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Cuando una especie desaparece, se genera un efecto dominó que afecta a otras especies y
al ecosistema en su conjunto. Este fenómeno no solo pone en riesgo la estabilidad de la
naturaleza, sino también nuestra propia supervivencia, ya que dependemos de los servicios
que los ecosistemas nos brindan, como el aire limpio, el agua potable y los alimentos.
Amenazas a la biodiversidad
Las actividades humanas han alterado drásticamente los hábitats naturales, convirtiéndolos
en espacios fragmentados o completamente destruidos. La deforestación para la
agricultura, la urbanización descontrolada y la sobreexplotación de recursos naturales son
algunas de las principales causas de la pérdida de biodiversidad. Además, el cambio
climático ha acelerado este proceso, alterando patrones de temperatura y precipitación que
muchas especies no pueden soportar.
Conclusión
La biodiversidad es el tejido que conecta todas las formas de vida en la Tierra, incluyendo la
nuestra. Protegerla no es solo un deber ético, sino una necesidad para garantizar la
estabilidad del planeta y el bienestar de las futuras generaciones. En un mundo donde las
amenazas son cada vez mayores, es crucial actuar con urgencia, reconociendo que
nuestras decisiones, por pequeñas que sean, tienen un impacto directo en el equilibrio de la
naturaleza.