de Génesis a Belén
de Génesis a Belén
de Génesis a Belén
1. En el principio.
Las primeras palabras del libro de Génesis son
“en el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Gen.1:1)
– lo cual plantea ya una aclaración importantísima:
No siempre fueron así las cosas. No siempre existieron las
cosas – hubo un tiempo en que no hubo ni cielos ni tierra.
Pero no es lo mismo decir que no había nada a decir que
no había nadie – había alguien; un Dios soberano y
creativo capaz de producir belleza, orden y toda clase de
cosas (visibles e invisibles) de la nada.
La majestad de la creación por tanto, no es producto
del azar, ni consecuencia del accidente – hubo un
proyecto, y un supremo arquitecto – planeando cada
aspecto de la creación y de la historia.
Y en esta historia, el gran Dios se propuso no sólo
darse a conocer como creador, sino también como
redentor; ahí estuvo en los planes de Dios cada primavera
y cada verano, cada amanecer y cada anochecer – se le
puso fecha a cada eclipse, se le encontró espacio a cada
huevo y a cada flor, se programó la temporada de cada
fruto y legumbre; se hicieron los diseños de cada insecto,
bestia, ave y pez – además del diseño de quien sería
portador de la imagen del creador, Su representante y
embajador. Y se anotó además una fecha importante y
trascendental; se agendó la navidad – antes que las aves
surcaran los cielos, antes que apareciera el arcoíris, antes
que brotaran las flores, incluso antes que el hombre se
escondiera de Dios, la navidad ya había sido programada.
Ahí estuvo el Verbo “en el principio” (Juan 1:1-2), ahí
participó el Hijo con su creatividad, como heredero
mismo de la creación (Col.1:15-16) - Ahí estuvo el Cordero,
dispuesto y preparado desde la eternidad para entrar al
rescate de la creación (1Pedr.1:18-20).
Según la tradición, la temporada de adviento - ese
lapso de espera por Jesús – comienza cuatro domingos
antes de Navidad. Pero para Dios, la temporada de
adviento comenzó desde la eternidad. Toda la historia fue
planeada alrededor de este evento; el momento en que
Dios se hizo hombre para redimirnos. Si la creación ya era
“buena en gran manera”, la redención nos reveló mayores
sorpresas: nuestro creador nos ama al grado del sacrificio.
…con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero
sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de
la fundación del mundo. (1Pe. 1:19-20)
zvxbwsa
3. La maldad de los hombres…
“Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha
en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del
corazón de ellos era de continuo solamente el mal. Y se
arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le
dolió en su corazón” (Gen 6:5-6)
zoxbzga
4. Ahora pues, descendamos…
“Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una
torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre,
por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra”.
(Gen 11:4)
zvxbwsa
5. No temas
…vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo:
No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande. (Gen 15:1).
z x
8. Anda delante de mí
Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé
perfecto. (Gen 17:1)
MIRAD
por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo
os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor,
la cual él ganó por su propia sangre.
(Hechos 20:28)