La Guerra Nacional
La Guerra Nacional
La Guerra Nacional
provocando, adems, la reflexin sobre el sentido de nacin en un contexto internacional muy difcil, pues la
hegemona de los Estados Unidos y otras potencias estaba lejos de opacarse.
El sentimiento nacional estaba todava muy fragmentado, y predominaban, an despus de la guerra, las lealtades
locales y partidistas. La tarea de los intelectuales fue, pues, hacer trascender a las masas el sentimiento nacional,
sacando lecciones de la invasin filibustera y de la unidad centroamericana.
En su discurso del 8 de noviembre de 1857, ante la Asamblea Constituyente, los intelectuales Gregorio Jurez y
Rosalo Corts dijeron que era necesario olvidar las causas de la guerra y enfatizar la unidad y el herosmo de la
Guerra Nacional:
La historia de los tres aos que acabamos de atravezar, debera para siempre sepultarse en el olvido, con todas
nuestras locuras, torpezas y desvaros, si ella no envolviese la gloriosa campaa nacional que dio a los ejrcitos
aliados de todos los Estados de Centro Amrica, la ocasin ms propia, para hacer que el lustre de sus armas
reflejase esplendente por todos los ngulos de la tierra Consrvese slo, de esos tres aos, tanto honor, tanta
generosidad en lo que ha cabido su parte a Nicaragua; brrese todo lo dems, cuyo nombre y clasificacin
ignoramos; y procedamos a hablar de la poca presente, que data del 24 de junio del corriente ao.
La firma de la capitulacin estableca que Walker se renda ante fuerzas de los Estados
Unidos, y que l y su estado mayor, saldran de Nicaragua con sus armas, con lo cual
Walker no se rindi ante las fuerzas aliadas, sino ante el representante del gobierno de
EE UU.
El 5 de mayo de 1857 Walker parti de San Juan del Sur en la corbeta St. Marys hacia
Panam, desde donde se embarcara hacia Estados Unidos y es recibido como un
hroe en Nueva York. Desde EE UU Walker reorganizara sus fuerzas e intent tres
veces regresar a Nicaragua, pero en su ltimo intento fue capturado, gracias al apoyo
de la marina britnica y entregado a las autoridades hondurea. Fue fusilado en 1860
en puerto Trujillo, Honduras.
Desde entonces, los gobiernos de turno se han limitado a idealizar la batalla de San
Jacinto, en detrimento de los hechos ms relevantes de la Guerra Nacional, cuyo
contenido trgico es ignorando por la mayora del pueblo nicaragense. Con el fin de
la guerra, tambin se perdi la posibilidad inicial de construir el canal interocenico,
pues el gobierno conservador triunfante cerr las negociaciones por largo rato por
temor a que esto promoviera la incursin de nuevas bandas filibusteras.
Ms que celebrar la batalla de San Jacinto, se debera conmemorar una guerra trgica,
que tuvo como consecuencia miles de muertos, el atraso econmico y la imposicin de
un gobierno conservador que no respet la propiedad comunal y que dara lugar, por
las tendencias reeleccionistas de sus ltimos gobernantes, a la revolucin liberal
encabezada por Jos Santos Zelaya.
era evidente el dominio de los Estados Unidos, advirtiendo la necesidad de desarrollar una poltica
exterior acorde con el principio de la balanza del poder a nivel mundial. Pero, sobre todo, seal la
necesidad de fomentar el nacionalismo, pues en 1858 Nicaragua segua siendo una comunidad
nacional muy fragmentada.
En 1912, una nueva ocupacin militar norteamericana de Nicaragua hizo que el intelectual
nicaragense ms importante de la pocaRubn Darorememorara en La Nacin de Buenos
Aires, las acciones blicas de la guerra contra los filibusteros y la derrota de William Walker. En
esta seccin, recogemos el pensamiento de estos patriotas cuya vigencia es universal.
Durante la ocupacin filibustera, los gobernantes e intelectuales nicaragenses sintieron en carne
propia las consecuencias del racismo profundamente arraigado en la ideologa del Destino
Manifiesto. Esta ideologa no era exclusiva de esclavistas sureos como William Walker, sino que
agreda la dignidad de los miembros de la lite criolla de Nicaragua hasta en los crculos oficiales
en la capital de los Estados Unidos.
Los temores de los gobernantes nicaragenses se vean agravados por artculos publicados en
peridicos europeos y norteamericanos pronosticando que Estados Unidos pronto absorbera los
territorios de Mxico, Centro Amrica y Nueva Granada. Este proceso era inevitable - se
aseguraba - debido a la "natural decadencia" de los pueblos hispanoamericanos.
Muchos se dejaran convencer. Por ejemplo, el Presidente de Colombia, Mariano Ospina Rodrguez, propuso oficialmente en
1857 la anexin pacfica de su patria a los Estados Unidos. Puesto que la expansin norteamericana era inexorable - razon era preferible que Colombia fuese absorbida por esa potencia de una manera incruenta - sobre todo, considerando que dicha
transicin traera estabilidad y seguridad a la clase propietaria.
Ejemplo contrario es el intelectual nicaragense Gregorio Jurez, quien se preocup por analizar las causas del expansionismo
norteamericano para contrarrestar su arrollador avance, publicando sus reflexiones sobre el tema en una serie de editoriales de
El Nacional.
el expansionismo norteamericano se desarrollaba bajo dos modalidades: por medio de las irrupciones ilegales de los llamados
filibusteros y mediante una poltica oficial sistemtica.
Las primeras - explic - eran, en esencia, empresas llevadas a cabo por aventureros en busca de riquezas materiales, aunque
por sus resultados deban ser consideradas como parte integrante del sistema poltico de los Estados Unidos. Adems,
distraan la atencin de los gobiernos amenazados, y les hacan perder de vista la segunda modalidad, ms grave y poderosa,
que socavaba poco a poco los cimientos mismos de las naciones hispanoamericanas.
Era preciso, por tanto, determinar qu condiciones domsticas favorecan dicho proceso de absorcin, y cules podan ser los
medios ms eficaces para contrarrestarlo. Jurez destac dos: la ausencia de un espritu nacional y de una poltica exterior
coherente. Su remedio: difundir el sentimiento nacional y encontrar una frmula para conjugar los intereses de los pequeos y
dbiles Estados hispanoamericanos con los de la "fuerte e imponente" repblica del norte.
A fin de conservar su independencia, los Estados hispanoamericanos deban cobijarse bajo la poltica de la "balanza del poder" que rega las
relaciones entre los gobernantes del Viejo Continente. Nicaragua - sugera Jurez - podra lograr este objetivo suscribiendo tratados especiales
con diversas potencias europeas, para convertirse en pas anfitrin de inmigrantes de distintas nacionalidades. Los colonos - portadores de
cultura y tecnologa - seran recibidos bajo condiciones de la "ms perfecta igualdad", para garantizar el equilibrio de la influencia de sus
respectivas metrpolis.
En opinin de Jurez, el Tratado Clayton-Bulwer era un fruto de la poltica de la "balanza del poder": los compromisos asumidos por Estados
Unidos ante Inglaterra en ese documento haban impedido que Walker convirtiera a Nicaragua en un Estado ms de la Unin americana. Como
corolario de sus reflexiones, el intelectual nicaragense propuso una "mxima" de derecho internacional:
"Las naciones son respetadas consideradas por lo que tienen que dar, por lo que pueden quitar las otras. Si dan todo lo que tienen,
ninguna consideracin deben esperar.
Mi pas - razonaba Jurez - tiene mucho que ofrecer: la ruta interocenica y tierras para inmigrantes extranjeros. Estos preciosos recursos
nunca ms deberan ser enajenados a concesionarios privados. Tan slo aquellos Estados que aceptasen asumir el compromiso de garantizar
la independencia de Nicaragua, podran obtener para sus sbditos el derecho a transitar por su territorio o adquirir propiedades agrcolas.
La admiracin que Jurez profesaba por los Estados Unidos como modelo del progreso decimonnico, pugnaba con su temor ante la
posibilidad de que nuevos paladines del Destino Manifiesto sojuzgaran