LA PROVIDENCIA Y EL MAL
Introducción
La cuestión del mal es unas de las cuestiones mas inquietantes para el ser humano, el
dolor y el sufrimiento son terribles para el alma humana, representa un tema que no
logramos comprender en su totalidad, muchos de los argumentos contra la existencia de
Dios como el ser perfecto y bueno, de alguna manera se presentan desde la realidad del mal
en este mundo.
De ahí, que sea importante para la fe cristiana plantear algunos elementos desde los
cuales comprender lo que este a nuestro alcance sobre este problema, el tema del origen del
mal es ciertamente algo desconcertante, como entro el mal en el universo, y su naturaleza,
en este aspecto vamos a concretar nuestra exposición en la cuestión: ¿Cuál es la naturaleza
del mal, y porque un Dios bueno permite este mal en su creación?
La creación en su estado de gracia y bondad inicial
En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Gen 1:1.
31 Dios
vio todo lo que había hecho; y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la
mañana: el sexto día. Gen 1:31.
18 Entonces
el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda
adecuada[r]» Gen 2:18.
La creación es un acto de la soberana gracia y bondad de Dios, Dios creo todo de tal
manera que en esta creación era buena, es decir, se reflejaba en la creación inicial este
atributo de Dios que es la bondad. “todo el bien que hay en las cosas ha sido creado por
Dios.” Suma de teología C.22.a.1 (Aquino T. d., 2017, pág. 268)
Dios como causa primera de todas las cosas, ordena su creación hacia sus fines últimos,
al respecto es importante la presentación de la providencia que hace tomas de Aquino:
“Así, pues, este bien que hay en las cosas ha sido creado por Dios. Como Dios por su
entendimiento es causa de las cosas, y cualquiera de sus efectos precisa preexistir en
Él como en su razón de ser, según se deduce de todo lo dicho (q.15 a.2; q.19 a.4); es
necesario que la razón de orden hacia el fin que hay en las cosas preexista en la mente
divina. Y esta razón de orden al fin, propiamente, es la providencia…” Suma de
teología I, I. C.22.a.1 (Aquino T. d., 2017, pág. 268)
En la creación inicial no vemos la presencia del mal, todo era bueno el gran manera,
expresa el texto bíblico, sin embargo, hay un aspecto curioso en esa creación perfecta hay
algo que Dios declara que no es bueno, y se trata de una ausencia, la ausencia de compañía
no es buena, el hombre necesita una ayuda idónea, pero aquí no hablamos de un mal en el
sentido que esta palabra tendrá después de la caída, pero si nos permite ver que Dios es
ordenador de todas las cosas a un fin bueno y que dentro de ese fin bueno, nos concede todas
las cosas, en su diseño dice no es bueno que este solo, lo bueno es la bendición del
matrimonio y por eso hace a la mujer, para que su plan este completo y todo sea bueno como
es su diseño.
Pero se introduce una ruptura, un ser celestial el diablo rechaza el amor de Dios y sus
fines buenos y arrastra al hombre en esta ruptura del amor y los efectos de esta inicial
desobediencia se irradia a todo.
La creación y la ruptura de la bondad inicial como consecuencia del pecado
14 Y
el Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por cuanto has hecho esto,
Maldita serás[h] más que todos los animales, … Gen 3:14
A la mujer dijo:
«En gran manera multiplicaré
Tu dolor en el parto[j],
Con dolor darás a luz los hijos.
Con todo, tu deseo será para tu marido,
Y él tendrá dominio sobre ti». Gen 3: 16
17 Entonces
el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido
del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”,
Maldita será[k] la tierra por tu causa;
Con trabajo[l] comerás de ella
Todos los días de tu vida.
18 Espinos y cardos te producirá,
Y comerás de las plantas[m] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
Comerás el pan
Hasta que vuelvas a la tierra,
Porque de ella fuiste tomado;
Pues polvo eres,
Y al polvo volverás».
Gen 3:17-19
Este ser celestial recibe una sentencia, es condenado a no ser redimido, es maldito por
toda la eternidad, ya nunca volverá a la perfección inicial de la cual cayó.
Sobre el hombre la mujer hay una sentencia asociada a un don, el don del dar a luz se
oscurece con el dolor del parto, el pecado es entonces privación de ese estado inicial de gracia
y bondad del paraíso.
Entra en escena el dolor físico, que podríamos ausencia de bienestar corporal, asociado
a un cuerpo perfecto, dicho cuerpo pasa de su condición original de incorruptibilidad a uno
de corruptibilidad, esta situación solo será revestida en el reino venidero, como lo explica
Pablo:
“52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Pues la trompeta
sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque
es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. 54 Pero cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la
palabra que está escrita: «Devorada ha sido la muerte en victoria. 1 Corintios 15:5254
Nos encontramos con la muerte como el primer mal, y diremos que la muerte es ahora
la ausencia de esa vida eterna (privación del bien de la vida), que estaba asociada al árbol de
la vida, del cual fue privado el hombre al ser expulsado del jardín (Gen 3: 22-24).
La muerte es corrupción, corrupción de ese estado inicial, vamos apreciando que el
pecado es un defecto, una privación, una ausencia de bien, este es el acercamiento que hace
Agustín de Hipona a esta cuestión del mal:
“ No existe, en efecto, la naturaleza del mal; la pérdida del bien recibió el nombre de
mal.”
Agustín- Ciudad de Dios libro XI, cap. 9. (Agustín, 2019, pág. 439)
“Por eso, antes de preguntar de dónde procede el mal, es preciso investigar cuál es su
naturaleza. Y el mal no es otra cosa que la corrupción de la medida, de la belleza y del
orden naturales.
La naturaleza mala es, pues, aquella que está corrompida, porque la que no está
corrompida es buena. Pero, aun así corrompida, es buena en cuanto es naturaleza; en
cuanto que está corrompida, es mala.”
Agustín -sobre la naturaleza del bien. Capitulo IV1
El único modo de existir el mal es en otro, y no en sí mismo.2
Este pensamiento Agustiniano sigue siendo desarrollado por Tomas de Aquino en sus
cuestiones disputadas sobre el mal, en la cual expresa:
“Por lo cual digo que el ser malo no es una cosa real, sino que aquello a lo que le
acaece ser malo es algo real, puesto que el mal es sólo la privación de un bien
particular, como, por ejemplo, la ceguera misma no es un ente real, pero sí lo es el
sujeto al que le alcanza la ceguera. Toma de Aquino cuestiones disputadas sobre el
mal, Cuestión 1, articulo 1. (Aquino T. d., pág. 28)
El mal entonces es desviación, es privación, pero es necesario insistir, en afirmar Dios
controla todo, el mal está dentro de ese control de la providencia, nada está fuera del
dominio de Dios. Recordemos, “Dios es la fuente de la causalidad primaria. En otras
palabras, Él es la causa primera. Dios es el Autor de todo lo que hay y continúa siendo la
causa primaria de los eventos humanos y los sucesos naturales. Sin embargo, Su causalidad
primaria no excluye las causas secundarias.” (Sproul, 2021, pág. 17).
https://www.augustinus.it/spagnolo/natura_bene/index2.htm
“Los filósofos antiguos definían el mal en términos de negación y privación. Es decir, el mal es la
negación de lo bueno y una privación (o falta). Algo que está por debajo de la plenitud de la justicia
es malo. Los filósofos estaban mostrando que la única manera en que podemos describir y definir el
mal es en términos negativos:” (Sproul, 2021, págs. 50-51)
1
2
De nuevo vamos a recurrir aquí a una cita extensa de Tomas de Aquino que nos ayuda a
exponer este tema:
“Pero hay que decir que todos los seres, no sólo en general, sino individualmente,
están sometidos a la providencia divina. Se demuestra así. Como todo agente obra
por un fin, la ordenación de los efectos a un fin llega hasta donde llega la causalidad
del primer agente. El que en las obras de algún agente suceda que algo no está
ordenado al fin, se debe a que tal efecto proviene de una causa distinta, ajena a la
intención del agente. La causalidad de Dios, que es el primer agente, llega a todos los
seres, y no sólo a los principios de la especie, sino también de los individuos, y no
sólo de los incorruptibles, sino también de los corruptibles. Por lo tanto, es necesario
que todo lo que de algún modo tiene ser esté ordenado por Dios a un fin, según
aquello del Apóstol en Rom 13,1: Lo que viene de Dios está ordenado.” Suma
Teológica, I-I C.22.a-2. (Aquino T. d., 2017, pág. 270)
De tal manera que entendemos que Dios como creador, y causa primera, los efectos de
este acto creador se extiende a todas las cosas, incluyendo los agentes morales libres, es
decir, los hombres que tienen libre albedrio, inteligencia y voluntad.
Todas las casusas secundarias están subordinadas a Dios que es causa primera, de la tal
manera que el libre albedrio del hombre también está sujeto o sometido a la providencia
divina, así, vemos que la providencia lo ordena todo, pero lo ordena todo sin anular las
causas segundas, recordemos que la confesión de fe de Londres así lo indica el capítulo V
Párrafo 23 :
Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa primera, todas las cosas
sucederán inmutable e infaliblemente,4 de modo que nada ocurre por suerte o fuera
de la esfera de su providencia;5 sin embargo, por la misma providencia las ha
ordenado de tal manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas
secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente.6
4) Hch. 2:23
5) Pr. 16:33
6) Gén. 8:22
De tal manera que podríamos ilustrar esto con un triangulo que tiene en un
vértice superior a Dios como primera causa y dentro de ese triangulo en conjunto de causas
secundarias, cada uno produciendo sus efectos dentro del espectro que le corresponda desde
las causas mas generales o universales, como las leyes naturales, las acciones de los seres
espirituales (ángeles y demonios) y la acción humana, pero ninguna de esas cusas
secundarias se puede salir del triangulo mayor.
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https://www.ibrpg.org/cap-v-la-providencia/
De la tal manera que, cuando preguntamos está el mal dentro de la providencia, tenemos
que decir que si, y esto lo dice lo expresa la biblia de muchas maneras, en el profeta Isaías
vemos por ejemplo esta sentencia:
Yo soy el que forma la luz y crea las tinieblas,
El que causa bienestar[a] y crea calamidades,
Yo, el Señor, es el que hace todo esto.
Isaías 45:7 NBLA
10 Entonces
Moisés dijo al Señor: Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente[e], ni
ayer ni en tiempos pasados, ni aun después de[f] que has hablado a tu siervo; porque soy
tardo[g] en el habla y torpe[h] de lengua. 11 Y el Señor le dijo: ¿Quién ha hecho la boca del
hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy yo,
el Señor? Éxodo 4:10-11
Sin duda estas privaciones humanas, estas enfermedades no son algo que Dios hace en
sentido positivo, de querer el mal, pues, Dios no actúa de ninguna manera malvada, solo que
dentro de su providencia también todas estas cosas están incluidas, recordemos que la caída
que fue permitida por Dios, es la condición necesaria para que se de la enfermedad en el
hombre y que permite que nazca ciego, cojo, etc, pero es Dios quien deja que nazca así,
porque es esa enfermedad es un mal menor, frente al bien mayor de la vida, Sproul explica
esto así:
“La pregunta suprema es esta: ¿Dios hace lo malo? La Biblia es absolutamente clara:
Dios es absolutamente incapaz de realizar el mal. Sin embargo, hemos afirmado que
Dios ordena todo lo que acontece, y algunas de las cosas que suceden son malas. Por
lo tanto, ¿ordena Dios el mal? Solo existe una respuesta bíblica a esa pregunta: sí. Si
Dios no hubiera ordenado el mal, no habría mal, porque Dios es soberano.” (Sproul,
2021, pág. 52)
En el triángulo que nos sirve de mapa visual podemos ver que las causas descienden
como en cascada, sin embargo, no ascienden, porque las causas secundarias son
subordinadas a la primera causa, es decir, el hombre no puede ser causa de una acción de
Dios, Dios es inmune a las acciones humanas, o dicho de otra manera, el hombre que es
causa subordinada no causa en Dios nada, en el sentido, en que no puede el hombre ser la
causa de que Dios haga algo, el hombre no puede mover a Dios o provocar cambios en Dios,
el efecto no puede ser causa de la causa.
Lo podemos ilustrar así, los padres son causa de los hijos, pero los hijos no causan a sus
padres, la creación es obra de Dios, pero la creación no puede obrar sobre Dios, o
transformar a Dios. La creación no cambia a Dios, ni le añade ni le quita. O podríamos
decirlo así, Dios esta fuera de las cadenas causales. Pero nada esta fuera de su providencia y
todo lo que ocurre en la historia esta dentro de su decreto (pues, las causas particulares están
contenidas por las causas generales) y de ahí tenemos la confianza y la esperanza que su plan
de redención se consumara.
El mal relativo es permitido hasta que se consume el reino.
28 No
teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; más bien teman a
Aquel que puede hacer perecer[a] tanto el alma como el cuerpo en el infierno.
Mateo 10:28
La muerte al no ser natural es un mal, pues, es la privación de la vida, pero para ilustrar
la idea de mal relativo, vemos que la muerte física es relativa, es decir, es un mal temporal,
en contraste con el mal eterno de la condenación por el pecado, de tal manera que para el
creyente el morir por cristo, es un mal que le permite la entrada a un bien superior que es la
vida eterna.
De tal manera, que incluso Dios permite la persecución y muerte de sus santos, no porque
lo desee o le parezca bien el sufrimiento de los justos, este mal es permitido por Dios, que no
es igual a realizado o querido por Dios, de tal manera que Dios no utiliza al hombre que creo
como marioneta o de forma instrumental para sus fines, como si fueras simples fichas de su
ajedrez cósmico para divertirse, como si fuera un sádico que goza del dolor de su creación,
no es de esa manera, pues, hablamos de un Dios que nos ama y envió a su hijo como
expresión de ese amor, para salvarnos, pero la salvación que tienen como fin no es la de una
salvación terrenal o temporal, no es su fin último nuestra felicidad terrena, sino la vida
eterna en su reino.
De nuevo nos puede ilustrar Aquino este punto cuando explica:
“Así, pues, como Dios es el previsor universal de todo ser, a su providencia pertenece
el que permita la existencia de algunos defectos en cosas concretas para que no se
pierda el bien del universo entero. Pues si se impidieran muchos males, muchos
bienes desaparecerían del universo. Ejemplo: no existiría la vida del león si no
existiera la muerte de animales; no existiría la paciencia de los mártires si no existiera
la persecución de los tiranos. Por eso dice Agustín en el Enchirid.10: De ningún modo
hubiera permitido Dios omnipotente la presencia del mal en sus obras, de no ser
tan bueno y poderoso que del mal pudiera sacar un bien.” Suma Teológica, I-I
C.22.a-3. (Aquino T. d., 2017, pág. 271)
A la luz de estas exposiciones podemos leer con nuevas luces romanos 8:28-38 donde el
apóstol nos explica que todo lo orienta Dios a un fin superior para sus hijos:
“ 28 Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para
bien[o], esto es, para los que son llamados conforme a Su propósito. 29 Porque a los
que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen
de Su Hijo, para que Él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 A los que
predestinó, a esos también llamó. A los que llamó, a esos también justificó. A los que
justificó, a esos también glorificó.
¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra
nosotros?
que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?
31 Entonces,
32 El
33 ¿Quién
acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que
condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó[p], el que además
está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35 ¿Quién
nos separará del amor de Cristo[q]? ¿Tribulación, o angustia, o persecución,
o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito:
«Por
causa
Tuya
somos
puestos
a
muerte
Somos considerados como ovejas para el matadero».
37 Pero
amó.
todo
el
día;
en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos
38 Porque
estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados,
ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes[r], 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna
otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor
nuestro.”
A Dios sea la gloria, por su providencia.
Referencias
Agustín, S. (2019). La Ciudad de Dios. Madrid: Biblioteca de autores cristiano BAC.
Aquino, T. d. (2017). Suma de Teologia I parte I. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos BAC.
Aquino, T. d. (s.f.). Cuestiones Disputadas sobre el Mal. (E. tellez, Trad.) Eunsa.
Sproul, R. (2021). ¿Controla Dios todas las cosas? Poiema.
Oduver Miranda Benitez 14 de ene. de 24