Literatura A Partir de La Década de Los 50

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LITERATURA

ESPAÑOLA
A PARTIR DEL 50’
Contexto

Consolidación del franquismo:


aislamiento  integración en el contexto
internacional

Fin del franquismo

Transición política: Constitución +


monarquía parlamentaria
POESÍA DESDE LOS AÑOS
50
Años Poesía Años
Novísimos
50 social 70
Poesía
Años humana, de Poesía
60 la actual
experiencia
Poesía
POESÍA DE LOS 50 social

Instrumento “La poesía es un


para cambiar la arma cargada de
sociedad futuro”

Tono enérgico y Temas: España,


coloquial (para la injusticia
que llegue a más social, la libertad,
lectores) la paz…
Blas de EN EL PRINCIPIO

Otero Si he perdido la vida, el tiempo, todo


lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo


lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro


puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
Fidelidad
Blas de Creo en el hombre. He visto
Otero espaldas astilladas a trallazos,
almas cegadas avanzando a brincos
(españas a caballo
del dolor y del hambre). Y he creído.

Creo en la paz. He visto


altas estrellas, llameantes ámbitos
amanecientes, incendiando ríos
hondos, caudal humano
hacia otra luz: he visto y he creído.

Creo en ti, patria. Digo


lo que he visto: relámpagos
de rabia, amor en frío, y un cuchillo
chillando, haciéndose pedazos
de pan: aunque hoy hay sólo sombra, he visto
y he creído.
Gabriel Fragmento de “La poesía es un arma cargado de
futuro”
Celaya
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan


decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo


cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta
mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
y canto respirando. Es algo como el aire que todos respiramos
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
personales, me ensancho.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
y calculo por eso con técnica qué puedo. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta


a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.


Poesía
humana, de
POESÍA DE LOS 60 la
experiencia
La experiencia
personal de Ética/Moral
cada autor

Tono cercano,  Amor

TEMA
cálido, sincero  Amistad
 Infancia
 Paso del tiempo

S
 Vida cotidiana
 Estilo directo, pero poesía muy pulida
Generación  Temas: amor, soledad, amistad, paso del

del 50 tiempo, la creación poética, la reflexión sobre


Jaime Gil uno mismo…

de No volveré a ser joven

Biedma Que la vida iba en serio


uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería


y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo


y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Contra Jaime Gil de Biedma la cara destruida,
con ojos todavía violentos
¿De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso, que no quieres cerrar. Y si te increpo,
dejar atrás un sótano más negro te ríes, me recuerdas el pasado
que mi reputación -y ya es decir-, y dices que envejezco.
poner visillos blancos Podría recordarte que ya no tienes gracia.
y tomar criada, Que tu estilo casual y que tu desenfado
renunciar a la vida de bohemio, resultan truculentos
si vienes luego tú, pelmazo, cuando se tienen más de treinta años,
embarazoso huésped, memo vestido con mis y que tu encantadora
trajes, sonrisa de muchacho soñoliento
zángano de colmena, inútil, cacaseno, -seguro de gustar- es un resto penoso,
con tus manos lavadas, un intento patético.
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Mientras que tú me miras con tus ojos
Te acompañan las barras de los bares de verdadero huérfano, y me lloras
últimos de la noche, los chulos, las floristas, y me prometes ya no hacerlo.
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
¡Si no fueses tan puta! Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
Y si yo no supiese, hace ya tiempo, y la más innoble
que tú eres fuerte cuando yo soy débil que es amarse a sí mismo.
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
 Amor, paso del tiempo, tristeza
Ángel  Rasgos humorísticos
 Poesía directa, fácil de entender
González
Cumpleaños
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario


morirse muchas veces mucho.
Muerte en el olvido
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.

Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.

Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...
Me basta así y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
Si yo fuera Dios y de besarnos sin hacernos daño
y tuviese el secreto, -de esto sí estoy seguro: pongo
haría tanta atención cuando te beso;
un ser exacto a ti; entonces,
lo probaría si yo fuese Dios,
(a la manera de los panaderos podría repetirte y repetirte,
cuando prueban el pan, es decir: siempre la misma y siempre diferente,
con la boca), sin cansarme jamás del juego idéntico,
y si ese sabor fuese sin desdeñar tampoco la que fuiste
igual al tuyo, o sea por la que ibas a ser dentro de nada;
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
ya no sé si me explico, pero quiero en la contemplación de todo aquello
aclarar que si yo fuese que, en unión de mí mismo,
Dios, haría recuperas y salvas, mueves, dejas
lo posible por ser Ángel González abandonado cuando -luego- callas...
para quererte tal como te quiero, (Escucho tu silencio,
para aguardar con calma oigo
a que te crees tú misma cada día, constelaciones:
a que sorprendas todas las mañanas existes.
la luz recién nacida con tu propia Creo en ti.
luz, y corras Eres.
la cortina impalpable que separa Me
el sueño de la vida, basta.)
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
NARRATIVA
DE LOS 50
Camilo
Miguel
José
Delibes
Cela
- Literatura realista
Miguel
- Psicología de los personajes
Delibes
- Gran capacidad para reproducir
las diferentes hablas (dialectos,
jergas sociales, el lenguaje
infantil…)

El camino Los santos


inocentes

Cinco horas
con Mario
Obra iniciática: sobre el paso de la
El camino
niñez a la vida adula

Daniel, el Mochuelo, se revolvió en el lecho y los muelles de su camastro de


hierro chirriaron desagradablemente. Que él recordase, era ésta la primera
vez que no se dormía tan pronto caía en la cama. Pero esta noche tenía
muchas cosas en qué pensar. Por la mañana, a las nueve en punto, tomaría el
rápido ascendente y se despediría del pueblo hasta las Navidades. Tres
meses encerrado en un colegio. A Daniel, el Mochuelo, le pareció que le
faltaba aire y respiró con ansia dos o tres veces.
Presintió la escena de la partida y pensó que no sabría contener las lágrimas, por más que su amigo
Roque, el Moñigo, le dijese que un hombre bien hombre no debe llorar aunque se le muera el padre.
El Moñigo, aunque contase dos años más que él y aún no había empezado el Bachillerato. Ni lo
empezaría nunca, tampoco. Paco, el herrero, no aspiraba a que su hijo progresase; se conformaba con
que fuera herrero como él y tuviese suficiente habilidad para someter el hierro a su capricho. ¡Ése sí
que era un oficio bonito! Y para ser herrero no hacía falta estudiar catorce años, ni trece, ni doce, ni
diez, ni nueve, ni ninguno.
Por la ventana abierta, frente a su camastro quejumbroso,
divisaba la cresta del Pico Rando, hincándose en la panza
estrellada del cielo. El Pico Rando mandaba en el valle esta
noche como había mandado en él a lo largo de sus once años.
La pequeña historia del valle se reconstruía ante su mirada
interna, ante los ojos de su alma. Los silbidos distantes de los
trenes, los soñolientos mugidos de las vacas, los gritos lúgubres
de los sapos bajo las piedras, los aromas húmedos y difusos de
la tierra avivaban la nostalgia y los recuerdos de Daniel.
Después de todo esta noche era como tantas otras en el valle, sin ir más lejos como la primera vez que
saltaron la tapia de la finca del Indiano para robarle las manzanas. Las manzanas, al fin y al cabo, no
significaban nada para el Indiano, que en Méjico tenía dos restaurantes de lujo, un establecimiento de
aparatos de radio y tres barcos. Tampoco para ellos significaban mucho las manzanas, la verdad, puesto
que todos ellos recogían buenas manzanas en los huertos de sus casas. ¿Que por qué las robaban? Eso
constituía una cuestión muy compleja. Quizá, simplificando, porque ninguno de ellos, entonces,
rebasaba los nueve años y la emoción de lo prohibido imprimía a sus actos de rapiña un encanto
indefinible. Le robaban las manzanas al Indiano por la misma razón que en los montes, o en el prado de
la Encina, después del baño, les gustaba hablar de “eso” y conjeturar sobre “eso”, que era, no menos, el
origen de la vida y su misterio.
• Largo monólogo
Cinco horas • Carmen Sotillo (la viuda)  el féretro de su difunto
con Mario • Relatar y reconstruir la vida que han compartido

Y ahora que empiezan las complicaciones, zas, adiós muy buenas, como la primera noche,
¿recuerdas?, te vas y me dejas sola tirando del carro. Y no es que me queje, entiéndelo bien, que peor
están otras, mira Transi, imagínate con tres criaturas, pero me da rabia, la verdad, que te vayas sin
reparar en mis desvelos; sin una palabra de agradecimiento, como si todo esto fuese normal y
corriente. Los hombres una vez que os echan las bendiciones a descansar, un seguro de fidelidad,
como yo digo, claro que eso para vosotros no rige, os largáis de parranda cuando os apetece y
sanseacabó, que las mujeres, de sobras lo sabes, somos unas románticas y unas tontas. Y no es que yo
vaya a decir ahora que tú hayas sido una cabeza loca, cariño, sólo faltaría, que no quiero ser injusta,
pero tampoco pondría una mano en el fuego, ya ves. ¿Desconfiada? Llámalo como quieras, pero lo
cierto es que los que presumís de justos sois de cuidado, que el año de la playa bien se te iban las
vistillas, querido, el mejor hombre debería estar atado, a ver. Mira Encarna, tu cuñada es, ya lo sé,
pero desde que murió Elviro ella andaba tras de ti, eso no hay quien me lo saque de la cabeza. Y tú,
dale, que era tu cuñada, valiente novedad, a ver quién lo niega, que tú siempre sales por peteneras,
con tal de justificar lo injustificable. Y no es que yo diga o deje de decir, cariño, todavía estás por
contarme lo que ocurrió entre Encarna (…).
Tú viste la escenita de ayer, cariño, ¡qué bochorno!, no irás a decirme que es la reacción normal de
una cuñada, que llamó la atención, y yo achicada, a ver, que hasta parecía una mujer sin
sentimientos, yo que sé, y Vicente Rojo, «sacadla de aquí, está muy afectada», que me puso frita, te
lo confieso. Con la mano en el corazón, Mario, ¿es que eso venía a cuento? ¡Si parecía ella la viuda!
Me apuesto lo que quieras a que cuando lo de Elviro no llegó a esos extremos. El caso es ponerme
en evidencia, que me dejó en mal lugar, no lo discutas. Para serte sincera, nunca me gustó Encarna,
Mario, ni Encarna ni las mujeres de su pelaje.
• Denunciar la explotación laboral (caciques –
Los santos jornaleros)
inocentes • Experimentaciones: no hay puntos, dos puntos ni
guiones (solo comas)
según descendía Paco, el Bajo, de una gigantesca encina,
le falló la pierna dormida y cayó, despatarrado, como un
fardo, dos metros delante del señorito Iván, y el
señorito Iván, alarmado, pegó un respingo,

¡serás desgraciado, a poco me aplastas!

pero Paco, se retorcía en el suelo, y el señorito Iván se


aproximó a él y le sujetó la cabeza,

¿te lastimaste, Paco?

pero Paco, el Bajo, ni podía responder, que el golpe en el


pecho le dejó como sin respiración y, tan sólo, se
señalaba la pierna derecha con insistencia,
¡Ah, bueno, si no es más que eso…!

decía el señorito Iván, y trataba de ayudar a Paco, el Bajo, a ponerse de pie, pero Paco, el Bajo, cuando, al fin
pudo articular palabra, dijo, recostado en el tronco de la encina,

la pierna esta no me tiene, señorito Iván, está como tonta,

y el señorito Iván,

¿que no te tiene? ¡anda!, no me seas aprensivo, Paco, si la dejas enfriar va a ser peor,

pero Paco, el Bajo, intentó dar un paso y cayó,

no puedo, señorito, está mancada, yo mismo sentí cómo tronzaba el hueso,

y el señorito Iván,

también es mala suerte, coño y ¿quién va a ayudarme en la montería?

y Paco, el Bajo, desde el suelo, sintiéndose íntimamente culpable, sugirió para aplacarle,

tal vez el Quirce, mi muchacho, él es habilidoso, señorito Iván, un poco mendrugo pero puede servirle,
(…) tras la cacería, en el amplio comedor de la Casa Grande, el señorito Iván se desahogó,
los jóvenes, digo, Ministro, no saben ni lo que quieren, que en esta bendita paz que disfrutamos les ha
resultado todo demasiado fácil, una guerra les daba yo, tú me dirás, que nunca han vivido como viven hoy,
que a nadie le faltan cinco duros en el bolsillo, que es lo que yo pienso, que el tener les hace orgullosos, que
¿qué diréis que me hizo el muchacho de Paco esta tarde?,
y el Ministro le miraba con el rabillo del ojo, mientras devoraba con apetito el solomillo y se pasaba
cuidadosamente la servilleta blanca por los labios,
tú dirás,
y el señorito Iván,
muy sencillo, al acabar la montería, le largo un billete de cien
pesetas, veinte duritos, ¿no?, y él, deje, no se moleste, que no, te
tomas unas copas, hombre, y él, gracias, le he dicho que no, bueno,
pues no hubo manera, ¿qué te parece?, que yo recuerdo antes, bueno,
hace cuatro días, su mismo padre, Paco, gracias, señorito Iván, otro
respeto, que se diría que hoy a los jóvenes les molesta aceptar una
jerarquía, pero es lo que yo digo, Ministro, que a lo mejor estoy
equivocado, pero el que más y el que menos todos tenemos que
acatar una jerarquía, unos debajo y otros arriba, es ley de vida, ¿no?
NARRATIVA ACTUAL
Novela de • Novelas policiacas y detectivescas
• Notas de humor e ironía (Eduardo Mendoza)
intriga
• Episodios históricos recientes (Soldados de Salamina
Novela de Javier Cercas) o episodios históricos muy lejanos (El
histórica capitán Alatriste, de Pérez Reverte)

• Interés por la psicología de los personajes y los grandes


Novela temas
intimista • Los problemas del hombre actual

• Novelas que hablan de la creación literaria y la


Metanovela literatura.
TEATRO DE LA
SEGUNDA MITAD DEL
S.XX
Antonio
Buero
Vallejo
Una figura
esencial
Antonio -Durante la Guerra Civil fue condenado
Buero a muerte y pasó casi siete años en
prisión (su padre era militar republicano
Vallejo y él tenía relación con el bando
republicano)

-En la cárcel conoce a Miguel


Hernández (al que dibujó) y allí
comienza a escribir sus primeras obras.

- Entre ellas, Historia de una escalera, que


gana el prestigioso Premio Lope de
Vega en 1949 de forma sorprendente: un
ex presidiario republicano gana un
premio oficial justo al salir de la cárcel
Historia de una • Gran estreno
• Gran éxito de crítica y
escalera (1949) público

Relata la vida de una comunidad de


vecinos en la época de la posguerra a lo
largo de tres generaciones distintas
Historia de una escalera ACTO I
(1949) (1919)
Elvira

Fernando
(Son novios Urbano
desde niños) • Seductor
• “Gandulazo”(“No hace • Serio
más que leer y pensar”) • Realista
• Soñador (“Siempre • Trabajador
tumbado en la cama, • Combativo
pensando en sus
proyectos”)
Carmina
(Han Historia de una escalera ACTO II
pasado 10 (1949) (1929)
años)

Urbano Fernando Elvira

Fernando
Hijo
Carmina
(Han Historia de una escalera ACTO III
pasado 20 (1949) (1949)
años)
Urbano Carmina Fernando Elvira

Carmina Fernando
Hija Hijo
TEMAS
PACA- ¿Cuánta luz ha pagado este mes?
GENEROSA-Dos sesenta. ¡Un disparate! Y eso que procuro
encender lo menos posible... Pero nunca consigo quedarme en
las dos pesetas.
PACA-No se queje. Yo he pagado cuatro diez.
GENEROSA-Ustedes tienen una habitación más y son más que
LA POBREZA, LAS nosotros.
ESTRECHECES PACA-¡Y qué! Mi alcoba no la enciendo nunca. Juan y yo nos
ECONÓMICAS acostamos a oscuras. A nuestra edad, para lo que hay que ver...

FERNANDO -Hemos crecido sin darnos cuenta, subiendo y bajando


LA la escalera, rodeados siempre de los padres, que no nos entienden.
INCOMPRENSIÓN _____________________________________________________________________
ENTRE PADRES E
FERNANDO HIJO - ¿Qué puede haber de común entre ellos y
HIJOS nosotros? ¡Nada! Ellos son viejos y torpes. No nos comprenden...
TEMAS
URBANO - Ya sé que yo no llegaré muy lejos; y
EL PASO DEL TIEMPO tampoco tú llegarás. Si yo llego, llegaremos
(El tiempo que se repite) todos. Pero lo más fácil es que dentro de diez
(La escasa fe en el futuro) años sigamos subiendo esta escalera y fumando
en este descansillo.

LA FRUSTRACIÓN
AMOROSA

Ninguno de los personajes


es enteramente feliz con la
decisión que ha tomado
LITERATURA
HISPANOAMERICA
NA
• Vida trágica (muerte de su
César madre y su hermana)
Vallejo • Prisión por asuntos políticos

• Carácter introvertido y
melancólico

• Decide irse de Perú y asentarse


en Europa, concretamente en
París, donde morirá.

“Me moriré en París con aguacero,


un día del cual tengo ya el recuerdo.”
LOS HERALDOS NEGROS Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos,
como
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé! cuando sobre el hombro nos llama una palmada;
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
la resaca de todo lo sufrido se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma


de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos
quema.
• Poeta chileno
Pablo
Neruda • Fue senador, cónsul en muchos
países (Francia, Singapur…) y
tuvo que exiliarse de su país
por razones políticas

• En España entabló amistad con


Miguel Hernández y Lorca

• Premio Nobel de Literatura


POEMA XX Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo
lejos.
Puedo escribir los versos más tristes esta Mi alma no se contenta con haberla
noche. perdido.
Escribir, por ejemplo: “La noche está
estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.” Como para acercarla mi mirada la busca.
El viento de la noche gira en el cielo y Mi corazón la busca, y ella no está
canta conmigo.
La misma noche que hace blanquear los
Puedo escribir los versos más tristes esta mismos árboles.
noche. Nosotros, los de entonces, ya no somos los
Yo la quise, y a veces ella también me mismos.
quiso. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la
En las noches como ésta la tuve entre mis quise.
brazos. Mi voz buscaba el viento para tocar su
La besé tantas veces bajo el cielo infinito oído.
Ella me quiso, a veces yo también la De otro. Será de otro. Como antes de mis
quería. besos.
Cómo no haber amado sus grandes ojos Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
fijos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la

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