SIN LÍMITES
Bonaparte
Bonaparte
El Magno de Francia
En un ostentoso dormitorio en el que predominan las tonalidades rojas y doradas no es difícil imaginarse a Napoleón deambular de un lado a otro, pensativo. De vez en vez se acerca al escritorio que él mismo solicitó colocaran en su habitación; mira sus anotaciones, tacha y vuelve a escribir algo. El águila dorada que corona la cama es testigo de los anhelos de quien sería una de las figuras más renombradas de la historia universal. Pero no siempre reina la inquietud en su dormitorio; a veces se sienta a descansar y los recuerdos llegan a él. Sí, aún recuerda a su padre Carlo Buonaparte, renombrado abogado, descendiente de nobleza italiana, que no poseía mayor fortuna que su esposa Leticia Ramolino y su distinguida belleza; recuerda con viveza a Córcega, la Isla que lo vio nacer un 15 de Agosto 1769. Pero no, Napoleón no sería un corzo cualquiera –algo se lo decía en su interior, quizás era el resultado de los valores nacionalistas inculcados por sus padres, y además, si había un lugar que podía dar un guerrero digno, ese era la Isla de Córcega.
Hay quienes tienen su camino decidido desde muy jóvenes, y Napoleón es un claro ejemplo.
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