Hume Dales

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HUMEDALES

¿Qué son los humedales y por qué es importante conservarlos?


Los humedales son áreas que permanecen en condiciones de inundación o con suelo saturado con agua durante períodos
considerables de tiempo. Si bien este término engloba una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten
una propiedad primordial: el agua es el elemento clave que define sus características físicas, vegetales, animales y sus
relaciones.
El agua puede provenir del mar, de los ríos, las lluvias o de napas subterráneas. Los humedales se distinguen también por las
características particulares de sus suelos y por la presencia de plantas y animales adaptados a las condiciones de inundación o
de alternancia de períodos de anegamiento y sequía. De esta manera, los humedales no son necesariamente transiciones entre
los sistemas acuáticos y terrestres, sino que poseen características estructurales y funcionales propias, que los diferencian de
unos y otros.
A nivel global, se calcula que los humedales cubren aproximadamente 12,1 millones de km2. Sin embargo, la Perspectiva
Mundial sobre los Humedales estima que su extensión ha disminuido rápidamente, con pérdidas del 35 % desde 1970. Esta
pérdida o degradación de los humedales tiene efectos negativos en la naturaleza y las personas. Las principales presiones sobre
los humedales se relacionan con cambios en el uso del suelo (urbanización, deforestación, rellenos, etc.), alteraciones en la
dinámica del agua (por extracción, intercepción, desvíos, etc.), extracciones (pesca, maderas, pasturas, etc.), contaminación
(agrícola, industrial y doméstica), introducción de especies exóticas invasoras y el cambio climático.
¿Por qué es importante conservarlos?
Los humedales contribuyen de modo decisivo al bienestar humano al desempeñar funciones de las cuales se derivan múltiples
beneficios.
 Diversidad biológica. Muchas especies de flora y fauna silvestres dependen completamente de los humedales. Son
hábitats de suma relevancia para especies migratorias como las aves y cobijan a especies amenazadas. Algunos poseen
una alta proporción de especies endémicas, es decir que no se encuentran en ninguna otra parte del mundo.
 Amortiguación de las inundaciones. Los humedales desempeñan un papel importante en el control de las
inundaciones. Pueden actuar como esponjas, al absorber el agua de las lluvias y las crecientes de los ríos, y permitir
que se filtre más lentamente a través del suelo y la vegetación, reduciendo con ello la velocidad y el volumen del agua
que fluye aguas abajo.
 Mitigación y adaptación al cambio climático. Los humedales desempeñan funciones críticas en la mitigación del
calentamiento global. Por un lado, son importantes sumideros de carbono y, por ende, su destrucción libera gases de
efecto invernadero, en tanto que su restauración y creación se traduce en la retención de más gases de efecto
invernadero. Por otra parte, los humedales cumplen un rol fundamental en la adaptación al cambio climático, ya que
amortiguan el efecto de las tormentas y las inundaciones.
 Abastecimiento de agua. Los humedales retienen y almacenan agua, disponible para consumo humano, producción y
sostenimiento de la vida silvestre. Cuando los humedales se encuentran situados sobre sedimentos y rocas permeables,
el agua que retienen se filtra a través del suelo y recarga los acuíferos. Además, al retener sedimentos y nutrientes,
muchos humedales actúan como filtros que pueden eliminar sustancias tóxicas de los cuerpos de agua.
 Valores culturales. Como proveedores de agua y muchos otros bienes y servicios, la población se ha asentado
históricamente en zonas de humedales, desde los pueblos originarios hasta la actualidad, desarrollando un rico y
diverso patrimonio cultural. Muchos humedales son sitios de gran relevancia arqueológica e histórica.
 Provisión de alimentos, materiales y medicinas. Los humedales generan gran variedad de productos de plantas,
animales y minerales que son utilizados por personas de todo el mundo. Los productos de los humedales varían desde
los alimentos básicos como el pescado, hasta la madera de construcción, leña, aceite vegetal, sal, plantas medicinales,
tallos y hojas para la fabricación de tejidos, y forraje para animales. La intensidad y escala con que se cosechan y
emplean esos productos varía enormemente, pudiendo intervenir en el proceso desde usuarios de subsistencia, cuya
intensidad de producción es reducida, hasta explotaciones comerciales intensivas. Los humedales juegan un papel
fundamental como sustento de los peces y de la pesca tanto a nivel comercial como de subsistencia.
 Estabilización de costas y protección contra tormentas. Las marismas salobres y otros humedales costeros sirven
como primera línea de defensa contra las tormentas, reduciendo el impacto de las olas; mientras que las raíces de las
plantas fijan los sedimentos y retienen nutrientes. En el caso de los deltas, la sedimentación permite la creación de
nueva tierra.
 Recreación y turismo. La belleza natural y la diversidad de la vida animal y vegetal de muchos humedales hacen que
sean lugares de destino turístico y recreativo muy apreciado. En muchos casos permiten generar ingresos a economías
regionales y son sitios de relevancia para desarrollar actividades de educación ambiental.
Humedales en Argentina
La gran extensión del país y su variedad de climas y relieves determinan la presencia de una importante abundancia y
diversidad de humedales. Pueden encontrarse conformando grandes extensiones, en forma de paisajes de humedales,
reconocidos y valorados por los múltiples servicios ecosistémicos que brindan (como el Delta del Paraná, la región del Iberá,
etc.), pero también como pequeños humedales ubicados en zonas áridas (mallines, vegas, barreales, etc.) de gran importancia
local como proveedores de agua dulce, forraje para fauna y ganado, hábitat de diversidad biológica, etc.
La Argentina aprobó la Convención sobre los Humedales en 1991, a través de la Ley n.º 23.919 (con sus enmiendas en la Ley
n.º 25.335). A la fecha, el país designó 23 Humedales de Importancia Internacional o Sitios Ramsar, que abarcan una superficie
total de 5.687.651 hectáreas. La administración de estos sitios se encuentra, según corresponda, a cargo de las jurisdicciones
provinciales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o la Administración de Parques Nacionales, en el caso de las áreas
naturales protegidas comprendidas por la Ley n.° 22.351. Entre ellos se encuentran los humedales de Península Valdés en
Chubut –declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO–, Laguna de los Pozuelos en Jujuy, Palmar de Yatay
en Entre Ríos, Lagunas y Esteros del Iberá en Corrientes o la Reserva Ecológica Costanera Sur –destacada por ser una reserva
urbana– en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El último sitio designado fue la Reserva Natural Villavicencio, en la
provincia de Mendoza.
Asimismo, el país participa de la Iniciativas Regionales Ramsar para la conservación y uso sostenible de los humedales
fluviales de la Cuenca del Plata (junto con Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de los humedales altoandinos (junto con
Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú y Venezuela).

¿Humedales protegidos o destruidos? La contradicción del “Proyecto pospandemia”


En Escobar, provincia de Buenos Aires, el Estado promueve una actividad motorizada por las empresas inmobiliarias que están
depredando los humedales. Mientras se multiplican los barrios náuticos, se complejiza el acceso a ecosistemas sanos, al agua
segura y a la vivienda para los sectores empobrecidos de la zona.
Mañana jueves 28 de octubre comienza Expo Escobar, actividad promocionada por el intendente del partido homónimo, Ariel
Sujarchuk y por la provincia de Buenos Aires. El evento es abierto a todo público, "tanto al ámbito educativo, como empresas
y público en general" que quieran conocer sobre desarrollo inmobiliario, industria del conocimiento, innovación sostenible,
sector productivo, industrial y comercial”. Tendrá lugar en la localidad de Escobar hasta el sábado 30. La actividad convocará
a importantes sectores del gobierno, inclusive al presidente Alberto Fernández, a grandes empresas inmobiliarias que tendrán
un rol protagónico en un espacio pensado para analizar el futuro después del coronavirus. Sin embargo, los problemas
socioambientales que genera la proliferación de los barrios náuticos en la zona no forman parte de la agenda.
Será un espacio con 60 coloquios y más de 200 disertantes "para debatir sobre finanzas personales, criptomonedas, las
perspectivas futuras del desarrollo económico nacional, la planificación estratégica de los emprendimientos urbanos, el
impacto de la virtualidad en el mundo laboral y educativo, las nuevas industrias de la cultura y el entretenimiento, el desarrollo
de la industria del conocimiento, las energías limpias y el lugar de la Argentina en el mundo pospandemia", puede leerse en la
web del evento. Sujarchuk lo calificó como ”el evento de negocios más grande de la Argentina”.
Una feria de empresas y gobiernos
En un mensaje inequívoco sobre los objetivos de la Feria, Sujarchuk explicó: “En Expo Escobar vamos a dialogar para dejar en
claro qué modelo de país vamos a construir después de la pandemia”. Para despejar toda duda acerca de quiénes serían (y
quiénes no) los encargados de “dejar en claro” la cuestión, expresó que “nos proponemos garantizar un ámbito de encuentro
donde Gobierno y oposición, empresas y sindicatos, establezcan los consensos sobre el modelo de producción nacional”.
El evento convocará a la plana mayor del Gobierno: inaugurará el presidente Alberto Fernández y estarán presentes el
gobernador de Buenos Aires Axel Kiciloff, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible Juan Cabandié, y un numeroso
contingente de destacados funcionarios nacionales y provinciales.
Del examen del programa surgen algunas claves de lectura significativa para ayudar a interpretar cuál es ese modelo
pospandemia que se propone, traducido a la realidad local. De las 25 mesas temáticas anunciadas, once están dedicadas al
“desarrollo inmobiliario”. En contraste, solo una mesa aborda el tema educación y otra el tema infraestructura. El bloque
dedicado al “desarrollo sostenible”, por su parte, se sostiene en exposiciones de representantes de “empresas triple impacto“ y
“Sistema B”. No parece haber en cambio, un bloque destinado a las estrategias de políticas públicas que son absolutamente
necesarias para alinear el “triple impacto”, por ejemplo la incorporación de contabilidad ambiental, la internalización de costos
ambientales y el fortalecimiento de los mecanismos de control por parte de la sociedad. Ante la crisis sistémica ambiental y
social generada por la acción del capital, la salida es nuevamente confiada al capital.
Haciendo un análisis más detallado, de las once mesas dedicadas al tema inmobiliario, solo una aborda el problema del acceso
a la vivienda, un grave déficit del distrito, mientras que las restantes están dominadas por las grandes corporaciones
inmobiliarias y los bancos que financian su expansión. El propio intendente Sujarchuk abrirá el Panel Inmobiliario, que cuenta
con dos mesas con representantes de las grandes “Desarrolladoras” de barrios náuticos, EIDICO Y Consultatio (Puertos).
Particularmente llamativa resulta la mesa denominada: “Panel Sustentabilidad: el triple impacto positivo en los desarrollos
urbanos”, que la mediática Josefina Pouso, coordinadora del programa municipal de voluntariado “Protectores Ambientales”,
compartirá con Diego Lanusse (EIDICO) y Nicolás Warren (Puertos). Resulta difícil imaginar cuál podría ser el diálogo
posible entre la protectora ambiental y los representantes de dos de las principales empresas arrasadoras seriales de
ecosistemas de humedales en el partido de Escobar, Tigre y Pilar, entre otros.
Resulta igualmente arduo identificar, cuál sería el “triple impacto positivo” de su accionar depredatorio y apropiador de los
bienes comunes. Más fácil, en cambio, es imaginar el desconcierto de los voluntarios y las voluntarias que de buena fe se
incorporaron al programa municipal con el objeto de colaborar con la protección del ambiente.
Ecosistemas en peligro
Si hay un “triple impacto” que estos emprendimientos producen y que puede señalarse inequívocamente, es sobre los servicios
ecosistémicos, sobre el agua subterránea y sobre el acceso a la vivienda para los sectores populares.
En el primer caso, nos referimos a los servicios que los ecosistemas -en este caso, los humedales del partido de Escobar-
brindan a la sociedad en su conjunto. Por ejemplo, la depuración del agua, la captura de carbono, la regulación del clima e
inundaciones, además de valores recreativos, culturales y usos económicos sostenibles, entre muchos otros. Según las
estimaciones del economista norteamericano Robert Costanza, la pérdida de los servicios ecosistémicos brindados por las
3000 hectáreas de humedales ya destruidas – o en proceso de serlo- en Escobar por parte de estos “emprendedores” representan
una pérdida económica para la sociedad en su conjunto de 60 millones de dólares anuales, equivalente a dos terceras partes del
presupuesto público del Municipio. Algunas cuentas sólo cierran cuando no se hacen completas.
Lagunas artificiales y barrios sin agua
El segundo impacto es sobre el elemento más preciado para la vida: el agua. De acuerdo a cálculos realizados por la
Organización de Ambientalistas Autoconvocados (OAA) y S.O.S Humedales, basados en observaciones y mediciones en el
terreno, para excavar las 300 hectáreas de lagunas artificiales que hoy perforan por doquier el territorio antes ocupado por
humedales, se han extraído unos 180 mil millones de litros de aguas subterráneas. Es un volumen suficiente para abastecer el
consumo domiciliario total de dos millones y medio de personas durante un año.
La falta de evaluaciones y controles por parte de los organismos estatales impide conocer el real alcance e impacto de este
derroche de agua escandaloso y banal, que se sigue produciendo en la medida en que estas lagunas siguen conectadas a los
acuíferos. Sin embargo, los estudios hidrogeológicos destacan que en la zona de los bajíos ribereños de Escobar, donde se
asientan estos emprendimientos, el techo del acuífero Puelches puede encontrarse desde una profundidad de 15 metros.
Numerosas fotografías tomadas durante las excavaciones demuestran que las lagunas artificiales alcanzan profundidades de
hasta 20 o 25 metros, alertando sobre la posibilidad de alumbramiento del acuífero -es decir, de que quede expuesto al aire
libre. De tal modo, las obras en esos desarrollos inmobiliarios generan un riesgo de depresión de nivel y de contaminación del
acuífero Puelches, un verdadero santuario hidrogeológico del cual se abastece toda la población del partido y de gran parte del
área metropolitana de Buenos Aires
Es difícil determinar -y los organismos de control no lo han hecho- el impacto de esta descomunal extracción en las zonas
bajas de descarga, sobre la disponibilidad y calidad de las aguas en las áreas vecinas. Significativamente, en el Cazador, barrio
ubicado sobre las barrancas linderas a la zona devastada por estas empresas, un estudio sobre un centenar de
perforaciones arrojó preocupantes niveles de contaminantes típicamente provenientes de niveles superiores, en especial
nitratos, nitritos y arsénico. El déficit en la calidad de agua está difundido en casi todo Escobar, distrito que además posee
bajísimos índices de cobertura de agua potable y cloacas. Este problema se agrava en las familias que habitan barrios
carenciados, frecuentemente asentados cerca de basurales y otras fuentes de contaminación, que no disponen de recursos para
comprar agua embotellada y quedan expuestas a graves problemas de salud asociados al agua, aun ante el mero contacto con la
piel. Así lo vienen denunciando los propios pobladores de esa zona. El derroche de agua en las lagunas recreativas de los
barrios náuticos cobra así obscenas dimensiones de inmoralidad
Casas para ricos
El relato construido por la coalición urbana conformada por gobiernos y especuladores del suelo, frecuentemente ha
reivindicado esta forma de urbanismo neoliberal, como proveedora de “fuentes de trabajo” y de “soluciones habitacionales”
para el distrito. La primera falacia resulta evidente, ya que la creación de empleos temporales principalmente está asociada a la
construcción de viviendas particulares y no a la fase de la infraestructura de los emprendimientos en sí, por lo que la creación
de empleo en la construcción podría ser igualmente motorizada promoviendo la densificación urbana o en planes de vivienda
social.
Lo cierto es que a más de diez años del desembarco masivo de estos mercaderes de suelos en Escobar, la posibilidad de acceso
a la vivienda para los sectores populares es cada vez más lejana, ante un creciente proceso de gentrificación que dispara los
precios de la tierra. La gentrificación es una dinámica por la cual la expansión urbana se centra en los sectores medio y altos de
la población. Esto produce un aumento del precio de la tierra y pautas de cambios en las prácticas urbanas, que si bien no
necesariamente expulsan a los sectores populares (porque están insertos en la economía local, aunque sea informal) sí produce
grados crecientes de segregación y marginalización.
Ello se conjuga con la falta de voluntad o capacidad planificadora del territorio por parte del Estado, rol que más allá de los
discursos y del trabajo serio y comprometido de algunos equipos técnicos municipales, a la hora de la decisión política, sigue
siendo cedido sin disputa a las empresas inmobiliarias.
Después de la pandemia, ¿qué?
Ya muy temprano en los primeros meses de la pandemia, el Panel Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios
Ecosistémicos (IPBES) había advertido que la degradación y destrucción de los ecosistemas naturales se encuentra en la raíz
de la aparición y expansión de la actual pandemia y, con alta probabilidad, de las futuras. Ya sabemos además, que esa
destrucción y degradación es la causa de gran parte de los gravísimos problemas ambientales que hoy ponen a la humanidad al
borde del colapso civilizatorio, incluyendo el cambio climático.
Si la ley Yolanda -cuyo objeto es la capacitación en perspectiva ambiental para quienes desempeñan funciones en el Estado-
está tardando demasiado en llegar a sus destinatarios, o si se trata de una dificultad objetiva para imponer políticamente otras
pautas de desarrollo, es algo que se podrá evaluar con el tiempo. Pero hay algo seguro: si este es el mundo pospandemia que
proyecta la dirigencia política y empresarial, hay razones de sobra para preocuparse.
*Pablo Varela es biólogo, miembro de ASAUEE (Asociación Argentino-Uruguaya de Economía Ecológica) y de la
Organización de Ambientalistas Autoconvocados.

1) ¿Qué es un humedal?
2) ¿Cuál es su importancia para los seres humanos?
3) ¿Qué problema están atravesando?

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