Tema 30
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ESTRUCTURAS Y TÉCNICAS
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TEMA 30. EL TEXTO ARGUMENTATIVO. ESTRUCTURAS Y TÉCNICAS
Esta distinción entre variedades no implica que los textos hayan de utilizar únicamente uno de
ellos, pero al contrario, suele ser habitual que aparezcan mezclados en el mismo discurso. Así,
en un relato encontramos partes noveladas, partes que constituyen descripciones de objetos o
lugares y partes dialogadas. Así las cosas, y teniendo en cuenta estos lazos de unión que
existen entre las diferentes variedades del discurso pasamos a centrarnos en el tipo de texto
que nos ocupa EL TEXTO ARGUMENTATIVO.
4. EL DISCURSO ARGUMENTATIVO.
La argumentación es una variedad del discurso con la cual se pretende ofrecer una opinión y
persuadir de ella a un receptor mediante pruebas y razonamientos.
Se usa el desarrollo, sobre todo, en temas que están sujetos a controversia, es decir, que
admiten opiniones diferentes, cada una de las cuales puede esconder “razones” que la hagan
aceptable. Hay, sin embargo, determinados textos, también argumentativos, en los que la
controversia parece menos posible: las demostraciones científicas, por ejemplo, que
presuponen que la conclusión a la que se llega tiene carácter indiscutible. Así, podemos
distinguir dos ámbitos:
- La argumentación sobre hechos
- La argumentación sobre opiniones
En último término, el emisor de todo texto argumentativo pretende un nivel de adhesión
similar, para lo cual despliega ante el receptor cuantos mecanismos argumentativos
consideren necesarios. Estos mecanismos, que estudiaremos en los siguientes epígrafes, son
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muy variados (razonamientos, pruebas, ejemplos) y tienen que ver con diferentes disciplinas
relacionadas con la actividad argumentativa:
-la lógica: leyes o normas del razonamiento humano.
-la dialéctica: conjunto de procedimientos que se ponen en juego para probar o refutar algo.
-la retórica: uso de recursos lingüísticos con el fin de persuadir movilizando resortes no
racionales, como son los afectos, las emociones, sugestiones…
El acto de habla “argumento” tiene una fuerza locutiva obvia: presentar el propio discurso
como algo coherente y justificable y una fuerza perlocutiva automática: convencer al receptor
de lo que decimos.
Intención comunicativa:
En los textos argumentativos aparece la función referencial (en la medida en que se transmite
una determinada información) y la función apelativa (que es la dominante en la medida en que
se pretende persuadir de algo al receptor). Para convencer al receptor del propio punto de
vista se dan argumentos pero, además se intenta persuadirlo de que haga algo, confiando en
los argumentos aportados. Ello explica que apenas podemos encontrar textos argumentativos
puros: lo normal es que combinen exposición y argumentación, puesto que, usualmente, se
exponen ideas para después defenderlas. También es habitual que, para que la fuerza
persuasiva sea mayor, se utilicen elementos con función expresiva, mediante los cuales el
hablante manifiesta su subjetividad.
- El emisor:
En una argumentación el emisor es el constructor del discurso con el que pretende influir en el
receptor para que modifique su pensamiento o para que actúe de un modo determinado.
Existen ciertas condiciones que deben cumplirse:
- Suponer un desacuerdo del receptor. Nadie argumenta ante alguien que
comparte sus mismas convicciones.
- Suponer que el receptor puede modificar sus convicciones.
- Suponer en el receptor la capacidad mental suficiente para cambiar sus ideas
ante una serie de argumentos racionales convincentes.
Sin embargo, aunque la actitud del emisor es subjetiva, como intenta convencer a los
receptores de que es acertada, a menudo se pretende que muestra una apariencia de
objetividad; cuanto más objetivo parezca el discurso, más aceptable parecerá el receptor.
Por último, podemos señalar que el emisor puede ser individual o colectivo. En cualquiera de
los casos, el carácter del emisor puede ser fundamental para la fuerza argumentativa del
discurso: si el receptor supone que es alguien que posee especial conocimiento sobre el tema,
considerará viables sus argumentos.
-El receptor:
El receptor de un texto argumentativo puede ser, igualmente, individual o colectivo,
dependiendo del propósito y la situación. En muchas ocasiones, a pesar de que el emisor
parece referirse a una persona concreta, el auténtico destinatario es mucho más amplio, por
ejemplo, un debate o una mesa redonda en los que quien argumenta, piensa más que en
convencer a su interlocutor directo, en influir en la opinión pública. El papel del destinatario en
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los argumentativos es fundamental. Si quier ser efectivo, la argumentación habrá de tener en
cuenta a quién va dirigida.
-La situación de comunicación:
Las situaciones comunicativas en que se producen textos argumentativos son muy variadas. Se
utilizan argumentaciones tanto en la vida familiar como en ámbitos más formalizados. Cada
uno de estos contextos de comunicación impone matices diferentes a los textos. A pesar de la
variedad, podemos establecer dos situaciones generales que dan lugar a dos tipos
diferenciados de textos argumentativos.
2. TEXTOS BILATERALES: dirigidos a un destinatario presente en el momento de la
comunicación y que puede responder (debates, mesas redondas, tertulias, etc). En
estos casos, los participantes, además de argumentar a favor de su propia opinión, han
de rebatir lo contrario y contraargumentar. El discurso se caracteriza por ser abierto y
está sujeto a cambios constantes en respuesta a las intervenciones del interlocutor.
3. TEXTOS UNILATERALES: dirigidos a un destinatario que no puede responder o
intervenir a su vez como emisor. Es el caso, por ejemplo, de editoriales periodísticos,
artículos de opinión, anuncios publicitarios, etc. La imposibilidad de que el destinatario
pueda responder a sus afirmaciones obliga al autor de estos textos a planificar
perfectamente la línea argumentativa, buscando los argumentos más convincentes y a
prever los posibles contraargumentos para rebatirlos.
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-refutaciones o argumentos con que se rebate la tesis contraria.
-contraargumentos que invalidan los argumentos contrarios a la tesis.
Las contraargumentaciones están orientadas a intentar rebatir las opiniones de los
interlocutores. Una contraargumentación no pretende defender la propia opinión, sino rebatir
la del otro. En las discusiones argumentativas se alternan las argumentaciones y las
contraargumentaciones y éstas pueden tratar uno o varios temas y ofrecer un único punto de
vista o varios.
ESTRUCTURAS ARGUMENTATIVAS
Los dos elementos básicos de la argumentación (tesis y cuerpo argumentativo) pueden
aparecer en el texto realizadas en estructuras muy diversas. La mayor de los autores señala
dos estructuras básicas: la deducción y la inducción.
-Según el procedimiento inductivo, el autor de la argumentación parte de hechos concretos,
de argumentos, para llegar a establecer mediante el razonamiento una ley general que lo
explique. En este tipo de estructura, la tesis suele aparecer al final y sirve como conclusión del
proceso argumentativo.
-En el procedimiento deductivo se parte de una idea general para llegar a una conclusión
concreta.
LA ESTRUCTURA DEL DISCURSO ARGUMENTATIVO SEGÚN LOS FILÓLOGOS TEXTUALES.
Como podemos suponer, la moderna lingüística textual ha desarrollado diversas propuestas
acerca de la estructura del discurso argumentativo. De entre los distintos modelos teóricos,
nos referiremos a continuación a algunos especialmente interesantes:
.MOESCHLER dice que la palabra “argumentación” tiene dos sentidos. Al 1º lo llama ordinario y
se refiere a las propiedades que permiten a un discurso tener ciertos efectos argumentativos.
Podemos llegar a pensar que cualquier texto tiene una dimensión argumentativa, por el hecho
de conseguir que el destinatario esté convencido de la verdad o de la adecuación de los
propósitos comunicativos del locutor.
Pero Moeschler habla también de un sentido técnico de la argumentación: aquel que la
concibe como la relación entre contenidos semánticos de niveles distintos:
-los argumentos, por una parte, realizados por enunciados.
-las conclusiones, por otra, explícitos si son realizados por enunciados, implícitos si solo se
derivan de ellos.
Lo más importante es que la argumentación constituye una estructura que derive siempre
hacia una conclusión, y en esto coinciden los distintos teóricos de la argumentación.
DUCROT considera que los elementos de una argumentación son:
.las premisas
.los argumentos aunque considera que este orden no es inmutable
.la conclusión
Uno de los modelos más divulgados, sin duda, acerca de los componentes del texto
argumentativo, es el propuesto por S.TOULMIN; él distingue 6 categorías básicas del texto
argumentativo:
1-ARGUMENTOS: los argumentos que se tienen sobre un hecho determinado.
2- OPINIÓN: la tesis, la opinión
3- REGLA GENERAL: reglas generales a partir de las cuales se pueden sostener y justificar ciertas
opiniones.
4- FUENTE: fundamento de las garantías o fuente de las informaciones.
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5- CALIFICADOR: elementos que ponen de manifiesto el carácter relativo de la tesis
6- RESERVA: informaciones o datos que conducen a conclusiones o tesis ante los que se está
desprevenido.
Resumiendo los elementos comunes a estas categorías, se puede afirmar que la estructura
básica de todo texto argumentativo se compone al menos de tres elementos:
1. Un argumento
2. Una regla general El razonamiento es válido, según Tatmin, si están presentes
3. Una tesis u opinión estos 3 elementos y si la relación entre la tesis y los argumentos
Está justificada de forma convincente.
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Es habitual distinguir 2 formas de argumentación racional: la argumentación lógica y la
argumentación analógica.
La argumentación lógica: es la que se basa en los principios lógicos del razonamiento humano.
La forma básica del argumento lógico es el silogismo. En los textos argumentativos, sin
embargo, no suele aparecer completo; es normal que falle alguna de las premisas por
considerarse que el destinatario lo acepta implícitamente. Dentro de la argumentación lógica
hemos de considerar también un procedimiento argumentativo muy usual en los textos
ensayísticos: el argumento de autoridad, expresado mediante la cita literal.
-la argumentación analógica: se basa en un proceso de razonamiento diferente, para
argumentar sobre un hecho sometido a debate se hace referencia a otro hecho distinto, pero
que tiene semejanza con él. El emisor establece una relación de analogía entre ambos y
considera que lo que es cierto para unos, es cierto también para el otro. Los argumentos
analógicos más frecuentes son la comparación y la metáfora.
5- LA ARGUMENTACIÓN AFECTIVA
Se denominan argumentos afectivos aquellos que pretenden provocar en el destinatario
determinadas reacciones emocionales que condicionan su apreciación de los textos:…...
La diferencia entre argumentación racional y afectiva estriba principalmente en el especial uso
que en ésta última se hace del lenguaje. Los recursos que se emplean en este tipo de
argumentaciones son los mismos que caracterizan a la lengua literaria: las figuras estilísticas y
tropos. Por último, no ha de olvidarse que el uso de esta argumentación afectiva y de los
recursos retóricos está condicionado por el tipo de texto de que se trate: lógicamente queda
excluida de los discursos en los que se exige una completa objetividad en la argumentación (la
argumentación científica, por ejemplo). En cambio, es fundamental en los textos
propagandísticos, tanto doctrinales como publicitarios.
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muchos más tipos de argumentos según su contenido: argumento estético, argumento de la
tradición, etc.
2.4. RASGOS LINGÜÍSTICOS DE LOS TEXTOS ARGUMENTATIVOS. COHERENCIA Y COHESIÓN.
Para poder influir de modo eficaz sobre el destinatario y conseguir así el propósito
fundamental de toda argumentación, la persuasión, es fundamental que el emisor utilice de
modo adecuado los recursos que la lengua pone a su disposición. Varios son los objetivos a los
que se debe atender: la coherencia, la claridad y la capacidad de influencia afectiva son quizá
los más importantes.
La coherencia, que es una propiedad esencial de todo tipo de textos, lo es más todavía en los
textos argumentativos porque de ella depende, en buena medida, la fuerza persuasiva de los
argumentos que se utilicen. Por muchos argumentos que se aporten, carecen de capacidad si
no son coherentes. El orden en la presentación de las ideas y la disposición adecuada de los
argumentos refuerzan su credibilidad. Para convencer al destinatario es también fundamental
que no encuentre dificultades en la comprensión de la tesis y del cuerpo de la argumentación.
Como ya hemos señalado, el emisor busca la persuasión del destinatario no tanto por medios
racionales como mediante mecanismos de carácter emotivo o afectivo. Con recursos como
estos, el autor pretende dirigirse directamente a los sentimientos del destinatario con el fin de
conmoverlo. Los textos publicitarios son pródigos en el uso de este tipo de argumentos con
este fin.
En cuanto a los rasgos morfosintácticas y léxicos, poco se puede decir que sea válido para
todos los textos argumentativos, dada la enorme variedad de textos diferentes que podemos
encontrar. Si nos ceñimos a las argumentaciones escritas más usuales (ensayos de diferente
temática, artículos de opinión, etc) podríamos señalar las siguientes:
- los tiempos verbales varían según la naturaleza de los hechos. Se utiliza el pasado en todo
aquello hecho o terminado. El presente para todo lo universal, para las máximas y las
sentencias. El presente es siempre actual. El imperfecto sirve para todo lo transitorio.
- Las modalidades más frecuentes en la argumentación son la aserción y la interrogación. Esta
última es una forma hábil de destrozar razonamientos, ya que presenta alternativas, provoca
divisiones y genera complicidad.
Son de gran interés también las llamadas interrogaciones retóricas, en las que lo más
importante es la presuposición, que subyace a la pregunta.
- la sintaxis de los textos argumentativos suele ser compleja, con aparición de lagos periodos
oracionales.
- En el nivel léxico, suelen aparecer tecnicismos en mayor o menos medida, según el carácter
más o menos divulgativo del texto.
3.EL ENSAYO.
El ensayo es uno de los cauces más habituales a través del cual se manifiestan en la actualidad
la exposición y la argumentación. Goza de una gran difusión, tal vez debido a la flexibilidad y
las posibilidades de adaptación que ofrece. El ensayo es un género ligado a la reflexión libre y,
por ello, es el instrumento idóneo del que se vale la cultura en su constante evolución.
Pese a la abundante producción de ensayos que nuestra época ha generado, conviene
destacar la ausencia del ensayo como género literario. En la mayoría de los manuales sobre
esta materia. Actualmente se considera que el ensayo es, sin duda, un género literario.
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Un aspecto determinante en la configuración del ensayo es el lector. En todo momento el
autor tiene presente al posible receptor, que juega un papel importantísimo, ya que constituye
el punto de destino de su propia meditación. Esto explica las reiteradas alusiones a los lectores
como si se intentara abrir un diálogo. (Este hecho es especialmente frecuente, por ejemplo, en
los textos de Ortega y Gasset).
-RASGOS CARACTERÍSTICOS DEL ENSAYO
1. Su estructura es libre, la línea del pensamiento fluye con entera libertad. El ensayo, por
tanto, no avanza de forma lógica. Esta característica está en consonancia con el objetivo último
del ensayo, esto pretende sobre todo, sugerir más que informar exclusivamente sobre un
tema.
2. Es frecuente la utilización de la estructura deductiva, este camino de lo general a lo
particular ofrece la ventaja de una más fácil comprensión por parte del lector.
3. Ofrece una gran variedad temática, aunque existe una cierta preferencia por temas
pertenecientes a las disciplinas humanísticas.
4. Carácter subjetivo. El enfoque personal condiciona el tono del ensayo. El ensayo proyecta la
personalidad del ensayista.
4- EL DEBATE
El debate es un tipo de interacción casi exclusivamente oral (pensemos en el debate como
género literario medieval), se basa en la polémica, en el enfrentamiento de opiniones y
argumentos divergentes de, al menos, dos personas, sobre cualquier tema de interés social.
Otra constante de este tipo discursivo es la presencia de un moderador, que no opina del tema
debatido, sino que se limita a moderar y distribuir de manera supuestamente ecuánime los
tiempos y turnos.
El debate permite que se enfrenten dos posturas más o menos opuestas. Por ello, desde el
punto de vista didáctico, el debate constituye la mejor preparación paa la vida democrática.
Enseñar y aprender la técnica del debate resulta fundamental en una sociedad democrática
que requiere la participación cívica y creativa de sus miembros, ya que mediante el mismo se
abordan cuestiones importantes, de interés general, y se trata de encontrar soluciones
colectivas.
5. CONCLUSIONES
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6. BIBLIOGRAFÍA
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