OIR CON CUIDADO
OIR CON CUIDADO
OIR CON CUIDADO
Marcos 4:24 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por
diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
Hoy acentuamos la manera de predicar; pero el Señor Jesús prefería la manera de oír. El arte De escuchar es
tan difícil como el de predicar.
Este texto puede considerarse como un llamamiento a emplear la facultad del discernimiento. Atención a la
verdad y la verdad sola. Fuera la indiferencia respecto al alimento espiritual: úsese el discernimiento. Probad
los espíritus.
1 Juan 4:1; Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo.
Job 12:11. Ciertamente el oído distingue las palabras, Y el paladar gusta las viandas.
II. Un proverbio
“Con la medida que medís, os medirán otros.”
A la medida que te entregas a oír, ganarás por el oír.
Esta verdad queda probada e ilustrada considerando el resultado de la predicación.
1. Los que no tienen interés en la Palabra de Dios, la hallan sin interés alguno.
2. Los que desean hallar faltas, las hallarán sin dificultad en abundancia.
3. Los que buscan la verdad sólida, la aprenderán en todo ministerio fiel.
4. Los que tienen hambre espiritual, hallan alimento.
5. Los que acuden a oír con fe, quedan confirmados en la verdad.
6. Los que acuden contentos, hallan motivo de regocijo.
Pero nótese bien que nadie hallará bendición escuchando el error, ni tampoco oyendo la verdad de un modo
indiferente, o en el espíritu criticón.
III. Una promesa
“Será añadido a vosotros los que oís.”
Será añadido a vosotros que oís:
1. Más deseo de oír.
2. Más conocimiento y luz en orden a lo oído.
3. Más convicción de la verdad de lo predicado.
4. Más experiencia personal de la bendición que acompaña la Palabra.
5. Más regocijo al oír.
6. Más beneficio práctico de lo escuchado.
Dios concede más y más a los que aprecian lo que ya tienen.
En orden a la aplicación práctica, diremos:
Oye, pues tu sabiduría es conocer lo que Dios dice.
Oye bien, pues la doctrina divina merece la atención más profunda.
Oye con frecuencia, pues pérdida grande es dejar de frecuentar cualquier
culto o conferencia que se celebre durante la semana.
Oye mejor, pues esto contribuirá a tu edificación, santificación y aumento de dicha celeste.
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