Literatura A Partir de La Década de Los 50
Literatura A Partir de La Década de Los 50
Literatura A Partir de La Década de Los 50
ESPAÑOLA
A PARTIR DEL 50’
Contexto
TEMA
cálido, sincero Amistad
Infancia
Paso del tiempo
S
Vida cotidiana
Estilo directo, pero poesía muy pulida
Generación Temas: amor, soledad, amistad, paso del
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
Me basta así y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
Si yo fuera Dios y de besarnos sin hacernos daño
y tuviese el secreto, -de esto sí estoy seguro: pongo
haría tanta atención cuando te beso;
un ser exacto a ti; entonces,
lo probaría si yo fuese Dios,
(a la manera de los panaderos podría repetirte y repetirte,
cuando prueban el pan, es decir: siempre la misma y siempre diferente,
con la boca), sin cansarme jamás del juego idéntico,
y si ese sabor fuese sin desdeñar tampoco la que fuiste
igual al tuyo, o sea por la que ibas a ser dentro de nada;
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
ya no sé si me explico, pero quiero en la contemplación de todo aquello
aclarar que si yo fuese que, en unión de mí mismo,
Dios, haría recuperas y salvas, mueves, dejas
lo posible por ser Ángel González abandonado cuando -luego- callas...
para quererte tal como te quiero, (Escucho tu silencio,
para aguardar con calma oigo
a que te crees tú misma cada día, constelaciones:
a que sorprendas todas las mañanas existes.
la luz recién nacida con tu propia Creo en ti.
luz, y corras Eres.
la cortina impalpable que separa Me
el sueño de la vida, basta.)
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
NARRATIVA
DE LOS 50
Camilo
Miguel
José
Delibes
Cela
- Literatura realista
Miguel
- Psicología de los personajes
Delibes
- Gran capacidad para reproducir
las diferentes hablas (dialectos,
jergas sociales, el lenguaje
infantil…)
Cinco horas
con Mario
Obra iniciática: sobre el paso de la
El camino
niñez a la vida adula
Y ahora que empiezan las complicaciones, zas, adiós muy buenas, como la primera noche,
¿recuerdas?, te vas y me dejas sola tirando del carro. Y no es que me queje, entiéndelo bien, que peor
están otras, mira Transi, imagínate con tres criaturas, pero me da rabia, la verdad, que te vayas sin
reparar en mis desvelos; sin una palabra de agradecimiento, como si todo esto fuese normal y
corriente. Los hombres una vez que os echan las bendiciones a descansar, un seguro de fidelidad,
como yo digo, claro que eso para vosotros no rige, os largáis de parranda cuando os apetece y
sanseacabó, que las mujeres, de sobras lo sabes, somos unas románticas y unas tontas. Y no es que yo
vaya a decir ahora que tú hayas sido una cabeza loca, cariño, sólo faltaría, que no quiero ser injusta,
pero tampoco pondría una mano en el fuego, ya ves. ¿Desconfiada? Llámalo como quieras, pero lo
cierto es que los que presumís de justos sois de cuidado, que el año de la playa bien se te iban las
vistillas, querido, el mejor hombre debería estar atado, a ver. Mira Encarna, tu cuñada es, ya lo sé,
pero desde que murió Elviro ella andaba tras de ti, eso no hay quien me lo saque de la cabeza. Y tú,
dale, que era tu cuñada, valiente novedad, a ver quién lo niega, que tú siempre sales por peteneras,
con tal de justificar lo injustificable. Y no es que yo diga o deje de decir, cariño, todavía estás por
contarme lo que ocurrió entre Encarna (…).
Tú viste la escenita de ayer, cariño, ¡qué bochorno!, no irás a decirme que es la reacción normal de
una cuñada, que llamó la atención, y yo achicada, a ver, que hasta parecía una mujer sin
sentimientos, yo que sé, y Vicente Rojo, «sacadla de aquí, está muy afectada», que me puso frita, te
lo confieso. Con la mano en el corazón, Mario, ¿es que eso venía a cuento? ¡Si parecía ella la viuda!
Me apuesto lo que quieras a que cuando lo de Elviro no llegó a esos extremos. El caso es ponerme
en evidencia, que me dejó en mal lugar, no lo discutas. Para serte sincera, nunca me gustó Encarna,
Mario, ni Encarna ni las mujeres de su pelaje.
• Denunciar la explotación laboral (caciques –
Los santos jornaleros)
inocentes • Experimentaciones: no hay puntos, dos puntos ni
guiones (solo comas)
según descendía Paco, el Bajo, de una gigantesca encina,
le falló la pierna dormida y cayó, despatarrado, como un
fardo, dos metros delante del señorito Iván, y el
señorito Iván, alarmado, pegó un respingo,
decía el señorito Iván, y trataba de ayudar a Paco, el Bajo, a ponerse de pie, pero Paco, el Bajo, cuando, al fin
pudo articular palabra, dijo, recostado en el tronco de la encina,
y el señorito Iván,
¿que no te tiene? ¡anda!, no me seas aprensivo, Paco, si la dejas enfriar va a ser peor,
y el señorito Iván,
y Paco, el Bajo, desde el suelo, sintiéndose íntimamente culpable, sugirió para aplacarle,
tal vez el Quirce, mi muchacho, él es habilidoso, señorito Iván, un poco mendrugo pero puede servirle,
(…) tras la cacería, en el amplio comedor de la Casa Grande, el señorito Iván se desahogó,
los jóvenes, digo, Ministro, no saben ni lo que quieren, que en esta bendita paz que disfrutamos les ha
resultado todo demasiado fácil, una guerra les daba yo, tú me dirás, que nunca han vivido como viven hoy,
que a nadie le faltan cinco duros en el bolsillo, que es lo que yo pienso, que el tener les hace orgullosos, que
¿qué diréis que me hizo el muchacho de Paco esta tarde?,
y el Ministro le miraba con el rabillo del ojo, mientras devoraba con apetito el solomillo y se pasaba
cuidadosamente la servilleta blanca por los labios,
tú dirás,
y el señorito Iván,
muy sencillo, al acabar la montería, le largo un billete de cien
pesetas, veinte duritos, ¿no?, y él, deje, no se moleste, que no, te
tomas unas copas, hombre, y él, gracias, le he dicho que no, bueno,
pues no hubo manera, ¿qué te parece?, que yo recuerdo antes, bueno,
hace cuatro días, su mismo padre, Paco, gracias, señorito Iván, otro
respeto, que se diría que hoy a los jóvenes les molesta aceptar una
jerarquía, pero es lo que yo digo, Ministro, que a lo mejor estoy
equivocado, pero el que más y el que menos todos tenemos que
acatar una jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, ¿no?
NARRATIVA ACTUAL
Novela de • Novelas policiacas y detectivescas
• Notas de humor e ironía (Eduardo Mendoza)
intriga
• Episodios históricos recientes (Soldados de Salamina
Novela de Javier Cercas) o episodios históricos muy lejanos (El
histórica capitán Alatriste, de Pérez Reverte)
Fernando
(Son novios Urbano
desde niños) • Seductor
• “Gandulazo”(“No hace • Serio
más que leer y pensar”) • Realista
• Soñador (“Siempre • Trabajador
tumbado en la cama, • Combativo
pensando en sus
proyectos”)
Carmina
(Han Historia de una escalera ACTO II
pasado 10 (1949) (1929)
años)
Fernando
Hijo
Carmina
(Han Historia de una escalera ACTO III
pasado 20 (1949) (1949)
años)
Urbano Carmina Fernando Elvira
Carmina Fernando
Hija Hijo
TEMAS
PACA- ¿Cuánta luz ha pagado este mes?
GENEROSA-Dos sesenta. ¡Un disparate! Y eso que procuro
encender lo menos posible... Pero nunca consigo quedarme en
las dos pesetas.
PACA-No se queje. Yo he pagado cuatro diez.
GENEROSA-Ustedes tienen una habitación más y son más que
LA POBREZA, LAS nosotros.
ESTRECHECES PACA-¡Y qué! Mi alcoba no la enciendo nunca. Juan y yo nos
ECONÓMICAS acostamos a oscuras. A nuestra edad, para lo que hay que ver...
LA FRUSTRACIÓN
AMOROSA
• Carácter introvertido y
melancólico