Manual Virgen Peregrina
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oración
María, Sede de la Sabiduría
Amén
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Índice
pág.
Presentación................................................................ 08
Oraciones marianas..................................................... 26
Cantos marianos.......................................................... 32
3 Reflexión
Otro lector comparte a los asistentes
la reflexión sobre la lectura escuchada,
dando espacio a la meditación personal.
4 Petición
Otro lector dirige la petición
correspondiente a ese día, permitiendo
que la comunidad realice peticiones
personales en voz alta.
5 Oración final
El guía invita a terminar la oración rezando
la oración de María, Sede la Sabiduría.
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primer día
María, Madre
de la Iglesia
Inicio
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reflexión
En los Evangelios, cada vez que se habla de María, se habla de la “madre de
Jesús”, y aunque en la Anunciación no se dice la palabra “madre”, el contexto
es de maternidad. Al final de su vida, Jesús la da como madre a los suyos en la
persona de Juan: “Yo me voy, pero esta es vuestra madre”». He ahí, por tanto,
la maternidad de María. Los padres de la Iglesia han entendido bien esto: la
maternidad de María no termina en ella; va más allá. La dimensión femenina
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de la Iglesia se entiende gracias a la actitud de María como su madre, que
cuando no está, pierde su verdadera identidad y se convierte en cualquier
otra asociación, pero no en Iglesia que es “mujer” porque es madre, capaz de
“dar a luz”. Una Iglesia que es madre va por el camino de la ternura; conoce el
lenguaje de tanta sabiduría, de las caricias, del silencio, de la mirada que sabe
de compasión y también un alma. Una persona que vive esta pertenencia a
la Iglesia, sabiendo que también es madre, debe ir por el mismo camino: una
persona mansa, tierna, sonriente y llena de amor.
Petición
María, Madre de la Iglesia, queremos pedirte que nos ayudes a tener un
corazón lleno de ternura, humildad y de acogida para que cooperemos así en
ser una Iglesia con un corazón de madre.
R. Con María, roguemos al Señor.
V. Escúchanos, Señor, te rogamos.
Oración Final
R. Recemos juntos la oración de María, Sede de la Sabiduría.
María como
Madre de la Iglesia
María, Madre
de la Iglesia
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segundo día
María, Madre
de Dios
Inicio
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reflexión
“La palabra madre (mater) hace referencia también a la palabra materia. En
su Madre, el Dios del cielo, el Dios infinito se ha hecho pequeño, se ha hecho
materia, para estar no solamente con nosotros, sino también para ser como
nosotros. He aquí el milagro, he aquí la novedad: el hombre ya no está solo;
ya no es huérfano, sino que es hijo para siempre. (…) Es el gozo de saber que
nuestra soledad ha sido derrotada. Es la belleza de sabernos hijos amados, de
conocer que no nos podrán quitar jamás esta infancia nuestra. Es reconocerse
en el Dios frágil y niño que está en los brazos de su Madre y ver que para el Señor
la humanidad es preciosa y sagrada. Por lo tanto, servir a la vida humana es
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servir a Dios y que, toda vida, desde la que está en el seno de la madre hasta
que es anciana, la que sufre y está enferma, también la que es incómoda y
hasta repugnante, debe ser acogida, amada y ayudada”.
Petición
María, Madre de Dios, te pedimos que siempre nos reconozcamos como hijos
amados de Dios, y que nos enseñes a hacer de nuestro lugar de trabajo un
espacio de servicio y acogida para todos y todas.
R. Con María, roguemos al Señor.
V. Escúchanos, Señor, te rogamos.
Oración Final
R. Recemos juntos la oración de María, Sedes Sapientiae.
Por Papa
Celestino I
En el
Concilio de Éfeso
Maternidad divina
de María
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tercer día
Yo soy la
Inmaculada
Concepción
Inicio
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reflexión
“María Inmaculada nos habla de la alegría, esa alegría auténtica que se
difunde en el corazón liberado del pecado. El pecado lleva consigo una tristeza
negativa que induce a cerrarse en uno mismo. La Gracia trae la verdadera
alegría, que no depende de la posesión de las cosas, sino que está enraizada
en lo íntimo, en lo profundo de la persona y que nadie ni nada pueden
quitar. El cristianismo es esencialmente un «evangelio», una «alegre noticia»,
es el anuncio de la victoria de la Gracia sobre el pecado; de la vida sobre la
muerte. Es necesario aprender a decir no a la voz del egoísmo y a decir sí a la
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del amor auténtico. La alegría de María es plena, pues en su corazón no hay
sombra de pecado. Esta alegría coincide con la presencia de Jesús en su vida:
Jesús concebido y llevado en el seno, después niño confiado a sus cuidados
maternos, luego adolescente y joven y hombre maduro; Jesús a quien ve partir
de casa, seguido a distancia con fe hasta la Cruz y la Resurrección: Jesús es la
alegría de María y es la alegría de la Iglesia, de todos nosotros”.
Petición
María, Madre Inmaculada, te encomendamos a todos los miembros de
nuestra Iglesia y, de manera especial, al Papa Francisco. Renuévanos en
nuestro llamado de vivir y anunciar con alegría las maravillas que Dios hace
con nosotros.
R. Con María, roguemos al Señor.
V. Escúchanos, Señor, te rogamos.
Oración Final
R. Recemos juntos la oración de María, Sedes Sapientiae.
María, Virgen
Inicio
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reflexión
“«La Virgen María no solo concibió al Hijo de Dios, sino que lo hizo por obra del
Espíritu Santo, es decir, de Dios mismo. El ser humano que comienza a vivir
en su seno toma la carne de María, pero su existencia deriva totalmente de
Dios. Es plenamente hombre, pero viene de lo alto, del cielo. El hecho de que
María conciba permaneciendo virgen es, por consiguiente, esencial para el
conocimiento de Jesús y para nuestra fe, porque atestigua que la iniciativa fue
de Dios y sobre todo revela quién es el concebido. En este sentido, la virginidad
de María y la divinidad de Jesús se garantizan recíprocamente. María es
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superada infinitamente por el Misterio y sin embargo, ocupa perfectamente el
lugar que le ha sido asignado en su centro. El «sí» de María implica a la vez la
maternidad y la virginidad, y desea que todo en ella sea para gloria de Dios, y
que el Hijo que nacerá de ella sea totalmente don de gracia»”.
Petición
María, Virgen y Madre, queremos pedirte por nuestra comunidad UC y de
modo especial por sus miembros y familiares difuntos, para que Dios les
conceda la gracia de conocer su rostro. Que cada día seamos una comunidad
más humana, consagrada a la verdad y movida por la misericordia.
R. Con María, roguemos al Señor.
V. Escúchanos, Señor, te rogamos.
Oración Final
R. Recemos juntos la oración de María, Sedes Sapientiae.
RATIFICADO VERDAD DE FE
La Asunción
de María
Inicio
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Reflexión
“El misterio de la Asunción de María en cuerpo y alma se inscribe
completamente en la resurrección de Cristo. La humanidad de la Madre
ha sido «atraída» por el Hijo en su paso a través de la muerte. Jesús entró
definitivamente en la vida eterna con toda su humanidad, la que había
tomado de María; así ella, la Madre, que lo ha seguido fielmente durante toda
su vida, lo ha seguido con el corazón, ha entrado con él en la vida eterna.
María también ha vivido la pasión del Hijo hasta el fondo del alma. Ha
estado completamente unida a él en la muerte y por eso ha recibido
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el don de la resurrección. Cristo es la primicia de los resucitados y
María es la primicia de los redimidos, la primera de «aquellos que son
de Cristo». Es nuestra Madre, pero también podemos decir que es
nuestra representante, nuestra hermana, nuestra primera hermana,
la primera de los redimidos que ha llegado al cielo”.
Petición
María, Madre Asunta, te encomendamos a nuestras familias, su salud e
intenciones. Que nuestros hogares sean lugar de encuentro en la misericordia,
donde se viva la unión, la alegría y la ayuda recíproca.
R. Con María, roguemos al Señor.
V. Escúchanos, Señor, te rogamos.
Oración Final
R. Recemos juntos la oración de María, Sedes Sapientiae.
15 de agosto
Asunción de
la Virgen María
21
*
“Bienaventurada
Virgen María,
Madre de la Iglesia”
Decreto sobre la celebración de la
bienaventurada Virgen María, Madre de la
Iglesia, en el calendario, romano general
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La gozosa veneración otorgada a la Madre de Dios por la Iglesia en los tiempos
actuales, a la luz de la reflexión sobre el misterio de Cristo y su naturaleza propia,
no podía olvidar la figura de aquella Mujer (cf. Gálatas 4, 4), la Virgen María, que
es Madre de Cristo y, a la vez, Madre de la Iglesia. Esto estaba ya de alguna manera
presente en el sentir eclesial a partir de las palabras premonitorias de san Agustín
y de san León Magno. El primero dice que María es madre de los miembros de
Cristo, porque ha cooperado con su caridad a la regeneración de los fieles en la
Iglesia; el otro, al decir que el nacimiento de la Cabeza es también el nacimiento
del Cuerpo, indica que María es, al mismo tiempo, madre de Cristo, Hijo de
Dios, y madre de los miembros de su cuerpo místico, es decir, la Iglesia. Estas
consideraciones derivan de la maternidad divina de María y de su íntima unión a
la obra del Redentor, culminada en la hora de la cruz.
En efecto, la Madre, que estaba junto a la cruz (cf. Juan 19, 25), aceptó el testamento
de amor de su Hijo y acogió a todos los hombres, personificados en el discípulo
amado, como hijos para regenerar a la vida divina, convirtiéndose en amorosa
nodriza de la Iglesia que Cristo ha engendrado en la cruz, entregando el Espíritu. A
su vez, en el discípulo amado, Cristo elige a todos los discípulos como herederos
de su amor hacia la Madre, confiándosela para que la recibieran con afecto filial.
Por tanto, tal memoria deberá aparecer en todos los Calendarios y Libros litúrgicos
para la celebración de la Misa y de la Liturgia de las Horas: los respectivos textos
litúrgicos se adjuntan a este decreto y sus traducciones, aprobadas por las
Conferencias Episcopales, serán publicadas después de ser confirmadas por este
Dicasterio.
Oraciones
Marianas
«El cielo es nuestra morada definitiva.
Desde allí María, con su ejemplo,
nos anima a aceptar la voluntad de Dios […],
a no ceder ante las tentaciones del egoísmo
y del mal que apagan en el corazón
la alegría de la vida»2.
2
S.S. Benedicto XVI. Angelus en Solemnidad de la Asunción de María,
Castelgandolfo. 15 de agosto de 2005.
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Ave María Dios te salve, María…
Dios te salve, María, V. Ruega por nosotros Santa Madre de
Dios
llena eres de gracia,
R. Para que seamos dignos de alcanzar
el Señor es contigo;
las promesas y gracias de Nuestro Señor
bendita Tú eres
Jesucristo.
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto Oración:
de tu vientre, Derrama, Señor, tu gracia en nuestras
Jesús. almas y concede, a quienes hemos
Santa María, Madre de Dios, conocido por el anuncio del ángel la
ruega por nosotros, pecadores, Encarnación de tu Hijo Jesucristo, que
por su Pasión y su cruz alcancemos la
ahora y en la hora de nuestra muerte.
gloria de la Resurrección. Por el mismo
Amén. Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en unidad del Espíritu
Ángelus Santo, y es Dios, por los siglos de los
(para rezar al mediodía) siglos.
V. El Ángel del Señor anunció a María. Amén.
R. Y concibió por obra y gracia del
Espíritu Santo. Bendita sea tu pureza
Bendita sea tu Pureza
Dios te salve, María…
y eternamente lo sea
pues todo un Dios se recrea
V. He aquí la sierva del Señor.
en tan graciosa belleza.
R. Hágase en mí según tu palabra.
A Ti, celestial Princesa,
Dios te salve, María… oh Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
V. Y el Verbo se hizo carne alma, vida y corazón.
R. Y habitó entre nosotros. Míarme con compasión
y no me dejes Madre mía.
Amén.
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Misterios del Anuncio del siguiente Misterio
Gloria
Padre Nuestro
Anuncio del primer Misterio
Gloria
Padre Nuestro
Credo
31
*
Cantos
Marianos
Con acordes para guitarra
“Eres toda belleza, María.
Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica:
que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,
que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra
ciudad y al mundo entero”.
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María mírame
María mírame, María mírame DO SOL lam
si Tú me miras, Él también me mirará FA DO rem SOL
Madre mía mírame, de la mano llévame lam FA DO
muy cerca de Él, que ahí me quiero quedar. FA DO SOL DO
Oh María
Qué difícil es SOL RE
llevar una vida sin Tu presencia DO SI7 mim
qué difícil es comparar DO RE
tu imagen con la mía SI7 mim
sin Tu amor, sin Tu luz DO RE
qué sería de mí. SOL RE
35
Si por el mundo los hombres
sin conocerse van
no niegues nunca tu mano
al que contigo va
Cántico de María
Mi alma glorifica al Señor mi Dios DO SOL
gozase mi espíritu en mi salvador lam mim
Él es mi alegría es mi plenitud FA SOL DO lam
Él es todo para mí. FA SOL DO
MI
Ha mirado la bajeza de su sierva lam MI lam
muy dichoso me dirán todos los pueblos SOL DO
porque en mi ha hecho grandes maravillas LA7 rem
el que todo puede cuyo nombre es santo. lam MI lam SOL
Ave María
Un día del cielo un ángel a una virgen habló RE sim mim LA RE LA
le dijo si aceptaba ser madre del mismo Dios RE sim mim LA RE LA
la Virgen dijo humilde: “esclava soy del Señor” RE mim MI LA
Y Dios se hizo hombre y el hombre se hizo Dios RE mim SOL LA7 RE
37
*
La Virgen en medio de
nuestra comunidad
Peregrinación 2019
Decanato Derecho
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