El Predicador Apostólico I

El Predicador Apostólico
SAN JUAN EUDES

• CAPITULO VII (Que predicar)
• Predicar la Palabra de Dios y no solamente palabras humanas.

• El contenido y el tema debe ser la Sagrada Escritura.
• Tener cuidado con temas novedosos, los temas más comunes son
los mejores, los más útiles y los que más conmueven.
• Dios bendice los que predican con sencillez y humildad cristianas.
• Se debe anunciar solamente las verdades más sencillas y sólidas.
• Hay que hacer que los hombres conozcan a Dios, le rindan

adoración, honor, alabanza, amor, acción de gracias, desagravio por
sus pecados,
• sumisión y obediencia a su voluntad, temor de su justicia, de su
juicio, de sus amenazas, de sus castigos,
• esperanza de sus promesas, confianza en su bondad, en su gracia,
en sus auxilios, estima y deseo en sus favores,
• oblación, donación y consagración de lo que tienen, de todo lo que
pueden, y de todo lo que son a su divina Majestad.
• Hacer que los cristianos y todos los hombres conozcan, adoren y

amen a nuestro Señor Jesucristo; invitarlos a tributarle todo lo que
le deben y a seguirlo como los miembros deben seguir a la cabeza.
• Gravar en sus corazones particular y sólida devoción a la santísima
Virgen.
• Persuadirlos de que todos los bautizados debemos ser santos.
• Enseñar a amar la Iglesia.
• Enseñar el sentido de ser bautizado, confirmado.

• Evidenciar la gracia de cada sacramento.
• Dar las enseñanzas necesarias sobre el Matrimonio; este es uno de
los puntos más importantes qué debes tratar como predicador;
enseñar a los cristianos la santidad de este sacramento instituido
para dar hijos a Dios, que le sirvan a la tierra y que lo bendigan por
siempre en el cielo.
• CAPITULO VII (El Matrimonio)
• Aconsejar a los que tienen su padre y su madre vivos, que no deben

contraer matrimonio sino con su consejo y consentimiento.
• Recomendar a los que quieren entrar en esta condición que
encomienden cuidadosamente esta decisión a nuestro Señor, a su
santa Madre y san José, recordando que una mujer virtuosa y
prudente es un regalo de Dios.
• Inculcarles la seriedad del compromiso que van a adquirir, y que

escojan aquella persona con la que puedan más fácilmente servir a
Dios y trabajar por su salvación, prefiriendo la virtud y las buenas
costumbres a todo bien temporal y a todas las demás ventajas.
• Indicar cómo prepararse para recibir ese sacramento y para
alcanzar las gracias y bendiciones del cielo tan necesarias en las
personas casadas; aconsejar la oración, el ayuno y la continencia, a
imitación de Tobías, y hacer una buena confesión y comunión.
• Pedir que se excluyan de las nupcias todo lo que pueda ser

desagradable a Dios y pueda poner impedimento a sus gracias,
como las danzas, las palabras disolutas, los excesos en el beber y
el comer, y otros desórdenes semejantes.
• Aconsejar a los padres y las madres que no dejen que sus hijos
estén mucho tiempo en noviazgo, y advertir que durante este
tiempo, quienes están en ese lado, están obligados a vivir en
perfecta continencia, si no quieren que venga sobre ellos la
maldición de dios sobre su matrimonio.
• Recordar que quienes están unidos en matrimonio no deben

imaginarse que por estar casados les esté permitido entregarse a
toda clase de libertades y obscenidades; que deben evitar los
pecados que puedan cometerse en ese campo y comportarse
honesta y santamente, practicando la castidad conyugal que San
Francisco de Sales describe muy bien en su Filotea.
• CAPITULO VII
• Subrayar la obligación de educar bien a los hijos, una educación

cristiana, enseñar el Temor a Dios.
• Mostrar el horror del pecado.
• Enseñar el respeto por las autoridades eclesiásticas, el Papa, los
obispos, presbíteros y por las autoridades civiles.
• Enseñar la humildad, la modestia, el valor real de las pertenencias
temporales, las relaciones justas, equitativas.
• Caridad, unión, concordia, reconciliación.
• El valor de la Eucaristía y la Reconciliación.

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SAN JUAN EUDES

• Predicar la Palabra de Dios y no solamente palabras humanas.

• Hay que hacer que los hombres conozcan a Dios, le rindan

• Hacer que los cristianos y todos los hombres conozcan, adoren y

• Enseñar el sentido de ser bautizado, confirmado.

• Aconsejar a los que tienen su padre y su madre vivos, que no deben

• Inculcarles la seriedad del compromiso que van a adquirir, y que

• Pedir que se excluyan de las nupcias todo lo que pueda ser

• Recordar que quienes están unidos en matrimonio no deben

• Subrayar la obligación de educar bien a los hijos, una educación

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