1 JUAN

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PRIMERA ESPÍSTOLA UNIVERSAL DE SAN JUAN

APOSTOL

Autor: el apóstol Juan


Tema: Jesús es el hijo de dios. Aquellos que le siguen deben vivir en justicia.

Fecha: entre el 85 y el 96 d.C.

Versículo clave: «Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del
Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del
Hijo de Dios» (5.13).

Personas clave: Juan, Jesús


Estructura: 5 capítulos y 105 versículos.

Palabras claves: “comunión”; Amor”. El énfasis de 1 Juan es dejar claro que para que
un creyente tenga adecuada “comunión” con Dios, debe caminar en obediencia y
verdad. La correcta “comunión” con otros se manifiesta con “amor” unos por otros. Este
“amor” por otros es posible porque Cristo primero nos amó tanto como para entregar su
vida.

Trasfondo: además de las tres cartas que llevan su nombre, Juan también es autor del
cuarto evangelio y del libro de Apocalipsis. Esta carta de Juan fue escrita a las
congregaciones cristianas que estaban fundadas en verdad y fe, pero que recibían
ciertos desafíos de falsos maestros. El error que se estaba propagando es una filosofía
religiosa que se llamada gnosticismo, basado en la premisa de que toda la materia es
mala, y que el espíritu es bueno, y que el hombre progresará espiritualmente al
aumentar en conocimiento. Esto lleva a más enseñanzas falsas sobre Cristo,
declarando por ejemplo que él no pudo haberse encarnado porque la carne es mala.
Las teorías gnósticas mantienen que Jesucristo es un fantasma que solo parece tener
un cuerpo humano, o tiene una doble personalidad, a veces divina y a veces humana.
La misión de Juan aquí es combatir estos errores.

Propósito: Juan enfatiza que escribió para dar seguridad sobre la vida eterna a
aquellos «que creéis en el nombre del Hijo de Dios» (5.13). La incertidumbre de sus
lectores acerca de su condición espiritual tenía su origen en un conflicto no solucionado
con los maestros de una falsa doctrina. Juan se refiere a esas enseñanzas como un
engaño (2.26; 3.7) y a sus maestros como «falsos profetas» (4.1), mentirosos (2.22) y
anticristos (2.18, 22; 4.3). Alguna vez habían pertenecido a la iglesia, pero se habían
retirado (2.19) y habían «salido por el mundo» (4.1) a propagar su peligrosa herejía.
Contenido: En sus advertencias contra la herejía, 1 Juan hace énfasis en temas tales
como el amor, la luz, el conocimiento y la vida. Estas ideas principales se repiten a
través de toda la carta; el tema del amor se presenta como nota dominante. Poseer
amor es una clara evidencia de que se es cristiano, y la falta de amor indica que se está
en las tinieblas (2.9–11; 3.10–23; 4.7–21).
Juan afirma que Dios es luz, y el compañerismo con Él hace que se camine en la luz y
en verdadero compañerismo con los otros creyentes. El compañerismo con Dios y con
los creyentes permite que reconozcamos, mediante la unción de lo alto, las falsas
doctrinas y el espíritu del anticristo.
El compañerismo con Dios necesariamente camina en la luz y la obediencia de sus
mandamientos (1.6, 7; 2.3–5). «El que hace justicia es justo, como él es justo» (3.7),
mientras «todo aquel que no hace justicia... no es de Dios» (3.10). El amor del Padre y
el amor del mundo son totalmente incompatibles (2.15–17), y ninguno nacido de Dios
tiene el hábito de practicar el pecado (3.9; 5.18). Cristo es la antítesis del pecado, y Él
ha aparecido para quitar todos nuestros pecados (3.5).
En el capítulo 4 continúa el tema de discernir los espíritus; es decir, la identificación de
los falsos profetas que han salido al mundo (v. 1). Para probar a los espíritus debemos
preguntar a quien reconocen como salvador y señor. Todo espíritu que no reconozca
que Jesucristo es Dios encarnado no es de Dios (v. 3).
La epístola termina con el testimonio de Jesús, el Hijo de Dios. Jesús es el que vino. El
título oficial del Mesías es «Aquel que viene» o «Aquel que ha de venir» (Mt 11.3; 1 Jn
5.6). Juan lo identifica como Aquel que vino por medio del agua y la sangre, el Dios que
vino a morar con nosotros, el Verbo hecho carne.
Aplicación personal: En 1 Juan es prominente la nota positiva sobre la seguridad
cristiana. Veintidós veces se menciona el verbo «conocer». La verdad cristiana va más
allá de toda especulación, porque está irrevocablemente anclada en el acontecimiento
histórico de Jesucristo, y en el testimonio apostólico sobre ese acontecimiento.
Además, los cristianos han recibido la unción y el testimonio del Espíritu Santo para
confirmarles la verdad acerca de Dios, Cristo y su propia postura espiritual.
Tres pruebas demuestran lo genuino del cristianismo: la prueba de la fe (4.2), la prueba
de la obediencia (2.3) y la prueba del amor (4.20). Estas mismas cosas se afirman
negativamente. Aquel que profesa ser cristiano pero que no pasa la prueba de la fe
(2.22), la prueba de la obediencia (1.6) y la prueba del amor (4.20), es un mentiroso.
Juan resume las tres pruebas en 5.1–5, donde indica que una profesión de fe cristiana
es falsa a menos que se caracterice por una creencia verdadera, la obediencia a Dios y
el amor fraternal. La misma prueba es válida en nuestros días.
Características: Hay grandes similitudes entre el Evangelio de Juan y esta epístola. En
esta, el tono es fraternal y paternal, lo cual refleja la autoridad que dan los años y el
apostolado. El estilo es informal y personal, lo que revela la íntima relación del apóstol
con Dios y con su pueblo.
Cristo revelado: Juan enfatiza tanto la divinidad como la humanidad de Jesús. En la
epístola se declara que Dios entró por completo en la vida de los seres humanos a
través de Cristo. Una prueba del cristianismo es creer correctamente en la encarnación
(4.2, 15; 5.1).
Jesús es nuestro abogado ante el Padre (2.1). El pecado es incongruente con la vida de
un cristiano; sin embargo, si el creyente peca, Jesús atiende su caso.
Jesús es la ofrenda propiciatoria por nuestros pecados (2.2; 4.10). Véase la nota a
Romanos 3.25.
Jesús también es Salvador, enviado por Dios para rescatarnos de nuestros pecados
(1.7; 3.5; 4.14). Sólo a través de Él podemos tener vida eterna (5.11, 12).
Juan presenta la Segunda Venida de Jesús como un incentivo para permanecer firmes
en la fe (2.28), y da seguridad de que nuestra completa transformación a imagen de
Cristo ocurrirá a su regreso.
El Espíritu Santo en acción: Juan describe en su epístola el triple ministerio del
Espíritu Santo. Primero, Dios da el Espíritu para fortalecer nuestra relación con Cristo,
ya sea que Él more en nosotros (3.24), o que nosotros moremos en Él (4.13). Segundo,
el Espíritu Santo testifica de la realidad de la encarnación de Cristo (4.2; 5.6–8).
Tercero, el Espíritu guía a los verdaderos creyentes a la plena realización de la verdad
concerniente a Jesús, para que puedan oponerse exitosamente a los herejes que
niegan esa verdad (2.20; 4.4).
Bosquejo del contenido:
I. La encarnación 1.1-10
A. Dios tomó forma humana y se hizo carne 1.1-4
B. Dios es luz 1.5-10
II. La vida del justo 2.1-29
A. Caminar en la luz 2.1-17
B. Advertencia en contra del espíritu del anticristo 2.18-29
III. La vida de los hijos de Dios 3.1-4.6
A. Justicia 3.1-12
B. Amor 3.13-24
C. Creer 4.1-6
IV. La fuente del amor 4.7-21
V. El triunfo de la justicia 5.1-5
VI. La seguridad de la vida eterna 5.6-12
VII. Certidumbres cristianas 5.13-21
Verdades en acción:

 Pasos para mostrar el amor de Dios: Dios se nos reveló a través de Jesucristo,
para que pudiéramos tener la luz de la vida gracias a la presencia del Espíritu Santo.
Nuestra misión es permitir que la luz permanezca en nosotros y siga resplandeciendo
para la gloria de Dios. Esto ilumina la vida de otros, y extiende la comunidad de Dios.
El amor hacia otras personas es la señal segura de que Dios vive en nosotros y de
que gozamos del compañerismo de su amor.
 Pasos hacia la santidad Vivir en el mundo sin participar del espíritu del mundo es el
llamado cristiano. Cuando el Espíritu de Dios nos revela la verdadera pobreza
espiritual en que vive el mundo, es más fácil vencer las tentaciones que buscan
seducimos a volver a esa condición. Cuando comprendemos la plenitud de nuestra
herencia en Cristo, se revela toda la pobreza de la oferta del mundo. Cuando
depositamos de verdad nuestros sentimientos en Dios, los deseos de la carne dejan
de ser un problema. A diferencia de la mujer de Lot, que rechazaba renunciar al
mundo, levantemos nuestra vista hacia la esperanza gloriosa del amor, la vida y la luz
donde Dios eternamente reina.
 Claves para una vida sabia El sabio se toma tiempo para discernir sobre el espíritu
que está detrás de toda enseñanza o palabra. A menos que se profese la encarnación
real de Jesucristo, el Hijo de Dios nacido virginalmente, tal espíritu no es de Dios. El
fruto de la fe es obediencia a los mandamientos de Dios, y el resultado de obedecer a
Dios se manifiesta en el amor por los demás.
 Lecciones clave en la fe La fe se basa en el conocimiento de Dios y de su carácter.
El espíritu del mundo está en oposición a Dios. Cuando determinamos mantenernos
firmes en la fe, el mundo pierde el control que ejerce sobre nosotros.
 Claves para una vida dinámica en la iglesia La unidad es una clave del poder de la
iglesia local. El enemigo busca destruir su unidad introduciendo confusión en las
congregaciones para crear divisiones y pugnas. Cuando los cristianos rehúsan
acusarse o rechazarse mutuamente, prefiriendo perdonarse y amarse unos a otros, la
unidad reemplaza a las pugnas, y la iglesia recibe el poder del Espíritu.

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