SIN LÍMITES
EN BUSCA DE LA SEGURIDAD PERDIDA
En marzo pasado, la red social del pajarito –aquella que muchos daban por muerta– estalló con decenas de señalamientos de acoso y v iolenc ia sexua l : #MeTooEscritoresMexicanos abrió de par en par la puerta que se había mantenido entreabierta desde que explotara en el 2017 en EUA dentro de la industria cinematográfica más poderosa del mundo.
Tardó dos años, pero la fuerza del #YoTeCreo, #NiUnaMás y otros enunciados que estuvieron medianamente silenciosos y apaciguados explotaron con el #MeToo mexicano, que nombró de manera anónima y abierta a los diferentes autores de violencia machista, acoso y amedrentamiento. Escritores mexicanos, teatro mexicano, agencias en México, músicos mexicanos y más, se sumaron a la queja sobre el maltrato, la poca paridad en la industria y el miedo a que sigan perpetuándose dichas prácticas.
La caja de Pandora
El periodismo fue uno de los detonantes principales para que la opinión pública pusiera atención en esa cultura de abuso que ha dominado en la industria del entretenimiento, siendo Harvey Winstein un caso paradigmático.
Un movimiento en construcción
A partir de una serie de señalamientos pasados que ponían en tela de juicio la rigurosidad del movimiento #MeToo en México a la hora de dar cauce a las denuncias, el colectivo decidió tomarse un receso para replantear sus procesos.
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El común denominador es que, en un gran número de
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