismo exal-
tado, y la ap:itud, talentos, honradez j' aplicaci{')n al tra-
bajo lo hacen muy recomendable y digll d~ la conside-
r)

ración del supremo gobierno».


Renunció Díaz dicho empleo cn 1333 (I).

(1) Archivo Nacional, Gobernación de ¡Yeiva. tomos I y 3, pá-


ginas 760 y 342, regpectiva,;('n't'; t'e!iclU"es y Solicitudes, tomos 13
(págin~t :'90) y !8 (página 49). Arcnj\'o de la Biblioteca Nacional,
Historia, tomo 15/16-Archivo parro(;ui 1 de Neiva, libro de bau-
tisn!f.s nÚmem 8, página 65 (partld:1 de Ju,é Ramón Atanasio, hijo
d,~ don Nícolf:s Antonio).
- 82-

DOCTOR IGNACIO JOSE DURAN


Nació en la ciudad de San Sebastián de La Plata ef
7 de enero de 1777, y fue bautizado al dia siguiente.
Hijo legítimo de don Luis Rodríguez Durán y de doña
Rosa Palanca y Falla (1).
El fundador de la familia DURAN, cuyos descendien-
tes abundan hoy en los departamentos de Santander,
Tolima y Cundinamarca, fue el Capitán JUAN RODRIGUEZ
DURAN, sobre cuyo origen no tenemos noticias ciertas,
pues aunque en una información levantada en 1758, de-
claran los testigos que era natural de los Reinos de Es-
paña, Flórez de Ocáriz, que se complacía en citar a los
peninsulares, apenas nos dicc que Rodriguez Durán des-
empeñaba cI cargo de alcalde mayor provincial de San
Juan de Girón, sin hablar de su nacionalidad. Tuvo por
esposa, según dicho autor, a doña Francisca de Rueda,
hija legitima de Cristóbal de Rueda, tunjano, y de dofia
Catalina Sarmiento; nieta por parte de madre dc Juan
Sarmiento, natural de Jerez de la Frontera, quien pasó
joven a Indias por los afias de 1590, y de Francisca
González de la Nava, su mujer, y biznieta de Alonso de
Olivera Sarmiento y de doña María de Guerra y Valde-
rrama. Los referidos Juan Rodríguez Durán y dofí.a Fran-
cisca de Rueda, fueron padres de
ANTONIO ATANASIO RODRIGUEZ DURAN, nacido en
1674, regidor de San Gil, casado con dOfia Gregoria Gon-
zález Noriega, hija legitima de Pedro González de Norie-
ga y dofí.a Casilda Tello de Mayorga y Martínez, pa-
dres de
DON LUIS RODRIGUEZ DURAN, que vio la primera luz
en San Oil en 1726; allí mismo contrajo matrimonio con

(1) Esta seftora era hermana carnal de dona Bernarda Polanco,


cuya ascendencia puede verse en el boceto de don joaquin Borrero.
-83-
dofta María de los Reyes, la que le dejó dos hijos; pasó
a la ciudad de La Plata, y viudo, case) con la menciona-
da dofta Ro~a Palanca y Falla. Desempefió en su nueva
residencia los puestos de alcalde ordinario, procurador
general y padre de menores. Don Luis testó en La Plata
en 1791 y murió en este afta o en el siguiente dejando
numerosa descendencia que suprimiÔ definitivamente el
apellido Rodriguez y adoptó sólo el de Durán.
Don Ignacio fue admitido en el Colegio del Rosario,
previa la presentación de papeles de legitimidad y lim-
pieza de sangre, en octubre de 1788, y estudió hasta ob-
tener el título de doctor.
Vuelto a la ciudad natal, fundó en ella su hogar,
uniéndose por el sagrado vinculo, el 17 de agosto de
1805, con doña María Lucía Barrero, hermana carnal del
doctor Joaquín Barrero, de quien hemos tratado en otro
lugar (1).
Desempeñó Durán en dicha ciudad el cargo de alcaI-
de ordinario en 1806 (2).
Concurrió como diputado por La Plata a la junta que
se reunió en Neiva el 22 de septiembre de 1810, con el

(1) Archivo del Rosario, informaciones de tos Duranes; Archi-


vo Arzobispal, Capellanlas, tegajo número 262; Archivo Nacional,
Tierras de Santander, tomo 3, página 926, y tomo 16, página 76;
Empleados Públicos del Tolima, tomo 6, página 364, y Civiles del
Tolima, tomo 17, página 183.
En el último tomo citado se encuentra el testamento de don
Luis. Este señor tuvo de su primera mujer a don Pedro Félix, de
quien hablaremos luégo, y a dalia María Gertrudis, esposa del ara-
gonés don Pablo Alvira. De su segunda mujer, dolia Rosa Palan-
ca, nacieron tos siguientes hijos: doña Marla Bárbara, esposa de
don Miguel jacinto Ortiz y Tello; doña josefa; don joaquin; doña
Lucia, casada con don Feliciano Oteroj don Antonio; don Silvestre;
don Ignacio; dalia Camila, esposa del doctor Emigdio Benitez; don
Pio y don jasé María, que murieron jóvenes.
(2) Archivo Nacional, Civiles del Tolima, tomo 6, página, 580.
-84-
fin de elegir representante de la provincia al congreso
general del Reino (1); en el año siguiente, siendo pro-
curador general de aquella ciudad, hubo de representaria
en el memorable congreso de Neiva congregado en Ya-
guará, que trabajó con tánto ahinco por conseguir la so-
berania de la provincia, y en 1812, en el cual ocupaba
también Durán un puesto en el cabildo de la Plata, re-
cibió de ésta la comisión de representaria de nuevo en
el Colegio Electoral Revisor (2).
El 8 de diciembre de 1812, juró con sus colegas de
ayuntamiento obediencia al Soberano Congreso Nacional,
después de haber pronunciado un discurso sobre políti-
ca y federalismo.
Elegido miembro del cabildo de la Plata para 1815,
se expresaba en unión de sus distinguidos compañeros
don José María de Buendia y don José Antonio Falla,
al anunciar la aceptación de sus respectivos empleos, en
términos altamente nobles. Oigámosles:
« Si hemos admitido tan honroso ministerio, ha sido
en consideración a que la Patria exige en las presentes
circunstancias que se hagan los más costosos sacrificios,
posponiendo los intereses personales y otras considera-
ciones de gravedad, a la defensa de la causa pública, en
cuya lucha se halla empeñado todo el Reino, y particu-
larmente el cuerj)ü nacional».
En 1811 figllraba Durán como Sargento mayor (de mi-
licias?), según el señor O. Charri.
Don Ignacio prestó importantes servicios a la Inde-
pendencia desde ci principio de la transformación políti-
ca, especialmente haciendo uso de la influencia que le
daban sobre los habitantes de la región, su alta posición

(1) Diario Politico de Santafe de Bogotd, número 14, 9 de OC-


tube de 1810.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Justicia, tomo 24, y El
Centen.1rio de Neiva.
- 85-
social y sus apreciables cualidades. Fue, durante los seis
primeros años de vida republicana, un constante y ardo-
roso defensor de las nuevas instituciones. Cuando llega-
ban a La Plata noticias que hacían pensar que la liber-
tad peligraba, Durán congregaba a los vecinos, los lla-
maba a las armas, les ponderaba la justicia de la causa,
y terminaba con el obligado grito de «Viva la Patria'"
que más tarde le echaron en cara sus enemigos como
un crimen.
Al apoderarse los españoles de la provincia de Nei-
va, don Ignacio, por disposición del corregidor, sufrió el
embargo de sus bienes en agosto de 1816. Luégo, el Con-
sejo de Purificación dictó la &iguiente sentencia:
«Examinado por los sefiores que componen este tri-
bunal la sumaria formada contra Ignacio Durán, resulta
ha sido un decidido revolucionario, que recogió varios
donativos para entregarias a las autoridades revoluciona-
rias, haciendo otros varios de su voluntad para las ur-
gencias de las mismas; por estas razones le condena el
Consejo a que contribuya con 2.000 pesos para las ur-
gencias del ejército, prohibiéndole que en lo sucesivo pue-
da obtener empleos públicos, poniéndose en libertad y
desembargándole sus bienes luégo que satisfaga la expre-
sada multa para lo cual se le dará la correspondiente cer-
tificación.
"Neiva, 3 de octubre de 1816.

» Diego Aragones, Manuel Boch, Francisco Ximénez,


juan ¡aramil/o".
Parece que Durán cubrió la suma asignada, no sabe-
mos si de grado o por fuerza.
Después fue procesado criminalmente por el delito de
infidencia, de acuerdo con la orden que transcribimos a
continuación:
-86-
cOobernador Militar y Político:
Forme U. inmediatamente causa con arreglo a orde-
lO

nanza al doctor don Ignacio Durán, vecino de La Plata,


teniendo presente que ha sido uno de los primeros revo-
lucionarios en la expresada ciudad, de los más entusias-
mados, empleado en colegios, tribunales de justicia, y de-
más que expresan los documentos que al efecto incluyo.
Dios guarde a U. muchos años.
lO

Neiva, diciembre 12 de 1816.


lO

lO El Gobernado" D. Ruperto Delgado.


lO Señor D. Pedro Fernández».

Era este Fernández un subteniente, designado para


Juez Fiscal en la causa.
En marzo de 1817 no habían podido las autoridades
realistas hacer a don Ignacio la correspondiente notifica-
ción.
En el juicio que se le siguió en estrados, fue conde-
nado al último suplicio, por haberse ocultado.
Logró Durán salvar la vida, refugiándose en los mon-
tes.
El presidente del tribunal de secuestros de la pro-
vincia de Neiva, dio orden el 16 de diciembre de 1816
de que se embargaran los bienes a don Ignacio, lo que
se verificó tanto en La Plata como en la hacienda de
Itaibe.
Tenemos noticia de que nuestro doctor, a consecuen-
cia de la pérdida total de sus intereses, se vio obligado
a salir de La Plata a fines del año de 1818 o principios
de 1819, lo que nos sugiere la idea de que había conse-
guido acogerse a algun indulto, para alcanzar la seguri-
dad personal.
A raíz del triunfo glorioso de Boyacá, don Ignacio es-
tuvo en Bogotá e imploró del General Santander, Vice-
presidente de la República, un destino en la renta de al-
- 87-

cabalas de Neiva, para atender a la subsistencia de su


familia. Pudo entonces poner de manifiesto un valioso cer-
tificado que a petición suya otorgó a su favor el ayun-
tamiento de La Plata el 11 de septiembre de 1819, en
el que consta « que sus virtudes patrias servían de mo-
delo aun a los exaltados en el sistema de independencia-
y «que siempre que fue ocupado para los servicios de
la Patria, se encontraron en la parte solicitante las me-
jores disposiciones y entusiasmo» (1).
Durán ocupó el puesto de Ministro Tesorero de la
provincia de Neiva en 1825 (2).
Residió don Ignacio por muchos afias en su hacienda
de Piravante, situada entre Neiva y Campoalegre, en la
cual le sorprendió la muerte, de manera repentina, por
los años de 1857 a 1858.
Del matrimonio de Durán con la seflora Barrero, na-
cieron los siguientes hijos: don José Ramón, casado con
dofta Vicenta Durán y después con dofta Dolores Oroz-
co; don Sixto, que murió en París, casado con doña Car-
men Bailén, ecuatoriana; don Hermógenes, con doña Pi-
lar Buendía Durán; don Liborio, con doña Rafaela Buen-
día Durán; don Marco Antonio, con doña María Josefa
Gutiérrez; doña Dorotea, segunda esposa del General José
Hilario López, Presidente de la República; doña María
Josefa, casada con don Oil Ricaurte, y doña Teresa, con
el Coronel Domingo Mutis (3).

(I) En el mencionado tomo 24 de justicia del Archivo de la


Biblioteca Nacional se halla el proceso original seguido contra Du-
rán, del cual hemos tomado la mayor parte de estos datos. Los otros
se encuentran en el tomo 15 de Solicitudes del mismo archivo.
(2) Archivo Nacional. Peticiones y Solicitudes, tomo 13, pági-
na 590.
(3) Las meclonadas dofla Pilar y dofla Rafaela Buendia, eran
gemelas, hijas legitimas de don José Marla de Buendia y de do-
fia Manuela Durán; nietas de don Nicolás de Buendia y de dofta
Maria Inés Ortiz, y de don José Fructuoso Durán, Gobernador po-
- 88-

DON PEDRO FELIX DURAN


Nació en Barichara en 1749. Era hijo de don Lllis Ro-
driguez Durán y de su primera esposa doña Maria de los
Reyes, y nieto materno de don Roque de los Reyes y
dolla Marcela Martinez, su legitima mujer.
Establecióse don Pedro Félix en La Plata, donde se
casó con dalla jerónima Palanca y Falla, hermana carnal
de la segunda esposa de su padre. Ocupó muy buena
posición social y desempeñó alii el cargo de alcalde or-
dinario en 1777, 1780 Y 1797.
Concurrió Durán como representante de su patria adop-
tiva a la Convención del Estado de Neiva, y firmó la
constitución expedida por dicho cuerpo el 31 de agosto
de 1815.
Tres de /')s hijos de don Pedro Félix y dona Jeróni-
ma fueron rosaristas: José Joaquín, Francisco Antonio y
Miguel; de las hijas, doña María Tomasa, fue esposa de
don Isidoro Oaitán Cardoso; dona Carmen, de don José
Rafael Cabrera; dalla Joaquina, de don Francisco Barre-
ro Gómez, y dona Rosa, de don Vicente Solano Reyes (1).

lítico que fue de la provincia de Neiva, y de dofta Teresa Gonzá-


lez.
El General López, nacido en Popayán en 1798, era hijo legitl·
mo de don José López Hurtado, oficial de la Santa Cruzada, y de
dofta Rafaela Valdés, ambos popayanejos. Abuelos: don Juan An-
tonio López, espaftol, y dolla Manuela Hurtado y Sáenz del Pon-
tón; don Francisco Luis Valdés y Campero, natural de Saro, obis-
pado de Santander, valle de Carriedo, y dolla Josefa Fernández de
Córdoba y Valencia.
(1) Archivo del Rosario, informaciones de Duranes; Archivo de
San Bartolomé, informaciones de Guillermo GaitAn Durán, 1821; Ar-
chivo Nacional, Miscelánea de empleados públicos, tomo l, página 870,
y Empleados Públicos del Tolima, tomo 13, página 294. Tradición de
familia transmitida por el seftor Manuel González Borrero.
- 89-

DON DIEGO MIGUEL DUSSAN


Nació por los años de 1748 (1) en la provincia de
Neiva; hijo legítimo del francés don Miguel Dussán y de
doña Victoria Ortiz, neivana, personas distinguidas. Con-
trajo matrimoT\io don Diego Miguel en 1775 con dona
Teresa Poveda, hija de don Jacinto Po veda y doña Ma-
ría Lucía Trujillo, su esposa (2).
En 1790 desempefíó Dussán el cargo de alcalde or-
dinario de la ciudad de Neiva (3).
En abri I de 1812, cuando se discutia sobre la conve-
niencia de unir la provincia de Neiva a Cundinamarca,
don Diego fue uno de los pocos que se opusieron, pre-
tendiendo que permaneciera aquélla independiente (4).
Como miembro del Colegio Revisor Electoral Consti-
tuyente de la mencionada provincia, por su capital, y
como presidente del cuerpo, dignidad a que se había he-
cho acreedor por su respetabilidad y alta posición social,
le cupo el honor de firmar en primer término el acta de
Independencia del 8 de febrero de 1814.

(1) Declara en mayo de 1798 ser de edad de cincuenta aftos


más o menos (Archivo Nacional, Tierras del Tolima, tomo 6, pági-
na 84).
(2) Archivo de San Bartolomé. informaciones de don josé Plo y
don Camilo Dussán, el uno sobrino y el otro hijo de don DieRo
Miguel, 1796 y 1798. (Don jacinto de Poveda era hijo legitimo de
N. de Poveda y de Teresa Perdomo, y ésta hija legítima del Alfé-
rez José Perdomo. La dona Marfa Lucia Trujillo era hiia de don
Francisco javier Trujillo y nieta de don Juan Bernardo Trujillo. (Ar-
chivo arzobispal, dispensas de 1778, 1779 Y 1789).
(3) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 4,
página 76.
(4) Gaceta Ministerial de Cundinamarca, 30 de abril de 1812.
-90-

DON JOSE ANTONIO FALLA


Don José Antonio Falla puede considerarse co mo el
primer mandatario republicano de Neiva, pues él expidió
el 21 de septiembre de 1810 el bando o decreto por me-
dio del cual se ordenaron regocijos con motivo de la
unión de los cabildos de Neiva, La Plata, Timaná y Pu-
rificación, y lo hizo en ejercicio de facultades ejecutivas,
firmando con el título de vicepresidente y en asocio del
respectivo secretario.
Pero resulta que en aquella época existieron dos in-
dividuos de relativa importancia que llevaban el nombre
de José Antonio Falla, y sobre cada uno de ellos hay
fundamentos para pensar que fuera el aludido mandata-
rio, de modo que no nos queda otro recurso que el de
consignar aquí los datos que acerca de ambos hemos con-
seguido.
Don José Antonio Falla ocupaba un asiento en el ca-
bildo de Neiva en 1804 (1). Fue elegido alcalde de se-
gundo voto de dicha ciudad para 1810, y como el nom-
bramiento del alcalde de primer voto salió viciado y se
siguió sobre el asunto un litigio, parece que Falla quedó
en el puesto principal (2). Ahora bien, admitida la opi-
nión de que el cabildo de Neiva asumiera provisional-
mente el mando de los pueblos de la jurisdicción del an-
tiguo corregimiento, debemos pensar que el alcalde se
viera revestido de las prerrogativas de vicepresidente de
la junta, cargo que, conforme sucedió en Santafé con don
José Miguel Pey, venía a representar la cabeza de la au-
toridad, pues el presidente nominal era el ex-Virrey, de
quien, en realidad de verdad desde el 20 de julio se hizo
caso omiso.

(1) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 23,


página 411.
(2) ArchivQ Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 14.
- 91 -

Falla era hijo legitimo de don Diego Falla y de dona


Francisca González, y casado con dona Encarnación Tru-
jillo; residió de ordinario en Yaguará, donde ejercía el
oficio de alcalde en 1821; murió por los afias de 1840 y
dejó descendencia.

***
DON JOSÉ ANTONIO FALLA, oriundo de La Plata, hijo
legítimo de don Francisco de Falla y Arce y de doña
Margarita de Cuenca y Ramírez, contrajo matrimonio el
20 de marzo de 1796 en el sitio de Rionegro, de la feli-
gresía de dicha ciudad, con dol'ia Ana María Gutiérrez (1).
Desempeñó el cargo de alcalde ordinario de segunda
numinación de La Plata en 1804 y en 1g09 hacía parte
de su cabildo (2).
Según el señor Gabino Charri, fue don josé Antonio
presidente de la Superior junta Provincial de Neiva en
1810 (3).
Miembro del cabildo de La Plata en 1811 y 1812,
mostróse entusiasta patriota, y cooperó eficazmente con
don Ignacio Durán, don jasé Maria Lombana y otros
caballeros, a levantar el espíritu público en favor de la
causa americana. Encuéntrase su firma al pie del acta de
la reunión del ayuntamiento celebrada el 18 de febrero
de 1811, en la cual los soldados que se disponían a em-
prender la campaña del Sur, prometieron defender la ley
de Dios, la Patria y la libertad. El 8 de diciembre del
año siguiente, juró Falla con sus colegas, obediencia al
Soberano Congreso nacional de las provincias unidas.
Nombrado para 1813 Procurador general, fue tildada

(1) Datos que hos ha proporcionado amablemente el sefior Ge-


neral don Manuel S. Rivera.
(2) Archivo Nacional, Neífros y Esclavos del 7oUma, tomo 2,
página 240, y Empleados PúlJllcos del Tolima, tomo 25. página 40.
(3) Tributo de Gratitud dedicado a la memoria de los próceres.
- 92-

tal designación de inconstitucional, por haber tenido el


agraciado la vara ordinaria en los dos años anteriores.
No obstante, el presidente de Neiva, rechazó el alegato
en que un abogado pedía reforma de la elección.
En 1815 volvió a merecer un puesto honorífico en el
ayuntamiento de La Plata, que aceptó manifestando su
adhesión a la Independencia. En este afiO padeció en sus
intereses una pérdida considerable, pues los enemigos le
arrebataron las caballerías que poseía en el Valle (1).
Sirvió en 1821 el empleo de alcalde de La Plata (2).
A pesar de que Falla Cuenca fue más conocido que
su homónimo, nos inclinamos a creer que el que figuró-
en el ejecutivo de Neiva en 1810, fue Falla González.

*"'*

Veamos algo sobre genealogía (3).


El Capitán Antonio Falla, natural de las montañas de
Burgos, se trasladó al Nuevo Reino, y casó con doi'la
María de Mosquera, noble como él y vecina de La Plata.
De este matrimonio fue hijo
Don Agustín Falla, vecino de La Plata, sargento ma-
yor, alcalde ordinario, notario y familiar del Santo Oficio.
Tuvo por esposa a doña Catalina de Arce y Campuzano,
y fue uno de sus hijos
Don Francisco Falla y Arce, padre de don Diego Fa-

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Justicia, tomo 24. (Pro-


ceso contra don Ignacio Durán).
(2) Archivo de San Bartolomé, informaciones de dûn Vicente
Lombana.
(3) Para formarIa hemos consultado: Archivo de San Bartolo-
mé, informaciones de don Francisco Falla en 1,728, y de don Do-
mingo Ciprián Cuenca en 1818; Archivo Nacional, Empleados Pú-
blicos del Tolima, tomo 4, página 298, Archivo Arzobispal, dispea--
sas matrimoniales y otros documentos. También hemos aprovecha-
po algunos informes conservados por la tradición.
- 93-

Ila y éste de don José Antonio Falla González de quien


hemos tratado.
No sabemos sí don Francisco Falla y Arce, mencio-
nado como padre de don José Antonio Falla Cuenca, se-
ría el mismo de quien acabamos de hablar o un homó-
nimo.
En la época colonial se distinguió en Neiva y su co-
marca don Fernando Falla, nacido por los años de 1735;
alcalde ordinario de aquella ciudad en varias ocasiones
y regidor alcalde mayor provincial. Era hijo legítimo del
citado don Francisco Falla y de doña Josefa Polanco y
nieto de don Agustín Falla y doña Catalina de Arce, y
de don Silvestre Polanco y doña Lorenza de Mesa. Casó
don Fernando con doña Petronila Cuenca y Quintero (cu-
yos ascendientes nombraremos a continuación), y entre
sus hijos se contaron doña Maria Rosa, esposa de don
Fernando Galindo y Quintero, natural de Yaguará, y don
José Joaquín, marido de doña Clemencia González.
Don Juan de Cuenca y doña Potenciana del Castillo,
fueron padrcs de don Tomás de Cuenca, nacido hacia
1730, Aiiérez real de la ciudad de Neiva, fallecido en
1774, que de 5Ll esposa doña Salvadora Quintero (hija
legítima del Capitán Manuel Quintero Príncipe y de doña
Mariana de Rojas y Cafiizares), tuvo por hijo a don Ci-
prián Cuenca, qlll~ casó con doña Juana Ramírez y Val-
buena, padres de don Tomás Cuenca (nacido en Neiva
en 1775), quien contrajo matrimonio con doña Josefa Pas-
cuas y Perdomo, del cual resultó el doctor don Domingo
Ciprián Cuenca, que via la luz en Neiva en 1801, casó
con dalia Sinforosa FI(lrez Camacho, y fueron padres de
Tomás Cuenca, nacido en Bogotá en 1839, homhre ta-
lent')sísimo, que mllrh prematuramente cllando la Patria
fincaba en él con justicia grandes esperanzas.
- 94-

DON FORTUNATO MANUEL DE GAMBA


Y VA LENCIA
Bautizado de un día de edad en la ciudad de Carta-
go el 20 de abril de 1788; hijo legítimo de don Nicolás
Santiago de Gamba y dolla Mariana Valencia, los cuales
habían contraído matrimonio en dicha ciudad en 1787 (1).
Don Nicolás Santiago nació en la parroquia de San
Juan del Valle, jurisdicción de Ibagué, en agosto de 1759.
Era hijo legitimo de don Francisco Gamba y Vasallo,
oriundo de la parroquia de San Pedro de Quinto, Géno-
va, vecino muy honrado de Ibagué, su procurador gene-
ral y mayordomo de propios, y de dona Antonia López
de Urueña, nacida en el pueblo de Piedras en 1730 del
matrimonio del Capitán don Juan Francisco de Uruefia,
natural de los Reinos de España, y doBa Teresa de Rojas.
Fue el referido don Nicolás Santiago, Teniente de gober-
nador y oficial real de Cartago (2); después abrazó la
causa de la Independencia, por lo que tuvo que emigrar
dos veces del Valle del Cauca con motivo de las perse-
cuciones de los realistas: en 1813 y en 1820, la última
en circunstancias penosísimas, pues se vio obligado a
atravesar a pie, con su numerosa familia, la escabrosa
montaña del Quindlo. Murió el 28 de agosto de 1820 (3).
Doña Mariana Valencia nació en Cartago en 1767;
era hija legítima de don Bernardino de Valencia y de
dofia Lugarda Beltrán de la Torre; nieta de Agustín de
Valencia, originario de Nóvita, y de Catalina Príncipe
Quintero, y biznieta de Agustín de Valencia Estrada (4).

(I) Archivo de San Bartolomé.


(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Particulares, tomo 3.
(3) Miguel Gamba, por Benjamin Pereira Gamba (Boletln de His-
toria y Antigüedades, tomo 3, página 621).
(4) Documentos del Archivo de San Bartolomé.
- 95-

Don Fortunato vistió la beca del Colegio de San Bar-


tolomé en 1805.
Hacia 1814 casó con dofia Rafaela B,ernal, hija legiti-
ma de don Miguel Antunio Bernal y de dofia Maria Leo-
cadia Gaitán y Gutiérrez (t).
Firmó el sefior Gamba la Constitución de Neiva de
31 de agosto de 1815, en su carácter de di putada por la
capital del Estado y secretario de la Convención general.
Recibióse de abogado de la Real Audiencia en 1817
y después lo fue de los tribunales de la República.
En época bastante dificultosa para la Patria desempe-
fió el cargo de gobernador del Chocó, que renunció en
1821. Nombrado asesor de la provincia de Santa Marta
en febrero de 1822, estaba como tal encargado interina-
mente del mando político en mayo de 1824, a pesar de
que en el año anterior había dimitido el puesto. Fue juez
letrado de hacienda de Buenaventura; ministro fiscal de
la Corte de apelaciones del departamento del Cauca des-
de 1826 hasta 1828, ano éste en que Bolívar lo destitu-
yó, de lo cual se quejó Gamba tratando de arbitraria la
medida; ministro juez interino de la Corte de apelacio-
·nes del Centro de octubre de 1831 a abril de 1832, y
pasó luégo a ejercer la judicatura de Hacienda de la
provincia de Bogotá. Como juez de primera instancia pro-
nunció sentencia de muerte contra los delincuentes de la
conspiración de 1833. En 1838 residia en Tunia con el
empleo de ministro juez del Tribunal de Boyacá (2). Ade-

(1) Archivo arzobispal, informaciones de soltería y tradición de


familia.
(2) Archivo Nacional, Historia, tomo 3, página 845; Solicitudes,
tomo 5, página 39; Funcionarios Públicos, tomo 4, página 292, y Par-
ticulares, tomo 17, págína 745. Gaceta de Colombia de 10 de fe-
brero de 1822 y 7 de diciembre de 1823. Apuntamientos para las
Memorias sobre Colombia y la Nueva Granada por el General San-
tander.
- 96-
más, fue fundador y profesor de la Universidad del Cau-
ca, diputado al Congreso y magistrado de la Corte Su-
prema, pero no tenemos datos acerca del tiempo en que
sirvió los últimos destinos (1).
Debió de morir entre 1838 y 1839, porque su nombre,
que figura en el cuadro sinóptico de los abogados de la
República en la Gaceta de Nueva Granada en el primer
afio citado, no aparece ya en el correspondiente al otro.
El doctor Gamba dejó descendencia.

DOCTOR LUIS JOSE GARCIA


Recibió óleo y crisma en la iglesia del sitio de Da-
gua, jurisdicción de la ciudad de Cali, el 26 de julio
de 1778, a los dos meses de nacido, habiendo sido bau-
tizado antes por necesidad. Hijo legitimo de don Tori-
bio García y de doña Manuela Reascos. Crióse en Cali,
estudió dos afios escasos en el Seminario de San Fran-
cisco de Asís de Popayán, y se trasladó luégo a Santafé
a continuar su carrera en el Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, cuyas insignias vistió el 9 de noviem- .
bre de 1800, la que coronó alcanzando el título de doc-
tor. Más tarde fue catedrático de filosofia en el referido
colegio (2).
Por los años de 1810 contrajo matrimonio con doña
Micaela Sordo, hija legítima de don Juan Sordo Manjón,
aquel español que menciona el cronista Caballero entre
los perseguidos por \(\s patriotas el 20 de julio, y de
doña Josefa Sobrino (3).
García fue gobernador de la provincia de Neiva; le-
vantó tropas para auxiliar a la Independencia y escribió

(1) Gustavo Arboleda, Diccionario biográfico del antiguo Cauca.


(2) Archivo del Colegio del Rosario.
(3) Archivo de la Parroquia de la Catedral de Santafé.
- 97-
en favor de esta causa, tratando por todos los medias
que estuvieron a su disposición de fomentar el espíritu
público (1).
Cayó en poder de los pacificadores, quienes le tuvie-
ron preso en el Colegio del Rosario de Santafé, de don-
de le sacaron el 8 de agosto de 1816 para conducirlo a
Neiva (2). Fue pasado por las armas, por la espalda, en
en esta población y confiscados sus bienes.
Parécenos oportuno reproducir aqui la partida de defun-
ción de García y de sus beneméritos compalleros, la cual
fue publicada por el stnor R. Puyo en el Boletin de His-
toria y Antigüedades (tomo 4, página 121). Es como sigue:
«El infrascrito Cura Párroco certifica: que en el libro
de defunciones número 3, página 63, se halla una partI-
da que copiada a la letra dice asi:
En diez y ocho de septiembre de mil ochocientos diez y
seis les di sepultura eclesiástica a los cadáveres del Dr. Luis
¡osé Garcfa, Fernando Salas, Benito Salas, {osé Diaz, losé
Maria López y Francisco López. Se les administraron los
Sacramentos. Doy fe. Fr. Felipe Bernal. Hay una rúbrica.
,. Es copia fiel y se expide en Neiva, a 13 de julio
de 1906. Moisés Castro, Presbltero. Encima de esta par-
tida dice: "Fueron abaleados por los ... _ espanoles ••••.
Aunque por el documento anterior queda comproba-
da la fecha de la muerte de García, contra la creencia de
que había sido el 26 del mismo mes, para mayor abun-
damiento transcribimos fragmento de una nota oficial, por
el que se ve que en el último dia citado no existia ya
nuestro prócer:
«Habiéndose dado parte a esta junta de secuestros
que presido, por el sellor Comandante General de esta

(1) Impreso oficial titulado Re/ación de los principales cabezas de


la rebp/lón, l'te.
(2) Manuscrito anónimo del Archivo Restrepo.
7
- 98-
provincia don Diego Aragones, de haberse ejecutado la'
sentencia que le resultó por el consejo de guerra de ser
pasado por las armas a Luis José García, gobernador que
fue de los insurgentes de esta provincia .... Neiva, 25
de septiembre de 1816. Tomás de Heres" (1).

DON JORGE HERMIDA


Nació en la Villa de Timaná en 1747; hijo legitimo
de don Andrés Antonio de Hermida y San Millán, oriun-
do de la Coruna en Galicia, y de dofia Fetipa de Silva,
ambos de distinción y mérito, como que el padre desem-
pefiÓ en la citada Villa los empleos de alcalde ordinario
y de la Hermandad, procurador general y juez mayor de
residencia de la gobernación de Neiva, y la madre era
hija legitima del ayudante de milidas urbanas don Feli-
pe de Silva y de dona Antonia de Rojas y Ortiz.
Don Jorge Tomás, que asi se I~ mencionaba general-
mente, obtuvo en Timaná por dos ocasiones el cargo de
alcalde ordinario, y cumplió sus funciones con actividad
y celo; fue corregidor del pueblo de La Ceja y de las
misiones de los Andaquies y Comandante de su escolta,
por título y nombramiento formal del Arzobispo-Virrey,
puestos que sirvió con efica~ia y circunspección.
Figuró en las solemnidades con las cuales se celebró
en Timaná la jura de Carlos IV, en diciembre de 1790,
y ofreció al pueblo un día de fiestas de toros que se li-
diaron en honor del Rey.
Remató el oficio de regidor perpetuo fiel ejecutor del
cabildo de la villa de su nacimiento en 1796, y como tal
hubo de concurrir a la sesión celebrada el 17 de agosto
de 1810 ccon el objeto de tratar y conferir lo más con-

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, Embargos, tomo 3.


- 99-
veniente al bienestar de esta República, paz y tranquili-
dad de ella, en obsequio de nuestra religión céltóiica,
apostólica, romana; de nuestra patria, y de nuestro legí-
timo soberano ci seftor don Fern;mdo Séptimo, 'lue Dios
guarde", al decir del acta correspondiente, en la cual se-
sión se leyó un pliego de S:¡ntafé, portador d~ la noti-
cia d~ los acontecimientos del 20 de julio, que fue reci-
bida con muestras de aplauso. El ca~Jildo ordenó al punto
que se cumplieran las determinaciones de la suprema
junta de la ci'lpitaJ, y el 23 del propio mes nombró a
Hermida representante diputado que debía unirse a dicha
entidad suprema, elección que no tuvo resultado ni efec-
to, a pesar de la aceptación y buena voluntad del agra-
ciado.
Asistió don Jorge al cabildo abierto reunido en Gar-
zón el 6 de septiembre inmediato, tendiente a organizar
el nuevo gobierno y salió proclamado vocal del cuerpo
depositario de la autoridad, que a poco se instaló en Gar-
zón, centro de las poblaciones de su dependencia. El 6
de octubre del mismo ano fue escogido Hermida por VI-
lla Nueva de Timaná (titulo que tomó Garzón al consti-
tuirse en cabecera de la comarca), para pasar a Neiva,
en calidad de diputado, a formar parte de la junta pro-
vincial, honor que admitió jurando a renglón seguido lle-
nar sus obligaciones (l).

(1) Los datos relativos a la vida de Hermida hasta 1810, se han


tomado de Jas siguientes fuentes: Archivo Nacional, Empleados Pú-
blicos del Tolima, tomo 12, pilgina 3i3; tomo 8, página 1003; to-
mo 21, página 338; tomo 16, página'i 628 y 918, Y tomo 25, pá-
gina 2'2, y Acta de la Jura de Carlos IV, curio~o documento publi-
cado por el senor Gabino Charri en el Boletin de Historia y Anti-
güedades, tomo 8, página 117. Los correspondientes al mencionado
al'1o, se encuentran en un clCpedlente sobre la junta de Tlmaná, en
el tomo 11 de Historia del Archivo de la Biblluteca Nacional.
Para l,.s Ilscendientes de dona felipa de Silva, véa~e la bio-
grafía de don jasé Manuel de Silva,
- 100 -

En enero de 1811 figuraba como presidente de la cI-


tada suprema junta provincial que obraba ea nombre del
senor don Fernando Séptimo» y con tal carácter dictó
en Neiva un bando el 8 de junio inmediato, prohibiendo
que se hicieran movimientos hostiles con motivo de la
llegada a esa ciudad de don Luis Caicedo y Flórez, de
quien se creia, iba con el intento de sujetar la provincia
a Cundinamarca. Concluye advirtiendo que la aludida jun-
ta «vigila incesantemente sobre la paz y seguridad de la
provincia; y que en todo caso ella misma convocará y
.alarmará sus pueblos para su defensa hasta derramar la
última gota de sangre" (1).
Dice el senor Gabino Charri que Hermida fue dipu-
tado en el Congreso de Santafé en 1813 (2).
Su actuación debió dejar gratos recuerdos entre los
neivanos, porque el 7 de febrero de 1814 el Serenisimo
Colegio Revisor del Estado le eligió gobernador para re-
emplazar a don José Antonio de las Bárcenas, cuyo pe-
riodo había terminado (3). Probablemente Hermida se ex-
cusó de aceptar tan alto cargo, pues entró a ejercerlo el
doctor Joaquín Borrero.
En 1815 concurrió don Jorge como diputado por el
Gigante a la convención general del Estado libre de Nei-
va, ) suscribió la constitución df'1 31 de agosto.
A causa de sus compromisos políticos, se haJlaba, en
julio de 1816, preso en el Colegío del Rosario de San-
tafé. Los pacificadores le embargaron sus bienes en el
mismo ano, pero poco después se los devolvieron por
orden del General en Jefe (4).

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Justicia, tomo 24 (proce-


·so contra don Ignacio Durán), y El Centenario de Neiva, por O.
Charri.
(2) Tributo de Gratitud.
(3) Archivo Nacional, Miscelánea, tomo 69. página 364 (Salón
de la Colonia).
(4) Archivo de la Biblioteca Nacional, Embargos, tomo 4, y Se-
.cuestros, tomo 2.
- tOt -
Hermida fue juzgado por el delito de lnfidencia y sen-
tenciado por el Consejo de Guerra Permanente que fun-
cionaba en Santafé, a diez afIos de presidio en Puerto
Cabello. Partió sin demora y estuvo bajo la :ustodia del
Teniente Coronel de dragones don Antonio Pla, que con
una división marchaba a Nutrias. Sorprendida esta fuerza
en marzo de 1817 en las Sabanas de Arauca por las hues-
tes patriotas de Donato Pérez, Hermida, a quien habría
sido fácil huir, permaneció con paciencia al lado de aqué-
llos que le privaban de su libertad. L1rg6 a BaTinas en
abril; por enfermo, suspendió su viaje, y vivió alii du-
rante varios meses. Cuando, el 14 de agosto del citado
afio, invadió el bravo Páez esa ciudad y obligó a los rea-
listas a retirarse, quedóse don Jorge como prisionero de
los espafIoles, despreciando la ocasión de evadirse y de
juntarse con sus copartidarios. Tal conducta merece apre-
ciarse con muy elevado criterio: Hermida obró asi segu-
ramente porque consideró que no podia faltar a las leyes
de la lealtad para con los jefes contrarios que le habian
tratado como caballero y depositado en él amplia y ge-
nerosa confianza. Por los medios de la diplomacia, logró
que el gobernador de la provincia le otorgara permiso
de trasladarse a Santafé en el mes de diciembre, y en
consecuencia salió de Barinas a los pocos dias, provisto
del correspondiente pasaporte. De este documento, que
hemos tenido a la vista, aparece que nuestro prócer pasó
por el pueblo de Bailadores el 11 de enero de 1818; por
la Grita, el 13; por Táriba, el 16; por San Antonio. el
17; por la villa de San José de Cúcuta, el 19; por Bo-
chalema, el 21; por Pamplona, el 25¡ por Capitanejo, el
5 de febrero¡ por Soatá, el 7; por Sátiva, el 8, y por San-
ta Rosa, ellO. En Paipa se sintió un tanto indispuesto
y descansó cortos dias; pasó por Tunja el ) 8 de f~bre-
ro, y por Chocontá el 21. Al llegar a Santafé, pidió in-
dulto al Gobierno; el Fiscal, con fecha 27 de febrero,
- 102 -

apoyó la solicitud; la real audiencia remitió el asunto al


Virrey el 10 de marzo, y el 13 del mismo lo resolvió la
superioridad en los siguientes términos que se refieren
al impetrante: eSe le concede la gracia de quedar expe-
dito y libre, pudit'ndo ocurrir por pasaporte para seguir
al lugar de su domicilio-. El 26 de marzo de 1818 se le ex-
tendió el despacho necesario para encaminarse a Timaná.
Hay tradición de que Hermida pereció en Puerto Ca-
bello y asi lo escribe el sefior Gdbino Charri en su fo-
Ueto Tributo de Gratitud dedicado a los próceres de
Neiva.
¿Cómo compaginar las dos versiones?
La primera consta de documentos fehacientes y autén-
ticos que reposan en el tomo 31 de luslicia del archivo
anexo a la Biblioteca Nacional, entre los cuales se cuen-
ta el mencionado pasaporte que le fue dado a Hermida
en Barinas, visado por las autoridades del tránsito hasta
Santafé, y la segunda es respetable y digna de mirarse
con atención.
¿Seria aventurado el pensar que Hermida, después de
que regresó del destierro como queda dicho y probado,
reincidió en infidencia y sufrió nueva expatriación?
Don Jorge era hombre de buena cultura intelectual,
rico y de costumbres de gran selior. En jurisdicción de,
Suaza, en un lugar llamado Las Quemadas, tuvo su casa
y morada, la que fue arrasada por los realistas. Llamó-
se su esposa dofia Inés Méndez, y de su matrimonio na-
cieron, fuera de varias hijas, 'dos varones: don Ventura,
naturalista, amigo del Sabio Caldas, y don José Antonio,
que casó con doña Maria Eleuteria de Rojas (1).

<,>De estas últimos nacib don Serafín Hermida Rojas, m?rldo


de dalla (gnacia Cuéllar Tovar, padres de dolla (gnacia Hermida,
esposa de don Antonio Silva Silva, padres de dODMatias Silva Her-
- 103 -

DON PEDRO DE IRIARTE


Nació el 17 de noviembre de 1756 y fue bautizado en
la cviceparroquia del Hato de abajo", jurisdicción de Ti-
maná.
Hijo legítimo de don Pedro de Iriarte y Cisneros y
de dona Ana Beatriz de Rojas y Vargas. Nieto de don
Juan de Iriarte y de dona Marfa Teresa Cisneros, y del
Maestre de campo don Francisco de Rojas y Narváez y
de dona Ignacia de Vargas Valderrama.
El padre, natural de los Reinos de Espana, vino a
América de familiar del Virrey Eslava, quien lo nombró
Gobernador de Ndva en 1742. Murió en Timaná, donde
se había avecindado, en enero de 1775, dejando doce
hijos (1).
Don Pedro (hijo) ocupó distinguida posición social en
la comarca y vivió por mucho tiemro en la parroquia de
San Antonio del Hato o en una hacienda cercana. fue
casado primero con dona Alejandrina de Tobar y luégo

mida, quien gentilmente nos ha proporcionado Interesantes Informel


de fa",lIIa.
Dofta Inés Méndez, esposa de don Jorge Hermida, era hija de
N. Méndez y de dona Francisca Cabrera; nIeta materna de don
And'és de Cabrera, y biznleta de dnn Juan de Cabrera (Archivo
Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 13, páginas 58) 'I
664)
(1) ArchIvo Nadonal. Empleados Públlros del Tolima, tomo 9, pll-
glna 428, y tomo 18, página SSg, y Testamentarias del Tolima, tomo
24. Conocemos los nombres de los siguientes hijos de Iriarte y Cis-
neros: don Pedra, objeto de las presentes Iineas; don Juan, pres-
biter(1; doctor don Javier; don Antonio; don Fellpe; doctor don An-
drés, Fiscal de la Real Audiencia de Quito; don Francisco; don Ma-
rio; dofta Teresa, esposa d~ don Matias Gómez, y dalia Dlonlsia.
Don Pedra de Iriarte \hijo), era primo hermano de don Domingo "I
don Bernardo de Iriarte, é~te, Ministro del Real Supremo Consejo
de las Indias, y aquél. embajador plenipotenciario para las paces
que hizo el Rey de Espana con francla.
t04 -

con dol'la Antonl:i Rosalía Serrano, hija legitima de don


Pedra José Serrano, originaria de Vélez, y de dona Ana
Maria de Vargas, de La Plata. Varias de los hijos del se-
gundo matrimonio vistieron la beca del colegio de San
Bartolomé (t).
Desempel'ló don Pedro los car~os de alcalde ordina-
rio de primer voto de Timaná en t803; de procurador
general en 1804, y en otras dos ocasiones; de alcalde
de la Santa Hermandad y de padre de menores, y más
tarde el d~ administrador de correos de la misma pobla-
ción, destino que renunció en t809 (2).
En t81O, siendo regidor perpetuo, al~uacil mayor pro-
vincial en Timaná, hubo de asistir a importantes sesio-
nes del ayuntamiento en las cuales se trataron puntos re-
lacionados con los acontecimientos del 20 de julio en San-
tafé, como también al cabildo abierto reunido en Garzón
el 6 del siguiente septiembre, que organizó el nuevo go-
bierno, quedando Iriarte de mirmbro del alto cuerpo de-
positario de la autoridad (3).
En 1811 continuó de re~jdor alcalde mayor provincial
del cabildo de Timaná en Garzón, y concurrió con el ca-
rácter de representante de esta villa, al congreso pro-
vincial de Neiva que funcionó en Ya~uará (4).
En septiembre de 1818 se encontraba Iriarte en San-
tafé (5). Ignoramos qué suerte corrió después.

(1) Archivo de dicho cole~io, Informaciones de don José Marla


J don Pedro Jl'Isé Iriarte y Serrano, 18!7.
(2) Archivo N lcional, Bn ,I¡;ados PúbJ."cosdel T"Uma, tomo 9,
página 422, tomo 25, págIna 28, y Correos del Tolima, tomo l, pi-
tina 720.
(3) Archivo de la Biblioteca Nlclonal, Historia, tomo 11.
(4) Al:tas de dicho congreso publicadas por el seft'lr G. Cha-
m en El Centenario de Neiva. Como hemos visto en la primera parte
cie este trabajo, Villa Nueva de Timlná, o lo que es lo mismo,
Tlmaná en Garzón, fue la población designada para capital o cabe-
cea de la comarca.
(5) Archivo de la Biblioteca Nacional, Solicitudes, tomo 4.
- 105 -

DOCTOR JOSE MARIA LOMBANA


Vino al mundo en la capital del Virreinato el 20 de
noviembre de 1778, del matrimonio de don Francisco
Lombana, comerciante santaferefio, y de dofia María Ni-
colasa Cuervo (1).
Después de haber estudiado hasta obtener el diploma
de doctor, se trasladó a la ciudad de San Sebastián de
la Plata. a la que sirvió eficazmente en los diversos car-
gos que desempefió, como el de abogado de su distrito,
y ocupó allí brillante posición.
En 1811 fórmó parte del cabildo de La Plata con el
oficio de alférez real; asistió el 18 de febrero a la reunión
de patriotas que sancionaron con su presencia la prome-
sa que hicieron los militares que se aprestaban a la lu-
cha contra los "realistas, de defender la Patria y la liber-
tad, y luégo suscribió con los otros miembros del ayun-
tamiento, varios documentos en los que se exteriorizaba
su entusiasno por la independencia. Del 30 de sepliem-
bre al 4 de octubre concurrió en calidad de diputado por
aquella ciudad al congreso provincial de Neiva, que ce-
lebró sus sesiones en Yaguará. En 1812 fue también miem-
bro del susodicho cabildo, y en la junta habida el 8 de
diciembre, juró obediencia al Soberano Congreso Gene-
ral de las provincias unidas de Nueva Granada (2).
Los sefíores Scarpetta y Vergara, en su Diccionario,
suministran importantes datos sobre el doctor José María
Lombana, que no hemos hallado en ningún archivo, por
lo que los copiamos textualmente:
«Como alcalde ordinario de la ciudad de La Plata pres-
tó distinguidos servicios a los ejércitos o expediciones

(I) Archivo de San Bartolomé.


(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, !asUeta. tomo 24 (pro-
ceso contra don Ignacio Durán). Y El CentelUlrlo de Neiva, por G.
Cbarrl.
- 106 -

que marcharon de esta ciudad a la sangrienta campana


del Sur. Después de la batalla de La Plata en que el Co-
ronel Carlos Tolrá derrotó al General Valdés, en 1816,
y tomó a fuego y sangre la ciudad, hizo prisionero al
doctor Lombana y lo remitió a Neiva, donde permaneció
seis meses en el presidio. No obstante haberle hecho pa-
gar por rescatar la vida miles de pesos que se fijaron
por el tribunal ir¡)nicamente llamado de Purificación, fue
juzgado y sentenciado a ser pasado por las armas. La
vispera de ser fusilado y estando en la capilla, auxilia-
do por el padre agustino fray Felipe Bernal, murió de
espantosos malos tratamientos ordenados por el bárbaro
espafiol Aragonés, que entonces ejercia el destino de go-
bernador civil y militar".
No parece exacto el que el mismo Tolrá, al entrar
triunfante en La Plata, hiciera prisionero al doctor Lom-
bana, pues de declaraciones rendidas en 1822, en un jui-
cio civil que hemos tenido a la vista (I), resulta que el
citado doctor estaba de alcalde ordinario en la nombra-
da población en julio de 1816, cuando llegaron victorio-
sos los espafloles, quienes le dejaron en el empleo por
algún tiempo, y que luégo el corregidor don Anastasio
Ladrón de Guevara le hizo conducir a la cárcel de Nei-
va, donde expiró en la miseria.
Después de fallecido Lombana, el alcalde de La Plata,
don Gregario Bautista, en cumplimiento de una orden del
presidente del tribunal de Secuestros, se presentó el 2
de diciembre de 1816, en la casa de campo del sitio de
Faldas, que habitaba la viuda del prócer, a embargar los
bienes que se creia existian de pertenencia de la mor-
tuoria, y no encontró nada. Pasó entonces el comisiona-
do a la Isla, jurisdicción de la mencionada ciudad; em-
bargó la hacienda «que mantenía en dicho &itio el finado

(1) Archivo Nacional, Civiles de la República, tomo 7.


- 107 -

José María Lombana", compuesta principalmente de una


plantación de cacao, y nombró el correspondiente depo-
sitario. Pero a poco se pudo comprobar que esa propie-
dad era de don francisco Lombana, padre del difunto,
y Ladrón de Guevara tuvo que alzar el embargo (1).
El doctor Lombana fue casado con doña María An-
tonia Buendía, nacida en La Plata en 1784, hija legítima
de don Nicolás de Buendia y de doña Maria Inés Ortiz,
y dejó descendencia honorabilísima, que ha sabido con-
servar con lustre el apellido heredado de sus mayores.

***
Estimamos oportuno el consignar aquí algunos datos
genealógicos no sólo acerca de la familia Lombana, sino
también sobre la Buendía, cuyos miembros, hoy muy nu-
merosos, no dejarán de leerlos con cierto interés.
Don francisco Lombana (padre del prócer), nacido
en SJntafé en 1751, era hijo legítimo de Domingo Soria-
no Lombana y de doña josefa Sánchez.
Domingo Soriano Lombana nació en Santafé en 1714,
desempeñó [os oficios de mayordomo de cabildo y alfé-
rez de milicias, y murió en la misma ciudad en 1773.
Hijo legitimo de Domingo Lombana Ramirez, natural y
vecino de Santafé, donde testó en 1745, Y de dOfia Marta
Alfonsa de Torres. Esta señora era hija legítima de don
Juan Pablo de Torres, natural de la villa del Alamo, en
la provincia de Madrid, el cual pasó al Nuevo Rein/) por
los afias de 1680 y se avecindó en MUlO, y de doña AI-
fonsa Rodriguez. Abuelos paternos: jerónimo Pab[os y
Juana de Torres, su esposa; maternos, juan Rodríguez
Coy y dalia Isabel Ramírez Gasca, su mujer, descen-
diente la última de las principales familias de Muzo. Bi-
sabuelos paternos: Esteban Pablos y Agustina López de

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, E'7Ibargos, tomo 4.


- 108 -

Ayala, su consorte, naturales de la villa de Montilla (Es-


paña), Bartolomé de Torres e Isabel de Choca, de la vi-
lla del Alamo.
Doña Josefa Sánchez (esposa de Domingo Soriano
Lombafla) era hija de don José Sánchez de la Torre y
Armas, y de doña Juliana Gómez de Abreu.
El mencionado dJn José Sánchez de la Torre, nacido
en la ciudad de La Laguna, en las Canarias, en 1679,
hijodalgo notorio, llegó a Santa Marta en 1709 y luégo
pasó a San/afé en cuya casa de moneda sirvió el cargo
de ensayador. Era hijo legítimo del alférez Diego- Sán-
chez de la Torre y de Simona Suárez de Armas; nieto
de Marcos Sánchez de la Torre y Francisca Ramos de
Betancur, y de Francisco Bas-velloso y María Suárez de
Armas; biznieto paterno de Marcos Sánchez de la Torre,
natural del Puerto de Santa Maria, y de Ginebra Díaz,
de San Cristóbal de la Laguna en Canarias (l).

**.
Don Nicolás de Buendia fue hijo de don Domingo de
Buendia y de doña Mariana Polanía, vecino de La Plata,
alcalde de I.a Santa Hermandad en la colonia, y auxilia-
dor del ejército independiente cuando la campaña del
Sur, lo que le valió que el congreso general le diera pú-
blicamente las gracias (el Arg 's de la Nueva Granada
de 5 de mayo de 1814). Murió en 1818.
Don Domingo de Buendía, nació en Santafé en 1728,
establecióse en Timaná y tuvo el cargo de alcalde ordi-
nario en 1787. Era hijo legítimo de don Julián de Buen-
dia y de doña María Josefa Ricaurte (hija legítima ésta
del tesorero de la real casa de moneda don José Salva-

(I) Archivo de San Bartolomé; Archivo de la antigua parroquia


de la Catedral; Notaria 3: de Bogotá, protocdos de 1745 y 1763;
Archivo Nacional, Testamentarias de Cundinamarca, tomo 41, y MI-
licias y Marina, tomo 9, página 304.
-109-

dor de Ricaurte y de doña Francisca Terreros y Villa-


rreal).
Don Julián de Buendía nació en la villa y corte de
Madrid, por los años de 1703, del matrimonio de don
Alonso de Buendia, caballero de la orden de Santiago, y
de doña María Teresa Echaux. Trasladóse muy joven a
América y casó con la referida doña María Josefa en
Santafé en 1726. Desempefió llos empleos de alcalde or-
dinario de esta capital (1734) y de Gobernador de Neí-
va. Testó en 1772.
La dalla Mariana Polanía, citada anteriormente, era hija
de Marcos Polanía, cuya esposa nos es desconocida.
Marcos, hijo del capitán Mateo Polania y de Jacinta de
Molina; nieto paterno de Marcos Polania (o Polaina) de
la Torre, natural de Sevilla, avecindado en Neiva, y de
Jacinta de Valenzuela, su mujer (hija legítima de Grega-
rio Hernández de Valenzuela y de Maria de Olalla); nie-
to materno de Bernabé de Molina y de Francisca Mar-
tin de la Reina, su consorte (hija legítima de García
Martin de la Reina y doña Ursula de Robles).
Dofta María Inés Ortiz, esposa de don Nicolás de
Buendia, era hija legítima de don Francisco Javier Ortiz
y de doña Catarina Nieto, y nieta paterna del Sargento
mayor don Martin Ortiz, quien obtuvo el puesto de al-
caIde ordinario de La Plata (I).
Hermanos carnales de la expresada dona Maria An-
tonia Buendia, mujer del doctor Lombana, fueron el doc-
tor José Joaquín de Buendia, presbítero, cura de Guagua;
don José Maria, que dejó hijos de varios matrimonios;
don Manuel, Capitán, que murió en la batalla de Guachi

(I) Archivo de San Bartolomé. Archivo de la antigua parro-


quia de la Catedral. Archivo Nacional, Civi'es del To'ima y Testa-
mentarias del Tolima, tomos diversos, y Empleados Públicos del To-
Urna, tomos 17 (página 903) y 24; Notaria prmera de Bugotá, pro-
tccolús de 1726, 1734 Y 1743, Y Archivo Arzobispal, Capel/anias.
- 110 -

defendiendo la causa independiente, bajo las órdenes de


Sucre, en 1821; don Antonio; doña Maria joseh, esposa
del doctor José Maria Céspedes, y dofla Mariana, esposa
de don Bernardo Martin Herrera. De éstos procedió e/
doctor Bernardo Herrera Buendia, abogado de nota, dis-
tinguido hombre público, casado con dopa María Jesús
Rlstrepo, Ironco de la estimable familiJ que cuenta entre
sus micmb~os a/ actual Arzobispo de Bogará, Primado de
Colombia, Ilustrísimo señor doctor Bernilrdo Herrera Res-
trepo. Veamos algo sobre sus ascendientes:
MARCOS DE HERRERA,que no sabemos si sería espa-
ña/ o americano, debió de nacer por los allas de 15ïO a
1580. Fue casado con Francisca de la Fuente VêJlderra-
ma, dueños de media estanci2 «de pan y ganado menor",
cerca del rio del Arzobispo de Santafé. Tuvieron tres hi-
jos varones, a saber: Juan, Salvador y Pedro.
PEDRO DE HERRERA nació hacia 1610. Fue feligrés de
la parroquia de Las Nieves de Santafé; hombre poseedor
de un mediano pasar, consistente en dos estancias en el
valle de Zipaquil á y algunos semovientes; testó en la ca-
pital el 16 de mayo de 1687, anle e/ escribano Juan de
Pineda, y murió poco después. De su matrimonio con
Margarita Sáenz Calderón de la Barca (hija legitima de
don Francisco Calderón y de dona Fulana Cabaflas)
resultó
PABLO DE HERRERA, que via la primera luz en San-
tafé entre 1655 y 1660. Fue un sujeto activo y laborioso;
tuvo diversos negocios en su calidad de tratante o mer-
cader, como se decía en aquella época, y llegó a reu-
nir un buen caudal, pues era propietario de la casa de
su habitación en Santafé, de un tejar, de tres estancias en
el rio del Arzobispo, de un trapiche en el valle de Tena
y de la valiosa hacienda de Buenavista en jurisdicción
de Timaná. Falleció en 1727 y habia ordenado en su tes-
- 111 -

tamento que se le enterrara con el hábito de San Fran-


cisco en sepultura de su pertenencia en la capilla mayor
de la iglesia de Las Nieves. De su matrimonio con Ber-
narda Fernández Doblado, contra'do en 1684, nacieron
varios hijJs, entre ellos un fraile agustino y una monja
de Santa Inés, y de su segunda esposa drd1a María Te-
resa de Quiñones y Angulo (hija legitima de Francisco
Díaz de Quiñones y de doña Josefa de Angulo), tuvo a
DON PABLO JO~É DE HERRERA y ANGULO, que vino
al mundo en Santafé y fue bautizado a lo", ocho dias en
la parroquia de Las Nieves el 27 de julio de 1706. Ave-
cindóse en Timaná. atraído, seguramente, por la necesi-
dad de explotar la hacienda de Buenavista. En 1743 se
levantó en Santafé, a su pedimento, una información acer-
ca de legitimidad y nobleza de su sangre, en la que cons-
ta que sus ascendientes eran «cristianos viejos, limpios
de toda mala raza"'. En 1760 desempeñó el cargo de al-
caide ordinario de Neiva y en otra ocasión el de Tenien-
te gohernador de la rrovincia del mismo nombre. Murió
como fervoroso católico, en Ndva, el 10 dtl agosto de
1786. Había sido casado con dof\a Dionisia Sánchez (hija
legitima del Capitán Manuel Sánchez y Losada y de dalla
Bernarda Méndez Trujillo, naturales de la Villa de Tima-
ná), padres de
DON JUAN MANUEL SILVESTRE DE HERRERA, nacido en
1745 aproximadamente; alcalde ordinario de la ciudad de
Neiva; casado con dof\a Antonia Sánchez Borda. Tenemos
noticia de dos hijos de este matrimonio: don Nicolás (es-
poso de doña Joaquina Osorio, hija legitima de don Cle-
mente Osario y dofia Teresa Menéndez) y
DON BERNARDO MARTIN DE HERRERA. En Neiva, el
5 de enero de 1776, recibió óleo y crisma estando ya
bautizado, y parece que habia nacido en Villa vieja. Con-
trajo matrimonio COll la nombrada doña Mariana Buendia
- 112 -

en La Plata, el 19 de mayo de 1806. En la primera épo-


ca de Id transformación política, fue don Bernardo Mi-
nistro del Tribunal de justicia y Teniente Coronel. Mu-
rió en 1812.
Doña Antonia Sánchez Borda era hija legitima de don
Francisco Sánchez Hurtado, oriundo de Tunja y vecino
de Neiva, y de doña Francisca de la Borda; nieta por
tinea paterna del Capitán José Sánchez Hurtado y de dona
Juana de Torres y Contreras; biznieta de don Antonio
Sánchez Hurtado y de dona Laureana Macias del Casti-
llo, y de don Antonio de Torres y Contreras y de doña
Eugenia de la Peña. y tercera nieta de Juan Sánchez Hur-
tado, familiar del Santo Oficio.
Doña Eugenia de la Pena, hija legitima del Capitán
Sebastián de ta Pena yde doña Maria Suárez Rivera, y
nieta det Capitán Diego García Triboso y de doña Ma-
ria Suárez Rivera.
Doña Francisca de ta Borda era hija legítima de don
Miguel de ta Borda y nieta paterna del Capitán don Mi-
guel de la Borda, corregidor de ta provincia de Tunja, y
de doña Juana Maria de Burgos (1).

DON NICOLAS MARIA DE LOMBO


Ignoramos el tugar de su nacimiento. Avecindóse en
la jurisdicción de Neiva por tos afias de 1782, y en di-

(1) Notaria primera de Bogotá, protocolos de 1718, 1727, 1734 Y


1743; Notaria segunda, protocolo de 1687; Archivo de Las Nieves,
libros parroquiales; Archivos del Rosario y de San Bartolomé, in-
formaciones diversas; Archivo anobispal, Capellan/as; Archivo Na-
cional, Empleados Públicos del Tolima, tomos 23 y 24, Y Civiles de
la República, tomo 7; Notaria de Neiva, protocolo de 1784 a 1786;
y Archivo parroQuial de Neiva, libros de bautismos y defunciones.
- 113 -

cha ciudad desempeM el cargo de alcalde ordinario de


segundo voto en 1799 y 1802 (1).
Como miembro que fue del Colegio Revisor electoral
de la provincia de Neiva por Yaguará (2), firmó el acta
de independencia el 8 de febrero de 1814.
En el tomo 3 de Embargos del archivo anexo a la
Biblioteca Nacional, encontrámos el siguiente documento
que prueba que Lombo, a causa de su patriotismo, tuvo
que padecer sinsabores ocasionados por los realistas:
c Sefiores Alcaldes de Yaguará.
lO Luego que reciba U. éste, procederá al embargo e
inventario de bienes de D. Nicolás María Lombo, de po-
sitándolos en persona lega, llana y abonada, remitiendo
las diligencias originales a continuación de éste, todo a
la mayor brevedad.
lO Dios guarde a U. muchos afias.
lO Neiva, Agosto 12 de 1816.
:oAnastasio Ladrón de Guevara ••.

Los comisionados al efecto, se dirigieron inmediata-


mente a P/andes, finca que manejaba el senor Lombo,
no sabemos si como duefío o como arrendatario, a cum-
plir la orden de Ladrón de Guevara, corregidor justicia
mayor de la provincia.

DOCTOR MANUEL LONGAS


Nació en Zipaquirá y a los tres dias de edad reci-
bió las aguas bautismales, el 15 de mayo de 1763; hijo

(1) Archivo de San Bartolomé, Informaciones de don José Ma-


ria Vargas Rivas para obtener una beca en 1802. Archivo Nacional,
Testamentarias del Tolima, tomo 13, página 553, y Empleados Públl-
cos del Tolima, tomo 11, páginas 95 y 121.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomo 15.
8
- 114 -

legitimo de Juan José Longas y An~ela de la Torre. En•.


tró en San Bartolomé como colegial seminarista en 1781.
fue familiar del Arzobispo Caballero y Góngora. Obtuvo
Jas sagradas órdenes de subdiaconado, díaconado y ·pres.
biterado de manos del Ilustrísimo senor Carrión y Mar.
fil, en los dias 24 y 29 de junío y 1.0 de julio de 1787,
respectivamente (1). Desempen6 el cargo de cura de la
parroquia de Carnicerias, al principio con carácter inte-
rino, por nombramiento de 18 de marzo de 1790, y lué-
go, de diciembre del afio siguiente en adelante, como
propietario (2).
Concurrió en calidad de diputado por la villa de Ya;..
guará al congreso de la provincia de Neiva, que se reu-
nió por primera vez en dicha villa el 30 de septiembre
de 1811, y le cupo la honra de ser presidente de ese
cuerpo (3).
Por sus ideas patrióticas fue el doctor Longas captu-
rado por los pacificadores, quienes le desterraron. Mar-
chó, con otros venerables sacerdotes, custodiado por el
capellán del Victoria, don Francisco Garcia, en octubre
de 1816. Murió preso en el Tocuyo el 3 de febrero de
1817 (4).

<I> Archivos de San Bartolomé y del arzobispado.


(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Eclesiásticos, tomo 31.
(3) O. Charrl. El Centenario de Neiva.
(4) Archivo Restrepo, relación firmada por Morillo, fechada
el 29 de octubre de 1816, y la Patria Boba, página 261. Pro-
bablemente por error de imprenta aparece el doctor Longas con el
aonlbre de Mariano en el Dit/rio de Caballero. En una nota margi-
nal Que se encuentra en el libro de COlegiales de San Bartolomé,
consla que el doctor Longas falleció como queda dicho.
- lló -

DON FRANCISCO LOPEZ


Villafana de segundo apellido (1). Hermano carnal de
don José María López, de quien trataremos luégo.
De don Francisco dicen los señores Scarpetta y Ver-
gara que fue compañero del Coronel Ignacio Rodriguez
en el movimiento independiente que se verificó en Neiva
el 13 de agosto de 1810; que peleó en La Plata, Palacé,
Calib¡o, juanambú, Tasines y Cuchilla del Tambo, y que
fue capturado por los realistas en La Plata.
Desempefíó el cargo de diputado secretario del Sere-
n¡simo Colegio revisor electoral de Neiva en 1813 (2).
Como diputado por Purificación a la Convención ge-
neral del Estado libre de Neiva, firmó la célebre consti-
tución de 31 de agosto de 1815.
En la Relación del General Morilla sobre los patrio-
tas ajusticiados, consta que López "en el gobierno rebel-
de ejerció los empleos de tesorero y alcalde ordinario (3),
Capitán, Teniente Coronel, Comisario de guerra, miembro
y secretario del Colegio electoral; reunió gente para el
servicio; contribuyó también a la quema del retrato de
S. M. y dio armas y municiones para hacerle la descar-
ga. Fue pasado por las armas por la espalda en Neiva y
confiscados sus bienes".
El fusilamiento se llevó a cabo el 18 de septiembre
de 1816 (4). El 17, estando en capilla, dio don Francis-
co algunas disposiciones con respecto a intereses, en las

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, Secuestros, tomo l, se·


rie 2.
(2) Gaceta Ministerial de Cundinamarca, de 22 de abril de 1si3
(Biblioteca Nacional).
(3) En 1813 era alcalde ordinario de Neiva, y en 1814 ministro
tesorero (Archivo de la Biblioteca Nacional, Goblelno, tomo 31, y
Secueslros, tomo l, serie 2).
(4) Bo/etln de Historia y AntigQedades, tomo 4, página 121.
- tt6 -

cuales habla con el mayor carino de su esposa, dona Ma-


ria de los Angeles Vivas (I).
De dicho matrimonio quedaron varios hijos: sabemos
de Julián, Ramón, Juan, Bárbara y Rafaela. Esta última
fue casada con el senor Oregorio Castro (2).

DON JOSE MARIA LOPEZ


Vio la primera luz en la villa de Honda en abril de
1776. Hijo legítimo de don Pedro López Carballo, espa-
nol nacido en el Puerto de Santa María en 1738, traslada-
do al Nuevo Reino, avecindado en la mencionada villa
con cargos honoríficos, y luégo en Neiva con el de ad-
ministrador particular de la real renta de tabacos y nai-
pes, y de dona Petrona Villafana, hondana. Abuelos: don
José López y dona Estefanía Carballo; don Francisco Vi-
"afana, peninsular, y dona Maria Teresa Pastor, hija ésta
de don Rodriga Alonso Pastor, español, regidor y depo-
sitario general del cabildo de Honda, y de doña Josefa
Hernández.
Don José Maria solicitó una beca en el colegio real y
·seminario de San Bartolomé, para lo cual hubo de probar
su nobleza e idoneidad. Atendida su petición recibió la
honrosa investidura en diciembre de 1788 (3).
Una vez terminados sus estudios, volvió a Neiva, al
seno de su familia. En 1805 remató el oficio de regidor
alcalde mayor províncial del cabildo de dicha ciudad, que
desempeftó por algún tiempo, lo que no le impedía resi-
dir frecuentemente en su hacienda de El Venado, cerca
de Neiva (4).

(J) Archivo de la Biblioteca Nacional, Secuestros, tomo citado.


(2) Tradición de familia
(3) Archivo del Colegio de San Bartolomé y Archivo Nacional.
Empleados Públicos del Tolima, tomo 20, página 124.
(4) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 20,
páginas 1117 y 123, Y tomo 14, página 115.
117 -

Sus servicios a la causa republicana están compendia-


dos en el siguiente trozo, que copiamos de la Relación
de ••.•s próceres condenados a muerte, formada por orden
de Morillo:
"JOSÉ MARIA LOPEZ. Por los insurgentes fue Admi
nistrador de Correos, Alcalde Ordinario, Capitán y Miem-
bro del Colegio Electoral. Perseguidor de los espanoles
y realistas, muy exaltado por la Independencia; Y estuvo
prpsente a la quema del retrato de S. M. en Neiva, ani-
mando el acto con sus vivas y aplausos. Fue pasado por
las armas por la espalda en Neiva y se le confiscaron sus
bienes" .
Encontrámos en el Diccionario de Scarpetta y Verga-
ra, en la biografía de don Francisco López, que don José
Maria se halló en los combates de La Plata, Palacé, Ca-
libío, Juanambú, Tasines y Cuchilla del Tambo, y que
fue capturado en La Plata. Nos extrafla que una tan no-
table campana se haya pasado por alto en la Relación
aludida.
Como miembro de la Convención general, diputado
por Carnicerías, sancionó López la constitución del Esta-
do libre de Neiva el 31 de agosto de 1815.
Por orden de don Carlos Tolrá, uno de los más fa-
mosos jefes realistas, le fueron secuestrados sus bienes
en la casa de campo de Mata"edonda en julio de 1816 (1).
la muerte de este prócer, así como la de sus com-
paneros de martirio, tuvo lugar el 18 de septiembre de
1816 (2).
Don José Marfa fue casado con dona Juana Salas, her-
mana carnal de Fernando y Benito del mismo apellido,
matrimonio del cual quedó un hijo llamadoCayetano,
que casó con dona Gertrudis Meza (3).

(1) Archivo de la Biblioteca Nacional, Secuestros, tomo 1, ~e 2.


(2) Bo/etln de Historia 1 AntlgDedades, tomo 4, pAgina 121.
(3) Tradición de famlllL
- 118 -

DON BONIF ACID MANRIQUE


Su segundo apellido era Caballero, conforme aparece
en documentos. No tenemos certeza respecto del nombre
de su padre, pues al paso que en la familia hay tradi-
ción de que se llamaba Eusebio, figura con el nombre de
José en unas dispensas de parentesco para un matrimo-
nio de un descendiente, despachadas en ]822 (l).
Nació nuestro personaje por los anos de 1755 (2), en
el pueblo de Dolores, según reminiscencias, y fue casa--
do con dona María Encarnación Parga, reputados ambos
por nobles, por lo cual algunos de sus nietos vistieron
la beca del Rosario, previa la reglamentaria información
de legitimidad y limpieza de sangre (3).
En 1780 era feligrés de Dolores; luégo vivió mucho tiem-
po en Purificación, donde obtuvo en diversas ocasiones
la alcaldía ordinaria (sabemos de ] 791 Y 1797), Y por allá
en ]806 o ]807 se hizo vecino de VilJavieja (4).
Don Bonifacio, al decir de un eclesiástico de aquella
época, era «sujeto inteligente, de buen carácter y buenas
intenciones·. Mereció en 1810 varios votos para el pues-
to de alcalde ordinario de primer voto de Neiva, pero el
corregidor Ladrón de Guevara, en oposición con los ca-

(1) Un don Agustin Manrique, vecino de Guagua en 1786, ha-


bla sido bautizado en la parroquia de Nuestra Senora de los Do-
lores del Páramo de San Antonio el 30 de noviembre de 1757; hijo
legitimo de Francisco Manrique y de dofta Ignacia Caballero (Ar-
chivo arzobispal, dispensas de 1786). ¿Serian éstos los padres de
don Bonifacio?
(2) Declara s~r de edad de cuarenta atlos en diciembre de 1795
(Archivo Nàclonal, Aguardientes del Tolima, tomo 4, página 90).
(3) Archivo de dicho colegio, papeles de los hijos de don Juaa
Angel Manrique y Parga y dofta Ursula Gaitán y Cardoso, su es-
posa.
(4) Archivo de San Bartolomé; Archivo Nacional, tomo cUado,
'1 Empleados Públicos del ToUIIUl, tomo.26, página 495.
- 119 -

bildantes de la ciudad, favoreció la elección de otro can-


didato, lo que dio lugar a un pleito que probablemente
vino a quedar interrumpido con motivo del cambio de
gobierno efectuado en julio de dicho ano (I).
CQncurrió Manrique en 1811 al congreso de Neiva
reunido en Yaguará, como representante por Villavieja,
en cuya municipalidad desempéfiaba a la sazón el cargo
de alcalde ordinario principal (2).
Fue hacendado rico y pudiente, dueno de las hacien-
das de Boquerón de Totumito, Oramal y El Tigre. Murió
en Villavieja entre 1825 y 1830, dejando numerosa y ho-
norable sucesión.

NICOLAS MONSAL VE
Sobre este mártir de la Independencia, hasta hoy ab-
solutamente ignorado, sólo podemos agregar a los datos
contenidos en un documento que de manera casual en-
contrámos en el Archivo Nacional, en el tomo 4 de Pe-
ticiones y Solicitudes de la República (página 200), y que
reproducimos, que Monsalve era Teniente graduado cuan-
do, por despacho de 14 de enero de 1815, se le nombró
Teniente del batallón de línea del Socorro; que, por otro
de 22 de junio del propio afio, se le promovió a Tenien-
te de la primera compafiia de la guardia de honor (3) y
que, como su hermano Pedro, el bizarro luchador en las
campanas del Sl1r, debió de nacer en el Socorro.
Dice asi el aludido documento:
cS. G. C. de Armas .
• Fausta Garcia, viuda de Antonio Monsalve, vecina
de esta villa y madre de Pedra y Nicolás, con todo res-

(1) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo l~


(2) G. Charrl, El Centenario de Neiva.
(3) Archivo de la 'Biblioteca Nacional, Gu£rra , Marina, to-
mo 117 (Libro de despachos militares).
- 120 -

peto represento a V. S. que decidida con toda mi familia'


por Ja causa de Ja libertad, separé de mi regazo a mis'
referidos dos hijos Pedro y Nicolás Monsalve, haciendo lo
mismo mis entenados Juan José y Antoflio Monsalve. To-
dos combatieron con el enemigo y principalmente Pedro
por el Sur desde el afto de 1812, cuyo valor y servicios son'
demasiadamente notorios.' Este con su hermano Juan José
murieron en un patíbulo en esta villa. José Antonio en la
plazuela de San Francisco de Bogotá, y NICOLÁSEN NEI-
VA. Bien informado eJ Excmo. Sr. Libertador de esta ver-
dad, y de que mis enunciados hijos eran los que me sos-
tenlan, me dio el Estanquillo de Barichara; pero como
este beneficio va a cesar según la ley, voy yo también a
volver a la miseria en que me dejó el enemigo opresor
de todo bien.
••Por el documento N.O I que con la debida solemnI-
dad presento en dos fojas se comprueba mi relato, como
también que me hallo rodeada de familia, entre ella tres
ninas, pero para que quede mi acción mejor documenta- .
da, se ha de servir V. S. como lo suplico. mandar que
el Sr. Secretario de Gobierno certifique cuanto le conste
de lo que dejo expresado, sirviéndose igualmente V. S.
por un efecto de bondad elevarlo todo con un apoyo al
Supremo Poder Ejecutivo, a fin de que me proporcione
alguna pensión o destino con que poder ocurrir a la sub-
sistencia de mi familia.
••Socorro, mayo 8 de 1822.
Fausta Oarcia·.

e.Gobierno y Comandancia de Armas.-SocO"o. mayo 9


de 1822-12.
"Como pide en cuanto a la certificación y devuélvase
para' que haga el uso que le corresponda~
• MANTILLA.
"Rangel, Secretario".
- 121 -

cEn cumplimiento del superior decreto que antecede~


certifico que me es constante cuanto la senora Fausta Gar-
cia refiere en su representación que motiva este documen-
to, que doy en el Socorro a 1.0 de junio de 1822.
-Joaquin Rangel- (1}.

DOCTOR MIGUEL JOSE MONT ALVO


Lira, toga y espada. Hé aqui tres emblemas que, aun-
que se refieren a aptitudes de tan diversa indole, dtben
juntarse para circundar la imagen de este mártir de la
Patria.
Nació don Miguel José, en la parroquia del Gigante,
el 17 de abril de 1782, del matrimonio de don Juan Mi-
guel Montalvo, payanés, y de dofla María Dionisia Tru-
jillo, natural de Timaná, personas que gozaban de las
prerrogativas de la nobleza. Nieto legítimo por línea pa-
terna, del quitefto don Martín Montalvo y de dona Mar-
garita Correa, y biznieto de don Alonso Montalvo, espa-
nol, y dona Maria Teresa Manrique de Lara, quitena, y
de don Francisco Correa y dona María Hernández y Fer-
nández, su esposa. El nombrado don Juan Miguel tenia
un hermano sacerdote, el doctor Juan Ignacio Montalvo,
que alcanzó por concurso los importantes curatos de La
Plata y Cali, y fue, además, vicario superintendente, co-
misario subdelegado de la Santa Cruzada, juez de diez-
mos y comisario del Santo Oficio.

(1) El Congreso de 1834 al condonar a la se flora Fausta Gar-


cia una suma que habla quedado debiendo al fisco eJ difunto An-
tonio Monsalve, como fiador de un empleado de manejo, Jo hizo
con el considerando de que dicha seftora cha sufrido la pérdida de
cuatro hijos que prestaron útiles servicios a Ja Patria en la época
pasada de la República, los cuales fueron sacrificados por el 00-
!tIerno espaflolo. (Gaceta de /il Nueva Granada de 29 de junio de-
1834).
- ]22 -

Dona Maria Dionisia Trujillo era hija legitima de don


.Alejandro Trujillo y de dofta Elena de Cuéllar ..
Don Miguel José estuvo un tiempo en Cali al lado de
su tío el presbítero; ingresó en 1795 al Colegio Semina-
nario de Popayán, admitido, previas las informaciones de
ordenanza, a vestir opa y beca del real instituto, y de
alii pasó a la capital del Virreinato (1).
Educóse en el Colegio del Rosario,y una vez gradua-
do de doctor en jurisprudencia, se dedicó al ejercicio de
su profesión en Santafé.
Era de los concurrentes a la tertulia del e Buen Gusto·,
circulo literario de verdaderos intelectuales,. que se reunia
en casa de la aristocrática dama dona Manuela Santama-
ria de Manrique, y contaba por míembros a José Marfa
Salazar, Francisco Antonio Ulloa, José Fernández Madrid
y otros ingenios de la época. Montalvo cultivaba la poe-
sia y disfrutaba de felices dotes de improvisador. El es-
treno de su obra el Zagal de Santa/é, que subió a las
tablas en el coliseo el 9 de febrero de 1806, atrajo mu-
chos aplausos. e Este soliloquio trágico, dice Vergara y
Vergara (de quien hemos tomado las anteriores noticias)

(1) Creyóse anteriormente que Montalvo era nativo de Timani


y asi lo escribieron algunos historiadores. El seflor Gabino Charri O.
publicó en la revista Popayán (número VI, correspondiente a enero
de 1908) un estudio que contiene un interesante documento, hasta
entonces desconocido, que testifica que Montalvo fue bautizado en
la parroquia de San Antonio de La Honda, lo que equivale a decir
El Gigante. El seflor Miguel Arroyo Diez sacó a luz en la propia
revista (número IL), de agosto de 1911), otro documento que con-
firma lo aseverado por el seflor Charri, y en la Notaria primera de
Bogotá reposa el testamento del prócer, en el que declara ser natura,l
.ciela parroquia del Gigante en la provincia de Neiva (protocolo de
.1816).
Los datos genealbglcos se han sacado en su mayor parte del
e&«Jdlo del seflor Charrl y del escrito del sellor Arroyo DIez. Véase
la ascendencia de dOD Alejandro TrujillO y dolla Elena de Cuéllar
~D el trabajo sobre dODjosé Manuel de Silva.
- 123 -

eS de mediano mérito, y no puede tener otro interés que


el de ser uno de los primeros ensayos de la Melpómene
granadina» .
Don Miguel se casó en Santafé el 5 de noviembre de
1808 con dona María Regina Miranda, hija de don To-
más Benito de Miranda y de dona Mariana Duarte, ma-
trimonio det cual quedó una hija, llamada Juana josefa
Guillerma Deogracias (1).
Montalvo representó notorio papet el 20 de julio de
1810, pues según la relación de los distinguidos directo-
res del Diario Polltico, él y Acevedo Gómez proponian
al pueblo los sujetos más beneméritos para vocales de la
Suprema Junta, los que eran aclamados con los vivas de
diez mil almas, congregadas al frente de la casa consis-
torial. En la noche del mismo día, después de instala-
do dicho cuerpo, fue el doctor Montalvo, ~n asocio det
más tarde General Antonio Obando, comisionado a la Sa-
bana de Bogotá a reunir gente y conducirla a la ciudad.
Regresaron a las once del 21 con quinientos hombres a ca-
ballo, momentos antes de que la multitud sacara en triun-
fo at magistral Rosillo det edificio de capuchinos. Asi to
consigna et mencionado Obando en su Autobiografia (2).
Tat circunstancia explica el por qué no aparece la fir-
ma de Montatvo al pie del acta de independencia.
Los senores Camacho y Caldas cuentan que el 25 de
de julio, cuando la plebe enfurecida creía que la guardia
de honor que conservaba don Antonio Amar iba a hacer
uso de los fusiles y que en palacio existian armas ocul-
tas, algunos celosos patriotas trasladaron con la mayor
velocidad la artillería del parque a la plaza y dispusie-
ron lo necesario para la defensa. Dióse al punto parte a
la junta con el fin de conocer su determinación. A poco

(I) Archivo de la Catedral, Libro de Matrimonios, y Notaria


primera, testamento de Montalvo en protocolo de 1816.
(2) Boletin de Historia y Ant;züedllcles, tomo VIII.
- 124-
se presentó a los que mandaban la artillerla don Miguel
Montalvo, y dijo: .De orden de la Suprema Junta: asi
que se oiga con claridad la voz de fuego, se haga inme-
diatamente». Y Lastra, dirigiéndose también a los artille-
ros, agregó: .Pena de la vida si al oirme la voz ¡fuegol
no se me obedece». Con estas prudentes y enérgicas pro-
videncias, se logró guardar la calma y se evitó el que
ocurrieran disturbios en la reclusión de los ex-Virreyes,
El 7 de agosto compareció Montalvo ante la Junta
con otros individuos, comisionados por el pueblo-cuya
expansión iba siendo ya peligrosa-para formular sus so-
licitudes, no siempre cenidas a la justicia. Asl lo hizo ver
aquella entidad a los enviados, quienes, persuadidos de
la verdad, emplearon su cuidado y eficacia en sosegar la
muchedumbre, insinuándole que dejase deliberar a las au-
toridades y se resignase con sus decisiones.
En septiembre del propio afio, intervino Montalvo, co-
mo abogado nombrado por el vecindario de Bogotá (hoy
Funza) para que lo asesorase, en la erección del pueblo
en villa (I).
En 1811 escribió don Miguel José una fábula titulada
Los ratones federados, que permaneció inédita hasta 1834.
foD que salió a luz en el número del Constitucional de
Cundinamarca, correspondiente al 27 de julio. El erudito
doctor Ibáftez trae varios fragmentos de la expresada com-
posición en el tomo II de sus Crónicas. Es ella una sá-
Ura política, por la que se comprende que en pocos me-
ses de vida independiente ya nuestros prohombres ha-
blan descubierto que ciertos vocablos de relumbrón taa
sólo sirven para alucinar a los incautos. Por demasiadQ
larga, nos abstenemos de reproducirla Integramente, ma~
conviene que el lector conozca algunas estrofas y se im-
ponga de la intención del autor. Principia asi:
(1) El acta de esta ereccl6n puede leerse en el l'apt' Peri6d~
RastfadO, tomo I, página 251.
- 125 -
.Allá en los tiempos antiguos
Cuando los hombres pensaban,
Cuando venganzas no habla,
Ni oidor alguno fallaba:
Un politico trastorno
Hubo entre las alimañas.
Erigió cada familia
Su asamblea soberana;
De modo que a poca costa
Habla en una misma casa,
Junta suprema de runchos,
Junta suprema de ratas.

En esta célebre crisis


De graciosas chapadanzas,
Los gatos a los ratones
Enviaron una embajada.
Unidos estos señores
En el desván de una casa,
(Porque el fuerte de ellos era
Imitar la gatomaquia)
El astuto embajador
Dijo esta arenga estudiada:
cSerenisimo señor,
-Rato-poI iti-comparsa:
-El noble cuerpo gatuno
-Os desea toda bonanza,
-Sabidos ya los derechos
-Que asisten a cada raza.
-En estos últimos tiempos
-De civilidad tamaña,
-Nuestras costumbres antiguas
»Han de ser regeneradas.
- Se ha visto que no es decoro
-De nuestra familia hidalga
-Adquirir su subsistencia
- A expensas de vuestra casta-o
- 126 -

Tras de curiosisimas disertaciones sobre federació:t,


se estipuló que los gatos se casaran con las ratonas y
los ratones con las gatas. V sucedió lo que lógicamente
debía suceder: que los gatos, en cortos dias, saciaron
su hambre en los infelices aliados. Termina la fábula con
la siguiente moraleja:

-Politicos de estos días


Explicad bien las palabras,
y no arruinéis la nación
Con vuestras fanfarronadas-.

Fue Montalvo uno de los fundadores del periodismo


republicano. Nombrado por el Poder Ejecutivo de Cun-
dinamarca redactor y editor de la Gaceta Ministerial en
asocio de don José Maria Gómez de Salazar, aceptó el
delicado destillo y sacó el número primero el domingo
6 de octubre de 1811.
En 1812 fue incorporado por Santafé en el Serenlsi-
mo Colegio Electoral' y Revisor, entidad respetable en-
cargada de cumplir importante misión (1).
Entusiasta partidario de Narina, marchó como diaris-
ta en la famosa expedición que salió de la capital el 23
de junio de 1812 con el ilustre presidente a la cabeza,
a combatir a don Antonio Baraya que había defecciona-
do separándose de la obediencia del gobierno cundina-
marqués y uniéndose al partido del congreso general y
de los mandatarios de Tunja. Montalvo, con don Do-
mingo Caicedo y don Camilo Aranzazugoitia, tuvo que
apresurar el paso el 2 de julio, con el objeto de entrar
a Tunja a buscar alojamiento para la tropa y a tranqui-
lizar los ánimos falsamente alarmados. Arribó a la ciu-
dad el propio día a las cuatro de la tarde. Después fue
de los plenipotenciarios del General Naril\o que suscri-

(I) Oaeela Ministerial de Cundinafflllrca. 14 de mayo de 1812.


- 127 -

bieron con los gobernantes de Tunja el 30 del mismo·


julio, los tratados de Santa Rosa, en virtud de los cua-
les tanto centralistas como federalistas debían poner las
armas a disposición del congrt'so que había de reunir-
se (I).
Por despacho de 13 de enero de 1813 el Presidente
del Estado nombró a Montalvo Capitán de la segunda
compañía del segundo batallón de Milicias de Infatería (2).
En la reunión del Serenísimo Colegio Revisor y Elec-
toral que se celebró en S;¡ntafé el 15 de julio de 1813/
don Miguel José, individuo de dicho cuerpo, manifestó-
se partidario de la independencia absoluta de España y
habló en tal sentido (3), y el 16 firmó la célebre acta
de Cundinamarca, que realizaba esa aspiración.
Según el Diccionario de los sel'íores Scarpetta y Ver-
gara, don Miguel Montalvo "hizo las campañas del Sur
de 1813 a 1815 y se encontró en las acciones de Pala-
cé, Calibío, Juanambú, Tasines, Pasto y el Palo·. En
esta última batalla parece que no estuvo propiamente
nuestro prócer, como lo veremos adelante, pero a las
otras funciones de guerra enumeradas, sí debió concu-
rrir, porque se hallaba en Popayán el 24 de enero de
1814 de Ayudante de Estado Mayor. En dicho día firma un
cuadro -que manifiesta los muertos que tuvimos en la
acción de Palacé el 30 d~ diciembre último· (son sus·
palabras), cuadro que se publicó en la Gaceta Ministe-
rial de Cundinamarca del 17 de febrero inmediato. El
combate de Calibío se libró el 15 de enero, el de Jua-
nambú en abril, y los de Tasines y Ejido de Pasto en
9 y 11 de mayo de 1814. Creemos, en consecuencia, que

(I) Gaceta Ministerial de Cundlnamarca, 25 de junio, 9 de julio


., 6 de agosto de 1812.
(2) Ar.:hivo de la Biblioteca Nacional, Guerra y Marina, to-
mo 117 (Libro de Despachos militares).
(3) Gaceta Ministerial de Cundlnamarca, 2 de septiembre de 181~.
- 128'-
Montalvo siguiera en marzo la campana con el ejército,
basta el desastre definitivo de los patriotas en aquella
'región. Don José María Vergara y Vergara re:ïere que
don Miguel Montalvo, que iba en 1813 como oficial del
ejército de Narina a la campaña del Sur, después de la
dispersión de la tropa en los Ejidos de Pasto hizo cuan-
to estuvo a su alcance para salvar los restos de la fuer-
za y que llegando a Popayán continuó sus servicios en
calidad de militar (1). Consta que don Miguel estaba de
nuevo en Popayán con el citado empleo, a fines de ma-
yo de 1814 (2). El Coronel José María Cabal al trans-
mitir de la mencionada ciudad el 25 del mismo mes al
Colegio Constituyente el pormenor del funesto aconteci-
miento de Pasto, describe así las penalidades posteriores:
.•Hemos vencido todos los obstáculos que se nos han
presentado en quince dias de camino, por un país ene-
migo, en que por todas partes hemos sido atacados, unas
veces por la vanguardia y otras por la retaguardia~ (3).
El 26 de abril de 1815 fue ascendido Montalvo a Te-
niente coronel graduado de milicias de infantería (4).
Hemos dicho que don Miguel probablemente no pe-
leó en la batalla del Palo, y el lector juzgará si nos asis-
ten o no motivos para pensar así, al enterarse del si-
guiente oficio despachado en la fecha de ella por el pro--
pio Montalvo, Comandante a la sazón en el paso de La
Bolsa en el Cauca, que tomamos del periódico Estrella
de Occidente de Medellín de 23 de julio de 1815:
.•Exmo. Sr.
• Cuando la caballería de este punto iba a obrar el
movimiento que se me había prevenido, una espía que

(1) Historia de la Literatura.


(2) Archivo Nacional, Guerra y Marina, tomo 56, página BUt.
(3) Archivo Restrepo, documentos originales.
(4) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gue"a y Marina, to-
mo 117 (Libro de Despachos militares).
- 129 -

mandé adelante a que fuese reconociendo el terreno, me


iJijo que del otro lado del Taula habia otro espia ene-
migo de a caballo con lanza. Mandé inmediatamente a
los atrevidos fusileros Pedro Sarria y Juan Negrero, quie-
nes al mismo tiempo de llegar al lugar que se habla di-
cho vieron acercarse alii a una espia de confianza quien
asegura que el enemigo trató de sorprender a nuestro
ejército en el campo del Pala por el lado de Pilamo, y
que al efecto avocó toda su fuerza por ese paso del rio;
que los morlacos y patianos fueron los primeros en aco-
meter; que se rompió el fuego nuestro a las cinco de la
manana, pero que a las ocho del dia era ya tan completa la
derrota del enemigo que desordenado corría por todas
partes, en cuya situación le cargó nuestra caballeria ha-
ciéndole un destrozo terrible; que nuestra infantería apro-
vechándose del desorden del enemigo cargó también so-
bre él sembrando de cadáveres sin número el tablón del
Palo del lado de Quilichao; y que nuestra tropa los per-
sigue ya hasta la quebrada de Caloto. El enemigo ha
perdido la artilleria y mucha gente entre muertos y he-
ridos: joaquín de Paz, Simón y Chaqueta, seguramente
han caldo en nuestras manos porque pasaron por el la-
do de Pilamo. Salud y libertad.
»La Bolsa, julio 5 de 1815 a las once y media del día.
»Miguel José de Montalvo.
• Senor Gobernador de la Provincia •.

En una copia auténtica del mismo documento que se


conserva en el archivo Restrepo, figura esta adición que
apoya nuestra conjetura:
«El fuego de artilleria y fusilería del Palo se oyó de
este punto esta maflana.-Mùntalvo".
El gobierno general, en consideración a que los rea-
Jistas podrian llegar a apoderarse de la navegación del
Atrato para invadir Jas provincias del Chocó e internar-
- 130 -

•• en las ciudades ..del Cauca, destinó en junio de 1816


al Teniente coronel Montalvo a que se trasladara a a<tu~-
lias. lugares a· fortificar los puntos que juzgara necesa-
rio y a rechazar en ellos a los españoles, para lo cual
debla llevar de veinticinco a treittta hombres del ejérci-
to del Sur en que servia, con el fín de juntarlos con
den que se le enviarlan de la provinda de Antioquia y
el contingente que hallara en la región. Recibió MQntal-
va la respectiva orden en julio; en la segunda mitad de
agosto salió de Cali en dirección al Chocó, y arribó al
litiO de La BcJdega el 8 de septiembre (1).
No hemos logrado saber si don M'iguel JQsé estuvo
en aquella abrupta comarca h.Jsta la invasión de los pa-
eificadores capitaneados por don Juli~n Bayer, en mayo
o junio de 1816, o si se habia alejado ya de alU. Ver-
gara y Vergara cuenta que Montalvo, cuando la reconquhr
ta quiso emigrar para los Andaqules, pero que cayó en
manos de los espaftoles y fue conducido con otros eolrt-
paneras a Santafé. Don Miguel Arroyo Diez refiere en fa
biografia de Franci$co Antonio Ulloa, que Montalvo salió
preso de Popayán en septiembre (2), y el ameno historia•.
dor de nuestra literatura relata estas curiosas anécdotas:
cOurante la penosa marcha dijéronle al oficial de la
escolta que Montalvo era improvisador, y aquél por en-
tretener el fastidio del viaje lo llamó y le dijo: -Va-
mos, insurgente; hazme una quintilla con pie forzado, y
te doy un patacón.-Veamos el pie forzadol Y entonces
el. ofieial por ver cómo salía del apur<>, le dio este pie:
Viva el séptimo fernando
Con su fiel y leal naCión ••.•
. ... .
•. . •. ... .. .. .•. .. •.•. ...........•..
-Pero es con Ja condición
De que en mi no tenga-mando,
y venRa mi patacón,

(I) Archivo Restrepo, documentos originales.


(2) Revlllta Pnpayá.n, 20 de julio de 1910.
- 131 -

concluyó Montalvo, alargando la mano para recibir là


moneda, que le sirvió para cenar aquella noche -.
"En Santafé compareció ante el Consejo permanente
de guerra, presidido por el Coronel Casano. Oida la acU-
sación, empezó Montalvo su defensa, y la fundó en do-
cumentos espafioles. Leyó el Manifiesto de la Junta de
Sevilla, o sea el Consejo de Regencia, que dice: "Des-
de este momento, espafloles americanos, os veis eleva-
dos a la dignidad de hombres libres; no sois los mis-
mos que antes, encorvados bajo un yugo mucho más
duro mientras más distantes estábais del centro del po-
der."
-Eso no viene al caso' interrumpió Casano.
-"Os miraban con indiferencia, vejados por la co-
dicia y destruidos pQr la ignorancia ...."
-Eso no viene al caso I gritó Casano.
-"Vuestros destinos no dependen ya ni de los mi-
nistros ni de los Virreyes: están en vuestras manos ...."
-Eso no viene al casal volvió a gritar Casano.
-Lo que no viene al caso, contestó Montalvo, es ha-
ber dado esa proclama para enviar luégo a ustedes. Una
de las dos cosas estaba por demás.
Casano lo hizo callar, y al retirarse el preso, le dijo
airado:
-Advierta usted que ha faltado al Consejo.
-Pues entonces échenle otra bala al fusil-.
Montalvo, cuya llegada a Santafé tuvo lugar en oc-
tubre, pocos días después fue condenado al último su-
plicio; estuvo en capilla en el Colegio del Rosario, y por
orden de don Melchor del Castaflo, secretario deJ Gene-
raJ Morilla, otorgó una memoria testamental o declara-
ción el 29 del mismo mes (1). Cumplióse la sentencia
en la plazuela de San Francisco, y así nuestro héroe co-

(1) Documento anónimo del Archivo Restrepo, y protocolo de


1816 de la Notaria primera de BOKotá.
- 132 -

mo Caldas el sabio, don Francisco Antonio Ul\oa y don


Miguel Buch, sus compafieros de martirio, exhalaron el
postrer suspiro ccon gran fervor y muestras de grande
arrepentimiento", según el cronista Caballero. El cadá-
ver de don Miguel José recibió piadosa sepultura en la
iglesia de San Francisco (1).
Los biógrafos de los expresados próceres han dicho
que el fusilamiento fue el 29 de octubre, basándose de
seguro en la Relación de los principales cabezas de la
rebelión, impresa oficialmente, en la cual se lee en el
lugar pertinente al personaje de quien nos ocupamos:
e En 29 de Octubre.
,.DR. MIGUEL MONTALVO, Gobernador de la Provin-
cia del Chocó donde tuvo comisiones para la defensa de
aquel país, siendo de los más entusiastas por la inde-
pendencia. Fue pasado por las armas por la espalda y
confiscados sus bienes".
No está de acuerdo Caballero con tal fecha, pues es-
cribe en su Diario al narrar los sucesos del mes de oc-
tubre de 1816:
cA 30 decapitaron en la plazuela de San Francisco al
Dr. Caldas, gran botánico, al Dr. Ulloa, al Dr. Montalvo ....,.
Un manuscrito anónimo del Archivo Restrepo, que ha
sido citado por distinguidos historiadores, se encuentra
conforme con el mencionado cronista, de manera que no
se puede aseverar con absoluta fijeza en qué dia murie-
ron esos venerandos patricios.
Don Miguel José Montalvo fue sin duda el más ilus-
tre de los hijos de la antigua provincia de Neiva que
tomaron parte en la independencia.

(I) Documento anónimo del Archivo Restrepo.


- 133 -

DOCTOR IGNACIO NAVARRO


Bautizado en Tunja el 4 de junio de 1761; hijo legi-
timo de don Félix Navarro y de Ana de Torres. Deci-
dido por la carrera eclesiástica, alcanzó el presbiterado
en 1785. Fue primero cura de Cunday; de 1788 a 1799,
cura de la parroquia de los Dolores de Aipe, y pasó
luégo, en el último afio citado, al beneficio de Natagai-
ma (1).
Concurrió, como representante del cabildo de Purifi-
cación, al congreso de Neiva reunido en Yaguará en 1811,
siendo a la sazón cura vicario de Natagaima, comisario
del Santo Oficio en la provincia, y regidor honorario.

DON JOSE MIGUEL NUÑEZ ORTIZ


Mayor de treinta afios en 1802, vecino de Purificación,
tratante de oficio, casado con doña María Encarnación
Ouarnizo y padre de varios hijos (2).
En 1793 era guarda segundo del resguardo de las rea-
les rentas en Purificación, y en 1809, teniente adminis-
trador subprincipal de correos de Nuevo Prado (3).
Como miembro del cabildo de Purificación en t812
(procurador genera1), suscribió con sus compafíeros un
oficio el día 13 de marzo, dirigido al Supremo Gobierno
de Cundinamarca, manifestando la decidida voluntad de
aquella villa de agregarse a este estado, y consecuente
Núfíez con sus opiniones, contribuyó luégo con la suma

(1) Archivos dei arzobispado, de San Bartolomé y anexo a la


Biblioteca Nacional. En éste, tomo 31 de Eclesiásticos, libro de re-
gistros de curatos.
(2) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 10,
página 763.
(3) Archivo Nacional, Agunrdienfes del Tolima, tomo 7, y Tes-
ttunenlar/as del Tolima, tomo 24, página 939.
- 134 -

de 25 pesos de donativo a favor "e Santafé, que se halla-


ba en apremiantes necesidades de dinero, según lo expu-
~~on Luis Caicedo, «caballero de la orden de Carlos III,
~rigadier àe las tropas de Cundinamarca", en junta d,
~os senores que componían el a.yuntamiento de Purifjc~:-
cjóQ,
,. congregada el 16 de octubre (J).
Fue diputado por Purificación a la convención gep~
r••' f;lel Estado Libre de Neiva, que se reunió en 1815, y
firmó la constitución de 31 de agosto, obra de los tra-
b~jos de dicho cuerpo.

DOCTOR DON ANDRES ORQ01\lEZ


y CIFUENTES
Descendiente de los primeros y principales fundado-
res y pobladores. de la ciudad de Cal oto, de «cristianos
rancios", según rezan unas informaciones levantadas en
remota época, vino al mundo don Andrés Ordónez y Ci-
fuentes en dicha ciudad, entre J 760 Y 1770, del matrimo-
nio de don Francisco Javier Ordófiez y dOlla Rosa Ci-
fuentes. Don Francisco Javier había nacido en el sitio
de Quilichao, y fue capitán de infantería española, alcaI-
de ordinario, depositario general y regidor perpetuo de
Cal oto ; hijo legítimo de don· Andrés Ordófiez de Lara y
de dolla María Sánchez, y nieto por línea materna de
don Pedro Sánchez de la Sala y de dOfia Bárbara de
Moriones Montenegro (2).
Dos hermanas carnales de Ordófiez y Cifuentes, doria
María Josefa y dofia María Ignacia, casaron, respectiva-

(I) Gaceta Ministerial de Cundinamarca de 26 de marzo y 12


de noviembre de 1812.
(2) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Cauca, tomo 6,
páginas 296 y 434. Tenia también el doctor Ordóftez un hermano
Hainado don José Marla, que remat6 en 1784 el oficio de alguacil
mayor de C:¡loto. Habla nacido en 1763.
- 135 -

mente, con don Silvestre Durán y don José (gnacio Bo-


r.•.~ro, sujetos ambos de distinguida posición social.
Aunque carecemos de datos acerca de 106 estudios de
don Andrés, nos atreVE>mosa decir, con bastante confian-
za de no equivocamos, que los siguió en el Seminario de
Popayán. Decidióse por la carrera eclesiástica y se hizo
sacerdote.
Encontrámosle a fines del siglo XVIII de vicario y curl
rector en propiedad de la ciudad de La Plata, puesto que
tuvo durante muchos allos consecutivos, hasta que las
circunstancias lo llamaron a más altos destinos, como lo
advertiremos en el curso del presente escrito.
En 1810 se rompieron hostilidades entre el goberna-
dor realista de Popayán don Miguel Tacón y los patrio-
tas del Valle del Cauca. Con tal motivo salió de Santa-
fé el 15 de noviembre el Coronel Antonio Baraya COD
gente, callones y pertrechos, a dirigir la campalla contra
el espallo\. Este, que desde el principio se había prepa-
rado formando una respetable división que parecia casi
invencible, vióse amenazado también hacia el páramo de
Guanacas por una fuerza de la província de Neiva, al
mando del comandante don José Díaz, compuesta en su
mayor parte de índíos semibárbaros armados solamente
con lanzas. El cura de La Plata, doctor Ordóllez, que
según el historiador Restrepo cera el alma de aquella
expedición lO,consiguió por medio de estratagemas enga-
llar a Tacón, haciéndole creer que por allí le atacaba un
numeroso ejército enviado de la capital, provisto de ar-
tillería, siendo así que sólo contaba con callones de gua-
dua. Tuvo grande importancia tan peregrina ocurrencia,
pues desconcertó a los realistas y los hizo tomar provi-
dencias descabelladas (1). A poco, el 28 de marzo de

(t) José Manuel Restrepo. Historia de la Revolución de la R~


pública de Colombia. tomo 1, páginas lOt y 102; Santiago Arroyo 1
Valencia, Apuntes Históricos (trabajo publicado en la Biblioteca Po-
puJar de don Jorge Roa y reproducido en la revista Popa}án).
- 136 -

1811, Baraya ganaba en Palacé la primera batalla de la


independencia y Tacón huía precipitadamente hacia Pas-
to. El 2 de abril entró el vencedor a la ciudad de Belal-
cázar.
Hallábase el doctor Ordónez, a mediados del ano, en
Popayán, desde donde dirigió al ayuntamiento de San
Calixto de Timaná, una nota que no podemos dejar de
reproducir aquí, porque ella, mejor que una relación nues-
tra, dará a conocer al lector el talento, la decisión por
la causa de la independencia, la buena fe y la religiosi-
dad de quien la escribió. Dice así:
«Muy senores míos:
JO Luégo que recibí el muy apreciable de Vuestras Se-
norias muy Ilustres de 29 del próximo pasado junío, lo
pasé original al Excelentísimo Senor Presidente de esta
Junta Superior de Gobierno, quien celebró el noble pa-
triotismo de Vuestras Senorías muy ilustres, las noticias
interesantes que contiene, y significó deseos de saber en
qué fecha salió el sargento don Manuel Viveros de Pasto,
qué número tenia el tirano Tacón de tropas y de armas,
si había peste y d~scontento en aquéllas, qué número de
soldados había remitido la Junta Superior de Quito a
aquellas fronteras, con otros puntos que sirven mucho de
gobierno para concertar nuestro plan de ataque, y para
lo que convendría mucho el que Vuestras Senorias muy
ilustres se sirviesen remitir a ésta con la mayor humani-
dad al nominado Viveros, a quien se tratará aquí como
a partidario y amigo nuéstro.
JO Como estamos en una época en que el engano se vis-
te del hermoso traje de la verdad, es menester dudar de
todo y desconfiar de lo más seguro, especialmente de
aquellos que han tenido alguna cercanía a nuestro im-
placable enemigo Tacón, quien puede ser mande emisa-
rios suyos a seducir y acobardar las gentes, pretextando
que son desertores mal contentos. Por tanto, importa in-
- 137 -

finito no dejar a ninguno de cuantos recalen por ahi del


lado de Almaguer y Pasto, registrarlos y desarmarias a
todos, observarle., todas sus acciones y movimientos, y
al que se descubra ser espía, remitirlo a esta Junta bien
asegurado, que aqui se satisfará el costo.
lO Sobre todo, importa sumamente el clamar al Padre
de las luces, por medio de rogativas privadas y públicas,
para que no permita que erremos en asunto de tánta en-
tidad y que vengamos a ser presa de unos enemigos que
tienen decretado nuestro exterminio, para consumar la
serie de opresiones que nos han iTrogado por tres siglos
enteros.
lO Yo me hallo determinado a seguir en la expedición
que bien presto ha de marchar para Almaguer y Pasto,
pues sin esta diligencia irían muy a lo largo los perjui-
cios y extorsiones que incansablemente maquina el tira-
no, y porque estoy cierlo que en todo caso se debe pre-
ferir, con el Macabeo, una muerte gloriosa que una ver-
gonzosa y degradante esclavitud.
lO Yo, a nombre de esta provincia y mío, tributo a Vues-
tras Sefíorias muy ilustres las más vivas y afectuosas ex-
presiones de gratitud, por la noble generosidad con que
se sirvieron auxiliar la causa de la Religión y de la Pa-
tria con 50 recomendables hijos de esa ilustre villa, que
vinieron a ésta con tan augusto objeto con oficio del se-
nor Alcalde ordinario don Luis Cristóbal de Cuéllar, a
quien las repito en particular (por no haberle podido con-
testar antes), y pido al Cielo bendiga tan heroicos es-
fuerzos, colmando a Vuestras Senorías muy ilustres y
todo ese meritísimo vecindario de todos los dones de
gracia y naturaleza, especialmente con el de una paz in-
alterable externa e interna que suavice las amarguras de
este valle de lágrimas y nos disponga para lograr la en-
vidiable muerte de los justos, y mientras logro ocasiones
de acreditar la constante buena voluntad que le profeso,
- 138 -

pido a Su Divina Majestad g~af4e la jmport~te vi41l~"


Vuestr.as Setlorias muy ilustres ~uch,os ~l\Q§.
,.Popayán, 11 de julio de t811.
,.Beso las manos de Vuestras Se norias muy ilustres,
atentamente reconocido Capellán,
lO Andrés O,dóífez y Cifuentes.
Senores del M. l. C. J. y Regimiento de la Villa ~e
lO

San Calixto de Timaná» (1).

Cumplió el Vicario su propósito de emprender la dura


campana. El senor Santiago Arroyo, que escribió en 1824,
dice que cuando el Coronel José Diaz con su columna y
algunas fuerzas más ocupó al Casti~o en la segunda mi-
tad del citado ano de 11, para perseguir a Tacón e im-
pedirle la salida, el capellán de ejército doctor Ordóftez 'Y
Cifuentes, que por su inteligencia y el ascendiente que
tenia sobre el nombrado jefe e más bien era el director
de la expedición", prestó a la causa americana servicios
nada comunes.
A fines del propio año la junta gubernativa de Po-
payán, eligióle representante para el congreso de la Nue-
va Granada, como consecuencia de haberse recibido el
acta de federación del 27 de noviembre (2).
Ordófiez se trasladó a Ibagué, donde debla reunirse
ese alto cuerpo. Am permaneció varios meses (desde abril
hasta agosto de 1812) en compafífa de hombres de la ta-
lla de Camilo Torres, José Manuel Restrepo y Joaquin
Camacho, diputados por distintas provincias. A pesar de
los esfuerzos y de la recta voluntad de todos ellos, el
congreso no llegó a instalarse, por falta de acuerdo y
PC?rmotivo de la guerra civil. No obstante, los miembros
residentes a orillas del Combeima, trataron de conciliar

(J) Gabino Charri, El Ctlltenario de Neiva.


(2) SantlaRo Arroyo, trabajo citado.
- 139 -

~os ánimos de tunjanos y cundinamarqueses, m~ ¡US ge~


nones no alcanzaron el éxito apetecido (1) ..
Los diputados resolvieron pasar a la Villa de Leiva,
lugar destinado para asiento de la legislatura, invitados
por Narino. El doctor Ordói'lez se puso en camino el 3Q
de agosto y llegó al término de su viaje el 13 del me.
siguiente. El 14 fechó un oficio al gobierno de Tunja hª-
ciéndole grandes elogios y llamando a su jurisdiccióq
.inmortal estado" (2).
El congreso de las provincias unidas inició por fiq
sus tareas en Leiva el 4 de octubre de 1812. En la OQ~
ceta Ministerial de Cundinamarca correspondiente al 22
del mismo mes, se publicó el acta de la instalación, cuya
lectura deja al ánimo convencido de los arraigados sen-
timientos piadosos de nuestros próceres. Los represen-
tantes asistieron a la misa que con gran pompa celebrq
el doctor Ordóftez y Cifuentes, quien, al concluiria, pro-
metió cumplir con los deberes del cargo, y después de
haber tomado a todos los diputados el juramento respec-
tivo, dijo: "Está solemnemente instalado, EN EL NOMBRa
DE DIOS TODOPODEROSO Y bajo la especial protección
de la Santísima Virgen Nuestra Seftora, el Congreso ge-
neral federativo de las provincias libres de la Nueva Gra-
nada-.
No tardaron en romperse totalmente las relaciones en-
tre el supremo congreso y el gobierno de Cundinamarca;
los diputados de esta provincia se retiraron de aquél por
orden del General Narifto, quien consideró violados los
pactos que habían procurado establecer armonía entre los
neogranadinos, y el cuerpo soberano declaró la guerra a

(I) Documentos orighales del Archivo Restrepo; Gaceta Minis-


tuial de Cundinamarca, número extraordinario del ]9 de agosto de
1812, y Groot, tomo 3, p¡lgin~s 168 y 169, Y apéndice número 15.
(2) D.tos sacados de documentos originales relativos a Congre-
greso y gobernadores que se conservan en el Archivo Restrepo.
- 140 -

.Cundinamarca (1). No es éste el lugar de juzgar de qué


lado estaba la justicia, ni creemos fácil el poder llegar
en el particular a la verdad absoluta.
Narino sufrió una derrota en Ventaquemada el 2 de
diciembre, y el General Baraya con el ejército federalis-
ta marchó sobre Santafé, con el intento de aduenarse de
la ciudad, pero experimentó violento rechazo el memo-
rable 9 de enero de 1813.
El diputado Ordónez. que venia con las fuerzas de
Baraya, formando con el gobernador Nino, don Custodio
Garcia Rovira y don Joaquin de Hoyos. Ia comisión po-
Utica del congreso, encargada de entablar negociaciones
y organizar el gobierno de Cundinamarca si el resultado
del ataque era feliz, cayó prisionero con varios de sus
colegas. Todos ellos, por orden de Narino, fueron trata-
dos con la mayor humanidad (2). Nuestro clérigo hubo
de permanecer recluso en el convento de agustinos des-
calzos, a cuyo prior se le previno le proporcionara ali-
mentos y ropa, lo que importó 124 pesos con 3 reales
que fueron satisfechos por orden del presidente conteni-
da en decreto de 12 de mayo de 1813, suma que debía
tomarse del producto de los efectos aprehendidos el dia 9-
de enero «o de cualquier otro ramo con calidad de rein-
tegro de dichos productos" (3).
Parece que Ordóñez recobró la libertad en virtud de
ciertos convenios de canje, y suponemos que volvería a
Tunja a ocupar su curul en el congreso que alii siguió
funcionando.

(1) Véase: Restrepo, tomo l, página 18S, y Oroot, tomo 3, pá-


gina 2m..
(2) Gaceta Extraordinaria de Cundinamarca, número 92, de 13-
de enero de 1813, articulo que contiene la relacilln de los sucesos
antedichos, y número 93, de 26 de enero, oficio de Narifio a don
Camilo Torres. Restrepo, tomo t, páginas t91 y t94, Y Oroot, to-
mo 3. páginas 216 y 223.
(3) Archivo de la Biblioteca Nacional, Gue"Q y Marina, tomo 1t8..
- 141 -

Las angustiosas circunstancias en que se encontraba


la Nueva Granada, amenazada patentemente por las hues-
tes realistas, hicieron que se amortiguaran muchas renci-
llas pollticas. Asi fue que pronto se vieron reunidos a
varios de aquellos que unos meses antes militaban bajo
distintas toldas. El General Narino se encaminó de la ca-
pital a regir las operaciones de la campana del Sur, en
el mes de septiembre de 1813, y el doctor Ordónez y Ci-
fuentes habia sido nombrado capellán de la expedici6n
desde el 28 de julio del propio afio (I). Salió el Gene-
ralisimo de la ciudad de La Plata el 20 de diciembre y
condujo la artilleria a través del furioso y casi inaccesi-
ble páramo de Guanacas, acción prodigiosa que sugirió
al mismo jefe estas palabras: e Quizá no hay exageración
en decir que se ha hecho más en pasar esta artilleria
por los Andes que la del ejército francés por los Alpes·.
Colaborador en tan ardua empresa fue el presbítero Or-
dónez, el aún no antiguo prisionero de los centralistas,
por lo cual el gallardo Narino, en oficio fechado en Po-
payán el 14 de febrero de 1814 al Poder Ejecutivo de
Cundinamarca, se expresa asi:
-Nuestro Vicario Ordól'iez, con su constante celo por
la libertad, el Capitán Aguilar y los curas de Lame y
Pitay6, acompaftados de más de trescientos indios, capi-
taneados por el cacique coronel Calambaz, el capitán Go-
yomús y el gobernador del Pedregal. auxiliaron esta obra
que parecía superior a las fuerzas humanas".
Adelante hace el jefe este hermoso cuadro refiriéndo-
se al 30 de diciembre de 1813, dia de la batalla de Pa-
lacé:
-El 30 al amanecer se tocó generala, aguardamos el
dia sobre las armas, y apenas apareció el sol, retirados

(I) Encuéntrase este dato en el fallo 98 del Libro de Despa-


€hos Militaresque hace parte del tomo] 17 de Querra y Marina del
Archivo anexo a la Biblioteca Nacional.
- 142 -

dé la formación se c<>n.frti6 èl campo en uri templo; en


uñ lugár de penittoncla: las pie(JrâS, los fatdos dè tas
tiendas, los troncos de los árboles servian de confèsona':'
rios; y tomando luégo la voz cada capellán en su bata-
nón, exhortaron a los oficiales y soldados a la peniten':"
cfa y al valor: se reparten las absoluciones a' todo el ejér-
cito, y se concluye esta augusta ceremonia con un grito
univèrsal de viva la libertad, viva la Patria, en medio
de la música que tocaba marcha- (1).
A las dos y media de iá tarde del 31, entró el caudl-
Ito sarttaferefto con sus tropas en Popayán, ciudad que
encontró • yerma y desierta -, y pocas horas después de-
términó que aquéllas levantaran su campamento fuéra dé
ht población. El vicario don Andrés proporcionó ese dia
It ciertos patriotas una comida, de la cual quedaron dos
pratos que a la maflana siguiente vinieron a servil' para
que el General Narii\o no tuviera que partir en ayunas
at Valle, en busca del enemigo (2).
El IS de enero de 1814 se libró la: batalla de Calf.:.
blo, donde fueron derrotados los espaftotes mandados pot
don Juan Sámano y don Ignacio Asfn. El vencedor Ná-
tifto, en el parte oficial, tras de relatar detalladamente los
hechos y encarecer la intrepidez de los oficiales que más
sé distinguieron, agrega:
.los capellanes hicieron también su deber y no ha-
btllmos adelantado sobre el enemigo cien pasos cuando
ya estaban consolando y confesando a los moribundos;
habiéndose quedado por mi orden en el campamento de
PaJacé el Vicario don AndréS Ordóftèz, para cuidar de
aquel punto, y que los enemigos en la derrota no nos fue-

(I) Gaceta ExtraordlnJultl de Cundinamarca. número 1M, de %


de marzo de 1814.
(2) Bo/etln de Noticias dd dia, número 68-Santafé, 13 de ene-
ro de 1814 (reprodu1:ldo por O'Leary en el tomo 13 de IIUII Mtmo-
,las, página 494).
- 143 -

ian a causar algún dano, lo que desempeftó con el ma--


yor acierto y prudendalO (1).
Con mucha razón dijo el senor Arroyo: cOon Andrés
Ordónez fue de Capellán del ejército y sirvió en él a sa-
tisfacción del General».
Nariflo regresó a Popayán el 16 de enero, pero en
esta ocasión el recibimiento con que le obsequió la gen-
til ciudad fue muy diferente del de medio mes antes: re-
gocijos públicos, bailes, demostraciones de todo género
se efectuaron en su honor. El gobierno se organizó que-
dando al frente del mando civil don José María Mosque-
ra, y el doctor Ordóflez y Cifuentes fue nombrado pro-
visor vicario general.
Hizo parte del Colegio Electoral y Constituyente que
se reunió el 14 de marzo. Este cuerpo, que ¡nvistió de
la dignidad de su presidencia al doctor Ordól'Iez, recono-
ció la autoridad del Congreso de la Unión, proclamó la
independencia de todo gobierno extranjero y dictó otras
disposiciones de carácter republicano (2).
Después de la prisión de Narino en Pasto, el doctor
Ordól'lez, en su carácter de presidente del Colegio, d¡ri~
ge el 27 de mayo al segundo General del ejército del Sur,
don José Ramón de Leiva, una comunicación, indkándofe
que admita bajo ciertas condiciones un canje de prisio-
neros propuesto por los peninsulares, ofreciendo la ofi-
cialidad que tenían los independientes en Cali por la per-
sona de Narifio, y allade:
e y si abusando, como en otro tiempo se ha hecho
por los jefes espafloles, del derecho de las naciones, se
ocasionaren padecimientos a estos o a otros prisioneros,
este gobierno usará del de represalias con los enemigos

(I) Boletln de Noticias del dio, número 71-Santafé, 28 de ene.-


ro de 1814. (Véase O'Leary, tomo )3, págin~ 497).
(2) Arroyo, obra citada.
- 144 -

interiores, y de )a guerra a muerte con los exteriores. Lo


que comunico a V. E. en virtud del acuerdo del Serenl-
simo Colegio .... " (1)
Conócese claramente que no era agua tibia )0 que co-
rria por Jas venas del presbítero Ordóflez.
A causa del mencionado desastre de Pasto y de la
falta de recursos para sostener en Popayán )a gente, )a
autoridad presidida por don Manue) Santiago Vallecilla,
acordó e) 9 de octubre de 1814, la traslación del gobierno
y de) ejército a) Valle del Cauca, lo que se verificó antes
del fin del mes, con una gran emigración de familias que
,temían a los realistas. Los miembros de) Colegio Cons-
tituyente se reunieron en Cali con el gobierno. Es bien
probable que el doctor Ordóflez siguiera a los emigrantes.
La ciudad de Popayán, ocupada sin oposición alguna
el 29 de diciembre por el Teniente Coronel de milicias
don Aparicio Vidaurrázaga. sucesor de Aymerich, fue re-
,cuperada por los americanos e) 9 de julio de 1815, a raiz
de )a victoria obtenida en El Palo contra los espafloles.
Ordól'iez, testigo de los esfuerzos que en e) aciago
afio de 1816 hicieron los patriotas en Popayán por sos-
tener su libertad, recorrió los cuarteles animando a los
soldados a pelear con valor, antes de que salieran las
tropas a atacar a Sámano en )a Cuchilla del Tambo. La
.batalla que se trabó en este punto fue una ruina para los
independientes y tuvo como consecuencia la entrada del
ejército real a la ciudad ell.o de julio, tres dias después
del infeliz suceso.
Cuenta el sefior Arroyo que el provisor Ordóftez, que
se había retirado al colegio de San Francisco, fue entre-
gado a las nuevas autoridades por el guardián, el 2 de ju-
lio, y que, conducido a una prisión, se le engriIJó inme-
-diatamente.

(J) Fi Precursor. página 436.


- 145 -

El 6 de dicho mes se apoderó de los mandatarios rea-


listas el miedo de que la ciudad llegara a ser invadida
por la gente del dictador Liborio Mejia. Por tanto, se hizo'
tocar generala, formar la tropa y marchar con· ella a to·
dos los presos, ordenando que éstos fueran degollados al
primer tiro de los insurgentes.
«El doctor Ordóñez, sigue el señor Arroyo, iba solo
a caballo, en sillón por tener grillos; no puede pintarse
el modo con que los soldados lo pasaron, medio carga-
do, por la plaza mayor, de una prisión a otra más se-
gura; pero este eclesiástico tan virtuoso como patriota,
se complacía y bailaba engrillado alabando sus padeci-
mientos por la Patria. Por fin, al salir de la ciudad por
el Humilladero, entra un posta del Comandante Tolrá en
que avisaba la completa derrota de Mejía y Monsalve, y
que quedaban éstos presos con sus compañeros. En el
momento se dio contraorden para que volviese la tropa;
salvas y repiques anunciaron el triunfo de los opresores,
y los presos volvieron a sus mismas prisiones. El Pro-
visor Ordóftez jamás desconfió de la libertad de la Patria;
en medio de sus trabajos consolaba a sus amigos, a quien
solía decirles: nolite tÙnere (Jusilfus grex quia compfacuit
paid vesiro dare vobis regnum. El establecimiento y el es-
Úldo de Colombia manifiesta la previsión política del ama-
ble OrdélñeZ".
Sámano deseaba sacrificar al doctor Ordóñez y le pro-
fesaba particular saña. En la relación oficial que formó
de los particulares aprehendidos después de la entrada
del ejército a Popayán, que fue publicada en el Bo/eUn
número 34 d~1 Ejército Expedicionario, menciona en ter-
cer lugar al presbítero don Andrés con cI epíteto de «he-
reje". El siguiente documento concebido en términuS irres-
petuosos y soeces, cuy,) original se conserva en el Archivo
Restrepo. comprueba varias de nuestras palabras:
10
- 146 -
-Exmo Sor.
a Se halla preso en un cuartel el Cura de la Plata An-
drés Ordófiez, hombre el más revolucionario de estos tiem-
pos, que antes de salir las tropas de Popayán para ata-
carme fue recorriendo los cuarteles, animando a los sol-
dados para que peleasen con valor hasta asegurarles que
las puertas del Cielo estaban abiertas para el que murie-
se con esfuerzo en aquel combate .... Por lo cual espero
la sentencia de V. E. para proceder a la sentencia de hor-
ca contra este demonio en traje de hombre.
•• a Dios guarde a V. E. muchos afios. Popayán; julio 12

de 1816.
a Exmo. Sor.

• JUAN SAMANO.
,.Exmo. Sor. Presidente de Quito·.
Don Toribio Montes respondió: -Es conveniente que
V. S. disponga se le siga un sumario corto (a Ordóftez)
conforme a ordenanza y en breve término para probar
sus delitos; y en cuanto a la degradación se deberá pro-
ceder conforme a las leyes y cánones de la iglesia".
El senor Arroyo refiere que Sámano trató de que se
degradase al doctor Ordóftez para ahorcarlo, pero que el
nuevo provisor don José Maria Grueso se opuso a esta
acción bárbara del jefe espanol.
Al fin fue remitido el prócer eclesiástico a Santafé y
de aqui a Espana. Murió de fiebre amarilla en Sevilla
en 1819. Scarpetta y Vergara fijan la ciudad de Cádiz
como punto del fallecimie.nto de Ordófiez, y agregan que
dos corporaciones se disputaron el cadáver, obteniéndo-
lo las monjas del lugar. Nos inclinamos a creer que el
primer dato es el preciso, pues lo da el tántas veces ci-
tado senor Arroyo, contemporáneo y seguramente amigo
del ilustre doctor Ordófiez.
Respecto de la época en que se llevó a cabo la tras-
lación de nuestro prócer a la Peninsula, no podemos de-
- 147 -

cir nada definitivo. Tenemos a la vista una relación orI-


ginal suscrita de puno y letra de Morillo en Santafé el
18 de noviembre de 1816-antevíspera del dia en que
habia de ausentarse para siempre el Pacificador-en la
cual determina qué individuos deben perseguirse hasta
conseguir prenderlos y ordena que si esto se logra, se le
rem1tan al punto donde se halle. Figura en ella don An-
drés Ordónez y Cifuentes, luego no habia llegado aún a
la capital en esa f~cha, y por consiguiente, mal podía ir
con los eclesiásticos que partieron en septiembre y oc-
tubre. Restrepo h.1bla de otra partida que salió en no-
viembre. Si en ésta no iba Ordól\ez, debemos aceptar que
marchó d~spués aisladamente.
Noventa y cinco ministros del culto católico sufrieron
el destierro por su amor a la independencia, y sin embar-
go existen gentes tan ignorantes y apa"ionadas que sos-
tienen que el clero nada hizo por la Patria!

DON MIGUEL MARIA ORTIZ Y DURAN


Nació en la ciudad de La Plata el 19 de marzo de
1783 del matrimonio de don Migue1 Jacinto Ortiz y Te-
llo y dona Maria Bárbara Durán y Polanco (1), herma-
na carnal ésta del doctor don Ignacio Durán, de los con-
gresistas de Yaguará.
Antes de tratar del prócer, objeto de las presentes li-
neas, hablaremos de sus progenitores por la parte pa-
terna.
GABRIEL ANGEL ORTIZ NAVARRO, natural de Sevilla,
se trasladó a América y casó en el pueblo de Curiti el
1.0 de septiembre de 1694 con dona Violante de Uribe,
hija legítima del Capitán Diego de Uribe Salazar y de

(I) Archivo Parroquial de Ll\ Plata, libro de bautismos número 2,


folio 205 (partida de Gabriel Josef Miguel Ortiz y Durán).
- 148 -

dolla Catarina Oómez. Don Oabriel fue uno de los fun .•


dadores de la villa de San Oil, y desempeft6 en ella lo~
honoríficos puestos de alcalde ordinario, en distintas oca .•
¡iones, y corregidor del partido. El primogénito de los
referidos esposos Ilamóse
DON FRANCISCO ORTIZ NAVARRO, nacido en 1695;
colegiat del Rosario en 1713; notaria eclesiástico de 8an
Git en 1127, y alcalde ordinario, corregidor de naturales
y forajidos y juez de cobranzas reates de San Oit en
1742. Casado con doña Teresa Gertrudis Tello de Ma-
yorga y Silva, padres de
DON MIGUEL JACINTO ORTIZ y TELLO. Vio la luz en
San Oil en 1743; establecióse en la ciudad de La Plata,
donde, unido por el sagrado vinculo con doña Maria Bár-
bara Durán y Polanco, fundó hogar honorabilísimo Fue
muy decidido por la causa independiente, lo que le va-
lió que los realistas le apresaran y le condujeran a San .•
tafé en 1816 para juzgarle. Condenado a muerte, lIevabán-
lo a La Plata, lugar escogido para el cumplimiento de la
sentencia; pero como hacia el viaje a pie, pronto se le
desgarraron las botas y quedó imposibilitado para mo-
verse. Entonces sus verdugos le colocaron sobre una bes-
tia, en compafiia de un virolento. No tardó Ortiz en con-
tagiarse del terrible flagelo, del que falleció el 8 de oc-
tubre de 1816 en el llano de La Manguita, a la entrada
de Neiva, bajo de unos árboles. Entre los hijos de don
Miguel Jacinto y la señora Durán, merecen especial men-
ción, además de don MIGUEL MARIA, el doctor don Vi-
cente, presbítero, canónigo de la catedral de Pamplona,
y juan de Dias, joven valiente y denodado, que rindi6
su vida al pie de las trincheras espafiolas, peleando por
su Patria en la batalla de la Cuchilla del Tambo (I).

(I) Los datos para formar esta genealogía se han tomado de


las siguientes fuente,: Archivo del Rosario, i,lformaciones de don
Francisco Ortiz (1713), y de don Ramón y don ViceTJte Meléndez
149 -

y volvamos a nuestro personaje don Miguel Maria


Ortiz y Durán.
fue defensor, desde su juventud, de la libertad de
la Nueva Granada.
Como diputado por la ciudad de La Plata al Colegio
Electoral Constituyente de la provincia de Neiva, firmó
el acta de independencia el 8 de febrero de 18 t 4 (1).
Víctima en 1816 de la persecución de los espafioles, no
pudo evitar que éstos dieran un decreto embargándole
sus bienes (2). Patriota en toda la acepción de la pala-
bra, sirvió a la República como funcionario civil y como
particular, y ·siguió las normas del partido conservador
al que perteneció siempre.
Penetrado el Poder E;ecutivo de Jas excelentes cua-
lidades del sefior Ortiz, le nombró el 2 de julio de 1841
gobernador interino de la provincia de Neiva y lùégo,
por decreto de 29 de septiembre del mismo afio, Je con-
firió Ja propiedad del oficio por un período constitucio-
nal. Dedicóse don Miguel inmediatamente que se hizo
cargo de su destino a conseguir la reconciliación de los
ánimos que en esos momentos se hallaban encendidos,
puesto que la revolución estallada en 1840 aún no esta-
ba debelada. Empleó con tal fin, los medios de la pru-
dencia y de la diplomacia y cooperó d~ manera eficaz a
la acción del Coronel Joaquín Acosta, quien. comisionado
por el gobierno nacional para reducir al insurrecto indí-
gena Lorenzo Ibito, logró someterlo a un indulto en el

(1804 Y 1805); Archivo Nacional, Oenealo!!las, tomo 5; ArchIvo Ar-


zobIspal, información para órdenes de dûn Antonio Sarmiento de
Olivera (1748) y otros expedientes; Archivo Pnrroqulal de San Oil;
apunt~s de familia es~rltol por el apredahilí ,imo caballero don Ma·
nue1 José Ortiz Durán para sus hijos, y Diccionario de los Próceres,
por los seflores Scarpetta y Verj!ara.
(I) El Ar{!os de la Nueva Oran 'Ida, d~ 16 de junio de 1814.
(2) Archivo de la Biblioteca Naclonal, EmbargvS, tomo 3.
- 150 -

mes de noviembre. Y no se contentó Ortiz con dictar re-


soluciones desde el bufete, sino se trasladó con laudable
actividad a aquellos puntos donde juzgó que su presen-
cia era más necesaria. Con fecha de 3 de diciembre de
184J comunicaba de La Plata al Secretario del Interior:
c He recorrido en Tierradrentro los pueblos de Coe-
tando, Pueblito, Salina, Talaga, Toes, GuiJa, Vitoncó, La-
me, Suin, Chinas y Avirama, sin otra escolta ni armas
que mi secretario con su corta-plumas, pues en todos
ellos están restablecidas la paz y el orden y he sido bien
recibido y obsequiado por todos esos habitantes.
y el 11 de diciembre escribia:
e En toda la provincia de mi mando está perfectamen-

te restablecida la paz y el orden, y todos los desafectos


prestan sus servicios gustosos, y en cada uno de ellos
tengo un agente activo que desempena comisiones y lle-
na en ellas mis deseos».
El Ejecutivo aprobó y encomió la conducta del digno
y discreto guardián de la legitima autoridad en Neiva {l).
Siguió el senor Ortiz en la gobernación en los anos
de 1842, 1843, 1844 Y parte de 1845 (2).
Estable::i6se después en Cundinamarca y compró la
hacienda de Buenavista, al mismo tiempo que emprendió
negocios comerciales fundando una tienda en la capital.
Mas no se acomodó con este cambio de vida: atralanlo
irresistible mente los aires de su tierra, y en consecuen-
cia regres6 al viejo Tolima y realizando las anteriores
empresas, adquiri~ alii las haciendas de Buenallista, El
Yopo, Guasimal (hùy Porvenir) y San Lorenzo (hoy San-
ta E/ena).
Desde el 14 de junio de 1823 habra unido su suerte
con la de su prima dona Bárbara Durán, hija legítima

(I) Gaceta de In Nueva Granada. de 1841, números 516, 511,


525, 535, 536 Y 537.
(2) Archivo Nacional, Gobernación de Neiva, tomos 7, 8 Y 9.
- 151 -

de don Silve~tre Durán y de dona Teresa Ordónez, y


nieta de don Luis R)driguez Durán ) dona Rosa Polan-
co, y de don francisco Javier Ordónez y dona Rosa Ci-
fuentes. Por aquel t'ntonces no estaba ya en el mundo
el mencionado don Silvestre: en la época de lucha tenaz
entre americanos y rt:alistas, habla sabido Durán, mora-
dor de la finca de Potrerillo, que cerca de La Plata, a
orillas del Páez, se hallaba una futrza patrir,tica; sin dI-
lación se dirigió al punto indicado con el fin de prestar
ayuda a sus copartidarios, con quienes habló, rio de por
rnt'dio, y se volvia a buscar cuerdas y otros efectos ade-
cuados para fabricar una tarabita y procurar con ella el
paso de las tropas, cuando los soldados, creyéndole pro-
bablemente espia, le hicieron una terrible desc~rga que
le dejó en el sitio (I).
Don Miguel Muía falleció súbitamente en Bogotá el
15 de octubre de 18)7. La respetable familia que formó,
supo cultivar los sentimientos de patriotismo e hidalgu[a
hered.ldos de sus mayores. Compúso!.e de los siguientes
hijos: don Miguel, casado con dona Emilia Osario RI-
caurte; don Vicente, con dona Isabel Santa Maria Rovi-
ra; don Juan de Dios, muerto en la batalla de Subacho-
que en 1861, peleando en defensa del gobierno legitimo,
casado con dona Rafaela Alcázar Palanca; don Pedro
José, con dona Petrona Alvarez Santamaria; dona Marfa,
esposa de don Antonio Racines Bernal; dona Gertrudis,
soltera; dona Concepción, esposa de don ~amón Grajales
Marroquín, y don Manuel José, casado con do~a Julia
Restrepo Tirado.
E/ Porvenir de Bogotá, del ¿O de octubre del citado
afta, al anunciar la defunción del senor Ortiz Durán, se
expresaba 3s1 sobre él: .•Ha terminado su larga existen-
cia dejando un nombre puro y una conducta sin mancha,

(I) Ortiz Durán Manuel José, apuntes mencionados.

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Ht,LlOïE:~i'
CXL~~OG.:;.C~
~ .;
- 152 -

porque esto era consiguiente a la nobleza de su carácter.


ala severidad de sus costumbres\y a Ja elevación de
su alma, nutrida en las verdades cristianas".

DON JULIAN JOSE PARGA


Bautizado en la parroquia del Páramo de los Dolores
ellO de enero de 1780, -de tres dias de edad; hijo legi-
timo de don Luis José Parga y dona {sabel Ramirez.
Contrajo matrimonio en Prado el 25 de mayo de lB05,
con dona Josefa Martínez, hija legitima de don Francisco
Rafael Martínez y dona Ignacia Ruiz, vecinos de Somon-
doca, nieta paterna de Valentin Martínez y de dona Se-
rafina Barreto, su mujer, y biznieta de N. Martínez y de
dona Inés Escobar. La mencionada dona Serafina era hija
legitima de don Esteban Barreta de 'Velandia, el cual
testó en Somondoco en 175n, y de dofta Nicolasa Truji-
llo, «caballeros d~ limpia sangre., y nieta de don Fer-
nando Barreto y dona Micaela de Velandia (I).
En segundas nupcias casó don Julián José con dona
Candelaria Reyes· ( ').
Firmó Parga la constitución de 31 de agosto de 1815,
como diputado por la villa de Purificación a la Conven-
ción General del Estado libre de Neiva.
Fue varias veces alcalde ordinario de dicha villa, y
en 1822 servia el puesto de administrador de correos de-
la parroquia cJ.~Nuevo Prado. Oecla de él el presbitero
doctor j. E. Puyana (d~spués obispo), en una certifica-
ción expedida en el último afta citado:
«Pùr su buena conducta y afecto al bién público, ha
sido en todos tiempos distinguido sirviendo a la Repú-

'(I) Archivos de San Bartolomé, del Arzoblllpado de Bogotá e


Histórico de Tunja, y árbol gcnealó,dco de la familia Martinez.
conservado ror sus descendientes.
(2) Tradición de familia.
- 153 -

blica y desempenando con honor los cargos y empleos


que ha obtenido como buen ciudadano (I), lO

Varios de los hijos del señor Parga vistieron la beca


de San Bartolomé.
En julio de 1828 firmó la manifestacion por medio de
la cual los vecinos de Prado se 1!.dhirieron al pronuncia-
miento de los puebios a favor del Libertador, dándole
facultades absolutas. Desempeflaba a la sazón el mencio-
nado empleo de administrador de correos (2).
Murió don Julián José en Prado, el 9 de abril de
1841 (3).

DON FRANCISCO RAMON PARRA


Como miembro del Colegio revisor electoral constitu-
yente de la provincia de Neiva, firmó el acta de indepen-
dencia el 8 de febrero de 1814.

DON CARLOS AGUSTIN QUINTERO


En Neiva, en diciembre de 1796, declaraba ser «ma-
yor de' treinta años» (4).
Bajo el régimen colonial fue por muchos años conse-
cutivos contador interventor de aguardientes de Neiva.
Hallábase desempeñando tal empleo en 1793 y aún lo ser-
via en 1806. Durante algún tiempo estuvo encargado de.
la administración particular d~ dichl renta (5).

(I) Archivo de San Butolomé: informaciÓn de los jóvenes DI-


mas, Daniel y Rlfael Parga y M ~rtinez.
(2) Archivo Nacion'll, Solicitudes, tJmo 9, página 635.
(3) Partida ele defu'lciín. Dato suministrado amahleme:1te oor
el presbítero doctor Teófilo Vera.
(4) Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 12,
página 34.
(5) Archivo Nacional, Empleados PIÍ~'Ucosdel Tù/ima; Aguardien-
Its del Tolima, lOmo 3, página 8, tomo 7, página 665, y tomo 9,
página 166
- 154 -

En 1811 era regidor de la mencion;¡da ciudad y con .•


currió como diputado de la misma al congreso provincial
reunido en Yaguará.
En 18]2 suscribió, en su carácter de secretario del ca-
bildo de Neiva, el oficio en virtud del cual se daba cuen-
ta de la anexión de ésta a Cundinamarca, documento que
vio la luz pública en la Gaceta Ministerial correspondien-
te al 30 de abril del citado afto. Y el 15 de noviembre
inmediato firmó Quintero, que, además de secretario del
ayuntamiento, lo era también de guerra del estado de Nei-
va, el acta de reconocimiento del Supremo Congreso de
las Provincias de la Nueva Granada (1).

DON MANUEL QUINTERO


Nació en Yaguará por los allos de 1760 y era hijo le-
gitimo de don Luis Antonio Quintero y de dolla Bernar-
da Tobar; nieto paterno del Capitán Manuel Quintero
Principe y de dofta Mariana de Rojas y Canizares, y biz-
nieto de BIas Quintero Príncipe y de Salvadora Perdomo
de Betancour. Nieto materno de don Marcelo Tobar y
dofta Maria Trujillo; biznieto de don Agustin Tobar, y
tataranieto de don Francisco Prieto de Tobar y de dona
Maria de Olaya .
• La referida dona Maria Trujillo era hija de don Juan
Tomás de Trujillo y de dolla Jacinta Coronado, y nieta
don Juan Bernardo de Trujillo y dofia Isabel de Castro,
y de don Justiniano Coronado y dofta Maria Perdomo.
Crióse don Manuel en su pueblo natal, y apenas sa-
lido de la adolescencia, en 1781, contrajo matrimonio con
su parienta dolla Maria Isabel Zamora, nilla de catorce
anos de edad, hija de don Domigo Zamora Coronado (2).

(I) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomos 15 y 16.


(2) La anterior genealogla se ha sacado de datos que aparecen
~n diversas dispensas de parentescos para matrimonios y en expe-
dientes sobre Capel/anias.
- 155 -

Tenemos noticia de que Quintero desempenara en NeI-


va en la época colonial los puestos de alcalde ordinario de
segundo voto en 1786 y alcalde ordinario de primer voto
y Teniente corregidor de naturales en 1804 (1).
En 1811 formó parte de la representación provincial
conocida con el nombre de congreso de Neiva, que se
congregó en Yaguará, como diputado por esta villa, de
la cual era también a la sazón alcalde ordinario princi-
pal (2).
0)11 Mlnuel Q:.tintero m!Jrió, después de haber reci-
bido los sacramentos, en Yaguará, el 22 de enero de
1816 (3). Una de sus hijas, doña Ignacia Quintero y Za-
m'Jra, fue la abuela del distinguido abogado doctor Ela-
dio C. Gutiérrez.

EL DOCTOR JOSE ANTONIO RUEDA


Bautizado en el Socorro en noviembre de 1761, hijo
legitimo de Salvador Rueda y d~ Petronila Nino (4). Es-
tudió en el Colegio Seminario de Santafé y recibió el pres-
biterado en 1792. Nombrado al punto coadjutor de Neiva.
desempeñó su cargo con exactitud; pasó luégo a capellán
de la Santa Iglesia Catedral de Santafé y teniente de los
curas de ella, oficio que tuvo hasta 1795, en que se le

(1) Archivo Nacional, Cil/lies del ToUrna, tomo 7, página 85. y


Aguardientes del Tolima, tomo 7, páginas 664 y 666.
(2) G. Charrl, El Cenfenario de Neiva.
(3) Archivo arzobispal.
(4) De urt documento que exIste en el Archivo arzobispal toma-
mos los slj!uientes datos sobre la ascendencia del doctor Rueda:
abuelos. don Andrés de Rueda y dona Isabel Garcia de Cabrera,
don Pablo Nino y doAa Francisca Duarte; bIsabuelos: don Ambro-
sio de R'l~da y dona Eu 'emia Franco; don Dionisio Garcia de Ca-
brera y dona Catarina Pérez Monsalve; don juan Nina y dofta Agus-
tina Ortiz; don Francisco Duarte y dona Manuela de Ardila.
- 156 -

confirió en propiedad el curato de Remedios, consiguiente


a la oposición que hizo; administrólo por tres años, con
detrimento de su salud, debido al mal clima; en seguid&,
fue cura de Iquira por diez años, manejándose con pun-
tualidad y celo, y cura propio de la ciudad de Neiva, por
título expedido por el Virrey don Antonio Amar y Bor-
bón el 16 de noviembre de 1808 (I).
A consecuencia de la decisión del doctor Rueda por
la Independencia, fue procesado a la llegada de los pa-
cificadores en 1816, y remitido a Espana, con su causa,
por la vía de Maracaibo. Salió de Santafé con varios
otros respetables eclesiásticos el 12 de septiembre de di-
cho año, a cargo del presbítero don José Melgarejo, ca-
pellán de Húsares de Fernando VII (2). Por eso decfa
más tarde el antiguo y abnegado vicario de Neiva en un
escrito: «Después de una dilatada serie de servicios a la
Iglesia y a la República, fui arrestado ignominiosamente
a la Península. Todas mis propiedades fueron presas del
pillaje» (3). El embarque del doctor Rueda para España,
en comp;¡ñía del arcediano Pey, el doctor Rosillo, el se-
flor Caicedo y FI6rez y otros, se verificó el L° de mayo
de 1817, según el cronista Caballero.
Regresó a la Patria, y aún disfrutaba del bt>neficio de
Neiva en 1824, en el cual pidió el nombramiento de cura
propio de la parroquia de Las Nieves de Bogotá, que le
fue concedido en 1825. Ejerció este empleo hasta su muer-
te, ocurrida a mediados de octubre de 1828 (4).

(\) Archivo arzobIspal, documentos sacerdotales, y Archivo Na-


clonal, Peticiones y S()llcituies,
torno 10, página 281.
(2) Manuscrito original del Archivo Restrepo.
(3) ArchIvo arzobispal.
(4) Archivo parroquial de Las Nieves, partida de defunción.
157 -

DON BENITO SALAS

El fundador de la familia Salas (1) fue don Santiago


de la Sala, sobre cuya nacionalidad tenemos dudas, pues
aunque en unas informaciones de libertad que reposan
en el archivo arzobispal figura como natural de los Rei-
nos de España, es tradición entre sus descendientes que
era francés. Quizá sea ésta la vl'rdad, porque sus inm~-
diatos progenitores Pedro y María Salas, eran origina-
rios de la villa de Vale ranga (Valleraugue?), diócesis de
Alais en Francia. Había nacido don Santiago por los años
de 1737; trasladóse síendo joven al Nuevo Reino de Gra-
nada, y fijó por un tiempo su residencia en Santafé don-
de se encontraba en 1761. Casó primero c<fn Andrea de
Vargas, persona de muchos atractivos, viuda de don Isi-
dro Díaz, hija de Bonifacio de Vargas y de María Can-
delaria Ruiz. vecinos de Tunja. Más tarde residió don
Santiago en la parroquia del Guayahal, considerado co-
mo uno de los principales feligreses, y cuando, en 1772,
el cura de dicho sitio obtuvo licencia del gobierno para
trasladar la iglesia a La Mesa, indicÔ a Salas, haciendo
elogios de su «acreditada conducta, esmero y celo» para
el puesto de juez de fábrica de la mencionada i~lesia.
Muerta doña Andrea, el viudo contrajo segundas nupcias
en 1781 con doña María de la Luz Araújo, vecina de la
capital, natural de Santa Rosa de Viterbo, hija legítima
de don Diego de Araújo y de doña Teresa Nieto. Esta-
blecido don Santiago en Neiva, desempeñaba en 1781 el
cargo de asen lista de Ins reales ramos de aguardientes
y alcahalas de aquella jurisdicción. Allí pasó el resto de
su vida hasta ljllC rindió la jornada el 24 de junio de
1790, dejando una hacienda en Timaná, propiedades en

. (1) Convlrtiô:>e la forma dd apellido de la Sala, en Salas. No


debe confundirse l'sta familia con las de Igual apellido, origina-
rias de Cundinamarca y Santander.
- 158 -
Santafé, bienes muebles y diversos efectos. Del primer
matrimonio de don Santiago fueron hijos: don Fernando,
de quien nos ocuparemos; don Francisco. nacido en la
parroquia de la Catedral de Santafé en 1766, el cual fa-
lleció en 1792; don BENITO; dona Josefa, esposa de don
Manuel Asencio Tello; dona Catalina, y dona Juana, la
menor, bautizada en la mencionada parroquia en 1777,
esposa de don José Maria López. Dei segundo matrimo-
nio de don Santiago quedó una hija, dona Antonia, na-
cida en Santafé en 1781 (1).
Don Benito vino al mundo entre los al'los c'e 1767 y
1776. ¿En qué lugar? Pensábamos que en Santafé, pero
en la parroquia de la Catedral en la que varios de sus
hermanos reibieron las sagradas aguas, no se halla la
fe de su bautismo. Probablemente nació en otra parro-
quia de esta ciudad o en el sitio del Guayabal del cual
eran todavia vecinos sus padres cuando en 1776 saca-
ron de pila a Juan Fernando Zavala, según documento
que existia en el archivo parroquial de La Mesa (2).
Don Benito fue vecino de Neiva y entusiasta parti-
dario de la Independencia. Y como «obras son amores
y no buenas razones", hizo campana en favor de esta
cau~a desde los primeros anos de nuestra transformación
poUlica. En la Gaceta Min :sterial de Cund;namarca co-
rrespondiente al 20 de octubre de 1811, se encuentra la
relación de la entrega del jefe realista don José Dupré
con su gente a don losé Diaz, Comandante de las tro-
pas republicanas del Sur. El sellor Salas, Capitán de las
mismas, cumplió la honrosa misión de recibir las armas

(1) Archivo Arzobisp11, documento citado en el texto; Archivo


de la parroquia de la Catedral, partida de bautismo de dotia Jua-
na Salas; Archivo Nacional, Empleados Púb'icos del Tolima. tomo 5,
página 31; Testamentarias del Tolima, tomos 13 y 23, Y Fábrica de
Igiesias, tomo 17, página 363
(2) Archivo de San Bartolomé, infJrmaciones de 1793.
- 159 -

en el destacamento de la Guasca, lugar situado en el


valle del Patia, el 26 de septiembre del referido ano.
Poco tiempo después volvió a Neiva. El 16 de fe-
brero de 1812 firmó el solemne reconocimiento de la
Constitución que el Colegio Electoral acababa de san-
cionar, Constitución que, aunque defectuosa, trataba de
garantizar la libertad, y diez meses más tarde, el 8 de
diciembre, prestó Salas en la villa de San Calixto de Ti-
maná el juramento de r~conocimiento del Congreso de
las Provincias Unidas. Hízolo -por la cruz de su espa-
da-, pues figuraba a la sazón con el destino de Capitán
comandante de milicias (l).
En 1814 formó parte en su carácter de diputado por
la ciudad de Neiva, del Colegio Revisor EI~ctoral Cons-
tituyente de la provincia del propio nombre (2), y como
vicepresidente de dicha corporación, firmó la celébre acta
de independencia del 8 de febrero que se dio a la luz
púb:ica en El Argos de la Nueva Granada del 16 de ju-
nio de 1814.
Con el titulo de Teniente coronel mandaba en diciem-
bre de este ano la fuerza patriótica que estaba colocada
en los puntos de Moras y Guanacas, compuesta de 82
hombres con 25 fusiles útiles, 15 escopetas de servici~,
70 lanzas, 1.338 cartuchos de fusil, 330 de escopeta, y 3
pedreros (3).
Estando Salas de Comandante de Lame, comunica al
gobierno de Neiva en oficio de 17 de febrero de 1815,
que un destacamento espanol de quinientos hombres al
mando d¿ ViJaurrázaga, trataba de echarse sobre el pue-
blo de Pitayó. Esta noticia desagradó sobremanera al Ge-
neral Cabal, quien la tildó de inexacta (4).

(I) El Centenario de Neiva, documentos publicados por el se-


nor Gabino Charri.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Historia, tomo 1.5.
(3) Archivo Restrep " Rev"¡ución de Popoyán.
(4) Archivo Restrepo, Revolución de Pup/Jyán.
- 160 -

Datos aislados muy deficientes son los consignadOS'


hasta aqui respecto de don Benito Sàlas. Para llenar una
de las lagunas que en el presente estudio se notan, co-
piaremos algo de lo que nos dice la distinguida escri·
tora dona Waldina Dávila de Ponce, nieta del personaje
de quien' nos ocupamos, en su trabajo titulado Mis Pró-
ceres. Habla de la cárcel de Neiva en 1816 y agrega:
.A1lí estaba don Benito casi cadáver: había hecho la
campana desde el año de 1813; largo tiempo en desta-
camento, al pie del Puracé, había casi perdido la vista
y el uso de las piernas, a causa de la refractación y el
frío de la nieve. En tan infeliz estado, su prisión, que
ya databa de tiempo atrás, afligía en extremo a la fami-
lia. Casado hacia bastantes anos con dalla Juanita Ló-
pez (así la llamaban por su estatura pequena), en su ho-
gar habia encontrado felicidad completa junto a la que
podía compararse con los ángeles, por su sin igual bon-
dad, su prudencia inalterable y la inefable dulzura que.
presidía todos los actos de su vida'" (1).
Salas fue pasado por las armas por la espalda en la
plaza de Neiva en 1816 y confiscados sus bienes. Los
principales delitos que le achacaban los pacificadores con-
sistian en haber levantado tropas en Neiva para seguir
a Popayán a batirse contra las del Rey y haber sido
uno de los que fusilawn y quemaron el retrato de Fer-
nando VII, por lo cual le cortaron al cadáver la cabeza
y las manos y las fijaron en el mismo sitio en que ha-
bla tenido lugar el mencionado suceso (2). La ejecución
se llevó a cabo no el 16 de neviembre como dicen los
seflores Scarpetta y Vergara en su Diccionario, ni el 26
de septiembre como se ha cr~ído generalmente, sino el

(1) Colombla Ilustrada, 1889-1891, número 18.


(2) Impreso oficial que contiene la relación de los p3trlotas sa-
crificados, 1816.
- 161 -

18 de este mes, corno consta en la correspondiente par-


tida de defunción que reposa en el archivo parroquial
de Neiva (I).
Dona juana L6pez, esposa de don Benito Salas, era
hija legitima del espanol don Pedro López Carballo y de
dona Petrona Villafana, cuyos ascendientes se nombran
en la biografia de don José María López, mártir de la
Independencia, hermano carnal de aquella senora.
Dei matrimonio de Salas con dona Juana López fue-
ron hijos:
Don Rafael, casado con dona Susana Herrera, padres
de Zoila, Benito, Pedra, Luis, Aurelia, Leoncio, Julia, L1-
si maco, Rafael, Jesús, Fernando, Santiago, Juana Marfa,
Simón, Eustacia, jusda, Ramón y María Josefa.
Don Santiago, casado con dona Micaela López, pa-
dres de dona Catalina, esposa dd senor Celiano Matiz.
Dona Josefa, célsada con don Pedro Dávila Novoa,
de inolvidable memoria, padres de don Pedro Dávila Sa
las y de dona Waldina Oávila de Ponce.
Dona Pet ona, casada con don Diego Herrera.
Doña Joaquina, que murió soltera (2).

DON FERNANDO ~ALAS


Hijo primogénito de don Santiago Salas y dona An-
drea Vargas y Ruiz, de quien~s hemos dado noticias en
el boceto anterior. NaciG en Sant<lfé y a los nueve dias
de edad fue bautizado en la parroquia de la Catedral; el
5 de enero de 1765. Este dato, que se encuentra en los
libros d~ la mencionada parroquia, corrige lo aseverado
por los senores Scarpetta y Vergara. de que Salas era

(I) Véa'\e el boceto del doctor luis José Garcia.


(2) Archivo parroquial de Neiva y tradiciones de famma. Tes-
tam ento ae don Rafael Salas López, NotJrla de Neiva, protocolo
de 1812.
II
- 162 -

de Neiva. Vivió, 51, muchos anos en dicha ciudad, como


todos los miembros d~ su familia.
En la época colonial sirvIó en Neiva los puestos de
Sindico procurador general y padre de menores; admi-
nistrador suhrogado de la real renta de alcabalas. y te-
niente administrador de la subprincipal de correos. Era
duefto de la V ga de la Isla y de la famosa hacienda
de La Manga (I).
Abraz \ con entusiasmo la causa de la Independencia.
Su firm:¡, como miembro de la Suprema Junta provincial
de Ndva, es la primera que se encuentra en la declara-
toria de guerra que este cuerpo lanzó el 23 de f~bt:ero
de 1811 a la provincia de Popayán, gobernada entonces
por el realista don Miguel Tacón (2).
Los senores Scarpetta y Vergara dicen que don Fer-
nando y don Benito Salas, e hombres de posición y for-
tuna', pusieron al servicio de la patria «su riqueza y su
tranquilidad, ya luchando en los combates de La Plata
y otros, ya en comunicaciones, ya levantando la opinión
y formando tropas para enviarias a la lucha-.
En la relación de los próceres que sufrieron la pena
capital, mandada formar e imprimir por Morillo, se lee
en la parte correspondiente a septiembre de 1816:
.FERNANDO SALAS-En tiempo del Rey era Adminis-
trador de Alcabalas. Los insurgentes lo hicieron Coronel,
diputado de la Junta provincial, Ministro del Tribunal de
Justicia y Teniente O )bernador de N'eiva, formó un cuer·
po de caballerit, y fue uno de los que contribuyeron a
la quema del retrato de S. M. Fue pasado por las armas
por la espalda en Neiva y confiscados sus blenes-.
La fecha precisa del fusilamiento, o sea el 18 del

(') Archivo Nacional, Empleados Públicos del Tolima, tomo 26,


piglnll 901, y tomo 6, página 150.
(2) Q. Charri, El Centenariod~ Neiva.
- 163 -

mencionado mes de septiembre, está comprobada con la


partida de defunción (1), con la cual no concordaban los
autores que antes habían escrito sobre el particular.
Don Fernando fue casado con doña Felicíana Torren-
te, cartagenera. De este matrimonio no quedó sucesión.

DOCTOR FRANCISCO FELIX SERRANO


Es aquel excelente «padre Serrano» a quíen conoce y
aprecia con cariño todo el que haya leído las Memorias
de un Abanderado, de don José María Espinosa. Cuenta
el ameno autor que cuando él se dirigía con mil penali-
dades a La Plata, a donde había sído confinado por los
realistas despu:::s de un azaroso cautiverio como insur-
g¿nte de los prisioneros en la Cuchilla del Tambo, al
llegar al pueblo de San Antonío o Hato-viejo, lo prí-
mero que hizo fue acudir al cura (el simpiWC0 personaje
nombrado arriba); que éste le proporcionÓ la más gene-
rosa hospitalidad, le colmó de atenciones y de obsequios;
que luéga, con motivo de un fuerte temblor de tierra que
se sintió, le insinuó la idea de pintar unos «San Emíg-
dios» para la venta, con lo cual logró arbítrar algunos
recursos; que le libró con oportunos consejos de caer en
manos de sus enemígos que andaban averiguando su pa-
radero, y que le suministró armas, víveres y ropa a fin de
que pudiera salvarse, ínternándose en una montafta.
Era hijo de don Pedro José Serrano y de dOfla Ana
María de Vargas y Flórez.
Estudió en el seminario de Popayán, y siendo toda-
vía minorísta en 1801, obtuvo por oposición el curato de
San Antonio del Hato. Se ordenó presbítero y duró cosa
de cuatro lustras al frente de la referida parroquia, ejer-
ciendo su ministerio con exactitud y decoro.

(1) Bo/eUn de Historia y Antigüedades, tomo 4, página 121.


- 164 -

Decidido por la Independencia desde sus principIOs,


cooperó a cimentar la opinión a favor de su causa. Asis-
tió al cabildo abierto que tuvo lugar el 6 de septiembre
de 1810 en Garzón, en el que se dio el paso trascenden-
tal de organizar el gobierno de la comarca, bajo la de-
pendencia de la Junta Suprema de Santafé. Fue diputado
para elegir en Timaná representante al congreso de 1813;
miembro de la asamblea provincial en 1814, y diputado
por Garzón a la convención del Estado Libre de Neiva.
Con este carácter firmó la constitución expedida por di-
cho cuerpo el 31 de agosto de 1815.
Mantúvose inflexible en su partido durante la recon-
quista, a pesar de los trabajos y persecuciones que pa-
deció, pues se le embargaron sus bienes, y sólo en con-
sideración a que sus feligreses se verían privados del pas-
to espiritual, le permitió el corregidor Ladrón de Gueva-
ra, por despacho de 16 de agosto de 1816, residir den-
tro de los límites de su parroquia, como confinado. Así
permaneció hasta 1819, en que triunfaron las tropas liber-
tadoras, a las que auxilió en la medida de sus facultades.
Por temor a una nueva invasión de los españoles, emi-
gró Serrano a Bogotá. Después se hizo domiciliario del
arzobispado. En 1832 desempeñaba el destino de cape-
llán del monasterio de la Concepción (1).

DON JOSE MANUEL DE SIL VA


Nació el 23 de diciembre de 1771 y recibió óleo y
crisma en jagua, en febrero del año siguiente. Pertenecía
a una familia distinguida: era hijo legítimo de don Igna-
cio de Silva y de doña Ana María Cuéllar. Abuelos: don

(1) La mayor parte de las anteriores noticias se ha tomado de


documentos del Archivo Nacional, y especialmente de los conteni-
dos en el tomo 9 de Negocios Eclesiásticos.
- 165 -

Alfonso de Silva y doña Dionisia Calderón; do;} fran·


cisco de Cuéllar y doña Josefa de Cuéllar. Bisabuelos por
la primera línea paterna: don felipe de Silva, Ayudante
de milicias urbanas, y doña Antonia Rojas y Ortiz; tata-
rabuelos: don juan Salvador de Silva, natural de los ReI-
nos de España, y doña Salustiana Muñoz. Bisabuelos por
la primera línea materna: don jerónimo de Cuéllar y dona
Rosa Calderón; tatarabuelos: don juan de Cuéllar y doña
Manuela Carvajal.
Don jasé Manuel contrajo matrimonio en el Gigante
el 9 de julio de 1795 con doña Francisca Trujillo, hija
legítima de don A¡"jandro Trujillo y doña El~na de Cué-
llar; nieta de don Rafad de Trujillo y doña Gertrudis Po.
veda, y de don Nicolás de Cuéllar Caldernn y dofta Ber-
narda de Cuéllar. Bisahuelos paternos: don Juan Francis-
co Trujillo y doña María Coronado; tatarabuelos: don
juan de Trujillo y doña Isabd de Arias (1).
El señor Silva desempefió varios cargos públicos: fue
dos veces alcalde de partido; alcalde ordinario de Tima-
ná en 1810, 1812 Y 1815; ministro del Tribunal de jus-
ticia que funcionó en Neiva, por un afio; micmbro del
Colegio electoral de la provincia por la muni,ipalidad del
Gigante, tocándole como tal firmar el acta de in~jepen-
dencia del 8 de febrcro de 1814; Capitán Comandante de
milic'ils desde 1812 hasta 1816, habiéndosele conferido por
el gobierno el despacho de Teniente Coronel en 1814. En
su caráct~r de alcalde de seguLdo voto en el aludido afio
de 1810, halJóse Silva en las sesiones del ayuntamiento
celebradas en el mes de agosto, en Jas cuales se tr«taron
importantes asuntos rl'lacionados con el movimiento de
independencia del 20 de julio, y estuvo presente en el

(I) Archivo del Colegio del Rosario, informaciones de don Ma-


nuel Teodoro y don Pedro Crlsólogo de Silva-1821; Archivo Na-
e: lonal, Correos del Tolima, tomo l, página 519.
- 166 -

cabildo abierto habido en Garzón el 6 de septiembre in-


mediato, que dio por resultado la formación de un cuer-·
po de gobierno compuesto de varios vocales, depositario
de la autoridad, al estilo de la Junta Suprema de Santa-
fé. Silva fue elegido vicepresidente de dicho cuerpo y
aceptó patrióticamente el nombramiento (1).
Los servicios de Silva a la causa republicana no po-
dian pasar desapercibidos para los pacificadores, y en con-
secuencia éstos le embargaron sus bienes en el Gigante
en julio de 1816 (2).
Al restablecimiento del gobierno independiente, don
José Manuel fue ascendido a Comandante de caballeria de
dos escuadrones de milicias del Gigante, población en la
cual tuvo en 1821 el empleo de Teniente administrador
de correos. Posteriormente, hasta 1836, siempre se encon-
tró en las corporaciones provinciales y cantonales (3).
Don José Manuel de Silva, por sus circunstancias y
por su riqueza ocupó una posición distinguida. Murió el
27 de agosto de 1850. De su matrimonio con doña Fran-
cisca Trujillo fueron hijos: Pedro Crisólogo, sacerdote;
Manuel Teodoro, abogado; Miguel Simón, filósofo; Car-
los María, abogado; Maria Joaquina, Maria Agueda, Ma-
rfa Micaela, María Rosalia, Maria de Jesús, Maria del
Carmen y Luisa (4).

(I) Archivo del Rosario, documento citado; ArchIvo de la Bi-


blll't,ca Nacional, Historia, tomo 11, y relación de la seftorita Isa-
bel Arcinle~as.
(2) Archivo de la Biblioteca Nacional, Embargos, tomo 3.
(3) Arch vo del Rosario, doeu llento citado.
(4) Datos suministrados bondadosamente por el presbltero doctor
Rufino Salazar, quien 1011 obtuvo de un nieto de don José Manuel de
Sliva. La mencionada dofta Mirla del Carmen Silva fue esposa de
don Evaristo Bvrrero, de quien en capitulo aparte se ha tratado.
- 167 -

DON MANUEL TELLO


Asi se le mencionaba en ocasiones, pero su nombre
completo era Manuel Asencio Tello. Nació por los anos
de 1771, en Neiva, según tradición, dd matrimonio de
don Tomás Tello y dona Paula Diez Martínez (1).
Don Manuel d~sempenab3 los cargos de tercenista de
aguardientes de Neiva en 1798 y de administrador de la
misma renta en 1804 (2).
Al iniciarse la tran<;f(}rmación política de 1810, 1.'ello
se decidió por la causa de la Independencia y se dedicó
a serviria. Con el carácter de vocal de la Suprema Junta
formada en la ciudad de Neiva, pasó a la villa de Tima-
ná y se presentó a su cabildo el 28 de agosto de dicho
afio con pliegos, por medio de los cual~s aquel cuerpo
invitaba a éste a Iigársele para propender a la conserva-
ción de sus derechos, reuniendo Jas vinculas de la alian-
za de las fuerzas a los del centro de la unidad: la capi-
tal de Nuevo Reino de Granada (3).
Fue secretario de la Superior Junta de Neiva y como
tal firmó el bando que anunció con regocijo el plausible
acontecimiento de la unión de los cabildos que compu-
sieron la provincia y dispuso que se celebrara con ilu-
minaciones el2t de septiembre de t810. La referida enti-
dad, que funcionó por algún tiempo, parece que con atribu-
ciones ejecutivas después de la caida del corregidor rea-
Jista don Atanasio Ladrón de Guevara, no tenia preten-

(I) Archivo Nacional, Gene/agios, tomo 5, página 553; Archivo


parroquial de Ndva, fe de bautismo de José Vicente Tello, 18t3.
En noviembre de 1798 declara don Manuet Asencio ser de veintisiete
an08 de edad (Archivo Nacional, Aguardientes del Tolima, tomo 3,
página 7).
(2) Archivo Nacinnal, Aguardientes del Tolima, tomo 3, página 7,
J tomo 7, página 674.
(3) Archivo de Ja Biblioteca NaclonaJ, Historia, tomo 11 (docu-
mentos relativos a Tlmaná).
- 168 -

sfones de emancipaci6n, pues gobe~riaba o fingia gobernar


en representación de Fernando VII. Publicó un bando el
7 de di :iembre dd ano citado, disponiendo que se fes-
tejara dignament~ el dil de la Inmaculada. documento
que ha'>la muy alto de los sentimi~ntos piadosos de la
ciudad de Neiva en aquella época y que lleva tan sólo
la firma de Tello. Principia con las siguientes palabras:
.Siendo como somos todos los c?tólicos cristianos ver-
daderos hijos de María Santístma, quÏt'n como amante Ma-
dre èontinuamente nos repartr sus beneficins. es preciso
que le demos alguna prueba o rasgo de nuestra religión y
rrconocimiento. El grand~ Mist.'rio d~ su C('ncepción Pu-
dsima se celebra en la Santa Iglr sia el dia de mañana.
En todas partes se ven sef\ales del culto que: se le debe;
asi, pues, ¿ por qué ralón sólo los neivanos hemos de dis-
tinguimos, mayormente cuando a más de ser, como se ha
dicho, nuestra Madre, es también la Patrona y Protecto..,
fa de esta ciudad y más dominios d~ Espafia?-
La declaratoria de guerra de Neiva a los pnpayanejos
dependientes del Gobernadùr realist" Tacón, fechada en
febrero de 1811, lleva al pie el nombre de Manuel Tello
como secretario de la Suprema Junta. A mediados de dI-
cho afta, épOCll en la cual ejercía el mando don Jorge
Hermida, desempef\aba también nuestro personaje la se-
cretaria (1).
En 1813 era Tello Capitán de las milicias del Es-
t ado (2).
, Como diputado por la Villa de San Ca~ixto de TI-
maná al Cole~io Revisor Electoral, y al mIsmo tiempo
çomo secretario de la, corpl'fación" c;uscribiQ don Má~
nuel el acta de independencia de Ndva el 8 de ftbrero
de 1814 (3).

(I) O. Charrl, El CenttT14rlo de N~lva.


(2) Ar ~hivo puroqui II de N,'lva, dÇlCllmenlo cltadq., ,<, .rl

(3) Archiv,) de la B bllllteca NaclO'lal, Histori " tomo 15, '1 El


Argos de NJeva aranada, de 16 de junio de 1814.
- 169 -

En 1815 hizo campana en defensa de la Patria, y se


bailaba de Capitán del batallón de Cazadores de Neiva,
cuando le tocó actuar como secretario para la informa-
ción levantada en Popayán en agosto dc:l referido afto
a petición deJ jefe José María Cabal sobre su conduc-
ta (1).
Los senores Scarpetta y Vergara dedican al prócer
de quien nos ocupamos un boceto que contiene datos
interesantes y curiosas, que no podemos menos de in-
sertar:
•TELLO Manuel, Coronel. Nació en Neiva. Patriota
decidido, hizo por el triunfo de la libertad cuantos es-
fuerzos y sacrificios pudo; nada le arredró ante la pers-
pectiva de tan halagadora idea: su fortuna Ja invirtió sin
reservas de ninguna especie para ver triunfante el pen-
dón de Jos independientes. Fue a Timaná en servicio de
su causa, y como fuera muy devoto de la Virgen, le qui-
t~, cortándolo con cuidado, un óvalo que con el retrato
de Fernando VII habia colocado en el pecho, y lo con-
servó con esmero; pero al establecer Morilla en Neiva
el Tribundl de Purificación, se le acusó de patriota y de
haber ultrajado al Rey en su retrato; se le sentenció al
último suplicio, que tuvo efecto el 26 de noviembre de
J 816, llevando la bar:Jarie hasta querer obli¡!ar a su hl-
fa José Maria, prisionero en el batallón de Numancia, a
que fuera con los de lé' escolta que lo debía fusilar. Se-
mejante hecho no tuvo lugar por la absoluta negativa
del hijo, y la intervención de los patriotas confinados en
el batallón como soldados. Su cabeza se envió a Tima-
ná con el Sargento espanol Obrero, coJr.cada en una jau-
Ja donde permaneció por seis meses a la vista del pueblo".
Equivocan los citados autores la fecha del fusilamien-
to de Tello, pues no fue el 26 de noviembre sino el 7

(I) Archivo Restrepo, Revolución de Fo?aydn.


- 170 -

de octubre, como lo refiere el senor Gabino Chanl en


su folleto dedicado a los próceres de la antigua provln-
ela. de Neiva, y como consta en la partida de defunción
que dicho senor remiti6 al erudito doctor Eduardo Po--
sada, quien Ja publicó en el Bo/etin de Historia JI Anti-
¡Dedades (tomo 7, página 267), partida que dice:
.En 7 de octubre de 1816 yo el Cura Excusador di
sf'pultura eclesiástica al cadáver de Manuel Asencio de
Tello. Se le administraron los sacramentos. Doy fe.-Fr.
In. Anta. Vinuesa-.
En la Relación oficial hecha por orden de Morillo, de
los patriotas ajusticiados en 1816, no figura el nombre
de Tello, pero lo hemos encontrado en un documento
que se halla en el tomo 31 de Gobierno del Archivo de
la Biblioteca Nacional, y que vale la pena de sacarse a
luz por tener importancia y ser desconocido:
.Senor don Anastasio ladrón de Guevara.
»Por el oficio de usted de siete del corriente quedo
enterado de haber llegado a ese punto el Brigadier D'on
Juan Sámano, y sido hospedado en casa de usted, por
cuyo obsequio le doy las gracias. También me impongo
de haberse ejecutado la justicia en el reo Manuel Tello,
y practicado todas las prevencionf's de su sentencia. Me
es bastante sensible el mal estado de salud de usted,
y su falta de recursos para curarse, lo cual no pudién-
dome ser indiferente, le advierto me diga qué medicinas
son las Que necesita para enviárselas desde esta capital,
o si le acomodase venir a restablecerse a Tocaima, pun-
to de huen temperamento, donde tenemos lin buen hos-
pital, medicinas y fa~ultativos que puedan asistir a usted,
con su aviso daré las 6rdenes para que asl se verifique.
»Dios gualde a usted muchos anos.
-Cuartel General de Santafé a 12 de octubre de 1816.

-PABLO MORILLO-.
- 111 -
Tello fue casado en primeras nupcias con dona Ma-
rfa Josefa Salas y Vargas, hermana carnal de Benito y
Fernando Salas, y en segundas con dona Micaela López,
hermana carnal de Francisco y José Maria López. De
aquel matrimonio tuvo cuatro hijos: José Maria, de tos
héroes de Chancai y de Ayacucho, Miguel, Francisco y
Maria Concepci6n. De la senora López tuvo solamente
un hijo que se llamó Vicente (I).

(I) Archivo Nacional, Testamtntarias dtl TollnUl, tomo 13, p&-


llna 691. y tradiciones de familia.

-_ ... .
LISTA DE LOS PROCERE8 DE QUIENES SE QA TRATADO
EN ESTA OBRA (I)

SiNDICO PROCURADOR GENERAL DE NEIVA EN 1810:

josé joaquin Chacón

PE!tSONAJES QUE EJERCIERON EL PODER EJECUTIVO:

josé Antonio Falla


jorge Hermida
José Antonio de las Bárcenas
Joaquin Borrero
Luis josé Garcia

PlUMER REPRESENTANTE AL CONO~ESO GENERAL:

Manuel Campos

DIPUTADOS AL CONGRESO DE NEIVA:

lose {oaquln Chacón


Carlos AgusHn Quintero
Ignacio Durán
José Maria Lombana
josé Antonio Barreiro
Pedro Iriarte
Ignacio Navarro
Miguel Avila

(I) Los nombres repetidos van en bastardilla. No se anota la


paginación, por cuanto desde el principio se advirtlb que lu bio-
grafias Irian en riguroso orden alfabético.
- 174 -

José Joaquin Cardoso


Bonifacio Manrique
Manuel Longas
Manuel Quintero

CURAS DE LA PLATA. NEIVA Y EL OIOANTE:

Andrés Ord6nez y Cifuentes


José Antonio Rueda
Pedro José Maria Borda

SIOHATARIOS DEL ACTA DE INDEPENDENCIA:

Diego Miguel Dussan


Benito Salas
Miguel Marfa Ortiz y Durán
Manuel Tello
José Antonio Amézqulta
Nicolás Maria de Lombo
José Manuel de Silva
José Rafael Cabrera
francisco Ramón Parra
Nicolás Antonio Diaz

SIONATARIOS DE LA CONSTITUCiÓN DE NEIVA:

Jorgt Hermida
losé Antonio Bamiro
Pedro félix Durán
francisco félix Serrano
José Miguel Núftez Ortiz
francisco López
Julián José Parga
Miguel Antonio Cuenca
José Rafatl Cabrera
José Marfa López Carvallo
José Manuel Alvarez
Fortunato Manuel de Gamba "I Valencia
175 -

MAlmRES DE NEIVA:

Luis ¡osé Garcia


Fernando Salas
Benito Salas
José Diaz
José Marla Lóptz
Francisco López
Manuel Tello
Nicolás Monsalve

SUJETOS BENEMÉRITOS:

LuiS Caicedo y Flórez


Miguel José Montalvo
Rafael Cuervo
Evaristo Borrero

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